1.- Reflexiona sobre como debe ser el momento de nuestro Juicio ante Dios. ¿Has repasado tu vida, sobre lo que vas a entregarle o lo que vas a decirle sobre lo que has dejado de hacer?
R. Hermano José Luis, decirte que cuando leí la vigésima primera entrega de esta tarea me identifique con este texto inmediatamente, porque una de las razones que me hizo buscar el caminar con Cristo, fue la profunda reflexión que hice un día cualquiera a las 3 de la mañana del año 2000; cuando me hice esta pregunta ¿Que le diré al Señor cuanto este frente a el? ¿Sera que mi actuar hará que mis difuntos puedan conseguir el descanso eterno si oro y me comporto como manda el Señor? ¿Sera que tendré Paz, si me uno a El en comunión? , Y así me hice muchas preguntas, que me llevaron a otra y que me llevaron a formarme, para darle a otros mis conocimientos, para evangelizar y sentirme discípula del Señor; para llenarme de su amor y encontrarle un sentido a este existir en este mundo donde hay muchas cosas hermosas que se juntan con lo mundano, con lo banal, pero que no se une totalmente porque siempre estará allí la enseñanza de la palabra que se hizo carne.
2.- ¿Le has pedido a Dios por una buena muerte? Donde estés realmente preparado/a para partir. ¿Has pensado en ese momento?
R. Si lo he pensado y si le he pedido a Dios por una buena muerte; de hecho puedo decir que de una de las razones por las que hago el rosario de la Divina Misericordia, es porque creo firmemente en la promesa que nos hace el Señor donde dice: “Quien rece este Rosario a las 3 de la tarde”, Yo iré a El con como Juez sino como su salvador.
3.- ¿Crees que reflexionar frecuentemente sobre el momento de nuestra muerte, no ayude a valorar y vivir mejor nuestra vida?
R. Bueno debo decir que ya cuando se hace esa reflexión y da fruto en abundancia y descubrimos el porque debemos actuar como manda el Señor; ya de hecho no hacemos esa reflexión frecuentemente, porque ya no pensamos en la muerte, sino en vivir porque muriendo es como se vive.