Buenas noches a todos en el foro.
Acabé de crear esta cuenta y espero compartir información que Nuestro Señor y Nuestra Madre Santísima enseñaron. Soy un joven de 16 años, formado en la Tradición Católica.
Quería referirme a la vestimenta de muchas personas (en especial la de las mujeres) que vemos en varios lugares de este mundo. Lo más alarmante es que personas ''católicas'' usan ropa muy promiscua, ropa que muestra y entalla su cuerpo.
Lo más preocupante, es cuando vas a Misa (la moderna) y ves mujeres y hombres vistiéndose como si estuvieran en la playa (ya sabrán a qué me refiero), sin el mínimo pudor por presentarse ante Nuestro Señor, ante la Santísima Virgen María, antes los Santos y ante los Santos Ángeles. Además, vestirse adecuadamente en Misa es RESPETAR a Dios; ¡nos estamos presentando frente a Él! ¿Cómo vamos a presentarnos de esa manera tan horrible?
Cada persona que sea ocasión de pecado para otra, será condenada el día de su Juicio (a menos que confiese el pecado con contrición verdadera de corazón, antes de morir) y le pedirán cuentas sobre esa persona que cayó en tentación por culpa suya. ¿Suena exagerado? Pues no, si una mujer u hombre van por la calle con poca ropa o mostrando de más, y otra persona los mira y cae en tentación (ya sea por la vista, el deseo o ambas), esas personas desvergonzadas que vistieron de esa horrible forma, tendrán culpa de los pecados que produjeron al por exponer su cuerpo de esa forma tan insolente.
En la Santa Misa Tradicional, las mujeres deben ir con una falda larga (mínimo hasta los tobillos) y velo en su cabeza. Lamentablemente, se ha perdido esa tradición que anteriormente la Iglesia Católica tenía (no miento, pueden verlo en vidas de Santos). Los hombres iban bien presentados, con pantalón y saco largo. Si el sacerdote mira una persona ''mal vestida'' le dice y la saca de allí, como lo hacía el Santo Padre Pío de Pietrelcina; ¡así deberían actuar todos los sacerdotes!
Hemos perdido ese pudor, ese respeto, esa humildad al entrar en oración con el Señor y Nuestra Santísima Madre. El velo en las mujeres (y solo en ellas) es signo de respeto y humildad. Ahora les quiero compartir este mensaje de la Santísima Virgen de Fátima:
“Más almas se van al infierno por pecados de la carne (es decir, pecados en contra del 6°y 9° mandamientos) que por cualquier otra razón”. Nuestra Señora de Fátima le dijo a Jacinta, “Se introducirán ciertas modas que ofenderán gravemente a Mi Hijo”. Jacinta también dijo: “Las personas que sirven a Dios no deberían seguir las modas. La Iglesia no tiene modas; Nuestro Señor es siempre el mismo”.
Claramente, Nuestra Madre se refería a la vestimenta que muchas mujeres usan en estos tiempos (en especial después del Concilio Vaticano II, al no exigir el uso de una vestimenta apropiada como lo era la falda y el velo en las mujeres; el pantalón y las camisas en los hombres) en este momento, justificándolo con: ''La Iglesia era muy antigua, tenía cosas que cambiar, ahora debemos tener 'libertad de expresión' pues Dios nos ama como somos''. ¿En serio? ¿Dios ama a las personas como son? Siendo asesinas, promiscuas, mentirosas, entre otras barbaries más.
También les quiero compartir este pasaje de las Sagradas Escrituras:
“Asimismo oren también las mujeres en traje decente, ataviándose con recato y modestia, o sin superfluidad, y no inmodestamente con los cabellos rizados o ensortijados, ni con oro, o con perlas, o costosos adornos; sino con buenas obras, como corresponde a mujeres que hacen profesión de piedad" (1 Tim. 2:9-10).
Por eso, cuando veamos un familiar o una persona cercana a nosotros que está mal vestida, debemos decirle con prontitud; si demoramos esa persona podría condenarse al no respetar su cuerpo (que es el templo del Espíritu Santo) y al hacer pecar a las demás personas. ¡Ojalá las mujeres usaran falda larga y no mostraran nada! ¡Ojalá usaran otra vez el velo al presentarse ante Nuestro Señor! Lo podemos ver hasta en la Sagrada Escritura.
Nuestro Santo Apóstol expresa: “Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo. Os alabo, hermanos, porque en todo os acordáis de mí, y retenéis las instrucciones tal como os las entregué.
Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo.
Todo varón que ora o profetiza con la cabeza cubierta, afrenta su cabeza. Pero toda mujer que ora o profetiza con la cabeza descubierta, afrenta su cabeza; porque lo mismo es que si se hubiese rapado.
Porque si la mujer no se cubre, que se corte también el cabello; y si le es vergonzoso a la mujer cortarse el cabello o raparse, que se cubra.
Porque el varón no debe cubrirse la cabeza, pues él es imagen y gloria de Dios; pero la mujer es gloria del varón.
Porque el varón no procede de la mujer, sino la mujer del varón, y tampoco el varón fue creado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del varón.
Por lo cual la mujer debe tener señal de autoridad sobre su cabeza, por causa de los ángeles.
Pero en el Señor, ni el varón es sin la mujer, ni la mujer sin el varón; porque así como la mujer procede del varón, también el varón nace de la mujer; pero todo procede de Dios.
Juzgad vosotros mismos: ¿Es propio que la mujer ore a Dios sin cubrirse la cabeza?
La naturaleza misma ¿no os enseña que al varón le es deshonroso dejarse crecer el cabello? Por el contrario, a la mujer dejarse crecer el cabello le es honroso; porque en lugar de velo le es dado el cabello.
Con todo eso, si alguno quiere ser contencioso, nosotros no tenemos tal costumbre, ni las iglesias de Dios”.
¡Qué Dios y Nuestra Santísima Virgen María los protejan y guíen!