Capítulo final : Síntesis

Dios crea al hombre para darle a conocer su amor
El curso contiene la catequesis de Juan Pablo II sobre el cuerpo humano y el sentido de la sexualidad humana. Esta serie de enseñanzas fueron impartidas los primeros cinco años de su pontificado, entre los años 1979 y 1984.

Fecha de inicio del curso: 17 de Abril 2012

Fecha de finalización del curso: 11 de Junio 2012

Periodicidad: Semanal

Moderadores: monik, Catholic.net, acmargalef, Gabriela Vega, Ana Cecilia Margalef, Effy De Lille, Moderadores Animadores

Re: Capítulo final : Síntesis

Notapor anel » Mié Jun 06, 2012 1:27 pm

LOS ANTECEDENTES DE LA TEOLOGÍA DEL CUERPO

Discutiendo los asuntos morales actuales, un cardenal europeo provocó asombro diciendo que la contracepción “está al final de la lista” en orden de importancia. Contraste esto con la aseveración del Cardenal Wojtyla en el décimo aniversario de Humanae Vitae, que el asunto de la contracepción “es una lucha por el valor y el significado de la humanidad misma” (Lateranum 44, 1978). ¿Qué quería decir?

Como joven sacerdote y luego como cardenal, Karol Wojtyla se dedicó a reflexionar sobre el misterio del amor conyugal. Él fue bendecido con un don de pensamiento admirable. Sin saber que, pocos meses después de declarar la aseveración anterior, el llevaría esos dones al mundo como el Papa Juan Pablo II. Poco más de treinta años más tarde, cerca de dos terceras partes de lo que la Iglesia ha expresado oficialmente acerca del matrimonio y la sexualidad proviene de su pontificado.

Juan Pablo dedicó las audiencias de los miércoles, entre septiembre de 1979 y noviembre de 1984, a presentar una exégesis bíblica profunda del misterio del matrimonio y la sexualidad. Es esta serie de audiencias la que se conoce colectivamente como “la teología del cuerpo”. Fue una inspiración proveniente de la afirmación hecha por Pablo VI en la encíclica Humanae Vitae, de que el problema de la regulación de los nacimientos debe ser considerada a la luz de “una visión integral del hombre” (cf. n. 7). La catequesis de Juan Pablo sobre el cuerpo ofrece esa “visión integral del hombre”, o lo que él llama una “antropología adecuada”. Sus pensamientos ofrecen un contexto completamente nuevo para entender la enseñanza de Humanae Vitae y demuestra que lejos de estar “al final de la lista”, este asunto es de crucial importancia.

UNA NUEVA SÍNTESIS DEL EVANGELIO
Revela el corazón del hombre de todos los tiempos


¿Cuántas veces han encontrado resistencia cuando tratan de presentar las buenas nuevas de la enseñanza de la Iglesia a otros, con expresiones tales como: “Eso es muy abstracto”, o “La Iglesia no está ´en contacto´ con la experiencia real de la vida?” Quizás aún sin saberlo, muchos de nosotros hemos heredado un modo de explicar la fe que tiene sus raíces en las formulaciones objetivas de principio de Tomas de Aquino.

Sin embargo, como la mentalidad moderna es muy subjetiva y experimental, las formulaciones tradicionales de la fe son típicamente vistas como abstracciones que tienen muy poco que ver con la experiencia propia de la persona.

Hay un daño inherente en la mentalidad moderna que apela la experiencia como único juez de la realidad. Esto lo vemos en el relativismo moral imperante de hoy en día. Sin embargo, este “volver al tema” no es del todo malo. Podemos aprender mucho acerca de quién es el hombre como persona, examinando la experiencia humana auténtica. Esto es precisamente lo que Juan Pablo II hace en su teología del cuerpo. Este enfoque filosófico para entender al hombre (fenomenología) le permite penetrar el misterio de la persona humana con una claridad y precisión sin precedentes. Nos ayuda a comprender los movimientos de nuestro ser más íntimo.

El resultado es una nueva síntesis del Evangelio al cual la mente moderna puede referirse. La persona honesta no puede sino reconocer su propio corazón que ha sido revelado. Simplemente llama la verdad. “Puedo identificarme con esto,” él responde. “Esta es la manera en que experimento la vida.”

Esta nueva síntesis “personalista” no es de ninguna forma una desviación del patrimonio de la Iglesia, sino más bien un auténtico desarrollo de la misma. Ésta concilia las visiones objetivas y subjetivas del mundo para una “visión integral del hombre”. Para unir ambas, Juan Pablo evita la abstracción y el subjetivismo, y nos da un nuevo lenguaje con el cual expresar la fe - un nuevo lenguaje para una nueva evangelización.

Hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios. “Esto es una verdad objetiva la cual es al mismo tiempo central a la experiencia humana”. Entonces, entendiendo nuestra propia experiencia - subjetiva como es - entendemos algo de Dios porque somos imagen de Dios. Es en Dios que encontramos la verdad final sobre nosotros mismos.

El vínculo en este movimiento del hombre a Dios y de Dios al hombre es, por supuesto, Él. Jesucristo “en la revelación misma del misterio del Padre y de su amor, pone de manifiesto plenamente al hombre y le descubre la sublimidad de su vocación” (Gaudium et Spes n.22). La catequesis completa de Juan Pablo sobre el cuerpo podría simplemente ser considerada un comentario de este pasaje de Vaticano II.

EL CONTENIDO DE LA TEOLOGÍA DEL CUERPO

La teología del cuerpo consiste de un análisis investigativo de textos bíblicos que revelan el misterio del cuerpo, la sexualidad y el matrimonio en tres niveles críticos de la experiencia humana:

Tríptico Antropológico, que conforma su “Antropología adecuada”:


1. Cómo el hombre los experimentó “en el principio” antes del pecado (Hombre Originario)
2. Cómo el hombre los experimenta en la historia humana afectada por el pecado, pero redimido en Cristo (Hombre Histórico)
3. Y cómo un hombre los experimenta en la resurrección del cuerpo (Hombre Escatológico).

Él continúa su catequesis analizando los pasajes de las escrituras que revelan:
4. El significado del celibato cristiano.
5. El matrimonio cristiano a la luz de “la visión integral del hombre”.
6. Concluye entonces con una reflexión de Humanae Vitae demostrando que la doctrina contenida en este documento está orgánicamente relacionada a (...) la pregunta bíblica completa de la teología del cuerpo” (Audiencia General 28/11/84).

De acuerdo con Juan Pablo, al reflexionar en estos tres niveles de “experimentar” el cuerpo, la sexualidad y el matrimonio, descubrimos la misma estructura y profunda realidad de la identidad humana- encontramos nuestro lugar en el cosmos y hasta penetramos el misterio del Dios Trinitario.

¿Cómo puede esto ser así a través de la contemplación del cuerpo, el sexo y el matrimonio? Como nos enseña Juan Pablo, la pregunta sobre sexualidad y matrimonio no es un asunto periférico. De hecho, el dice que la llamada al “amor esponsal” inscrita en nuestros cuerpos es “el elemento fundamental de la existencia humana en el mundo” (Audiencia General 16/1/80). A la luz de Efesios 5, la Sagrada Escritura llega a decir que la verdad final acerca del “gran misterio” del matrimonio “es en cierto sentido el tema central de toda la revelación, su realidad central” (Audiencia General 8/9/82).

El matrimonio: ícono del amor divino

Todo esto que Dios nos quiere decir en la tierra acerca de quién es Él, el significado de la vida, la razón para crearnos, como vivir, así como también nuestro último destino, está contenido de algún modo en el significado del cuerpo humano y el llamado al varón y a la mujer a ser “un cuerpo” en el matrimonio. ¿Cómo? Dirigiéndose siempre a las escrituras, el Santo Padre nos recuerda que el misterio cristiano en sí mismo un misterio sobre el matrimonio- el matrimonio entre Cristo y su Iglesia. Sí, el plan de Dios por toda la eternidad es envolvernos en la comunión más cercana con el mismo - “casarse con nosotros”. Jesús tomo un cuerpo para que nosotros pudiéramos ser “un cuerpo” con Él (lo que hacemos en la Eucaristía).

Este plan eterno de Dios está inscrito en (y revelado a través de) nuestros mismo ser como varón y mujer y nuestro llamado a ser “un cuerpo” en el matrimonio. Como dice San Pablo, citando el Génesis, “Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos se harán una sola carne. Gran misterio es este, lo digo respecto a Cristo y la Iglesia.” (Ef 5:31,32).

Juan Pablo II explica que Dios ha creado la unión de “una sola carne”, de un hombre y una mujer para ser la revelación fundamental en el mundo creado de su propio misterio divino - el misterio de su Vida y su Amor, y su plan para que nosotros compartamos en esta Vida y Amor a través de Cristo.



LA TEOLOGÍA QUE ESTUDIA EL CUERPO HUMANO

Cuando Dios se reveló al mundo, lo hizo a través del cuerpo humano. Así que no debe sorprendernos que el Papa Juan Pablo II se refiera al estudio del cuerpo como una teología. Como él lo dice: “Por el hecho de que la Palabra de Dios se hizo carne, el cuerpo entra en la teología por la puerta principal” (Audiencia General 2/4/80).

Lo invisible se hace visible

El Santo Padre nos reta a ver que el cuerpo humano se comunica de una forma única. El cuerpo proclama y hace presente el plan eterno y el misterio de Dios. “El cuerpo, de hecho, y sólo el cuerpo, es capaz de hacer visible lo que es invisible: lo espiritual y lo divino,” dice el Papa (Audiencia General 20/2/80). En otras palabras, no podemos ver las cosas espirituales con nuestros ojos, estas son invisibles por naturaleza. Pero a través del cuerpo se hacen visibles. El cuerpo revela la naturaleza espiritual de cada persona (lo que ocurre dentro de ella), pero no se limita a la parte humana. También debemos recordar que nosotros como personas con cuerpo (los ángeles son personas, pero no tienen cuerpo), estamos hechos a la imagen de Dios invisible. Juan Pablo II dice, “[el cuerpo] fue creado para transferir en la realidad visible del mundo el misterio invisible escondido en Dios desde tiempo inmemorial, y así siendo un signo de esto” (Audiencia General 20/2/80).

El cuerpo humano revela el misterio de Dios

En resumen: El cuerpo no sólo representa la parte espiritual de cada ser; ¡El cuerpo humano revela el misterio de Dios!

La sexualidad como punto central en la imagen y semejanza

Los filósofos de la Edad Media desarrollaron sus ideas sobre las Personas de la Trinidad y la relación entre ellas, pero no las aplicaron a su definición de la persona humana. Esta es la gran aportación hace Juan Pablo II. Para él, si Dios es una Comunión de Personas que dan vida, “el hombre fue hecho ´imagen y semejanza de Dios´ no sólo en su propia humanidad, sino también mediante la comunión de personas que el hombre y la mujer formaron desde el principio” (Audiencia General 11/14/79).

Comunión matrimonial ícono de Dios trinitario
La “comunión de personas” (en latín, communio personarum) es un concepto clave para Juan Pablo II. El abrazo esponsal no es meramente la unión de los cuerpos, es una comunión de personas que sólo es posible a través del cuerpo. ¡Esta comunión de personas en “una sola carne” es un icono (representación de lo que ocurre) de la vida íntima de la Trinidad! Esto lo debemos recibir con unción.

El límite de la analogía
Tenemos que recurrir a la analogía. Pero siempre es una aproximación al misterio de Dios imperfecta. Dios no es un ser sexuado. Lo entenderemos cuando veamos lo que será la comunión de los santos


LA ANTROPOLOGÍA ADECUADA
EL HOMBRE ORIGINARIO

Todas estas afirmaciones decimos que son verdades objetivas acerca de la persona humana porque ellas pueden encontrarse en el primer relato del Génesis. Estas verdades se confirman y se ven con mayor profundidad en las experiencia subjetivas (lo que les pasa a cada uno) de Adán y Eva en el segundo relato de la creación. (Aquí empezamos a ver cómo, magistralmente Juan Pablo II une una visión del mundo objetiva y otra subjetiva para lograr “una visión integral del hombre”, según se discutió en la introducción).

“En el Principio”

Cuando los fariseos preguntaron a Jesús sobre el divorcio, él les señaló la unidad perfecta del hombre y la mujer en “el principio”. “¿No habéis leído que el Creador, desde el principio, los hizo varón y hembra, y que dijo: ´los dos se harán una sola carne´? Pues bien, lo que Dios unió no lo separa el hombre” (Mt 19:4-6) . Es por las palabras de Cristo que Juan Pablo II atrae nuestra atención hacia el Libro del Génesis.

El eco del corazón

La intención de Dios cuando creó al hombre original (creado en el principio, antes del pecado) es la misma que debemos usar para el matrimonio. Pero para comprenderlo, nosotros, como hombre histórico (manchado por el pecado), debemos seguir el profundo “eco” de nuestro corazón en nuestra “prehistoria”. Aquí, en un mundo sin mancha de pecado (un mundo difícil de imaginar), descubrimos las experiencias de:

1. La soledad original
2. La unidad original
3. La desnudez original

La soledad original
Luego de dar nombre a todos los animales, el hombre se dio cuenta que estaba solo en el mundo, no “encontró una ayuda adecuada” (Gen 2:20). Esta es la experiencia de la soledad original que vivimos los seres humanos. Sentimos que estamos solos en el mundo visible de la creación. Más aún, experimentamos un anhelo de vivir en comunión con otras personas, de amar y ser amados. Experimentamos que somos diferentes de “los animales” (la palabra que resume esta diferencia es persona).

