Tema 8. Razones contra el divorcio

En el curso está dirigido principalmente a padres de familia, pero podrán participar también, educadores, sacerdotes encargados de la pastoral familiar, párrocos y colaboradores de parroquias, dirigentes de empresas y todo aquél interesado en la formación religiosa de las familias.

Nadie está obligado a creer, pero, para poder decidir, tiene que saber de qué va. La libertad, propia y ajena, merece el mayor aprecio, pero también es verdad que la información facilita la mejor elección: no se puede elegir lo que se desconoce. Conviene, pues, proponer, sin imponer, una serie de datos especialmente útiles a la hora de decidir qué valores inspirarán nuestra vida. La decisión última depende de cada uno, pero antes hay que informarse. De los padres cristianos se espera que sepan dar un testimonio coherente de su fe.

Fecha de inicio del curso: 2 de febrero

Fecha de finalización del curso: 22 de marzo

Periodicidad de envió de las lecciones: uno por semana los jueves

Moderadores: monik, Xavier Villalta, Catholic.net, maría eugenia, Michael Esparza, Moderadores Animadores

Re: Tema 8. Razones contra el divorcio

Notapor Mayra Lpz » Vie Mar 23, 2012 1:27 pm

1) ¿Cómo argumentarías que el divorcio no es la mejor solución para las crisis matrimoniales? ¿Qué otras soluciones propondrías a los interesados?
Una crisis implica una revisión, análisis, diálogo personal y con el conyugue para determinar el porqué de esa crisis; es importante reconocer que algunas situaciones no se pueden solucionar solo por el deseo de que así sea, hay que buscar ayuda profesional que puede ser desde espiritual, terapias de pareja, terapias de familiar, hay que buscar opciones y alternativas que ayuden a restablecer el bienestar del matrimonio.

2) ¿Por qué es igualmente absurdo hablar de "ex-mujer" o de "ex-marido" que de "ex-hijo"?
Porque los vínculos esponsales como los sanguíneos son indisolubles.

3) ¿Por qué hacen tanto daño en una sociedad las leyes que facilitan el divorcio?
Porque dejan de proteger al esposo abandonado y a los hijos (si los hay), esto esta promoviendo la desintegración familiar lo que necesariamente impacta en el bienestar de la sociedad.

4) ¿Se te ocurre alguna sugerencia para mejorar este curso de catequesis?
La verdad es que me resultó bastante práctico el curso, las sesiones no fueron pesadas y sus ocho temas me permitieron mantener el mismo interés en cada sesión.
¡Bendiciones en Cristo!
Mayra Lpz
 
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Re: Tema 8. Razones contra el divorcio

Notapor Silviamaria » Vie Mar 23, 2012 2:29 pm

Hola, detallo mi contestación:
1.- ¿Cómo argumentarías que el divorcio no es la mejor solución para las crisis matrimoniales? ¿Qué otras soluciones propondrías a los interesados?
Por cualquier lado que se lo mire el divorcio no es la solución a las crisis matrimoniales, hay otras que podrían ser: buscar rápida ayuda profesional porque sino la situación se agudiza, el egoísmo aumenta, se pierde el respeto entre la pareja. Se olvida el juramento hecho frente a Dios el día del matrimonio, los hijos sufren no ahora sino siempre las consecuencias de un divorcio. Cuando hay amor todo tiene solución, procuremos que nada apague la llama del amor que se mantenga como el primer día de casados. Ayudarse en las falencias, dejar a un lado el egoísmo y juntos luchar por mantenerse hasta que la muerte los separe porque lo que ha unido Dios no lo separa el hombre.

2.- ¿Por qué es igualmente absurdo hablar de "ex-mujer" o de "ex-marido" que de "ex-hijo"?
Porque el matrimonio es una unión indisoluble, marido y mujer son para toda la vida. Es como que el hijo sea solo por un tiempo y después digamos mi ex hijo, o el hijo diga mi ex madre, mi ex padre, todas estas son uniones que por naturaleza no se separan nunca.

3.- ¿Por qué hacen tanto daño en una sociedad las leyes que facilitan el divorcio?
Porque destruyen el matrimonio que es la célula de la sociedad. Los hijos necesitan de los padres y aprenden de ellos. La sociedad actual con la flexibilidad de sus leyes hace creer al mundo que todo es fácil de solucionar, no se dan cuenta el daño emocional, síquico que van dejando en el mundo.

4) ¿Se te ocurre alguna sugerencia para mejorar este curso de catequesis?
El curso es muy bueno, lo ideal sería que llegara a todas las parroquias de todos los países de Latinoamérica para mejorar nuestras familias. Ustedes que tienen alcance mundial, lleven la información, no sé, quizás por medio de las webs de las diferentes congregaciones… Gracias por todo… :) :( :D :( :( :)
Silviamaria
 
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Re: Tema 8. Razones contra el divorcio

Notapor julian_badajoz » Vie Mar 23, 2012 4:44 pm

1) ¿Cómo argumentarías que el divorcio no es la mejor solución para las crisis matrimoniales? ¿Qué otras soluciones propondrías a los interesados?

La convivencia nunca es fácil, pero no es la solución el divorcio. Divorciarse sería tirar la toalla y hay que luchar por lo que uno cree que merece la pena. En la actualidad cada vez hay más niños con problemas psicológicos por esta causa. Si tienes hijos, debes luchar por no romper la relación por la sencilla razón que los niños necesitan a los dos y alos dos juntos, en equipo. Luego, al tratar de afrontar los problemas que van surgiendo en la vida con la convivencia nos hace crecer espiritualmente. Y nunca hay que olvidar que las crisis matrimoniales son parte del matrimonio, pero hay que tratar de hacerles frente.

2) ¿Por qué es igualmente absurdo hablar de "ex-mujer" o de "ex-marido" que de "ex-hijo"?

Al igual que el vínculo habido entre un padre/madre y un hijo es indisoluble, es igual de inseparable el vinculo habido entre unos esposos ante los ojos de Dios. Una persona casada no puede dejar de ser esposo o esposa del cónyuge vivo.

3) ¿Por qué hacen tanto daño en una sociedad las leyes que facilitan el divorcio?

Creo que ante una Sociedad con unes leyes que facilitan el divorcio, mucha gente se toma el matrimonio a la ligera, sin pensar sin darle el valor que realmente tiene. Estas leyes facilitan, en cierta manera el fracaso matrimonial y escuchamos frases del tipo: ¡Yo me caso y si no me va bien, pues me divorcio y ya està...! Habría que apoyar más la fidelidad de las promesas que se hacen ante Dios.

4) ¿Se te ocurre alguna sugerencia para mejorar este curso de catequesis? El curso me ha parecido excelente. Felicidades.
julian_badajoz
 
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Re: Tema 8. Razones contra el divorcio

Notapor pakocasi » Vie Mar 23, 2012 5:01 pm

TEMA 8: RAZONES CONTRA EL DIVORCIO.
1.- ¿Cómo argumentarías que el divorcio no es la mejor solución para las crisis matrimoniales? ¿Qué otras soluciones propondrías a los interesados?
Creo que tiene que ver con lo que soy y estoy llamado hacer, a vivir y a construir junto con el otro. Además el divorcio es un atentado al matrimonio, a la familia y a la persona misma. Se nos ha dicho que cuando tenemos crisis en la vida personal o familiar no tomemos decisiones a la ligera sino reflexionar lo que estoy viviendo o buscar ayuda profesional o dirección espiritual para sacar adelante el problema. Implica desde el trabajo pastoral un mayor acompañamiento a las familias, a los jóvenes y reforzar la preparación al matrimonio con las pláticas o curso prematrimoniales. Creo también que las personas o los esposos aprendan resolver conflictos.

2.- ¿Por qué es igualmente absurdo hablar de "ex-mujer" o de "ex-marido" que de "ex-hijo"?
Tenemos que tener clara una visión sobre la persona humana, que no se reduce a una cosa, al sentimiento, a la pasión y que el amor es algo mucho más fuerte donde está vinculada la existencia misma. No puedo hablar de mi ex como algo que paso y no es parte de mi historia, de persona, de mí ser. Un padre siempre será padre, una madre, un hijo. Nos estamos acostumbrando a mirar hacia algún lado pero no hacia la persona misma que entraña un compromiso histórico.
3.- ¿Por qué hacen tanto daño en una sociedad las leyes que facilitan el divorcio?
Porque atacan lo fundamental de la sociedad que es la familia, dejando a padres sin hijos e hijos sin padres; y con ello lacerando profundamente la convivencia social. Si quieres destruir a la comunidad destruye a la familia. Un gran atentado contra el matrimonio es el divorcio y el adulterio. Leyes pro divorcio exprés, aborto, uniones entre personas del mismo sexo no son más que una autentica falta de ética y profundo respeto por la vida y la familia, además de que atrás de todo esto están cuestiones políticas y económicas muy fuertes.

