Tema V: La sexualidad y la santidad

Dios crea al hombre para darle a conocer su amor
El curso contiene la catequesis de Juan Pablo II sobre el cuerpo humano y el sentido de la sexualidad humana. Esta serie de enseñanzas fueron impartidas los primeros cinco años de su pontificado, entre los años 1979 y 1984.

Fecha de inicio del curso: 17 de Abril 2012

Fecha de finalización del curso: 11 de Junio 2012

Periodicidad: Semanal

Moderadores: monik, Catholic.net, acmargalef, Gabriela Vega, Ana Cecilia Margalef, Effy De Lille, Moderadores Animadores

Re: Tema V: La sexualidad y la santidad

Notapor anam46 » Mié May 16, 2012 2:41 pm

Con inmensa alegría doy respuesta al cuestionario correspondiente al TEMA V.-

1.- RELACIÓN ENTRE HUMANAE VITAE Y LENGUAJE DEL CUERPO.-
La relación que existe entre ambos aspectos está determinada por la:
- Sacramentalidad del matrimonio
- Inseparable dimensión unitiva y procreativa
Por ello la unión entre los esposos pone de manifiesto el amor y la fecundidad potencial cuando los aspectos unitivo y procreativo pertenecen a la verdad íntima del acto conyugal. Si este es privado de su verdad más profunda deja de ser un acto de amor.

2.- RECTITUD DE LA NORMA ENSEÑADA POR LA IGLESIA.-
La norma posee una plena justificación pues el hombre debe comprender el acto conyugal desde la antropología bíblica y el significado que esta tiene para la doctrina moral.
La norma se vincula de manera especial con la problemática que el hombre tiene en cuanto a su cuerpo y como consecuencias, los resultados que aparecen cuando se disocia el significado de dicho acto. De la entrega plena por amor se pasa a la concupiscencia.

3.- LOS ESPOSOS Y EL LENGUAJE DE LOS CUERPOS.-
Cuando los esposos se reconocen desde la sacramentalidad matrimonial, pueden comprender la integridad del lenguaje y el significado de la entrega del uno al otro. La regulación natural del cuerpo les permiti respetarse desde una profunda dimensión ética pudiendo llegar a una maternidad o paternidad responsable.
Cuando esto no sucede aparecen situaciones opuestas a la profunda naturaleza del acto conyugal ( aborto, esterilización, anticonceptivos)
Cuando entre los esposos desaparece el sentido de comunión entre ellos, se abre el camino a la infidelidad o nace la sensación de sentirse instrumento para el simple goce corporal del otro.

4.- PODER DE LA CONSAGRACIÓN SACRAMENTAL CONYUGAL.-
El poder que brota desde eta consagración es la fuerza de la unión común, la entrega plena y sin reservas con la totalidad de lo que cada uno es. Por ello el matrimonio y la verdadera naturaleza del amor deben ser considerados desde su fuente suprema: Dios, amor pleno.
El matrimonio es la institución creada por Dios para realizar en la humanidad su designio de amor y para que los esposos puedan colaborar con Él en la formación de las nuevas generaciones.

5.- CASTIDAD Y PIEDAD.-
La CASTIDAD permite que los esposos desarrollen toda las dimensiones del lenguaje del cuerpo y eviten que el acto conyugal solo sea liberación de las tensiones sexuales.
La CASTIDAD permite una comunión profunda ,una verdadera convicción y una maternidad responsable.
El alejamiento de la castidad también aleja de la Eucaristía, plena vocación nupcial de los cuerpos.
La PIEDAD es la única que nos permite admitir la profunda dependencia que tenemos con Dios y reconocer que no somos dueños de la vida sino que ella es obra de Dios.

Para poder alejarnos de la impiedad y la manipulación ética que las políticas actuales pretenden imponer sobre los ciudadanos, se requiere de conceptos claros vinculados con los temas hoy tratados, comprometidos e iluminados desde la fe.
Desde Argentina me despido de todos con un cálido abrazo pleno de amor cristiano. Ana María
anam46
 
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Re: Tema V: La sexualidad y la santidad

Notapor FranCr » Mié May 16, 2012 6:45 pm

1.El lenguaje del cuerpo que se refiere a la complete unión y entrega total de alma y cuerpo entre los cónyuges a través del acto conyugal se relaciona con la inseparable dimensión unitiva y procreativa del acto conyugal en el sentido en que el acto es una comunión total sin reserva. No me entrego a “Juanito” totalmente si restrinjo algún aspecto de esa entrega. Si hablo de dimensión unitiva y procreativa me refiero a que tanto como me entrego, estoy abierta a la dimensión procreativa que esto conlleva.

2.Para justificar la rectitud de la norma, la Iglesia establece que no es licito separar artificialmente el significado unitivo del procreador. Es decir, considera que el acto conyugal privado de su verdad interior al ser privado artificialmente de su capacidad procreadora, deja de ser acto de amor. Por tanto considera ilícito los mecanismos anticonceptivos artificiales que intentan separar esta dimensión inseparable del acto conyugal. Todo lo que tienda a disociar esta unidad y procreación es contrario a la ley de la verdad del amor porque viola el orden interior de la comunión conyugal. Incluso el recurrir a los métodos naturales considerándolos una técnica y no una actitud ética, entonces se les convierte en métodos de anticoncepción.

3. Metodos naturales para el control de la natalidad pueden ser para que los esposos eviten el embarazo, siempre y cuando los usen con una actitud ética, discerniendo una exigencia de la verdad del lenguaje de los cuerpos. Es decir, sin disociar el aspecto unitivo y procreativo del acto conyugal.

4. Mediante la consagración a los sacramentos de la eucaristía y la penitencia los esposos van por el camino de alcanzar la santidad. Mediante la eucaristía los esposos obtienen la fuerza y el modelo a seguir. Es como la bencina que alimenta su matrimonio y su vida, de donde sacan fuerzas para continuar a pesar de las contrariedades. Al mismo tiempo tienen ahí el mejor modelo a seguir.
De la penitencia pueden obtener ese reconocimiento de grandeza del llamado aceptando que no estamos a la altura y que caeremos una y mil veces, pero que mediante el acceso a la penitencia podemos volver a intentarlo. No esta todo perdido, podemos seguir y volver a comenzar una y otra vez para enrielarnos en este camino de Santidad gracias a la penitencia.

5.La castidad es una virtud que permite una comunicación mas profunda y alcanzar una verdadera libertad. La castidad permite desarrollar a los esposos todas las dimensiones del lenguaje del cuerpo y evita que el acto conyugal se convierta en solo una liberación de instintos sexuales. Permite mayor riqueza de comunión en la comunicación haciendo espacio al afecto, ternura, y expresiones no específicamente sexuales. No es solo capacidad de resistencia a los llamados de la concupiscencia, sino riqueza en la comunicación. El ejercicio de la castidad constitue la via de santidad propia de los esposos. Se relaciona con la piedad en el sentido de que no somos los señores y dueños de la vida. Que debemos entregarnos en el acto conyugal siempre abiertos a lo que Dios quiera y según como El lo quiera, porque somos instrumentos y no dueños. Que Dios obre en nosotros. La piedad nos hace admitir que necesitamos a Dios, y que no somos lo suficientemente fuertes como para alcanzar todo lo que deseamos. Necesitamos su ayuda, para ser castos y alcanzar la santidad.
FranCr
 
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Re: Tema V: La sexualidad y la santidad

Notapor Gisele+ » Mié May 16, 2012 6:53 pm

1. ¿Cómo se relaciona la norma moral de Humanae Vitae y la verdad del “lenguaje del cuerpo”?
Ambas están relacionadas y consideran que el amor conyugal debe estar regido por su fuente suprema, Dios que es Amor El matrimonio es una sabia y providencial institución del Creador para realizar en la humanidad su designio de amor. Los esposos, mediante su recíproca donación personal, propia y exclusiva tienden a la comunión de sus seres en orden a un mutuo perfeccionamiento personal, para colaborar con Dios en la generación y en la educación de nuevas vidas. Ambas igualmente especifican que el acto conyugal debe estar abierto a la transmisión de la vida y no es lícito separar artificialmente el significado unitivo del procreativo, porque tanto uno como el otro pertenecen a la verdad íntima del acto conyugal. Este si queda privado de su verdad interior, al ser privado artificialmente de su capacidad procreadora, deja también de ser un acto de amor.
JP II sitúa las prescripciones éticas de Humanae Vitae a la luz de la Teología del Cuerpo, facilitando la aceptación de sus exigencias, buscando comprender esas prescripciones a la luz de la antropología bíblica.

