-HISTORIA Y ARQUEOLOGÍA DE NAZARETH DESDE LA CUSTODIA FRANCISCANA EN TIERRA SANTA--(Última Parte)-LA PRIMERA IGLESIA FRANCISCANA DEL S. XVIII.....
En el siglo XVIII, en Nazaret, las comunidades cristianas vivieron un momento de mayor tranquilidad. Es prueba de ello el hecho de que en 1730 el Pachá permitiera la construcción de una nueva iglesia sobre la sagrada Gruta, a ser realizada en --seis meses, el tiempo necesario para su peregrinaje a la Meca. El 15 de octubre de 1730, el Guardián Pedro de Luri consagraba la nueva iglesia, que finalmente pudo acoger a la comunidad local latina ya en continuo crecimiento. El día de la inauguración, de hecho, se hizo la confirmación a más de cien católicos. El crecimiento de la comunidad alienta la Custodia a comisionar, en el año 1877, el alargamiento de la misma iglesia, gracias al soporte del padre Cipriano da Treviso, comisario de Tierra Santa.
El edificio tenía una orientación norte-sur, con la gruta de la Anunciación, precedida por una breve antecámara, encerrada en la cripta debajo del presbítero. La iglesia fue descrita, en las crónicas de Tierra Santa contemporáneas, como la más bella poseída por la Iglesia Latina en oriente. El padre Elzear Horn, en 1742, realizó diversos dibujos que indican bien la organización de la Gruta debajo del presbiterio, al que se puede llegar por una escalinata. En la antecámara a la Gruta estaba la Capilla del Ángel, con bóvedas de cruceta sostenidas por las cuatro columnas en granito hoy todas visibles. En la antecámara, a la izquierda, estaba el altar dedicado a San Gabriel. En la gruta se ubicaba en el fondo el altar leñoso, abundantemente decorado con una pintura que ilustra la Anunciación y, debajo del altar, el punto exacto de la Encarnación, señalado por el escrito en plata: “Verbo Caro hic factum est”. Todas las ilustraciones del siglo XVIII muestran la columna despiezada y la completa, que desde siglos indican el lugar en el que se encontraba el Ángel Gabriel y la Virgen durante el Anuncio. El ambiente estaba unido, por una antigua zanja, a la gruta llamada la “Cocina de María” y al convento franciscano.La iglesia superior tenía dos altares a lo largo de los flancos dedicado uno a San Francisco y el otro a San Antonio de Padua, y dos altares laterales en la zona absidal, dedicados a San José, esposo de María y a Santa Ana, madre de la Virgen.
-------------------------------------------------------------EL NUEVO SANTUARIO--------------------------------------------------
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Ya a fines de la primera guerra mundial, la Custodia manifestó, al Papa Pío IX, la idea de construir un santuario más digno, en el lugar de la Anunciación. Muchos años después, en 1954 si presentó la ocasión ideal: el primer centenario de la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción. Para celebrar este suceso el padre custodio Giacinto Faccio, decidió emprender las obras, que incluyeron la demolición de todas las estructuras del siglo XVIII y las investigaciones arqueológicas de los restos antiguos.
El conocido arquitecto Antonio Barluzzi, que había realizado importantes santuarios para la Custodia, como el Getsemaní, el Tabor y el Dominus Flevit, fue el primero en recibir el encargo de la planificación del nuevo santuario. Un artículo con los dibujos de su proyecto fue publicado en la revista de Tierra Santa del año 1954. El proyecto previó una gran iglesia con piso central, cubierta por una cúpula y sostenida por cuatro campanarios; fue concebida, como la Basílica del Santo Sepulcro, con la Gruta venerada en el centro.
