por cristian2631 » Jue Ene 21, 2016 8:59 am
1, ¿Qué encuentra la Iglesia en las escrituras?
En la Liturgia Dios habla a su pueblo y Cristo sigue anunciando el Evangelio. Y el pueblo responde a Dios, ya con el canto, ya con la oración.» (SC 33). La Iglesia sabe que, cuando abre las Escrituras, encuentra siempre en ellas la Palabra divina y la acción del Espíritu, por quien la «voz del Evangelio resuena viva en la Iglesia»
El Concilio Vaticano II no dudó en referirse a los leccionarios de la Palabra como tesoros bíblicos de la Iglesia, disponiendo que se abriera con mayor amplitud. También afirmó la importancia de la Sagrada Escritura en la celebración de la liturgia.
La Palabra leída y proclamada en la liturgia es uno de los modos de la presencia del Señor junto a su Iglesia, sobre todo en la acción litúrgica : «Está presente con su palabra, pues cuando se lee en la Iglesia la Sagrada Escritura» (SC 7). En efecto, la Palabra encarnada «resuena» en todas las Sagradas Escrituras, que han sido inspiradas por el Espíritu Santo con vistas a Cristo, en quien culmina la revelación divina (cf. DV 11-12; 15-16, etc.).
«La Iglesia siempre ha venerado las Sagradas Escrituras como lo ha hecho con el Cuerpo de Cristo, pues sobre todo en la sagrada liturgia, nunca ha cesado de tomar y repartir a sus fieles el pan de vida que ofrece en la mesa de la Palabra de Dios y del Cuerpo de Cristo» En el centro de la comunidad cristiana se encuentra siempre el misterio pascual de Jesucristo. Este acontecimiento central y cualquier otro aspecto de la economía salvífica se convierte en objeto de una celebración litúrgica desde el momento en que son anunciados, proclamados y celebrados en la Liturgia de la Palabra.
La misma homilía, cuya misión es ser «una proclamación de las maravillas obradas por Dios en la historia de la salvación o misterio de Cristo: misterio, que está siempre presente y activo en nosotros, particularmente en las celebraciones litúrgicas.» (SC 35,2; cf. 52), goza también de una cierta presencia del Señor, como afirma el papa Pablo VI: «(Cristo) está presente en su Iglesia que predica, puesto que el Evangelio que ella anuncia es la Palabra de Dios y solamente se anuncia en el nombre, con la autoridad y con las asistencia de Cristo...» (cf. Mysterium Fidei , n. 20).
2. ¿Qué significa "Celebrar la Misa”?
Celebrar la Misa significa fiesta, alegría, participación, Celebrar el Sacrificio de Acción de Gracia al Señor. La Santa Misa es una reunión del Pueblo de Dios y es el medio de santificación más perfecto, pues en él conocemos a Dios y nos unimos a Jesucristo y a toda la Iglesia en su labor santificadora
3. ¿Qué representan las posturas corporales que asumimos en la misa?
Cada postura corporal que asumimos en la Misa enfatiza y refuerza el significado de la acción en la que estamos participando en ese momento en nuestro culto.
Ponernos de pie es un signo de respeto y honor, así que nos ponemos de pie cuando el celebrante, en representación de Cristo, entra y sale de la asamblea.
Cuando nos ponemos de pie para la oración, asumimos nuestra estatura completa ante Dios, no con orgullo, sino con una humilde gratitud por las cosas maravillosas que Dios ha hecho al crearnos y redimirnos. Por medio del Bautismo, se nos ha dado a compartir una parte de la vida de Dios y la posición de pie es un reconocimiento de este don maravilloso.
Nos ponemos de pie para escuchar el Evangelio, la cúspide de la revelación, las palabras y las escrituras del Señor y los obispos de los Estados Unidos han elegido la posición de pie como la postura que se debe observar en este país para la recepción de la Comunión, el sacramento que nos une de la manera más profunda posible con Cristo quien, ahora gloriosamente resucitado de entre los muertos, es la causa de nuestra salvación.
Nos ponemos de pie como familia de Dios, establecida como tal por el Espíritu de adopción. En la plenitud de ese mismo Espíritu, invocamos a Dios como Padre. Después del Padrenuestro viene el Saludo de la Paz, gesto mediante el cual expresamos por medio de un apretón de manos y el saludo de la paz que lo acompaña, que estamos en paz con nosotros mismos y que no guardamos enemistad
En los inicios de la Iglesia, la postura de rodillas simbolizaba la penitencia: ¡la consciencia del pecado nos derrumba!
La postura de rodillas estaba tan íntegramente identificada con la penitencia que a los antiguos cristianos se le prohibía arrodillarse los domingos y durante la Semana Santa, en que el espíritu prevalecedor de la liturgia era de gozo y acción de gracias.
Durante la Edad Media, la posición de rodillas significaba que un vasallo le rendía homenaje a su amo. Más recientemente, esta postura ha venido a significar adoración. Es por esta razón que los obispos de este país han elegido la posición de rodillas para que se ponga en práctica durante toda la Plegaria Eucarística.
La posición sentada es para escuchar y meditar, de esta forma, la congregación toma asiento durante las lecturas previas al Evangelio y puede, del mismo modo, sentarse durante el período de meditación que le sigue a la Comunión
La señal de la cruz: Cuando nos hagamos la señal de la cruz, que ésta sea una verdadera señal de la cruz. En lugar de un gesto menudo y apretado que no proporciona ninguna noción acerca de su significado; hagamos, en vez, una gran señal, sin ningún apuro, que empiece desde la frente hasta nuestro pecho, de hombro a hombro, sintiendo conscientemente cómo incluye a todo nuestro ser, nuestra mente, nuestra actitud, nuestro cuerpo y nuestra alma, cada una de nuestras partes en un solo momento, cómo nos consagra y nos santifica...(Señales Sagradas, 1927).
Existen otros gestos corporales que intensifican nuestra oración en la Misa. Durante el "Yo Confieso", la acción de golpear nuestro pecho en el momento de formular las palabras "por mi culpa" puede fortalecernos y hacernos más conscientes de que nuestro pecado es por nuestra culpa.
Por último, en la nueva Instrucción General, se nos pide que hagamos una señal de reverencia, a ser determinada por los obispos de cada país o región, antes de recibir de pie la Comunión. Los obispos de este país han determinado que la señal que ofreceremos antes de la Comunión será una venia, un gesto por medio del cual expresamos nuestra reverencia y honramos a Cristo, quien viene a nosotros como alimento espiritual.[/quote]