2. ¿Cómo se justifica la rectitud de la norma enseñada por la Iglesia y su “practicabilidad”?
El acto sexual es un lenguaje de comunión de los cuerpos propio de los esposos. La comunión de las personas supone la integridad del lenguaje de los cuerpos, que sea un lenguaje total y verdadero. Si lo mutilo, disociando las dos significaciones del acto conyugal (unitivo y procreativo) ya no puedo alcanzar la verdad plena de lo que es, puede haber una unión corporal y física, pero no una comunión de personas.
3. ¿Cómo pueden los esposos evitar el embarazo y a la vez respetar el verdadero “lenguaje del cuerpo”?
Se reconocen como lícitos los métodos naturales de regulación de los nacimientos basados en la observación de los ritmos de la fertilidad, que permiten recurrir a los períodos infecundos cuando los esposos estiman en conciencia y en un proceso de paternidad-maternidad responsable que no deben acoger una nueva vida. Es preciso recurrir a estos métodos sin convertirlos en una “técnica” sino con una actitud ética, discerniendo una exigencia de la verdad del lenguaje de los cuerpos. Sin embargo, hay una manera de usar los métodos naturales que forma parte de una “mentalidad anticonceptiva” cuando son elegidos a causa de las ventajas técnicas que pudieran presentar estos métodos respecto a la anticoncepción química o mecánica (eficacia, ecología, comodidad, economía) y con un rechazo determinado de la apertura del acto conyugal a la vida. Con esta actitud, los métodos naturales se convierten en simples medios de “anticoncepción natural”.
4. ¿Cuál es el poder que brota de la “consagración” sacramental conyugal?
Los esposos toman fuerza de la Eucaristía, que es el sacramento nupcial por excelencia, donde Cristo se entrega de manera nupcial a los miembros de su Iglesia. Encuentran en ella el modelo mismo de su unión.
También sacan fuerza recurriendo al sacramento de la penitencia y reconociendo que a veces no están a la altura de la grandeza de la norma, aceptando humildemente sus límites. La gracia santificante que se derrama en el sacramento los fortifica.

5. ¿A qué se refiere la virtud de la castidad y cómo se relaciona con el don de la piedad?
La castidad, o autodominio de sí, es la virtud de la continencia. No debe ser considerada sólo como una capacidad de resistencia a las llamadas de la concupiscencia, sino como una condición positiva de la riqueza de la comunicación de los esposos en todos los registros posibles de esta comunicación y no sólo en el registro sexual. Esta permite el contexto mismo del acto conyugal, una mayor riqueza de comunión en la comunicación haciendo sitio en ella al afecto, a la ternura y a las expresiones no específicamente sexuales de la comunicación de los esposos. La castidad nos hace capaces de sacrificar o de crucificar nuestra propia carne. Los esposos están llamados a progresar en santidad, haciendo de cada acto conyugal un acto de la entrega más total en la castidad.
Esta plena realización de la comunión de las personas no es posible sin los dones del Espíritu Santo y en particular del don de la piedad, que nos permite considerarnos como hijos respecto de Dios, dejarnos gobernar por Él, porque le reconocemos como Padre y Señor. Nos hace admitir nuestra dependencia a Dios, reconocer que no somos dueños de nuestra vida, sino que la vida es obra de Dios. Que dependemos filialmente de Él como Padre y como fuente de vida. De ahí, que a la luz del don de la piedad, todo acto conyugal convierte a los esposos en ministros, en siervos del don de la vida.
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Re: Tema V: La sexualidad y la santidad

Notapor jucame63 » Mié May 16, 2012 8:20 pm

1. ¿Cómo se relaciona la norma moral de Humanae Vitae y la verdad del lenguaje del cuerpo”?

"La verdadera naturaleza y nobleza del amor conyugal se revelan cuando éste es considerado en su fuente suprema, Dios, que es Amor, ´el Padre de quien procede toda paternidad en el cielo y en la tierra´ (Ef 3, 15).
El matrimonio no es, por tanto, efecto de la casualidad o producto de la evolución de fuerzas naturales inconscientes; es una sabia y providencial institución del Creador para realizar en la humanidad su designio de amor. Los esposos, mediante su recíproca donación personal, propia y exclusiva de ellos, tienden a la comunión de sus seres en orden a un mutuo perfeccionamiento personal, para colaborar con Dios en la generación y en la educación de nuevas vidas”[3].

Como dice Juan Pablo II: "Según el criterio de esta verdad que debe expresarse con el ´lenguaje del cuerpo´, el- acto conyugal ´significa´ no sólo el amor, sino también la fecundidad potencial, y por esto no puede ser privado de su pleno y adecuado significado mediante intervenciones artificiales. En el acto conyugal no es lícito separar artificialmente el significado unitivo del significado procreador, porque uno y otro pertenecen a la verdad íntima del acto conyugal: uno se realiza juntamente con el otro y, en cierto sentido, el uno a través del otro. Así enseña la Encíclica (cf-. Humanae Vitae, 12). Por lo tanto, en este caso el acto conyugal, privado de su verdad interior, al ser privado artificialmente de su capacidad procreadora, deja también de ser acto de amor"[4].

2. ¿Cómo se justifica la rectitud de la norma enseñada por la Iglesia y su practicabilidad”?

Las consecuencias de esta norma se imponen casi por sí mismas: todo lo que tienda a disociar las dos significaciones fundamentales del acto conyugal (unitivo y procreativo) tiene que ser proscrito como contrario a la ley de la verdad del amor.

Entre los actos que deben ser -rechazados, por apuntar a disociar las dos significaciones del acto conyugal, se encuentran, por una parte, todos los que equivalen a excluir las consecuencias procreadoras del acto conyugal.
En primer lugar y del modo más grave, el aborto, que pone fin a un proceso de generación ya iniciado y equivale a suprimir la vida humana. Asimismo la esterilización, que tiene como consecuencia suprimir definitivamente toda posibilidad de procreación, así como el uso de los medios anticonceptivos mecánicos o químicos y, de modo general, todos los actos que apunten a impedir artificialmente que el acto conyugal pueda dar lugar a la aparición de una vida nueva y a trabar el proceso natural de la generación.


3. ¿Cómo pueden los esposos evitar el embarazo y a la vez respetar el verdadero lenguaje del cuerpo”?

Se reconocen como lícitos los métodos naturales de regulación de los nacimientos basados en la observación de los ritmos de la fertilidad, que permiten recurrir a los períodos infecundos cuando los esposos estiman en conciencia y en un proceso de paternidad-maternidad responsable que no deben acoger una nueva vida[5]. Como hace notar la encíclica, la diferencia con la anticoncepción .es manifiesta: "en el primero (métodos naturales) los cónyuges se sirven legítimamente de una disposición natural; en el segundo (anticoncepción) impiden el desarrollo de los procesos naturales".
Con todo, todavía es necesario precisar que no basta con recurrir a los métodos naturales de regulación de los nacimientos y abstenerse del uso de los medios anticonceptivos para situarse en conformidad con la norma ética. Es preciso también recurrir a ellos sin convertirlos en una "técnica", sino con una actitud ética, es decir, discerniendo una exigencia de la verdad del lenguaje de los cuerpos. Hay una manera de usar los métodos naturales que forma parte de una "mentalidad anticonceptiva" cuando son elegidos a causa de las ventajas técnicas que pudieran presentar estos métodos respecto a la anticoncepción química o mecánica (eficacia, ecología, comodidad, economía) y con un rechazo determinado de la apertura del acto conyugal a la vida. Con esta actitud, los métodos naturales se convierten en simples medios de "anticoncepción natural". Como señala Juan Pablo II:

"En el modo corriente de pensar acontece con frecuencia que el ´método´ [natural], desvinculado de la dimensión ética que le es propia, se pone en acto de modo meramente funcional y hasta utilitario. Separando el ´método natural´ de la dimensión ética, se deja de percibir la diferencia existente entre éste y otros ´métodos´ (medios artificiales) y se llega a hablar de él como si se tratase sólo de una forma diversa de anticoncepción"[6].

4. ¿Cuál es el poder que brota de la consagración sacramental conyugal?

