por marianaperezc » Mié Jun 22, 2016 1:10 pm
El tema planteado en esta lección es muy interesante y creo que crucial al momento de defender nuestra fe, ya que aquí nos recuerdan que el trabajo de Interpretación de la Palabra de Dios no nos corresponde a nosotros, laicos, sino al Magisterio de la Iglesia.
Pero debemos hacer notar la importancia del conocer cómo nació la Biblia y cuál fue su impacto y su responsabilidad en el nacimiento de la Iglesia.
Ya nos ha quedado claro que la Biblia es Palabra de Dios, que él es el autor principal, y que se valió de personas (hagiógrafos) de diferentes tiempos y diferentes culturas y entornos socio-culturales para hacer llegar su mensaje revelador de salvación.
Así pues, con el pasar del tiempo surgieron diferentes escritos, en diferentes idiomas y con diversos temas, los cuales fueron llegando poco a poco a conformar una colección de libros, pero no todos ellos estaban considerados como inspirados por Dios, de allí que un grupo de ancianos sabios de Alejandría se reunieron y tradujeron el AT al griego, ya que todos los libros se encontraban escritos en hebreo, y anexaron algunos que en su origen estaban escritos en griego (hoy conocidos como deuterocanónicos), formando así la Biblia conocida como septuagenaria, o según los antiguos judíos el Canon Largo.
Aquí se toca un punto importante y que es crucial que sea conocido, nos referimos al Canon Bíblico, el cual es una lista de los Libros considerados Santos, esto según la Tradición Apostólica, quien hizo discernir a la Iglesia qué escritos constituyen la lista y cuales no.
Lo anterior permite entender el por qué las Biblias católicas cuentan con 73 libros, mientras que las protestantes solo tienen 66 libros, ya que los católicos nos basamos en el canon alejandrino, el mismo que utilizaron los apóstoles durante su predicación, mientras que los protestantes se basan en el canon palestinense o canon breve, el cual rechaza los libros que no fueron escritos desde sus inicios en hebreo.
Por otra parte, es sumamente interesante saber que en el principio de la misión evangelizadora, los apóstoles utilizaron el canon Alejandrino, y que sus enseñanzas acerca del Evangelio se basaban estrictamente en una tradición oral y escrita (epístolas), pero con el paso del tiempo y la expansión de la cristiandad en el mundo, se vieron en la necesidad de consignar por escrito las enseñanzas de Jesús y los rasgos sobresalientes de su vida, dando origen así a los Evangelios.
Lo anterior trajo como consecuencia que entre los siglos I y II d.C. la colección de libros variaba de una Iglesia a otra, dando paso así al nacimiento de herejías y falsas doctrinas que hicieron que la Iglesia se reuniera en diversos Concilios para poder determinar el Canon Bíblico, siendo el Concilio de Trento en 1546, donde se definió dogmáticamente el canon de los libros sagrados.
Ahora bien, hablando de dogmas, hay muchas personas, llamadas católicas, que aún no entienden lo que significa un dogma de fe, y hasta les han hecho creer que son “cosas que se inventa la Iglesia” para que todos hagan, digan y crean lo que la Iglesia quiere. Y esto no es real, es importante acotar que los dogmas nacen siempre que hay una propagación de alguna herejía, buscando así confirmar lo que se ha creído desde la Iglesia Primitiva.
Pues bien, por ser la Iglesia Católica la única responsable de la compilación de la Biblia, es la única que posee autoridad para interpretarla, y lo hace a través del Magisterio de la Fe, quien es la autoridad de la Iglesia, investida a los obispos, como sucesores de los Apóstoles, para enseñar la fe bajo la autoridad del Sumo Pontífice, sucesor de Pedro, Vicario de Cristo y cabeza visible de la Iglesia católica. El magisterio incluye la enseñanza de la doctrina, la moral y las costumbres.
Así pues queda claro que no solo la Biblia debe ser el único soporte de nuestra fe, también es importante contar con la Tradición Apostólica y el Magisterio, ya que ambos se han encargado de mantener viva las tradiciones de la Iglesia Primitiva, aquella que estuvo mano a mano con nuestro Señor Jesucristo.
No todo está escrito en la Biblia, y ella misma nos lo deja claro:
Juan 21, 25. Hay además otras muchas cosas que hizo Jesús. Si se escribieran una por una, pienso que ni todo el mundo bastaría para contener los libros que se escribieran.
Para finalizar, la riqueza espiritual de la Iglesia Católica es tan rica, claro, viene del Espíritu Santo directamente, que nos ha regalado un montón de escritos, cartas, circulares, encíclicas, documentos conciliares y el más importante de todos, después de la Biblia, a mi parecer, es el Catecismo de la Iglesia Católica, ya que en este podemos encontrar todas las respuestas a cuestiones de fe, creencia, dogmas y doctrinas.
Interesantísima la lección de hoy, muy educativa y de gran interés. Agradecida por la oportunidad que me brindan de poder compartir estos conocimientos.
Saludos
Paz y Bien