1. Ratisbona es uno de los centros de música mencionados en la lección. ¿Cuál es la relación de esta ciudad con el Santo Padre Benedicto XVI? ¿Sabía usted que el Papa actual es músico? Vea
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El Papa Benedicto XVI fue docente y Vicerector de la facultad de teologia dogmatica de la universidadde Ratisbona, reconocida por ser un centro cultural de primer nivel, comparado con Munich, Niurember y Tugingen. En 2006 es invitado a la Universidad, con el tema Fe , razón y Universidad- Recuerdos y Reflexiones ", para permitir el diálogo entre culturas y religiones. Y a un concierto que él agradece participando hermosas reflexiones a cerca de la música, como las que constantemente hemos escuchado durante su papado. Un Santo Padre culto, sumamente inteligente, músico, pianista, quien conoce y ha sido testigo del significado del canto, la música y el arte, como medio que favorecen el diálogo entre el hombre y Dios. Como esta bella oración en el periódico Infocatólicos que nos refirieron en la lección:
"Hay una profunda parentela entre la música y la esperanza, entre el canto y la vida eterna: no en vano la tradición cristiana muestra los espíritus beatos mientras cantan en coro, tomados y extasiados de la belleza de Dios. El arte auténtico, como la oración, no nos aleja de la realidad de cada día, sino que nos devuelve a ella para ‘regarla’ y hacerla germinar para que dé frutos de bien y de paz“,
Yo sí sabía que el Papa era músico, pero de todas formas él lo expresa constantemente y de una bella forma en el cd, en donde con sus palabras habla de la importancia del canto gregoriano, Mozart, Hydn…mientras sobreviva la tradición musical católica, sobrevivirá nuestra fe.
2. Con estas dos cosas en mente, ¿qué importancia piensa que le dará el Santo Padre a la música litúrgica? ¿Cómo se prepararía si fuera el encargado de música de una parroquia para responder a sus posibles futuras demandas?
Desde que he escuchado su actuar como Cardenal Ratzinger, el Papa ha luchado, invitado e insistido en que debemos de procura la cultura, de manera particular estudiar música y canto. Difundiendo la importancia que tiene, convocando a los músicos, motivando para ofrecer a Dios algo digno de su grandeza. El Santo Padre destacó que tanto la música sacra como el canto "son más que un embellecimiento del culto", pues "ellos mismos son parte de la acción litúrgica".
Con respecto a las parroquias, lo que veo es el inmenso trabajo que tienen los párrocos y los sacerdotes en darle servicio a tantos fieles. Por lo que se me hace sumamente difícil que tengan el tiempo de estudiar. No conozco bien el trabajo de los seminarios, en donde sería maravilloso tener preparación musical, pero lo que sí me queda claro es que se debería de revaluar el reconocimiento de los músicos. De quienes a parte de su gusto, amor por la música, conozcan la teoría musical, la historia de la música, de manera particular la música sacra. Que conozcan los documentos, y que sepan adaptarlos a la comunidad. Como pueden ser la misa de niños, de jóvenes, que es ahí en donde se sientan las bases para reconocer ese don que da la música sacra. Que los fieles no se asusten al escuchar los cantos propios de la liturgia. Pero también habría que pensar en remunerar justamente a los músicos como se debe a cualquier profesionista. Ya que al devaluar su trabajo, se pierde mucho más de lo que se pudiera ahorrar. Sobre todo el poder acercar por este medio esencial para que el corazón triste, solo y asustado de tantas personas, encuentren a través de la llave de la música, una puerta para encontrarse con Dios. Tener un “cantor o maestro de capilla” para que promueva, revise y aliente el canto apropiado para la liturgia.
Eso de manera particular lo hemos visto con nuestro coro, dirigido por Enrique Caballero, director, músico y organista, quien estudio en la Escuela de Música Cardenal Miranda y luego en el Pontificio Istituto di Musica Sacra di Roma. Poco a poco nos ha llevado a conocer los cantos gregorianos, la música litúrgica de tal manera que ahora estoy estudiando este maravilloso curso.
3. Escriba en 100 letras o menos el significado de “Cecilianismo”.
Es un movimiento que aparece en el siglo XIX, que lleva el nombre de Santa Cecilia, patrona católica de la música, que busca, después de tantos desarrollos de estilos musicales, buscar y limitar la música asociada a la actividad religiosa, que basada en la tradición, pudiera dar respuesta a la necesidad espiritual de la comunidad, volviendo a la música sacra Antigua, considerándola como modelo formal, fuente de inspiración y expresión adecuada entre la música y el culto. Este movimiento sobrevive a las primeras décadas del siglo XX.
4. La polifonía moderna aparece como una respuesta a los retos que planteaba el motu propio. Tomando a esta escuela como modelo, ¿qué lecciones nos da para enfrentar los requerimientos que aparecieron a partir del Vaticano II en el tema de la música?
- Busca la participación activa de los fieles en la asamblea por medio del canto, que debe expresar la santidad y bondad de las formas, de donde nace su carácter de universalidad.
- Llevar el canto gregoriano a su pureza original y desarrollo de una verdadera polifonía espiritual al servicio del culto y como parte de éste.
- Ésta música es primariamente vocal, pero también necesita de los instrumentos musicales que la sostengan; por tanto, se pueden admitir otros instrumentos, a juicio y con el consentimiento de la autoridad eclesiástica territorial competente. Como el canto debe dominar siempre, el órgano y los demás instrumentos deben sostenerlo sencillamente, y no oprimirlo.
- En los seminarios de clérigos y en los institutos eclesiásticos se ha de cultivar con amor y diligencia la enseñanza y la práctica musical en los seminarios, en los noviciados de religiosos de ambos sexos y en las casas de estudios, así como también en los demás institutos y escuelas católicas; para que se pueda impartir esta enseñanza.
Lo que es importante recalcar, es como el Papa sugiere, por la experiencia de la vida de la Iglesia, un medio concreto para que la música tenga el valor que le corresponde, nos invita a revalorar el objeto y la función de la música sacra. Y es nuestro deber escuchar esa invitación, sabiendo que la Iglesia tiene al Espíritu Santo, quien seguramente sabe lo que necesitamos.