125. La continencia matrimonial

Este curso consta 16 lecciones que se impartirán todos los martes y viernes a partir del 8 julio del 2014 , la última será el 30 de agosto del 2014 .Esta es la sexta y última parte de seis que se han dado de manera consecutiva e ininterrumpida:

Parte I: Principios del amor humano (23 lecciones)

Parte II: La purificación del corazón (40 lecciones)

Parte III: La resurrección de la carne (9 lecciones)

Parte IV: La virginidad cristiana (14 lecciones)

Parte V: El sacramento del matrimonio (27 lecciones)

Parte VI: Amor y fecundidad (16 lecciones)

Este curso tiene el objetivo de difundir la catequesis del amor humano, también conocida como Teología del Cuerpo.

En esta sexta parte contempla el acto conyugal abierto a la vida, «Humanæ vitæ» y «Gaudium et spes», paternidad y maternidad responsables, la regulación de la natalidad, la anticoncepción y la continencia periódica, la castidad conyugal y el respeto de los esposos por las obras de Dios

Moderadores: raulalonso, tito, Catholic.net, gache, Moderadores Animadores

125. La continencia matrimonial

Notapor pilar calva » Vie Jul 04, 2014 5:33 pm

Continuamos el análisis de la continencia, a la luz de la enseñanza contenida en la Encíclica «Humanæ vitæ». Frecuentemente se piensa que la continencia provoca tensiones interiores, de las que el hombre debe liberarse

1. Continuamos el análisis de la continencia, a la luz de la enseñanza contenida en la Encíclica "Humanæ vitæ".
Frecuentemente se piensa que la continencia provoca tensiones interiores, de las que el hombre debe liberarse. A la luz de los análisis realizados, la continencia, integralmente entendida, es más bien el único camino para liberar al hombre de tales tensiones. La continencia no significa más que el esfuerzo espiritual que tiende a expresar el "lenguaje del cuerpo" no sólo en la verdad, sino también en la auténtica riqueza de las "manifestaciones de afecto".

2. ¿Es posible este esfuerzo? Con otras palabras (y bajo otro aspecto) vuelve aquí el interrogante acerca de la "posibilidad de practicar la norma moral", recordada y confirmada por la "Humanæ vitæ". Se trata de uno de los interrogantes más esenciales (y actualmente también uno de los más urgentes) en el ámbito de a espiritualidad conyugal.

La Iglesia está plenamente convencida de la verdad del principio que afirma la paternidad y maternidad responsables -en el sentido explicado en catequesis anteriores-, y esto no sólo por motivos "demográficos", sino por razones más esenciales. Llamamos responsable a la paternidad y maternidad que corresponde a la dignidad personal de los esposos como padres, a la verdad de su persona y del acto conyugal. De aquí se deriva la íntima y directa relación que une esta dimensión con toda la espiritualidad conyugal.

El Papa Pablo VI, en la "Humanæ vitæ", ha expresado lo que, por otra parte, habían afirmado muchos autorizados moralistas y científicos incluso no católicos (1), que precisamente en este campo, tan profundo y esencialemente humano y personal, hay que hacer referencia ante todo al hombre como persona, al sujeto que decide de sí mismo, y no a los "medios" que lo hacen "objeto" (de manipulación) y lo "despersonalizan". Se trata, pues, aquí de un significado auténticamente "humanístico" del desarrollo y del progreso de la civilización humana.

3. ¿Es posible este esfuerzo? Toda la problemática de la Encíclica "Humanæ vitæ" no se reduce simplemente a la dimensión biológica de la fertilidad humana (a la cuestión de los "ritmos naturales de fecundidad"), sino que se remonta a la subjetividad misma del hombre, a ese "yo" personal, por el cual uno es hombre o mujer.

Ya durante los debates en el Concilio Vaticano II, relacionados con el capítulo de la "Gaudium et spes" sobre la "dignidad del matrimonio y de la familia y su valoración", se hablaba de la necesidad de un análisis profundo de las reacciones (y también de las emociones) vinculadas con la influencia recíproca de la masculinidad y femineidad en el sujeto humano (2). Este problema pertenece no tanto a la biología como a la psicología: de la biología y psicología pasa luego a la esfera de la espiritualidad conyugal y familiar. Efectivamente, aquí este problema está en relación íntima con el modo de entender la virtud de la continencia, o sea, del dominio de sí y, en particular, de la continencia periódica.