4) ¿Se te ocurre alguna sugerencia para mejorar este curso de catequesis?
Creo que utilizar las redes sociales para hacer extensivo esta clase de cursos que son de mucha ayuda en la labor familiar y pastoral. Video conferencias, chat, etc. Pero lo más importante será poner en práctica lo aprendido en donde realizemos nuestras tareas personales. Fue muy práctico y no cansado, ameno.
La semilla fue lanzada a terreno de nuestros corazones hagamos que irradie a los demás en el atento servicio a la persona, al matrimonio y a la familia.
Un gran abrazo
Francisco Osorio Casique
México, DF
pakocasi
 
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Re: Tema 8. Razones contra el divorcio

Notapor zahidaly » Vie Mar 23, 2012 7:25 pm

1) ¿Cómo argumentarías que el divorcio no es la mejor solución para las crisis matrimoniales? ¿Qué otras soluciones propondrías a los interesados? La misma biblia lo dice, no se deben de divorciar y si la verdad de casas por la iglesia no es como dicen por la sola fiesta y es lo marca la sociedad nooo es porque realmente cree en ese compromiso y los dos están conciente de la lucha para llevar acabo un matrimonio basado en las leyes de dios.

2) ¿Por qué es igualmente absurdo hablar de "ex-mujer" o de "ex-marido" que de "ex-hijo"?
es verdad si no puedes ay arte con una persona la pregunta es con cual de tsntos te vas ayar.


3) ¿Por qué hacen tanto daño en una sociedad las leyes que facilitan el divorcio?
Por que se supone que se debe de formar una familia, yo soy maestras y ves el tanto daño que les haces a los niños en que sus padres estén separados, no tiene la misma formación.

4) ¿Se te ocurre alguna sugerencia para mejorar este curso de catequesis?
Ni todo el curso estubo de gran ensenanza mil felicidades a todos por su gran obra.
zahidaly
 
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Re: Tema 8. Razones contra el divorcio

Notapor Eduardo Meneses » Vie Mar 23, 2012 7:39 pm

Tema 8. Razones contra el divorcio
Curso en línea "Catequesis básica para padres"
Autor: Michel Esparza | Fuente: http://sontushijos.org

Mi más sincera enhorabuena por vuestros comentarios al tema 7. Ciertamente, siempre caben nuevos matices en esas cuestiones, especialmente a la hora de mirar con mayor misericordia a quienes caen en las redes del hedonismo. Y es que el problema detrás del egoísmo sexual no proviene sólo de esa "pasión desenfrenada que nos animaliza", sino que detrás de muchos de esos comportamientos existe también el anhelo de paliar la propia soledad. Aunque, tantas veces por ignorancia, lo hagan por caminos equivocados, en el fondo, muchos están buscando el Amor de Dios...

Me han gustado especialmente vuestras respuestas a la última pregunta (acerca de por qué no hay tan pocas mujeres que se rebelan ante las diversas manifestaciones de egoísmo sexual masculino). Con esas observaciones, se podría escribir todo un libro al respecto.

Felicito de modo especial a quienes han sabido ver que la mujer no es la única beneficiada de la doctrina de la Iglesia. En efecto, también los varones albergamos nobles sueños de amor verdadero. Y es precisamente para que esos sueños se puedan hacer realidad, que debemos aprender a vivir la templanza.

El siguiente y último tema es un intento de fundamentar racionalmente la indisolubilidad del matrimonio. Pongo el acento en lo racional para dejar claro que los cristianos no queremos imponer nuestros valores religiosos en una sociedad legítimamente pluralista. Lo hacemos ante todo como ciudadanos preocupados por el daño que el divorcio está causando en tantos conciudadanos. En efecto, en el ámbito ético, el diálogo debe estar basado en la razón y en la voluntad de buscar honestamente la verdad.

Con este tema 8 termina el curso. Quisiera agradeceros de veras vuestra participación, con una mención especial para quienes, desde Catholic.net, lo han hecho posible.

Personalmente he aprendido muchísimo de vosotros (¿o tendría que decir "de ustedes"?). Me ha alegrado especialmente vuestro vivo deseo de aprender. Es un inmenso placer para mí poder aportar un grano de arena en la evangelización de personas tan hondamente motivadas...

Espero contar con vuestra oración hasta que, al final del camino, nos podamos encontrar en el Cielo. Termino citando un texto que alguien puso en el foro, y que resume bien lo que muchos de nosotros hemos experimentado durante estas 8 semanas:

"Gracias a todos y los felicito por hacer este curso, piensen y entiendan que cuando los hermanos de comunidad se unen, como en este curso, somos un tronco en donde nos fortalecemos unos con los otros; luego, cuando cada uno de nosotros regresa a sus tareas habituales, nos convertimos en ramas, y cada rama debe dar frutos y en abundancia!!! Bendiciones!!! y si Dios quiere nos volveremos a encontrar..."

P. Michel Esparza

-1) Introducción: Tema 8. Razones contra el divorcio


Durante siglos, el matrimonio ha sido la unión de “uno con una para siempre”. Siempre han existido otro tipo de uniones, como el concubinato, más o menos toleradas, pero que se consideraban anormales. Todo empezó a cambiar cuando se legalizó el divorcio; en ese momento, se abandonó el “para siempre”. Últimamente se tiende incluso a abolir el “uno con una”.

En nuestros días, quizá sea la Iglesia Católica la única que defiende incondicionalmente la indisolubilidad del vínculo matrimonial (esto es, que sólo la muerte puede disolver el vínculo que un hombre y una mujer han contraído válidamente). Pero hasta hace unos decenios también el matrimonio civil era «hasta que la muerte nos separe» porque la ley civil se inspiraba en la ley natural. En efecto, la indisolubilidad matrimonial no es sólo requerida por la ley eclesiástica, sino también por la ley natural. Jesucristo elevó a la dignidad de sacramento una realidad natural preexistente.
Para un cristiano, atentar contra dicha indisolubilidad supone un pecado, pero, según la ética natural, el divorcio es un mal moral para todo ser humano.

Si la indisolubilidad del matrimonio es una verdad de ética natural, tiene que ser accesible a toda persona honesta e inteligente. También un no-creyente tendría que poder entenderla. En principio, la ética sólo prohíbe aquellos actos que pueden resultar perjudiciales para las personas. Me propongo, por tanto, argumentar de modo racional por qué el divorcio no compensa. Ardua tarea.

Soy consciente de que se trata de una tentativa ambiciosa y difícil. De hecho, estamos habituados a oír argumentos a favor del divorcio. Se defiende a menudo el divorcio alegando que toda persona tiene derecho a ser feliz, que tras la boda puede descubrir que se ha casado con la persona equivocada y tiene el derecho a rehacer su vida con otra persona. La Iglesia es incluso tachada de inmisericorde por no avalar esa tesis. En una sociedad en la que cada vez se divorcia más gente, arrecian las críticas contra el Papa cada vez que recuerda, por ejemplo, que una persona divorciada que se ha vuelto a casar por lo civil no puede acercarse a la comunión.

La indisolubilidad del matrimonio ha sido siempre, y no sólo en la actualidad, una cuestión controvertida. Ya hace veinte siglos, ni siquiera los judíos se atenían a ello. Dice Cristo que Moisés permitió a éstos ciertas excepciones a causa de su dureza de corazón. Tiene gracia la reacción de los apóstoles cuando Jesucristo les enseña que la indisolubilidad del matrimonio responde al plan original de Dios para con los hombres. Sus discípulos le dicen: «Si tal es la condición del hombre con respecto a su mujer, no trae cuenta casarse»1. Jesús admite que esta cuestión no es fácil de entender; haría falta un don de lo alto para entenderlo, algo similar a lo que sucede con el celibato voluntario en la Iglesia. Quizá por eso, algunos moralistas cristianos afirman que sólo conviene argumentar esta cuestión desde la fe. De todos modos, aun siendo conscientes de la dificultad que siempre ha tenido la defensa racional de la indisolubilidad del matrimonio, al menos vamos a intentarlo.

2) Una sola carne

El compromiso que adquieren los contrayentes es realmente espectacular. Acostumbro a decirlo en la celebración de una boda. Los contrayentes prometen, ni más ni menos, que seguirán siendo fieles en todas las circunstancias, exceptuada la muerte. Ni la enfermedad, ni siquiera la infidelidad del otro cónyuge, puede hacer que dejen de ser marido y mujer.

En efecto, como recuerdan los juristas expertos en Derecho Canónico, la indisolubilidad del matrimonio se deriva de la naturaleza del vínculo matrimonial. El matrimonio es un contrato por el que los contrayentes se convierten en una caro (una sola carne). Es preciso explicar a quienes se preparan para el matrimonio que, al casarse, se obligan libremente a contraer un vínculo tan indisoluble como el que liga, por naturaleza, a padres e hijos. Del mismo modo que yo no puedo dejar de ser hijo de mi padre, tampoco puede una persona casada dejar de ser esposo o esposa del otro cónyuge vivo2. En el fondo, es un contrasentido que una mujer, por ejemplo, se refiera a su esposo vivo diciendo: “mi ex-marido”, como es absurdo hablar de “mi ex-hijo” o de “mi ex-madre”.

