por luis alberto » Mar May 01, 2012 7:23 am
1. ¿Qué quiere decir que Dios creó a la humanidad a su imagen y semejanza?
Tener la “imagen” o “semejanza” de Dios significa, que fuimos creados para parecernos a Dios. No nos parecemos a Dios en el sentido de que Dios tenga carne y sangre. La Escritura dice que “Dios es espíritu” (Juan 4:24) y por tanto Él existe sin un cuerpo material. Sin embargo, el cuerpo de Adán reflejó la vida de Dios, en cuanto a que fue creado con perfecta salud y no estaba sujeto a morir.
La imagen de Dios se refiere a la parte inmaterial del hombre, como un ser racional con voluntad propia – en otras palabras, el hombre puede razonar y elegir, es un ser distinto de lo animal, capacitándolo para tener comunión con su Creador. Es una semejanza mental, moral y social.
Socialmente, el hombre fue creado para tener compañerismo. Esto refleja la Trinidad de Dios y su amor. En el Edén, la primera relación que tuvo el hombre fue con Dios (Génesis 3:8 implica esta relación con Dios), y Dios hizo a la mujer, primeramente porque “no es bueno que el hombre esté solo...” (Génesis 2:18) Cada vez que alguien se casa, hace un amigo, abraza a un niño, o asiste a una iglesia, está demostrando el hecho de que fuimos hechos a la semejanza de Dios.
A este respecto dice Juan Pablo II de una manera muy clara: «El hombre llega a ser "imagen y semejanza" de Dios no tanto en el momento de la soledad cuanto en el momento de la comunión de las personas que el hombre y la mujer forman desde el inicio. La función de la imagen es la de reflejar aquel que es el modelo, de reproducir el propio prototipo.
El hombre llega a ser imagen de Dios no tanto en el momento de la soledad sino en el momento de la comunión.
2. ¿Qué significa "desde el principio"?
Este "principio" se refiere a los primeros tiempos de la humanidad, en el relato del génesis, en una especia de prehistoria teológica, antesala del hombre histórico tal como lo conocemos hoy, siendo el punto de inflexión “el pecado original”
Aunque es difícil imaginarnos a un hombre eterno, la felicidad original, la situación real que se generaría en el paraíso y la comunión con Dios, Juan Pablo II nos dice que algo de lo que perdura en nosotros, algo de nuestra pureza de corazón nos podría acercar a la pureza del hombre en su principio.
3.- ¿Cuál es el significado de La soledad original?
El problema de la soledad se manifiesta únicamente en el segundo relato de la creación del hombre. En el primer relato no existe este problema.
En el primero "elohísta". el hombre es creado en un solo acto como "varón y mujer" ("Dios creó al hombre a imagen suya... varón y mujer los creó", Gén 1, 27).
El segundo relato "yahvista". habla primero de la creación del hombre y sólo después de la creación de la mujer de la "costilla" del varón, concentra nuestra atención sobre el hecho de que "el hombre está solo", y esto se presenta como un problema antropológico fundamental, anterior, en cierto sentido, al propuesto por el hecho de que este hombre sea varón y mujer.
Este problema es anterior no tanto en el sentido cronológico, cuanto en el sentido existencial: es anterior "por su naturaleza". Así se revelará también el problema de la soledad del hombre desde el punto de vista de la teología del cuerpo, si llegamos a hacer un análisis profundo del segundo relato de la creación en Génesis 2.
Dios afirma "no es bueno que el hombre esté solo", en el mismo momento de la decisión de crear a la mujer ("voy a hacerle una ayuda semejante a él"), sino también en el contexto más amplio de motivos y circunstancias, que explican más profundamente el sentido de la soledad originaria del hombre.
En efecto, como dice el texto, "y fuese el nombre de todos los vivientes el que él les diera" (Gén 2, 19). "Y dio el hombre nombre a todos los ganados, y a todas las aves del cielo, y a todas las bestias del campo; pero -termina el autor- entre todos ellos no había para el hombre (varón) ayuda semejante a él" (Gén 2, 19-20)
El hombre desde el primer momento de su existencia busca frente a Dios su propia entidad, es consciente de su superioridad frente a los animales, y busca definirse a sí mismo, y constata que está solo en medio de mundo visible y, en especial, entre los seres vivientes, se va generando en el hombre, en el ser humano, a través de su capacidad de subjetividad y autoconocimiento la constatación de “ser persona”, capaz de relacionase con Dios. Así el hombre está solo porque es diferente y superior a todo lo creado, es persona a imagen de Dios.
