por Pachelli1960 » Mié Ago 27, 2014 11:42 am
FLOS SANCTORUM
Fuera sin duda costumbre muy piadosa y de grande provecho á las familias cristianas, el leer después de rezar el Rosario, la vida del santo de cada día, é implorar luego su protección con la misma oración litúrgica que usa para ello nuestra santa madre la Iglesia.
Muchas ventajas sacarían los fieles de esta práctica suavísima y altamente cristiana. Y primeramente, se avivaría en gran manera la fe, harto amortecida en nuestros tiempos desventurados, desde que la religión divina de nuestros mayores se pone en tela de juicio, en lugar de conservarse y alimentarse con sanas lecturas y buenas obras. Dice muy bien el glorioso doctor de la Iglesia, san Ambrosio: Después de los oráculos de los profetas, testimonios de los apóstoles y llagas de los mártires, es peligroso atrevimiento el examinar con vana pretensión la fe antigua, como si fuese nacida de ayer, y gran desatino quedarte en tu error, habiéndote precedido tan esclarecidos guías y capitanes de la fe, y estarte tú como hombre ocioso disputando sobre ella, después de haber ellos dado y puesto sus vidas en su defensa. (Serm, SS. Nazar. et Celsi).
Los ejemplos, martirios y virtudes heroicas de los santos, puestos como delante de los ojos en la lectura
de sus vidas, no solamente confirman y fortalecen nuestra fe, mas también nos animan poderosamente al ejercicio de la virtud; porque al llenarnos de admiración y de asombro, nos mueven a exclamar diciendo: Y nosotros ¿que hacemos por amor de Jesucristo y para alcanzar la gloriosa corona de lo cielos? Y así, dice san Agustín, que el pueblo cristiano celebra la memoria de los mártires para despertarse a su imitación, participar de sus merecimientos, y gozar del beneficio de sus oraciones.
Finalmente, no es por ventura muy justo y conforme á toda razón que los santos de Dios sean muy conocidos y reverenciados de todos los fieles cristianos? Porque si honramos el valor, la ciencia y la generosidad de los hombres que han merecido el bien de la patria, ¿cuánto más debemos ensalzar á los gloriosísimos adalides de nuestra santa religión, que han sido los hombres más virtuosos y perfectos del mundo, la honra de nuestro linaje y el ornamento de la Iglesia de Jesucristo?.
Por todos estos y otros títulos, sería menester que no nos contentásemos con saber solo los nombres de los santos y honrarnos con ellos, sino que tuviésemos además con frecuencia entre las manos las historias de sus vidas, y las leyésemos con singular estudio y devoción.
Mas porque es ahora ya tan crecido el número de los santos, y de tal se ha multiplicado los volúmenes de sus vidas, que la mayor parte de sus fieles no pueden leerlas; hemos tratado aquí de compendiar en un solo libro muchas que se hayan, ya en el Breviario romano, ya en los numerosos tomos del Padre Rivadeneira y del Padre Croisset, de la Compañía de Jesús, añadiendo después de la vida de cada santo, una breve y sencilla reflexión con la oración litúrgica de la Iglesia, á fin de que este libro sea con toda verdad un -Año cristiano para la familia-
Ojalá que no falte este tesoro de piedad en ninguna de las familias católicas que no pueden poseer las piadosas fuentes de donde se ha recogido; y que leyéndose cada día por espacio de cinco minutos antes o después del Rosario, el padre y la madre, los hijos y las hijas, y todos los individuos de la casa, sepan la vida del santo de cada día, y se muevan a imitación de sus virtudes, para alcanzar después de esta vida mortal la participación de su gloria en el cielo por toda la eternidad.
Pachelli1960
Gracias
Dios nos bendiga a todos
Pachelli1960