por Sofyta » Sab Feb 08, 2014 7:31 pm
1.-¿Qué elementos corresponderían a la felicidad según el autor Julián Marías?
(Resumen del Primer documento)
En la historia de la ciencia hay ausencias. Hay una tendencia a evadir la felicidad como tema complejo, sobre todo por una perspectiva unilateral de abordar los temas desde la vieja ontología: se estudian las cosas, pero se deja fuera la comprensión de la realidad.
La felicidad, ¿solo es humana?: en su nombre mismo, o en nombrar la felicidad, encontramos los elementos que llevan a pensar, que en algún sentido, la felicidad pertenece al hombre, como es el caso de los opuestos, y de lo absurdo. La riqueza lingüística que hay en torno a la felicidad da una amplia gama de posible aproximación a comprenderla.
La felicidad es una extraña realidad, buscada y rara vez hallada.
La felicidad se confunde con muchos términos y se distingue de otros, eso hace complicada su comprensión; a menudo se le asocia con alegría, dicha, fortuna; y al contrario, cuando se le pierde o se le destruye, se asocia a la desgracia, infortunio, etc.
Hay una tendencia a la generalización abstracta, pero el último sentido de la felicidad es siempre personal.
ELEMENTOS DE LA FELICIDAD:
La felicidad es un estado interior, una forma de ser, un estado permanente, de gozo pleno y paz interior
La felicidad es consecuencia de actualizar las facultades superiores: inteligencia, voluntad y afectividad
La felicidad procede de una situación existencial de conjunto, integralmente, tener la vida lograda y así alcanzar la plenitud
2.-¿El cristianismo presenta algún tipo de felicidad con características propias?
El pensamiento cristiano ha tenido gran influencia en la manera de tratar de comprender la felicidad, si es momentánea o si se refiere a la vida como un todo. El haber transferido el concepto de felicidad a la salvación ha traído consecuencias, entendiéndose como momentánea la elección de la felicidad o de su opuesto, la infelicidad.
El punto álgido viene en dos peligros:
1) Olvidar la felicidad en esta vida
2) Que la felicidad ultra terrena no se imagine, que no tenga nada que ver con la vida actual.
3.-Hay ciertos autores que presentan el cristianismo como una religión que no busca la felicidad, ¿según el autor esto sería así?
El autor confronta, en la aparición del cristianismo, los problemas teológicos que trajo al transferir o equiparar felicidad-salvación, y aclara que es una concepción de las más admitidas, pero considero que no se posiciona en un lado u otro, solo hace una análisis de los peligros de esta concepción, que entre los dos ya mencionados, también menciona el de vivir sin esperanza, no se desea la felicidad y por lo tanto no se busca. Sin embargo, el autor enfatiza que el cristianismo busca la felicidad en el modo de salvación, aunque de una manera muy confusa.
4.-¿No es acaso el cristianismo una religión por la que se busca, trámite una relación personal con Cristo, una vivencia de la felicidad interior, personal, en la que toda la vida tiene ese tinte coloreado de la felicidad particular del vivir cerca de Dios?
Así es, muchas veces se ha profundizado en la figura de Jesús, histórica, bíblica, cristológica, dogmática, doctrinal, etc.; la vida de Jesús de Nazaret, fue una continua enseñanza, en el ámbito lingüístico, en el ámbito testimonial, de una vida diferente a la de su tiempo, que no obstante las circunstancias adversas a la felicidad (lo propicio para la infelicidad), se podía y se debía vivir diferente…”Yo he venido para que tengan Vida, y la tengan en abundancia”…con la CONFIANZA puesta en Dios, que es un Papá Bueno, que nos cuida, nos protege, nos impulsa, con la esperanza de una humanidad, cada vez mejor. El contacto directo con Jesús Cristo, que vivió Feliz porque se sabía acompañado por el Padre, nos lanza a la experiencia de vivir una felicidad honda cimentada en esa confianza-esperanza de vivir con, desde, para Dios.