Reflexión:
Analizas las cuatro consecuencias preanunciadas por Pablo VI como fruto de la difusión de la mentalidad anticonceptiva
1) El camino de la infidelidad. La infidelidad matrimonial (es decir, el adulterio) hace rato que es uno de los dramas conyugales más alarmantes que, lamentablemente ha dejado de inquietar a los hombres de bien como debería. Entre muchas causas esta: la mentalidad divorcista que ha sumergido la institución matrimonial en una crisis agudísima que amenaza con sofocarla;. La situación de los divorciados vueltos a casar, aunque sea dolorosa y pastoralmente merezcan un cuidado singular por parte de la Iglesia es, sin embargo, una situación de adulterio; el hecho de que el fenómeno se extienda cada vez más debe preocuparnos seriamente.
La segunda causa es, precisamente, la incomprensión de la enseñanza de la Humanae vitae (cf. HV, 12) sobre la indisolubilidad de los dos significados o dimensiones del acto conyugal (unión sexual y apertura a la vida) El matrimonio es “uno con una para siempre”, para “dar en cada relación sexual la totalidad de sí mismo, es decir, incluso la capacidad procreativa”
La anticoncepción (que voluntariamente despoja al acto sexual de su valor procreador) lleva a entender la donación conyugal de forma mezquina, como un amor a medias, un regalo truncado. Quien se acostumbra a este modo (parcial) de darse, puede terminar preguntándose qué mal hay en reservarse también parte de sus sentimientos para compartirlos con alguien distinto de su legítimo cónyuge, al menos en alguna aventura pasajera sin afán de llegar a una separación definitiva.
2) La degradación moral. La revolución cultural que viene rondando desde 1968, y que se caracteriza, entre otras cosas, por una devaluación del sexo, no hubiera sido posible ni sostenible sin un fácil acceso a una anticoncepción eficaz. El deseo sexual está hoy en día descontrolado, y ha llegado a un destape total sin pudor. Más aún, vivimos ya bajo lo que se ha dado en llamar “Inquisición gay” que impone la ideología homosexualista hasta en la educación escolar primaria. Ya no existe área cultural, ni edades que estén protegidas contra el desenfreno sexual.
La anticoncepción facilita las relaciones sexuales y aun la clase de actitudes y de moral individual que más fácilmente conducen al aborto.
3) La pérdida de la dignidad de la mujer. La anticoncepción, como vio con acierto Pablo VI, no ha liberado a la mujer sino que la ha convertido en instrumento del placer. La práctica de la anticoncepción llevaría al varón a perder su respeto por la mujer y “ya [no se preocuparía] de su equilibrio físico y psicológico”, al punto tal que la consideraría “como simple instrumento de goce egoísta y no como su respetada y amada compañera”
La gran cantidad dinero que se mueve con las imágenes sexualizadas de mujeres que en su mayoría es pornografía van degradando la imagen de la mujer.
El exagerado feminismo también ha conspirado activamente hacia la deshumanización de la mujer.
Las mujeres, individualmente y a través de grupos organizados, han asumido su propia cosificación como artículos de consumo... Las mujeres se rebajan a sí mismas persiguiendo la creencia de que esto les llevará a la unión con un hombre. La mujer está hoy esclavizada no por su esposo sino por los anónimos consumidores de lujuria.
4) Política y demografía. Las políticas del control de población se han convertido en pan cotidiano. Se habla de “reingeniería social”, es decir, de la implantación forzosa (a través de leyes) de una cultura anticristiana especialmente en materia sexual; imposición de ideologías de género, cultura gay, educación sexual que excluye a los padres, reemplazo de los diez mandamientos.
Nombra que personas han defendido esta doctrina de sentido común no sólo ha sido sólo la Iglesia Católica, conoces otros ejemplos?
Theodore Roosevelt (1858-1919), presidente de los Estados Unidos (1901-1909), premio Nóbel de la Paz en 1906, escribió: “El control de la natalidad es el único pecado que tiene como pena la muerte de la nación, la muerte de la raza; un pecado para el cual no hay reparación”
Mahatma Ghandi, “Los métodos artificiales (de anticoncepción) son como la coronación del vicio. Hacen a los hombres y mujeres imprudentes... En este estado de cosas, el hombre ha degradado bastante a la mujer a causa de su lujuria, y los métodos artificiales, sin importar la buena intención de sus defensores, la degradarán aún más”.
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