Reflexión
San Juan Crisóstomo, el admirador y entusiasta perdido de Pablo dice:
“Quisiera ver las cenizas de su corazón, del cual podría afirmarse que es el corazón del mundo. El corazón de Pablo es el corazón de Cristo y la tabla en que el Espíritu Santo escribió el libro de la gracia; el corazón que logró amar a Cristo como no le amó ningún otro”.
“El corazón del mundo”, esta es la verdad. Convencido de que “ya no hay ni judío ni griego, ni esclavo ni libre, ni hombre ni mujer, sino que todos son uno en Cristo Jesús”, y sintiéndose “deudor de civilizados y de bárbaros, de sabios e ignorantes”, Pablo no conoció fronteras en su vida legendaria.
“San Pablo” por el Greco.
Vivía obsesionado por una sola idea: ¡Todo el mundo ha de ser conocedor y esclavo del Evangelio de Cristo! Y como lo sentía, así se empeñó en conseguirlo, hasta poder decir con satisfacción no contenida:
-Desde el Oriente conocido hasta el extremo Occidente al que pronto llegaré, “en virtud del Espíritu de Dios, todo lo he llenado del Evangelio de Cristo”.
La historia de Pablo es capaz de suscitar hoy los hombres y mujeres que nuestro mundo necesita.
Si hoy volviera Pablo, lo veríamos volar de Jerusalén a Nueva York, de Roma a Río
Janeiro, de Shanghái a Nairobi en el corazón del África, de Sídney a Moscú, etc.
Si San Pablo hablara a doctores, campesinos, amas de casa, niños, etc. en las iglesias, en los estadios, en las universidades, en los almacenes de los puertos, en fin en cualquier lugar público o privado, para todos tendría un mensaje, que se resumiría siempre en lo mismo:
-¡Crean en Jesucristo! ¡Entréguense a Jesucristo! ¡Sigan a Jesucristo!
Cuando todos les digan que no hay nada que hacer, porque todo está perdido, ¡no hagan caso!
Yo Pablo me levanté sobre un mundo totalmente pagano, sobre la esclavitud institucionalizada y sobre todos los vicios divinizados. Ustedes no digan que no se pueden alzar sobre la incredulidad, la injusticia, la droga, la inmoralidad reinante…
¡Jesucristo puede más que todo y que todos!
Jesucristo es el Salvador, y se luce salvando en las situaciones más desesperadas…
El mundo al que Jesucristo me mandó a mí no era mejor que el de ustedes.
Y por mí llevó Jesucristo la salvación a innumerables almas en aquellos días primeros.
Pablo es un líder que apasiona y cuestiona a cualquiera que lo mira.
¡Gracias sean dadas a Dios por haber dado a su Iglesia al apóstol Pablo!
¡Gracias por siempre!