¿Y por qué tiene que ser el vínculo matrimonial de esa índole tan absoluta? Si los contrayentes fueran conscientes de las consecuencias de su alianza, ¿querrían casarse? ¿No sería mejor una especie de “matrimonio a prueba” para cubrirse la retirada en caso de que algo no funcione? Algunos responden diciendo que traer hijos al mundo exige tal tipo de compromiso. Por mucho que nos intenten convencer de que los hijos acaban acostumbrándose al divorcio de sus padres, todos sabemos algo sobre las heridas que sufren esos hijos. ¿Pero entonces, si no hay hijos, se puede aprobar el divorcio? La verdad es que no sólo se trata de los hijos. El matrimonio tiene dos fines: la mutua ayuda entre los cónyuges y la procreación. Habría que mostrar que el divorcio no sólo es nocivo para los hijos, sino también para los propios cónyuges.

Quizá conviene que analicemos el caso más difícil: los cónyuges llevan unos años casados, no tienen hijos y se quieren divorciar de mutuo acuerdo y en buenos términos. No están enfadados. No se han enamorado de otra persona. Simplemente han llegado a la conclusión de que son incompatibles y no ven que eso pueda cambiar en el futuro. Dicen: «Nos hemos equivocado». Es un caso muy hipotético: apenas se da en la realidad. Pero, si logramos resolver este caso extremo, pondremos las bases para resolver otros dos casos más frecuentes y difíciles: aquel en el que la convivencia termina por convertirse en un verdadero infierno para uno o para los dos cónyuges, y aquel en el que uno de los cónyuges no mantiene su palabra: traiciona y abandona al otro.

3) Nadie y todo el mundo se equivoca

Decir «nos hemos equivocado» es una verdad a medias. En todos los matrimonios hay problemas. De cara a las posibilidades de éxito de un matrimonio, en lugar de poner el acento en la elección del cónyuge, ¿no estará la clave más bien en aprender a amar y a comunicar? La mitad de los problemas está ligada a una mala comunicación y la otra mitad tiene que ver con falta de calidad del amor.

A esos hipotéticos cónyuges que, sin tener hijos, quieren divorciarse de mutuo acuerdo, les diría que si no saben ser felices en esas circunstancias, es de temer que tampoco lo serán cuando se vuelvan a casar con otra persona. Si no se entienden, pueden aprender a entenderse, y si lo que falla es la calidad de su amor, siempre están a tiempo de esforzarse por mejorarla. Posiblemente digan que se casaron estando enamorados, pero que ahora ya no sienten gran cosa uno por otro. Quizá, como sucede con mucha frecuencia, identifican amor con pasión; no saben que el amor se construye sobre una base de pasión pero que va más lejos. El amor verdadero es comparable a un edificio de tres pisos —unión física, afectiva y espiritual— y ellos sólo se han fijado en los dos primeros y han descuidado el tercero. El sexo y el sentimiento no pueden ser un fin en sí mismos. Cuando se hacen bien las cosas, lo físico (una sola carne) potencia lo afectivo (un solo corazón), y esto a su vez facilita lo espiritual (una sola alma). Pero cuando el egoísmo impregna la relación, se desatiende la unión espiritual y tanto la unión afectiva como la unión corporal se deterioran. En el caso ideal, la unión sexual potencia los sentimientos, y éstos facilitan la capacidad de sacrificio. En el peor de los casos, la relación se deshumaniza: el cariño se convierte en moneda de cambio para obtener satisfacción sexual.

Un sofisma en una mezcla de verdad y de mentira (hacer demagogia a base de sofismas suele tener éxito porque en todo sofisma hay algo de verdad). En el caso que nos ocupa, es evidente que la elección del cónyuge puede ser más o menos acertada, que hay personas con las que uno congenia mejor. Eso es tan evidente como decir que unas personas tienen mayor valía personal que otras. Es lógico, por tanto, que una persona casada pueda pensar que no tuvo mucha suerte al elegir. De todos modos, mi experiencia en pastoral matrimonial me dice que no es esa la cuestión principal. Siempre me viene al recuerdo lo que hace años me contó un francés. Se había casado cinco veces y al final había descubierto que la causa de sus fracasos matrimoniales no era —como siempre había pensado— la mala suerte en la elección de su mujer. Se dio cuenta de que la causa principal de esos fracasos residía en él mismo: en su incapacidad para vencer su egoísmo y amar de verdad. «Ahora —me decía— me doy cuenta de que habría podido ser feliz con cada una de esas cinco mujeres».

En el fondo, todo matrimonio exige construir un puente entre dos islas. No existen, del todo, “almas gemelas”. Para empezar, varón y mujer siempre resultan ser más diferentes de lo que se pensaba. Además, cada uno tiene su propia historia personal, hábitos y sensibilidades. Ciertamente unas personas son más afines que otras. Siempre nos es más fácil llevarnos bien con una persona que se nos parece. El “puente” que hay que construir es más corto. Pero también eso es relativo. Muchas veces me he preguntado: ¿qué es mejor: que los cónyuges sean afines o complementarios? Nada es ideal. En los dos casos veo ventajas y desventajas. Si son afines, se entienden mejor, pero los defectos se multiplican. Por ejemplo, si ambos tienen tendencia a agobiarse, los agobios se multiplican por dos. Si son complementarios, pueden aprender siempre uno de otro (así como complementarse a la hora de educar a sus hijos), pero, al ser tan diferentes, surgen entre ellos más problemas de comunicación.

Tanto si los cónyuges son parecidos como si son diferentes, queda mucho trabajo por hacer. No se trata de un proceso automático, como si bastase con elegir bien al cónyuge para que todo vaya sobre ruedas. Un matrimonio siempre está evolucionando, hacia mejor o hacia peor. Es como una planta delicada que exige todo tipo de cuidados. Si no se vigila, surgen serios problemas que habrían podido ser prevenidos ya que se han ido incubando durante largo tiempo. En todo matrimonio hay que salvar escollos de todo tipo (problemas de egoísmo, de comunicación, penurias, disgustos…). Cuantos más escollos se superan, mayor es la felicidad. En una familia, hay abismos de felicidad y de infelicidad...

Cuando surgen desavenencias, la tentación de abandonar la empresa es muy grande. Es muy duro, por ejemplo, entrar en casa y sentirse como un extraño. Si no se ponen a tiempo los medios para resolver la situación, tarde o temprano surge otra persona que aumenta la tentación y contribuye a precipitar la situación. Si el hombre descontento encuentra una mujer atenta, comprensiva y dispuesta a ofrecer sus encantos, será muy duro para él recordar que su mujer está todo el día gritándole y que hace meses, si no años, que no tienen relaciones matrimoniales. Lo mismo le sucede a la mujer que se siente incomprendida e injustamente tratada por su marido, cuando cuenta sus problemas a un compañero de trabajo que se deshace en atenciones y le escucha con infinita paciencia.

En esas circunstancias, se da un error muy común: pensar enseguida que con otra persona todo será muy diferente, olvidando que, en una relación de amor, los “preparativos del viaje” son los más fáciles. Todos los comienzos son alentadores, pero sólo el tiempo dirá si ese amor incipiente ha ido adquiriendo raíces profundas. El encantamiento que produce el enamoramiento reciente distorsiona la realidad. Todo se ve de color azul. Pero la prueba de fuego viene después. Por eso pienso que si los actores de Hollywood —y los partidarios del amor sin compromiso— se suelen casar entre tres y cinco veces, es porque a lo largo de una vida no tienen tiempo para hacerlo más veces…


4) Querer, saber y poder

Acerquémonos ahora al caso de esos matrimonios en los que la convivencia se ha convertido en un infierno. Cuando discurro sobre estos temas, me embarga la preocupación de no ser suficientemente respetuoso, pues soy consciente de los abismos de infelicidad en los que pueden caer los esposos. Si asistir a la quiebra de un matrimonio es quizá una de las circunstancias más dolorosas en la vida, ¿qué no será vivirla en primera persona? Ya el solo hecho de que personas que antaño se amaron intensamente constaten que su relación se ha enfriado, constituye un penoso desengaño. Un escritor inglés, Evelyn Vaugh, en su novela Retorno a Brideshead, describe magistralmente ese deterioro de una relación: «Yo había representado todas las escenas del drama conyugal, había visto cómo las primeras rencillas se hacían cada vez más frecuentes, cómo las lágrimas afectaban menos, cómo las reconciliaciones eran menos dulces, hasta que todo aquello engendraba un sentimiento de despego y de crítica indiferencia, y la creciente convicción de que el culpable no era yo sino la amada. Percibía las discordancias de su voz y aprendí a escucharlas con recelo; capté la incomprensión tajante y resentida que se leía en sus ojos y el rictus obstinado y egoísta de la comisura de sus labios. Le conocí de la misma manera que se conoce a la mujer con la que se ha compartido la casa, un día sí y otro también, durante tres años y medio; conocí sus hábitos de desaliño, descubrí lo rutinario y mecánico de sus encantos, sus celos y su egoísmo. El encantamiento había terminado y ahora la veía como a una antipática desconocida con la que me había unido indisolublemente en un momento de locura»3.

Al enfriamiento de los afectos, se pueden unir todo tipo de violencias. Cuando uno presencia la quiebra de un matrimonio, quizá se pregunte: ¿Cómo es posible que dos personas que un día se quisieron tanto se torturen ahora de ese modo? En el fondo, se odian porque se siguen queriendo. A nivel meramente afectivo, amor y odio son el anverso y reverso de la misma moneda. «Quienes se pelean se desean», dice el refrán. Bien lo entendió una mujer que, arrepentida tras su divorcio, afirmó: «Si hubiera sabido que le quería tanto, le habría querido un poco más…».

Si un matrimonio se desmorona, conviene también preguntarse: ¿Cómo se podría haber evitado? Es ciertamente una cuestión compleja. Ya he señalado que el éxito del matrimonio depende de la capacidad de comunicar y de amar de verdad. Excede mi actual propósito hacer un análisis del amor verdadero, esa mezcla de capacidad de sacrificio (obras de entrega facilitadas por una gran capacidad afectiva), de libertad interior, de desprendimiento y de rectitud de intención (propios de personas que han madurado humana y sobrenaturalmente). En términos más generales puedo decir que, en la raíz de todo mal moral, encontramos siempre tres posibles causas entremezcladas: mala voluntad (no querer), ignorancia (no saber), e incapacidad (no poder). Al revés, para amar de verdad, hacen falta tres cosas: idoneidad y gracia de Dios (poder), buena voluntad (querer) y formación (saber).

Un matrimonio no funciona si hay una incapacidad insuperable en uno de los cónyuges. Además de capacidad, se precisa buena voluntad y conocimiento de los medios para aprender a amarse y a entenderse. En la práctica, rara vez se da sólo uno de los tres elementos. Casi nunca es blanco o negro; suele ser más bien gris, una mezcla de los tres elementos. De todos modos, de cara a buscar soluciones ante un fracaso matrimonial, podemos diseccionar el problema considerando los tres elementos por separado.

Si existiese una incapacidad insuperable, ya existente en el momento en que se contrajo matrimonio, éste será nulo. Cuando se introduce un proceso canónico de nulidad, se investiga la posibilidad de que, cuando se casaron, faltara un requisito esencial de cara a la validez del contrato, por ejemplo una seria falta de libertad o de madurez psíquica de uno de los contrayentes. Hay personas divorciadas que se muestran reticentes a iniciar dicha investigación, incluso si ya han atentado un nuevo matrimonio (civil). En el fondo, tienen un comprensible miedo a revivir las antiguas heridas. Conviene, sin embargo, animarles a hacerlo. No sólo por las posibilidades de regularizar su situación de cara a la Iglesia, a la sociedad y a su propia conciencia, sino también porque, ligándose a otra persona, están quebrantando la promesa más solemne que han hecho en toda su vida. Si son honestos, querrán saber si aquel primer vínculo fue válido o nulo.

Si el problema es de ignorancia, habría que acudir a un buen asesor matrimonial —médico, psicólogo o sacerdote— capaz de ofrecer los consejos y las terapias pertinentes. El deterioro de un matrimonio siempre es paulatino. Cuanto antes se tomen medidas, mejor. Por desgracia, la gente suele pensar que no necesita formarse en este terreno, como si uno naciera sabiendo ya cómo se lleva bien una relación matrimonial. Si surgen problemas, cierta soberbia —y un respetable pudor por no airear las desavenencias matrimoniales— les lleva a no pedir ayuda. Me ha llamado siempre la atención que, cuando uno propone organizar un cursillo de orientación conyugal, casi nadie se da por interesado, como si el hecho procurarse una mayor formación en este ámbito tan importante significase reconocer que las cosas no van bien. He visto tantas veces que un cónyuge afirma que todo va bien una semana antes de que el otro se presente en casa con una citación del abogado…

Lo que más difícil solución tiene es falta de (buena) voluntad. Es éste un problema que sólo los interesados pueden remediar. Si no quieren, nada se puede hacer. Sin embargo, lo que prometieron solemnemente el día de su boda fue precisamente que, independientemente de los problemas que encontrasen en el futuro, nunca tirarían la toalla; prometieron que siempre seguirían esforzándose por solucionar sus desavenencias…

En conclusión, siempre existe una solución. Si hay incapacidad, se puede demostrar la nulidad del matrimonio. Si el deterioro de la convivencia se debe a un problema de ignorancia y/o de falta de voluntad, aunque la solución sea ardua, se puede poner remedio. Si algo se ha torcido, se puede volver a enderezar. En la práctica, son pocos los que están dispuestos a luchar por enderezar lo que se torció. Quizá por lo mucho que han sufrido. Hay que ser muy virtuoso para acometer esa empresa. Hablando con personas a punto de tirar la toalla, si les hablas, por ejemplo, del daño que causarán a sus hijos si se divorcian, te suelen decir que éstos también sufrirán igualmente si continúa la convivencia. Es como si se obligasen a elegir entre dos posibilidades negativas, como si estuviesen atrapados por la fatalidad. Olvidan que, a la fatalidad, pueden contraponer la creatividad. Olvidan, en definitiva, que siempre existe una tercera posibilidad positiva: no darlo nunca por perdido, luchar para arreglar las desavenencias, aprender a entenderse y a amarse. Si en vez de pensar sólo en cómo dejar de sufrir ellos mismos, les preocupase realmente el bienestar de sus hijos, se esforzarían más por encontrar soluciones a sus problemas de convivencia.

5) Cónyuge abandonado

Lo más delicado del matrimonio es quizá que cada cónyuge depende plenamente de la voluntad del otro. Uno está a la merced del otro. Si uno decide, por ejemplo, ser infiel, el otro está vendido. Esa es precisamente una de las razones por las que el vínculo matrimonial sea tan absoluto: es un modo de defender a cada contrayente ante la posible futura arbitrariedad del otro. Cada contrayente promete solemnemente que, pase lo que pase, no abandonará al otro. Para reforzar esa promesa, ambos saben que si, en el futuro, uno no la cumple, no se puede romper el vínculo. Suceda lo que suceda, seguirán siendo marido y mujer mientras vivan. Es posible que la situación se haga insostenible, hasta el punto de que sea conveniente una separación temporal o definitiva, pero el vínculo que les une seguirá estando vigente.

El carácter absoluto del vínculo matrimonial proporciona seguridad. Quizá por esa razón, en lugares donde la infidelidad y el divorcio se han disparado, surge un creciente interés hacia el matrimonio tal como lo entiende la Iglesia. Como decía un periodista francés, «el matrimonio es un oasis de seguridad en el desierto de los equívocos»4. Recuerdo un programa de televisión en el que se preguntaba a unos novios por qué deseaban casarse por la Iglesia. La novia respondió: «Mi novio ha sido sincero y me ha contado que ya ha salido con dieciséis chicas... Yo soy, por tanto, la número diecisiete... ¿Quién me dice que soy la definitiva? Por eso queremos aferrarnos a algo estable... Tiene que haber algo absoluto en nuestro matrimonio».

De todos modos, hay que reconocer que la indisolubilidad es un arma de doble filo. Por una parte, protege ante las veleidades futuras, pero, por otra parte, observo dos inconvenientes. En primer lugar, entre católicos coherentes, sabiendo que el divorcio está excluido, uno de los cónyuges podría dejar de esforzarse por combatir sus defectos; sabe que su esposo o esposa no le va a abandonar y se aprovecha. En segundo lugar, si a pesar de haberlo prometido solemnemente, uno de los cónyuges no cumple su promesa de fidelidad, deja muy desprotegido al cónyuge abandonado (más aún en nuestros días, puesto que las leyes civiles tienden más a facilitar el divorcio que a proteger el vínculo matrimonial).

Teniendo en cuenta esa desprotección, la indisolubilidad del vínculo puede parecer injusta. ¿Por qué seguiría obligado a la fidelidad, por ejemplo, el cónyuge maltratado o abandonado? Ante todo, habría que responder diciendo que eso es precisamente lo que ambos cónyuges pactaron al casarse: que ninguno de los dos, haga lo que haga en el futuro, podrá romper el vínculo. Entonces, si de hecho hay gente que quebranta tales promesas, en cuyo caso el cónyuge abandonado queda en una situación lamentable, podemos preguntarnos de nuevo si realmente vale la pena prometer algo tan absoluto. ¿No será todo esto un argumento a favor del divorcio? Sí y no. Se entiende que haya moralistas que, en el caso de abandono que venimos considerando, hayan intentado introducir la posibilidad de un segundo matrimonio. Dicen que se trata de un caso de “muerte moral” equiparable al caso de “muerte física”. Intentaré defender la tesis contraria.

