por profehumberto1 » Mar Abr 26, 2011 10:04 am
Jesús y los Sacerdotes
¿Quiénes mataron a Jesús? Los sacerdotes judíos, es decir, los sacerdotes de la Antigua Alianza.
¿Se puede decir que todos hemos puesto las manos en la muerte de Jesús?No para eso hay que comprender bien las escrituras.
¿Se puede decir que los sacerdotes de la Iglesia católica mataron a Jesús? No.
¿A qué sacerdotes se refieren los Evangelistas? A los de la Antigua Alianza.
¿Es lícito sacar de su contexto estas palabras y aplicarlas a los sacerdotes del N. T.? No.
¿Somos el Pueblo de Dios un pueblo sacerdotal? Sí, Dios, en su gran amor hacia los hombres, quiso que todos los creyentes-bautizados participaran como miembros del Cuerpo de Cristo, del único sacerdocio de Cristo: "Ustedes también, como piedras que tienen vida, dejen que Dios los use en la construcción de un templo espiritual, y en la formación de una comunidad sacerdotal santa, para ofrecer sacrificios espirituales, gratos a Dios por mediación de Cristo" (1 Pedr. 2, 5) "Ustedes son una raza escogida, una nación santa, un pueblo que pertenece a Dios" (1 Pedr. 2, 9).
Así, hermanos, por la fe y por el bautismo Dios nos integra en un pueblo sacerdotal. Y como pueblo de sacerdotes, tenemos la vocación de ofrecer nuestras personas, nuestras vidas "como hostia viva" (Rom. 12, 1). En todo lo que hacemos con amor, en nuestra familia, en nuestro pueblo, en nuestros trabajos, siempre ejercemos este sacerdocio.
¿Quiso Jesús que en su Iglesia hubiera un sacerdocio ministerial? Así es. No es la Iglesia la que inventó el ministerio apostólico sino el mismo Jesús. El llamó a los Doce apóstoles (Mc. 3, 13-15) y les encargó ser sus representantes autorizados: "Quien los recibe a ustedes, a mí me recibe." (Lc. 10, 16).
La misión de los apóstoles fue encomendada con estas palabras: "Les aseguro: todo lo que aten en la tierra, será atado en el cielo, y todo lo que desaten en la tierra, será desatado en el cielo" (Mt. 18, 18). Este «atar» y «desatar» significa claramente la autoridad de gobernar una comunidad y aclarar problemas en el Pueblo de Dios. En la última Cena, Jesús dio a sus apóstoles este mandato: "Haced esto en memoria mía" (Lc. 22, 19). Es eso lo que celebra la Iglesia en la Eucaristía. Y en una de sus apariciones, Jesús sopló sobre sus discípulos y dijo: "A quienes les perdonen los pecados, les quedarán perdonados" (Jn. 20, 23).
Dirigir, enseñar y administrar los signos del Señor, he aquí el origen del ministerio apostólico. Poco a poco la comunidad cristiana va aplicando y evolucionando en este servicio apostólico según la situación de cada comunidad.
¿Quiénes tienen esta función?Los obispos y los presbíteros.
El celibato por el Reino
¿Qué nos enseña la Biblia al respecto? El Pueblo de Dios del Antiguo Testamento apreciaba mucho el matrimonio y cada familia israelita deseaba tener muchos hijos como bendición de Dios (Gén. 22, 17). Y la virginidad, o el no tener hijos, equivalían a la esterilidad, la cual era una humillación y una gran vergüenza (Gén. 30, 23; 1 Sam. 1,11; Lc. 1, 25).
Generalmente, en el Antiguo Testamento no hay aprecio por la virginidad como estado de vida. Recién en el Nuevo Testamento encontramos el estado de virginidad por motivos religiosos.