No se menciona la diferencia sexual más que en el caso del hombre y de la mujer. Se enuncia inmediatamente después de la afirmación del hecho que el hombre es a imagen de Dios. Eso significa que la diferencia sexual es imagen de Dios y ha sido bendecida por Dios. En el texto del Génesis, la diferencia sexual, con todo lo que ésta supone, es una cosa buena: el hombre y la mujer son imagen de Dios, no a pesar de esta diferencia sexual, sino precisamente con ella.
La experiencia de la soledad hace nacer así en la conciencia humana una sed, de entregarse y, al mismo tiempo, un sufrimiento por no poder calmar esta sed. Descubrirse solo ahonda en él la necesidad y la aspiración profunda de su ser a la entrega de sí mismo a otra persona semejante a él.
4. ¿Cuál es el significado de la unidad originaria?
El significado de la unidad originaria del hombre, a quien Dios creó ``varón y mujer'', proviene del Génesis 2, 23, conociendo al hombre en todo el conjunto de su ser, esto es, en toda la riqueza de ese misterio de la creación, que está en la base de la antropología teológica.
Este conocimiento, como dijimos en las preguntas anteriores, devenientes de la búsqueda de la identidad humana , del hombre que al principio estaba solo, debe pasar siempre a través de la dualidad, la ``comunión''.
El conocimiento del hombre pasa a través de lo masculino y lo femenino, que son dos ``encarnaciones'' de la misma soledad metafísica, frente a Dios y al mundo son dos modos de ``ser cuerpo'' y a la vez hombre, que se complementan recíprocamente--, como dos dimensiones complementarias de la autoconciencia y autodeterminación, y, al mismo tiempo, como dos conciencias complementarias del significado del cuerpo.
Lo masculino se confirma a través de lo femenino y lo femenino a través de lo masculino, así el sexo es ``constitutivo de la persona'' y no sólo ``atributo de la persona''.
Y serán los dos “una sola carne”, afirmación que expresa y se realiza en el acto conyugal, en una comunión de personas en cuerpo y espíritu.
Así cuando una pareja se casa en Dios, esa unión re-descubre de nuevo el misterio de la creación, re-descubren su propia humanidad y la unidad originaria.
5. ¿Cuál es el significado de la desnudez originaria?
Hemos intentado precisar en estas respuestas soledad y unidad originaria del hombre, pero hay una tercera revelación clave que nos muestra el génesis y es la desnudez humana.
«Estaban ambos desnudos, el hombre y su mujer, pero no se avergonzaban uno del otro» (Gn 2,25)
La mención de la desnudez en el texto bíblico no es ni accidental ni accesoria, sino que manifiesta un estado de la conciencia con respecto al cuerpo. La significativa transformación testimoniada en el texto bíblico sobre la experiencia de la vergüenza, se encuentra en un nivel más profundo que el del puro y simple uso del sentido de la vista.
Manifiesta la superficie de las emociones del hombre al vivir los acontecimientos, de manera que descubre al mismo tiempo la profundidad. En todo esto, la «desnudez» no tiene sólo un significado literal, no se refiere solamente al cuerpo, no es origen de una vergüenza que hace referencia sólo al cuerpo.
En realidad, a través de la «desnudez», se manifiesta el hombre privado de la participación del don, el hombre alienado de ese amor que había sido la fuente del don originario, fuente de la plenitud del bien destinado a la criatura.
Este hombre, fue privado de los dones sobrenaturales y preternaturales, que formaban parte de su «dotación» antes del pecado; además, sufrió un daño en lo que pertenece a la misma naturaleza, a la humanidad en su plenitud originaria «de la imagen de Dios».
Juan Pablo II precisa la razón de que no se sintiera vergüenza en el estado de inocencia del principio: "Sólo la desnudez que convierte a la mujer en ´objeto´ para el hombre, o viceversa, es fuente de vergüenza.
Se comprende así la gran tentación que acecha al humanismo ateo y moderno respecto a la procreación: si pudiéramos prescindir de la sexualidad para reproducirnos, seríamos en cierto modo "más humanos", ¡dado que estaríamos menos sometidos al imperativo biológico al que están sometidos los animales para reproducirse!
Luis Alberto Prieto
España