4. Un análisis atento de la psicología humana (que es, a la vez, un auto-análisis subjetivo y luego se convierte en análisis de un "objeto" accesible a la ciencia humana), permite llegar a algunas afirmaciones esenciales. De hecho, en las relaciones interpersonales donde se manifiesta el influjo recíproco de la masculinidad y feminidad, se libera en el sujeto sico-emotivo, en el "yo" humano, junto a una reacción que se puede calificar como "excitación", otra reacción que se puede calificar como "emoción". Aunque estos dos géneros de reacciones aparecen unidos, es posible distinguirlos experimentalmente y "diferenciarlos" respecto al contenido o a su "objeto" (3).

La diferencia objetiva entre uno y otro género de reacciones consiste en el hecho de que la excitación es ante todo "corpórea" y en este sentido, "sexual"; en cambio, la emoción -aun cuando suscitada por la reacción recíproca de la masculinidad y femineidad- se refiere sobre todo a la otra persona entendida en su "totalidad". Se puede decir que ésta es una "emoción causada por la persona", en relación con su masculinidad o feminidad.

5. Lo que aquí afirmamos referente a la psicología de las reacciones recíprocas de la masculinidad y feminidad, ayuda a comprender la función de la virtud de la continencia, de la que hemos hablado antes. Esta no es sólo -ni siquiera principalmente- la capacidad de "abstenerse", esto es, el dominio de las múltiples reacciones que se entrelazan en el recíproco influjo de la masculinidad y feminidad: esta función podría definirse como "negativa". Pero existe también otra función (que podemos llamar "positiva") del dominio de sí: y es la capacidad de dirigir las respectivas reacciones, ya sea en su contenido, ya en su carácter.

Se ha dicho ya que en el campo de las reacciones recíprocas de la masculinidad y feminidad, la "excitación" y la "emoción" aparecen, no sólo como dos experiencias distintas y diferentes del "yo" humano, sino que muy frecuentemente aparecen unidas en el ámbito de la misma experiencia como dos elementos diversos de ella. Depende de varias circunstancias de naturaleza interior y exterior la proporción recíproca en la que aparecen estos dos elementos en una experiencia determinada. A veces prevalece netamente uno de ellos, otras, más bien, hay equilibro entre ellos.

6. La continencia, como capacidad de dirigir la "excitación" y la "emoción" en la esfera del influjo recíproco de la masculinidad y feminidad, tiene la función esencial de mantener el equilibrio entre la comunión con la que los esposos desean expresar recíprocamente sólo su unión íntima y aquella con la que (al menos implícitamente) acogen la paternidad responsable. De hecho, la "excitación" y la "emoción" pueden prejuzgar, por parte del sujeto, la orientación y el carácter del recíproco "lenguaje del cuerpo".

La excitación trata ante todo de expresarse en la forma del placer sensual y corpóreo, o sea, tiende al acto conyugal que (dependientemente de los "ritmos naturales de fecundidad") comporta la posibilidad de procreación. En cambio, la emoción probada por otro ser humano como persona, aun cuando en su contenido emotivo está condicionada por la feminidad o masculinidad del "otro", no tiende de por sí al acto conyugal, sino que se limita a otras "manifestaciones de afecto", en las cuales se expresa el significado nupcial del cuerpo, y que, sin embargo, no implican sí significado (potencialmente) procreador.

