Vigésima entregaDocumento base
Principios operativos del Misionerismo.Los principios del Misionerismo son:
Formar, Producir y Compartir desde la Libertad para la Eternidad.■ Formar y formarse: Como hemos comentado la formación integral es fundamental para el adecuado desarrollo de personas íntegras, capaces, y conscientes que den testimonio de vida y sean las que dirijan nuestra sociedad y la encaminen hacia un mundo mejor. La formación debe ser integral, el hombre nuevo, debe desarrollar y profundizar en el conocimiento de las ciencias, las artes, las letras. A través de la formación, el ser humano encontrará el valor finito de las cosas que nos rodean, especialmente las de la naturaleza, y por esto mismo y en consecuencia, cuidará de ellas. A través de la formación espiritual, sobre todo, debe conocerse a si mismo, descubrir cuál es el verdadero significado de la vida, y actuar en consecuencia.
■ Producir. La productividad que impulsa el Misionerismo no está enfocada exclusivamente a la empresa sino a nuestro actuar como personas, buscando siempre dar lo mejor de nosotros mismos estemos donde estemos. En nuestras familias, en nuestro trabajo, en medio de nuestros amigos, en nuestros apostolados y ante Dios, de forma que el mundo se beneficie a través de la abundancia generada por nuestro actuar.
Existen otros carismas que hablan de la pobreza, de abrazar la austeridad, pero el Misionerismo habla de la abundancia como fruto de la productividad.
La abundancia tiene que entenderse no como una meta, sino como un medio para ayudar a los demás en lo material, de modo que todos puedan dedicarse a lo verdaderamente importante que es el desarrollo del conocimiento en todas sus áreas.
■ Compartir: Compartir no significa repartir lo que uno justamente ha ganado, sino ser consciente de que todos somos hermanos en Cristo, y de que "todo lo que hagamos a aquellos de nuestros hermanos más pequeños a Cristo se lo hacemos" (Cfr. Mt 25, 35) Por tanto, debemos en agradecimiento por los dones que Dios nos ha dado, tratar de ayudar a los demás en la medida que nuestra conciencia nos lo indique, siendo conscientes de que "cuanto más damos, más recibimos" y que cuantas más buenas obras hagamos, más cosas buenas tendremos que entregar, el día de nuestro juicio, para la eternidad.
■ desde la libertad: La formación para el Misionerismo es Fundamental porque nos permite conocer el bien y el mal, lo bueno y lo malo, la existencia del cielo y también del infierno, etc., y sobre este conocimiento, el ser humano toma las decisiones de su propio actuar, sin coacciones de ningún tipo.
■ para la eternidad. Para el Misionerismo el verdadero gran negocio del hombre es la Eternidad. Por veinte, cuarenta o sesenta años de amor en la tierra, puede uno ganar millones de años de felicidad. No existe mejor negocio. Cuando entendamos el significado de: "¡no almacenes riquezas en la tierra donde la polilla y el gusano la carcomen, almacena riquezas en el cielo donde duran toda la eternidad..! (Cfr. Mateo 6, 19-23)" "No atesoréis tesoros en la tierra, donde la polilla y el ollín los roen, donde los ladrones abren boquetes y los roban. Atesorad tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni ollín que se los coman, ni ladrones que abran boquetes y roben" entonces encontraremos cuál debe ser el verdadero camino, y sentido de nuestro actuar. Lo material se queda en la tierra, y sólo el conocimiento adquirido, y el amor desarrollado es lo que se lleva el alma para la eternidad.
Extracto de tesis
Principios operativos del Misionerismo
Los principios operativos del Misionerismo, en los que basa su filosofía son:1. FormarEs importante para la vida de la persona, de la familia y de la empresa el asumir como verdadera una idea del ser humano. Esta idea debe estar sustentada no en orientaciones subjetivas sino en un marco de referencia objetivo y estable. Los estudios filosóficos nos han demostrado que hay una clara continuidad anatómica de las especies que evolutivamente precedieron al hombre pero al mismo tiempo que hay una ruptura ontológica muy obvia con respecto a ellas y que coloca al hombre por encima de esas especies. Esta ruptura se debe a dos capacidades que se hayan en el hombre y que están ausentes en el resto de los animales: la inteligencia y la voluntad libre.