Libre para amar
Al ser persona [Adam] estaba consciente de su “yo”, era libre para determinar sus propias acciones; sólo él (entre todas las creaturas) estaba llamado a amar. Porque el ser humano, precisamente como varón y hembra, está hecho a la imagen y semejanza de Dios “que es amor” (Gen 1:27, 1 Jn 4:8). Por esto, el Amor es el origen del hombre, su vocación y su fin.

Y Dios formó a la mujer
Ésta es la razón por la cual “no es bueno que el hombre esté solo” (Gen 2:18) - no tiene a quien amar. Así que para crearle una “ayuda adecuada”, el Señor provocó que el hombre cayera en un profundo sueño (también puede traducirse como “éxtasis” (lleno de alegría y admiración) porque ¡descubrir a alguien a quien amar nos llena de éxtasis! Luego tomando una “costilla” de su costado, Él formó la mujer. Juan Pablo II señala en una nota al pie de la página, que la palabra “costilla” en el lenguaje bíblico original se escribe igual que la palabra “vida” (Audiencia General 11/7/79). De un modo poético el texto bíblico está indicando que la mujer surge de la misma vida que el hombre. En otras palabras, ella también es persona.

La ayuda adecuada para amar
Como explica el Papa, “no hay duda de que el hombre cayó en ese “sueño” con el deseo de encontrar un ser como él. De este modo el círculo de soledad del hombre-persona, se rompe, porque el primer hombre despierta de su [éxtasis] como ´varón y mujer´” (Audiencia General 11/7/79). Inmediatamente el hombre exclamó: “Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne” (Gen. 2:23). Es decir, “Finalmente, una persona con la que puedo compartir el regalo de la vida. ¡Finalmente una persona a quien puedo amar!”.

La unidad original
Es por esta razón (porque ambos son personas creadas una para la otra) que “el hombre dejará a su padre y a su madre y se une a su mujer y se hacen una sola carne” (Gen 2:24). Esta es la experiencia de la unidad original: ellos descubren que están solos, así confirman que son únicos como personas y diferentes del mundo visible de las criaturas y al mismo tiempo logran romper su soledad (ya que encuentran a otra persona a quien amar).

La desnudez original
Lo que el hombre y la mujer tienen en común es revelado a través del cuerpo- “carne de mi carne”. También el cuerpo revela sus diferencias complementarias. Fue a través de esa desnudez original que ellos supieron que habían sido creados para amarse mutuamente. La desnudez reveló que: “Podemos darnos nosotros mismos (incluyendo nuestros cuerpos) mutuamente y vivir en una vida de entrega... una comunión de personas” (por ejemplo: el matrimonio). Este fue el único deseo que su cuerpo provocó en sus corazones -un deseo de amar como Dios ama. De ahí que “ambos estaban desnudos y no sintieron vergüenza” (Gen 2:25).

Significado esponsal del cuerpo
La desnudez original nos habla de “el significado esponsal del cuerpo”, otro tema importante en la catequesis del Papa. El significado esponsal del cuerpo es “la capacidad del [cuerpo] para expresar amor: precisamente ese amor donde la persona se entrega como algo valioso y - de esta forma - cumple el verdadero significado de su ser (descubre realmente quién es) y su existencia (descubre su razón de vivir)” (Audiencia General 16/1/80).



Nos descubrimos en la entrega al otro
Hagamos un alto para asimilar lo que el Papa está diciendo aquí. Cuando vivimos nuestra sexualidad de acuerdo a la verdad, descubrimos y cumplimos la razón de nuestra existencia (Para aquellos que están buscando el significado de la vida. ¡Pues bien, aquí esta!) Esto es así porque según nos enseñó el Concilio Vaticano II, el hombre “no puede encontrarse plenamente a sí mismo sino por la sinceramente entrega de sí mismo a los demás” (Gaudium et Spes n. 24). Es precisamente en y a través de nuestros cuerpos, y mediante nuestra sexualidad, que nos damos cuenta de nuestro llamado a darnos a sí mismos. De este modo, Juan Pablo II puede decir, “estamos convencidos del hecho de que el conocimiento del significado [esponsal] del cuerpo... es el elemento fundamental de la existencia en el mundo” (Audiencia General 16/1/80).
¿Será posible que nuestra sexualidad sea tan importante? Tan torcida como ha llegado a ser, la fascinación permanente del hombre por el sexo habla de cuán importante es él.
Surge pues una pregunta importante: ¿Cómo llegó a ser tan torcida? La teología del cuerpo de Juan Pablo II ofrece algunos pensamientos muy profundos y originales como respuesta a esta pregunta.

Resumiendo las experiencias originarias
A través del significado esponsal de sus cuerpos, el primer hombre y la primera mujer tuvieron la experiencia del Amor. Ellos se dieron cuenta de que su existencia y toda la creación era un regalo, y que el Amor (Dios) era la fuente de ese regalo. En este estado de inocencia original, su desnudez les reveló que estaban llamados a compartir en este Amor, siendo “regalos” el uno para el otro. En unión al Amor de Dios, su amor recrearía el misterio de la creación (procreación). Antes del pecado, este era el verdadero sentimiento del deseo sexual - amar a Dios como Dios ama, entrega total que da fruto y receptividad (matrimonio).

Varón y mujer son don para el otro
Toda la creación ha sido creada para su bien y estaban llamados a tener dominio sobre ella (Gen. 1:28). La persona humana, sin embargo, está creada “para su propio bien”, (cf. Gaudium et Spes 24). Las personas no pueden someterse o dominar a otras. Así que el primer hombre y la primera mujer no tenían deseo de poseerse el uno al otro - sólo para dar y recibir mutuamente, en lo que el Papa Juan Pablo II llama “la libertad del don”.

Se conocieron en la plenitud de la intimidad personal
En esta libertad se vieron y se conocieron “con toda la paz de la contemplación interior, la cual crea...la plenitud de la intimidad de las personas” (Audiencia General 2/1/80). “Estaban ambos desnudos, el hombre y su mujer, pero no se avergonzaban el uno del otro” (Gen. 2:25), ya que vivían conforme a su dignidad como personas.


EL HOMBRE HISTÓRICO


Al estudiar al hombre originario, buscábamos seguir el eco profundo de nuestro corazón en nuestra “prehistoria”. Ahí descubrimos la experiencia del cuerpo del hombre como varón y mujer antes del pecado, en lo que el Papa Juan Pablo llama la soledad original, la unidad original y la desnudez original. Lo que experimentamos ahora, después del pecado es de alguna manera lo “negativo” de la imagen, la cual ha tenido de “positivo” estas experiencias originales (cf. Audiencia General 4/2/81).

El pecado original y la vergüenza
La vergüenza entra sólo luego de que ellos negaran el Amor como la fuente de la creación. La serpiente los tienta a creer que Dios no se relaciona con ellos en el ámbito del don - “Es que Dios sabe bien que el día en que comiereis de él, se os abrirán los ojos y seréis como dioses, conocedores del bien y el mal” (Gen. 3:5). La implicación era: Dios no quiere que seas como él - Dios no es Amor, Dios no es “don”. Si quieres ser como Dios, debes tomar esa semejanza para poseerte a ti mismo. ¡Qué trágico! El hombre ya había estado dando libremente esa semejanza a Dios como un don - un don que sólo él necesitaba recibir - pero ahora un regalo negado en su corazón (Audiencia General 4/30/8, CIC n. 397).

Dejaron de ser don para el otro
Mientras que la experiencia de la desnudez original les reveló el significado del “don”, ahora la experiencia de la desnudez cambia. A través de la negación del don en Dios, ellos subsecuentemente negaron “la dimensión interior del don recibido y el don a entregarse (si el hombre y la mujer niegan el Amor de Dios en sus corazones, ya no tienen la capacidad de amarse mutuamente - tú no puedes dar lo que no tienes).
Comunión-amor vs. deseo sexual-posesión
Al carecer del Amor de Dios, al carecer de la confianza mutua en dar y recibir en la libertad del don, el deseo sexual, también, se hace un deseo de asir y poseer. La otra persona es vista no como una persona a quien amar, sino como una cosa para el uso de su propia gratificación. Así que, “La diferencia entre el sexo masculino y sexo femenino se sintió repentinamente y fue entendida como un elemento de confrontación mutua [en vez de comunión]” (Audiencia General 4/6/80). De este modo, la desnudez en la presencia del otro - y en la presencia de Dios- se torna una experiencia de miedo, enajenación y vergüenza. “...Tuve miedo, porque estoy desnudo; por eso me escondí (Gen. 3:10)”.

Pudor: experiencia que hace eco del origen
Como señala el Papa Juan Pablo II, la experiencia de vergüenza ahora conectada a la desnudez tiene doble sentido. Este denuncia la pérdida de respeto en el corazón del hombre para el significado nupcial del cuerpo y una inherente necesidad de preservarlo.

Lujuria: deseo sexual sin el amor de Dios
Debido a la lujuria -el deseo de asir, poseer, usar- perdieron “la paz de la contemplación interior”, asociada a la desnudez original. El hombre siente vergüenza por esta pérdida. Está avergonzado, no del cuerpo como tal, sino de la lujuria en su “corazón”. Sin embargo, todavía reconocían que eran personas creadas por Dios “para su propio bien”, por lo que estaban profundamente conscientes de que la lujuria violaba su dignidad. Cubriendo sus órganos sexuales demostró la necesidad inherente de proteger el cuerpo de la degradación de la lujuria. Esta es una función positiva de la vergüenza.


La batalla del corazón: amor vs. lujuria
La experiencia confirma las observaciones del Papa y la historia relata la realidad del efecto del pecado en la relación del hombre y la mujer (“Hacia tu marido irá tu apetencia y el te dominará” - Gen. 3:16). El “corazón” se ha convertido en un campo de batalla entre el amor y la lujuria, amenazando habitualmente, el significado nupcial del cuerpo. Como dice el Papa Juan Pablo II, debido a la concupiscencia (las pasiones desordenadas del hombre), “El cuerpo humano en su masculinidad y femineidad casi han perdido la capacidad de expresar este amor en el cual la persona se hace un regalo...” (Audiencia General 23/7/80).

Pureza para ganar la batalla
Así, si el hombre histórico vive de acuerdo con el significado esponsal de su cuerpo y “cumple con el verdadero significado de su ser y su existencia,” debe ganar la batalla entre su corazón y la lujuria. Debe ver su cuerpo nuevamente, como la revelación del eterno misterio de Dios. De acuerdo al Santo Padre esto, es el verdadero significado de la pureza de corazón (cf. Audiencia General 18/3/81). ¡Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios (Mt. 5:8) - en su cuerpo!

Un cambio de corazón
Ponderemos esto por un momento. El hombre puro no evita su sexualidad. El hombre puro ve la revelación del misterio de Dios en su sexualidad, a pesar de las miles de formas que el hombre la pervierte. El hombre puro es capaz de tomar la imagen “negativa” y permitirle al Espíritu Santo desarrollarla en “positiva”. Esta imagen positiva hace visible el misterio invisible de Dios (cf. Audiencia General 20/2/80). En este modo, el hombre puro ve a Dios en el cuerpo humano. ¡Qué extraviadas están esas formas de espiritualidad que tienden a igualar la santidad con una actitud puritana hacia la sexualidad!


El hombre histórico: redimido

Esta es la pureza a la que Cristo nos llama cuando dice, “Todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón” (Mt. 5:28). Dándonos un mandato más allá de nuestra habilidad para vivirlo, Cristo establece el escenario para nuestra redención. “Pues cuando estoy débil, entonces es cuando soy fuerte” (2 Cor 12:10).

Nuestra fuerza viene de Cristo
El Papa Juan Pablo II interroga: “¿Estamos temerosos de la severidad de las palabras de Cristo, o en vez confiaremos en su contenido salvífico, en su poder?” (Audiencia General 8/10/80). Su poder descansa en el hecho de que el hombre que las articula es “el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo” (Jn 1:29). Quienquiera que permita que estas palabras actúen en su corazón escuchará un “eco” del plano original de Dios para la sexualidad. Este gustará de la libertad que perdió y anhela su restauración. Él sentirá en lo profundo de su corazón la tragedia del pecado y gritará arrepentido y por el poder del Espíritu Santo, Cristo lo salvará.



La Buena Nueva
Esta es la Buena Nueva del Evangelio. A pesar de que no podemos volver al estado de la inocencia original, podemos vivir como Dios lo quiso “desde el principio” si poseemos la redención de nuestros cuerpos (Rom. 8:23). El llamado para todo hombre, mujer, casado o soltero es experimentar esta redención. Es un error pensar que el matrimonio de alguna manera, ofrece una salida “legítima” a nuestros deseos sexuales desordenados. En un llamado fuerte y claro a los esposos a elevar la dignidad de sus esposas, el Papa Juan Pablo II afirma que el hombre puede cometer adulterio “en su corazón” aún con su misma esposa si la trata sólo como un objeto para satisfacer su concupiscencia (cf. Audiencia General 8/10/80).

