por Carlos64 » Jue Nov 07, 2013 1:03 am
Pregunta: "¿Cómo define Cristo la concupiscencia?"
El Divino Maestro define la concupiscencia desde la consideración del hombre interior, es decir, como la presencia del pecado en el corazón mismo del hombre. Para Cristo, la interpretación legalista y casuística del adulterio, propia de la tradición mosaica, debe ser trascendida por su interpretación teológica más profunda, remitiéndose así al conflicto que el pecado introdujo en el corazón humano en la prehistoria teológica. La concupiscencia es mucho más entonces que el pecado en su apariencia evidente (que en el caso del adulterio, es una apariencia ligada al cuerpo --el adulterio valorado como pecado del cuerpo); la concupiscencia es el mal existente en el corazón del hombre y que afecta la integridad moral de sus actos desde antes que éstos se produzcan, dado que da lugar al deseo de lo prohibido, de lo ajeno, de lo que no debería desearse. Así, la concupiscencia desvía el corazón del hombre mucho antes de que este desvió se haga evidente en sus actos: es una dinámica pecaminosa que afecta al interior del hombre más que a sus actos y de forma previa a éstos, y en esto reside su caracterización teológica, en primera instancia, y psicológica. Esta caracterización de la concupiscencia como el mal interior que se expresa en el deseo ilícito permite considerar al adulterio como un pecado del corazón, y se inscribe en el cambio del ethos propuesto por Cristo en su apelación al corazón humano: el ethos legalista de la tradición mosaica ha de transformarse en un ethos basado en la dimensión más profunda, teológica, del hombre, lo que implica necesariamente la consideración del hombre de la concupiscencia como sujeto del pecado.
Dios la bendiga, Doctora.
Discípulo de Cristo por amor del Padre y unción del Espíritu. Miembro de la Iglesia por gracia divina. Amar a Jesús es mi mayor alegría.
Dios te salve, María, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra.