por aprendiz2018 » Mié Jun 22, 2016 6:19 pm
Buenas tardes y muchas gracias por sus enseñanzas. Que bueno que no solo tengamos que responder las preguntas que nos dejan sino que también demos nuestra opinión respecto al tema, porque así nos ponemos a investigar o a leer otros textos como la Constitución Dei Verbum o el Catecismo de la Iglesia Católica.
Dios es el autor de la Sagrada Escritura. "Las verdades reveladas por Dios, que se contienen y manifiestan en la Sagrada Escritura, se consignaron por inspiración del Espíritu Santo". (Catecismo 105)
La Santa Madre Iglesia, fiel a la base de los apóstoles, reconoce que todos los libros del Antiguo y del Nuevo Testamento, con todas sus partes, son sagrados y canónicos, en cuanto que, escritos por inspiración del Espíritu Santo, tienen a Dios como autor y como tales han sido confiados a la Iglesia. (DV 11)
Dios ha inspirado a los autores humanos de los libros sagrados.(Catecismo 106)
"En la composición de los libros sagrados, Dios se valió de hombres elegidos, que usaban de todas sus facultades y talentos, de este modo, obrando Dios en ellos y por ellos, como verdaderos autores pusieron por escrito todo y sólo lo que Dios quería (DV 11)
Por lo tanto, la Biblia no cayó del cielo, nace en la Iglesia Católica, nuestra Iglesia, quien bajo la iluminación del Espíritu Santo, dicta que libros eran y cuáles no eran inspirados para estar dentro de la Biblia.
No había protestantes hasta los cismas de Lutero en el siglo XVI, por tanto, no había Biblias protestantes antes de esta separación de la Iglesia.
Dios y el hombre son los autores de la Escritura. Dios se valió de algunos hombres de la comunidad, que como verdaderos autores, pusieron todas sus capacidades para la composición de los libros bíblicos. Estos hombres en la tradición posterior, son llamados Hagiógrafos o escritores bíblicos. La tradición apostólica hizo discernir a la Iglesia qué escritos constituyen la lista de los Libros Santos. Esta lista integral es llamada "CANON DE LAS ESCRITURAS"
La Iglesia Católica fue la única responsable de la compilación de la Biblia, por tanto posee la autoridad de interpretación. Los católicos tenemos al Magisterio de la Fe, quien es custodio e interprete para la correcta transmisión de la Revelación, quien funciona como un órgano de unidad. Con los protestantes o sectarios no hay un Magisterio, la interpretación es individual, así que la validez es siempre de interpretación personal, por tanto, hay una diversidad de creencias como pastores o personas que la leen de manera privada.
Pedro nos advertía sobre los riesgos de la interpretación errónea (2 Pe 3:16). Los católicos leemos el AT bajo la luz del NT, hay reglas de interpretación que se llama HERMENEUTICA.
Algunos protestantes o sectarios nos quieren poner contra la pared al usar la Biblia como único medio contenedor de la Palabra, incluso se atreven a decir que se puede ser "cristiano" sin Iglesia y que toda revelación se encuentra solo en la Biblia y nada más.
La Iglesia, como esposa de Cristo conserva y lucha para que sus fieles se mantengan en la verdad, no nos deja abandonados. Siempre que hay una propagación de alguna herejía, la Iglesia viene y confirma lo que se ha creido desde la Iglesia Primitiva, es entonces cuando emite dogmas (verdades reveladas confirmadas por la Iglesia, no nace la creencia con la emisión del dogma sino es confirmado en esa fecha para la unión del pueblo de Dios).
MAGISTERIO: Es la autoridad de la Iglesia investida por los Obispos, como sucesores de los apóstoles, para enseñar la fe, bajo la autoridad del sumo Pontífice, Sucesor de Pedro, Vicario de Cristo y cabeza visible de la Iglesia Católica. El Magisterio incluye la enseñanza de la doctrina, la moral y las costumbres.
La Biblia es palabra de Dios, eso ni duda para los católicos, pero no quiere decir que sea TODA la palabra de Dios, quien es la autoridad y es pilar y fundamento de la Verdad es la Iglesia, la Biblia tiene su validez en la Iglesia.
El Concilio Vaticano II (1962 - 1965) enseña que la Iglesia es Jesucristo, el sacramento , es decir, el signo y el instrumento de salvación universal del Hombre (Puebla 227).