Es fácil comprender las consecuencias que de esto se derivan respecto al problema de la paternidad y maternidad responsables. Son consecuencias de naturaleza moral.
(1) Cf., por ejemplo, las declaraciones de "Bund fur evangelisch katholische Wiedervereinigung" (L’Osservatore Romano, 19 de septiembre, 1968, pág. 3); del Dr. F. King, anglicano (L’Osservatore Romano, 5 de octubre, 1968, pág. 3); y también del musulman Sr. Mohammed Chérif Zeghoudu (en el mismo número). Particularmente significativa la carta escrita el 28 de noviembre, 1968, al cardenal Cicognani por K. Barth, en la cual elogiaba la gran valentía de Pablo VI.
(2) Cf. Intervenciones del cardenal Leo Jozef Suenens en la 138 Congregación General del 29 de septiembre de 1965: Acta Synodalia S. Concilli Oecumenici Vaticani ll, vol. 4, párrafo 3, pág. 30.
(3) Al respecto se podría recordar lo que dice Santo Tomás en un fino análisis del amor con relación al "concupiscible" y a la voluntad (cf. S. Th I-llae, q. 26, art. 2).

Pregunta:
¿De qué se hablaba en los debates en el Concilio Vaticano II, relacionados con el capítulo de la "Gaudium et spes" sobre la "dignidad del matrimonio y de la familia y su valoración"?
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Re: 125. La continencia matrimonial

Notapor lindoro50 » Mié Ago 13, 2014 11:38 am

¿De qué se hablaba en los debates en el Concilio Vaticano II, relacionados con el capítulo de la "Gaudium et spes" sobre la "dignidad del matrimonio y de la familia y su valoración"?

Se hablaba de la necesidad de un análisis profundo de las reacciones y emociones vinculadas con la influencia recíproca de la masculinidad y femineidad en el sujeto humano. Este asunto no es tanto de carácter biológico sino psicológico, que pasa luego a la esfera de la espiritualidad conyugal y familiar. Esta cuestión está en relación íntima con el modo de entender la virtud de la continencia, o sea, del dominio de sí y, en particular, de la continencia periódica.

La continencia no significa más que el esfuerzo espiritual que tiende a expresar el lenguaje del cuerpo no sólo en la verdad, sino también en la auténtica riqueza de las manifestaciones de afecto.

La continencia se presenta hoy como una opción accesible a todos y benéfica desde diversos puntos de vista.

La castidad como virtud también deben vivirla los casados, porque es la virtud del amor conyugal auténtico y un don de Dios que esta esencialmente vinculada con el don del sacramento del matrimonio, cuyo sentido es:

- Proteger la dignidad particular del acto conyugal y las manifestaciones afectivas de los esposos.

- Ennoblece y santifica el amor conyugal cristiano purificándolo de los egoísmos.

- Introduce el equilibrio, respeto y armonía adecuados en las relaciones recíprocas propias de la convivencia conyugal.

- Realiza el orden interior de la convivencia.
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Re: 125. La continencia matrimonial

Notapor Maria 2 » Jue Ago 14, 2014 4:36 pm

¿De qué se hablaba en los debates en el Concilio Vaticano II, relacionados con el capítulo de la "Gaudium et spes" sobre la "dignidad del matrimonio y de la familia y su valoración"?

Frecuentemente se piensa que la continencia provoca tensiones interiores, de las que el hombre debe liberarse. A la luz de los análisis realizados, la continencia, integralmente entendida, es más bien el único camino para liberar al hombre de tales tensiones. La continencia no significa más que el esfuerzo espiritual que tiende a expresar el "lenguaje del cuerpo" no sólo en la verdad, sino también en la auténtica riqueza de las "manifestaciones de afecto".

La Iglesia está plenamente convencida de la verdad del principio que afirma la paternidad y maternidad responsables -en el sentido explicado en catequesis anteriores-, y esto no sólo por motivos "demográficos", sino por razones más esenciales. Llamamos responsable a la paternidad y maternidad que corresponde a la dignidad personal de los esposos como padres, a la verdad de su persona y del acto conyugal. De aquí se deriva la íntima y directa relación que une esta dimensión con toda la espiritualidad conyugal.

La diferencia objetiva entre uno y otro género de reacciones consiste en el hecho de que la excitación es ante todo "corpórea" y en este sentido, "sexual"; en cambio, la emoción -aun cuando suscitada por la reacción recíproca de la masculinidad y femineidad- se refiere sobre todo a la otra persona entendida en su "totalidad". Se puede decir que ésta es una "emoción causada por la persona", en relación con su masculinidad o feminidad.

