Estimado en Cristo Edu Medina:
Edu Medina escribió:....
Creo que también existen fundamentos suficientes para poder afirmar que no " siempre" lo mejor sea eso.
No concuerdo en que existan tales fundamentos. Una cosa es que, como hemos dicho, a veces por necesidad, a veces por falta de convicción, la mujer tenga o decida desempeñar una actividad alterna, en cuyo caso sería erroneo y contraproducente tratar de forzar las cosas. Y otra cosa MUY distinta es que, por ese aspecto INSUSTITUIBLE de la labor de la mujer en el hogar al que se refería el Beato Juan Pablo II, se pueda con razón afirmar que SIEMPRE es mejor que esto NO FALTE, ni parcial, ni totalmente. Claro, no siempre se puede hacer LO MEJOR, y por eso es preferible muchas veces permitir o hacer algo menos perfecto, en vez de tratar de forzar artificialmente una situación que en principio podría ser mejor, pero que en el caso concreto y a causa de las limitaciones humanas, resultará en algo peor. Pero esa valoración subjetiva de casos concretos NO eliminan la bondad
objetiva (y esto lo hemos respaldado en la Enseñanza de la Iglesia del Beato Juan Pablo II) que tiene el que la mujer
quiera y se le permita cumplir
de manera INTEGRA esa
labor INSUSTITUIBLE.
Por consiguiente, estimado hermano, esta apreciación:
En muchos casos si una mujer desea realizar una actividad secundaria es a mi criterio personal algo muy positivo.
No me parece que sea necesariamente correcta necesariamente, puesto que expresada así, de manera universal, implica subordinar el bien objetivo de la prole (fin PRIMARIO del Sagrado Matrimonio) al DESEO de la mujer de hacer algún otro tipo de contribución. Y aunque evidentemente es innegable que la mamá puede hacer muchísimas aportaciones a la sociedad aparte de las que hace en su casa y con sus hijos, lo que no debería ocurrir es que estas se hagan a expensas de descuidar en cualquier sentido la misión primaria que le ha sido encomendada. Es equivalente a que un sacerdote descuide la Misa, las confesiones o la atención a la grey que se le ha encomendado en cualquier otro sentido, por andar aportando otras cosas (que seguramente lo puede hacer y de manera muy fructífera) en otro lado. Porque en el instante en el que Dios les ha dado el Don de concebir una vida, YA NO es meramente el deseo de los padres y sus planes y proyectos lo que cuenta, sino se puede hablar netamente de que HAN RECIBIDO una misión que DEBEN desempeñar tan perfectamente como les sea posible. Evidentemente MUCHA gente no lo hace así, y subordina la prioridad de esta misión a muchísimos otros aspectos de la vida: una posición social, una carrera profesional, una empresa, una institución, un hobby, la vida de pareja, aspiraciones personales legítimas, etc. Pero en esto las personas se olvidan de que Dios les ha encomendado la misión de ser SU IMAGEN misma ante los hijos:
los hijos CONOCERÁN a Dios A TRAVÉS de sus padres. Y esto no es ni únicamente ni primariamente un conocimiento teórico que pueda transmitirse con palabras. NO se trata, pues, de meramente enseñarle a los hijos quién es Jesús, enseñarles a leer la Biblia, etc. Sino se trata de que los hijos lleguen a saber QUIÉN es Dios para ellos a través DE LA IMAGEN que sus padres les transmiten de Él TODO EL TIEMPO. Asi pues, unos padres que se dedican de tiempo parcial a sus hijos, lo único que lograrán es que sus hijos perciban a Dios como un Padre "de medio tiempo", como un Padre que les atiende y les cuida únicamente cuando no está ocupado en "otros asuntos" (que seguramente son más importantes que ellos mismos y por lo que precisamente vale la pena abandonar el cuidado de ellos para dedicarse a eso).