Si resumimos la manera como esta "Teología del cuerpo ilumina y fundamenta la norma ética, se ve que todo se basa en que el acto sexual es, en primer lugar, un lenguaje de comunión, el lenguaje de la comunión de los cuerpos propio de los esposos. La comunión de las personas supone la integridad del lenguaje de los cuerpos: supone que este lenguaje sea un lenguaje total y verdadero. Si lo mutilo, especialmente disociando las dos significaciones del acto conyugal, obro de suerte que éste ya no puede alcanzar la verdad plena de lo que él es y, por consiguiente, puede haber una unión corporal y física, pero no una comunión de las personas.
Para que exista comunión, es preciso que se reúnan las dos condiciones de la entrega de las personas. No se trata sólo de querer el bien del otro en el acto conyugal y de sacrificar nuestras tendencias egoístas; se trata de entregarse plenamente y sin reservas, con la totalidad de lo que somos. Pero esta entrega total no es posible si se produce una disociación entre las dos significaciones del acto conyugal.


5. ¿A qué se refiere la virtud de la castidad y cómo se relaciona con el don de la piedad?

"Si la castidad conyugal (y la castidad en general) -dice Juan Pablo II se manifiesta, en primer lugar, como capacidad de resistir a la concupiscencia de la carne, luego gradualmente se revela como capacidad singular de percibir, amar y realizar esos significados del lenguaje del cuerpo´, que permanecen totalmente desconocidos para la concupiscencia misma y que progresivamente enriquecen el diálogo nupcial de los cónyuges, purificándolo, profundizándolo y, a la vez, simplificándolo"[15].

La castidad es así un esfuerzo de liberación que permite una comunicación mayor y más rica, mientras que la sumisión a la concupiscencia es un empobrecimiento de esta misma comunicación. La castidad adquiere entonces una incontestable significación humanista.

"De este modo la castidad desarrolla la ´comunión personal del hombre y de la mujer, comunión que no puede formarse y desarrollarse en la plena verdad de sus posibilidades, únicamente en el terreno de la concupiscencia. Esto es lo que afirma precisamente la encíclica Humanae Vitae»[16].

En la audiencia del 14 de noviembre de 1984, Juan Pablo II dijo que la plena realización de la comunión de las personas no es posible sin los dones del Espíritu Santo y en particular del don de la piedad.

Es el don del Espíritu Santo el que nos permite consideramos respecto a Dios como hijos que se dejan gobernar por Él, porque le reconocemos primero como Padre más que como Señor soberano del universo.
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Re: Tema V: La sexualidad y la santidad

Notapor marisa725 » Jue May 17, 2012 12:10 am

1.- ¿ Cómo se relaciona la norma moral de Humanae Vitae y la verdad del " lenguaje del cuerpo " ?
Juan Pablo II nos propone con la " Teología del cuerpo " otro enfoque para justificar la norma ética fundamental de las relaciones conyugales enunciada por la Humanae Vitae
"La retrovisión bíblica, denominada " Teología del cuerpo, nos ofrece otro enfoque para justificar la norma ética fundamental de las relaciones conyugales enunciada en la Humanae Vitae. También nos ofrece indirectamente, la confirmación de la verdad de la norma moral, contenida en la Hamanae Vitae.
Ésta otra vía es la de la antropología bíblica, que puede hablar a todos los hombres de nuestro tiempo, incluidos los no cristianos.

2.- ¿ Cómo se justifica la rectitud de la norma enseñada por la Iglesia y su " practicabilidad ?
Juan Pablo II nos propone con la " Teología del Cuerpo" otro enfoque para justificar la norma ética fundamental de las relaciones conyugales enunciada por la Humanae Vitae. Se justifica desde la propia dignidad de la persona y en el verdadero amor y se vuelve practicable y no es una carga, sino el verdadero amor.
La comunión de los cuerpos será un lenguaje de entrega total.

3.- ¿ Cómo pueden los esposos evitar el embarazo y a la vez respetar el verdadero " lenguaje del cuerpo " ?
Deben conocerse mutuamente, conociendo los ciclos biológicos de la mujer.
Juan Pablo II nos invita a ponernos bajo la esfera de influencia de este don del Espíritu Santo, puesto que, especialmente en el marco de la vida conyugal, es el don que no permite reconocer que, nosotros no somos señores de todo, sino que dependemos filialmente de Dios, como Padre y como fuente de vida.
Juntos hombre y mujer deciden por la paternidad- maternidad responsable, pero dentro de la ética cristiana.

4.- ¿ Cuál es el poder que brota de la " consagración sacramental conyugal " ?
A partir de la luz del don de piedad, la consagración sacramental conyugal, convierte a los esposos en ministros, en siervos del don de la vida y que los hijos son una bendición. Y si no tuvieran hijos, el matrimonio debe estar abierto a la vida.

5.- ¿ A que se refiere la virtud de la castidad y cómo se relaciona con el don de piedad ?
Juan Pablo II llama la virtud de la continencia o de la castidad o también el " autodominio de si ". Éste autodominio, por el que se domina la concupiscencia, es el que permite vivir según las exigencias de la norma ética.
El ejercicio de la castidad constituye la vía de santidad propia de los esposos. La vida conyugal es un camino de verdadera santidad y ésta no está reservada a la vida religiosa. A través de la castidad, los esposos están llamados a ofrecer su carne, mutuamente tanto en el acto sexual como en las otras manifestaciones de la conyugalidad y del lenguaje de los cuerpos.
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Re: Tema V: La sexualidad y la santidad

Notapor Jenny_Ch » Jue May 17, 2012 11:05 am

1. ¿Cómo se relaciona la norma moral de Humanae Vitae y la verdad del “lenguaje del cuerpo”?
El amor conyugal está basado en su fuente eterna El amor de Dios Padre que otorga a los esposos esta posibilidad de total unión, de donarse en un 100% el uno al otro, en una plena comunión siempre dejando abierto el paso a una nueva vida que nazca de esta unión... me entrego totalmente cuando me uno y permito la procreación

2. ¿Cómo se justifica la rectitud de la norma enseñada por la Iglesia y su “practicabilidad”?
No se puede disociar el sentido unitivo y el procreacional del acto conyugal, pues privo al acto sexual de la total entrega y la comunión perfecta entre las dos personas De forma práctica el amor conyugal y la entrega sexual se justifica desde la propia dignidad de la persona y en el verdadero amor y se vuelve practicable basada en el amor y ese amor implica no poner barreras artificiales a la procreación.

3. ¿Cómo pueden los esposos evitar el embarazo y a la vez respetar el verdadero “lenguaje del cuerpo”?
Utilizando el método natural en donde basados en una paternidad responsable, se evalúa el ciclo de fecundidad de la mujer y se permite recurrir a los periodos infecundos, siempre basados en la etica cristiana, no convirtiendo este método en un mecanismo de utilización del otro.

4. ¿Cuál es el poder que brota de la “consagración” sacramental conyugal?
La Eucaristía es el sacramento nupcial por excelencia, y los esposos al entregarse totalmente entre sí replican esta comunión perfecta en la unión conyugal, la cual se perfecciona solamente cuando se permiten sus dos dimensiones de unidad y procreación.

5. ¿A qué se refiere la virtud de la castidad y cómo se relaciona con el don de la piedad?
la virtud de crucificar el cuerpo para una vida llena del amor de Dios y que alcanza la plena santidad, no solo para someter nuestras concupiscencias sino para llevar más alla la riqueza de la comunión y no solo llevarla a lo sexual sino una comunión a través del afecto y la ternura propia de esposos... el don de la piedad se relaciona pues es sentir y vivir de acuerdo a hijos de Dios dependientes de él en todo momento y tener en el matrimonio un amor más pleno que vaya mas alla de la entrega corporea, conviertiendo a los esposos en ministros del amor.
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Re: Tema V: La sexualidad y la santidad

Notapor Orlando_Cruz » Jue May 17, 2012 11:18 am

V. La sexualidad y la santidad
1. ¿Cómo se relaciona la norma moral de Humanae Vitae y la verdad del “lenguaje del cuerpo”?

No se puede pretender el separar el uno del otro, al tratar de buscar el amor verdadero como fuente de vida nos lleva a ese respeto del cuerpo como templo de Dios, al abandonar toda práctica que lleve peligrosamente a la desatención de este respeto, la atención del amor no significa que se desatienda el propósito mismo unitivo y pro-creativo del acto conyugal, atendiendo los parámetros de respeto a la vida y de respeto hacia nuestro cuerpo y hacia el cuerpo de esposo (a).

2. ¿Cómo se justifica la rectitud de la norma enseñada por la Iglesia y su “practicabilidad”?

La norma impartida por la iglesia es un método práctico y completo, permite el poder llevar una paternidad y maternidad responsable, sin violentar el propósito unitivo propio del acto conyugal, dando cabida a un periodo de castidad, en el cuál se tiene la oportunidad de poder profundizar en la unión conyugal, permitiendo que la base del matrimonio no sea únicamente a nivel corporal ni que dependa del acto físico como tal, que es al que se le reduce cuando se recurren a métodos anticonceptivos, para poder dar rienda suelta a los deseos carnales.