La situación en la que queda el cónyuge abandonado es terriblemente injusta, pero pienso que dicha injusticia no favorece sólo la tesis del divorcio, sino también la tesis de la indisolubilidad. En efecto, ese argumento divorcista tiene doble filo; se le puede dar la vuelta: precisamente por la gran injusticia que padece el cónyuge abandonado, habría que imponer legalmente la fidelidad. El divorcio siempre es un mal que hay que evitar a toda costa poniendo toda la carne en el asador. Casarse siempre es un riesgo, porque la libertad siempre conlleva riesgos. Pero cuanto menos absoluto sea el vínculo contraído, mayor será el riesgo de que el matrimonio fracase. La experiencia muestra que hay más fracasos si, como sucede en el concubinato y en el actual matrimonio civil, se deja una puerta abierta a una posterior ruptura del vínculo. En cambio, en el vínculo indisoluble, si el cónyuge tentado de quebrantar su promesa matrimonial recuerda que su infidelidad no exime al otro del deber de fidelidad, es muy posible que se lo piense dos veces antes de culminar su infidelidad. Si considera la gran faena que le va hacer al otro, es muy probable que dé marcha atrás. Y si de hecho le abandona, su conciencia no se lo perdonará jamás. Siempre me ha impresionado la diligencia con la que el cónyuge infiel intenta que el cónyuge abandonado encuentre pareja. ¿No será para que no le remuerda tanto la conciencia? Y quienes hacen apología del divorcio o promueven leyes divorcistas, ¿no será para dar carta de normalidad a sus desatinos?

Sería ingenuo si no fuera consciente de que la fidelidad requiere a menudo grandes sacrificios. Sé que hay situaciones muy dolorosas en las que no basta con tener buena voluntad: se requiere, además, heroicidad (toda persona de buena voluntad puede contar con la ayuda de Dios para ser heroico; los cristianos contamos, además, con medios suficientes para ser santos, lo cual es mucho más que ser heroicos). Piénsese, por ejemplo, en la desastrosa situación en la que queda un varón abandonado. Más aún si, como suele ser el caso, ni siquiera recibe la custodia de sus hijos. Si alguien no es capaz de tal heroicidad, lo comprendo, aunque no lo apruebo. He conocido a personas admirables que han sabido ser fieles a un cónyuge impresentable o enfermo. A veces pienso que no es una misión de poca monta el cuidar de un ser humano durante toda una vida con el fin de evitarle mayores males. Es una misión de altísima dignidad seguir siendo fiel a un cónyuge que, de otro modo, terminaría sus días en una institución psiquiátrica o borracho perdido…

La misma admiración merece el cónyuge abandonado que evita nuevas relaciones. Recuerdo el caso de una mujer que, tras la marcha de su marido, para no poner en peligro su fidelidad, ni siquiera acudía a bailes al aire libre en las fiestas de su pueblo. Por lo demás, es bastante conocida la anécdota de una mujer francesa —casada y después abandonada por un famoso comunista—, que durante más de treinta años siguió siendo fiel a su marido para no obstaculizar su posible regreso. Un día, ese hombre, que a su vez había sido abandonado, pasó cerca de la antigua casa familiar y se decidió a entrar para saludar a su primera mujer. Le sorprendió la alegría con que ella le recibía, pero, viendo que la mesa estaba preparada para dos personas, hizo ademán de marcharse. «Quédate por favor a comer —le dijo ella—: llevo más de treinta años preparando todos los días para ti un plato de más».



6) La importancia del clima social

El deber de fidelidad por parte del cónyuge abandonado no es sólo hacia el cónyuge infiel, sino también hacia todos los demás matrimonios. Siendo fiel en el propio matrimonio, especialmente cuando surgen dificultades, se está apoyando a todos los demás matrimonios del entorno. Al revés, cuando alguien tira la toalla, de algún modo está perjudicando a todos los demás. Ya vimos que la indisolubilidad es un arma de doble filo. Si se devalúa el compromiso, se fomenta la infidelidad.

Basta con mirar la evolución de los últimos años. Hace unos decenios los divorciados eran una gran excepción. Si perseveraban no era sólo gracias a sus buenas disposiciones, sino también gracias al apoyo que recibían de su entorno familiar y social. Hoy en día, más todavía en las grandes ciudades, sucede lo contrario. Como contra argumento simplón, se dice que antes había mucha hipocresía: que la gente no se divorciaba pero que en muchas familias había discordias. La verdad es que siempre ha habido desavenencias, incluso en las mejores familias. Pero si, ante las dificultades, se ha dejado una puerta abierta, es muy grande la tentación de abandonar el empeño por resolver los problemas.

En todo caso, me parece una demagogia poner el acento en los problemas de matrimonios fieles y olvidar los terribles disgustos que se llevan quienes deciden divorciarse. Las injurias entre esposos pueden ocurrir en cualquier matrimonio, pero también es verdad que esas injurias se intensifican cuando uno de los cónyuges amenaza al otro con incoar un proceso de divorcio. Cuando se sinceran, todos los divorciados coinciden en decir que los trámites del divorcio fueron el peor trago de su vida. Y si son todavía más sinceros —lo he visto tantas veces—, deploran haberse divorciado.

Cuando se debatía en España la ley del divorcio, recuerdo que una persona de un pueblo navarro me dijo: «Si aprueban esa ley, aumentará el número matrimoniales rotos; mira, en mi pueblo, si a un hombre casado se le ocurriera hacer el tonto con otra mujer, no lo haría porque sus hijos le molerían a palos; pero si sale esa ley, llegará un día en que incluso a la gente de mi pueblo le parecerá muy normal que alguien tenga la “valentía” de “liberarse” de su mujer o de su marido». Ha sido profético.

¡Qué importante es fomentar un clima social que apoye el compromiso matrimonial! Me han hablado de una película italiana (“Casomai” de 2001), en la que se pone de manifiesto que muchos fracasos matrimoniales se originan más por culpa del entorno que por culpa de los esposos. Dicha película narra una boda en la que el sacerdote, por motivos pedagógicos, inicia una conversación con todos los asistentes, invitándoles a comprometerse en apoyar la fidelidad de los contrayentes. Uno tras otro protestan. Se levanta, por ejemplo, uno que dice que no se puede comprometer porque es un abogado experto en procesos de divorcio. Al final el sacerdote dice que entiende esos alegatos, pero pide a todos los asistentes a la boda que se salgan de la iglesia mientras los novios pronunciarán su promesa matrimonial. No es mala pedagogía.

Más que nunca, hacen falta hoy en día modelos de fidelidad matrimonial. Por esa razón, termino traduciendo unas declaraciones que hizo una señora a un periódico holandés5 cinco años después de haber sido abandonada por su marido (un tal Rob). Me impresiona la coherencia de su testimonio:

«Ningún funcionario puede invalidar la promesa que, ante Dios, hice a mi marido. Además, los hijos tienen derecho a un padre que siga perteneciendo a la familia; si no, viven en continua división.

Cuando Rob quiso divorciarse, le acompañé al juzgado, porque pensé que también en esos tiempos difíciles tenía que estar junto a él y que lo nuestro no se podía resolver de cualquier manera. Si no lo hubiese hecho así, la sentencia de divorcio habría sido automática. Cuando se me preguntó si quería divorciarme, dije que no. Le dije al juez: “Si mi marido quiere su libertad, se la doy, pero que yo no quiero divorciarme”. Siempre he seguido esa misma pauta: él es y sigue siendo mi marido. Eso ha contribuido a que sigamos siendo amigos, a que no nos enfrentemos. Por ejemplo, cuando venía y se iba de paseo con los hijos, yo le acompañaba. Los hijos necesitan sentir que sus padres están unidos, que papá sigue siendo de la familia, aunque “algo” haya cambiado. Eso le ha dado mucha estabilidad.

Además, me casé por la Iglesia: me casé ante Dios. Es una relación triangular. La promesa que hice entonces a mi marido se la hice también a Dios. Y también Dios nos prometió fidelidad. Eso ha sido mi mayor apoyo. Yo hago mi parte y sigo siendo fiel. Desde luego, eso me hace sufrir. Y es que si, por ejemplo, salimos juntos o participamos en una fiesta escolar de los hijos, eres de nuevo como una familia, pero sabes que después te volverás a separar. Eso duele mucho. En esos momentos pedí al Señor que me ayudara a aguantar el tirón… Mira, se dice a menudo que tanto el padre como la madre tienen derecho a sus hijos, pero más bien son ellos nuestra responsabilidad y son ellos los que tienen derecho a sus padres, y no del modo que a nosotros nos convenga, sino del modo que ellos necesiten.

Gracias a Dios, nuestros hijos se sienten incluso privilegiados. Dicen: “papá ya no vive en casa, pero ahora hemos recibido a Dios en su lugar”. La verdad es que, durante todo este tiempo, Dios ha sido nuestra única fortaleza. Se ha metido muy hondo en nuestras vidas. Yo y mis hijos sabemos ahora que, pase lo que pase, lo superaremos. Fue duro al principio. Yo sabía el tipo de vida disoluta que llevaba Rob, pero, cuando venía a casa, yo hacía la vista gorda. A menudo me decía a mí misma: “lo que haces por él, lo haces también por Jesús en él”. Si no llega ser por eso, hay momentos en los que no aguantaría, como cuando, sabiendo que viene a casa, cocino algo para él y no se queda a comer.

Nunca he hablado mal de él ante los hijos, aunque hay cosas que ellos mismos ven, por ejemplo que vive con otra. A mis hijos les digo que también yo cometo faltas, que no todo es culpa de Rob. También a éste le reconocí mis fallos, en una carta larga en la que le pedí perdón. Me costó lo suyo escribirla. Nunca me respondió pero en todo caso lo sabe.

