por elisabeth » Jue Abr 07, 2016 6:15 am
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Mi padre siempre tuvo un gran sentido del humor. Pues bien, cuando se encontraba en los últimos momentos de su vida (murió con 94 años, rodeado de todos nosotros, con la cabeza clara, muy feliz y muy lleno de Dios, como había vivido siempre), un hermano mío no paraba de contarle chistes, y mi padre, enfundado en su mascarilla de aire ¡¡ se partía de la risa al oírlos... !! Yo pensé: "como Santiago vive fuera de Barcelona, no se ha debido enterar muy bien de que Papá se está muriendo..." Entonces, me acerqué a mi hermano, y le dije: "¿por qué le cuentas tantos chistes? ¿Acaso no te han dicho que se está muriendo? Y mi hermano me contestó: "Ya lo sé, pero ¿qué mejor que morir riendo...? Y como ya habíamos rezado el Rosario todos con mi padre (ningún día de su vida dejó de rezarlo, ni siquiera cuando estuvo una vez ingresado en la UVI), dejé que le siguiera contando chistes...
Pero hubo un momento en que mi hermano salió ya de la habitación de la clínica, para estar con el resto de mis hermanos y sobrinos que estábamos por el pasillo... Eran las 9'30 de la noche del Domingo 13 de Julio de 2003. La tarde anterior le habían desahuciado los médicos, pues tuvo un infarto de intestino. Entonces me acerqué a la cabecera de mi padre, en donde estaba mi madre, y le dije: "Papá, te vas con Dios, con la Virgen y con San José (mi padre era un gran devoto de San José), te queremos todos mucho". Entonces mi madre le dijo: "Pedro, te queremos mucho, te quiero mucho". Y, al escuchar mi padre esas palabras nuestras, expiró...
La tarde anterior habíamos ido entrando uno a uno a despedirnos. Y cuando al entrar le preguntábamos: "¿Como estás, Papá?" Nos contestaba a cada uno: "Muy bien, gracias a Dios. ¿Y cómo estáis tú y los tuyos?" Se refería a las familias de cada uno.
Uno de los muchos chistes que a mi padre le gustaba contar, y también escuchar, es el siguiente (lo pongo en color rojo, para que se distinga):
"Doctor, he comenzado a cumplir un plan de salud que me han dicho, y también he leído, que con él viviré muchos más años, pero desearía que Vd. me lo corroborara para quedarme todavía más tranquilo. Se trata de lo siguiente:
He dejado de tomar embutidos, dulces, arroces, pan, fritos, pasta, y toda clase de comidas ricas, pero no saludables. He dejado de beber alcohol, incluso Coca-Colas y demás bebidas refrescantes. Tampoco tomo helados, ni bollería, ni café, de sal tomo la justa, etc. etc. También he dejado de ir con mujeres, y hasta he dejado de fumar. ¿Me corrobora Vd. que viviré muchos más años?
El doctor no dudó ni un instante en contestarle: "Mire usted: vivir, no sé si vivirá muchos años más, pero lo que puedo asegurarle con total rotundidad es que la vida se le va a hacer laaaaaaaaaaaaaaaaaaarga ¡¡ muuuuuuuuuuuuuuuuuuy laaaaaaaaaaaaaaaaaaaarga... !!"
Que el Señor nos bendiga a todos.
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