El redescubrimiento del antiguo pueblo y de los restos arqueológicos de los diversos edificios de culto con los siglos, manifestaba una antigua e ininterrumpida veneración mariana, por ello se convierte en un elemento indispensable a ser considerado en la planificación del nuevo santuario. En esta línea también estaba la Santa Sede, de la que partió la invitación de conservar lo mejor posible los restos del antiguo pueblo y las diversas iglesias. Solicitud que llevó a la Custodia a promover un nuevo proyecto, esta vez encargado al arquitecto italiano Giovanni Muzio, bajo propuesta del Padre Custodio Alfredo Polidori, quien valoró la experiencia de Muzio en la planificación de edificios religiosos, en especial para los Padres Menores, para los cuales en Roma se construyó la iglesia de San María Mediadora y la anexa Curía General.
Las necesidades a satisfacer fueron diversas: construir un nuevo santuario mariano que pudiera recibir a millones de peregrinos de todo el mundo; conservar lo mejor posible a la vista los restos cruzados, bizantinos y pre-bizantinos como testimonio de la larga veneración en el lugar; solucionar las difíciles condiciones topográficas debido a la fuerte pendiente de la colina; pensar en un lugar práctico y fácilmente manejable también para un número limitado de religiosos y que pudiera además acoger las actividades de la comunidad parroquial de Nazaret. El arquitecto se apasionó de tal forma con dicho proyecto que renunció a sus honorarios.
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Concibió una iglesia fundada sobre los muros cruzados y subdividida en dos niveles, de forma que en el inferior, los fieles pudiera quedarse orando delante de la gruta de la Encarnación del Vero, en un ambiente simple pero con capacidad al mismo tiempo, mientras que en una gran iglesia superior se celebrara la glorificación de María a través de los siglos y los continentes. Para ello decidió decorar las paredes con las diversas manifestaciones marianas ocurridas en diversas regiones del mundo. Muzio pensó también en un gran óculo central abierto sobre la Gruta, de forma que las dos iglesias pudieran fundirse en una sola, coronadas por una cúpula poligonal con forma de corona de flores invertida con terminación de un farol, con la función de indicar desde lejos, como una estrella, el lugar santo.
Con la aprobación de la Santa Sede las obras se iniciaron y continuaron sin descanso. La Custodia hizo frente a los enormes costos de la obra también gracias a la generosa respuesta de muchos donantes que, a través de las páginas de la revista “La Tierra Santa” y la valiosa colaboración de los Comisarios de Tierra Santa, permanecieron actualizados sobre las fases de la construcción.
Los trabajos para la sistematización del lugar comenzaron en 1959 y el acuerdo con la empresa ejecutora fue firmado en setiembre de 1960. En 1964, el Papa Pablo VI, durante su peregrinaje a Tierra Santa, acudió a visitar el nuevo Santuario aún en construcción.
Domingo 23 de marzo de 1969, después de ocho años de trabajo, el santuario fue finalmente consagrado en presencial del Cardenal Gabriele Maria Garrone – el entonces Prefecto de la Sta. Congregación para la Educación Católica, del Patriarca Latino de Jerusalén S.B. Monseñor Gori, del Ministro General de la Orden Franciscana padre Costantino Koser, del Guardián de Tierra Santa Rev.mo P. Alfonso Calabrese. Los guardianes que se alternaron durante la planificación y la ejecución de la obra fueron P. Giacinto Faccio, P. Angelo Lazzeri, P. Alfredo Polidori, P. Lino Cappiello y P. Alfonso Calabrese.
SAN JOSÉ
Casi a cien metros al noreste de la Basílica de la Anunciación, pasando los jardines, está la iglesia de San José, llamada también de la Nutrición. Los primeros peregrinos hablan sólo de dos iglesias en Nazaret, la de la Anunciación y la de San Gabriel, cerca de la fuente de la Virgen. Sólo en 670, el peregrino Arculfo vio la iglesia llamada de la Nutrición y construida “sobre dos arcos en el lugar donde una vez se encontraba la casa en la que el Señor nuestro salvador fue Alimentado”.
