por eduarod » Jue Nov 07, 2013 11:58 am
Estimada en Cristo Elisa_S:
Desafortunadamente hoy en día "ser muy serio en estudios bíblicos" en muchos casos significa más bien "estudiar la Biblia desde una perspectiva inmanente, completamente INCORRECTA, como si de un mero libro humano se tratase".
El que una obra sea gustada en esos círculos, por tanto, más que motivo de credibilidad y seguridad automáticas, es una alerta que nos invita a andarnos con cautela con esas obras. Y si, encima de eso, notamos una discrepancia o diferencia muy grande entre los conceptos de esas obras y los que podemos encontrar en fuentes muchísimo más confiables y seguras como pueden ser las obras de Benedicto XVI, pues bueno, creo que leer con cautela, muy lejos de estar mal, es lo MÍNIMO que deberías hacer.
Ahora bien, respecto a la Teología de la Liberación, ese es un término MUY amplio, el que abarca desde visiones muy radicales, cercanas al marxismo y completamente ajenas a la Fé Católica al punto de que han sido formalmente condenadas, hasta posiciones más o menos ortodoxas y ciertamente NO condenables, pero que aún así suelen perder el foco de lo que es más esencial e importante en el mensaje de Cristo; y generalmente todo esto ocurre bajo la nada menospreciable justificación de que no se está haciendo en la Iglesia lo suficiente por los pobres hoy en día.
Esa acusación en muchos lugares es verdad, y ciertamente los pobres no ocupan ningún lugar secundario o trivial en el mensaje de Cristo, por lo cual es motivo de verdadera preocupación en el Iglesia que no se esté logrando hacer lo suficiente por los pobres. Pero el problema de las Teologías de la Liberación, incluso en sus formas más "benignas" y no condenables, es que usando ese problema real como punto de partida, caen luego en el error de desplazar parcial o totalmente el sentido profundo de la Salvación Trascendente que Jesús vino a traernos y que supera TODAS las limitaciones de este mundo. Desplazamiento que ocurre al darle DEMASIADA importancia al aspecto de la justicia en sentido intramundano (es decir, en este mundo) que en realidad, en una recta visión cristiana, no es sino como un "anticipo" o "adelanto" de la Justicia Verdadera que es de la que gozaremos en la Patria Celestial. Así, el foco del buen cristiano SIEMPRE debería estar en la Salvación Eterna, y es justamente ESE foco el que de verdad podría "adelantar" algo de esa Justicia y Felicidad en este mundo para poder crear aquí mismo sociedades más justas y humanas.
Pero en cambio, la Teología de la Liberación, incluso, insisto, en sus formas más benignas, en lo que se fija como si fuera un fin en sí mismo -e incluso como si fuera EL fin y objetivo de TODO- es mayormente en ese aspecto de la justicia social. Pierde entonces en buena medida no solo el foco en la Salvación Eterna que en última instancia es lo ÚNICO verdaderamente importante; sino que, además, al perder ese foco, se olvida de TRAER la Justicia de la Salvación Eterna a ESTE mundó, buscando, a falta de ello, más bien esquemas de "savlación intramundana" que parezcan prometer resultados por si mismos. Esquemas que, al no ser ni estar realmente fundamentados en la VERDADERA Salvación de Cristo, están generalmente condenados al más profundo fracaso. En forma consistente con estos esquemas, los que así piensan suelen perder también el foco respecto al Padre Amoroso que es Dios, y nos suelen presntar más bien a Dios como un justiciero luchador social.
Paradójicamente entonces, al centrar demasiado la atención en este mundo, en ello mismo PIERDEN la posibilidad de lograr algo REALMENTE BUENO dentro del mismo. Al preocuparse demasiado por la justicia social de este mundo, PIERDEN la posibilidad de conseguirla.
Asi pues, incluso en los esquemas más benignos de Teología de la Liberación, se difumina la conciencia de que la VERDADERA justicia social tan solo puede venir como "adelanto" del Reino de Dios, de tal suerte que esto último es lo ÚNICO que de verdad vale la pena buscar (pero hay también que buscarlo DE VERDAD y no solo de dientes para afuera), porque ya nos lo dijo Jesús: "busquen primero el Reino de Dios y lo demás les será dado por añadidura". Es entonces que tan solo poniendo en el centro de todo el Reino Eterno de Dios, es que podemos "traer un poco" en "adelanto" a las estructuras sociales de este mundo. Pero a la vez es preciso reconocer que a veces esto se usa como pretexto para expresamente EVADIR la justicia de este mundo; pues no falta quien piensa: "Dios le dará a los pobres su merecida recompensa al final, luego, yo hoy no tengo que preocuparme por las injusticias que está sufriendo el pobre, ni por compartir mis bienes que tanto trabajo me han costado con los necesitados; sino cumplo tan solo con enseñarles la Doctrina (o con apoyar un poco y dar donativos a la Iglesia para que les enseñe) para que en ella encuentren el consuelo que tanto necesitan por sus sufrimientos que no van a terminar hasta que se mueran, pues ya entonces es donde Dios le hará la Justicia más completa". Evidentemente esta última actitud NO ES buscar el Reino de Dios, su Amor y su Justicia, sino es una comodina actitud de desentendimiento por el prójimo que NADA tiene que ver con el Amor o con la Justicia del Reino de Dios.
La recta solución a esto, evidentemente, es dejarse de estos pretextos y DE VERDAD buscar el Reino de Dios, lo que implica DE VERDAD amar al prójimo y DE VERDAD preocuparse por el en TODO sentido.
