Estimado en Cristo Fractal:
Además de que la historia es muy probablemente inventada, pues el pensamiento expresado, que por demás, como veremos, NO es del todo correcto, tampoco parece coincidir con el pensamiento de Albert Einstein (el que no solía ser filosóficamente más correcto, sino al contrario, Einstein fue un
pésimo filósofo, su pensamiento tendía al panteísmo).
Ahora bien, entrando al tema en si, NO es del todo correcto decir que el mal no existe. Lo correcto, tanto del mal, del frío o de la obscuridad es que no tienen existencia
positiva. Eso quiere decir que estas cosas no existen por si mismas. Pero ciertamente quien ha padecido el mal -que hemos sido todos- o quien ha sido sometido a un frío intenso, puede dar buena cuenta de la existencia de estas realidades. Lo que pasa es que son conceptos o realidades creados y definidos precisamente para expresar estados de carencia, privación, ausencia y/o imperfección.
Hay que notar, sin embargo, que no siempre todos esos conceptos se refieren propiamente a una imperfección, pues, por ejemplo, la cualidad de estar fría (es decir, en un estado de menor energía, con ausencia o privación de calor respecto a su entorno) puede ser el estado de perfección propio de una bebida refrescante.
Esto último es muy importante, porque alguien podría sentirse tentado a afirmar que Dios NO ha creado los estados de carencia o ausencia. Pero eso no es verdad. Pues, por ejemplo, se puede decir, como lo señala la Escritura, que Dios determinó el ciclo de las estaciones:
El hace alternar los tiempos y las estaciones, él depone y entroniza a los reyes, da la sabiduría a los sabios y el conocimiento a los que saben discernir.
Daniel 2, 21
Por consiguiente, si, por ejemplo, en el invierno hay más frío, es decir, mayor ausencia de calor, y si Dios ha determinado que así sea, entonces Dios ha creado ese estado de carencia o ausencia de calor.
Sin embargo, nuevamente es muy importante notar que eso NO ES un defecto o deficiencia, sino al contrario, la bondad o perfección del Invierno consiste en ser frío. Y entonces no es malo o incorrecto que sea frío, sino que ha sido creado para ser así por un propósito específico. Evidentemente se entiende que Dios se sirve de los movimientos del planeta para hacer eso, y que NO esparce la nieve sobre los montes como si fueran haditas. Pero eso no quita que, al haber determinado las leyes de la gravitación y, por consecuencia, las del movimiento planetario, Dios mismo determinó en ello también el ciclo de las estaciones, de modo que tal ciclo es creación de Dios.
Pero todas las culturas han sabido ver que el conocer y aprovecharse de ese ciclo reporta muy grandes beneficios. De donde se ve que es algo bueno, como la Escritura dice que vió Dios que eran todas sus Creaciones en el Génesis.
Ahora bien, el mal se distingue de esos otros ejemplos de conceptos definidos como ausencias (y que, por lo mismo, carecen de existencia positiva), precisamente por esto que hemos visto: porque mientras otras ausencias pueden ser buenas y constituir la perfección de algo (el frío de un helado, del invierno, etc.; la obscuridad de un cuarto de revelado de placas fotográficas, etc.) el mal JAMÁS será la perfección de NADA, precisamente porque su naturaleza misma es de carecer el BIEN. Es decir, siendo un concepto que se refiere a la carencia del bien, es por eso mismo que el mal necesariamente significa que algo NO ES lo que DEBERÍA ser. Y esto se cumple incluso en el caso más extremo, que es la personificación del mal que se da en los demonios, donde la inteligencia y la voluntad expresamente se fijan el objetivo de producir el mal mismo, es decir, de ser causa de la pérdida del bien y la imperfección en otros seres. Pues aunque hayan tomado esa decisión y actitud, los demonios NO fueron creados para eso, sino que, como todas las creaturas con inteligencia y voluntad, fueron creados para AMAR y para usar esa inteligencia y voluntad en servicio del Bien, del Orden, de la Perfección, es decir en servicio de Dios. Por consiguiente, si se desviaron de eso, NO FUE porque Dios les haya hecho así (contra lo que SI puede decirse del invierno, que es que carece de calor porque Dios le hizo así).
Por tanto, si con respecto a muchas otras carencias se puede decir que son buenas en cuanto a que esa carencia en sí misma puede servir a un propósito bueno (típicamente evitar el exceso del ente con existencia positiva, como es el exceso de calor), del mal simplemente no puede decirse eso justamente porque no puede existir un exceso de auténtica bondad. NUNCA será bueno quitar o destruir el bien; ni tampoco lo será no tener todo el bien que se podría o se debería tener.
De ahí que el mal establezca una oposición radical contra el bien que NO se da en los otros ejemplos de conceptos que no tienen existencia positiva.
Que Dios te bendiga