Página 1 de 6

16. Inocencia, felicidad, pureza de corazón

NotaPublicado: Dom Jul 21, 2013 10:04 pm
por pilar calva
Sólo el amor crea el bien y, en definitiva, sólo puede ser percibido en todas sus dimensiones y perfiles a través de las cosas creadas y sobre todo del hombre.

(30-I-80)

1. La realidad del don y del acto de donar, delineada en los primeros capítulos del Génesis, como de la creación, confirma que la irradiación del amor es parte integrante de este mismo misterio. Sólo el amor crea el bien y, en definitiva, sólo puede ser percibido en todas sus dimensiones y perfiles a través de las cosas creadas y sobre todo del hombre. Su presencia es como el resultado final de la hermenéutica del don que aquí estamos realizando. La felicidad originaria, el “principio” beatificante del hombre a quien Dios creó “varón y mujer” (Gén 1, 27), el significado esponsalicio del cuerpo en su desnudez originaria: todo esto expresa el arraigo en el amor. Este donar coherente, que se remonta hasta las raíces más profundas de la conciencia y de la subconciencia, a los últimos estratos de la existencia subjetiva de ambos, varón y mujer, y que se refleja en su recíproca “experiencia del cuerpo”, da testimonio del arraigo en el amor. Los primeros versículos del la Biblia hablan tanto de ello, que disipan toda duda. Hablan no sólo de la creación del mundo, sino también de la gracia, esto es, de la comunicación de la santidad, de la irradiación del Espíritu, que produce un estado especial de “espiritualización” en ese hombre, que de hecho fue el primero. En el lenguaje bíblico, esto es, en el lenguaje de la revelación, la calificación de “primero” significa precisamente “de Dios”: “Adán, hijo de Dios” (cf. Lc 3, 38).

2. La felicidad es el arraigarse en el amor. La felicidad originaria nos habla del “principio” del hombre, que surgió del amor y ha dado comienzo al amor. Y esto sucedió de modo irrevocable, a pesar del pecado sucesivo y de la muerte. A su tiempo, Cristo será testigo de este amor irreversible del Creador y Padre, que ya se había manifestado en el misterio de la creación y en la gracia de la inocencia originaria. Y por esto también el “principio” común del varón y de la mujer, es decir, la verdad originaria de su cuerpo en la masculinidad y feminidad, hacia el que dirige nuestra atención el Génesis 2, 25, no conoce la vergüenza. Este “principio” se puede definir también como inmunidad originaria y beatificante de la vergüenza por efecto del amor.

3. Esta inmunidad nos orienta hacia el misterio de la inocencia originaria del hombre. Es un misterio de su existencia, anterior a la ciencia del bien y del mal, y como “al margen” de ésta. El hecho de que el hombre exista en este mundo, antecedentemente a la ruptura de la primera Alianza con su Creador, pertenece a la plenitud del misterio de la creación. Si, como hemos dicho antes, la creación es un don hecho al hombre, entonces su plenitud es la dimensión más profunda y determinada de la gracia, esto es, de la participación en la vida íntima de Dios, en su santidad. Esta es también en el hombre fundamento interior y fuente de su inocencia originaria. Con este concepto -y más precisamente con el de “justicia originaria”-, la teología define el estado del hombre antes del pecado original. En el presente análisis del “principio”, que nos allana los caminos indispensables para la comprensión de la teología del cuerpo, debemos detenernos sobre el misterio del estado originario del hombre. En efecto, precisamente esa conciencia del cuerpo -más aún, la conciencia del significado del cuerpo-, que tratamos de iluminar a través del análisis del “principio”, revela la peculiaridad de la inocencia originaria.