El padre Francesco Quaresmi, en 1620, habla de la iglesia que él creía era la “casa taller” de San José. Parece que Quaresmi malinterpretó el nombre con el que los árabes llamaban a este lugar: no taller, sino caravasar (dukan). Quaresmi vio una “casa rústica”, que pasó a manos franciscanas en 1754. La casa fue excavada de entre los muros de una iglesia cruzada y se convirtió en una pequeña capilla luego renovada en 1858. Al adquirir el edificio, fue el padre guardián de Nazaret, Angelo da Mirandola, por la suma de 30 platas; como indicación de la toma de posesión, al día siguiente se celebró una misa en la casa.
El resto de los terrenos alrededor pasaron a manos franciscanas en 1890 y el padre Viaud pudo así diseñar la primera planta completa de los restos de la iglesia cruzada. En 1892, antes del inicio de la reconstrucción de la iglesia, se iniciaron las excavaciones arqueológicas.
La nueva iglesia fue terminada en 1914. Fue realizada enteramente en estilo románico-cruzado y reutiliza los mismos cimientos medievales. El pavimento de la nave central está adecuadamente elevado, para así obtener el espacio de la cripta, que conserva las grutas subterráneas y la tina de mosaicos.
LOS RESTOS BIZANTINOS
Los ambientes subterráneos hallados entre los muros de la iglesia cruzada atrajeron la atención especial de los franciscanos. Se trataba de una gruta que contenía una serie de silos piriformes y una cisterna muy grande, unida al exterior con una escalera esculpida en la roca. Parece que el conjunto es fruto de una sistematización sucesiva de esta zona del pueblo, quizás de la edad bizantina. Fueron los primeros restos del pueblo en salir a la luz: la parte restante se halló en las excavaciones de 1930, realizadas para la construcción del nuevo convento, y en 1955, para la construcción del Santuario de la Anunciación.
En la superficie de la roca se halló una pequeña tina, probablemente de edad bizantina, de casi dos metros por lado que, junto a un pilar, en la escalera que bajaba a la gruta y en un muro hallado debajo del ábside cruzado, estaba orientada diferentemente de la iglesia cruzada. Por ello se interpretó como parte de un edificio muy antiguo. La tina excavada en la roca, similar a la que más tarde se hallaría en la iglesia de la Anunciación, tiene una escalerita, con siete graditas que bajan al lado sur. Las graditas y el fondo están recubiertos con mosaico decorado con un diseño simple de recuadros negros en fondo blanco. En el fondo de la tina, en el ángulo noroeste, hay un hundimiento circular que probablemente servía como colector de aguas. Las paredes están recubiertas con enlucido.
La tina y los ambientes subterráneos fueron estudiados por el P. Bagatti y el P. Testa: la hipótesis era que juntos servían en los ritos bautismales judeo-cristianos. Son testimonio de ello: la cisterna, útil para llevar el agua del bautismo, la gruta, asignada a las ceremonias preliminares de iniciación y, finalmente la tina donde los bautizados eran inmersos. La hipótesis, no obstante, no es considerada válida por algunos estudiosos como Taylor, que se inclina por la función agrícola de la tina y de las grutas, a ser adscritos por tanto a un triturador bizantino. Dicha hipótesis lleva a la observación del revestimiento musivario de la tina, que es el típico revestimiento de las tinas que recogen el producto del prensado, y está, al menos aparentemente, privado de símbolos religiosos.
LA IGLESIA CRUZADA
Aquello que se conoce de la iglesia cruzada proviene de la excavación realizada a fines del siglo XIX y publicado por el padre Viaud en 1910. La iglesia era edificada en la pendiente que baja de norte a sur hacia la iglesia de la Anunciación.
