Buenas tardes.
La responsabilidad del ser humano abarca desde pensar, hablar, sentir y hacer lo que no debe hasta no pensar, hablar, sentir y hacer lo que debe; en este último caso, la omisión cobra alto precio en su vida. ¿Qué significa permitir lo malo? Eso es ser cómplice de ello y eso tiene castigo. He visto infinidad de veces como hay personas que obran de esa manera y tarde o temprano se les presentan situaciones que les puede costar hasta la vida. El ser conscientes del mal que se ha hecho, incluyendo la omisión, que a mi entender es la más peligrosa falta, requiere de una profunda reflexión y análisis interior para lograr el perdón. Creo que el proceso de perdón más fuerte en estos casos es el perdón hacia mí misma.
Porque aún cuando sé que estoy en pecado de omisión, pueda que no me considere tan “culpable” puesto que no me siento “protagonista” de la falta y eso me hace sentir que no estoy involucrada en el asunto.
No solamente comentemos pecado de omisión contra la Iglesia, cada minuto que pasa estamos cometiendo esa falta; ella es muy sublime, muy fina, casi no se nota, pero es la que muchas veces trae los más grandes arrepentimientos, porque en esa acción de omisión están involucradas otras personas, seguramente.
Lo que yo haga aquí y ahora será reflejado en cada una de las personas que me rodean, no solo las que están cerca de mí sino las que están lejos. Somos un solo “mar” y cada uno de nosotros, como gotas, alteramos el ritmo de nuestras vidas, para bien o para mal de acuerdo a nuestras actuaciones.
Esto que escribo en este momento me hace pensar lo necesario que es el transmitir a otros estas cosas; hacerlos conscientes de la importancia de hacer el bien, el no dejarse llevar por las tentaciones ni por las cosas terrenales, banales, superficiales.
Lo que pasa en el mundo, que no está en armonía con lo divino, con Dios, con nuestra naturaleza que es divina por ser creados “a imagen y semejanza de Dios”, efectivamente tiene su asidero en la falta de formación y el compromiso de los que humildemente tenemos algo que ofrecer es darlo, mientras más demos más tendremos para seguir dando.
Como siempre lo he expresado estoy trabajando en esto y he tenido experiencias maravillosas de personas que escuchan lo que les digo en este respecto. Sé que no todo el mundo está dispuesto a aceptar todo esto ni a entenderlo, pero lo importante es seguir haciendo el trabajo de sensibilización.
Saludos cordiales
Mariango
Caracas - Venezuela