Lo que se manifiesta quizá mayormente en el Génesis 2, 25, es precisamente el misterio de esta inocencia, que tanto el hombre como la mujer llevan desde los orígenes, cada uno en sí mismo. Su mismo cuerpo es testigo, en cierto sentido, “ocular” de esta característica. Es significativo que la afirmación encerrada en el Génesis 2, 25 -acerca de la desnudez recíprocamente libre de vergüenza-, sea una enunciación única en su género dentro de toda la Biblia, tanto, que no se repetirá jamás. Al contrario, podemos citar muchos textos en los que la desnudez está unida a la vergüenza, o incluso, en sentido todavía más fuerte, a la “ignominia” (1). En este amplio contexto son mucho más claras las razones para descubrir en el Génesis 2, 25 una huella particular del misterio de la inocencia originaria y un factor especial de su irradiación en el sujeto humano. Esta inocencia pertenece a la dimensión de la gracia contenida en el misterio de la creación, es decir, a ese misterioso don hecho a lo más íntimo del hombre -al “corazón” humano- que permite a ambos, varón y mujer, existir desde el “principio” en la recíproca relación del don desinteresado de sí. En esto está encerrada la revelación y a la vez el descubrimiento del significado “esponsalicio” del cuerpo en su masculinidad y feminidad. Se comprende por qué hablamos, en este caso, de revelación y a la vez del descubrimiento. Desde el punto de vista de nuestro análisis, es esencial que el descubrimiento esponsalicio del cuerpo, que leemos en el testimonio del libro del Génesis, se realice a través de la inocencia originaria; más aún, este descubrimiento es quien la revela y la hace patente.

4. La inocencia originaria pertenece al misterio del humano, del que se separó después el hombre “histórico” cometiendo el pecado original. Pero esto no significa que no esté en disposición de acercarse a ese misterio mediante su ciencia teológica. El hombre “histórico” trata de comprender el misterio de la inocencia originaria cómo a través de un contraste, esto es, remontándose a la experiencia de la propia culpa y del propio estado pecaminoso (2). Trata de comprender la inocencia originaria como característica esencial para la teología del cuerpo, partiendo de la experiencia de la vergüenza; efectivamente, el mismo texto bíblico lo orienta así. La inocencia originaria es, pues, lo que , esto es, en sus mismas raíces, excluye la vergüenza del cuerpo en la relación varón-mujer, elimina su necesidad en el hombre, en su corazón, o sea, en su conciencia. Aunque la inocencia originaria hable sobre todo del don del Creador, de la gracia que ha hecho posible al hombre vivir el sentido de la donación primaria del mundo, y en particular el sentido de la donación recíproca del uno al otro a través de la masculinidad y feminidad en este mundo, sin embargo esta inocencia parece referirse ante todo al estado interior del humano, de la voluntad humana. Al menos indirectamente, en ella está incluida la revelación y el descubrimiento de toda la dimensión de la conciencia -obviamente, antes del conocimiento del bien y del mal-. En cierto sentido, se entiende como rectitud originaria.

5. En el prisma de nuestro “a posteriori histórico” tratamos de reconstruir, en cierto modo, la característica de la inocencia originaria, entendida cual contenido de la experiencia recíproca del cuerpo como experiencia de su significado esponsalicio (según el testimonio del Génesis 2, 23-25). Puesto que la felicidad y la inocencia están inscritas en el marco de la comunión de las personas, como si se tratase de dos hilos convergentes de la existencia del hombre en el mismo misterio de la creación, la conciencia beatificante del significado del cuerpo -esto es, del significado esponsalicio de la masculinidad y feminidad humanas- está condicionada por la inocencia originaria. No parece que haya impedimento alguno para entender aquí esa inocencia originaria como una particular , que conserva una fidelidad interior al don según el significado esponsalicio del cuerpo. Por consiguiente, la inocencia originaria, concebida así, se manifiesta como un testimonio tranquilo de la conciencia que (en este caso) precede a cualquier experiencia del bien y del mal; y sin embargo este testimonio sereno de la conciencia es algo mucho más beatificante. Efectivamente, se puede decir que la conciencia del significado esponsalicio del cuerpo, en su masculinidad y feminidad, se hace beatificante sólo por medio de este testimonio.

Dedicaremos a la próxima meditación a este tema, esto es, al vínculo que, en el análisis del hombre, se delinea entre su inocencia (pureza de corazón) y su felicidad.
(1) La “desnudez”, en el sentido de “falta de vestido”, en el antiguo Oriente Medio significaba el estado de abyección de los hombres privados de libertad: esclavos, prisioneros de guerra o condenados, los que no gozaban de la protección de la ley. La desnudez de las mujeres se consideraba deshonor (cf., por ejemplo, las amenazas de los Profetas: Oseas 1, 2, y Ezequiel 23, 26. 29). El hombre libre, atento a su dignidad, debía vestirse suntuosamente: cuanta mayor cola tengan los vestidos, tanto más alta era la dignidad (cf., por ejemplo, el vestido de José, que inspiraba celos en sus hermanos; o de los fariseos, que alargaban sus franjas). El segundo significado de la “desnudez” , en sentido eufemístico, se refería al acto sexual. La palabra hebrea cerwat significa un vacío espacial (por ejemplo, del paisaje), falta de vestido, expolio, pero no comportaba nada de oprobioso.

