por norma68 » Mar Feb 26, 2013 10:30 pm
1. ¿Cuál es la finalidad última de la catequesis?
En la catequesis y en la enseñanza religiosa ¿Qué significa el cristocentrismo?
El fin último de la catequesis es poner a uno no solo en contacto sino en comunión, en intimidad con Jesucristo: sólo Él puede conducirnos al amor del Padre en el Espíritu y hacernos partícipes de la vida de la Santísima Trinidad
En la catequesis y enseñanza religiosa, el cristocentrismo significa también que a través de ella se trasmite no la propia doctrina o la de otro maestro, sino la enseñanza de Jesucristo, la Verdad que ÉL comunica o, más exactamente, la Verdad que ÉL es.
2. ¿A quién se dirige el primer anuncio?
El primer anuncio se dirige a los no creyentes y a los bautizados que viven en la indiferencia religiosa, asumiendo la función de anunciar el evangelio y llamar a la conversión.
3. ¿De dónde toma sus contenidos la catequesis?
Los contenidos de la catequesis se toman de la palabra de Dios, que es la fuente viva, trasmitida mediante la Tradición y la Escritura, confiado a la Iglesia. Sabiendo que este gran tesoro es Jesucristo, el Verbo hecho hombre y su voz nos habla por medio del Espíritu Santo.
4. ¿Qué es la inculturación?
Es la encarnación de Cristo por la que se unió a las concretas condiciones sociales y culturales de los hombres con quienes convivió. Se trata de la penetración del Evangelio en los niveles más profundos de las personas y de los pueblos, afectándolos de sus culturas.
En este trabajo de inculturación, sin embargo, las comunidades cristianas deberán hacer un discernimiento; se trata de “asumir”, por una parte, aquellas riquezas culturales que sean compatibles con la fe; pero se trata también, por otra parte, de ayudar a “sanar” y “transformar” aquellos criterios, líneas de pensamiento o estilos de vida que estén en contraste con el Reino de Dios. Este discernimiento se rige por dos principios básicos: “la compatibilidad con el Evangelio de las varias culturas a asumir y la comunión con la Iglesia universal”. Todo el pueblo de Dios debe implicarse en este proceso, que “necesita una gradualidad para que sea verdaderamente expresión de la experiencia cristiana de la comunidad”.