por Liliana9 » Lun Mar 31, 2014 11:45 pm
1.-¿Cómo puede el dolor dejar de ser un obstáculo para la felicidad?
R.- Viéndolo de otra manera; reflexionando cunado tenemos el dolor ante nosotros, comprendiendo que está ahí por una razón, dejando a un lado la negatividad de nuestro ser, y dando paso a la aceptación, pero sobretodo encomendándonos a Dios, para que sea Él quien actúe sobre nosotros, quien guíe el camino y quien sane las heridas que ha ocasionado el dolor.
2.-¿Cuál es la trayectoria que ordinariamente se sigue a partir de un suceso doloroso?
R.- Cuando en la vida sucede un hecho doloroso, tendemos a rechazar la idea, nos oponemos a la situación y en verdad sentimos que la vida se nos viene abajo, pero conforme pasan los días, suele llegar un reconocimiento del hecho, lo cual abre la posibilidad de comenzar a afrontarlo, pero con muchos esfuerzos, pues no es fácil. Después de tantas altas y bajas, donde está en juego nuestro "estar"; reconocemos que debemos ser valientes y afrontar la situación, buscamos una motivación[/u], algo que nos saque a flote, despierte las ganas de salir adelante. Dando paso a la [u]resignación, aunque aún en el interior siga la tristeza por el dolor, queremos seguir y luchar, continuamos razonando y con ello obtenemos el conocimiento, la verdad de las cosas, el descubrir y comprender que todo sucede por "algo", por una razón, que debe haber "algo" que nos espera después de todo ello, así que empleamos nuestra voluntad para sobreponernos y finalizar con la aceptación del hecho.
3.- ¿Qué beneficios humanos pueden derivar del sufrimiento?
R.- El sufrimiento enriquece la inteligencia, el conocer; el dolor perfecciona la voluntad; y por último, el sufrimiento transforma el corazón.
4.-¿Se puede ser realmente feliz si no se cree en Dios y en la vida después de la muerte? ¿Qué sentido da Jesucristo al sufrimiento?
R.- Primero, sin Dios no somos nada, por ende, si no creemos en Él, la felicidad es vana, fugaz e inestable en el hombre; Dios es el centro de nuestro ser, aunque muchas veces nos cueste reconocerle, por Él obtendremos la felicidad del hoy y del mañana, esa felicidad plena que nos dará vida en abundancia.
Segundo, Jesús vino al mundo para salvarnos, para demostrarnos a través de su sufrimiento su amor hacia cada uno de nosotros; nos enseña que sufrir no es perder, al contrario es ganar, ganar esa reconciliación con Dios, con nosotros mismos; que a través del dolor se puede amar, pues éste nos transformar y nos convierte en mejores personas.
Ésta lección, como todas las anteriores trae consigo una gran enseñanza, pues en ella descubrí eso que tanto me cuestionaba, ¿porqué las personas buenas sufren? viendo el sufrimiento como un mal, como algo negativo, sin permitirme ver más allá, ver lo que trae escondido ese dolor, sin poder descubrir qué me quería decir Dios... a través de todas estas lecturas he sentido como Dios se hace presente, dando respuesta a tantas interrogantes arraigadas en mi desde pequeña y que no había podido responder. Gracias por todo ello, que Dios los bendiga.