Pero entonces está claro que, en esta verdadera solución, el foco SIGUE estando al 100% en el Reino Eterno, pues el problema NUNCA fue tener al 100% el foco en el Reino Eterno de Dios, sino al contrario, el problema era tener el foco en un pretexto malo para desentenderse del Reino de Dios y sus exigencias. Y asi, teniendo al 100% el foco en el Reino Eterno, la justicia social de este mundo se da como "en automático" es decir, como lo prometió Cristo, se da por añadidura. Por consiguiente, si el síntoma es que la Iglesia NO está haciendo lo suficiente por los pobres en este mundo, entonces el diagnóstico NO ES que hay que olvidarse de los aspectos trascendentes de la Fe y preocuparse más por buscar esquemas inmanentes y temporales: sino AL CONTRARIO, el diagnóstico es que no se está preocupando el Pueblo de Dios lo suficiente por buscar el Reino de Dios y su Justicia Eterna, de tal suerte que no se está logrando adelantar nada de ello para este mundo, sino muy probablemente las preocupaciones están en acumular y conservar tanto como sea posible los bienes de ESTE mundo.
La avaricia y la Teología de la Liberación ambas se centran DEMASIADO en ESTE mundo. En cambio, el verdadero cristiano pone su mirada MÁS ALLÁ, la pone en el Reino Eterno de Dios y su Amor y su Justicia, y, por ello, es capaz de vivir y "trer en adelanto" parte de ello a este mundo transformando entonces las sociedades y haciéndolas en verdad más justas.
El gran error entonces de TODAS las formas de Teología de la Liberación es no darse cuenta de esto, sino creer que es necesario poner al menos una PARTE del foco DIRECTAMENTE en la justicia social.
En las formas benignas este cambio de foco se da como "en paralelo", es decir, se entiende que NO se debe olvidar el Reino Eterno y su Justicia intrínseca, pero se cree que tampoco hay que centrar el 100% de la atención en ello, sino hay que bajar un poco la atención respecto al Reino Eterno para poder dedicarle un "nivel razonable" de atención a la justicia de y en este mundo. El resultado evidentemente es que si, como hemos visto, la verdadera justicia en este mundo se puede obtener ÚNICAMENTE como un "adelanto" al buscar la del Reino Eterno. Entonces perder parte del foco en el Reino Eterno nos hará, cuando menos INEFICIENTES en la consecución del objetivo de lograr una mayor justicia social en este mundo. Porque al menos PARTE de los recursos los estaremos invirtiendo en estrategias de lucha social que simplemente no pueden funcionar por si mismas.
El acabose, sin embargo, viene cuando se olvida por completo la Justicia Eterna en favor de centrar TODA la atención en la justicia social, llegando a ver a Jesús como un mero activista reivindicador de las causas sociales que en su martirio simplemente demostró lo que los poderes fácticos de este mundo están dispuestos a hacer en contra de cualquier verdadero luchador social. Se olvida pues, por completo, el sentido TRASCENDENTE de la Cruz de Cristo, del sentido VOLUNTARIO de esa ENTREGA que hizo Jesús POR AMOR a nosotros; y se corrompe así COMPLETAMENTE el sentido de la Redención de Jesucristo. Son las formas más radicales de Teología de la Liberación las que llegan a caer en estos extremos totalmente INCOMPATIBLES con el auténtico Evangelio, y, por lo mismo, han sido rechazadas y formalmente condenadas por la Iglesia.
Jesús lo dijo claramente: "Mi Reino NO ES de este mundo", y entonces no es lo mismo ni tiene nada que ver eso que podemos legítimamente hacer de TRAER el Reino de Cristo a este mundo para TRANSFORMARLO en algo más parecido a ese Reino Eterno de Dios; que tratar de CONVERTIR el Reino de Cristo en un vil y vulgar reino de este mundo, que, como parte de este mundo que por definición no podría dejar de ser, sigue y seguirá siempre teniendo todos sus vicios, defectos y limitaciones. Por eso es que la Teología de la Liberación, aún en sus formas benignas, lejos de ser mejor que una recta visión cristiana para lograr la justicia social en este mundo, en realidad se convierte en un obstáculo no solo para lograr el fin mucho más importante de la Salvación Eterna de las personas, sino incluso, como ya repetidamente lo hemos señalado, en un obstáculo también para lograr el propio fin de justicia en este mundo que es su motivador principal.
Claro, se preguntaría uno ¿y si es tan ineficiente entonces porqué se ha vuelto tan popular en muchos lados? Bueno, porque aunque es ineficiente para lograr la justicia social respecto a una recta vivencia del VERDADERO EVANGELIO. Por otra parte ciertamente es más eficiente en ello que esa comodina -y también incompatible con el Evangelio- actitud de desentendimiento por el pobre y el necesitado que impera en muchos lados. Por consiguiente, en donde no se conociera sino esa comodina y desentendida situación, la Teología de la Liberación parece brillar como un faro. Vamos, es como si estamos en una caverna obscura y alguien prende una velita. Su pequeño resplandor atrae a todos y parece la luz que ilumina todo camino. Pero si de pronto alguien prende un generador y una lámpara de 1000 watts. O, mejor aún, cava un agujero en la pared y deja entrar la luz del sol... pronto se ve lo poco que la tenue llama de la velita puede iluminar en realidad. El problema es que esto último ha faltado en esos lugares donde la Teología de la Liberación ha conseguido tanto respaldo y arraigo, de tal manera que la gente sigue "deslumbrada" por la velita, al poder compararla tan solo con la obscuridad en la que se vivía antes de ella.
Pero si uno por la Gracia de Dios ha tenido acceso a la luminosidad del Verdadero Evangelio, y sabe lo poco que esa llamita ilumina en realidad, no sería sino tonto que se dejara "deslumbrar" también por ella. De ahí que haces muy bien en tomar con reserva esas fuentes y confiar mejor en otras fuentes más cercanas al Verdadero Mensaje de Cristo.
Que Dios te bendiga.