La donación como norma del encuentro esponsal
A pesar de lo que los medios seculares decían, el Papa no estaba sugiriendo de ninguna forma que las relaciones matrimoniales en sí son adúlteras. En un mundo que estimula el sexo meramente para la gratificación de instintos desordenados, Juan Pablo II estaba llamando a los esposos de vuelta hacia a la intención original de la donación de sí como la norma para las relaciones sexuales.

La cruz de Cristo hace posible el cambio de corazón
Esto es un llamado difícil. Aun los más devotos esposos se enfrentan a la realidad de deseos imperfectos y motivos mezclados. Pero Cristo ha revelado, cumplido y restaurado definitivamente el significado nupcial del cuerpo, haciendo un “sincero regalo” de su propio cuerpo a su Novia (la Iglesia) en la cruz. Esto significa que, amar como Cristo ama es verdaderamente posible a través del poder del Espíritu Santo el cuál se derrama en nuestros corazones (Rom. 5:5).

Cristo es el camino
A través de este “sincero regalo” de sí mismo, Cristo “pone de manifiesto plenamente al hombre ante el propio hombre y le descubre la sublimidad de su vocación” (Gaudium et Spes n. 22). ¡La vocación sublime del hombre es que él está hecho para la unión nupcial con Cristo! Esto está escrito es su verdadero ser como mujer y varón. La tragedia del pecado es que, en vez de dar gracias a Dios por tan grande regalo, el hombre deja morir su confianza en este regalo y busca tomar a Dios para sí mismo. Pero la gloria del evangelio es que “Él, siendo de condición divina, no retuvo ávidamente el ser igual a Dios. En vez, se humilló, haciéndose carne y en acción de gracias (eucaristía) por un regalo al Padre, obedeciendo hasta la muerte - y muerte de cruz (Fil 2:6-8).

Sufrimiento redentor
Al estar el hombre histórico manchado por el pecado, vivir de acuerdo a la verdad de su cuerpo debe llevarlo hasta la cruz. Debemos entrar al “cuarto oscuro”, si tenemos la esperanza de que la imagen “negativa” desarrolle la “positiva”. Esto significa sufrir.

Cristo se entrega como don al hombre
Cristo, el Nuevo Adán, construye el camino reviviendo las mismas experiencias del primer Adán. Sus palabras, “¡Dios mío!, ¡Dios mío! ¿Por qué me has abandonado?” (Mt 27:46), hablan de su experiencia de soledad, una soledad de intenso sufrimiento. Aún así, creyendo en el regalo del Padre (a diferencia del primer Adán), esta soledad le llevó al final a ser el regalo de sí mismo. En su desnudez el soportó la cruz, sin miedo a la ignominia (Heb 12:2). A través de la cruz, Cristo estableció nuevamente la unidad entre Dios y el hombre.

La nueva creación en Cristo
¡Nuestra redención está ganada! En las propias palabras de Cristo, “Todo está cumplido” (Jn 19:30). ¿Qué está cumplido? El matrimonio místico del Nuevo Adán y Eva. Cristo entró en el “sueño profundo” de la muerte y la “mujer” (Jn 19:26) es concebida inmaculadamente de su costado fluyendo sangre y agua: representando el Bautismo y la Eucaristía. Y de la unión mística da el “nuevo nacimiento” del discípulo amado (“Ahí tienes a tu madre” [Jn 19:27]). ¡La creación es recapitulada!
A la luz de la cruz, ¿podemos continuar negando el regalo de Dios ”este es mi cuerpo que será entregado por vosotros?” Todo lo que tenemos que hacer es recibirlo.

María: modelo de la nueva Eva

Nuestro modelo para hacerlo es “la mujer” en quien su fiat encontró plenitud al pie de la cruz: “Que se haga en mí según tu palabra”. Según hacemos nuestras sus palabras, concebimos nueva vida en nosotros por el Espíritu Santo. Así como la concupiscencia ciega al hombre y la mujer de su propia verdad y distorsiona los deseos del corazón, más aún la “vida de acuerdo al Espíritu Santo” le permite al hombre y la mujer encontrar nuevamente “la libertad del regalo” unido al significado nupcial del cuerpo (cf. Audiencia General 1/12/82).



EL HOMBRE ESCATÓLOGICO


Pero este no es el final de la historia. El trabajo de Dios en la Creación y la Redención es sólo un presagio de la consumación de todas las cosas al final de los tiempos. ¿Qué nos dice la teología del cuerpo acerca de la resurrección final?

Miremos hacia nuestro destino
Hasta ahora hemos buscado junto al Santo Padre el significado más profundo de la diferencia entre los sexos y la unión sexual reflexionando sobre nuestro origen y nuestra historia. Ahora, para tener una “visión total del hombre” tenemos que mirar hacia nuestro destino. ¿Que significaría la experiencia del cuerpo, la sexualidad y el matrimonio para el hombre escatológico (el hombre al final de los tiempos)? Esta perspectiva nos permite entender el significado del celibato cristiano y la sacramentalidad del matrimonio.

La Resurrección del Cuerpo
Cristo nos dijo que el hombre y la mujer no se darán en matrimonio en la resurrección (cf. Mt 22:30). ¿Contradice esto entonces de algún modo lo que el Papa Juan Pablo ha dicho hasta ahora sobre el significado nupcial del cuerpo? ¡Al contrario! Las palabras de Cristo apuntan, de hecho a la gloria de todo lo que él ha dicho. Porque en la resurrección “descubrimos - en una dimensión escatológica - el mismo (...) significado ´nupcial´ del cuerpo (...) al encontrarnos (...) “de cara a cara” con el misterio de Dios vivo (Audiencia General 9/12/81).

Comunión con la Comunión (Dios trinitario)
La idea que tienen algunas religiones acerca de que después de la vida, el cuerpo se libera de su “prisión”, no podría ser más remota en el Cristianismo. El llamado del cuerpo a la comunión no se logra cuando vayamos al cielo. Allá será algo más completo que el matrimonio y más completo que la comunión: viviremos la comunión de los Santos en comunión con la Comunión de la Trinidad. “Esto será una experiencia completamente nueva, dice el Papa Juan Pablo, “y al mismo tiempo no será alienada [distinta] de ninguna forma de aquello que el hombre tomó parte ´al principio´ ni del (...) significado procreativo del cuerpo y el sexo. El hombre del ´mundo futuro´ encontrará otra vez en esta nueva experiencia de su propio cuerpo, precisamente la consumación de lo que él tiene calado dentro de sí perennemente [desde el principio] e históricamente” (Audiencia General 13/1/82).

Las bodas del Cordero
En el cielo ocurrirá la consumación del matrimonio entre Cristo y la Iglesia. Y todo esto está anunciado ´desde el principio´ en nuestra creación como masculino y femenino y nuestro llamado a ser una “sola carne”. Es por esta razón que Juan Pablo II dice que el matrimonio es el sacramento primordial [de donde vienen los demás sacramentos]. Pero precisamente al ser un sacramento - un signo visible de una realidad invisible - el matrimonio no es la última palabra del hombre en la tierra. Este señala al matrimonio celestial como verdadero destino de la persona. Cuando Cristo dice que [al final de los tiempos] un hombre y una mujer no se darán en matrimonio, lo que está diciendo es que ya no necesitaremos de esos signos que nos dirijan al cielo porque ya estaremos en el cielo. Estaremos ahí. ¡La plenitud definitiva del significado nupcial del cuerpo [hecho para el otro] ha llegado!


EL CELIBATO CRISTIANO


Como lo explica el Santo Padre en estas impresionantes palabras: “El matrimonio y la procreación no determinan en definitiva el significado original y fundamental del ser (...) hombre y mujer. El matrimonio y la procreación meramente dan una realidad concreta a ese significado en la dimensión de la historia” (Audiencia General 13/1/82). En otras palabras la vida matrimonial en la tierra es la preparación para el matrimonio en el cielo.

Presentando las bodas del Cordero en la tierra
Ahora la puerta está abierta para que podamos entender el sentido del celibato cristiano. Aquellos que son célibes “por el Reino de los Cielos” (Mt. 19:12), escogen vivir el matrimonio celestial [unidos para siempre con Dios] aquí en la tierra. Ellos “se saltan” el sacramento [un símbolo] para participar del verdadero. Los que hacen, dan un paso más allá de la vida terrenal [dimensión histórica] - aún cuando siguen viviendo la vida terrenal - para decir con sus vidas que “ha llegado el reino de Dios” (Mt. 12:28) [la vida celestial]. El celibato cristiano no quiere restarle importancia al matrimonio, más bien quiere presentar su propósito y significado final aquí en la tierra.

Redescubrir la sexualidad en Cristo
El celibato y el matrimonio son respuestas al llamado inscrito en nuestra sexualidad de darnos en amor. Como dice Juan Pablo II, “...en base al significado esponsal del cuerpo [llamado a darse al otro]... ahí puede formarse el amor que compromete al hombre en matrimonio para toda su vida, pero ahí también puede formarse el amor que compromete al hombre a una vida de abstinencia por el Reino de los Cielos” (Audiencia General 4/28/82). Así que, alguien que siente el llamado a ser célibe volverá a descubrir el verdadero significado de la sexualidad en Cristo [entrega amorosa] - como ocurre en el matrimonio auténticamente cristiano. No es un rechazo a la sexualidad. Según el Santo Padre, si alguno lo ve de esta manera, no está viviendo de acuerdo a las palabras de Cristo (Audiencia General 4/28/82).

También el célibe es fecundo
Aún más, ya que la fecundidad es parte de nuestra sexualidad, los términos, padre, madre, hermano y hermana son apropiados para ambos, el matrimonio y el celibato. Porque el amor nupcial es por su propia naturaleza dador de vida. Está orientado hacia formar una familia (cf. Gaudium et Spes n. 50). Así que la complementariedad de los sexos [hombre y mujer contribuyen lo propio para bien de ambos], necesaria para traer vida al mundo, también lo es para el matrimonio y la vocación del celibato.

Todo esto está preparando las bases para las reflexiones de Humanae Vitae. Sin embargo, no podemos entender el contenido completo de esas reflexiones sin entender primero el significado del matrimonio como signo sacramental [realidad visible (terrenal) de una realidad invisible (celestial)].


EL MATRIMONIO CRISTIANO


Aquí debemos volver a las palabras de San Pablo: “Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y los dos se harán una sola carne. Gran misterio es éste, lo digo por respecto a Cristo y la Iglesia.” (Ef. 5:31, 32). “Este pasaje nos trae una dimensión del ´lenguaje del cuerpo´ que podría ser llamada ´mística´”, dice el Papa Juan Pablo en la Audiencia General de 4/7/84.

Matrimonio: sacramento que hace visible la gracia
Él pregunta, “¿No es el ´sacramento´ sinónimo del ´misterio´? “El sacramento [del matrimonio] consiste en la ´manifestación´ de ese misterio en un signo [visible] que sirve no solamente para proclamar el misterio [invisible], sino también para consumarlo en el hombre. El sacramento es un signo visible y eficaz de la gracia [hace lo que representa]. A través de este se consuma en el hombre ese misterio escondido en Dios desde la eternidad, del que habla la carta a los Efesios...” (Audiencia General 8/9/82).

Votos y encuentro esponsal
¿Cuál es ese “signo visible y eficaz de la gracia” en el matrimonio? Algunos teólogos dicen que son los votos matrimoniales. Otros dicen que es la relación sexual. El Papa Juan Pablo II contesta la pregunta reconociendo que son ambos. “En verdad, las palabras, ´Te tomo como mi esposa - mi esposo´ (...) pueden ser cumplidas sólo por medio de la relación sexual conyugal.”
...“[En la relación sexual conyugal hacemos] realidad lo que corresponde a estas palabras. Ambos elementos son importantes [en lo relacionado a] la estructura del signo del sacramento...” (Audiencia General 5/1/83).

El lenguaje del cuerpo que expresa el amor profesado
Las palabras de los votos del matrimonio se hacen carne en la relación sexual. El compromiso que hacen los esposos en el altar, de amarse totalmente, fielmente y abiertos a la vida (que en las leyes de la Iglesia, son las promesas de indisolubilidad, fidelidad y apertura a los hijos) se expresa cuando se hacen ´una sola carne´. Si los esposos son fieles a estas promesas en sus expresiones sexuales, podrán comunicarse verdaderamente “el lenguaje de sus cuerpos”. De acuerdo con el Santo Padre, este es el elemento esencial para el matrimonio como sacramento: el “lenguaje del cuerpo” hablado en verdad. Es precisamente por medio de este que el sacramento se constituye (c.f. Audiencia General 12/1/83).

La relación sexual, en toda su verdad, es un signo sacramental que habla sobre el misterio eterno de Dios en el mundo. ¿Cuál es ese misterio? La Vida Trinitaria de Dios [Comunidad de vida y amor] y nuestro llamado a compartir en esa Vida a través de Cristo. ¡Pero la relación sexual matrimonial no sólo proclama este misterio, el Papa nos dice que lo consuma en el hombre!