Esa NO ES la imagen que Dios quiere transmitir a SUS hijos a través de aquellos a quienes encomendó la misión de ser sus padres. Dios Quiere que sepamos que Él nos AMA de manera TOTAL, INCONDICIONAL y SIN INTERRUPCIONES. Y es en ello donde nos damos cuenta la
TREMENDA IMPORTANCIA que tiene que los hijos puedan percibir esta imagen de parte de sus padres en este mundo, porque por medio de esa imagen los hijos podrán tener un conocimiento VIVENCIAL de esa REALIDAD del Amor de Dios.
Por supuesto que hay MUCHAS situaciones anómalas en las que esto no es del todo posible. De entrada si muere uno de los padres, el otro tendrá que suplir, junto con el apoyo de la familia extendida, las funciones que se han dejado de realizar. Y evidentemente estas se realizarán de manera sub-óptima, pero se trata de suplirlas tanto como sea posible.
Igualmente, si los padres irresponsablemente declinan el cumplimiento de su misión, por ejemplo, abandonando al hijo, ¿qué imagen podrá tener entonces ese hijo del Amor de Dios? no podrá entender la paternidad sino como una figura de abandono y, muy probablemente, al ver que no todos los hijos son abandonados, acabará pensando que la culpa está en él mismo y el poquísimo valor que tiene, que es tan bajo, que fue indigno de ser amado por sus padres (y, por consecuencia, pensará que tampoco es digno de ser Amado por Dios). En estos casos la Iglesia y la sociedad tratan de suplir esas carencias tanto como es posible, y a través de la adopción a veces se logra revertir en medida importantísima esta situación, y, sin embargo, a muchos hijos adoptados siempre les quedará la duda del porqué sus padres biológicos no los quisieron, de modo que, al final, tampoco se puede hablar de que la misión y función de los padres haya sido reemplazada y sustituida al 100%.
En fin, quise elaborar un poco sobre estas implicaciones profundas para ayudarte a percibir porqué lo que está en juego NO ES meramente el bienestar o el cuidado de los hijos:
Un gran numero de mujeres puede dar testimonio de como en sus diversas actividades, ademas de no poner en riesgo el cuidado de sus hijos favorecen el bienestar de los mismos.
Sino lo que está en juego es la INTEGRIDAD de su formación. Y lo que se deje de hacer en ese sentido, se convertirá en una omisión que ningún ser humano podrá subsanar jamás. Tan solo Dios, Quien tiene el Poder para hacer Nuevas TODAS las cosas, podrá finalmente subsanar eso que los hombres en su momento dejaron de hacer.
Por eso es que no es tan simple el asunto como la mayor parte de la gente lo suele ver en la actualidad.
Claro, hay de actividades a actividades y de omisiones a omisiones, esto que dices es un caso bastante común, precisamente porque en general se percibe como una actividad bastante compatible con la maternidad:
Como para poner un ejemplo, las mujeres que se dedican a ser profesoras de nivel inicial, y de otros niveles también ( vocación que del vamos considero que es compatible con ser madre por su flexibilidad horaria) encontraran ademas de la satisfacción de estar al servicio de la educación de la comunidad, una valiosa herramienta que aportara a la educación de sus hijos.
Antes de profundizar en el punto, sin embargo, no quiero dejar pasar nuevamente la oportunidad de notar la manera en que subrayas el asunto de la "satisfacción" de la mujer. Y es que, aunque entiendo que no es tu intención primaria, debemos comprender que la pseudo-cultura que impera en nuestra sociedad actualmente es una cultura de la auto-satisfacción y la auto-realización, que no son sino eufemismos para denominar lo que realmente se debería desginar como EGOISMO.
Y es que, en su empeño de justificar ese egoismo disfrazándolo y cambiándole el nombre, se suele asociar a una labor "altruista" o de servicio, ya que es un lugar común del pensamiento de esta sociedad que las labores altruistas son "buenas" precisamente porque se supone que uno no las hace por si mismo sino por los demás. Por consiguiente, lo que se haga en favor de ello será "bueno" también. Y así, si yo busco mi satisfacción en una labor "altruista", entonces ya encontré la manera de esconder mi egoismo detrás de una fachada de bondad. Y esto ocurre porque, en el fondo, lo que SIGUE estando en el centro es MI SATISFACCIÓN y NO el servico que realizo, el cual viene siendo meramente como instrumental o accesorio a lograr esa satisfacción. Pero es FALSO entonces que ese egoismo desaparezca por el solo hecho de realizar un servicio en favor de los demás, y precisamente por eso es que San Pablo, en su Himno a la Caridad de la Primera carta a los Corintios dice:
Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, no me sirve para nada.