¿Cuál fue el ejemplo de Jesús? Jesús mismo, que permaneció sin casarse, fue quien reveló el sentido y el carácter sobrenatural de la virginidad: "Hay hombres que se quedan sin casar por causa del Reino de los Cielos. El que puede aceptar esto, que lo acepte" (Mt. 19,12). La expresión "por causa del Reino de los Cielos" confiere a la virginidad su carácter religioso y es así un signo de la Nueva Creación que irrumpe ya en este mundo, es decir, es un signo anticipado del mundo que vendrá.
¿Qué significa también la virginidad? La virginidad es un signo del mundo que vendrá. Los que permanecen vírgenes en este mundo están despegando de este mundo (1 Cor. 7, 27) y esperan al Esposo y al Reino que ya vienen, según la parábola de las diez vírgenes (Mt. 25, 10). Su vida, su virginidad, es un "signo permanente" del mundo que vendrá, es signo visible del estado de resurrección, de la nueva creación, del mundo futuro donde no habrá matrimonio, y donde seremos semejantes a los ángeles y a los hijos de Dios (Lc. 20, 35-36).
¿Cuál fue el camino seguido por Pablo y por María, la Madre de Jesús?María, la Madre de Jesús, es la única mujer del Nuevo Testamento a quien se aplica, casi como un título de honor, el nombre de «virgen» (Lc. 1, 27; Mt. 1, 23). Por su deseo de guardar su virginidad (Lc. 1, 34), María asumía la suerte de las mujeres sin hijos, pero lo que en otro tiempo era humillación iba a convertirse para ella en una bendición (Lc. 1, 48). Desde antes de su concepción virginal, María tenía la intención de reservarse para Dios. En María apareció en plenitud la virginidad cristiana.
El Apóstol Pablo, un hombre apasionado por predicar el mensaje de la salvación, no quiso, como los predicadores de su tiempo, ir acompañado de una esposa (1 Cor. 9, 4-12). Además Pablo invitó a otros a seguir este estado de vida y dice: "Yo personalmente quisiera que todos fueran como yo" (1 Cor. 7, 7). El Apóstol vio que su vida como célibe le daba mayor disponibilidad de tiempo y una mayor libertad para la predicación. Vio que el celibato le daba más tiempo para el servicio de Dios y de sus hermanos. (1 Cor. 7, 35).
¿Cuál es el motivo fundamental para hacer esta opción? el celibato religioso brota de una experiencia muy especial de Dios. El no casarse en sentido evangélico es fruto de una profunda fe y de una experiencia de que Dios entra en la vida del hombre o de la mujer. Es el Dios vivo, que deja huellas en una persona. Es el Dios, Padre de Jesucristo, que ha seducido a algunas personas de tal manera, que ellos dejan todo atrás y van como enamorados detrás de Jesús.
La castidad consagrada, ¿significa dejar de amar? El religioso, con su voto de castidad, no opta por un camino de egoísmo, ni tampoco desprecia la sexualidad o el matrimonio. No hace un voto de "desamor", sino un voto de radicalismo en el amor: en su experiencia de amor descubre por in-tuición una dimensión más abierta y reclama un amor absoluto en toda su vida.
El voto de castidad, ciertamente, es una renuncia a la expresión genital de la sexualidad, característica de la vida matrimonial; pero el voto de castidad no implica ninguna renuncia al amor. Es un voto que expresa una superabundancia de amor radical que trasciende la carne y la sangre. Para el religioso no es posible amar a Dios, sin amar a los hombres sus hermanos.
¿Cuál ha sido la tradición cristiana al respecto?Desde el comienzo de la Iglesia apareció este carisma del celibato consagrado en la historia humana. Estos carismas del celibato religioso han sido expresiones de la libertad del Espíritu Santo que durante 2.000 años ha enriquecido la historia de la Iglesia. Por inspiración del Espíritu de Dios, los religiosos se sienten empujados a ser testigos del amor divino, y sólo el amor de Dios puede amar más libremente a todos los hombres, y especialmente a los más humildes.
El celibato religioso nunca ha manifestado un desprecio por el matrimonio. El celibato no es un valor mayor al del matrimonio, es simplemente una manera radical de vivir el amor cristiano; de otra forma la castidad consagrada pierde su significado.