por Wendy Ruiz » Mié Feb 05, 2014 10:48 am
1. ¿Qué elementos corresponden a la felicidad según el autor Julián Marías?
A mi juicio, los elementos que corresponden a la felicidad según el autor serían los siguientes; la felicidad es propiamente aquello que está íntimamente ligado a mí, que tiene que ver con mi vida, con mi “yo” es una realidad de realidades, una vivencia personal que debe permanecer a pesar de las diferentes situaciones que a diario se vive en las distintas dificultades de la vida. Es así que la felicidad hay que imaginarla y experimentarla para poder entenderla, es el análisis de la vida concreta, es el analizar cómo se da esa felicidad en nuestra vida; cuando la sentí, como la estoy sintiendo ahora o como se dará en el futuro. La felicidad puede darse a través del deseo, la aspiración o el propósito en un momento o tiempo determinado, en la vida en su totalidad, aun después de la muerte si la imaginamos puede ser perdurable.
2. ¿El Cristianismo presenta algún tipo de felicidad con características propias?
Sí. En las Bienaventuranzas que nos trae el Evangelio de Mateo en el capítulo 5 del 1-12ª Jesús mismo nos enseña cómo debe de ser la vida Cristiana que debemos llevar, explicando que la felicidad no está en el tener, el dominar, el disfrutar , sino en algo muy diferente : “En el amar y ser Amado”. Él nos dice: «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que buscan la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos. Bienaventurados seréis cuando os injurien, os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos porque vuestra recompensa será grande en los cielos. Son Bienaventurados; es decir afortunados y felices todos aquellos que van por el camino correcto hacia la salvación, aquel que evita el pecado, que es feliz y dichoso con la vida que tiene, que cumple con la ley del Señor, que sufre con Amor, que ama la justicia y la verdad, que acepta con agrado las ordenes de Dios, que lo ama y que confía en El plenamente; es aquel que tiene el privilegio de gozar de la vida eterna allá en el Cielo, de llegar a estar junto a Dios para siempre. Dios no mira el pasado, mira el presente una vida nueva que requiere de gracia y obediencia. Las Bienaventuranzas son la recopilación de todos los pasajes de La Santa Biblia que invita al hombre a un estado de unión y gracia con Dios, en El encontramos nuestra felicidad.
3. Hay ciertos autores que presentan el cristianismo como una religión que no busca felicidad. ¿Según el autor esto sería así?
No, el autor señala que si aquí en la tierra se goza de felicidad, después de la muerte también, nos dice que hay que imaginarla y desearla, que la felicidad se puede alcanzar cuando prevalece el amor a la verdad, es por ello que el autor se refiere a la felicidad en el texto, no como comúnmente se confunde (con la alegría, el bienestar, el placer) sino en la manera misma como está inmersa en nuestro ser, el autor alude a la fe viva, que después de la muerte hay otra vida y que al igual que la terrenal, en la celestial también habrá felicidad, sin embargo la salvación está dada la beatitud, a aquellos que felices fueron aquí en la tierra.
4. ¿No es acaso el cristianismo una religión por la que se busca, trámite una relación personal con Cristo, una vivencia de la felicidad interior, personal, en la que toda la vida tiene ese tinte coloreado de la felicidad del vivir cerca de Dios?
Si, el Cristianismo como tal, es una religión que nos une al encuentro con Cristo quien es Camino, Verdad y Vida. Cristo vivió una vida humilde de sencillez, castidad y obediencia una vida ajena a los lujos y la mundanidad pecaminosa, todo ser humano Cristiano que busca la felicidad intenta imitar en todo a Jesús. Si tenemos a Dios en nuestra vida y sobre todo en nuestro corazón lo demás viene por añadidura, El Señor quiere que seamos felices, aquel que es feliz vive en paz consigo mismo y para con los demás, vive conforme a la voluntad de Dios así tenga poco o no tenga nada, lo importante no es lo material sino lo espiritual, lo que construya interiormente y lo exprese en la cotidianidad mediante su Fe viva y ardiente del Espíritu de Dios.