Se ha dicho ya que en el campo de las reacciones recíprocas de la masculinidad y feminidad, la "excitación" y la "emoción" aparecen, no sólo como dos experiencias distintas y diferentes del "yo" humano, sino que muy frecuentemente aparecen unidas en el ámbito de la misma experiencia como dos elementos diversos de ella. Depende de varias circunstancias de naturaleza interior y exterior la proporción recíproca en la que aparecen estos dos elementos en una experiencia determinada. A veces prevalece netamente uno de ellos, otras, más bien, hay equilibro entre ellos.

La continencia, como capacidad de dirigir la "excitación" y la "emoción" en la esfera del influjo recíproco de la masculinidad y feminidad, tiene la función esencial de mantener el equilibrio entre la comunión con la que los esposos desean expresar recíprocamente sólo su unión íntima y aquella con la que (al menos implícitamente) acogen la paternidad responsable. De hecho, la "excitación" y la "emoción" pueden prejuzgar, por parte del sujeto, la orientación y el carácter del recíproco "lenguaje del cuerpo".

La excitación trata ante todo de expresarse en la forma del placer sensual y corpóreo, o sea, tiende al acto conyugal que (dependientemente de los "ritmos naturales de fecundidad") comporta la posibilidad de procreación. En cambio, la emoción probada por otro ser humano como persona, aun cuando en su contenido emotivo está condicionada por la feminidad o masculinidad del "otro", no tiende de por sí al acto conyugal, sino que se limita a otras "manifestaciones de afecto", en las cuales se expresa el significado nupcial del cuerpo, y que, sin embargo, no implican sí significado (potencialmente) procreador.

Es fácil comprender las consecuencias que de esto se derivan respecto al problema de la paternidad y maternidad responsables. Son consecuencias de naturaleza moral.

COMENTARIO: Se hablaba de la necesidad de un análisis profundo de las reacciones y también de las emociones vinculadas con la influencia recíproca de la masculinidad y femineidad en el sujeto humano. Este problema pertenece no tanto a la biología como a la psicología: de la biología y psicología pasa luego a la esfera de la espiritualidad conyugal y familiar. Efectivamente, aquí este problema está en relación íntima con el modo de entender la virtud de la continencia, o sea, del dominio de sí y, en particular, de la continencia periódica.

Un abrazo y hasta pronto.-
Maria 2
 
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Re: 125. La continencia matrimonial

Notapor virginia castro » Vie Ago 15, 2014 9:08 am

VIRGINIA CASTRO # 125

DE QUE SE HABLABA EN LOS DEBATES EN EL CONCILIO VATICANO II, RELACIONADOS CON EL CAPITULO DE LA "GAUDIUM ET SPES"
SOBRE LA DIGNIDAD DEL MATRIMONIO Y DE LA FAMILIA Y SU VALORACION?

Ya durante los debates en el Concilio Vaticano II, relacionados con el capitulo de la "Gaudium et spes" sobre la "dignidad del matrimonio y de la familia y su valoracion", se hablaba de la necesidad de un analisis profundo de las reacciones (y tambien las emociones) vinculadas con la influencia reciproca de la masculinidad y femineidad en el sujeto humano. 2. Este problema pertenece no tanto a la biologia como a la psicologia: de la biologia y psicologia pasa luego a la esfera de la espiritualidad conyugal y familiar. Evidentemente aqui esta este problema esta en relacion intima con el modo de entender la virtud de la continencia, o sea del dominio de si y en particular de la continencia periodica.
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Re: 125. La continencia matrimonial

Notapor carranri » Sab Ago 16, 2014 2:17 pm

Pregunta: ¿De qué se hablaba en los debates en el Concilio Vaticano II, relacionados con el capítulo de la "Gaudium et spes" sobre la "dignidad del matrimonio y de la familia y su valoración"?

Que gran resumen de este tema! Cuanta valiosa información contiene esta lectura, que prácticamente podría poner toda como respuesta a la pregunta, incluyendo las notas de documentación!!!

