por ANALIA FERNANDA » Mar Ene 19, 2016 10:04 pm
1.Para ti, ¿qué es la humildad? ¿Cómo se hace presente en la eucaristia?
Creo que todos los que servimos a Dios, tenemos en claro que es la humildad, aunque a veces o casi siempre nos cuesta ponerla en practica, o mas bien, tenerla como virtud. Para mi es la virtud que nos ennoblece, que nos hace caminar en y hacia la santidad, es bajarse, disminuir, como dice San Pablo, para que crezca Cristo. Es la virtud que nos hace reconocer quienes somos, de donde venimos y hacia donde vamos; es la que nos permite reconocer los dones y carismas que Dios nos ha regalado, pero sabiendo que nada es nuestro que todo viene de El. Para mi es la virtud, que nos permite alegrarnos de las alegrias de los demas; enorgullecernos de su logros, avances y exitos. Es la que nos permite imitar a quienes viven en santidad dia tras dia, reconociendo sus virtudes y no teniendo celos o envidias. Es rebajarse, como Jesus, olvidandose de la condicion propia para beneficio de los demas.
La humildad habla en la Eucaristia, Jesus, siendo Dios mismo, se quiso quedar en la humildad del pan, para que todos pudiésemos alimentarnos de el, y lo hizo solo pensando en nuestra salvacion.
2.¿Por qué la Eucaristía es fuente de alegría?
La eucaristía es fuente de alegría porque festeja la Alianza que hizo Jesús con nosotros, porque es imagen del banquete celestial, porque da sentido a nuestros dolores ofrecidos al Señor. Es una alegría que se abre a los demás, para compartir con ellos un gozo superior a los demás. La Eucaristia es fracción del pan, banquete. Nos encontramos en comunidad. La comida produce euforia. Quien participa de la misa debería experimentar esa euforia y alegría espiritual. Es el clima de la vida cristiana.
3.¿Cuál es la virtud más grande de las almas y por qué? Y esta virtud, ¿qué relación tiene con la Eucaristía?
La generosidad es la virtud de las almas grandes, que encuentran la satisfacción y la alegría en el dar más que en el recibir. La persona generosa sabe dar ayuda material con cariño y comprensión, y no busca a cambio que la quieran, la comprendan y la ayuden. Da y se olvida que ha dado.
El dar ensancha el corazón y lo hace más joven, con mayor capacidad de amar. Cuanto más damos, más nos enriquecemos interiormente.
La generosidad se relaciona con la Eucaristia:
*primero por parte de Dios, Él es generoso, porque:
-nos ofrece el banquete de la eucaristía y nos sirve, no cualquier alimento, sino el mejor alimento: su propio Hijo.
-no se reserva nada para Él.
-en su misericordia al inicio de la misa, nos recibe a todos arrepentidos y con el alma necesitada.
-nos ofrece su mensaje en la liturgia y lo va haciendo a lo largo del ciclo litúrgico.
-considera fruto de nuestro trabajo lo que en realidad nos ha dado Él; pan, vino, productos de nuestro esfuerzo.
-no mira la pequeñez y mezquindad de nuestro corazón al entregarle esa poca cosa, y Él la ennoblece y diviniza convirtiéndola en el cuerpo y la sangre de su querido Hijo.
-nos manda el Espíritu Santo para que realice ese milagro portentoso. El Espíritu Santo es el don de los dones.
-acoge y recibe todas nuestras intenciones, sin pedir pago ni recompensa.
-nos ofrece su paz, sin nosotros merecerla.
-se ofrece en la Comunión a los pobres y ricos, cultos e ignorantes, pequeños, jóvenes, adultos y ancianos. Y se ofrece a todos en el Sagrario como fuente de gracia.
-va al lecho de ese enfermo como viático o como Comunión, para consolarlo y fortalecerlo.
- está día y noche en el Sagrario, velando, cuidándonos, sin importarle nuestra indiferencia, nuestras disposiciones, nuestra falta de amor.
-se reparte y se comparte en esos trozos de Hostia y podemos partirlo para que alcance a cuántos vienen a comulgar. Es todo el símbolo de darse sin medida, sin cuenta, y en cada trozo está todo Él entero.
-no se reserva nada en la eucaristía.
Y en todas partes, latitudes, continentes, países, ciudades, pueblos, villas que se esté celebrando una misa, Él, omnipotente, se da a todos y todo Él.
*Segundo, por parte de nosotros, porque:
-hemos venido trayendo también nuestra vida, con todo lo que tiene de luces y sombras, y se la queremos dar toda entera a Dios.
-Le hemos dado nuestro tiempo, nuestro cansancio, nuestro amor, nuestros cinco panes y dos pescados, como el niño del evangelio. Es poco, pero es lo que somos y tenemos.
-en el momento de las lecturas, damos toda nuestra atención, reverencia, docilidad, obediencia, respeto.
-en el momento del ofertorio hemos puesto en esa patena todas nuestras ilusiones, sueños, alegrías, problemas, tristezas.
-en el momento de la colecta se nos ofrece una oportunidad para ser generosos.
-en el momento de la paz se nos ofrece una oportunidad para saludar a quien tal vez está a nuestro lado y hace tiempo que no saludamos.
-salimos con las manos llenas para repartir estos dones de la eucaristía.
En fin, la Eucaristía es el sacramento de la máxima generosidad de Dios, que nos llama e invita a nuestra generosidad con Él y con el prójimo. Jesús eucaristía, abre nuestro corazón a la generosidad.
4.¿Por qué el perdón se relaciona con la Eucaristía?
Recordemos que uno de los fines de la eucaristía y de la misa es el propiciatorio, es decir, el de pedirle perdón por nuestros pecados. La misa es el sacrificio de Jesús que se inmola por nosotros y así nos logra la remisión de nuestros pecados y las penas debidas por los pecados, concediéndonos la gracia de la penitencia, de acuerdo al grado de disposición de cada uno. Es Sangre derramada para remisión de los pecados, es Cuerpo entregado para saldar la deuda que teníamos.