La unión esponsal y la Eucaristía hacen tangible el plan de Dios
Una vez más para que podamos profundizar en esto: la unión sexual, como un símbolo verdadero de la Trinidad y de la unión de Cristo con la Iglesia, es una participación real en la vida divina (o al menos esto es lo que debe significar). El Santo Padre incluso dice que el signo visible del matrimonio (la unión de los cónyuges), ligado al signo visible de Cristo y la Iglesia (la Eucaristía), transfiere el plan eterno del amor de Dios en la historia y se hace “la fundación de todo el orden sacramental” (Audiencia General 29/9/82).

El encuentro esponsal es la revelación principal del misterio de Dios
¿Qué es el orden sacramental? Es la manera en que Dios hace visible su misterio invisible, para que así nosotros, criaturas con cuerpo finitas [que vivimos en el mundo visible y algún día moriremos], podamos verlo y participar en ello [su gloria eterna].
Sí, la relación sexual es la revelación principal en el mundo creado del misterio eterno e invisible de Cristo. Es la manera principal en que los hombres y las mujeres encuentran lo divino en el mundo natural. ¡Sorprendente! ¿Podría Dios otorgar mayor dignidad a nuestra sexualidad?

Donde pudiera actuar el enemigo es precisamente, en la comunión de los esposos. De ahí la llamada a profundizar aún más en la comprensión de nuestro origen, nuestra herida y el llamado de Cristo a la pureza de corazón, para encauzar nuestro matrimonio a la unión definitiva con Él.


GLOSARIO


Comunión de las personas:
Se refiere a la unidad o la “común unión” establecida cuando las personas dan y reciben mutuamente “el don sincero de sí mismo”.

Misterio Divino:
Se refiere a las dos veces “secreto interior” de Dios: en primer lugar, la existencia de Dios como una Trinidad de personas en un eterno “intercambio de amor”, y, en segundo lugar, que Dios ha destinado al hombre (hombre y mujer) a participar en este intercambio de amor.

Espíritu encarnado:
Se refiere al hombre como persona en la unidad de su cuerpo y espíritu.

Eros (en griego significa amor sexual) y ágape (en griego significa amor divino):
El amor de Cristo es libre, total, fiel y fructífero. En el matrimonio cristiano, eros y ágape están llamados a cumplir y dar fruto. Si los esposos deben ser fieles al “lenguaje de sus cuerpos”, el acto sexual debe expresar el ágape.

Ética y ethos.
Una ética es una ley moral objetiva de mando. Ethos, en cambio, se refiere a los deseos respetuosos del corazón - lo que atrae y repele a una persona. En el Sermón de la Montaña, Cristo demuestra que la ética no es suficiente (“Habéis oído el comando.... Pero yo os digo...”). Cristo vino a transformar nuestro ethos, es decir, a cambiar nuestros corazones.

Libertad:
La capacidad de elegir y determinar las propias acciones. Esta es la distinción principal entre los seres humanos y los animales. Aunque debilitadas por el pecado de nuestros primeros padres, aún poseemos libre voluntad; no estamos predestinados a hacer el mal.

La libertad del don:
Antes del pecado original, el hombre y la mujer no experimentaban deseo sexual como una compulsión o necesidad incontrolable. Eran totalmente libres, y en esta libertad solamente deseaban ser un regalo el uno para el otro. Hemos sido llamados en Cristo a reclamar esta libertad. Es por nuestra libertad que Cristo nos ha liberado (ver Gálatas 5:1).

Regalo de Dios:
La verdadera disposición de Dios es una auto-donación (“don”).

Ícono:
Es un signo o una imagen que está en vez de una realidad y la representa. Se relaciona con la teología del cuerpo, la cual nos apunta hacia nuestro destino final al cielo.

Ídolo:
Un objeto o actividad que es venerada en lugar de Dios.

Encarnación:
La doctrina que hace referencia al Verbo eterno, la segunda Persona de la Santísima Trinidad, asumiendo la carne humana y habiendo nacida de una mujer.

Mirada interior:
La mirada “pura” que Adán y Eva intercambiaban libremente en el estado de inocencia. Se indica no sólo de ver el cuerpo con los ojos, sino a través de esa visión física, fueron capaces de contemplar la verdad interior de la persona.

Lenguaje corporal:
Se refiere a la capacidad del cuerpo para “hablar” o “proclamar” el amor de Dios. Lo hace - o pretende hacerlo - más profundamente en la unión de “una sola carne” de los esposos. Aquí, los esposos tienen el propósito de expresar y renovar sus votos matrimoniales con su cuerpo.

Lujuria:
Se refiere a anular el deseo sexual del amor de Dios. La lujuria lleva a la persona hacia la auto-gratificación, a expensas de la otra, mientras que el amor lleva a la persona hacia la auto-donación para el bien del otro. Por lo tanto, la lujuria es una reducción de la plenitud original que Dios destinó a la relación sexual.

El maniqueísmo:
Una herejía dualista antigua acreditada a Mani (o Manichaeus) que postula la fuente del mal en la materia, por lo que condena el cuerpo y el sexo.

Desnudo, sin vergüenza (desnudez original):
Adán y Eva nacieron sin mancha de vergüenza porque no tenían experiencia alguna de la lujuria. Antes del pecado, el hombre y la mujer experimentaban el deseo sexual como el deseo de amar a imagen de Dios.

La pureza de corazón:
En la medida en que somos puros de corazón entendemos, vemos y experimentamos el cuerpo como Dios lo creó para ser, como la revelación de su misterio divino. “Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios” (Mateo 5:8).





La redención del cuerpo:
La restauración de la persona humana en su integridad como una unidad de cuerpo y alma. Se permite la recuperación del plan original de Dios en el corazón humano. Esta redención no es sólo algo que se espera en la resurrección de los muertos, sino algo que ya está trabajando en nosotros.

Resurrección de la carne:
La doctrina de que el cuerpo humano también es destinado a la vida eterna en unión con el alma humana. La vida eterna no es sólo una realidad “espiritual”. El hombre (hombre y mujer) está destinado a participar en la vida de la Trinidad como un cuerpo-persona.

Sacramento:
En su sentido más antiguo, esto se refiere a un signo físico que hace visible lo invisible. En su sentido más estricto, sacramento se refiere a los siete signos de la nueva alianza (es decir, el bautismo, la confirmación, la eucaristía, la penitencia, la unción de los enfermos, la orden sacerdotal y el matrimonio) instituidos por Cristo para conceder la gracia de la redención.

Sacramentalidad del cuerpo:
Se refiere a la capacidad del cuerpo de hacer visible lo invisible. El cuerpo proclama un “gran misterio” - el misterio espiritual del amor trinitario de Dios y nuestro llamado a participar en ese amor a través de Cristo.

Vergüenza:
En su sentido negativo, la vergüenza indica que hemos perdido de vista la dignidad y la bondad del cuerpo como una “teología” - una revelación del misterio de Dios. En su sentido positivo, la vergüenza indica un deseo de proteger la revelación de la dignidad de la persona y el bien del cuerpo de la degradación de la lujuria.

Cuerpo espiritualizado:
Se refiere al hecho de que el cuerpo humano está unido no sólo con un alma espiritual, sino también, a través de la gracia de la redención, al Espíritu Santo de Dios.

Analogía del esposo/a:
El uso bíblico del amor conyugal como imagen terrenal del amor de Dios para Israel y, en el Nuevo Testamento, el amor de Cristo por la Iglesia. Cómo todas las analogías, la analogía conyugal es insuficiente para comunicar el misterio infinitamente trascendente de Dios. Sin embargo, según Juan Pablo II, es la imagen humana más adecuada del misterio divino.

Significado conyugal del cuerpo:
La llamada a amar como Dios ama inscrito en el cuerpo humano como hombre y mujer. Si vivimos de acuerdo con el significado conyugal del cuerpo, cumplimos con el sentido mismo de nuestro ser y existencia.


Teología del cuerpo:
El estudio de cómo Dios revela su misterio a través del cuerpo humano. Este es también el título de la carta 129 de Juan Pablo II sobre el tema.

Referencias

Para seguir profundizando en la Teología del Cuerpo de Juan Pablo II, te recomendamos:

Amor y Responsabilidad
Karol Wojtyla

Hombre y Mujer los creó, Catequesis sobre el amor humano
Juan Pablo II

Buena Nueva sobre Sexo y Matrimonio
Christopher West

Theology of the Body for Beginners
Christopher West

Heaven´s Song, Sexual love as it was meant to be
Christopher West

Man and Woman He created them: Theology of the Body
JPII, Traducción e introducción de
Michael Waldstein

Testigo de Esperanza, Biografía de JPII
George Weigel

El fuego secreto de la Madre Teresa
Joseph Langford

Familiaris Consortio (La familia cristiana en el mundo actual)
Juan Pablo II

Humanae Vitae (El Evangelio de la Vida)
Pablo VI

Deus Caritas Est (Dios es Amor)
Benedicto XVI

Video “The Gift: Playboy y el Papa”

Video “Holding On”



Participación en el foro

¿En qué consiste el cambio de mirada que propone la Teología del Cuerpo?

La Teología del Cuerpo consiste de un análisis investigativo de textos bíblicos que revelan el misterio del cuerpo, la sexualidad y el matrimonio.
Se da una mirada al principio, al Génesis, y se parte del hecho de que el hombre y la mujer cada uno en su propia forma de ser persona fuimos hechos a la imagen y semejanza de Dios. Le da una visión personalista que concilia las visiones objetivas y subjetivas del mundo para una visión integral del hombre.

¿En tu opinión por qué puede llegar a ser tan revolucionaria?

Porque su enseñanza se basa en un análisis profundo de textos bíblicos, lo cual fortalece su visión y no da lugar a dudas o cuestionamientos.
Se da una mirada más profunda de nuestra realidad como hombres y mujeres, de lo que Dios quiere para nosotros y lo que quiere de nuestra vocación de vida conyugal.

¿Qué propones para implementar lo aprendido en el área del tejido de la vida en el que desempeñas?
Como futura orientadora familiar es importante que tenga el conocimiento sobre las bases en las cuales el matrimonio y la familia se fundan legítimamente para dar una orientación más certera y bajo la visión de la Iglesia Católica.
Principalmente me ha servido a mi como mujer, esposa y madre. Me ha ayudado a realizar y comprender más el gran regalo que Dios me da en mi matrimonio y cómo vivirlo de acuerdo a lo que Dios quiere.
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Re: Capítulo final : Síntesis

Notapor gabrielaromero » Mié Jun 06, 2012 1:55 pm

En qué consiste el cambio de mirada que propone la Teología del Cuerpo?
En una vision integral del hombre y su origen de una manera mistica y muy profunda de la realidad de la humanidad respecto a la creacion matrimonio-sexualidad y al plan divino de Dios.
Es un llamado a la Santidad a traves de nuestro diario vivir en el amor.
¿En tu opinión por qué puede llegar a ser tan revolucionaria?
Es una obra maestra bellisima no cabe duda que fue inspirada por el espiritu Santo al santo padre Juan Pablo II, Teologia del cuerpo destaca la importancia de la esencia del hombre mismo en su sexualidad por amor y para amar, nos lleva al rescate de los valores humanos mas esenciales el respeto y el amor.
Pienso, creo y siento que si todos los catolicos tuvieramos el conocimiento de esta gran joya para la humanidad la percepcion de vida cambiaria totalmente.

¿Qué propones para implementar lo aprendido en el área del tejido de la vida en el que desempeñas?
En mi area familiar quiero compartirlo con mi esposo Carlos, el ya tiene conocimiento de esta filosofia solo falta adaptarla en su totalidad a nuestra vida conyugal.
Con mis hijos deseo transmitir esta ensenanza a traves de educacion del amor estoy leyendo un libro buenisimo que recomiendo a todos mis amigos, se llama (Por favor hablame de amor de la autora Ines Pelissie du Rausas).
Creo que es una gran oportunidad para evangelizar a todos los que se pueda!
En la iglesia participo como voluntaria en algunos ministerios y ahora tengo estas excelentes bases para poder servir mejor!
Gracias a Dios que puso en mis manos esta catequesis de Teologia del Cuerpo por que tambien la quiero compartir en mi area de trabajo, como Educadora Social trabajo con familias, individuos y grupos que mejor material que el disenado por gente que trabaja para el Senor.
Agradezco de antemano a todos los que hiciweron posible este curso, mil bendiciones y Gloria a Dios!
Gabriela Romero
"El Senor es mi luz y mi Salvacion"
Jn12:1
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Re: Capítulo final : Síntesis

Notapor lindoro50 » Mié Jun 06, 2012 2:43 pm

1.- ¿En qué consiste el cambio de mirada que propone la Teología del Cuerpo?

El compromiso que hacen los esposos en el altar, de amarse totalmente, fielmente y abiertos a la vida (que en las leyes de la Iglesia, son las promesas de indisolubilidad, fidelidad y apertura a los hijos) se expresa cuando se hacen ´una sola carne´. Si los esposos son fieles a estas promesas en sus expresiones sexuales, podrán comunicarse verdaderamente “el lenguaje de sus cuerpos”. De acuerdo con el Santo Padre, este es el elemento esencial para el matrimonio como sacramento: el “lenguaje del cuerpo” hablado en verdad.

