por Esther02 » Dom Jul 10, 2016 2:19 pm
Lección 9 - La Biblia no puede interpretarse al margen de la Iglesia en la que nació
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La Biblia no nace del cielo, ella nace de la Iglesia Católica. Históricamente influyó el idioma que predominaba en ese entonces, era el griego, como idioma universal, el latín y en la región de Palestina el arameo.
Y el Antiguo Testamento que utilizaban algunos judíos era escrito en hebreo, por lo que no era accesible a la mayoría de los judíos diseminados por todo el Imperio Romano, no conocían el Arameo y menos el Hebreo.
Los setenta o septuaginta era un grupo de 72 hombres sabios judíos de Alejandrina (Egipto), que traslucieron el Antiguo Testamento del hebreo al griego, entre los años 250 a 150 a.C, y así se hizo accesible para todos los judíos, que no conocían el hebreo y mucho menos el arameo.
Los judíos consideraban que existían dos cánones de los Libros Santos el Canon breve (palestinense) formado por 39 libros y el Canon largo (alejandrino) formado por 46 libros.
El Canon alejandrino era el que los Apóstoles utilizaban para evangelizar, a griegos, judios, egipcios, romanos, etc. Por eso algunos la llamaban la Biblia de los Apóstoles. Y esta era la que entendían sus interlocutores.
Cuando Jesús ascendió a los cielos la Iglesia católica se fue esparciendo por todas partes enseñando a su vez todo lo que el Señor les dijo: “…Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación” (Mr 16:15)
En la 2da Tim 3:16:"Toda escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para argüir, para corregir y para educar en a justicia;" aquí Pablo se refería a la Biblia de los setenta.
Durante este período la Iglesia se movía doctrinalmente por la Tradición Apostólica.
Esta era una enseñanza oral, pues no había nada escrito, y luego por cartas:
"Así pues hermanos, manténganse firmes y conserven las tradiciones que han aprendido de nosotros, de viva voz o por cartas" ( 2da.Tes 2:15)
Esto se debió a que las comunidades iban experimentando la necesidad de contar con relatos que contuvieran los hechos y palabras de Jesús.. Esto dio origen a los Evangelios. Y conforme se iban desarrollando las comunidades cristianas, se fueron presentando situaciones que requerían la intervención de algún Apóstol para aclarar, moderar, o atender aspectos de diversas índole. Como era difícil estar en muchos lugares recurrieron a las cartas. Este fue el origen de las Epístolas.
Aunque la Biblia completa no existía ( Antiguo y Nuevo Testamento), sin embargo, la Iglesia si. La Iglesia existía antes de la Biblia.
La Iglesia con la Autoridad que Cristo le otorgó en Mateo 16:18-19:
18" Y yo a mi vez te digo que tú eres Pedro, y sobre ésta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas del Hades no revalecerán contra ella.
19" A ti te daré las llaves del Reino de los Cielos; y lo que ates en a tierra quedará atado en los cielos, y lo que desates en la tierra quedará desatado en los cielos".
Con ésta Autoridad se reúnen en los Concilios de Roma año 382, de Hipona, en el año 393, el de Cartago, en el 397, y 419, y definen la lista ( también llamada canon que significa regla o norma) de los libros inspirados quedando de este modo: 46 libros para el Antiguo Testamento y 27 para el Nuevo Testamento.
Entre los criterios para aceptar o no los libros era importante que tuviesen como autor a un Apóstol o a un discípulo directo de un apóstol, su uso, especialmente en la liturgia en las Iglesias Apostólicas y a conformidad con la fe de a Iglesia. En otras palabras la Tradición Apostólica fue el factor determinante, e hizo discernir a la Iglesia qué escritos constituyen la lista de los Libros Santos.
En el año 1441, (79 años antes de la reforma protestante) en el Concilio de Florencia se reitera en toda la Iglesia Católica (Este y Oeste) la lista oficial de 46 libros del Antiguo Testamento y 27 del Nuevo Testamento
Cuando aparece la Reforma protestante de Martin Lutero en el año 1521, remueve los siete libros Deuterocanónicos de la Biblia Griega (Baruc, Tobías, Judit, 1ro Macabeos, 2do Macabeos, Sabiduría y Sirácida) de la Biblia protestante porque le eran contrarios a sus doctrinas, como la oración por los difuntos 2do Macabeos 12:39-45ss; podemos comparar con la 1ro Cor15:29, entre otros ejemplos.
Los protestantes sólo admiten como libros sagrados los 39 libros del canon hebreo. El primero que negó la canonicidad de los siete deuterocanónicos fue Carlostadio (1520), seguido de Lutero (1534) y luego Calvino (1540).
En el Concilio de Trento (1546). En este último, solemnemente reunido el 8 de abril de 1546, se definió dogmáticamente el canon de los Libros Sagrados, siendo; 46 libros del Antiguo Testamento y 27 del Nuevo Testamento.
Cuando la Iglesia recopiló los libros de la Biblia, no existían las Iglesias protestantes hasta los cismas de Lutero en el Siglo XVI, por tanto no había biblias protestantes antes de esta separación de la Iglesia.