Esta tenía semi-pilares que reforzaban el muro perimétrico externa e internamente. Las mamposterías, de las que quedan algunas hileras aún a la vista, están en bloques cuadrados de piedra blanca local llamada “nari”. Debido a las casas construidas en el periodo posterior al cruzado, en el interior de la iglesia no quedan rastros de pilares. Viaud diseñó algunos elementos arquitectónicos que formaban parte del edificio: se trata de cornisas y arcos. El portal que se abría en fachada fue destruido y tenía una abertura de 1.75 metros.
En la base de las fotos y de las descripciones del p. Viaud, se eligió reconstruir una iglesia en estilo cruzado, orientada al este-oeste, con tres naves subdivididas por cinco parejas de columnas, con terminación en ábsides semicirculares. Algunos materiales que Viaud encontró en las excavaciones fueron reutilizados en la nueva: las naves están en intervalos con columnas de basalto que se elevan en bases altas acanaladas y terminan e capiteles de pequeñas dimensiones.
LOS FRANCISCANOS EN NAZARET
Bonifacio da Ragusa, quien fue dos veces Guardián de Tierra Santa, escribió en 1567 que casi veinte años antes los padres estaban en Nazaret, donde custodiaban la iglesia de la Anunciación y que, hasta cierto punto, debido a los desórdenes del país, debieron refugiarse en Jerusalén dejando las llaves a un cristiano del lugar que “hasta ahora custodia la casa, abre y cierra la iglesia y tiene encendidos dos faroles con el aceite que le da el padre Guardián”.
Con una firma, decreto del sultán, obtenido por el padre superior de Tierra Santa, el 15 de junio de 1546 se permite a los franciscanos restaurar su iglesia de Nazaret. Evidentemente, se trataba de la iglesia de la Anunciación construida por los Cruzados y luego destruida, entre sus ruinas continuó la veneración en la gruta. La iglesia, no obstante, no fue restaurada debido a los continuos ataques contra los cristianos que alejaron a los padres.
Desde 1620, la presencia franciscana en Nazaret es oficial. En aquel año, el Guardián Tommaso Obicini da Novara obtiene del Emir druso de Sidón, Fakhr ad-Din II, la donación de la Gruta venerada. Asegurada la gruta a los franciscanos, el padre Jacques de Vendôme, un padre de nacionalidad francesa, valiente y enérgico, permaneció como guardia junto con otros dos hermanos que lo alcanzaron en Jerusalén. Ellos construyeron una celda provisional en las ruinas cruzadas y un pequeño ambiente adyacente a la Gruta, utilizado para celebrar las funciones.
A partir de 1635, con el asesinato del emir, los padres perdieron la protección y los cristianos de Nazaret estuvieron en la mira de los turcos por dos siglos: la Gruta fue muchas veces saqueada, despojada de los muebles y dañada y los padres golpeados, encarcelados e incluso asesinados.
En el siglo XVII y XVIII, se hizo repetidamente necesario el abandono del convento de Nazaret y la retirada forzosa al hospicio franciscano de Acco o a Jerusalén- en especial modo, en el siglo XVII, las extorsiones y los saqueos por parte del gobernador de Safed llevaron muchas veces a los padres a pedir justicia ante la corte imperial de Istambul, ya sea para que se les devuelva sus bienes, o para que cesen las extorsiones de dinero y se retomará la legalidad en el país. A pesar de esto, la tenacidad los llevó a abrir la primera escuela parroquial en 1645 y a dar hospitalidad a los peregrinos en el hospicio organizado entre las simples celdas del pequeño convento. Asimismo, las peregrinaciones, las procesiones vinculadas a las festividades religiosas, fueron no obstante impedidas, partían de Nazaret a la vuelta de los lugares cercanos de las memorias evangélicas como Canaán y Tiberiades.
