paola carbonell escribió:Voy a contar una anécdota que creo me va a ir introduciendo en el tema de esta Sesión. Tengo una persona que alegra el foro a la que quiero mucho y ya tiene 18 años, es una gata y se llama Agata.
Un día, no hace mucho, el fin de semana pasado para ser exacta, vino a casa una compañera de mi grupo de oración y me preguntó si ya estaba preparada para cuando Agata partiera. Sin que sea relevante lo que le respondí, ese mismo día le pregunté al sacerdote de mi Parroquia adónde iban las mascotas después de la muerte.
Y él, con sabiduría me dijo: “Y, … alma no tienen”.
Hoy, leyendo el material sugerido para reflexionar sobre la cuestión de la evolución de las especies, digo aunque pueda sonar como un simple reduccionismo, que si los animales no tienen alma es imposible que las personas hayamos evolucionado de los monos.
Por la gloria de Dios encontré en Catholic.net un texto titulado ¿Acepta la Iglesia la teoría de la Evolución?, que dice “La ciencia podrá explicar cómo ha ido evolucionando el cuerpo, cosa que la Iglesia no sólo no tendrá problemas en aceptar, sino que la acogerá, pero lo que nunca podrá probar la ciencia es que haya evolucionado el alma”.
O sea que, “La Teoría de la evolución, pone en evidencia todos los descubrimientos que se han hecho en este campo gracias a la paleontología y en los que se observa cómo poco a poco, (después de miles y millones de años) los homínidos fueron transformándose hasta que dieron lugar al hombre. Estos estudios evidencian una cosa de la que no podemos dudar: el hombre tiene muchas cosas en común con el mundo viviente inferior a él, y de modo especial con la familia de los monos. Esta es una verdad en la que la ciencia ha ido profundizando cada vez más y que permite pensar que la teoría de la evolución hoy día es la explicación más racional”.
Además, aprovecho para repasar las conclusiones que compartíamos en la Sesión 4, “todos somos imagen y semejanza y tenemos algo que salió de las entrañas de Dios “Entonces Yavé Dios formó al hombre con polvo de la tierra; luego sopló en su nariz un aliento de vida, y el hombre tuvo aliento y vida (Gn 2, 7). El Génesis nos narra el proceso de la creación del mundo en seis días. Cuando hubo creado al hombre, Dios descansó de sus obras. La creación del hombre es la obra maestra de Dios; sólo cuando éste apareció, se declara que Dios entró en su reposo”.
Entonces “la Iglesia acepta que para la creación del hombre, Dios se pudo valer de una ‘materia’ que ya existía (los homínidos) y que perfeccionó, a la que añadió el alma espiritual y racional, creando así al hombre. Además la Iglesia enseña que Dios no sólo dio el alma al primer hombre, sino que la da a cada hombre que viene al mundo, que la crea. Con esto rechaza cualquier interpretación que diga que todo el hombre (alma y cuerpo) descienden del mono, porque si toda alma es creada por Dios, ya no hay lugar para la evolución”, resume el texto de Catholic.net.
Reflexionar acerca de estos temas y comprender los dogmas de nuestra fe nos permite posicionarnos en el conocimiento de nosotros mismos, recordemos que el Misionerismo como filosofía, pretende que las personas reflexionen en esa búsqueda para que se autodescubran (Sesión 1). Sentir que Dios nos creó a su imagen y semejanza porque llevamos dentro algo que salió de sus entrañas, saber que nuestra dignidad de personas es dada en esa creación (Sesión 4), entender que como personas tenemos un destino mucho más allá de esta vida que es la vida eterna en la gloria de Dios (Sesión 6) y finalmente comprender que cumpliendo los mandamientos estamos construyendo ese destino (Sesión 7), hace que encontremos a cada paso más certezas de su AMOR.
Sin oración no hay conversión solemos decir, y en todos sus mensajes, nuestra madre María nos invita a aprovechar la Misericordia del Señor para entrar en esa gracia, y nos pide oración, pero la que brota del corazón y va gestando nuestra transformación. Orar no solamente en cantidad sino en profundidad, “Orar hasta que la oración deje de ser monólogo; orar hasta que también sea escucha y revelación; orar hasta que se vuelva alegría”.
Personalmente creo en el poder de la oración y también que orar es un paso más que damos en el camino de nuestra propia conversión para alcanzar un crecimiento progresivo en la santidad, "… Sean santos, porque yo, Yavé, Dios de ustedes, soy Santo" (Lev 19,2). Y ser santo hoy no significa no tener pecado, sino ser personas reconciliadas con su vida y con su historia y por eso volcadas a la misión que Dios les ha señalado: AMAR y testimoniando el AMOR transformar el mundo.
Por todo lo expresado quiero cerrar este trabajo con una frase que propone José Luis Pérez en el material de lectura sugerido, porque, para mí, resume de manera impecable esta cuestión “Y Dios al final del camino nos tiene un premio tan grande para los que obren en consecuencia, que vale la pena cualquier esfuerzo en la tierra con tal de poder disfrutar de este… por toda la eternidad”.
Que tal Paola, gracias como siempre por tu hermosas respuestas.
Lo único que quisiera añadir seria lo siguiente, me cuesta mucho aceptar que si Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza y es su obra maestra, vengamos del mono.
Por las simple Dignidad del hombre como hijo de Dios, prefiero creer y me suena mas de sentido comun, que Dios nos hizo del barro y que nos insuflo su espíritu y por eso tenemos esa Gran Dignidad, por ser sus hijos y por haber sido creados por El.
Para los que discrepan les diría que me llama tanto la atención que no somos plenamente conscientes de un hecho que sucedió hace solo 2000 años, y que tiene el soporte de muchísimos documentos, y que queramos discutir un suceso que unos dicen que ocurrió hace varios cientos de miles de años y otros dicen que ocurrió hace no se cuantos millones de años. En verdad lo cuestiono mucho y repito, se me hace mas lógico aceptar que Dios nos creo.
PERO también hay un punto fundamental en esta questión, hay intereses en que el hombre crea que viene del mono, porque así pierde dignidad.
Hay intereses, en desvirtuar a la familia porque así el hombre pierde virtud.
Hay intereses en que el hombre destruya al al hombre porque así se divide y es mas facil manejarlo.
Por todo ello y porque SE de la Dignidad del hombre, creo que es mas lógico aceptar el origen del hombre Bíblico que el origen del hombre, según los hombres.
Saludos y de verdad un placer leer las respuestas que ponen todos ustedes. Aprende uno mucho.
Saludos
jose Luis Perez
Mexico.