2.- ¿En tu opinión por qué puede llegar a ser tan revolucionaria?

Porque le da la capacidad al cuerpo de hacer visible lo invisible. El cuerpo proclama un “gran misterio” - el misterio espiritual del amor trinitario de Dios y nuestro llamado a participar en ese amor a través de Cristo.

3.- ¿Qué propones para implementar lo aprendido en el área del tejido de la vida en el que desempeñas?

El cuerpo proclama y hace presente el plan eterno y el misterio de Dios. El cuerpo, de hecho, y sólo este, es capaz de hacer visible lo que es invisible: lo espiritual y lo divino. En otras palabras, no podemos ver las cosas espirituales con nuestros ojos, estas son invisibles por naturaleza. Pero a través del cuerpo se hacen visibles. El cuerpo revela la naturaleza espiritual de cada persona (lo que ocurre dentro de ella), pero no se limita a la parte humana. También debemos recordar que nosotros como personas con cuerpo (los ángeles son personas, pero no tienen cuerpo), estamos hechos a la imagen de Dios invisible. El cuerpo fue creado para transferir en la realidad visible del mundo el misterio invisible escondido en Dios desde tiempo inmemorial, y así siendo un signo de esto.
Esta declaración lleva al punto más importante de la antropología de Juan Pablo: El cuerpo no sólo representa la parte espiritual de cada ser; ¡El cuerpo humano revela el misterio de Dios!
Junio 6, 2012.
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Re: Capítulo final : Síntesis

Notapor czamora5050 » Mié Jun 06, 2012 3:22 pm

En que consiste el cambio de mirada que propone la Teología del Cuerpo?

En pocas palabras es: dejar de lado ó mas bien luchar contra la concupiscencia para pasar a ver nuestro cuerpo y nuestra sexualidad con un corazón puro y así poder vivir de acuerdo al plan de Dios. Es dejar de vivir en la mentira para vivir en la verdad.

En tu opinión por que puede llegar a ser tan revolucionaria?

Por que con esta verdad se anula toda mentira en la que el mundo nos ha hecho creer sobre todo lo relacionado al cuerpo y la sexualidad. Por que es un gran cambio de vida, de objetivos, de planes, de vision sobre nuestro existir. Nuestro peregrinar adquiere un sentido muy grande y valioso.

Que propones para implementar lo aprendido en el área del tejido de la vida en el que desempeñas?

Dos cosas: primero tratar de vivirlo en mi matrimonio y al mismo tiempo difundir esta verdad lo mas posible. Segundo, proponer esta enseñanza en comunidades y platicas pre-matrimoniales.
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Re: Capítulo final : Síntesis

Notapor BlancaElena » Mié Jun 06, 2012 6:07 pm

¿En qué consiste el cambio de mirada que propone la Teología del Cuerpo?

Consiste en que solo el Cuerpo puede hacer visible lo espiritual y divino que hay en cada uno.. Nos revela el Misterio de Dios en el agapé de los esposos, en su comunión como hijos de Dios. Es poder entender la dignidad de ese Cuerpo que pertenece a la persona humana y es obra de Dios.

¿En tu opinión por qué puede llegar a ser tan revolucionaria?

Porque no se conoce en su totalidad, incluso por nosotros mismos los católicos que a veces podemos interpretar las situaciones como no son. Este siglo tan materialista donde se ve a la persona humana como un objeto más, servirá para mostrar una opción renovadora, repito, a quienes la desconocen y a quienes la conocen pero no la practican como debe ser.


¿Qué propones para implementar lo aprendido en el área del tejido de la vida en el que desempeñas?


Es urgente multiplicar este conocimiento para la formación de la niñez y la juventud, las nuevas generaciones deben valorar más su Cuerpo que es de Dios. No es tarea fácil porque este siglo XXI se está identificando por un materialismo relativista donde se habla de la dignidad pero no dudan en tratarse como objetos de placer. Conviene capacitarse mucho más sobre este maravilloso tema para lograr transmitirlo como debe ser.
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Re: Capítulo final : Síntesis

Notapor BlancaElena » Mié Jun 06, 2012 6:50 pm

Estimadas Ana Cecilia, Gabriela y Effy, muy agradecida por su amable atención en el desarrollo de este Curso tan enriquecedor, es un tema importante para nuestra vida y salvación, que merece seguir profundizándose y poder transmitirlo con el conocimiento preciso. Las bases están y han sido muy claras, estaré muy atenta para el próximo . Blanca Elena
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Re: Capítulo final : Síntesis

Notapor guillermo barrios » Mié Jun 06, 2012 7:16 pm

Antes de contestar las preguntas, quiero agradecer de corazon a todas las personas involucradas en este curso, las cuales dieron mucho de su valioso tiempo para compartir sus conocimientos, experiencia y material con nosotros. Muchas gracias.


Guillermo Barrios Arellanos
A Jesus de la mano de Maria


¿En qué consiste el cambio de mirada que propone la Teología del Cuerpo?

En lograr en el ser humano lo que Eva y Adan sentian antes de decidir desobedecer a Dios, es decir la mirada pura que Eva y Adan intercambiaban libremente en el estado de inocencia se indica no solo de ver el cuerpo con los ojos, sino a traves de esa vision fisica, fueron capaces de contmplar la verdad interior de la persona.

¿En tu opinión por qué puede llegar a ser tan revolucionaria?

Debido a que es un tema controversial donde generalmente los jovenes ven su cuerpo no como Templo del Espiritu Santo sino como un objeto donde colgar aretes, dibujar tatuajes, y maltratarlo sin tener conciencia de que el cuerpo es casa de Dios.

¿Qué propones para implementar lo aprendido en el área del tejido de la vida en el que desempeñas?

Hacer conciencia en los jovenes y algunos adultos de que el cuerpo es casa del Espiritu Santo por lo tanto debemos cuidarlo y vestirlo adecuadamente para no ofender a Dios.
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Re: Capítulo final : Síntesis

Notapor Pablo Nazareo » Mié Jun 06, 2012 7:44 pm

Participación en el foro
Pablo Nazareo

¿En qué consiste el cambio de mirada que propone la Teología del Cuerpo?
En ver a la persona humana, --la cual se realiza en el universo a través de su cuerpo--, como la más completa manifestación de Dios a que tengamos acceso. Lo que podemos conocer de Dios lo vemos “materializado”, por así decirlo, en el cuerpo humano, ya que el hombre, espíritu encarnado o cuerpo espiritualizado (lo mismo da), es imagen y semejanza de Dios, y por eso el mismo Dios se nos manifiesta a través del hombre. Ahora bien, esa manifestación se da mediante el cuerpo, parte visible de la imagen y semejanza de Dios.
El cambio de mirada es de la del hombre pecador a la que tuvo el hombre “originario”, es decir, Adán y Eva antes de su pecado.
Un ejemplo puede ilustrar dramáticamente este “cambio de mirada”. En un table dance o en un club de strippers el cuerpo humano se ofrece como objeto de lujuria. La belleza de las bailarinas o bailarines sirve como incentivo para que los asistentes alcoholizados y manipulados por la música, la coreografía y el ambiente los deseen sexualmente y “cometan adulterio en su corazón”, y generalmente no sólo en el corazón, sino que terminan concretándolo en ese mismo sitio o en otros. Tanto los clientes como los ejecutantes quedan finalmente envilecidos, porque no se tratan mutuamente como personas, con respeto a su propia dignidad, sino que se aprecian sólo por el placer que venden o compran mediante sus cuerpos, inclusive degradándose contra su propia naturaleza. La espléndida imagen de Dios se reduce así a un ídolo de breve duración, el disfrute de un placer nada más físico, comprado como si fuera mercancía.
En una sesión de desnudo para artistas o estudiantes de arte, en cambio, los participantes contemplan el cuerpo de quienes posan para tratar de captar y expresar con su estilo personal su viviente complejidad y belleza. En estos casos, los modelos se sienten respetuosamente admirados, conscientes de que inspiran un trabajo creativo al mostrar su cuerpo desnudo, y de que desempeñan un trabajo acorde con su dignidad de personas. Una película checa tiene por asunto la amable cooperación de unas parejas de ancianos, que cuidan en un parque al bebé de una modelo mientras va a posar a la escuela de bellas artes contigua. El amor solidario al prójimo que rezuma esta película, cuyo motivo es el trabajo de la modelo (consistente en mostrarse desnuda a los artistas en ciernes), indica que estamos en presencia de una manifestación de Dios a través del cuerpo humano, en este caso, una manifestación de su hermosura.
En Puerto Vallarta tenemos una escultura, “Los Milenios” © D.R., en la que los tres milenios después de Cristo, están representados por figuras humanas desnudas. El autor declaró que también las puso así “porque el varón y la mujer son imagen y semejanza de Dios, tanto si se les considera en forma individual como en conjunto. En efecto, cada ser humano es un eco de la pluralidad divina, que se realiza en la unidad de un único ser; y así, en el hombre, como imagen de Dios se sintetizan la animalidad y la racionalidad en una sola existencia concreta; el hombre, a semejanza de Dios, es un viviente dotado de inteligencia y voluntad, es libre, creador e inmortal. Si contemplamos luego al varón y a la mujer en conjunto, notaremos que la riquísima diversidad de ambos se unifica en una realidad común gracias al amor, pero sin menoscabo de su individualidad propia. Allí es donde la pareja humana se manifiesta como reflejo de la vida íntima de Dios. El varón y la mujer, unidos por el amor, recuerdan al Padre y al Hijo unidos por el Espíritu Santo, que procede de ambos. Por esta razón, si prescindimos de los atributos de naturaleza histórica que los identifican, estos desnudos también sugieren a la Trinidad por el mero hecho de ser humanos. En este caso, el Primer Milenio, que antecede a los otros dos como origen, y se distingue por su fuerza, podría simbolizar al Padre; el Segundo Milenio, clara metáfora de la inteligencia, representaría al Hijo; y el Tercer Milenio evocaría al Espíritu Santo, ya que la mujer ha significado el amor y el porvenir en todas las culturas.”
Vale la pena recordar la perenne presencia del crucifijo en todos nuestros templos. Desde el punto de vista técnico, se trata de un desnudo masculino. En el cuerpo del Señor Jesús, más que los demás, se manifiesta icónicamente Dios, que es invisible. El cuerpo del Señor Jesús es el sacramento por excelencia.
Esta misma mirada fué la que creó la Capilla Sixtina, que menciono como símbolo de todas las figuras humanas, reveladoras de la belleza divina, que hay en nuestros templos y obras de arte, públicas y privadas.


¿En tu opinión por qué puede llegar a ser tan revolucionaria?
Todas las ideas contenidas en el depósito de la Revelación, que guarda la Iglesia, son radicalmente revolucionarias. Son un fermento que actúa en forma constante sobre la humanidad y que la va transformando.
Me parece que el mérito indiscutible del beato Juan Pablo II fué haber sistematizado la ideas de la ahora llamada “Teología del Cuerpo” y haberlas presentado oficialmente a toda la Iglesia con su autoridad de Sumo Pontífice. Pero esas ideas ya existían. No fueron descubiertas por él. Pertenecen al Depósito de la Revelación.
De joven fui miembro de la Acción Católica estudiantil (en tiempos del beato Juan XXIII y de Pablo VI). Era habitual en el movimiento considerar el matrimonio como la mutua donación de las personas, por lo que era importante custodiar la virginidad para entregarla a la futura esposa como síntesis del regalo exclusivo para ella, que era la persona del novio. Asimismo, el actual sexual y su goce se veían como medio de santificación de los esposos, como su participación en la ofrenda que el Señor Jesús hace de Sí mismo al Padre en su único sacrificio, al mismo tiempo que como pilar de sostén de la vida conyugal, imagen de la unión de Cristo con su Iglesia. Ver al varón y a la mujer o a la pareja humana como imagen y semejanza de Dios era obvio. Todas estas ideas se desprendían del “juzgar”, segundo paso del método de la Acción Católica, en el que los hechos se confrontaban con lo que dice la Biblia. En este segundo paso resultaba muy orientadora la intervención del Asistente Eclesiástico cuando podía asistir a las reuniones.
Es cierto que había otras ideas entre los católicos. Como jóvenes interesados en la vida de la Iglesia a veces asistíamos a charlas, reuniones o retiros vocacionales. De hecho, de los antiguos compañeros del movimiento la mayor parte estamos casados, pero algunos son sacerdotes diocesanos o religiosos. De aquellas reuniones recuerdo dos muy chocantes.
En una, el religioso que la impartió insistía en que ser sacerdote “secular” (diocesano) era un peligro para la propia salvación, pues vive en el mundo, sujeto a todo tipo de tentaciones, sobre todo de tipo sexual. Al contrario, ser religioso era garantía de santidad, por la regla, la vida en comunidad, el carisma del fundador y hasta por revelaciones privadas, que aseguraban la salvación automática a quien ingresara a la orden a la que pertenecía el conferencista. Si el buen religioso hubiera leído el “Decamerón”, de Bocaccio, habría sabido que el solo hecho de ser religioso, no es ninguna garantía de santidad. En nuestros días hay suficientes ejemplos de gravísimos pecados sexuales de religiosos, como para dejar en evidencia el falso y soberbio punto de vista de aquel padre.
En otra (un retiro), la composición de lugar fué el reconocimiento del cadáver de la emperatriz Isabel por San Francisco de Borja y su determinación de no volver a “servir a señor que se pudiera morir.” Después de preguntar a algunos si tenían novia, el religioso se puso a imaginar y a describir sádica y detalladamente en la meditación el estado de sus cuerpos después de varios días de sepultura. ¡Eso era lo que aman los casados! Hasta citó algunas expresiones de San Bernardo sobre la mujer, de un maniqueísmo vulgar y majadero, que no coincidían con la manera en que el santo se expresó de Santa María, que era mujer. Pero en fin, ciertas o no las citas del abad de Claraval, la conclusión buscada era que nos metiéramos de religiosos para no amar algo que se iba a morir. A la salida nos preguntábamos cómo era posible que un sacerdote tuviera y utilizara una concepción tan herética del cuerpo, más cercana a los gnósticos y al hinduismo que al cristianismo. De seguro había olvidado que celebraba misa sobre los huesos de mártires sepultados en el altar y parecía no saber que el cuerpo (aunque se descomponga después de la muerte) fué redimido en el bautismo y que también es santo y digno de amor, pues no es la “miserable servilleta que envuelve una piedra preciosa”, como criticaría justamente Gilbert K. Chesterton, sino la parte material de la persona humana.
Por el lado contrario, parece difícil de creer que la hermana Margaret A. Farley, R.S.M, “prominente monja teóloga” estadunidense se base en unos aéreos “criterios de justicia” para estar en desacuerdo con la enseñanza de la Iglesia en asuntos como el dizque matrimonio de los homosexuales, la moralidad de los actos homosexuales, la masturbación, la disolución del matrimonio canónico y la posibilidad de otro nuevo para los divorciados. Obviamente ignora o desdeña la Teología de la Iglesia y particularmente la del Cuerpo. ¿A estas alturas?