Entretanto, Rob se ha vuelto a casar. En contrapartida, veo que se siente cada vez más a gusto en casa. Viene a menudo por las tardes y, cuando los niños se han acostado, se queda un rato conmigo. Vemos algo en la televisión o charlamos con toda normalidad. Puedo ahora decirle cosas sobre la familia y los hijos que nunca pensé que podría decirle. Y ante ellos ha reconocido que se equivocó...».

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1. Mat. 19, 10.
2. Empleo a propósito la palabra “cónyuge”, a pesar de ser menos usual. Evito la palabra “pareja” (del inglés “partner”) porque ésta última contribuye quizá a la confusión que reina hoy en día. Se habla, en efecto, de pareja para denominar cualquier tipo de uniones: novios, casados, concubinos de todo tipo y unión entre personas del mismo sexo.
3. E. Vaugh, Retorno a Brideshead, Tusquets, Barcelona 1993, p. 18.
4. Denis Tillinac en Le Figaro Magazine de marzo 1990.
5. En Katholieke Nieuwsblad del 1 de noviembre de 1988

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Comentarios al autor: P. Michel Esparza
michel.esparza@gmail.com

Comentarios al monitor del foro: Xavier Villalta
xvillalta@catholic.net
Participación en el foro:



1) ¿Cómo argumentarías que el divorcio no es la mejor solución para las crisis matrimoniales? ¿Qué otras soluciones propondrías a los interesados?

El Matrimonio es un sacramento de santificacion
Cuando tenemos el privilegio de vivir a plenitudud el Sacramento del Matrimonio los esposos bautisados son el uno para el otro Ministros de Cristo.
El divorcio es como un cancer, como una bonba atomica que hace dano en cualquier direccion tanto a los hijos como a los conyuges, entorno familiar y social.
Lo que nosotros sugerimos es cambiar de actitud, de patrones de comportamientos, tener a Dios en su Corazon. Una autentica reconciliacion, vivir los valores del perdon y la comprension.
Y como dice San Pedro en su primera carta: Esposos denles a sus esposas el honor que les corresponde.1P3


2) ¿Por qué es igualmente absurdo hablar de "ex-mujer" o de "ex-marido" que de "ex-hijo"?

Por que cuando se adquiere un compromiso/ promesa es para siempre, es una alianza con Dios; no es para un determnado tiempo sino para siempre, como nos dice la carta a los Efecios” Esposos amen a sus esposas como Cristo amo a su Iglesia y dio la vida por ella” (Ef.5, 25) la manera como Cristo amo a su Iglesia, como esposo, fue que se sacrifico por ella., de la misma manera nosotros los esposos tenemos que dar la vida por nuestras esposas y nuestros hijos. Para Dios hombre y mujer, esposo y esposa debian unirse formando una sola carne una sola persona, nadie debia de intentar romper ese vinculo matrimonial, para Dios no existe el divorcio (Genesis 2,24). y Jesus anadio: Por eso no separe el hombre lo que Dios ha unido” (Mt,19,6)
Es por eso que es absurdo el hablar de ex- por que sencillamente no existen, sino palabras sueltas.

3) ¿Por qué hacen tanto daño en una sociedad las leyes que facilitan el divorcio?

Primeramente por que hay intereses creados, carecen de virtudes,de moral de sentimientos nobles. Hemos vistos anuncios que dice Te divorcio por $150.00.
Uno de los daños mas grandes que ocaciona es: sentirse rechazado, humillado, aislado,y todo esto conlleva a degradar el valor de la familia,y se fomenta la infedelidad,se pierden los valores morales y cristianos. Y los hijos son los que mas sufren las consecuencias viviendo necesidades insatisfechas, deseando ser amados, pertenecidos y valorados. Tu matrimonio y tu familia es el tesoro más valioso que Dios te ha dado.

4) ¿Se te ocurre alguna sugerencia para mejorar este curso de catequesis?

Fue un excelente curso! Bien motivador, retador y muy organizado. Lo disfrute mucho con mi esposa y nuestros hijos.
Para nosotros fue muy gratificante nos gustaria que el Padre Michael nos continuera guiando con su sabiduria. Un saludo muy especial para todo el personal de catholic net. Y para el iniciador de esta catequesis,Padre Michael
Paz & Bien
Eduardo Meneses
Eduardo Meneses
 
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Re: Tema 8. Razones contra el divorcio

Notapor AZM » Vie Mar 23, 2012 11:05 pm

Debido a que me encuentro hospitalizado no puedo dar las respuestas a este tema, agradezco las oraciones por mi pronta recuperación, un abrazo, Alberto
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Re: Tema 8. Razones contra el divorcio

Notapor luis alberto » Sab Mar 24, 2012 6:05 am

1) ¿Cómo argumentarías que el divorcio no es la mejor solución para las crisis matrimoniales? ¿Qué otras soluciones propondrías a los interesados?
2) ¿Por qué es igualmente absurdo hablar de "ex-mujer" o de "ex-marido" que de "ex-hijo"?

Podría empezar generalizando las excelencias de no divorciase, pero me he acordado de lo que muchos sufren sobre todo mujeres en su matrimonios, me he acordado de las muchas mujeres maltratadas (física o mentalmente), las muchas mujeres asesinadas por sus maridos e incluso algunos maridos envenenados por sus mujeres. Quiero empezar por ellos porque serán los primeros “peros” a cualquier argumento que quieras plantear, los primeros contra-argumentos que van a emerger en la conversación.

Primero así, quiero expresar mi pesar y condolencias para todos y sobre todo “todas” las que están soportando estas vejaciones, menosprecios, sufrimientos y maltratos como pareja y como persona.

Algunos dicen que es más difícil ver a Dios en estos momentos de sufrimiento extremo, pero otros argumentan que es el camino más directo para encontrar el consuelo del Padre, yo estoy con los segundos.

Creo que si argumento contra la necesidad el divorcio en estos casos, se generalizará en los demás.
Si tienes algún hijo, asesino, psicópata, maltratador, ladrón, corrupto, …, reniegas de él o ¿seguirá siendo tu hijo hagas lo que hagas? Aunque veas la necesidad de que esté recluido y encerrado, aunque veas la necesidad de separarte de él porqué te hace sufrir, te maltrata y te roba. ¿No sigue siendo tu hijo?.

Te lamentarás, te autocomparederás y preguntarás a Dios ¿por qué?, e incluso pedirás ayuda a Dios. (o te alejarás de Él)
Nunca dirás es mi “ex-hijo”, no renegarás de él. Es un regalo de Dios, es carne de tu carne, (está en-carnado contigo).
Cuando te casas por la iglesia, de verdad, siendo consciente y consecuente de lo que ello conlleva, también te haces una carne, “se unen los dos en una sola carne”, tu pareja es parte de ti y tu eres parte de tu pareja y además te haces iglesia doméstica, los dos con el Espíritu de Dios, nos comprometemos a formar una familia cristiana, modelo para tus hijos y para los demás en el amor a Cristo.

Si reniegas de eso es que no ha existido nunca ese matrimonio o que reniegas de ti mismo. Así cuando el otro te hace sufrir, te maltrata, es evidente que no debes seguir con él en las mismas circunstancias, puedes no convivir con la pareja, pero eso no quiere decir, que si ha existido matrimonio no siga existiendo, existe sois una misma carne y posiblemente padres de los mismos hijos.

En ese caso si de verdad no ha existido matrimonio se podría pedir la certificación de “nulidad matrimonial” que quiere decir que esa encarnación no ha existido, que no ha habido comunión. Pero como dijimos una vez existido es para siempre, la pareja puede haberse vuelto loca, enferma terminal, psicópata, te puede haber abandonado, pero sigue siendo parte de ti, sigue siéndolo como tu hijo, “para siempre”. Significa que así como nuestros cuerpos en el matrimonio son un todo, y ese todo no puede ser dividido en pedazos y aún así seguir siendo una unidad.

En los casos que el que los cónyuges se hayan distanciado, aburrido uno de otro, en los casos en el que el matrimonio no haya sabido crecer a la vez que se crecía en años, a los matrimonios que no hayan perdido el rumbo y se hayan olvidado de lo que prometieron un día en la iglesia, yo les aconsejaría pedir ayuda, y esa ayuda la pueden encontrar en su comunidad cristiana, de otros matrimonios, de los asistentes espirituales, de los acompañantes. Existen grupos de matrimonios que se reúnen en las parroquias para ayudarse unos a otros. Si no existen puedes ayudar a formar esos grupos en tu parroquia. También existen grupos de matrimonios extra-parroquiales o incluso extra diocesanos como el movimiento “Encuentro matrimonial”, extendido por todo el mundo y que ha ayudado a miles de matrimonios a reencontrarse como pareja y encontrar de nuevo a Dios entre ellos.

En los caso más graves, el consejo sería individual y en consonancia con el aspecto circunstancial de la persona y la pareja, pero un consejo general es que tamizara cualquier decisión desde el punto de vista de la moral cristiana y se ayudará de su comunidad, sus sacerdotes y las personas profesionales que le aconsejen desde esa moral.

3).- ¿Por qué hacen tanto daño en una sociedad las leyes que facilitan el divorcio?