I Corintios 13, 3
Porque lo que cuenta NO ES meramente el hacer un acto en favor de los demás, sino lo que
realmente cuenta es EL AMOR con el que se hace, y si lo hago por mi propia satisfacción, entonces NO lo hago por amor, sino lo hago de manera egoista, y por eso es que tiene tan poco valor.
De esta manera, lo que debe evaluar primariamente la persona NO ES cuál es la aportación que puede hacer, sino qué servicio concreto A LOS DEMÁS es el que EL AMOR le está DEMANDANDO. Y es por ello que, salvo situaciones muy, muy excepcionales, el recto cumplimiento de la misión demandada por su maternidad le implica a la mujer una dedicación mayormente incompatible con muchísimas otras actividades en las que por supuesto que podría hacer aportaciones significativas, pero son aportaciones que NO SON las que el AMOR (o sea, Dios, en última instancia) le está PIDIENDO.
Por eso decíamos arriba que, en el momento en el que Dios concede el Don de la vida, YA NO se puede hablar meramente de qué QUIERO hacer, sino se DEBE hablar del cumplimiento de la misión que Dios ha encomendado EN ESA MISMA VIDA que ha concedido.
Si, ya también lo dijimos: por supuesto que somos pecadores y por supuesto que TODOS FALLAMOS en mayor o menor grado en el cumplimiento perfecto de esa misión. Y bueno, queda claro que hay de fallas a fallas, unas son más graves y serias (el padre que abandona a sus hijos y a su esposa por ir en busca de otra mujer), y otras son mucho más leves (el padre que escucha a un hijo llorar, sin saber si se trata de una situación seria o no, y se tarda unos segundos en ir a atenderle por no dejar de ver un programa en TV); unas las cometemos por debilidad, y otras son intencionales (siendo por supuesto más graves estas últimas, por que involucran una elección de la voluntad). Y así, en ese sentido, la "desatención" que es pueda seguir hacia los hijos es muy distinta dependiendo del tipo de actividad que se realice. Hay que notar, sin embargo, que el solo hecho de ser una actividad de tiempo parcial o con horario flexible NO GARANTIZA, de suyo, que la afectación será pequeña. Por ejemplo, para los niños es MUY importante que sus papás los vean en las actividades en las que se invita a los papás a sus escuelas. En términos de adultos el asunto parece una verdadera trivialidad, pero para el niño no lo es. El que sus papás estén ahí cuando están otros papás, o no, el niño lo acaba traduciendo en la importancia que él mismo tiene que amerita que sus papás se den ese tiempo por sobre otras actividades... o no. Y, siguiendo la explicación que dábamos antes, en función de ello el niño puede entender que Dios SIEMPRE estará ahí, garantizado, sin que él le llame siquiera, sino tan solo por el Amor que Dios le tiene, y esto a pesar de que la situación parezca terriblemente adversa e inexplicable (p.ej. la muerte repentina de un ser querido); o, por el contrario, el niño creerá, como TANTA gente que no sin razón cree eso hoy en día, que Dios en buena medida se desentiende de nosotros, y que, para que le interesemos y se ocupe, hay que "llamar su atención" "negociando" con Él y ofreciéndole algo a cambio que pueda "resultar de su interés" ("si me concedes este favor te prometo que..."). Gente que tiene que negociar el cariño y el tiempo de sus padres, siente que tiene que negociar con Dios por eso mismo; gente que SABE GARANTIZADO el amor de sus padres, igualmente sabe garantizado el Amor de Dios. Y ese es el tipo de cosas que los padres enseñan con sus actos cotidianos... o simplemente no. Retomando, pues, el ejemplo de la madre maestra de escuela y la necesidad que tienen los niños de ver a sus papás en los eventos a los que se les invita, el solo hecho de que la madre tenga el trabajo de tiempo parcial en la escuela NO garantiza que podrá asistir a esos eventos. Si, por ejemplo, las clases las da la mamá en OTRA escuela, pues casi nunca o de plano nunca podrá ir, porque ella tiene que atender a sus alumnos en su escuela. Por el contrario, si la escuela es la misma, es probable que, al revés, la asistencia esté completamente garantizada, pero no necesariamente, porque puede ser que la mamá pertenezca a otro grupo o a otra sección que sus hijos.