Importante resaltar que el Antiguo Testamento fue escrito en hebreo, y el Nuevo Testamento en arameo y griego.
En razón de que Dios ha inspirado los libros sagrados, podemos afirmar que en ellos encontramos la verdad en orden a nuestra salvación. La Biblia basada en la historia no pretende comunicarnos una verdad de tipo científico, sino la interpretación que hace de la misma historia a la luz de la fe, es decir, nos comunica la verdad salvífica.
Es interesante como se fue concretando la Biblia.
Como se fue desarrollando las desigualdades con los protestantes, y como la Iglesia mantuvo fielmente los escritos sagrados,
"Los libros sagrados enseñan sólidamente, fielmente y sin error la verdad que Dios hizo consignar en dichos libros para salvación nuestra" (DV n.11)
La Iglesia Católica fue la única institución sobre la tierra responsable de la compilación de la Biblia, y de su interpretación. El mismo Cristo así lo quiso. Los católicos tenemos al Magisterio de la Fe, quien es custodio e intérprete para la correcta transmisión de la Revelación, funciona como un órgano de unidad. Con los protestantes o sectarios no hay un Magisterio, la interpretación es individual así que la validez es siempre de interpretación personal, por tanto hay una diversidad de creencias como pastores o personas que la leen de manera privada.
San Pedro nos advertía sobre los riesgos de la interpretación errónea, y con un lenguaje fuerte, nos previene sobre lo grave y peligroso para la Salvación el tratar de interpretar la Biblia por cuenta propia:
"...como os lo escribió también Pablo, nuestro querido hermano, según la sabiduría que le fue otorgada. 16Lo escribe en todas las cartas cuando habla en ellas de esto. Aunque hay en ellas cosas de difíciles de entender, que los ignorantes y débiles interpretan torcidamente - como también las demás Escrituras- para su propia perdición".
San Pedro nos indica la gravedad de tergiversar la Biblia con muy severas consecuencias; "Su propia condenación"
La Iglesia como esposa de Cristo conserva y lucha para que sus fieles se mantengan en la Verdad, no nos deja abandonados. Siempre que hay una propagación de alguna herejía, la Iglesia viene y confirma lo que se ha creído desde la Iglesia primitiva, es entonces cuando emite dogmas (Verdades reveladas confirmadas por la Iglesia, no nace la creencia con la emisión del dogma sino es confirmado en esa fecha para la unión del pueblo de Dios)
El Catecismo de la Iglesia Católica lo expresa así:
119..."Todo lo dicho sobre la interpretación de la Escritura queda sometido al juicio definitivo de la Iglesia, que recibió de Dios el encargo y el oficio de conservar e interpretar la Palabra de Dios".
Según el Catecismo:
2049 El Magisterio de los pastores de la Iglesia en materia moral se ejerce ordinariamente en la catequesis y la predicación tomando como base el Decálogo que enuncia los principios de la vida moral válidos para todo hombre.
2034 El Romano Pontífice y los obispos como "maestros auténticos por estar dotados de la autoridad de Cristo ... predican al pueblo que tienen confiado la fe que hay que creer y que hay que llevar a la práctica". El magisterio ordinario y universal del Papa y de los obispos en comunión con él enseña a los fieles la verdad que han de creer, la caridad que han de practicar, la bienaventuranza que han de esperar.
2035 El grado supremo de la participación en la autoridad de Cristo está asegurado por el carisma de la infalibilidad. Esta se extiende a todo el depósito de la revelación divina; se extiende también a todos los elementos de doctrina, comprendida la moral, sin los cuales las verdades salvíficas de la fe no pueden ser salvaguardadas, expuestas u observadas.
2037 La ley de Dios, confiada a la Iglesia, es enseñada a los fieles como camino de vida y de verdad. Los fieles, por tanto, tienen el derecho de ser instruidos en los preceptos divinos salvíficos que purifican el juicio y, con la gracia, sanan la razón humana herida. Tienen el deber de observar las constituciones y los decretos promulgados por la autoridad legítima de la Iglesia. Aunque sean disciplinares, estas determinaciones requieren la docilidad en la caridad.
2040 Así puede desarrollarse entre los cristianos un verdadero espíritu filial con respecto a la Iglesia. Es el desarrollo normal de la gracia bautismal, que nos engendró en el seno de la Iglesia y nos hizo miembros del Cuerpo de Cristo. En su solicitud materna, la Iglesia nos concede la misericordia de Dios que va más allá del simple perdón de nuestros pecados y actúa especialmente en el sacramento de la Reconciliación. Como madre previsora, nos prodiga también en su liturgia, día tras día, el alimento de la Palabra y de la Eucaristía del Señor.
En conclusión nosotros seguimos confiadamente las enseñanzas de la Santa Madre Iglesia porque sabemos que ellas nos llevan a puerto seguro aunque hayan tempestades de todo tipo.
Que la revelación divina nos viene por la Palabra de Dios escrita (Biblia) y por la Sagrada Tradición Apostólica infaliblemente interpretadas por el Magisterio de la Iglesia.
Paz y bien en Cristo Jesús!