por Eugenia26 » Mié Dic 09, 2015 4:29 pm
1. ¿Cómo se define el Matrimonio?
El matrimonio no es, por tanto, efecto de la casualidad o consecuencia de instintos naturales inconscientes. El matrimonio es una sabia institución del Creador para realizar su designio de amor en la humanidad. Por medio de él, los esposos se perfeccionan y crecen mutuamente y colaboran con Dios en la procreación de nuevas vidas.
El matrimonio para los bautizados es un sacramento que va unido al amor de Cristo su Iglesia, lo que lo rige es el modelo del amor que Jesucristo le tiene a su Iglesia. Sólo hay verdadero matrimonio entre bautizados cuando se contrae el sacramento.
El matrimonio se define como la alianza por la cual, -el hombre y la mujer- se unen libremente para toda la vida con el fin de ayudarse mutuamente, procrear y educar a los hijos. Esta unión -basada en el amor– que implica un consentimiento interior y exterior, estando bendecida por Dios, al ser sacramental hace que el vínculo conyugal sea para toda la vida. Nadie puede romper este vínculo.
En lo que se refiere a su esencia, los teólogos hacen distinción entre el casarse y el estar casado. El casarse es el contrato matrimonial y el estar casado es el vínculo matrimonial indisoluble.
El matrimonio posee todos los elementos de un contrato. Los contrayentes son el hombre y la mujer. El objeto es la donación recíproca de los cuerpos para llevar una vida marital. El consentimiento es lo que ambos contrayentes expresan. Unos fines que son la ayuda mutua, la procreación y educación de los hijos. Para un cristiano la unión entre el matrimonio –como institución natural– y el sacramento es total. Por lo tanto, las leyes que rigen al matrimonio no pueden ser cambiadas arbitrariamente por los hombres.
En cuanto al rito y la celebración del matrimonio entre dos fieles católicos se celebra –normalmente– dentro de la Santa Misa. En la Eucaristía se realiza el memorial de la Nueva Alianza, en la que Cristo se unió a su esposa, la Iglesia, por la cual se entregó. Por ello, la Iglesia considera conveniente que los cónyuges sellen su consentimiento -de darse el uno al otro- con la ofrenda de sus propias vidas. De esta manera unen su ofrenda a la de Cristo por su Iglesia. La liturgia ora y bendice a la nueva pareja, en el culmen (epíclesis) de este sacramento los esposos reciben el Espíritu Santo
Para ello la Iglesia pide una serie de requisitos previos que hay que cumplir. Como son constatar que no exista un vínculo anterior, la instrucción sobre lo que conlleva el sacramento y las amonestaciones o proclamas matrimoniales con el fin de corroborar que no existe ningún impedimento. Debe de celebrarse ante un sacerdote, un diácono, o en un caso especialísimo de un laico autorizado y dos testigos.
2. Explica brevemente el signo externo, la materia remota, la materia próxima y la forma del Sacramento del Matrimonio.
El matrimonio es verdadero sacramento porque en él se encuentran los elementos necesarios como son: el contrato, la gracia santificante y sacramental, por último que fue instituido por Cristo.
La Iglesia es la única que puede juzgar y determinar sobre todo lo referente al matrimonio debido a que es un sacramento de lo que estamos hablando. La autoridad civil sólo puede actuar en los aspectos meramente civiles del matrimonio.
El signo externo de este sacramento es el contrato matrimonial, que a la vez conforman la materia y la forma.
La materia remota: son los mismos contrayentes.
La materia próxima: es la donación recíproca de los esposos, se donan toda la persona, todo su ser.
La forma: es el Sí que significa la aceptación recíproca de ese don personal y total.
3. Menciona tres beneficios que trae dicho sacramento a los esposos.
La sociedad actual tiende a menospreciarse el valor del Matrimonio cristiano. Pero la Iglesia, guardiana del deseo de su Señor, viene a recordarnos la verdad que nos hace libres. Los esposos cristianos están llamados a encontrar en su matrimonio y su familia el camino del Cielo, y el sacramento les da para ello un aumento de la gracia santificante.
Cuando los novios salen del templo, sus almas se encuentran más fuertes y más bellas espiritualmente que cuando, unos minutos antes, entraron a él. Es, por tanto, muy conveniente que los contrayentes reciban este sacramento libres de pecado mortal.
Por ello, se recomienda vivamente que antes de su boda se acerquen a recibir el sacramento de la reconciliación o penitencia. Sin embargo, aunque uno o ambos se casen sin esa limpieza del alma, el sacramento del matrimonio no dejaría de producirse, con tal que se cumplan las demás condiciones.