Por esta razón, no puede ser igual tener una idea de hombre como un hijo de un ser creador que crea por voluntad amorosa, que ver al hombre como evolucionado hijo de un mono. La diferencia aquí es radical. La visión que la persona tenga de sí misma será configuradora de su conducta personal, familiar, empresarial y social.
De ahí que la propuesta en el Misionerismo sobre la permanente formación humana integral es fundamental, ya que permitirá a la persona tener el verdadero conocimiento de sí misma, así como de su dignidad y de su valor, del sentido de su vida y de su interior; le hace descubrir su relación con Dios y su trascendencia hacia la eternidad.
Esta formación promueve el desarrollo integral de las personas, las capacita y genera acciones de concientización en la sociedad. Busca el fortalecimiento de la autoconfianza y el descubrimiento de las habilidades específicas que de Dios ha recibido para tornarlas en un ejemplo de vida coherente como un efecto multiplicador y transformador del contexto social vivido: familia, empresa y comunidad llevándolas hacia la trascendencia, a la que como criaturas de Dios están llamadas.
Siendo consciente la persona de su creación a imagen y semejanza de Dios, es decir como Ser trinitario, el ser humano sabe que no se realiza jamás como persona de manera solitaria, individual, sino que siempre necesita de los demás. Tiene necesidad de una comunidad para "ser" ella misma. Una formación humanista tiene como prioridad, una visión correcta del ser humano ya que como nos dice Joseph Gevaert "una visión del hombre polarizada en torno a una conciencia individual y autosuficiente, orientada en primer lugar hacia el conocimiento objetivo y el dominio del mundo material mediante la ciencia y la técnica, corre el riesgo constante de no poder ya reconocer las dimensiones personales, éticas y sociales del hombre" que traerá como consecuencia, lo que ya mencionamos antes, el uso y la explotación indiscriminada del hombre por el hombre. En cambio "una visión del hombre que exalta la necesidad de la unión y comunión entre los hombres rechaza la autosuficiencia del yo, es decir, el egoísmo, y hace patente la responsabilidad que tiene toda persona ante los demás. Aquí el conocimiento y dominio del mundo están sometidos al reconocimiento del hombre por parte del hombre". (1) Esto es verdadero tanto en el orden natural como en el sobrenatural.
Por esta razón, sin este encuentro con Dios, la persona no encuentra su razón de ser ni su sentido de vida; se encuentra en un permanente vacío interior, el cual pretende llenar con cosas materiales, fama, poder, riquezas, placeres, etc. Erick From lo llama "angustia existencial", que conduce al ser humano a la plena desesperación. (2)
Como parte de esta formación también es fundamental la formación de una espiritualidad del trabajo. Ésta ayuda a todos los hombres a acercarse, a través del mismo, a Dios a fin de participar en sus planes salvíficos respecto al hombre y al mundo, y a profundizar en sus vidas la amistad con Cristo.
Asimismo, dicha formación debe darle su importancia, valor y promoción a la familia, entendida ésta, en su sentido tradicional como la unión durable del hombre y de la mujer para fundar un hogar y tener hijos y como un elemento natural y fundamental de la sociedad que tiene derecho a la protección de la misma sociedad y del Estado. (3)
En el matrimonio y en la familia se constituye un conjunto de relaciones interpersonales mediante las cuales toda persona humana queda introducida en la «familia humana» y en la «familia de Dios»; dentro de la familia la persona humana no sólo es engendrada y progresivamente introducida, mediante la educación, en la comunidad humana, sino que mediante la regeneración por el bautismo y la educación en la fe, es introducida también en la Evangelización.
2. Producir "desde el desarrollo integral de la persona y sus talentos"Nuestra vida se nos presenta como una carrera que ganar; contamos para ello con muchos talentos y cualidades recibidas de Dios que la persona descubre por medio de la formación humana que lo lleva al autoconocimiento.