3. ¿Cómo pueden los esposos evitar el embarazo y a la vez respetar el verdadero “lenguaje del cuerpo”?

Por el método del ritmo, practicando el acto conyugal en los periodos no fértiles.

4. ¿Cuál es el poder que brota de la “consagración” sacramental conyugal?

El poder vivir plenamente la vocación del matrimonio y el tomar como modelo nupcial la eucaristía.

5. ¿A qué se refiere la virtud de la castidad y cómo se relaciona con el don de la piedad?

El don de la piedad como se menciona en el documento nos ayuda a reconocer que no somos dioses ni dueños de nuestra propia vida y nos ayuda a reconocer que es a través y pro gracia de Dios el que podemos disfrutarla, así como el acoger los hijos que en Dios decida darnos y también cuando decida no darnos aceptar con esa misma piedad esos designios, retomando el concepto de la paternidad y maternidad responsable, y cuando se halla tomado la decisión de que aún no es tiempo de acoger una nueva vida se puede tomar este periodo o periodos en donde no habrá un acto conyugal a la castidad dentro del Matrimonio, este periodo de Castidad permitirá que el acto conyugal no sea reducido o visto como un mero acto físico o que solo se tomado como un medio para procrear, permitiéndonos en este periodo el poder tener un discernimiento y un escrute de nuestro matrimonio en pareja.
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Re: Tema V: La sexualidad y la santidad

Notapor Phachita » Jue May 17, 2012 11:48 am

V. La sexualidad y la santidad
1. ¿Cómo se relaciona la norma moral de Humanae Vitae y la verdad del “lenguaje del cuerpo”?
Según el criterio de esta verdad que debe expresarse con el lenguaje del cuerpo, el acto conyugal ´significa´ no sólo el amor, sino también la fecundidad potencial, y por esto no puede ser privado de su pleno y adecuado significado mediante intervenciones artificiales. En el acto conyugal no es lícito separar artificialmente el significado unitivo del significado procreador, porque uno y otro pertenecen a la verdad íntima del acto conyugal: uno se realiza juntamente con el otro y, en cierto sentido, el uno a través del otro. Por lo tanto, en este caso el acto conyugal, privado de su verdad interior, al ser privado artificialmente de su capacidad procreadora, deja también de ser acto de amor

2. ¿Cómo se justifica la rectitud de la norma enseñada por la Iglesia y su “practicabilidad”?
Las consecuencias de esta norma se imponen casi por sí mismas: todo lo que tienda a disociar las dos significaciones fundamentales del acto conyugal tiene que ser proscrito como contrario a la ley de la verdad del amor. Entre los actos que deben ser -rechazados todos los que equivalen a excluir las consecuencias procreadoras del acto conyugal. En primer lugar y del modo más grave, el aborto, Asimismo la esterilización, así como el uso de los medios anticonceptivos mecánicos o químicos y, de modo general, todos los actos que apunten a impedir artificialmente que el acto conyugal pueda dar lugar a la aparición de una vida nueva y a trabar el proceso natural de la generación.

La desaparición de todo riesgo de aparición de una vida nueva abriría el camino a la infidelidad conyugal. Por otra parte, la anticoncepción expondría a la mujer a convertirse en un simple instrumento de goce egoísta para el hombre. Por último, se abriría el camino a la arbitrariedad de Autoridades Públicas despreocupadas de las exigencias morales y que podrían favorecer y hasta imponer a sus pueblos el método anticonceptivo que ellos juzgaren más eficaz.

3. ¿Cómo pueden los esposos evitar el embarazo y a la vez respetar el verdadero “lenguaje del cuerpo”?
Recurriendo a los métodos naturales de regulación de los nacimientos y abstenerse del uso de los medios anticonceptivos para situarse en conformidad con la norma ética. Es preciso también recurrir a ellos sin convertirlos en una "técnica", sino con una actitud ética, es decir, discerniendo una exigencia de la verdad del lenguaje de los cuerpos. Se reconocen como lícitos los métodos naturales de regulación de los nacimientos basados en la observación de los ritmos de la fertilidad, que permiten recurrir a los períodos infecundos cuando los esposos estiman en conciencia y en un proceso de paternidad-maternidad responsable que no deben acoger una nueva vida

4. ¿Cuál es el poder que brota de la “consagración” sacramental conyugal?
El dominio de la concupiscencia, es decir, lograr la virtud de la continencia o de la castidad o también el "autodominio de sí” .Este autodominio, por el que se domina la concupiscencia, es el que permite vivir según las exigencias de la norma ética. La castidad, es una riqueza, en el sentido de que permite una comunicación más profunda y alcanzar una verdadera libertad. La castidad permite, en el contexto mismo del acto conyugal, una mayor riqueza de comunión en la comunicación haciendo sitio en ella al afecto, a la ternura y a las expresiones no específicamente sexuales de la comunicación de los esposos. El acto sexual es, en primer lugar, un lenguaje de comunión, el lenguaje de la comunión de los cuerpos propio de los esposos. La comunión de las personas supone la integridad del lenguaje de los cuerpos: supone que este lenguaje sea un lenguaje total y verdadero.

5. ¿A qué se refiere la virtud de la castidad y cómo se relaciona con el don de la piedad?
La castidad es así un esfuerzo de liberación que permite una comunicación mayor y más rica, mientras que la sumisión a la concupiscencia es un empobrecimiento de esta misma comunicación. La castidad adquiere entonces una incontestable significación humanista. La castidad nos hace capaces de sacrificar o de crucificar, nuestra propia carne mediante la entrega que hacemos de nuestro propio cuerpo en la expresión más concreta del .acto sexual, reconociendo al otro como persona, como riqueza, como llamada a una superación en la comunión. Es un camino de santidad y, a veces, de heroísmo, una llamada concreta a ofrecer nuestro cuerpo en la fecundidad del amor.

Un abrazo
Phachita
 
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Re: Tema V: La sexualidad y la santidad

Notapor Fatima Isabel » Jue May 17, 2012 1:07 pm

1. ¿Cómo se relaciona la norma moral de Humanae Vitae y la verdad del “lenguaje del cuerpo”?
&&- En ambas se nos habla de una entrega total sin limitaciones, por consiguiente: union de los esposos para formar un solo cuerpo en union con Cristo

2. ¿Cómo se justifica la rectitud de la norma enseñada por la Iglesia y su “practicabilidad”?
&&- Tiene su justificacion en el amor verdadero y reciproco.

3. ¿Cómo pueden los esposos evitar el embarazo y a la vez respetar el verdadero “lenguaje del cuerpo”?
&&- Tomando en cuenta lo que la Iglesia manda, por lo tanto tiene que haber un conocimiento en cuanto al ciclo biologico de la mujer. Esto tiene que ser un acto voluntario y de comun acuerdo.

4. ¿Cuál es el poder que brota de la “consagración” sacramental conyugal?

5. ¿A qué se refiere la virtud de la castidad y cómo se relaciona con el don de la piedad?
&& La castidad es el autodominio, la piedad nos hace reconocer que no somos dueños de nuestra vida. Por lo tanto se relacionan en cuanto que Dios nos dio libertad de escoger y responder por los actos de nuestras vidas. Pero estando siempre conscientes que nuestas vidas se dirijen hacia El y por El.
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Re: Tema V: La sexualidad y la santidad

Notapor lindoro50 » Jue May 17, 2012 1:20 pm

1. ¿Cómo se relaciona la norma moral de Humanae Vitae y la verdad del “lenguaje del cuerpo”?

Si disociamos la norma fundamental enunciada por la Humanae Vitae -la significación unitiva y la significación procreadora del acto sexual- el acto conyugal ya no puede alcanzar la verdad plena de lo que es y, en consecuencia, hay una unión corporal y física, pero no una comunión de personas. Esta comunión exige que el ´lenguaje del cuerpo´ se exprese recíprocamente en la totalidad de su significado. Si falta esta verdad, no se puede hablar ni de la verdad del dominio de sí, ni de la verdad del don recíproco y de la recíproca aceptación de sí por parte de la persona.

2. ¿Cómo se justifica la rectitud de la norma enseñada por la Iglesia y su “practicabilidad”?

Se basa en que el acto sexual es, en primer lugar, un lenguaje de comunión, el lenguaje de la comunión de los cuerpos propio de los esposos. La comunión de las personas supone la integridad del lenguaje de los cuerpos: supone que este lenguaje sea un lenguaje total y verdadero. Para que exista comunión, es preciso que se reúnan las dos condiciones de la entrega de las personas. No se trata sólo de querer el bien del otro en el acto conyugal y de sacrificar nuestras tendencias egoístas; se trata de entregarse plenamente y sin reservas, con la totalidad de lo que somos. Pero esta entrega total no es posible si se produce una disociación entre las dos significaciones del acto conyugal.