(2) “Sabemos que la ley es espiritual, pero yo soy carnal, vendido por esclavo al pecado. Porque no sé lo que hago; pues no pongo por obra lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago... Pero entonces ya no soy yo quien obra esto, sino el pecado, que mora en mí. Pues yo sé que no hay en mí, esto es, en mi carne, cosa buena. Porque el querer el bien que está en mí, pero el hacerlo no. En efecto, no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero. Pero si hago lo que no quiero, ya no soy yo quien lo hace, sino el pecado, que habita en mí. Por consiguiente, tengo en mí esta ley: que, queriendo hacer el bien, es el mal el que se me apega; porque me deleito en la ley de Dios según el hombre interior, pero siento otra ley en mis miembros que repugna a la ley de mi mente y me encadena a la ley del pecado, que está en mis miembros.
¡Desdichado de mí!, ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?” (Rom 7, 14-15. 17-24; cf.: “Video meliora proboque; deteriora sequor”, Ovidio, Metamorph. VII, 20).

Pregunta: ¿De que nos habla la felicidad en sus principios?

Preguntas o comentarios a la moderadora del curso gabrielavega58@gmail.com

Re: 16. Inocencia, felicidad, pureza de corazón

NotaPublicado: Lun Jul 29, 2013 10:03 pm
por Mary Jo
La felicidad originaria nos habla del "principio" del hombre, que surgió del amor y ha dado comienzo al amor, aún a pesar del pecado y de la muerte que sucedería.
También el "principio" común del varón y de la mujer, es decir, la verdad originaria de su cuerpo en la masculinidad y feminidad, no conoce la vergüenza. Este "principio" se puede definir también como inmunidad originaria y beatificante de la vergüenza por efecto del amor.

Re: 16. Inocencia, felicidad, pureza de corazón

NotaPublicado: Mar Jul 30, 2013 7:01 am
por CasJor
¿De qué nos habla la felicidad en sus principios?

Como resultado de la interpretación dada al texto sagrado bíblico y en particular de la lectura del Libro del Génesis, entendemos que la felicidad originaria responde al principio beatificante (que hace feliz, respetable) al hombre (varón y mujer) por medio del amor arraigado entre esos dos seres.

Ese amor entre varón y mujer es producto del significado esponsalicio del cuerpo, el cual como manifestación y creación divina vincula de manera recíproca entre ambos seres.

Re: 16. Inocencia, felicidad, pureza de corazón

NotaPublicado: Mar Jul 30, 2013 7:46 am
por garu
Fuimos creados por amor, redimidos y, por tanto, perdonados, por amor. La felicidad originaria nos habla de ese amor de Dios y que fuera transmitido al hombre para su felicidad, en la recreación del amor mediante la comunión, la donación libre y recíproca de la persona humana, con miras a la felicidad eterna, Dios. Es decir, provenimos y existimos por el amor de Dios y por el amor retornaremos a Él.

Re: 16. Inocencia, felicidad, pureza de corazón

NotaPublicado: Mar Jul 30, 2013 9:34 am
por Titica
La felicidad originaria nos habla del "principio" del hombre que surgió del Amor, Dios, y ha dado comienzo al amor. Esto sucedió a pesar del pecado sucesivo y de la muerte. Es el amor irreversible del Creador y Padre.
También el "principio común del varón y la mujer , la verdad originaria de su cuerpo en la masculinidad y feminidad hacia el que dirige Gen. 2,25 no conoce la vergüenza porque se puede definir también como inmunidad originaria y beatificante de la vergüenza efecto del amor.

Re: 16. Inocencia, felicidad, pureza de corazón

NotaPublicado: Mar Jul 30, 2013 9:39 am
por maguila
¿De que nos habla la felicidad en sus principios?

La felicidad originaria, el "principio" beatificante del hombre a quien Dios creó "varón y mujer", el significado esponsalicio del cuerpo en su desnudez originaria: todo esto expresa el arraigo en el amor.