Junto al aumento de la gracia que abre el Cielo (dijimos que se llama gracia santificante), el Matrimonio da su propia gracia específica, llamada gracia sacramental. Ésta consiste en el derecho a recibir de Dios todas las ayudas necesarias para que los esposos puedan amarse en Cristo sin infidelidad y para siempre, así como el derecho a recibir todos los auxilios materiales y espirituales exigidos para la fundación de su hogar.
Esta gracia sacramental acompaña a los esposos durante todos los días de su existencia en la tierra, hasta la muerte. Cuando el mal rato del esposo (o de la esposa), decaído ante el cúmulo de dificultades cotidianas, le lleva a sentirse víctima y a pensar que casarse fue un error, ése es el momento de recordar que él (o ella) tiene la garantía de recibir todas las gracias necesarias en esa situación, la garantía de recibir toda ayuda divina que pueda requerir para fortalecer su flaqueza y superar la dificultad.
La gracia especial del Matrimonio otorga así la generosidad y la responsabilidad para: 1) engendrar y educar a los hijos; 2) la prudencia y la discreción en los innumerables problemas que la vida familiar lleva consigo y 3) capacita a los esposos para acomodarse el uno a los defectos del otro y sobrellevarlos. Todo esto es lo que la gracia del Matrimonio puede hacer por aquellos que, con su cooperación, dan a Dios la oportunidad para mostrar su grandeza.
4. ¿Cuáles son los tres grados en el sacramento del Orden Sacerdotal?
Los tres grados en el Sacramento del Orden: el episcopado, el presbiterado, y el diaconado.
5. ¿Cuál es el fin del sacramento del Orden Sacerdotal?
El Sacramento del Orden es el que hace posible que la misión, que Cristo les dio a sus Apóstoles, siga siendo ejercida en la Iglesia hasta el fin de los tiempos.
Este es el sacramento por el cual unos hombres quedan constituidos ministros sagrados, al ser marcados con un carácter indeleble siendo consagrados y destinados a apacentar el pueblo de Dios según el grado de cada uno, desempeñando en la persona de Cristo Cabeza, las funciones de enseñar, gobernar y santificar”.
Todos los bautizados participan del sacerdocio de Cristo, lo cual los capacita para colaborar en la misión de la Iglesia. Pero, los que reciben el Orden quedan configurados de forma especial, quedan marcados con carácter indeleble, que los distinguen de los demás fieles y los capacita para ejercer funciones especiales. Por ello, se dice que el sacerdote tiene el sacerdocio ministerial, que es distinto al sacerdocio real o común de todos los fieles, este sacerdocio lo confiere el Bautismo y la Confirmación. Por el Bautismo nos hacemos partícipes del sacerdocio común de los fieles.
El Concilio de Trento definió como dogma de fe que el Sacramento del Orden es uno de los siete sacramentos instituidos por Cristo. Los protestantes niegan este sacramento, para ellos no hay diferencia entre sacerdotes y laicos.
Por la Sagrada Escritura, podemos conocer como Jesús escogió de manera muy especial a los Doce Apóstoles. Y es a ellos a quienes les otorga Sus poderes de perdonar los pecados, de administrar los demás sacramentos, de enseñar y de renovar, de manera incruenta, el sacrificio de la Cruz hasta el final de los tiempos. Les concedió estos poderes con la finalidad de continuar Su misión redentora y para ello, Cristo les dio el mandato de transmitirlos a otros
6. Menciona las características de los presbiterios.
Los presbíteros - palabra que viene del griego y significa anciano – no poseen la plenitud del Orden y están sujetos a la autoridad del Obispo del lugar para ejercer su potestad. Sin embargo, tienen los poderes de:
o Consagrar el pan y el vino.
o Perdonar los pecados.
o Ayudar a los fieles, transmitiendo la doctrina de la Iglesia y con obras.
• Pueden administrar cualquier sacramento en el cual el ministro no sea un Obispo.
Los sacerdotes o presbíteros son los que ayudan a los Obispos en diferentes funciones. Por ello, cuando un sacerdote llega a una diócesis tiene que presentarse ante el Obispo, y éste será quien le otorgue los permisos necesarios. A pesar de no poseer la plenitud del Orden y dependan de los Obispos, están unidos a ellos en el honor del sacerdocio y, en virtud del Sacramento del Orden, quedan consagrados como verdaderos sacerdotes de la Nueva Alianza, a imagen de Cristo, sumo y eterno Sacerdote. Además, por el Sacramento del Orden, los presbíteros participan en la universalidad de la misión confiada por Cristo a los Apóstoles.