A unos les ha dotado de inteligencia, a otros de habilidades para los negocios, unos tienen una situación privilegiada, otros, grandes cualidades de trato humano, a algunos más una gran fuerza de voluntad... Todos tenemos muchos talentos. El evangelio de Mateo 25, 14-30 habla sobre los talentos personales. Señala tres posibles actitudes que podemos tomar ante ellos. Decidirnos inmediatamente a trabajarlos y como fruto de ese esfuerzo, fidelidad y constancia, logran duplicar la cantidad recibida o esconderlos y devaluarlos por pereza, hasta hacerlos perder su poder de adquisición para comprar la vida eterna.
De aquí se desprende que de cada persona depende su éxito. Dios está dispuesto a darle todo el apoyo necesario, a acompañarle siempre.
La persona humana debe procurar, basada en el Misionerismo, explotar al máximo estos talentos no con una visión utilitarista sino con una actitud de servicio.
Se debe insistir en incrementar la productividad personal que traerá como resultado un ahorro importante para la empresa en costos por tiempo extra, desperdicio, disminución importante en la rotación de personal. Ya que la persona que se siente tratada como persona que es, se da cuenta de su capacidad y su valor en el trabajo, en consecuencia, su actitud es distinta en su desempeño cotidiano, trabajará con mayor esfuerzo y compromiso, con más calidad, con un espíritu de equipo, con lealtad, se enorgullece en continuar en esa empresa por el mismo salario, su motivación deriva de la formación que ha obtenido en su persona y del trato que recibe diariamente de todos los miembros de la empresa lo que le da un prestigio a la misma sin costo adicional alguno, más bien, por la inversión hecha en las personas se obtienen estos resultados. Si una persona desperdicia su tiempo, su calidad en el trabajo o en el servicio que ofrece es porque se siente tratada como un objeto o como mero instrumento de producción, sin encontrarle el verdadero sentido a su vida, a saber siquiera que cuenta con talentos, el significado de su trabajo y de su realización personal, familiar y profesional.
Sin esta inversión en la formación de todo el personal que incremente su productividad personal, las empresas quedarán desplazadas en el mercado internacional que es tan competitivo. No se podrán explotar eficientemente los propios recursos y llegarán a ser impotentes para atender las necesidades vitales de autofinanciamiento, promoción personal, ayudas asistenciales y culturales de los conciudadanos de los cuales, ésta también es responsable. Se seguirán dando las situaciones de miseria y angustia. Crecerá la insatisfacción y el descontento por la comparación de niveles de vida y se intensificarán las tensiones internas.
En México cada año que pasa aumentan las dificultades y disminuyen las posibilidades. Todo retardo es pernicioso. Es preciso promover y generar el cambio sin más demora y reconocer que la auténtica inversión para esta productividad está en el "capital humano".
3. Compartir desde la libertad hasta la eternidadDebemos de recordar que todos los bienes poseídos a título privado están siempre ordenados al conjunto de la comunidad humana. Este principio se extiende por supuesto, a los bienes intelectuales y espirituales. Compartir el saber, el saber hacer, y toda la riqueza de la vida espiritual es tan imperativo como compartir el tener.
Compartir no significa repartir lo que uno justamente ha ganado, tampoco significa regalar, sino despertar la conciencia de que todos necesitamos de todos y que nuestros talentos debemos hacerlos fructificar para nuestra realización y para servir al otro. Compartir debe entenderse en un sentido amplio, como un demostrar que somos pródigos y que al dar no nos empobrecemos sino, todo lo contrario, nos enriquecemos dando. El darnos la oportunidad de formarnos, la posibilidad de ampliar nuestra visión del mundo y de conocer nuestros propios talentos personales es un regalo que se compensará con un alza de productividad personal y empresarial.