Re: 16. Inocencia, felicidad, pureza de corazón

NotaPublicado: Mar Jul 30, 2013 11:12 am
por lindoro50
La felicidad es el arraigarse en el amor. La felicidad originaria nos habla del principio del hombre, que surgió del amor y ha dado comienzo al amor. Y esto sucedió de modo irrevocable, a pesar del pecado sucesivo y de la muerte. A su tiempo, Cristo será testigo de este amor irreversible del Creador y Padre, que ya se había manifestado en el misterio de la creación y en la gracia de la inocencia originaria. Y por esto también el principio común del varón y de la mujer, es decir, la verdad originaria de su cuerpo en la masculinidad y feminidad, hacia el que dirige nuestra atención el Génesis 2, 25, no conoce la vergüenza. Este “principio” se puede definir también como inmunidad originaria y beatificante de la vergüenza por efecto del amor.

Re: 16. Inocencia, felicidad, pureza de corazón

NotaPublicado: Mar Jul 30, 2013 11:20 am
por Jose Angel Garcia
?De que nos habla la felicidad en sus principios?

La felicidad originaria nos habla del principio del hombre, que surgio del amor y ha dado comienzo al amor. Y esto sucedio de modo irrevocable, apesar del pecado sucesivo de la muerte. Al ser creados por amor y para amar, le unica y verdadera felicidad consiste en la donacion de la propia existencia por el bien de los demas, ya lo dice el texto sagrado, "hay mas alegria en dar que en recivir". Esto, solo es posible en la medida que la persona reconoce, hacepta y vive conforme a su propia escencia.

Re: 16. Inocencia, felicidad, pureza de corazón

NotaPublicado: Mar Jul 30, 2013 12:16 pm
por pitalux
¿De que nos habla la felicidad en sus principios?
La felicidad es el arraigarse en el AMOR....Dios es EL Amor en persona...en el principio,fuimos crador por EL AMOR,mismo ,semejantes a EL...esto es que seremos felices si reconociendo lo que somos en escencia y totalidad glorificamos a Dios siendo y Haciendo para lo que NOS CREO...donandonos lirbe y totalmente a otro(a) sexualmente (vocacion al matrimono) y a los demás y mas aun ,si a la manera de Cristo (Vocacion Sacerdotal..religiosa).La felicidad se experimenta DANDOSE.

Re: 16. Inocencia, felicidad, pureza de corazón

NotaPublicado: Mar Jul 30, 2013 12:39 pm
por patricio
¿De que nos habla la felicidad en sus principios?

La felicidad nos habla del don y del acto de donar, delineada en los primeros capítulos del Génesis, como de la creación, confirma que la irradiación del amor es parte integrante de este mismo misterio. Sólo el amor crea el bien y, en definitiva, sólo puede ser percibido en todas sus dimensiones y perfiles a través de las cosas creadas y sobre todo del hombre.
La felicidad originaria, el "principio" beatificante del hombre a quien Dios creó "varón y mujer" (Gén 1, 27), el significado esponsalicio del cuerpo en su desnudez originaria: todo esto expresa el arraigo en el amor.
La felicidad es el arraigarse en el amor; la felicidad originaria nos habla del "principio" del hombre, que surgió del amor y ha dado comienzo al amor. Y esto sucedió de modo irrevocable, a pesar del pecado sucesivo y de la muerte. A su tiempo, Cristo será testigo de este amor irreversible del Creador y Padre, que ya se había manifestado en el misterio de la creación y en la gracia de la inocencia originaria. Por esto también el "principio" común del varón y de la mujer, es decir, la verdad originaria de su cuerpo en la masculinidad y feminidad, hacia el que dirige nuestra atención el Génesis 2, 25, se puede definir también como inmunidad originaria y beatificante de la vergüenza por efecto del amor.
Aunque la inocencia originaria hable sobre todo del don del Creador, de la gracia que ha hecho posible al hombre vivir el sentido de la donación primaria del mundo, y en particular el sentido de la donación recíproca del uno al otro a través de la masculinidad y feminidad en este mundo, sin embargo esta inocencia parece referirse ante todo al estado interior del humano, de la voluntad humana. Esto es la felicidad en sus principios y en su perfección que venía configurada por el Creador.