Si con las leyes tocamos la familia, tarde o temprano provocamos profundas repercusiones en la sociedad entera. Si quisiéramos resumir la antítesis profunda entre el divorcio y el bienestar colectivo diríamos que el divorcio es hijo del egoísmo y el egoísmo es la negación de la vida social.

La indisolubilidad no puede admitir excepciones. El divorcio podría disolver los hogares mal construidos, pero también va a herir toda la institución de la familia. El divorcio es como una operación que no limita su intervención a los órganos enfermos, lleva la enfermedad a los órganos sanos.

La simple previsión del divorcio tiende a esterilizar los hogares, disminuye la fuerza de resistencia de los cónyuges a las dificultades de la vida, no educa las pasiones ni purifica el amor, estimula la anarquía del instinto sexual.Por un deber de justicia y de caridad. Entre el mal de muchos y el mal de pocos, entre la felicidad de la familia y la felicidad de una u otra familia, la ley no puede dudar. Su razón de ser es tutelar y promover el bien general.

Toda ley, mirando el bien general, impone necesariamente privaciones particulares. No es posible abrir una excepción a la ley de la indisolubilidad porque el principio de la excepción arruinará el bien general que la ley debe defender.

El divorcio es un regreso disimulado a la poligamia, una reacción de los instintos polígamos” (Fogazzaro).
“El divorcio tiende a degradar el matrimonio, aproximándolo del concubinato”. (Proudhon).
La simple posibilidad del divorcio comienza a disgregar lo que se encontraba unido. La idea del divorcio crea la materia divorciable.

Para la existencia y el funcionamiento regular de la familia, la idea de la indisolubilidad es de una eficacia insustituible y el divorcio destruye esta idea. “Plantada al iniciar las nupcias o en el seno de la familia, la idea del divorcio es un veneno perenne para el matrimonio, una sospecha continua para los cónyuges, una amenaza para los hijos” (Pisanelli).
La alta tasa de rupturas refleja la dificultad que las personas tienen para asumir mayores responsabilidades. Una explicación es que las separaciones se dan, cada vez más, entre parejas jóvenes. “Estamos sufriendo una pérdida de valores”. “Y más dificultad que las personas para adaptarse y para asumir un incremento en sus responsabilidades”.

Desde el punto de vista Psicológico , dentro de las escalas de estrés, hay una muy conocida desarrollada por psiquiatras de la Universidad de Washington. La puntuación más alta es de 100 puntos y ocurre con la muerte de un miembro de una pareja. El divorcio genera una puntuación de 73, indicando que se encuentra en el alto rango de estrés provocado por una pérdida. El divorcio”, explica la doctora Padilla de Campos, “g[i]enera frustración. Es un suceso que rompe el ciclo vital de la familia y de la pareja afectando no sólo a los más allegados al matrimonio sino también a su círculo social”[/i].

En ocasiones se dice que las parejas no se deben separar por el cuido de los hijos, pero esto es rebatible”, (doctora Padilla de Campos.)
No debemos perder de vista”, , “que lo más conveniente para los niños es que vivan en un hogar sano donde haya una buena comunicación, y expresiones de afecto y de cariño”. La comunicación honesta, señala, es también el primer paso en el camino para prevenir una separación. La desconfianza, el distanciamiento y la falta de afecto son indicadores de que se debe buscar ayuda, sobre todo cuando se tiene la responsabilidad de los hijos. “Todo es superable”, dice la doctora Padilla de Campos, “siempre y cuando la persona tenga deseo y voluntad”.
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4) ¿Se te ocurre alguna sugerencia para mejorar este curso de catequesis?
Todo es manifiestamente mejorable, incluso este curso a pesar de ser muy bueno. Pero creo que es más que suficiente para una primera aproximación a estos temas tan complicados para la vida cotidiana de un cristiano sobre todo rodeado de ateos y agnósticos militantes contra tus creencias.
Por ello no lo cambiaría mucho. Quizá solo en aquella sugerencia que hice sobre la generalización de los sentimientos del hombre o de la mujer en el matrimonio, que ya no es tan generalizable.
Gracias por el Curso.
Gracias también e a los compañeros de viaje en el curso.
Paz Y Bien
Luis Prieto.
Alcalá de Henares
España.
luis alberto
 
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Re: Tema 8. Razones contra el divorcio

Notapor Mariangelica7 » Sab Mar 24, 2012 9:15 am

1.¿Cómo argumentarías que el divorcio no es la mejor solución para las crisis matrimoniales? ¿Qué otras soluciones propondrías a los interesados?
El divorcio implica separación, producida por no saber buscar la solución a las dificultades en la pareja, porque muchas veces el egoísmo, no nos permite mirar la realidad y encontrar otras opciones que nos permitan solucionar estas dificultades, el matrimonio exige compromiso y muchas veces debemos abandonar nuestros propio interés para buscar lo que beneficie al matrimonio, buscar orientación espiritual, terapia de paraja, pero sobre todo buscar en Dios el amor que puede renovar el amor en el matrimonio , porque el amor de los hombres tiene límites pero el amor de Dios no.

2 ¿Por qué es igualmente absurdo hablar de "ex-mujer" o de "ex-marido" que de "ex-hijo"?
El matrimonio es un vínculo indisoluble, es para toda la vida y está en el plan de Dios, que el hombre sea uno con su esposa y que atraves de la unión se procree. Es así como al desconocer o no comprender el plan de Dios, que es perfecto, creemos que al no convivir o dejar de amar a la otra persona hemos roto este vinculo, que no se realizo solo ante unas personas, sino fue una promesa hecha ante el mismo Dios.

3. ¿Por qué hacen tanto daño en una sociedad las leyes que facilitan el divorcio?
Porque cada día lleva a desvalorizar más el matrimonio, lleva a la falta de compromiso e inestabilidad tanto a los esposos como a sus hijos, muchas parejas de novios pueden mirar el matrimonio ya no como una unión de amor y entrega definitiva, sino como algo pasajero e inestable del cual podrán liberarse ante la primera dificultad, sin luchar por alcanzar esa verdadera entrega el uno al otro.

4. ¿Se te ocurre alguna sugerencia para mejorar este curso de catequesis?
Los felicito, los temas tratados son de gran importancia, especialmente en estos momentos en que nuestra sociedad muestra realidades totalmente contraria a lo que Dios y la Iglesia quieren para sus hijos. Es la primera vez que participo con ustedes en un curso y fue una experiencia enriquecedora, me gustaría seguir participando más adelante en otros que desarrollen. Me gustaría que desarrollaran un curso de formación para los esposos.
Mariangelica7
 
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Re: Tema 8. Razones contra el divorcio

Notapor mamadetres » Sab Mar 24, 2012 10:45 am

1) ¿Cómo argumentarías que el divorcio no es la mejor solución para las crisis matrimoniales? ¿Qué otras soluciones propondrías a los interesados?
El divorcio es un veneno y es contagioso. Las cosas buenas cuestan y una buena relación requiere trabajo. Hay que reencontrarse y recordar el tiempo en que se enamoraron y el porque se enamoraron.
Hay que dar a los hijos ejemplo de perseverancia, trabajo duro y sacrificio. Pienso que cada día nos volvemos mas egoístas y mas desesperados. Los medios televisivos y avances tecnológicos han cambiado mucho nuestra forma de pensar. Pero solo entregando se es verdaderamente feliz.
2) ¿Por qué es igualmente absurdo hablar de "ex-mujer" o de "ex-marido" que de "ex-hijo"?
Porque el matrimonio es un lazo no soluble. Dios nos ha unido, y el hombre no puede separarlo.
3) ¿Por qué hacen tanto daño en una sociedad las leyes que facilitan el divorcio?
Porque ahora los jóvenes menos piensan al escoger. Aunque piensen que es para siempre, en lo profundo saben que hay una ventana si algo falla. Así es menos difícil escoger. Y viendo tantos divorcios alrededor da menos pena también divorciarse. Antes uno se notaba, ahora es algo muy normal. Por eso se dice que es contagioso. Veo papas divorciados y no veo porque los hijos lo Pensarían dos veces. Si mis papas lo hicieron.... Si mi mejor amigo lo hizo, etc etc.
4) ¿Se te ocurre alguna sugerencia para mejorar este curso de catequesis?
No. Fue estupendo y muy educativo. Muchas gracias querido Padre por escribirlo. Muchas gracias a los organizadores por se tiempo y por ofrecer gratuitamente medios que nos ayudan en nuestro caminar al cielo.
Un abrazo querido a todos.
mamadetres
 
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Re: Tema 8. Razones contra el divorcio

Notapor fj2012 » Sab Mar 24, 2012 1:03 pm

TEMA 8

1) ¿Cómo argumentarías que el divorcio no es la mejor solución para las crisis matrimoniales? ¿Qué otras soluciones propondrías a los interesados?

El matrimonio es una promesa de unión y de amor a Dios. Por lo tanto cuando surgen problemas entre los cónyuges debemos pedirle a Dios que nos ilumine y nos brinde las herramientas para superar las difíciles situaciones que se presentan en toda la vida de convivencia de una familia.

2) ¿Por qué es igualmente absurdo hablar de "ex-mujer" o de "ex-marido" que de "ex-hijo"?