En 1697, en vista de las continuas dificultades, los franciscanos pensaron en una solución para afrontar mejor la inestabilidad continua. Para ello “alquilaron” el pueblo de Nazaret y, con el tiempo, otros tres pueblos poco lejanos (Yaffia, Mugeidel y Kneifes). Para mantener el alquiler los padres debían pagar un canon significativo. Esta costumbre permaneció hasta fines del 1770, cuando renunciaron debido a la insostenible tasación. En la práctica, el padre guardián de Nazaret asumía el encargo de funcionario civil y juez, recolectando tasas para el Pachá de Saida y para el gobernador de Acco. Era una carga comparable a la del Emir, en otras palabras, de Señor del lugar.
Durante el siglo XIX, el imperio otomano comenzó a sentir nuevamente las presiones nacionalistas internas que estaban animando al mundo árabe. Se obtuvo una política más liberal y reformista del sultán Abdülmecid I, quien permitió mayor apertura también hacia las diversas expresiones religiosas. En Nazaret, por ejemplo, en 1867 los padres pudieron abrir el noviciado para la formación de jóvenes religiosos franciscanos, que fue cerrado en 1940. Fue un siglo de crecimiento para todos: los latinos, que en 1848 sumaban 600 fieles, dentro del fin de siglo se duplicó el número.
También las obras sociales y parroquiales crecieron: está fechada en 1842, la apertura de la primera escuela femenina, que sostiene las demás que la Custodia estaba inaugurando también en Jerusalén y Belén. En el año 1837, se construyó un hospicio para los peregrinos, luego destruido por un terremoto y un aluvión. La actual Casa Nueva, edificada frente a la basílica, es del año 1896: además de alojar a personajes ilustres como Napoleón Bonaparte, la Casa Nueva recibió también a numerosos prófugos palestinos de la guerra árabe – israelí en 1948.
Hoy, los franciscanos cuentan en Nazaret con una comunidad parroquial de 5000 fieles reunidos alrededor del Santuario de la Anunciación. El Terra Santa College, la escuela franciscana, ocupa un amplio edificio unido al convento y tiene aproximadamente 800 estudiantes cristianos y musulmanes, favoreciendo así la integración religiosa. Otras actividades sociales están dirigidas a los ancianos de la casa de reposo y a los discapacitados que disfrutan de un centro adecuado. Además, la Custodia ha construido algunas habitaciones para apoyar a los más necesitados.
LOS DEMÁS LUGARES DE NAZARET
Nazaret, junto con Jerusalén y Belén, tiene un gran número de lugares de antigua veneración unidos a las tradiciones de las diversas iglesias. Entre las más antiguas está la "Fuente de la Virgen", cita a menudo por los peregrinos junto con la Anunciación.
A pocos pasos de la Basílica de la Anunciación está el nuevo centro internacional "María de Nazaret", encargado a la comunidad "Chemin Neuf", una especia de museo multimedia dedicado a la figura de María.
El convento de las "Damas de Nazaret", al lado de la "Casa Nueva franciscana", tiene en su interior los restos de construcciones medievales y un sepulcro judío excavado en la roca con piedra circular en el ingreso, como el descrito en los evangelios y puesto a disposición de José de Arimatea para el cuerpo de Jesús. El convento fue fundado por las hermanas que llegaron desde Francia en el siglo XIX. Hoy, las hermanas manejan una escuela y un hostal para los peregrinos.
En alto, en la colina que del norte domina la ciudad, se eleva la iglesia salesiana dedicada a "Jesús adolescente", sostenida por la escuela profesional. La blanca iglesia se diferencia por las formas neo-góticas y las dos pequeñas torres en la fachada.
En Nazaret conviven diversas creencias y diversas confesiones cristianas, para los que existen tantos edificios religiosos. En el barrio cercano a la Basílica está la iglesia protestante, construida a fines del siglo XIX en estilo gótico noreuropeo, que recibe a la comunidad evangélica anglicana. En el centro de la ciudad se encuentra la iglesia de la Anunciación de los Católicos de rito griego y un poco más al norte la de San Antonio Abad de los católicos maronitas. Detrás de la iglesia de San Gabriel de los griegos-ortodoxos se han establecido, por el contrario los Bautistas norteamericanos y en una calla lateral se levanta la iglesia de la Anunciación de los cristianos coptos.