3. ¿Cómo pueden los esposos evitar el embarazo y a la vez respetar el verdadero “lenguaje del cuerpo”?

Reconociendo como lícitos los métodos naturales de regulación de los nacimientos basados en la observación de los ritmos de la fertilidad, que permiten recurrir a los períodos infecundos cuando los esposos estiman en conciencia y en un proceso de paternidad-maternidad responsable que no deben acoger una nueva vida. La paternidad responsable comporta sobre todo una vinculación más profunda con el orden moral objetivo, establecido por Dios, cuyo fiel intérprete es la recta conciencia. El ejercicio responsable de la paternidad exige, por tanto, que los cónyuges reconozcan plenamente sus propios deberes para con Dios, para consigo mismo, para con la familia y la sociedad, en una justa jerarquía de valores.


4. ¿Cuál es el poder que brota de la “consagración” sacramental conyugal?

Mediante el ejercicio de la castidad se consagra la santidad propia de los esposos. La vida conyugal es un camino de verdadera santidad y ésta no está reservada a la vida religiosa. Y es que, a través de la castidad, los esposos están llamados a ofrecer su carne, mutuamente, tanto en el acto sexual como en las otras manifestaciones de la conyugalidad y del lenguaje de los cuerpos. La castidad nos hace capaces de sacrificar o de crucificar, nuestra propia carne mediante la entrega que hacemos de nuestro propio cuerpo en la expresión más concreta del acto sexual, reconociendo al otro como persona, como riqueza, como llamada a una superación en la comunión. Es un camino de santidad y, a veces, de heroísmo, una llamada concreta a ofrecer nuestro cuerpo en la fecundidad del amor.

5. ¿A qué se refiere la virtud de la castidad y cómo se relaciona con el don de la piedad?

Todo acto conyugal convierte a los esposos en ministros, en siervos del don de la vida. Esto realza todavía más la dignidad y la grandeza del acto conyugal. El respeto a la obra de Dios contribuye a hacer que el acto conyugal no quede disminuido ni privado de interioridad en el conjunto de la convivencia conyugal, que no se convierta en costumbre y que se exprese en él una adecuada plenitud de contenidos personales y éticos, e incluso de contenidos religiosos, esto es, la veneración a la majestad del Creador, único y último depositario de la fuente de la vida, y al amor nupcial del Redentor

Mayo 17, 2012
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Re: Tema V: La sexualidad y la santidad

Notapor irene basualdo » Jue May 17, 2012 1:58 pm

1. ¿Cómo se relaciona la norma moral de Humanae Vitae y la verdad del “lenguaje del cuerpo”?
La Palabra de Dios es luz en nuestros pasos. Es preciso asimilarlos en la fe y la oración poniéndolas en práctica, de la misma manera que la castidad y la pureza de intención y de mirada.

2. ¿Cómo se justifica la rectitud de la norma enseñada por la Iglesia y su “practicabilidad”?
Por la unión de los esposos se realiza el doble fin del matrimonio o sea el bien de los esposos y la transmisión de la vida. Los novios son llamados a vivir en la continencia, descubriendo del mutuo respeto, un aprendizaje de la fidelidad.

3. ¿Cómo pueden los esposos evitar el embarazo y a la vez respetar el verdadero “lenguaje del cuerpo”?
La continencia periódica, los métodos de regulación de nacimientos fundados en la autoobservación y el recurso a los períodos infecundos respetan el cuerpo de los esposos fomentando el afecto entre ellos y favoreciendo la educación en una libertad auténtica.

4. ¿Cuál es el poder que brota de la “consagración” sacramental conyugal?
La alianza que los esposos contraen libremente atañe un amor fiel, sosteniendo la obligación indisoluble su matrimonio.

5. ¿A qué se refiere la virtud de la castidad y cómo se relaciona con el don de la piedad?
la virtud de la castidad forma parte de la templanza (impregna de racionalidad las pasiones) relacionandose con el don de la piedad, haciéndonos dóciles para seguir los impulsos del Espíritu Santo en nuestra vida moral de cristianos.
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Re: Tema V: La sexualidad y la santidad

Notapor obs » Jue May 17, 2012 2:11 pm

1. [b] ¿Cómo se relaciona la norma moral de [i]Humanae vitae[/i] y la verdad del lenguaje del cuerpo?[/b]
En que la norma moral de Humanae Vitae nos dice que no se puede separa el significado unitivo y procreativo del acto conyugal, esto es la entrega total de la persona sin limitaciones, y en la verdad del "lenguaje del cuerpo" a tráves de citas biblicas nos dice que los esposos serán una misma carne, por lo tanto, nos reafirma la unión total de los esposos para formar un solo cuerpo.

2.[b] ¿Cómo se justifica la rectitud d ela norma enseñada por la Iglesia y su practibilidad?[/b]
El lenguaje del cuerpo en el acto conyugal significa el amor y fecundidad potencial y no puede ser privado del significado procreativo; por lo tanto los esposos, a traves de la castidad (el dominio de sí mismos) deben de ser conscientes y generosos estableciendo un proceso de paternidad responsable para decidir cuando es conveniente acoger una nueva vida recurriendo a los ritmos de fertilidad y periodos infecundos.

3. [b]¿Cómo se pueden los esposos evitar un embarazo y a la vez respetar el verdadero lenguaje del cuerpo?[/b]
Recurriendo a los metodos naturales basados en la observación de los ritmos de fertilidad, llevandolos con una actitud etica de paternidad responsable; pero sin caer en el egosimo del rechazo a la apertura a la vida a traves de acto conyugal.

4. [b]¿Cuál es el poder que brota de la Consagración Sacramental Conyugal?[/b]
Nos muestra el modelo a seguir y la fuerza para vivir plenamente la vocación nupcial de la entrega total como esposos.

5. [b]¿A qué se refiere la virtud de la castidad y cómo se relaciona con el don de la piedad?[/b]
La virtud de la castidad se refiere al autodominio de sí y se relaciona con el don de la piedad al reconocermos hijos de Dios y por lo tanto, nos dejamos guiar por ÉL, de tal manera que Dios dirige nuestra vida hacia la santidad.
obs
 
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Re: Tema V: La sexualidad y la santidad

Notapor marus » Jue May 17, 2012 6:37 pm

Participación en el foro
:D
V. La sexualidad y la santidad
1. ¿Cómo se relaciona la norma moral de Humanae Vitae y la verdad del “lenguaje del cuerpo”?
A propósito de la norma fundamental enunciada por la Humanae Vitae -la no disociación de la significación unitiva y de la significación procreadora del acto sexual- no dudaba en afirmar Pablo VI: Irlos pensamos que los hombres, en particular los de nuestro tiempo, se encuentran en grado de comprender el carácter profundamente razonable y humano de este principio fundamental".
Citando esta observación de Pablo VI, añade Juan Pablo II:
"Ellos los hombres de nuestro tiempo pueden comprender, también, su -profunda conformidad con todo lo que transmite la Tradición, derivada de las fuentes bíblicas. Las bases de esta conformidad deben buscarse particularmente en la antropología bíblica. Por otra parte, prosigue Juan Pablo II, es sabido el significado que la antropología tiene para la ética, o sea, para la doctrina moral. Parece, pues, que es del todo razonable buscar precisamente en la ´Teología del cuerpo´ el fundamento de la verdad de las normas que se refieren a la problemática tan fundamental del hombre en cuanto cuerpo: los dos serán una misma carne´ (Gn 2, 24)".

:)
2. ¿Cómo se justifica la rectitud de la norma enseñada por la Iglesia y su “practicabilidad”?
Juan Pablo II nos propone con la "Teología del cuerpo" otro enfoque para justificar la norma ética fundamental de las relaciones conyugales enunciada por la Humanae Vitae.
"La retrovisión bíblica, denominada Teología del cuerpo nos ofrece también, aunque indirectamente, la confirmación de la verdad de la norma moral, contenida en la ´Humanae Vitae`.
Esta otra vía es la de la antropología bíblica, que puede hablar a todos los hombres de nuestro tiempo, incluidos los no cristianos... En los textos bíblicos que hemos seguido y que constituyen los principios generales de la "Teología del cuerpo" "encontramos ciertamente, añade Juan Pablo II, esa ´norma de comprensión´ que parece tan indispensable frente a los problemas de que trata la ´Humanae vitae´".

