En relación a La liberalidad
1. ¿Qué es la virtud de la liberalidad?
R: Es la virtud que “tiene por objeto moderar el amor a las cosas exteriores, principalmente de las riquezas, e inclina al hombre a desprenderse fácilmente de ellas, dentro del recto orden, en bien de los demás”. Es“el medio prudente en todo lo relativo a la riqueza. Es la virtud que tiene que ver con el “recto uso de dichos bienes”. El buen uso del dinero es el acto propio de la virtud de la liberalidad.
2. ¿Cuál es el acto propio y la esencia de la virtud de la liberalidad?
R: La esencia “de la liberalidad son los afectos, es decir, las actitudes o disposiciones interiores frente a las riquezas. El principio de la liberalidad es un cierto desapego, por el que no se desea ni se ama tanto al dinero, (como para), que uno se cierre a toda generosidad para con el prójimo.
3. ¿Cuales son las características principales de una persona que vive esta virtud?
R: Gastar en beneficio de otro es liberalidad pero para poder dar es necesario saber generar dinero y conservarlo de ahí que los tres actos sean importantes.
4. ¿Cómo se diferencia la liberalidad de la misericordia y de la beneficencia?
R: La liberalidad se diferencia de la misericordia y de la beneficencia por el motivo que las impulsa: a la misericordia la mueve la compasión, el amor, y a la liberalidad el poco aprecio que se hace del dinero, lo que lo mueve a darlo fácilmente no sólo a los amigos, sino también a los desconocidos. Se distingue también de la magnificencia en que ésta se refiere a grandes y cuantiosos gas tos invertidos en obras espléndidas, mientras que la liberalidad se refiere a cantidades más modestas.
5. ¿Cuáles son los vicios contrarios a esta virtud? ¿Por qué?
La avaricia (por defecto) y prodigalidad (por exceso). La avaricia es un pecado capital y tiene dos aspectos: el personal y el social.
En el plano personal, es pecado capital no por su maldad intrínseca sino porque genera otros pecados como la falta de justicia, de misericordia, de caridad y de espíritu de fe. “Avaro es aquel que teniendo el corazón apegado a las riquezas, está abocado a su búsqueda y acumulación, en la idea de acrecentarlas incesantemente.”
“Se distingue del “interesado” que no hace nada gratuitamente; de los “parsimoniosos” , que está siempre ahorrando; del “tacaño”, que trata de gastar lo menos posible. Lo propio del avaro es preocuparse tan sólo por poseer en una medida cada vez mayor.
En el plano social el espíritu anticatólico de la Reforma protestante, dio nacimiento a un hombre que puso el enriquecerse como un importante objetivo, (ya que esto era una señal de predestinación). Para Lutero y Calvino los ricos eran los predestinados y favorecidos por Dios para salvarse. Lutero incitó a los hombres que se enriquecieran pero sacándoles la responsabilidad moral que implica el tener riquezas por la responsabilidad de su función social. A través de los siglos este espíritu dio lugar a la proliferación de los “bancos” en sustitución de las catedrales como el corazón de las ciudades.
Los pródigos, generalmente, en su desorden, dan a quienes no debieran lo cual también es un desperdicio.
En relación a La magnanimidad
1. ¿Qué es la virtud de la magnanimidad?
R: La magnanimidad es la virtud que “inclina a emprender obras grandes, esplendidas y dignas de honor en todo género de virtudes”.
2. ¿Cuáles son los tres ingredientes que componen esta virtud? ¿Por qué?
R: La magnanimidad necesita de tres ingredientes: confianza (en que podrá, con la ayuda de Dios y sus talentos recibidos) llevar a cabo su misión, seguridad y bienes de fortuna (que, si bien no son indispensables, sabemos y es evidente que mucho ayudan a realizar las grandes obras).
3. ¿Cuáles son los vicios que se oponen a la magnanimidad? ¿Cuál es la influencia de ellos en tu vida personal?
R: La presunción, que es cuando, desconociendo nuestras posibilidades, y sin contar con la ayuda divina, nos creemos capaces de emprender solos empresas enormes, (como evangelizar el mundo o ponerlo en orden nosotros solos con nuestros propios medios).
La ambición desmedida es el deseo desordenado del honor buscado en las cosas materiales, (como un cargo, una posición social, o una enorme fortuna). Ambicionamos la gloria para nosotros mismos y no para Dios.
La vanagloria, con sus hijas la jactancia, (con la cual el vanidoso exalta de continuo su propia excelencia), el afán de novedades, (que tanto nos atrae), la hipocresía, la tendencia a las peleas inútiles, (ya que el magnánimo solo pelea por temas grandes), la tozudez en el propio juicio, etc.
La pusilanimidad, (por defecto), que es el vicio que se opone mas frontalmente a la magnanimidad, es cuando teniendo condiciones para grandes empresas, (como podría ser fundar un colegio para gloria de Dios y el bien de los hombres), nos consideramos incapaces y no lo hacemos por una falta de confianza en nosotros mismos o una humildad mal entendida. El pusilánime es digno y tiene capacidad de hacer grandes cosas pero, como ni se conoce, y prescinde de la ayuda de Dios, tampoco las hace y no hace fructificar los talentos que Dios le dio. Priva de este modo en contribuir con los demás hombres con los talentos que, para el bien de todos, Dios le había otorgado.