Frecuentemente se piensa que la continencia provoca tensiones interiores, de las que el hombre debe liberarse. A la luz de los análisis realizados, la continencia, integralmente entendida, es más bien el único camino para liberar al hombre de tales tensiones. La continencia no significa más que el esfuerzo espiritual que tiende a expresar el "lenguaje del cuerpo" no sólo en la verdad, sino también en la auténtica riqueza de las "manifestaciones de afecto".

Durante los debates en el Concilio Vaticano II, relacionados con el capítulo de la "Gaudium et spes" sobre la "dignidad del matrimonio y de la familia y su valoración", se hablaba de la necesidad de un análisis profundo de las reacciones (y también de las emociones) vinculadas con la influencia recíproca de la masculinidad y femineidad en el sujeto humano (2). Este problema pertenece no tanto a la biología como a la psicología: de la biología y psicología pasa luego a la esfera de la espiritualidad conyugal y familiar. Efectivamente, aquí este problema está en relación íntima con el modo de entender la virtud de la continencia, o sea, del dominio de sí y, en particular, de la continencia periódica.

La diferencia objetiva entre uno y otro género de reacciones consiste en el hecho de que la excitación es ante todo "corpórea" y en este sentido, "sexual"; en cambio, la emoción -aun cuando suscitada por la reacción recíproca de la masculinidad y femineidad- se refiere sobre todo a la otra persona entendida en su "totalidad". Se puede decir que ésta es una "emoción causada por la persona", en relación con su masculinidad o feminidad.
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Re: 125. La continencia matrimonial

Notapor NELSON » Lun Ago 18, 2014 10:57 am

Pregunta:
¿De qué se hablaba en los debates en el Concilio Vaticano II, relacionados con el capítulo de la "Gaudium et spes" sobre la "dignidad del matrimonio y de la familia y su valoración"?
Toda la problemática de la Encíclica "Humanæ vitæ" no se reduce simplemente a la dimensión biológica de la fertilidad humana (a la cuestión de los "ritmos naturales de fecundidad"), sino que se remonta a la subjetividad misma del hombre, a ese "yo" personal, por el cual uno es hombre o mujer.
Ya durante los debates en el Concilio Vaticano II, relacionados con el capítulo de la "Gaudium et spes" sobre la "dignidad del matrimonio y de la familia y su valoración", se hablaba de la necesidad de un análisis profundo de las reacciones (y también de las emociones) vinculadas con la influencia recíproca de la masculinidad y femineidad en el sujeto humano (2). Este problema pertenece no tanto a la biología como a la psicología: de la biología y psicología pasa luego a la esfera de la espiritualidad conyugal y familiar. Efectivamente, aquí este problema está en relación íntima con el modo de entender la virtud de la continencia, o sea, del dominio de sí y, en particular, de la continencia periódica.
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Re: 125. La continencia matrimonial

Notapor Jeanette Palacios » Lun Ago 18, 2014 6:57 pm

¿De qué se hablaba en los debates en el Concilio Vaticano II, relacionados con el capítulo de la "Gaudium et spes" sobre la "dignidad del matrimonio y de la familia y su valoración"?
Se habla de la nesecidad de un analisis profundo de las reacciones y emociones vinculados con la influencia reciproca de la masculinidad y feminiad en el sujeto humano.
El problema esta en la manera intima con el modo de entender la virtud de la continencia, o sea el dominio de si y en particular de la continencia periodoca. El debate es hacerca de la paternidad y maternidad responsables.
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Re: 125. La continencia matrimonial

Notapor Mary Jo » Lun Ago 18, 2014 7:42 pm

¿De qué se hablaba en los debates en el Concilio Vaticano II, relacionados con el capítulo de la "Gaudium et spes" sobre la "dignidad del matrimonio y de la familia y su valoración"?
Se hablaba de la necesidad de un análisis profundo de las reacciones (y también de las emociones) vinculadas con la influencia recíproca de la masculinidad y femineidad en el sujeto humano. El texto comenta que este problema pertenece no tanto a la biología como a la psicología: de la biología y psicología pasa luego a la esfera de la espiritualidad conyugal y familiar. El problema está en relación íntima con el modo de entender la virtud de la continencia, en particular, de la continencia periódica.
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Re: 125. La continencia matrimonial