Por justicia conmutativa el empresario invierte capital en formación humana y el trabajador invierte tiempo, deseos de superación, compromiso y productividad. "Cuantas más buenas obras hagamos, mas cosas buenas tendremos que entregar el día de nuestro Juicio, para la Eternidad." (4)
El decir que este dar debe ser desde la libertad no es otra cosa que la ausencia de coacción. Aún cuando el deber moral se presenta muchas veces exigiendo obediencia, también es cierto que el acatar esa orden nos hace felices. Si no fuera así, sencillamente no haríamos caso a esa voz del "deber". La elección por el otro debe ser libre y auténtica.
Esta elección es para la eternidad pues sabemos que responderemos ante Dios de todo lo que hemos hecho y de todo lo que hemos dejado de hacer. Cuando entendamos el significado de... "no almacenes riquezas en la tierra donde la polilla y el gusano la carcomen, almacena riquezas en el Cielo que duran toda la eternidad” encontraremos cuál debe ser el verdadero camino y sentido de nuestro actuar." (5)
Como consecuencia de la vivencia de estos tres principios se da de manera natural la evangelización pues la persona formada, productiva y con visión de trascendencia será activo y productivo también en su vida espiritual.
En la sociedad actual, el éxito de las personas se mide en cifras económicas, materiales o de poder. Vale más quien tiene más. Quien poco tiene parece carecer de valor como persona, se le califica como un fracasado o un frustrado.
La persona no vale por lo que posee ni por aquello que materialmente puede contar o dominar; la persona vale por lo que "es" delante de Dios, delante de sí misma y delante de los demás.
En el evangelio, Cristo nos da la clave para llegar a las altas cotas del "ser" y no del poseer. Pero antes hemos de estar dispuestos a invertir todo lo que somos y tenemos en orden a alcanzar la meta, "Siervo bueno y fiel... entra en el gozo de tu Señor" (6)
La persona no se realiza en sí misma si no contribuye en la evangelización del mundo, del cual sólo somos huéspedes e intendentes y tendremos que dar cuenta de nuestra gestión a las generaciones futuras. De ahí la inminente necesidad de evangelizar para ayudar a descubrir el don de la fe que cada persona ha recibido de Dios y del compromiso de acción constante que este don genera.
La fe del cristiano ha de ser una fe viva, operante, dinámica, manifestada en obras concretas de amor a Dios y al prójimo. Una fe que no toca la vida y la transforma, es una fe mortecina que va camino de desaparecer.
El evangelizador es aquél que lleva la Palabra y la vive a través de las experiencias personales, familiares, laborales y sociales. Es quien que se atreve a hablar de Dios en todos los ambientes con la más pura intención de colaborar en la extensión del Reino de Dios. En esto consiste la evangelización: "atraer al mayor número de almas a Dios, camino verdadero de salvación". Evangelización que el Misionerismo realiza por medio de la empresa. El evangelizador es el que vive la Palabra de Dios de manera coherente con lo que piensa, predica y hace. Así como lo hizo Jesucristo: "cree en el amor de Dios Padre que le ha enviado para una misión: nuestra salvación. No ahorra esfuerzos, desvelos, cansancios, hasta llevarla a cabo, aunque tenga que entregar su propia vida." El ser humano, ¿no podrá dar un sí generoso ante tanto amor?
A veces edificamos la vida sin Dios. Pareciera que está bien cimentada, tiene todo, nada le falta; dinero, seguridad, autoridad, un buen trabajo, unos hijos encantadores, salud... etc., pero le falta Dios... ¿De qué le sirve al hombre ganar toda la tierra si pierde su alma?
El Misionerismo propone que edifiquemos nuestra vida sobre roca ya que quien edifica sobre roca es aquel que escucha a Dios con el corazón, es capaz de cambiar, de no ponerle límites a Dios ni a sus enseñanzas y de llevarlo a los demás.
Preguntas de reflexión que debes responder en los foros del curso1.- ¿Qué significado y alcances tienen para ti los principios del Misionerismo?
Para consultar lecciones anteriores, da click en el siguiente enlace:http://www.es.catholic.net/escritoresactuales/961/3212/