-----------------------------------LA FUENTE DE LA VIRGEN Y LA IGLESIA DE SAN GABRIEL-----------------------------------
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En la calle que sube al norte, hacia Canaán, se cruza "la fuente de la Virgen", muy querida por los nazarenos, que por siglos han visto a las mujeres del pueblo, llevando jarras, recoger el agua, como la tradición decía que María también lo hacía.
Esta monumental fuente recibía el agua que emanaba de un manantial que fluye a 160 metros más al norte, por el lado del monte “Gebel es-Sik”. Hoy, las tres bocas para el agua están cerradas y después de muchos siglos la fuente ha perdido su función de lugar de encuentro para los ciudadanos.
En la antigüedad, la fuente estaba colocada probablemente fuera del centro poblado, mientras que por algunos siglos el manantial fue encerrado, en una capilla subterránea decorada con arcos trilobulados, al interior de la iglesia greco-ortodoxa de "San Gabriel", construida en el noroeste de la fuente. Para los greco-ortodoxos, es la iglesia donde se debe recordar la Anunciación. Por ello es llamada simplemente la “Casa de María” por los fieles.
Recordada hasta el siglo XII, la iglesia es descrita en forma redonda por el abad ruso Daniele: «Salimos entonces de la ciudad y nos dirigimos hacia la parte oriental y encontramos un pozo digno de observar y muy profundo, que tiene agua fresca, y a la cual se llega a través de pequeñas gradas; una iglesia redonda, dedicada al Arcángel Gabriel, cubre este pozo ». La tradición local se basa en el Protoeangelio de Santiago, que dividie el anuncio del ángel en dos secuencias: la primera, cerca del pozo donde la Virgen se acercó a recoger el agua y la segunda, la canónica, al interior de la habitación: «Tomó la jarra, salió a recoger agua. Entonces una voz le dijo: "Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo, bendita tu entre las mujeres". Ella miraba alrededor, a la derecha y a la izquierda, de donde venía la voz. Toda temblorosa regresó a casa, dejó la jarra y, se sentó en su banco e hilaba. Y entonces un ángel del Señor se presentó frente a ella, diciendo: "No temas, María, porque has encontrado la gracia ante el Padre de todas las cosas, y concebirás por su palabra"» (Proto-evangelio de Santiago, cap. XI, 1-2). La iglesia greco-ortodoxa de "San Gabriel" fue construida en 1767 en las ruinas de una anterior de la edad medieval.
LA SINAGOGA
Escondida entre las sinuosas vías del suk árabe, la sinagoga es hoy uno de los lugares más visitados por los peregrinos. Se trata de un ambiente de la edad cruzada con sala única, con piedras a la vista y bóveda inclinada ligeramente puntiagudo. Fue transformada en iglesia en el siglo XVIII, cuando un grupo de cristianos de rito griego quiso unirse a los católicos. Durante la época turca el nombre “Madrassat el Messiah”, la escuela del Mesías, perpetuó la creencia apócrifa que éste fue el lugar en el que Jesús estudiaba de niño.
En el siglo VI, el peregrino de Piacenza vio un edificio, que él llama sinagoga, el rollo con el alfabeto escrito por Jesús y el banco en el que estaba sentado con los demás niños. Los testimonios de la edad cruzada mencionan que la sinagoga en la que Jesús leyó el libro de Isaías, fue transformada en iglesia. Las diversas fuentes no añaden información, sin embargo, está en el lugar en el que se encontraba el edificio del que hablan. En el siglo XIV, el fray Jacob de Verona vio la sinagoga cerca de la iglesia de la Anunciación, a dos tiradas de piedra al sur, y en ella residían los monjes griegos.