;)
3. ¿Cómo pueden los esposos evitar el embarazo y a la vez respetar el verdadero “lenguaje del cuerpo”?
Juan Pablo II afirma: "Puede decirse que en el caso de una separación artificial de estos dos significados, en el acto conyugal se realiza una real unión corpórea, pero no corresponde a la verdad interior ni a la dignidad de la comunión personal: communio personarum. Efectivamente, esta comunión exige que el ´lenguaje del cuerpo´ se exprese recíprocamente en la verdad integral de su significado. Si falta esta verdad, no se puede hablar ni de la verdad del dominio de sí, ni de la verdad del don recíproco y de la recíproca aceptación de sí por parte de la persona. Esta violación del orden interior de la comunión conyugal, que hunde sus raíces en el orden mismo de la persona, constituye el mal esencial del acto anticonceptivo".
Estas, palabras de Juan Pablo II son muy fuertes y, al mismo tiempo, sacan perfectamente a la luz la apuesta a la que está sometido todo acto conyugal: ser una simple unión corporal o una verdadera unión de las personas... Un acto conyugal que se solamente una unión física, incluso la más lograda, deja siempre en el corazón, tras el fuego de la pasión amorosa, una especie de amargura y de decepción.
Para que exista comunión, es preciso que se reúnan las dos condiciones de la entrega de las personas. No se trata sólo de querer el bien del otro en el acto conyugal y de sacrificar nuestras tendencias egoístas; se trata de entregarse plenamente y sin reservas, con la totalidad de lo que somos. Pero esta entrega total no es posible si se produce una disociación entre las dos significaciones del acto conyugal.

:o
4. ¿Cuál es el poder que brota de la “consagración” sacramental conyugal?
La comunión de las personas supone la integridad del lenguaje de los cuerpos: supone que este lenguaje sea un lenguaje total y verdadero. Si lo mutilo, especialmente disociando las dos significaciones del acto conyugal, obro de suerte que éste ya no puede alcanzar la verdad plena de lo que él es y, por consiguiente, puede haber una unión corporal y física, pero no una comunión de las personas. Para que exista comunión, es preciso que se reúnan las dos condiciones de la entrega de las personas. No se trata sólo de querer el bien del otro en el acto conyugal y de sacrificar nuestras tendencias egoístas; se trata de entregarse plenamente y sin reservas, con la totalidad de lo que somos. Pero esta entrega total no es posible si se produce una disociación entre las dos significaciones del acto conyugal.
:shock:
5. ¿A qué se refiere la virtud de la castidad y cómo se relaciona con el don de la piedad?
A la luz del don de la piedad, todo acto conyugal convierte a los esposos en ministros, en siervos del don de la vida. Esto realza todavía más la dignidad y la grandeza del acto conyugal. "El respeto a la obra de Dios -dice Juan Pablo II- contribuye ´ciertamente a hacer que el acto conyugal no quede disminuido ni privado de interioridad en el conjunto de la convivencia conyugal - que no se convierta en ´costumbre´- y que se exprese en él una adecuada plenitud de contenidos personales y éticos, e incluso de contenidos .religiosos, esto es, la veneración a la majestad del Creador, único y último depositario de la fuente de la vida, y al amor nupcial del Redentor”.

8-) :lol: :P :oops: :roll:
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Re: Tema V: La sexualidad y la santidad

Notapor pattypj » Jue May 17, 2012 6:41 pm

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V. La sexualidad y la santidad
1. ¿Cómo se relaciona la norma moral de Humanae Vitae y la verdad del “lenguaje del cuerpo”? Pablo VI, refiriéndose a la Constitución Gaudium el spes del concilio Vaticano II, enuncia en tres breves parágrafos la puesta en perspectiva que constituye la luz a la que deben ser consideradas las exigencias éticas del amor conyugal:"La verdadera naturaleza y nobleza del amor conyugal se revelan cuando éste es considerado en su fuente suprema, Dios, que es Amor, ´el Padre de quien procede toda paternidad en el cielo y en la tierra´ (Ef 3, 15).El matrimonio no es, por tanto, efecto de la casualidad o producto de la evolución de fuerzas naturales inconscientes; es una sabia y providencial institución del Creador para realizar en la humanidad su designio de amor. Los esposos, mediante su recíproca donación personal, propia y exclusiva de ellos, tienden a la comunión de sus seres en orden a un mutuo perfeccionamiento personal, para colaborar con Dios en la generación y en la educación de nuevas vidas”.Como dice Juan Pablo II: "Según el criterio de esta verdad que debe expresarse con el ´lenguaje del cuerpo´, el- acto conyugal ´significa´ no sólo el amor, sino también la fecundidad potencial, y por esto no puede ser privado de su pleno y adecuado significado mediante intervenciones artificiales. En el acto conyugal no es lícito separar artificialmente el significado unitivo del significado procreador, porque uno y otro pertenecen a la verdad íntima del acto conyugal: uno se realiza juntamente con el otro y, en cierto sentido, el uno a través del otro. Así enseña la Encíclica (cf-. Humanae Vitae, 12). Por lo tanto, en este caso el acto conyugal, privado de su verdad interior, al ser privado artificialmente de su capacidad procreadora, deja también de ser acto de amor". Las consecuencias de esta norma se imponen casi por sí mismas: todo lo que tienda a disociar las dos significaciones fundamentales del acto conyugal tiene que ser proscrito como contrario a la ley de la verdad del amor.

2. ¿Cómo se justifica la rectitud de la norma enseñada por la Iglesia y su “practicabilidad”?
Juan Pablo II nos propone con la "Teología del cuerpo" otro enfoque para justificar la norma ética fundamental de las relaciones conyugales enunciada por la Humanae Vitae."La retrovisión bíblica, denominada ´Teología del cuerpo´ nos ofrece también, aunque indirectamente, la confirmación de la verdad de la norma moral, con- tenida en la ´Humanae Vitae`.Esta otra vía es la de la antropología bíblica, que puede hablar a todos los hombres de nuestro tiempo, incluidos los no cristianos... En los textos bíblicos que hemos seguido y que constituyen los principios generales de la "Teología del cuerpo" "encontramos ciertamente, añade Juan Pablo II, esa ´norma de comprensión´ que parece tan indispensable frente a los problemas de que trata la ´Humanae vitae´".

3. ¿Cómo pueden los esposos evitar el embarazo y a la vez respetar el verdadero “lenguaje del cuerpo”?
Es necesario precisar que no basta con recurrir a los métodos naturales de regulación de los nacimientos y abstenerse del uso de los medios anticonceptivos para situarse en conformidad con la norma ética. Es preciso también recurrir a ellos sin convertirlos en una "técnica", sino con una actitud ética, es decir, discerniendo una exigencia de la verdad del lenguaje de los cuerpos. Hay una manera de usar los métodos naturales que forma parte de una "mentalidad anticonceptiva" cuando son elegidos a causa de las ventajas técnicas que pudieran presentar estos métodos respecto a la anticoncepción química o mecánica (eficacia, ecología, comodidad, economía) y con un rechazo determinado de la apertura del acto conyugal a la vida. Con esta actitud, los métodos naturales se convierten en simples medios de "anticoncepción natural". Como señala Juan Pablo II:
"En el modo corriente de pensar acontece con frecuencia que el ´método´ [natural], desvinculado de la dimensión ética que le es propia, se pone en acto de modo meramente funcional y hasta utilitario. Separando el ´método natural´ de la dimensión ética, se deja de percibir la diferencia existente entre éste y otros ´métodos´ (medios artificiales) y se llega a hablar de él como si se tratase sólo de una forma diversa de anticoncepción".