Re: 16. Inocencia, felicidad, pureza de corazón

NotaPublicado: Mar Jul 30, 2013 2:03 pm
por oscar2
la inocencia y la pureza nacen del amor del corazón, todo es perfecto en lo hecho por Dios, nuestros cuerpos son perfectos en cuanto a celebrar sus funciones, si no le descubres la impureza, el cuerpo seguirá trabajando en la inocencia, que sería la normalidad de vivir para todos, lo cual lo haría seguir viviendo en el amor y respeto a sí mismo y a los demás...ésto no evitaría el poder cumplir la misión más importante que Dios le ha asignado, poblar la tierra, ya que esa función en el amor sería cosa natural...Del amor nace todo lo bueno que el Padre nos ha dado y nos seguirá dando...de la impureza nace todo lo que de las miserias del hombre carne, brota, partiendo de: egoísmo, envidia, morbosidad, lujuria, tentación....Saludos
Oscar 2

Re: 16. Inocencia, felicidad, pureza de corazón

NotaPublicado: Mar Jul 30, 2013 2:09 pm
por NELSON
PREGUNTA: ¿DE QUÉ NOS HABLA LA FELICIDAD EN SUS PRINCIPIOS?
LA FELICIDAD ORIGINARIA NOS HABLA DEL "PRINCIPIO" DEL HOMBRE, QUE SURGIÓ DEL AMOR Y HA DADO COMIENZO AL AMOR. Y ESTO SUCEDIÓ DE MODO IRREVOCABLE, A PESAR DEL PECADO SUCESIVO Y DE LA MUERTE. A SU TIEMPO, CRISTO SERÁ TESTIGO DE ESTE AMOR IRREVERSIBLE DEL CREADOR Y PADRE, QUE YA SE HABÍA MANIFESTADO EN EL MISTERIO DE LA CREACIÓN Y EN LA GRACIA DE LA INOCENCIA ORIGINARIA. Y POR ESTO TAMBIÉN EL "PRINCIPIO" COMÚN DEL VARÓN Y DE LA MUJER, ES DECIR, LA VERDAD ORIGINARIA DE SU CUERPO EN LA MASCULINIDAD Y FEMINIDAD, HACIA EL QUE DIRIGE NUESTRA ATENCIÓN EL GÉNESIS 2, 25, NO CONOCE LA VERGÜENZA. ESTE "PRINCIPIO" SE PUEDE DEFINIR TAMBIÉN COMO INMUNIDAD ORIGINARIA Y BEATIFICANTE DE LA VERGÜENZA POR EFECTO DEL AMOR.

Re: 16. Inocencia, felicidad, pureza de corazón

NotaPublicado: Mar Jul 30, 2013 2:17 pm
por Jeanette Palacios
¿De que nos habla la felicidad en sus principios?

La felicidad en su principio nos habla de donacion y gracia que el hombre surgio del amor y que ha dado comienzo al amor. Solo el amor crea el bien, y la creacion confirma que la irradiacion del amor es parte integrante de este misterio. La Felicidad originaria, y el principio beatificante del hombre a quien Dios creo como varon y mujer y la donacion coherente entre ellos se remota entre las raices mas profundas de la conciencia y subconciencia la experiencia del cuerpo que da testimonio del arraigo en el amor.

Tambien la felicidad en sus principios nos habla de la inocencia originaria que excluye la verguenza del cuerpo en la relacion Varon-Mujer, elimina su necesidad en el hombre en su corazon o sea en su conciencia.

Re: 16. Inocencia, felicidad, pureza de corazón

NotaPublicado: Mar Jul 30, 2013 2:39 pm
por Maria 2
¿De que nos habla la felicidad en sus principios?

La realidad del don y del acto de donar, confirma que la irradiación del amor es parte integrante de este mismo misterio. Sólo el amor crea el bien y sólo puede ser percibido en todas sus dimensiones y perfiles a través de las cosas creadas y sobre todo del hombre.

La felicidad originaria, el “principio” beatificante del hombre a quien Dios creó “varón y mujer” (Gén 1, 27), el significado esponsalicio del cuerpo en su desnudez originaria: todo esto expresa el arraigo en el amor. Este donar coherente, que se remonta hasta las raíces más profundas de la conciencia y de la subconsciencia de ambos, varón y mujer, y que se refleja en su recíproca “experiencia del cuerpo”, da testimonio del arraigo en el amor.

La felicidad es el arraigarse en el amor. La felicidad originaria nos habla del “principio” del hombre, que surgió del amor y ha dado comienzo al amor. Y esto sucedió de modo irrevocable, a pesar del pecado sucesivo y de la muerte. A su tiempo, Cristo será testigo de este amor irreversible del Creador y Padre, que ya se había manifestado en el misterio de la creación y en la gracia de la inocencia originaria. Y por esto también el “principio” común del varón y de la mujer, es decir, la verdad originaria de su cuerpo en la masculinidad y feminidad, hacia el que dirige nuestra atención el Génesis 2, 25, no conoce la vergüenza. Este “principio” se puede definir también como inmunidad originaria y beatificante de la vergüenza por efecto del amor.