¿Qué propones para implementar lo aprendido en el área del tejido de la vida en el que desempeñas?
Difundir lo más que se pueda la Teología del Cuerpo. El ejemplo de lo que sucede con la hermana Farley es revelador.
Pablo Nazareo
 
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Re: Capítulo final : Síntesis

Notapor ing-enyo » Mié Jun 06, 2012 10:01 pm

¿En qué consiste el cambio de mirada que propone la Teología del Cuerpo?
El volver a retomar que el hombre histórico y trascendental puede con la ayuda de Dios perder ese sentimiento de la desnudez y soledad originaria por medio del amor y es que en verdad con esta mirada no hay mayor amor que el de la fusión del hombre y la mujer donde se realiza el designio de Dios al crear al hombre: Varón y mujer lo creó.


¿En tu opinión por qué puede llegar a ser tan revolucionaria?

Porque el conocimiento de la Teología del cuerpo es la esperanza de un cambio radical al verdadero amor. Retomando las ideas de Juan Pablo II en su libro “Cruzando el Umbral de la Esperanza”, habla de la juventud, es ahí donde podemos darnos cuenta que se encuentra la revolución; la juventud es revolucionaria por eso formándola y educándola para el amor, tarea no fácil en este mundo en el cual impera el consumo, el materialismo, el amor a si mismo, el erotismo, el avance tecnológico y científico, en fin la difícil tarea contra la cultura de la muerte en la cual ellos han crecido, nos compete primero a nosotros formarnos (y ya lo estamos haciendo), conocer a profundidad el amor de complementariedad, el amor por y para el cual fuimos creados.

Es por eso que hoy por hoy el fermento de la esperanza en un futuro de amor está en la juventud la cual debe ser formada en el amor, en el conocimiento y fin de su sexualidad y en esa profunda y maravillosa enseñanza del amor humano.
Parece mentira que ese tabú, que la diferencia de sexos, que la unión de los cuerpos manifieste en algo visto tan pecaminoso incluso en el matrimonio el verdadero sentido y fin para el cual Dios creó al hombre y que sea precisamente en la unión carnal dada en su tiempo, forma y espacio cuando se esté realizando además de la unión y complementariedad de los cuerpo, la unión de las tres personas Divinas, ¡ Esto es maravilloso!
De ahí la imperiosa necesidad y gran compromiso nuestro de transmitir esta catequesis.


¿Qué propones para implementar lo aprendido en el área del tejido de la vida en el que desempeñas?
Primero mucha oración para conocer dónde Dios desea que yo esté, de que forma puedo llegar a quienes más necesitan de éste conocimiento, pero primero transmitir a mis hijos ahora todos jóvenes esta catequesis sobre el amor humano, ya que en él se resume el fin por el que fuimos creados. Para mí siempre ha sido muy importante la juventud y siento que esto sería muy conveniente aplicarlo en los prematrimoniales.
Me gustaría que se pudiera dar una antropología sencilla y fácil de entender antes de la catequesis de la Teología del Cuerpo sobre todos los dinamismos del cuerpo y alma, pues hay muchas personas que no saben cómo se relacionan estos coprincipios esenciales del hombre y su diferencia con los demás seres vivos.
ing-enyo
 
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Re: Capítulo final : Síntesis

Notapor ing-enyo » Mié Jun 06, 2012 10:08 pm

ing-enyo escribió:¿En qué consiste el cambio de mirada que propone la Teología del Cuerpo?
El volver a retomar que el hombre histórico y trascendental puede con la ayuda de Dios perder ese sentimiento de la desnudez y soledad originaria por medio del amor y es que en verdad con esta mirada no hay mayor amor que el de la fusión del hombre y la mujer donde se realiza el designio de Dios al crear al hombre: Varón y mujer lo creó.


¿En tu opinión por qué puede llegar a ser tan revolucionaria?

Porque el conocimiento de la Teología del cuerpo es la esperanza de un cambio radical al verdadero amor. Retomando las ideas de Juan Pablo II en su libro “Cruzando el Umbral de la Esperanza”, habla de la juventud, es ahí donde podemos darnos cuenta que se encuentra la revolución; la juventud es revolucionaria por eso formándola y educándola para el amor, tarea no fácil en este mundo en el cual impera el consumo, el materialismo, el amor a si mismo, el erotismo, el avance tecnológico y científico, en fin la difícil tarea contra la cultura de la muerte en la cual ellos han crecido, nos compete primero a nosotros formarnos (y ya lo estamos haciendo), conocer a profundidad el amor de complementariedad, el amor por y para el cual fuimos creados.

Es por eso que hoy por hoy el fermento de la esperanza en un futuro de amor está en la juventud la cual debe ser formada en el amor, en el conocimiento y fin de su sexualidad y en esa profunda y maravillosa enseñanza del amor humano.
Parece mentira que ese tabú, que la diferencia de sexos, que la unión de los cuerpos manifieste en algo visto tan pecaminoso incluso en el matrimonio el verdadero sentido y fin para el cual Dios creó al hombre y que sea precisamente en la unión carnal dada en su tiempo, forma y espacio cuando se esté realizando además de la unión y complementariedad de los cuerpo, la unión de las tres personas Divinas, ¡ Esto es maravilloso!
De ahí la imperiosa necesidad y gran compromiso nuestro de transmitir esta catequesis.


¿Qué propones para implementar lo aprendido en el área del tejido de la vida en el que desempeñas?
Primero mucha oración para conocer dónde Dios desea que yo esté, de que forma puedo llegar a quienes más necesitan de éste conocimiento, pero primero transmitir a mis hijos ahora todos jóvenes esta catequesis sobre el amor humano, ya que en él se resume el fin por el que fuimos creados. Para mí siempre ha sido muy importante la juventud y siento que esto sería muy conveniente aplicarlo en los prematrimoniales.
Me gustaría que se pudiera dar una antropología sencilla y fácil de entender antes de la catequesis de la Teología del Cuerpo sobre todos los dinamismos del cuerpo y alma, pues hay muchas personas que no saben cómo se relacionan estos coprincipios esenciales del hombre y su diferencia con los demás seres vivos.


[color=#0000FF]Me gustaría que todos pudieran darse la oportunidad de leer la homilía de calusura de S.S. Benedicto XVI ahora en el Encuentro Mundial de las Familias. El vuelve a retomar todo lo dicho en la catequesis de Juan Pablo II.[/color]
ing-enyo
 
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Homilía del santo padre en la misa de clausura

Notapor Ana Cecilia Margalef » Jue Jun 07, 2012 2:18 pm

Homilía del santo padre en la misa de clausura del VII Encuentro Mundial de las Familias

Su Santidad Benedicto XVI


Venerados hermanos,

Ilustres autoridades,

Queridos hermanos y hermanas:

Es un gran momento de alegría y comunión el que vivimos esta mañana, con la celebración del sacrificio eucarístico. Una gran asamblea, reunida con el Sucesor de Pedro, formada porfieles de muchas naciones. Es una imagen expresiva de la Iglesia, una y universal, fundada por Cristo y fruto de aquella misión que, como hemos escuchado en el evangelio, Jesús confió a sus apóstoles: Ir y hacer discípulos a todos los pueblos, «bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo» (Mt 28, 18-19). Saludo con afecto y reconocimiento al Cardenal Angelo Scola, Arzobispo de Milán, y al Cardenal Ennio Antonelli, Presidente del Pontificio Consejo para la Familia, artífices principales de este VII Encuentro Mundial de las Familias, así como a sus colaboradores, a los obispos auxiliares de Milán y a todos los demás obispos. Saludo con alegría a todas las autoridades presentes. Mi abrazo cordial va dirigido sobre todo a vosotras, queridas familias. Gracias por vuestra participación.

En la segunda lectura, el apóstol Pablo nos ha recordado que en el bautismo hemos recibido el Espíritu Santo, que nos une a Cristo como hermanos y como hijos nos relaciona con el Padre, de tal manera que podemos gritar: «¡Abba, Padre!» (cf. Rm 8, 15.17). En aquel momento se nos dio un germen de vida nueva, divina, que hay que desarrollar hasta su cumplimiento definitivo en la gloria celestial; hemos sido hechos miembros de la Iglesia, la familia de Dios, «sacrarium Trinitatis», según la define san Ambrosio, pueblo que, como dice el Concilio Vaticano II, aparece «unido por la unidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo» (Const. Lumen gentium,4). La solemnidad litúrgica de la Santísima Trinidad, que celebramos hoy, nos invita a contemplar ese misterio, pero nos impulsa también al compromiso de vivir la comunión con Dios y entre nosotros según el modelo de la Trinidad. Estamos llamados a acoger y transmitir de modo concorde las verdades de la fe; a vivir el amor recíproco y hacia todos, compartiendo gozos y sufrimientos, aprendiendo a pedir y conceder el perdón, valorando los diferentes carismas bajo la guía de los pastores. En una palabra, se nos ha confiado la tarea de edificar comunidades eclesiales que sean cada vez más una familia, capaces de reflejar la belleza de la Trinidad y de evangelizar no sólo con la palabra. Más bien diría por «irradiación», con la fuerza del amor vivido.

La familia, fundada sobre el matrimonio entre el hombre y la mujer, está también llamada al igual que la Iglesia a ser imagen del Dios Único en Tres Personas. Al principio, en efecto, «creó Dios al hombre a su imagen; a imagen de Dios lo creó; hombre y mujer los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo: “Creced, multiplicaos”» (Gn 1, 27-28). Dios creó el ser humano hombre y mujer, con la misma dignidad, pero también con características propias y complementarias, para que los dos fueran un don el uno para el otro, se valoraran recíprocamente y realizaran una comunidad de amor y de vida. El amor es lo que hace de la persona humana la auténtica imagen de la Trinidad, imagen de Dios. Queridos esposos, viviendo el matrimonio no os dais cualquier cosa o actividad, sino la vida entera. Y vuestro amor es fecundo, en primer lugar, para vosotros mismos, porque deseáis y realizáis el bien el uno al otro, experimentando la alegría del recibir y del dar. Es fecundo también en la procreación, generosa y responsable, de los hijos, en el cuidado esmerado de ellos y en la educación metódica y sabia. Es fecundo, en fin, para la sociedad, porque la vida familiar es la primera e insustituible escuela de virtudes sociales, como el respeto de las personas, la gratuidad, la confianza, la responsabilidad, la solidaridad, la cooperación.