Si la actividad, por otro lado, es de tiempo flexible, pero implica, por ejemplo, la participación en un proyecto de gran responsabilidad, generalmente involucrará tiempos y momentos en donde no habrá realmente esa flexibilidad, o en la que, aunque se de un cierto grado de flexibilidad, en realidad demandará un tiempo exagerado que no permitirá realizar cumplir bien con la misión primaria. Por ejemplo, puede ser que el jefe diga "tú sabes a qué hora haces esto, pero tiene que estar listo mañana", y resulta que "eso" se tarda 12 horas en hacerse. Si, la señora podrá elegir entre hacerlo de 8 a.m. a 8 p.m o de 3 de la tarde a 3 de la mañana, pero seguro que ese día atenderá mínimamente a sus hijos, y al día siguiente estará igualmente muy cansada como para hacerlo convenientemente, eso es un hecho.
En suma, el criterio NO ES si la actividad es de tiempo parcial, o si tiene horarios flexibles o no, sino el criterio sería qué tanto la actividad que se pretende realizar se muestra como auténticamente compatible con el CABAL cumplimiento de la misión de la formación de los hijos... y que tanto no.
Ahora bien:
Para dar otro punto a favor, y esta vez dirigiéndome a las madres que afrontan la etapa en donde sus hijos se van de casa para formar una familia, y si Dios no les dio la gracia de concebir otros hijos, es comprobable que una actividad secundaria pase de "muy positiva" a casi necesaria, para evitar el tiempo libre en exceso que pueden provocar caídas a algunos vicios.
Esto NO se trata de "puntos a favor" o "puntos en contra", como si se estuviera tratando de justificar artificialmente una visión "tradicional" de que las mujeres no deben participar en actividades ajenas al cuidado de su hogar.
Se ha hablado de una tarea de importancia primordial y que es la que es incompatible con otras actividades, lo demás SI es mero condicionamiento cultural. Por consiguiente, y como hemos dicho, las cosas se deben juzgar en función de como REALMENTE interfieren (o no) con esa tarea primordial.
Asi, evidentemente si esa tarea SE HA REALIZADO YA, entonces, ahí si, sería un mero estereotipo infundado el pretender que no es bueno que la señora se dedique a alguna otra actividad en la que pueda realizar alguna aportación en bien de los demás. Aunque, por supuesto, TAMPOCO es obligatorio e indispensable que lo haga, ni menos aún es necesario que se trate de una actividad remunerada: muchas mujeres hacen una gran aportación a la Iglesia y a la sociedad dedicando el tiempo libre que la partida de los hijos les deja a atender de manera verdaderamente altruista y desinteresada las necesidades de peronas menos afortunadas.
Como una nota final, no me parece trivial señalar que, si bien el Evangelio nos dice que con el grupo de personas que seguían a Jesús iban mujeres de muchos recursos que habían sido curadas física o espiritualmente y que ayudaban al sostenimiento del grupo; en ningún lado, sin embargo, se narra que Jesús le pidiera a una madre con hijos pequeños que lo dejara todo y le siguiera, cosa que sabemos que SI pidió a sus Apóstoles y a otras personas.
Y en cambio, Él mismo, como hombre, habiendo prescindido de todo lo prescindible para darnos ejemplo de la vanidad de las cosas de este mundo, no quiso prescindir, sin embargo, de una madre dedicada completamente a su atención y cuidado. Cristo, pues, respetó integramente el papel de la mujer en el cuidado y formación de sus hijos. Creo que eso, en sí mismo, debería bastar para darse cuenta de la tremenda importancia que tiene esta vocación y la seriedad, dedicación y entrega con la que debe ser realizada. Que Dios te bendiga.