El edificio pasó a manos franciscanas en 1741, cuando el guardián de Nazaret, Bruno de Solerio, lo compró y lo hizo restaurar. En 1771 pasó a los griegos católicos que, como se señaló, la transformaron en iglesia. Seguidamente, en 1882, edificaron al lado de la sinagoga, una nueva iglesia, que aún hoy sirve de parroquia de la comunidad melquita de Nazaret.
El viejo edificio medieval, como ya cotejaron todos los estudios, no puede ser considerado la sinagoga en la que Jesús, según el testimonio de Lucas (Lc 4,16-30), leyó el rollo de Isaías delante de sus conciudadanos, pero ya se ha consolidado la tradición que nota a los peregrinos meditar ahí el pasaje evangélico citado.
EL MONTE DEL PRECIPICIO
El evangelista Lucas cuenta que Jesús, después de la prédica en la sinagoga de Nazaret, fue llevado, por sus conciudadanos, cerca de un precipicio, para ser lanzado (Lc 4, 29). La tradición medieval fijó este recuerdo en la cima de un monte de 397 metros de alto, a una distancia de casi 2 km del sureste de Nazaret. El monte lleva el nombre de "Jebel el-Qaftze" en árabe y "Har Ha-Qfitza" en hebreo.
Una comunidad de monjes levantó en este lugar un monasterio dedicado a la Virgen María, recordado en el “Commemoratorium de casis Dei”, la lista de los monasterios fue compilado por Carlo Magno en el año 808.
Las muchas grutas naturales que dibujan el paisaje fueron transformadas, desde la edad bizantina a la árabe, en lugares de oración y de vida ascética para los monjes. Quedan aún los restos de dos ermitas o “laure” rupestres, excavados en la roca, en la pendiente más marcada. Restos de grafitis en la roca, de un altar y fragmentos de cerámica de la edad bizantina, son los restos restantes del antiguo monasterio.
En este monte hay grutas que fueron empleadas por el hombre hace casi cien mil años: en los años treinta se encontraron restos esqueléticos de un hombre y un niño de hace casi 100 mil años.
Los cruzados llamaron al lugar "Saltus Domini", el salto del Señor. Los peregrinos Burcardo de Monte Sion en 1283 y Giacomo da Verona en 1335 recordaron ahí el gran salto que hizo Jesús, salvándose de sus conciudadanos: estas narraciones se basan en una tradición apócrifa que narra cómo Cristo, después de haber sido llevado al monte, fue lanzado, pero con un gran salto resultó incólume.
Hoy es difícil llegar a las grutas, que se pueden ver subiendo hacia Nazaret desde la llanura de Esdrelón hacia el puente sobre-elevado. Desde allí, a la altura de la embocadura del túnel, aparece una frente a la otra.
Cerca de este monte, en el 2009 se preparó un anfiteatro natural que acogió las celebraciones para la visita del papa Benedicto XVI en peregrinaje a Tierra Santa.
MENSA CHRISTI
Según una tradición local, Jesús habría comido con sus discípulos, después de la resurrección de los muertos, en una mesa de piedra en el mismo Nazaret. La Iglesia de la "Mensa Christi", que en 1781 adquirieron los franciscanos y que estaba en ruinas por los musulmanes, conserva en su interior la piedra atribuida a los hechos descritos por Marcos: «Al final apareció ante los once, mientras estaban en la mesa, y les reprochó su incredulidad y dureza de corazón, porque no habían creído a quienes lo vieron resucitar» (Mc 16,14).
La iglesia, visitable bajo solicitud, se encuentra al interior del suk árabe. Ésta fue reconstruida por los franciscanos en 1861. Está encima de una pequeña cúpula y en el ábside, en el lugar del altar, se encuentra el banco de roca de forma paralelepípeda, con diversos grafitis dejados como veneración de los peregrinos.
Fuente | Autor :
http://www.nazaret-es.custodia.org/default.asp?id=6360