por Joaquin Caldevilla » Mar Nov 05, 2013 12:59 pm
Y ahora unas observaciones sobre el tema 6 (Coherencia), después de haber leído vuestros comentarios:
1) ¿Cuáles piensas que son las razones por las que se tiende a enfrentar al cristianismo con la llamada “ciudadanía” (laicidad, secularidad, sociedad civil)? ¿Pasaría lo mismo si muchos más cristianos dieran ejemplo (en su trabajo, etc.)?
Me parece que éste es un punto crucial en la actualidad. Desgraciadamente (y esto conecta con lo dicho en el tema 5, Personalidad), no pocos cristianos han descuidado mejorar en las virtudes y actitudes humanas, haciéndolo compatible con una aparentemente intensa espiritualidad: rezos frecuentes, ceremonias religiosas abundantes, pero luego egoísmo en casa y con los amigos, poca seriedad en el trabajo y poco compromiso en sus responsabilidades sociales, corrupción, etc. Esto ha provocado en muchas personas humanamente buenas un cierto rechazo del cristianismo, por verlo como algo que aleja del mundo y de la responsabilidad por mejorarlo.
Es cierto que no todo es esto: también hay ideologías ateas y laicistas que intentan "echar" a Dios del mundo. Pero mi experiencia como sacerdote y como teólogo es que, cuando muestras una imagen correcta del cristianismo, muchos (incluso no cristianos) quieren colaborar en las obras buenas que realizas. Esto sucede con el Opus Dei, pues desde 1950 existen abundantes cooperadores no católicos (incluso no cristianos: judíos, musulmanes, budistas, o nada): personas que, al comprobar el bien que esas obras apostólicas hacen a la sociedad en los cinco continentes (formación profesional a personas sin recursos o sin educación, integración racial y social, labor educativa y reforzamiento familiar, desarrollo económico y social en zonas deprimidas, etc.), se sientes movidos a colaborar, con su dinero e incluso con su trabajo, para contribuir al bien que realizan. Y así, casi sin darse cuenta, trabajando codo con codo con cristianos coherentes, van cambiando sus ideas sobre el cristianismo y la fe, y no pocos llegan a convertirse a la Iglesia Católica. Me imagino que así debió suceder con los primeros cristianos al principio, cuando eran pocos y la mayoría de los que les rodeaban eran paganos.
2) Ante el gran número de leyes contrarias a la dignidad humana y a la libertad religiosa que se van imponiendo, explica la diferencia entre intolerancia y violencia, entre tolerancia y pasividad.
La intolerancia no siempre es mala, a veces es necesaria, pues hay cosas que nos e pueden tolerar: la muchedumbre de abortos (niños matados) que se realizan cada día en el mundo; adolescentes que roban y tiran por los suelos a indefensas ancianitas, con peligro para sus vidas; mujeres cuyas vidas son terriblemente truncadas o machacadas por violaciones y asesinatos de narcotraficantes o bandas organizadas. HAY COSAS QUE NO SE DEBEN TOLERAR. Otra cosa es cuál es el modo mejor de cambiarlas o hacerlas desaparecer: y aquí mi respuesta es que nunca funciona la violencia; precisamente porque sólo el amor puede cambiar la maldad que anida en los corazones de quienes hacen esas cosas. Por tanto, cabe (es más, es la única correcta) UNA INTOLERANCIA NO VIOLENTA, que no se conforma con lo que hay y quiere cambiar las cosas. Gandhi es un buen ejemplo de cómo el amor es más fuerte que el mal. También Aung San Suu Kyi, líder popular camboyana encarcelada durante muchos años y premio Nobel de la paz. Hay muchos ejemplos de resistencia (intolerancia) pacífica ante al mal.
Por el contrario, tendemos a confundir tolerancia con pasividad. Pensamos que si no podemos cambiar algo ya, rápidamente y con éxito a la primera, es que no podemos hacer nada. Es una tentación sutil, muy propia del "padre de la mentira" (Satanás). La tolerancia auténtica es otra cosa. Es saber que nunca podremos eliminar todo el mal que hay en el mundo (ya dijo Jesús que la cizaña tendría que crecer siempre con el trigo, para evitar llevarse el trigo al quitarla), pero sí podemos intentar reducir todo lo posible sus malos efectos, aislarlo y controlarlo lo más posible. Un ejemplo típico es la prostitución: ya en la Biblia aparece ese "oficio" (uno de los más antiguos de la humanidad), y evitarlo totalmente exigiría un gasto policial y un control de los ciudadanos que no es asumible por ningún Estado. Pero se pueden poner muchas dificultades, para limitarlo todo lo posible. Y hay otros ejemplos: la corrupción de los poderes públicos, etc. Por tanto, cabe UNA TOLERANCIA NO PASIVA.
3) Di qué te sugiere la frase: “no te dejes vencer por el mal; antes bien, vence el mal con el bien” (Romanos 12, 21).
Es como la conclusión de las preguntas 1) y 2). El único modo de ir venciendo el mal de modo eficaz y permanente (en la medida en que algo es permanente en este mundo) es mediante el bien: los cristianos de los primeros siglos lo hicieron así, y poco a poco fueron transformando no sólo los corazones de quienes les rodeaban, sino que también fueron purificando las estructuras sociales de su época, en la medida en que ellos llevaban a esas estructuras su modo de vivir cristiano: aprovechando todo lo humano bueno (familia, trabajo, amistades, sociedad), y mostrando en sus vidas la conjunción de lo humano y lo divino, que les mostraba ante los demás llenos de una plenitud atractiva. Es el bien lo que atrae, no el mal (santo Tomás de Aquino). Por eso, sólo mostrando el bien podemos atraer a otros hacia Dios (pues Dios es el Bien absoluto).
- annylu y egpa13: en efecto, hay que echar fuera la pasividad, no están los tiempos como para tomarse las cosas poco en serio. Hay que sentir como algo propio todo lo que Dios nos ha confiado. Hay un libro, escrito hace años, que expresa bien esto y se titula "Si los buenos no hacen nada" (entonces los malos lo hacen todo...). Ánimo y buenos propósitos.
- Clau Cervantes: creo que te he respondido en la pregunta 1). Hay que buscar lo que une, y empezar a construir juntos desde ahí. Hay muchos valores humanos y cristianos en los que podemos coincidir y trabajar juntos los católicos, los demás cristianos, y todos los hombres de buena voluntad.
- annyshaw01: muchas gracias por tu entusiasmo. Lo que se intenta exponer en este curso son simplemente verdades humanas y cristianas, expresadas de un modo moderno y sencillo. Desgraciadamente, hay muchos cristianos que no las conocen, a pesar incluso de practicar su fe: es que no basta con vivir la fe, hay que "pensar la fe" (Benedicto XVI), reflexionar y formarse también doctrinalmente, sin quedarse sólo en una práctica cristiana a menudo demasiado sentimental y poco profunda. Y para eso estamos haciendo este curso. Espero que te ayude mucho, y que mi libro te acompañe después en tu intento de ser una evangelizadora cristiana, una "atleta de Cristo" completa, como decía san Pablo.
Que Dios os bendiga.