Notapor mariaines » Mar Ago 19, 2014 9:52 am

¿De qué se hablaba en los debates en el Concilio Vaticano II, relacionados con el capítulo de la "Gaudium et spes" sobre la "dignidad del matrimonio y de la familia y su valoración"?
Se hablaba de la necesidad de un análisis de las reacciones y emociones vinculadas con la influencia de la masculinidad y femineidad en la persona. Está en relacion con el modo de entender la virtud de la continencia o dominio de sí.
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Re: 125. La continencia matrimonial

Notapor patricio » Mar Ago 19, 2014 1:29 pm

¿De qué se hablaba en los debates en el Concilio Vaticano II, relacionados con el capítulo de la "Gaudium et spes" sobre la "dignidad del matrimonio y de la familia y su valoración"?

En esos debates, se hablaba de la necesidad de un análisis profundo de las reacciones (y también de las emociones) vinculadas con la influencia recíproca de la masculinidad y femineidad en el sujeto humano. Este problema pertenece no tanto a la biología como a la psicología: de la biología y psicología pasa luego a la esfera de la espiritualidad conyugal y familiar. Efectivamente, aquí este problema está en relación íntima con el modo de entender la virtud de la continencia, o sea, del dominio de sí y, en particular, de la continencia periódica.
Un análisis atento de la psicología humana (que es, a la vez, un auto-análisis subjetivo y luego se convierte en análisis de un "objeto" accesible a la ciencia humana), permite llegar a algunas afirmaciones esenciales. De hecho, en las relaciones interpersonales donde se manifiesta el influjo recíproco de la masculinidad y feminidad, se libera en el sujeto sico-emotivo, en el "yo" humano, junto a una reacción que se puede calificar como "excitación", otra reacción que se puede calificar como "emoción". Aunque estos dos géneros de reacciones aparecen unidos, es posible distinguirlos experimentalmente y "diferenciarlos" respecto al contenido o a su "objeto". La diferencia objetiva entre uno y otro género de reacciones consiste en el hecho de que la excitación es ante todo "corpórea" y en este sentido, "sexual"; en cambio, la emoción aun cuando suscitada por la reacción recíproca de la masculinidad y femineidad se refiere sobre todo a la otra persona entendida en su "totalidad". Se puede decir que ésta es una "emoción causada por la persona", en relación con su masculinidad o feminidad.
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Re: 125. La continencia matrimonial

Notapor sanaquino » Mar Ago 19, 2014 5:30 pm

Pregunta:
¿De qué se hablaba en los debates en el Concilio Vaticano II, relacionados con el capítulo de la "Gaudium et spes" sobre la "dignidad del matrimonio y de la familia y su valoración"?

se hablaba de la necesidad de un análisis profundo de las reacciones (y también de las emociones) vinculadas con la influencia recíproca de la masculinidad y femineidad en el sujeto humano (2). Este problema pertenece no tanto a la biología como a la psicología: de la biología y psicología pasa luego a la esfera de la espiritualidad conyugal y familiar. Efectivamente, aquí este problema está en relación íntima con el modo de entender la virtud de la continencia, o sea, del dominio de sí y, en particular, de la continencia periódica
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Re: 125. La continencia matrimonial

Notapor MA SOCORRO A REYES L » Vie Ago 22, 2014 4:39 pm

¿De qué se hablaba en los debates en el Concilio Vaticano II, relacionados con el capítulo de la "Gaudium et spes" sobre la "dignidad del matrimonio y de la familia y su valoración"?
Se hablaba de la necesidad de un análisis profundo de las reacciones y de las emociones vinculadas con la influencia recíproca de la masculinidad y femineidad en el sujeto humano, en relación íntima con el modo de entender la virtud de la continencia, el dominio de sí y de la continencia periódica. En la relación íntima con el modo de entender la virtud de la continencia en donde la biología y psicología pasan a la esfera de la espiritualidad conyugal y familiar.
MA SOCORRO A REYES L
 
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Re: 125. La continencia matrimonial

Notapor yaluz » Dom Ago 24, 2014 10:50 pm

¿De qué se hablaba en los debates en el Concilio Vaticano II, relacionados con el capítulo de la "Gaudium et spes" sobre la "dignidad del matrimonio y de la familia y su valoración"?