COMENTARIO:

Se entiende que la felicidad originaria responde al principio beatificante que hace feliz al hombre (varón y mujer) por medio del amor arraigado entre esos dos seres y ese amor es producto del significado esponsalicio del cuerpo, el cual como manifestación y creación divina los vincula de manera recíproca entre ambos seres.

Un abrazo y hasta pronto.

Re: 16. Inocencia, felicidad, pureza de corazón

NotaPublicado: Mar Jul 30, 2013 2:59 pm
por yanuf
La felicidad es el arraigarse en el amor. La felicidad originaria nos habla del “principio” del hombre, que surgió del amor y ha dado comienzo al amor. Y esto sucedió de modo irrevocable, a pesar del pecado sucesivo y de la muerte. A su tiempo, Cristo será testigo de este amor irreversible del Creador y Padre, que ya se había manifestado en el misterio de la creación y en la gracia de la inocencia originaria. Y por esto también el “principio” común del varón y de la mujer, es decir, la verdad originaria de su cuerpo en la masculinidad y feminidad, hacia el que dirige nuestra atención el Génesis 2, 25, no conoce la vergüenza. Este “principio” se puede definir también como inmunidad originaria y beatificante de la vergüenza por efecto del amor.

Re: 16. Inocencia, felicidad, pureza de corazón

NotaPublicado: Mar Jul 30, 2013 4:04 pm
por Gabriela S
La felicidad comprende vivir en amistad con Dios y en tener claro que ese amor que recibimos gratuitamente de Dios, debe ser compartido. Así mismo, contempla la donación mutua y la inocencia, "sed como niños", inocencia y pureza de corazón

Re: 16. Inocencia, felicidad, pureza de corazón

NotaPublicado: Mar Jul 30, 2013 4:32 pm
por miguelrobles
Pregunta: ¿De qué nos habla la felicidad en sus principios?

Nos habla del "principio" del hombre, de que su origen surgió del amor y este amor dio comienzo al amor. Amor, motor de la humanidad.
“Amaras al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente, este es el mayor y el primer mandamiento. El segundo es semejante a este: Amaras a tu prójimo como a ti mismo, de estos dos mandamientos penden toda la Ley y los profetas. (Mt 22: 37 – 40)

Luz y Sal

Miguel Robles

Re: 16. Inocencia, felicidad, pureza de corazón

NotaPublicado: Mar Jul 30, 2013 5:37 pm
por marthademorones
¿De qué nos habla la felicidad en sus principios?
La felicidad es el arraigarse en el amor. La felicidad originaria nos habla del "principio" del hombre, que surgió del amor y ha dado comienzo al amor.
Nos dice que nosotros nacimos por el gran amor que nos tuvo y nos tiene Dios para crearnos, todo lo que gira a nuestro alrededor es gracias al gran amor que nos tiene, por eso debemos vivir pensando en que si tenemos amor seremos felices y no esperando las cosas materiales para poder ser felices, ya que nunca podremos serlo por que siempre nos faltara algo y cuando lo tenemos buscamos otra cosa.

Re: 16. Inocencia, felicidad, pureza de corazón

NotaPublicado: Mar Jul 30, 2013 9:22 pm
por Teresita de Garoz
¿ De qué nos habla la felicidad en sus principios ?

La felicidad es el arraigarse en el amor.
La felicidad originaria nos habla del "principio" del hombre, que surgió del amor y ha dado comienzo al amor. Y esto sucedió de modo irrevocable, a pesar del pecado sucesivo y de la muerte.
A su tiempo, Cristo será testigo de este amor irreversible del Creador y Padre, que ya se había manifestado en el misterio de la creación y en la gracia de la inocencia originaria. Y por esto también el "principio" común del varón y de la mujer, es decir, la verdad originaria de su cuerpo en la masculinidad y feminidad.
Este "principio" se puede definir también como inmunidad originaria y beatificante de la vergüenza por efecto del amor.

Re: 16. Inocencia, felicidad, pureza de corazón

NotaPublicado: Mar Jul 30, 2013 9:38 pm
por Maria Rosario
La felicidad nos habla del "principio" del hombre, que surgió del amor y ha dado comienzo al amor. Y esto sucedió de modo irrevocable, a pesar del pecado sucesivo y de la muerte.