Queridos esposos, cuidad a vuestros hijos y, en un mundo dominado por la técnica, transmitidles, con serenidad y confianza, razones para vivir, la fuerza de la fe, planteándoles metas altas y sosteniéndolos en las debilidades. Pero también vosotros, hijos, procurad mantener siempre una relación de afecto profundo y de cuidado diligente hacia vuestros padres, y también que las relaciones entre hermanos y hermanas sean una oportunidad para crecer en el amor. El proyecto de Dios sobre la pareja humana encuentra su plenitud en Jesucristo, que elevó el matrimonio a sacramento. Queridos esposos, Cristo, con un don especial del Espíritu Santo, os hace partícipes de su amor esponsal, haciéndoos signo de su amor por la Iglesia: un amor fiel y total. Si, con la fuerza que viene de la gracia del sacramento, sabéis acoger este don, renovando cada día, con fe, vuestro «sí», también vuestra familia vivirá del amor de Dios, según el modelo de la Sagrada Familia de Nazaret. Queridas familias, pedid con frecuencia en la oración la ayuda de la Virgen María y de san José, para que os enseñen a acoger el amor de Dios como ellos lo acogieron. Vuestra vocación no es fácil de vivir, especialmente hoy, pero el amor es una realidad maravillosa, es la única fuerza que puede verdaderamente transformar el mundo. Ante vosotros está el testimonio de tantas familias, que señalan los caminos para crecer en el amor: mantener una relación constante con Dios y participar en la vida eclesial, cultivar el diálogo, respetar el punto de vista del otro, estar dispuestos a servir, tener paciencia con los defectos de los demás,saber perdonar y pedir perdón, superar con inteligencia y humildad los posibles conflictos,acordar las orientaciones educativas, estar abiertos a las demás familias, atentos con los pobres, responsables en la sociedad civil. Todos estos elementos construyen la familia. Vividlos con valentía, con la seguridad de que en la medida en que viváis el amor recíproco y hacia todos, con la ayuda de la gracia divina, os convertiréis en evangelio vivo, una verdadera Iglesia doméstica (cf. Exh. ap. Familiaris consortio, 49). Quisiera dirigir unas palabras también a los fieles que, aun compartiendo las enseñanzas de la Iglesia sobre la familia, están marcados por las experiencias dolorosas del fracaso y la separación. Sabed que el Papa y la Iglesia os sostienen en vuestro sufrimiento y dificultad. Os animo a permanecer unidos a vuestras comunidades, al mismo tiempo que espero que las diócesis pongan en marcha adecuadas iniciativas de acogida y cercanía.

En el libro del Génesis, Dios confía su creación a la pareja humana, para que la guarde, la cultive, la encamine según su proyecto (cf. 1,27-28; 2,15). En esta indicación de la Sagrada Escritura, podemos comprender la tarea del hombre y la mujer como colaboradores de Dios para transformar el mundo, a través del trabajo, la ciencia y la técnica. El hombre y la mujer son imagen de Dios también en esta obra preciosa, que han de cumplir con el mismo amor del Creador. Vemos que, en las modernas teorías económicas, prevalece con frecuencia una concepción utilitarista del trabajo, la producción y el mercado. El proyecto de Dios y la experiencia misma muestran, sin embargo, que no es la lógica unilateral del provecho propio y del máximo beneficio lo que contribuye a un desarrollo armónico, al bien de la familia y a edificar una sociedad justa, ya que supone una competencia exasperada, fuertes desigualdades, degradación del medio ambiente, carrera consumista, pobreza en las familias. Es más, la mentalidad utilitarista tiende a extenderse también a las relaciones interpersonales y familiares, reduciéndolas a simples convergencias precarias de intereses individuales y minando la solidez del tejido social.

Un último elemento. El hombre, en cuanto imagen de Dios, está también llamado al descanso y a la fiesta. El relato de la creación concluye con estas palabras: «Y habiendo concluido el día séptimo la obra que había hecho, descansó el día séptimo de toda la obra que había hecho. Y bendijo Dios el día séptimo y lo consagró» (Gn 2,2-3). Para nosotros, cristianos, el día de fiesta es el domingo, día del Señor, pascua semanal. Es el día de la Iglesia, asamblea convocada por el Señor alrededor de la mesa de la palabra y del sacrificio eucarístico, como estamos haciendo hoy, para alimentarnos de él, entrar en su amor y vivir de su amor. Es el día del hombre y de sus valores: convivialidad, amistad, solidaridad, cultura, contacto con la naturaleza, juego, deporte. Es el día de la familia, en el que se vive juntos el sentido de la fiesta, del encuentro, del compartir, también en la participación de la santa Misa. Queridas familias, a pesar del ritmo frenético de nuestra época, no perdáis el sentido del día del Señor. Es como el oasis en el que detenerse para saborear la alegría del encuentro y calmar nuestra sed de Dios. Familia, trabajo, fiesta: tres dones de Dios, tres dimensiones de nuestra existencia que han de encontrar un equilibrio armónico. Armonizar el tiempo del trabajo y las exigencias de la familia, la profesión y la maternidad, el trabajo y la fiesta, es importante para construir una sociedad de rostro humano. A este respecto, privilegiad siempre la lógica del ser respecto a la del tener: la primera construye, la segunda termina por destruir. Es necesario aprender, antes de nada en familia, a creer en el amor auténtico, el que viene de Dios y nos une a él y precisamente por eso «nos transforma en un Nosotros, que supera nuestras divisiones y nos convierte en una sola cosa, hasta que al final Dios sea “todo para todos” (1 Co 15,28)» (Enc. Deus caritas est, 18). Amén.

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Re: Capítulo final : Síntesis

Notapor maledlfuente » Sab Jun 09, 2012 12:13 pm

1.-¿En qué consiste el cambio de mirada que propone la Teología del Cuerpo?
En un cambio de corazón, de dejar resonar el eco del plan original de Dios, de comunión, de entrega total, de donación de sí mismos entre los esposos, como el amor y entrega de Cristo a su Iglesia. En cambiar la visión de que la Iglesia desprecia la sexualidad del hombre, y devolverle su dignidad al cuerpo, por el cual se expresa el amor y se realiza la donación total. Darle fuerza al corazón que libra la batalla entre el amor y la lujuria. Replantear la prioridad que la unión matrimonial representa como inicio de los demás sacramentos, sin quitar el respeto por quienes eligen una vida de celibato. Replantear la castidad en el matrimonio, como una sumisión del cuerpo al espíritu. Reunir el corazón y el cuerpo.

2.-¿En tu opinión por qué puede llegar a ser tan revolucionaria?
Por que nos da una visión diferente acerca de la sexualidad, como esta vivida correctamente a través de Jesucristo, se convierte en una unión trinitaria entre los esposos y Dios , como un verdadero misterio que encierra una gran verdad que somo creados por Dios por su amor incondicional al ser humano. Porque nos invita a vivir en comunión con Cristo, presentándonos nuestra sexualidad como algo hermoso creado por Dios para que lo vivamos de acuerdo al Plan de Dios para nosotros.

3.-¿Qué propones para implementar lo aprendido en el área del tejido de la vida en el que desempeñas?
Primero aplicar todos estos conocimientos en mi matrimonio, con mi esposo e hijos, teniéndo claro que ésto es sólo el principio,que tengo que prepararme mejor, para poder transmitir éste hermoso regalo de Dios, que es la Teología del cuerpo, y cómo Cristo nos invita a vivir en plenitud,como vivía el hombre original, es una especie de regresar y empezar de nuevo a vivir en comunión con Dios desde lo profundo de nuestro corazón,vivir como mujer en mi vocación a la que he sido llamada y transmitirlo a todas las mujeres que encuentre en mi camino, con la ayuda de Dios, en oración y con el estudio. entendí lo maravilloso que es la vocación al matrimonio y a la vida consagrada ambas regalo de Dios y que nos dió a cada uno la nuestra para que fueramos felices en ella.
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Re: Capítulo final : Síntesis

Notapor lesgejpv139 » Dom Jun 10, 2012 10:06 pm

1.En que consiste el cambio de la mirada que propone la Teologia del cuerpo?
Consiste en darnos cuenta de que la sociedad, en especial los medios de comunicacion, nos esta influenciando erroneamente la mayor parte del tiempo.llevandonos a ser parte de una cultura de muerte. Pero que gracias a Dios nos da elementos como estos cursos para darnos cuenta que el Matrimonio y el plan de Dios es de dar vida, llegando a la donacion total en cuerpo,mente y espiritu para formar una sociedad mas fuerte en valores morales, siguiendo los mandatos de Dios padre que quiere que seamos uno en el, llegando finalmente a experimentar esa comunion de amor, que es encontrarnos con el Padre.

2.En tu opinion poque puede llegar a ser revolucionario?
En mi opinion porque si la juventud se diera cuenta de lo que realmente es su sexualidad, y lo valiosa que es, no vieramos tantos jovenes con embarazos no deseados, o enfermedades venereas,uniones libres y muchos mas problemas que estan causando que la sociedad se devilite en valores morales. Seria muy revolucionario porque se puede combatir la cultura de la muerte, creando conciencia en toda esa juventud que es el futuro de nuestra Iglesia, el papa Juan Pablo II en uno de sus mensajes para la juventud fue que eran "la esperanza" del papa y de la Iglesia. El reencontrarse con plan de Dios de redimirnos a travez de Jesucristo nos da el modelo que devemos seguir, en nuestra sociedad no solamente en el matrimonio, si no tambien en el celibato, llamando a toda la juventud a encontrar esa vocacion que tiene Dios,para cada uno de nosotros como matrimonios o para el sacerdocio.

3.Que propones para implementar lo aprendido en el area de tejido de la vida que desempenas?
Para empezar tengo 4 hijos dos ninas y dos ninos, y seria apoyandolos e inculcandoles primeramente el amor a Dios para que puedan discernir con sabiduria la vocacion que les corresponde tanto al matrimonio, como al sacerdocio o a la vida religiosa. En nuestro ministerio en la Iglesia ayudamos a platicas prematrimoniales y toda la imformacion y ensenanzas que ustedes nos dan, nos dan una vision mas amplia de lo que nosotros podemos compartir con estas parejas que muchas de las veces, no entendemos lo grande que es el sacramento del matrimonio. Quiero agradecer a Dios por toda la sabiduria que da a tantas personas como a el santo padre Juan Pablo II,como a las personas que nos ensenaron en este curso el valor y la responsabilidad de llegar a ser un regalo de amor para nuestro conyuge, en donacion total , como Cristo por su Iglesia.llegando a formar verdaderas Iglesias domesticas.
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Re: Capítulo final : Síntesis

Notapor martha salim naime » Mar Jun 12, 2012 4:24 pm

¿En qué consiste el cambio de mirada que propone la Teología del Cuerpo?
Se trata de ver al hombre y a la mujer creados a imagen y semejanza de Dios iluminados por la Sagrada Escritura, profundizando en el misterio con tintes de actualidad. Haciendo que estas reflexiones sean concretas, adaptadas al mundo en que vivimos y de cara a la salvación.

¿En tu opinión por qué puede llegar a ser tan revolucionaria?
En mi oponión es revolucionaria, porque estudia, analiza y explica al cuerpo a la Luz del Evangelio y con esto contradice tanto al relativismo moral, como a los paradigmas que se tienen de que la Iglesia no conoce el tema del amor conyugal. Esta presentación personalista, va en contra de la instrumentalización o utilización de la persona. Es actual es explicada por el Papa de nuestros tiempos, que ha recorrido el mundo y conoce las realidades humanas.

¿Qué propones para implementar lo aprendido en el área del tejido de la vida en el que desempeñas?
Me parece muy puntual y oportuno en mis apostolados con parejas en la preparación pre-matrimonial y en la orientación familiar. Mucha de la información que se recibe en la actualidad, sobre todo, la que va dirigida a la mujer, es de autosuficiencia y autonomía, de poder y libertad mal entendidas que hace que vea al hombre como un objeto. Propongo seguir estudiando y preparándonos en este tema. Leer otros autores como el P. Walter Schu que tambien reflexionan sobre la Teología del Cuerpo
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Re: Capítulo final : Síntesis

Notapor pac05091957 » Mié Jun 13, 2012 6:36 pm

¿En qué consiste el cambio de mirada que propone la Teología del Cuerpo?
El Cambio de mirada que propone la Teología del cuerpo, se refiere al hecho de rescatar la dignidad, el significado y la importancia que tiene la redención del cuerpo, para vivir verdaderamente la revelación del misterio invisible de Dios como la imagen visible expresada en su sexualidad. No se trata de someter a la otra persona (mujer o varón), para convertirse en un objeto sexual de satisfacción personal, sino establecer una unión conyugal donde prevalezca la donación de sus cuerpos a través del amor y este recrearía el misterio de la procreación.


¿En tu opinión por qué puede llegar a ser tan revolucionaria?
Me parece que la Teología del Cuerpo puede convertirse en una nueva reevangelización, que no solo se limita a la condenación moral, sino que es un nuevo enfoque de cómo a través de nuestro cuerpo y nuestra sexualidad, se revela el misterio de Dios y la comunión de las personas divinas y le asigna al matrimonio un lugar relevante en relación a los sacramentos y profundiza en la relaciones que tienen que observarse en el para alcanzar la plenitud del amor y esto coincide con la voluntad de Dios. Es una nueva dimensión de ver nuestras relaciones sexuales y la gran importancia que tienen no solo para los adultos, sino principalmente para los jóvenes quienes rechazan las enseñanzas tradicionales de la iglesia, que las tildan de subjetivas y que no guardan relación con la realidad en que viven. Este nuevo enfoque permite entender al hombre en el misterio de la persona humana con una claridad y precisión sin precedentes. Nos ayuda a comprender nuestro ser mismo e identificarnos con ella.


