Gracias hini, de todo corazón, por este maravilloso curso, aprendí cosas interesantes. Gracias por el portal, en estos casi dos años ha sido de gran apoyo para mi vida espiritual a través de las lecturas, las reflexiones y los audios.
Gracias a todos los compañeros de viaje, deseo que Dios los colme de bendiciones cada día.
Lo que me aportó este curso y deseo compartir es lo siguiente:
1. Me gustó conocer la vida de los mojes ermitaños, pero sobre todo saber que desde la antigüedad hubo mujeres santas y piadosas que dejaron todo para dedicar su vida a Dios, esto no lo sabía, tenía entendido que las órdenes monásticas femeninas habían surgido a comienzos de la Baja edad Media como una rama de los monasterios masculinos. De las mujeres santas, me encantó saber de santa Thais, su conversión y su humildad para aceptar la guía de los santos Padres del desierto, por otra parte, siempre me ha gustado “la meditación de Thais” de la opera Thais de Jules Massenet y ahora la escucho con frecuencia en la noche antes de dormir o al despertar en la mañana, con esta dulce melodía suelo imaginar a esta Santa ermitaña en un profundo éxtasis místico.
http://www.youtube.com/watch?v=6PfNnAs6C88De la orden de san Benito, me gusto conocer que fue el iniciador de los monasterios, su lucha por la santidad, tanto la propia como de los demás monjes y sobre todo su regla monástica “ora et labora” que fue adoptada por los monasterios de la Edad Media. La regla de San Benito siempre me ha gustado, porque como soy hiperactiva, ha sido mi excusa para hacer cosas, solo que ahora he hallado un poco más de equilibrio entre el hacer y el orar.
2. El conocer la orden de los Cartujos, me impresionó muchísimo, por el silencio riguroso, la vida ascética que llevan y las exactitud inquebrantable para la oración diurna y nocturna, sin embargo me agrado ver que tanto los monjes como las monjas cartujas dedican mucho tiempo a la lectura y al estudio de textos sagrados, cuando vi esto y cuando escuche sus cantos, la verdad sentí ganas de ser monja, cosa que siempre rehusé ya que hasta hace poquísimos años era católica sólo de nombre, escéptica, incrédula, soberbia, etc., etc.
Esto es lo que escribí el día que conocí esta orden:
Septiembre 12 de 2014
¡Que nostalgia de Dios!¡Que nostalgia del cielo! Escuchar los cantos de las monjas y monjes cartujos
Es como escuchar a los mismísimos ángeles.
¡Que bendición! ¡Qué alegría tan sublime! Al conocer la vida de estas almas dedicadas completamente a Dios, ciento pena, tristeza y lágrimas brotan de mis ojos por esta vida mía, alejada de la plenitud celestial.
http://www.youtube.com/watch?v=5Ej2oFtDTgs Al ver La orden de los Jerónimos, me atrajo más, porque aunque son estrictos en sus rutinas, comparten más tiempo entre ellos y el silencio es menos riguroso, sobre todo me gustó la reverencia, con que hacen las oraciones y la dedicación al estudio.
Últimamente he pensado que de los seres de la naturaleza que cumplen fielmente la voluntad de Dios, son los árboles, ellos permanecen silenciosos, sin protestar en el lugar donde el Buen Dios los colocó, trabajan sin descanso día y noche sin esperar recompensa, extienden sus raíces tanto como pueden buscando su alimento, son felices con la lluvia, con el sol, con el aire, no protestan por el clima, se dejan cortar sus ramas sin chistar, regalan todo lo que tienen; su oxígeno, su sombra, sus frutos, el aroma de sus flores, sirven de albergue, permiten ser torneados para utilidad del ser humano y hasta se vuelven leña para calentarnos. No sé si exagero pero creo que los monjes cartujos son lo más parecido a un árbol. Lejos de este ideal, el mundo hoy nos absorbe, nos muestra falsos horizontes, en los que caemos con gran facilidad, creando vacío en nuestra vida sino tenemos una espiritualidad sólida en la que afianzarnos en los torbellinos del día a día.
3. Me agradó conocer la orden de los Maronitas, no sabía nada de esta orden, me agrada saber que por lo menos hay una orden oriental que sigue nuestro santo Papa, y por último fue muy bueno recordar que hay otras formas de vida monástica diferente a los católicos, que a su modo también buscan a Dios.
Gracias nuevamente. Un abrazo, desde Bogotá- Colombia