R:
Realmente se hablaba de la subjetividad del ser humano, de la dignidad del matrimonio, de la familia y su valoración. De la posibilidad del hombre de hacer el esfuerzo, es decir la continencia en el matrimonio. Esto por supuesto los llevó a hacer un análisis más profundo sobre el hombre y su subjetividad, desde el marco de la biología y la psicología, así como de su espiritualidad. Finalmente resaltan dos expresiones del lenguaje del cuerpo, la excitación y la emoción las cuales surgen ante el influjo de la masculinidad y la feminidad y dependiendo de la subjetividad del hombre y de la mujer, de su capacidad de dominio de si, es decir, la continencia, cuyo fin es mantener el equilibrio entre estas dos expresiones del lenguaje del cuerpo, o sea orientar la excitación y/o la emoción en una comunión reciproca, que aunque pueden aparecer juntas, la continencia orienta la emoción hacia otras manifestaciones de afectos, que también surgen por la masculinidad y la feminidad de los esposos, pero no llega al acto conyugal.
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Re: 125. La continencia matrimonial

Notapor Silviamaria » Mié Ago 27, 2014 10:23 am

¿De qué se hablaba en los debates en el Concilio Vaticano II, relacionados con el capítulo de la “Gaudium et spes” sobre la “dignidad del matrimonio y de la familia y su valoración?

Se hablaba de la relación íntima de la pareja sus reacciones y emociones, sobre la masculinidad y femineidad de las personas, la continencia matrimonial, los valores y la dignidad dentro de la vida conyugal.
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Re: 125. La continencia matrimonial

Notapor maguie » Mié Sep 03, 2014 2:46 pm

En los debates del Concilio Vaticano II relacionados con el capítulo de la 'Gaudium et spes' sobre la dignidad del matrimonio y la familia y su valoración, se hablaba de la necesidad de entender las reacciones y emociones provocadas por la relación interpersonal conyugal donde los esposos se manifiestan a sí mismos en toda su subjetividad personal.
Estas manifestaciones pueden ser separadas pues se expresan de maneras diferentes en la persona: mientras que la reacción natural de la expresión de la masculinidad y la feminidad de los cónyuges es la excitación corporal que tiende al acto conyugal que comporta la posiblidad de la procreación, las emociones que comportan la manifestación de otro ser humano como persona puede extenderse a todas las demás manifestaciones de afecto en los que se exprese el significado nupcial del cuerpo pero no implican el significado potencial creador.
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Re: 125. La continencia matrimonial

Notapor Martha Leticia Barba » Jue Sep 11, 2014 12:35 pm

Trata especialmente sobre la relación natural existente de la influencia recíproca de la masculinidad y la femineidad tanto de las reacciones como de las emociones. Saludos.
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Re: 125. La continencia matrimonial

Notapor Martha Leticia Barba » Jue Sep 11, 2014 12:50 pm

Trata especialmente sobre la relación natural existente de la influencia recíproca de la masculinidad y la femineidad tanto de las reacciones como de las emociones. Saludos.
Martha Leticia Barba
 
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Re: 125. La continencia matrimonial

Notapor Alejandra S » Lun Oct 06, 2014 3:09 pm

¿De qué se hablaba en los debates en el Concilio Vaticano II, relacionados con el capítulo de la "Gaudium et spes" sobre la "dignidad del matrimonio y de la familia y su valoración"?
Nos cuenta Juan Pablo II que “se hablaba de la necesidad de un análisis profundo de las reacciones (y también de las emociones) vinculadas con la influencia recíproca de la masculinidad y femineidad en el sujeto humano (...) Este problema pertenece no tanto a la biología como a la psicología: de la biología y psicología pasa luego a la esfera de la espiritualidad conyugal y familiar”.
Alejandra S
 
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