¿Qué propones para implementar lo aprendido en el área del tejido de la vida en el que desempeñas?
Para implementar lo aprendido a lo inmediato, habrá que materializar todos los conceptos, enseñanzas y categorías desarrollados en el curso con mi familia, iniciando con mi esposa que debe beneficiarse de estos conocimientos y luego continuar con los hijos tratando de ser coherentes entre lo que digo y lo que hago.
Es necesario difundirlo, a todos los ámbitos donde nosotros interactuemos, con los amigos, vecinos, miembros de la iglesia, compañeros de estudios, ya que esto representa un cambio radical en nuestro pensamiento, entendimiento, conciencia. y sobre todo compromiso para enseñar.
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Re: Capítulo final : Síntesis

Notapor pac05091957 » Mié Jun 13, 2012 6:39 pm

¿En qué consiste el cambio de mirada que propone la Teología del Cuerpo?

El Cambio de mirada que propone la Teología del cuerpo, se refiere al hecho de rescatar la dignidad, el significado y la importancia que tiene la redención del cuerpo, para vivir verdaderamente la revelación del misterio invisible de Dios como la imagen visible expresada en su sexualidad. No se trata de someter a la otra persona (mujer o varón), para convertirse en un objeto sexual de satisfacción personal, sino establecer una unión conyugal donde prevalezca la donación de sus cuerpos a través del amor y este recrearía el misterio de la procreación.


¿En tu opinión por qué puede llegar a ser tan revolucionaria?

Me parece que la Teología del Cuerpo puede convertirse en una nueva reevangelización, que no solo se limita a la condenación moral, sino que es un nuevo enfoque de cómo a través de nuestro cuerpo y nuestra sexualidad, se revela el misterio de Dios y la comunión de las personas divinas y le asigna al matrimonio un lugar relevante en relación a los sacramentos y profundiza en la relaciones que tienen que observarse en el para alcanzar la plenitud del amor y esto coincide con la voluntad de Dios. Es una nueva dimensión de ver nuestras relaciones sexuales y la gran importancia que tienen no solo para los adultos, sino principalmente para los jóvenes quienes rechazan las enseñanzas tradicionales de la iglesia, que las tildan de subjetivas y que no guardan relación con la realidad en que viven. Este nuevo enfoque permite entender al hombre en el misterio de la persona humana con una claridad y precisión sin precedentes. Nos ayuda a comprender nuestro ser mismo e identificarnos con ella.


¿Qué propones para implementar lo aprendido en el área del tejido de la vida en el que desempeñas?

Para implementar lo aprendido a lo inmediato, habrá que materializar todos los conceptos, enseñanzas y categorías desarrollados en el curso con mi familia, iniciando con mi esposa que debe beneficiarse de estos conocimientos y luego continuar con los hijos tratando de ser coherentes entre lo que digo y lo que hago.
Es necesario difundirlo, a todos los ámbitos donde nosotros interactuemos, con los amigos, vecinos, miembros de la iglesia, compañeros de estudios, ya que esto representa un cambio radical en nuestro pensamiento, entendimiento, conciencia. y sobre todo compromiso para enseñar.
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Re: Capítulo final : Síntesis

Notapor Andrea Fleba » Mié Jun 13, 2012 9:16 pm

¿En qué consiste el cambio de mirada que propone la Teología del Cuerpo?

La teología del cuerpo orienta la mirada al cuerpo humano como medio para la revelación del misterio de Dios (Dios como una Trinidad de Personas y que Dios destina al hombre a ser partícipe del intercambio eterno de amor de la Trinidad), habla dela sacramentalidad del cuerpo, mediante el cuál Dios hace visible lo invisible. Lo hace otorgándole una capacidad para hablar, el lenguaje del cuerpo, mediante el cuál el hombre expresa la unión de "una sola carne" al consumarse el sacramento del matrimonio. Nos revela que para que el lenguaje del cuerpo hable con la verdad, no puede separarse la finalidad unitiva y procreativa del acto esponsal, como medio para colaborar con el plan de salvación.

¿En tu opinión por qué puede llegar a ser tan revolucionaria?
Sería revolucionaria porque plantea la sexualidad como un lenguaje, en el que los cónyuges consuman las promesas del matrimonio. Actualmente se ha posicionado el placer sexual como un objetivo en sí mismo y no un regalo de Dios que acompaña el verdadero significado de nuestra sexualidad, que es la unión de un hombre y una mujer que se convierten en una sola carne dándose a si mismos. Se lo ha separado del sacramento del matrimonio, y por lo tanto despojado de su sentido.

¿Qué propones para implementar lo aprendido en el área del tejido de la vida en el que desempeñas?
En primera instancia me propongo llevar todo lo aprendido a mi vida conyugal, y probablemente con la ayuda de un director espiritual. Creo sinceramente que va a elevar nuestro matrimonio, además de llevar a la práctica con coherencia nuestras creencias. Luego, lo podremos volcar a la educación de nuestros hijos, este curso me ha dado muchas herramientas para poder guiarlos en el descubrimiento de su vocación y a enseñarles el gran don de Dios.


Fue muy hermoso poder hacer este curso, y me encantaría seguir profundizando sobre el tema. Sería muy interesante en el próximo curso, ilustrar la teoría con historias de vida. Me interesa conocer más sobre la paternidad responsable.
Que Dios las siga iluminando!!
Con mucho afecto,
Andrea
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Re: Capítulo final : Síntesis

Notapor Ross Barrera Peraza » Jue Jun 14, 2012 10:03 pm

1.-¿En qué consiste el cambio de mirada que propone la Teología del Cuerpo?
la mirada del hombre que antes del pecado era limpia , que se dirigía sin vergüenza a la desnudez de la pareja , queda dañada por la el pecado original y se vuelve una mirada de deseo de posesión.
La Teología del Cuerpo retoma esa mirada limpia y de comunón basándose en en el sentido de la sexualidad como una relación respetuosa de la dignidad de las personas a través de una mirada de amor total, fiel y fecundo. La mirada que retoma la teología del cuerpo se le dirige a la pareja con la atracción natural creada por Dios para valorar la belleza de la persona en su totalidad . La teología del cuerpo re descubre ese eco de desnudez original en el que la entrega de cuerpo y alma era plena y fiel desde el fondo del corazón y sin reservas.
Asimismo esa mirada que se dirige a la pareja, debe dirigirse a las demás personas de sexo opuesto , ya que la mirada debe reflejar la pureza del corazón en toda de dimensión y en todos los ámbitos .


¿En tu opinión por qué puede llegar a ser tan revolucionaria?
En mi opinión la TC marca una propuesta que nos revela o redescubre el Plan de Dios no solo ve al hombre en su dimensión Antropológica en todo su esplendor creado a Imagen y semejanza de Dios (trinitario) con cuerpos hechos como signos de amor que lo representan ( lo vuelven a presentar) eso nos convierte en “carne espiritual y espíritu encarnado” una sola unidad , en dos dimensiones BUENAS por haber sido creadas por Dios.
Asimismo nos revela que su plan está en nuestros propios cuerpos al replantear la sexualidad como medio al servicio del amor y a la vida. Así , en el Texto de Mateo 19 , retoma EL PRINCIPIO , y nos recuerda que plan de Dios para nosotros era muy diferente al que la DUREZA DEL CORAZON DEL HOMBRE desvía.
La Teología del cuerpo nos recuerda nuestro origen y que nuestra sexualidad en el tránsito de la vida debe ser un medio para dar y proteger la vida a través de un orden de entrega:
En el noviazgo la entrega de almas con un plan ordenado de la paz viviendo la sexualidad en cada paso con respeto y dignidad , El noviazgo es el primer paso de la una Paternidad responsable cuidada desde el inicio de la posibilidad de vida corporal que se da en la adolescencia ( es necesaria la entrega de almas sin reservas y sin mascaras, desnudez original ) si se logra hacer conciencia de la bondad de la castidad en esta etapa, los jóvenes optarían por este camino y amor seguro , sano en cuerpo y alma pero sobre todo motivados porque utilizan su libertad de acuerdo al plan de Dios sin romper la paz que Dios pone en esta etapa.
La espera de la entrega de cuerpos físicos en el noviazgo es corona con una entrega total con una bendición del sacramento del matrimonio y presencia de Dios como fortaleza a través de la gracia del Espíritu Santo , de Jesús vivo en los sacramentos de la reconciliación y de la eucaristía que nos conduce a educar una familia con formación trascendente que viva la fuente de Dios en sus vidas diarias , que ponga a Dios como centro de su proyecto de familia , atienda el llamado de santidad que Jesús marca como camino para llegar a gozar la plenitud y algún día retomar al Padre como AL PRINCIPIO .
Por todas estas razones y sobretodo por revalorar al cuerpo en su aspecto teológico, consdiero que ta teologia del cuerpo es la auténtica "revolución" sexual.

¿Qué propones para implementar lo aprendido en el área del tejido de la vida en el que desempeñas?
Nosotros ( mi esposo y yo) ya estamos aplicando la teología del cuerpo como parte fundamental en nuestro trabajo con parejas de novios, a las que acompañamos durante de 9 meses al año enlos l círculos de novios.Además estamos con proyectos de fomentar la “LLEGADA A TIEMPO” donde retomamos el valor de la castidad como regreso al plan Original de Dios, de hecho entre las propuestas planteadas por los propios novios , exponen fijarnos metas para mover el mercado de las “modas” sexuales a retomar la castidad , a través de un anillo de castidad ( ya se está usando en varios países) donde invitan a retomar la castidad en el noviazgo , esta nos parece una muy buena y concreta idea para retomar convencidos el plan de Dios que nos recuerda la Teología de Cuerpo.

Les felicito por esta gran labor , este es un gran avance en la difusión de la Teología del cuerpo de forma amena y relajada , que nos introduce paso a paso a la revelación del mensaje de Juan Pablo II no solo a nuestra concepto de la sexualidad sino retomar el origen y el sentido nuestra vida
Gracias a todas por esta gran labor, ojalá haya más.
Ross Barrera Peraza
 
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Re: Capítulo final : Síntesis

Notapor lucymx » Vie Jun 15, 2012 1:54 pm

¿En qué consiste el cambio de mirada que propone la Teología del Cuerpo?

R= en ir tras el corazón puro y entrar en el "cuarto oscuro" de que lo engativo se haga postivo a través del sufrimiento, pero no sólo eso, sino que en buscar lo que tenemos grabado en nuestro interior y no dejarnos conducir por la idea negativa de lo que hoy en día podría significar la sexualidad, el amtrimonio y el cuerpo.

¿En tu opinión por qué puede llegar a ser tan revolucionaria?

R= porque comos e mencionó, en la actualidad estmaos acostumbrados a ver las cosas de manera concreta y retomar la idea de ver el cuerpo y estudiar a través de la Teología podría resultarnos no apto para estos tiempos. Sin embargo, hacerlo nos da libertad porque descubriremos el amor y no sólo el amor entre cónyuges, sino la comunión del hombre con Dios.

A través de este descubrimiento y en el camino para encontrarlo podemos "chocar" con las ideas que revolotean en el mundoa ctual, es por ello que resultaría revolucioanrio, sin embargo, no por eso dejaremos de hacerlo pues parte de nuestra Misión y Vocación como personas que tratan de acercarse a Dios.

¿Qué propones para implementar lo aprendido en el área del tejido de la vida en el que desempeñas?

R=Primero hay que aplicar el conocimiento en neustra propia vida, pues una vela encendida y escondida debajo de la cama no ilumina. En nuestro matrimonio, en nuestra concepción de la vida, en nuestra familia, en nuestros pensamientos y actos, es ahí en dónde debemos iniciar para posteriormente transmitirlo y heredarlo a nuestros hijos y ellos a su vez a los suyos y así crear una cadena de generaciones con una correcta visión del Lenguaje del Cuerpo.


Una observación para dar una aportación extra en un siguiente curso, sería poner ejemplos cotidianos en cada tema, es más fácil asimilar lso conceptos con ejemplos, pues el tema es bastante complejo y en ocasiones el texto presenta palabras difícles de comprender. En lo general, el tema es fascinante, aprendí mucho y espero seguir en este camino, pro supuesto deseo continuar en los siguientes cursos sobre éste y otros temas.

MIL GRACIAS Y BENDCIONES INFINITAS A TODOAS Y CADA UNO DE USTEDES
"Ama y haz lo que quieras"
lucymx
 
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Re: Capítulo final : Síntesis

Notapor Oscar Aguirre » Vie Jun 15, 2012 5:24 pm

1. ¿En que consiste el cambio de mirada que propone la Teología del Cuerpo?

Consiste en ver a nuestro cuerpo como algo realmente divino, vernos como el plan original que le dio Dios, haciendo a un lado todo lo malo y negativo que el mismo hombre ha hecho al llegar incluso a despersonalizar al mismo hombre convirtiéndose en objeto de placeres, concupiscencia, desorden moral.


2. ¿En tu opinión por qué puede llegar a ser tan revolucionaria?

Por que nos devuelve el sentido original, que Dios le dio al hombre, desde el inicio, nos permite reflexionar verdaderamente el plan de Dios y nos invita a ser mejores seres, incorporando esa imagen original inicial y no lo que el hombre piensa acerca de lo que debe ser.

3. ¿Que propones para implementar lo aprendido en el área de tejido de la vida en el que desempeñas?

Invitar a mi familia a conocer la Teología del Cuerpo para crecer en un mismo pensamiento y tratar que las cosas sean conforme al plan original que Dios nos ha dado.
Oscar Aguirre
 
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