4. ¿Cuál es el poder que brota de la “consagración” sacramental conyugal?
La "Teología del cuerpo ilumina y fundamenta la norma ética, se ve que todo se basa en que el acto sexual es, en primer lugar, un lenguaje de comunión, el lenguaje de la comunión de los cuerpos propio de los esposos. La comunión de las personas supone la integridad del lenguaje de los cuerpos: supone que este lenguaje sea un lenguaje total y verdadero. Si lo mutilo, especialmente disociando las dos significaciones del acto conyugal, obro de suerte que éste ya no puede alcanzar la verdad plena de lo que él es y, por consiguiente, puede haber una unión corporal y física, pero no una comunión de las personas. Por eso afirma Juan Pablo II: "Puede decirse que en el caso de una separación artificial de estos dos significados, en el acto conyugal se realiza una real unión corpórea, pero no corresponde a la verdad interior ni a la dignidad de la comunión personal: communio personarum. Efectivamente, esta comunión exige que el ´lenguaje del cuerpo´ se exprese recíprocamente en la verdad integral de su significado. Si falta esta verdad, no se puede hablar ni de la verdad del dominio de sí, ni de la verdad del don recíproco y de la recíproca aceptación de sí por parte de la persona. Esta violación del orden interior de la comunión conyugal, que hunde sus raíces en el orden mismo de la persona, constituye el mal esencial del acto anticonceptivo". Estas, palabras de Juan Pablo II son muy fuertes y, al mismo tiempo, sacan perfectamente a la luz la apuesta a la que está sometido todo acto conyugal: ser una simple unión corporal o una verdadera unión de las personas... Un acto conyugal que se solamente una unión física, incluso la más lograda, deja siempre en el corazón, tras el fuego de la pasión amorosa, una especie de amargura y de decepción. Para que exista comunión, es preciso que se reúnan las dos condiciones de la entrega de las personas. No se trata sólo de querer el bien del otro en el acto conyugal y de sacrificar nuestras tendencias egoístas; se trata de entregarse plenamente y sin reservas, con la totalidad de lo que somos. Pero esta entrega total no es posible si se produce una disociación entre las dos significaciones del acto conyugal.

5. ¿A qué se refiere la virtud de la castidad y cómo se relaciona con el don de la piedad?
Juan Pablo II nos presenta la castidad, al contrario, como una riqueza, en el sentido de que permite una comunicación más profunda y alcanzar una verdadera libertad. En efecto, la castidad permite desarrollar a los esposos todas las dimensiones del lenguaje del cuerpo y evita que el acto conyugal no sea más que una liberación de las tensiones sexuales del cuerpo". La castidad permite, en el contexto mismo del acto conyugal, una mayor riqueza de comunión en la comunicación haciendo sitio en ella al afecto, a la ternura y a las expresiones no específicamente sexuales de la comunicación de los esposos. Si los esposos están sometidos a la concupiscencia, esta riqueza de la comunicación y, por consiguiente, esta libertad añadida no es posible. Por eso, la castidad no debe ser considerada sólo como una capacidad de resistencia a las llamadas de la concupiscencia, sino como una condición positiva de la riqueza de la comunicación de los esposos en todos los registros posibles de esta comunicación y no sólo en el registro sexual. "Si la castidad conyugal (y la castidad en general) -dice Juan Pablo II se manifiesta, en primer lugar, como capacidad de resistir a la concupiscencia de la carne, luego gradualmente se revela como capacidad singular de percibir, amar y realizar esos significados del lenguaje del cuerpo´, que permanecen totalmente desconocidos para la concupiscencia misma y que progresivamente enriquecen el diálogo nupcial de los cónyuges, purificándolo, profundizándolo y, a la vez, simplificándolo" .La castidad es así un esfuerzo de liberación que permite una comunicación mayor y más rica, mientras que la sumisión a la concupiscencia es un empobrecimiento de esta misma comunicación. La castidad adquiere entonces una incontestable significación humanista.
"De este modo la castidad desarrolla la ´comunión personal del hombre y de la mujer, comunión que no puede formarse y desarrollarse en la plena verdad de sus posibilidades, únicamente en el terreno de la concupiscencia. Esto es lo que afirma precisamente la encíclica Humanae Vitae].
Así es-como el ejercicio de la castidad constituye la vía de santidad propia de los esposos. La vida conyugal es un camino de verdadera santidad y ésta no está reservada a la vida religiosa. Y es que, a través de la castidad, los esposos están llamados a ofrecer su carne, mutuamente, tanto en el acto sexual como en las otras manifestaciones de la conyugalidad y del lenguaje de los cuerpos. La castidad nos hace capaces de sacrificar o de crucificar, nuestra propia carne mediante la entrega que hacemos de nuestro propio cuerpo en la expresión más concreta del .acto sexual, reconociendo al otro como persona, como riqueza, como llamada a una superación en la comunión. Es un camino de santidad y, a veces, de heroísmo, una llamada concreta a ofrecer nuestro cuerpo en la fecundidad del amor. El don de la piedad nos hace admitir nuestra dependencia respecto a Dios, nos hace reconocer que no somos dueños de nuestra vida, sino que la vida es obra de Dios. Nuestra cultura contemporánea es una cultura de impiedad, dado que el hombre quiere hacerse hoy señor de la vida, tanto de su origen como de su término: eso es lo que anima todas las reivindicaciones tanto a propósito de la anticoncepción y del aborto como de la eutanasia. Juan Pablo II nos invita a ponernos bajo la esfera de influencia de este don del Espíritu Santo, puesto que, especialmente en el marco de la vida conyugal, es el don que nos permite reconocer que, nosotros no somos señores de todo, sino que dependemos filialmente de El como Padre y como fuente de la vida.
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Re: Tema V: La sexualidad y la santidad

Notapor Oscar Aguirre » Jue May 17, 2012 7:22 pm

Tema V.

1. ¿Cómo se relaciona la norma moral de Humanae Vitae y la verdad del lenguaje del cuerpo?
Se relacionan sobre la inseparable dimensión unitiva y procreativa de todo acto conyugal. La verdadera naturaleza y nobleza del amor conyugal se revelan cuando éste es considerado en su fuente suprema Dios, que es Amor. Dios es el Padre de quien procede toda paternidad en el cielo y en la tierra.

2. ¿Cómo se justifica la rectitud de la norma enseñada por la Iglesia y su practicabilidad?
Se justifica en el Amor del Padre; en la sumisión de los esposos a Cristo; ya que el Don de la vida procede del Padre y los esposos se convierten en ministros de Cristo al ser siervos del don de la vida.

3. ¿Cómo pueden los esposos evitar el embarazo ya la vez respetar el verdadero lenguaje del cuerpo?
A través de la continencia periódica, practicando la castidad.

4. ¿Cuál es el poder que brota de la consagración sacramental conyugal?
Es Cristo, quien a través de la Eucaristía se entrega de manera nupcial a los miembros de su Iglesia, la Eucaristía forma para la entrega conyugal.

5. ¿A que se refiere la virtud de la castidad y cómo se relaciona con el don de la piedad?
La castidad permite desarrollar a los esposos todas las dimensiones del lenguaje del cuerpo y evita que el acto conyugal no sea mas que una liberación de las tensiones sexuales del cuerpo; y se relaciona con el don de la piedad ya que todo acto conyugal convierte a los esposos en ministros, en siervos del Don de la Vida.
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Re: Tema V: La sexualidad y la santidad

Notapor calvear » Jue May 17, 2012 8:10 pm

1. ¿Cómo se relaciona la norma moral de Humanae Vitae y la verdad del “lenguaje del cuerpo”?
En que la verdad del lenguaje del cuerpo como lo expresa la Teología del Cuerpo de JP II, nos muestra desde una nueva perspectiva las verdades del Humanae Vitae, es decir la verdad del cuerpo es que en el designio divino el cuerpo es para lograr las imagen y semejanza con Dios en la comunión de personas, y esta comunón de personas es imposible si no acatas la norma moral de la Humanae Vitae que dicta la imposibilidad de separar el principio unitivo amoroso del principio procreador del acto conyugal. Si separas estos principios, puedes lograr una unidad física mas nunca la comunión de personas.

2. ¿Cómo se justifica la rectitud de la norma enseñada por la Iglesia y su “practicabilidad”?
La justificación es la de lograr crecer y liberarse de la concupiscencia, que no permite la verdadera comunicación de los esposos, la norma de la Iglesia busca que alcancemos un bien mayor que es el cumplir el mandato divino, por lo tanto los esposos tienden a la comunión de sus seres en orden a un mutuo perfeccionamiento personal, para colaborar con Dios. en última instancia es un camino de santidad, la misma que es un camino que todos debemos alcanzar.

3. ¿Cómo pueden los esposos evitar el embarazo y a la vez respetar el verdadero “lenguaje del cuerpo”?
Siendo unos esposos que vivan la paternidad responsable en un momento dado disciernan que desean espaciar los embarazos sea temporal o definitivamente, se puede acceder a métodos naturales de regulación de la fertilidad, los mismos que observan los períodos infértiles, sin embargo hay que aclarar que se pueden utilizar estos métodos con una mentalidad anticonceptiva reduciéndolos a técnicas, por tanto se los debe utilizar con una actitud ética, discerniendo que la verdad de los cuerpos es para la entrega del don de si, alcanzando la comunión de personas.

4. ¿Cuál es el poder que brota de la “consagración” sacramental conyugal?
En mis palabras, es el poder de realizar la vocación del encuentro de personas, esto como designio divino, es cumplir con la voluntad de Dios, por tanto el camino a la santidad destinado a los esposos a través de la sexualidad no a pesar de ella. justamente la consagración es el ser totalmente del otro, en esta caso en el sacramento del matrimonio, el don de sí, que lleva a vivir el amor de Dios con el que ÉL nos ama.
5. ¿A qué se refiere la virtud de la castidad y cómo se relaciona con el don de la piedad?
La virtud de la castidad en el matrimonio se refiere a alcanzar la liberación de la concupiscencia logrando una mayor y verdadera comunicación de los esposos a todos los niveles dejando atrás la mera comunicación por la liberación de la tensión sexual, por tanto es un bien positivo para la pareja, que permite el amor. Es el camino de santidad par los esposos ya que permite la verdadera entrega de los cuerpos en el acto conyugal, como en las otras manifestaciones de la coyugalidad, permite ofrecer nuestro cuerpo en la fecundidad del amor.

Tiene relación perfecta con el don de la piedad, ya que este don del Espíritu Santo nos recuerda que somos criaturas y no podemos decidir TODO en nuestras vidas, que nuestras realización está en realizar el plan de nuestro creador DIos, solo allí encontramos nuestra verdadera felicidad, pues nos reconocemos hijos necesitados de Dios, convirtiendo a los esposos en ministros del don de la vida que es de Dios.

La relación está en que si no vives la castidad te es imposible salir de la esfera egoísta de la concupiscencia y por tanto no puedes vivir el don de si, la verdad de los cuerpos y peor aún vivir el don de la piedad.

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Re: Tema V: La sexualidad y la santidad

Notapor Gabriela Vega » Jue May 17, 2012 10:45 pm

Adelante soramaría.
Que Dios te bendiga.
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Re: Tema V: La sexualidad y la santidad

Notapor sandrop » Jue May 17, 2012 11:11 pm

Saludos a Todos:

1. ¿Cómo se relaciona la norma moral de Humanae Vitae y la verdad del “lenguaje del cuerpo”?
La norma moral, es su integridad en la inseparabilidad de las dimensiones unitivas y procreativas, que debe conllevar todo acto conyugal, para que este se convierta en un acto de verdadera comunión en el lenguaje del cuerpo.
Me atrevo a pensar que esta comunión real se encuentra friccionada, por decir lo menos, por la trampa anticonceptiva y al mismo tiempo la promoción de una vida de activa sexualidad, trampa de la que todos de una u otra manera hemos sido víctimas.
2. ¿Cómo se justifica la rectitud de la norma enseñada por la Iglesia y su “practicabilidad”?
Se sustenta en una enseñanza transmitida por la Tradición, basada en la Biblia, en una racionalidad psicológica, antropológica, reconociendo la importancia de esta última para determinar el carácter de la ética y su rumbo.
3. ¿Cómo pueden los esposos evitar el embarazo y a la vez respetar el verdadero “lenguaje del cuerpo”?
Mediante el llamado “método” natural, mientras se considera la madurez en la posibilidad y responsabilidad de una nueva vida. Sin que se convierta en una “técnica” convirtiendo al método en un anticonceptivo mas, al mismo tiempo mediante una práctica de la abstinencia y castidad.
3. ¿Cuál es el poder que brota de la “consagración” sacramental conyugal?
Conlleva a una vida de santidad, no reservada a los religiosos, y a una asistencia del Espíritu Santo, abriéndose las puertas de la misericordia de Dios. Es fundamental para los desposados participar asiduamente de los sacramentos de la eucaristía y de la penitencia.
4. ¿A qué se refiere la virtud de la castidad y cómo se relaciona con el don de la piedad?
La castidad en el matrimonio conlleva al desarrollo de una verdadera comunicación, se potencia la ternura, se elimina el uso y abuso del acto conyugal, evitando convertirlo en un acto de desfogue, el Don de la Piedad, hace que los cónyuges se sometan a la voluntad de Dios, entendiendo que todo proviene de Él, que nuestra paternidad y maternidad proviene de Dios, y que el mismo matrimonio es un Don de Dios, otorgado a plenitud en Jesús esposo de la Iglesia, por la que dio su Vida. Así también el llamado al hombre y a la mujer que reciben el sacramento del matrimonio, amar Como Cristo nos amo.

Que Maria Santisima les bendiga a todos

atentamente

Sandro
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Re: Tema V: La sexualidad y la santidad

Notapor wadowice » Vie May 18, 2012 12:14 am

1. ¿Cómo se relaciona la norma moral de Humanae Vitae y la verdad del “lenguaje del cuerpo?
Es a través de los cuerpos, más allá de la concupiscencia, como los esposos se manifiestan su amor, sin poder separarse el fin unitivo y el procreativo del acto conyugal.
2. ¿Cómo se justifica la rectitud de la norma enseñada por la Iglesia y su “practicabilidad?
El matrimonio no puede limitarse a un dato biológico, debe ir más allá: a la dimensión sacramental.
3. ¿Cómo pueden los esposos evitar el embarazo y a la vez respetar el verdadero “lenguaje del cuerpo?
Viviendo castamente su relación conyugal.
4. ¿Cuál es el poder que brota de la consagración sacramental conyugal?
Los cónyuges, a través de su mutua entrega en el amor, van hacia la comunión de sus personas, perfeccionándose mutuamente y abriéndose a la vida, colaborando con Dios en la creación que continúa.
5. ¿A qué se refiere la virtud de la castidad y cómo se relaciona con el don de la piedad?
La castidad es el dominio de la concupiscencia. Es la valoración del cuerpo, pues no es a pesar de él o contra él como hay que amar, sino a través de él, sabiéndose dependientes de Dios, pues todo viene de Él. Y lo reconocemos gracias al don de la piedad. A final de cuentas, no somos más que ministros, siervos del don de la vida.
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Re: Tema V: La sexualidad y la santidad

Notapor Federico Santos » Vie May 18, 2012 1:47 am

1. ¿Cómo se relaciona la norma moral de Humanae Vitae y la verdad del “lenguaje del cuerpo”?
La Humanae Vitae dirá que en el acto conyugal no se pueden disociar los elementos unitivo y procreativo. Estos dos elementos necesariamente requieren de la comunión de dos cuerpos diferenciados.

2. ¿Cómo se justifica la rectitud de la norma enseñada por la Iglesia y su “practicabilidad”?
La Iglesia fundamenta sus principios en la ley natural, inscrita en el corazón del hombre. La Iglesia no puede ir en contra de la naturaleza. Si se emite una norma significa que puede cumplirse aunque ello conlleve esfuerzo, sacrificio, que no sea fácil.
Pienso que las normas de la Iglesia deben presentarse en su elemento positivo: no en lo que me quita o lo que no me permite sino en lo que me da, lo que me ayuda a crecer. La Iglesia es madre y maestra afirmó Pablo VI: nos cuida, orienta, enseña, aconseja. Siempre quiere lo mejor para sus hijos e hijas, especialmente los más necesitados.

3. ¿Cómo pueden los esposos evitar el embarazo y a la vez respetar el verdadero “lenguaje del cuerpo”?
Utilizando los métodos naturales de control natal: practicando el acto conyugal en el período infértil de la mujer pero también no reduciendo el lenguaje del cuerpo a esto. Los esposos tienen muchas maneras de manifestarse un cariño y afecto sincero (caricias, abrazos, besos, palabras hermosas) que requieren una corporeidad para dar y recibir.

4. ¿Cuál es el poder que brota de la “consagración” sacramental conyugal?
Cuando una pareja se casa por la Iglesia recibe del Señor los dones para sobrellevar esta nueva condición. Los esposos quedan habilitados para ejercer libre pero responsablemente su sexualidad de modo humano.
El matrimonio no es un juego: es un paso trascendente, definitivo, que cambia la vida e implica la totalidad de la persona.
Significa también que el cuerpo del cónyuge sólo le “pertenece” al otro y a nadie más (exclusividad y fidelidad).

5. ¿A qué se refiere la virtud de la castidad y cómo se relaciona con el don de la piedad?
La castidad es la capacidad de utilizar adecuadamente la genitalidad de acuerdo a la edad y condición de vida. Significa la integración de la sexualidad en la persona (Catecismo de la Iglesia, 2395).
La castidad como toda virtud se consigue por la gracia de Dios (es un don que hay que pedir) pero también cuenta el esfuerzo humano, por ejemplo, las renuncias. La virtud es un hábito bueno (se obtiene con la repetición de actos) mientras que el vicio es un hábito malo. La castidad requiere disciplina y fuerza de voluntad.
Federico Santos
 
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