Es una unión entre dos personas, que constituye un misterio del plan de Dios, lo dice el evangelio: "De manera que ya no serán dos sino una sola carne"(Mateo 19,6).

3) ¿Por qué hacen tanto daño en una sociedad las leyes que facilitan el divorcio?

Afectan la estabilidad emocional de esposos, hijos y familiares del matrimonio. El divorcio demuestra nuestra incapacidad para resolver los problemas de la vida. Constituyen un mal ejemplo para novios, o esposo recién casados.
La familia brinda seguridad, contención emocional, amor a todos sus integrantes, cuando está bien encaminada.
Los chicos de 9 o 10 años ya preguntan: ¿es la primera o la segunda esposa? Los adolescentes: ¿si me caso, cuánto durará mi matrimonio?

4) ¿Se te ocurre alguna sugerencia para mejorar este curso de catequesis?

Que se vuelva a repetir el año que viene para las personas que todavía no lo hicieron, como así también deberían repetirse los otros cursos, para poder participar de los foros y tener una constancia que indique que nos interesan y nos preocupan estos temas.

Es un hermoso curso, un regalo del cielo poder hacerlo. Aumenta la Esperanza, la Fortaleza cristiana y los argumentos de nuestra Fe, nos permite reflexionar, obtener respuestas a nuestras inquietudes y tener una visión más profunda del Ser Cristiano.
Gracias Padre Michel Esparza, que San Miguel lo protega siempre!!! Y el eEspíritu Santo lo ilumine aún más para desarrollar nuevos cursos!
Gracias a Catholic.net y a todos sus integrantes.
fj2012
 
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Re: Tema 8. Razones contra el divorcio

Notapor mar-FLOR » Sab Mar 24, 2012 2:21 pm

1.-¿Como argumentarias que el divorsio no es la mejor solucion para las crisis matrimoniales?
*a)en un divorsio simpre salen perdiendo todos. esposo, esposa y sobre todos hijos(en caso de que tengan, y aunque no los tengas hijos, conyugues salen lastimados), me ha tocado ver la separacion de uno de mis hermanos, y de verdad sufren todos, y me duele ver que mi sobrinita sufre con esa separacion, y porque recuerdo lo enamorados que estaban cuando decidieron estar´´ juntos para simpre´´, creo que ellos no lo tomaron en serio, se dejaron vencer y no siguieron alimentando el amor, perdieron la comunicacion...hay muy buenas opciones para evitar crisis matrimoniales, tener buena comunicacion, hablar simpre de todo lo que incomoda, de lo que les gusta a ambos, de lo que piensan, nunca callarse, porque callar entre esposos es dejar que lleguen terceros a hablar, y como personas adultas que somos al tomar la libre decision de casarse asi tambien ser adultos a la hora de las dificultades, o quedaremos como mentirosos ante Dios y sin palabra...
b)¿Que otras soluciones propondrias a los interesados?
*que emprendan cosas juntos, que salgan y sigan conviviendo con o sin hijos, que traten de darse un tiempo para que no termine el noviazgo que los enamoro, que se sigan conociendo, que no permitan que la rutina se apodere del matrimonio, que no piensen que una vez casados el enamoramiento y el cortejo termino y que todo esta hecho... no!! sigo todo eso, hay que ser valientes y perseverantes en el matrimonio para llegar al final de esta hermosa carrera del matrimonio, con respeto y paciencia se puede... pero sobre todo que empiecen como matrimonio que son a vivir juntos su fe, aprender y amar a Dios de verdad, ser verderos discipulos de Dios a salvado varios matrimonios.
2.-¿Po que es igualmente absurdo hablar de ¨ex-mujer¨ o de ¨ex-marido¨ que de ¨ex-hijo¨?
*porque el matrimonio es un vinculo tan indisoluble como el que liga, por naturaleza a padres e hijos. porque del mismo modo que yo no puedo dejar de ser hija de mi padre, tampoco puede una persona casada dejar de ser esposo o esposa del otro conyugue vivo-
3.-¿Por que hacen tanto daño en una sociedad las leyes que facilitan el divorsio?
*porque promueven la desintegracion de las familias. ya los esposos no se esfuerzas en las dificultades ni en nada para construir un matrimonio solido, no tienen intencion de resolver las dificultades que surgen como en todo matrimonio ya que las personas cada una es distinta de la otra, por lo cual no hay matrimonio 100% perfecto sin que haya tenido muchas dificultades superadas, porque ahi radica la perfecion no cuando no hay dificultades sino cuando juntos como conyugues las afrontan y las resulven... desgraciadamente ahora es plaga la idea de que ´´me caso y sino funciona me divorsio y listo´´ qu facil no?... es como quien cambia de ropa o se corta el pelo una y otra vez, por eso hay tanta violencia y jovenes deshubicados, porque ya no hay familias bien cimentadas generalmente simpre falta un pilar de la familia ya se padre o madre, es una inconciencia porque no se esta pensando en las consecuencias, de no cumplir una promesa hecha ante Dios, es como si hablaramos mentiras y sin sentido, que credibilidad podemos tener si le mentimos a Dios?..
4.-¿Se te ocurre alguna sugerencia para mejorar este curso de catequesis?
*me parecio excelente, aprendi muchas cosas que no sabia, gracias por iluminarme y darme mas esperanzas de mi fe, la unica sugerencia que tengo es que sigan adelantte con esta hermosa labor de alimentarnos el espiritu y formarnos en la fe, de la cual me enamoro cada dia mas.... es una bendicion de Dios ser catolica... Dios los bendiga los amo en nuestro Señor Jesus... gracias!!!
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Re: Tema 8. Razones contra el divorcio

Notapor margarita bernal » Sab Mar 24, 2012 3:17 pm

1) ¿Cómo argumentarías que el divorcio no es la mejor solución para las crisis matrimoniales? ¿Qué otras soluciones propondrías a los interesados?

Partiendo de la base que uno en el trabajo tambien tiene crisis y en cualquier relación y siempre debemos superarlas en el caso de nuestro trabajo queremos la recompensa (el salario) en el caso del matrimonio la recompensa la encontraremos en la vida eterna, ademas que al compartir con ese ser que elegimos para toda la vida nos sentimos protegidos acompañados entendidos en el trabajo por el contrario somos criticados y de igual manera debemos seguir por lo que lo mejor es renovar constantemente esa relación con la eucaristía la oración pues bien lo dice el dicho familia que reza unida se mantiene unida ademas que así estamos formando valoras en nuestros hijos y evitando nuevos divorcios

2) ¿Por qué es igualmente absurdo hablar de "ex-mujer" o de "ex-marido" que de "ex-hijo"?

El prefijo EX hace referencia a algo pasado que esta fuera de contexto pero la esposa/o hijo no son del pasado son un constante presente en el que estamos desde el momento que se ha aceptado el compromiso con Dios y con la pareja en el momento del matrimonio pues aunque no lo tengamos presente dijimos en la salud en la enfermedad en fin en cualquier situación que se nos pueda presentar

3) ¿Por qué hacen tanto daño en una sociedad las leyes que facilitan el divorcio?

Dado que la familia es la base de la sociedad y si se destruye entonces se esta desestabilizando la sociedad es algo que se esta viendo en muchos países pùes el resentimiento de los hijos de padres divorciados se canaliza de diferentes maneras incluso en el asesinatos solo que no vemos la causa de los diversos problemas de los jóvenes solo los acusamos y no vemos que son el producto de un hogar destruido por el divorcio la irresponsabilidad de un hombre y mujer que no pueden o no saben afrontar las diferentes situaciones que se presentan en la vida

4) ¿Se te ocurre alguna sugerencia para mejorar este curso de catequesis?
Mejorarlo no pues es excelente nos ayuda a comprender mejor algunas situaciones y discernir sobre como se esta llevando a cabo nuestra vida espiritual y nuestro compromiso de amor con Dios con nosotros y con nuestro projimo
G
Gracias pòr todo que Dios y la virgen Santisima los bendiga en todo momento y espero poder seguir en contacto con ustedes :D ;)
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Re: Tema 8. Razones contra el divorcio

Notapor cjmart01 » Sab Mar 24, 2012 10:16 pm

1. Realmente no es la mejor solucion porque deja profundas heridas en la pareja. Es muy triste y doloroso. Ni hablar, de lo que esto significa para los hijos. El daño en los hijos es muy grande. Un divorcio causa una gran inestabilidad. Antes de tomar la decision de divorciarse hay que buscar alternativas, como buscar ayuda profesional, de un sacerdote y luchar contra viento y marea para defender esa unión.

2. Deberia ser absurdo el decir ex-marido (mujer), ya que cuando decidimos casarnos se supone que fuera para siempre y bien dice la biblia, que con el matrimonio nos convertimos en una sola carne.

3. Las leyes que facilitan el divorcio hacen mucho daño porque esto hace que muchas personas vayan al matrimonio pensando que si no les va bien pueden divorciarse y no luchan por su matrimonio.

4. Entiendo que este curso fue muy edificante, que me hizo, pensar, analizar y crear conciencia sobre todos los aspectos tratados. Es bueno mantenernos aprendiendo lo que nuestra Iglesia Católica espera de nosotros, para poder crecer nosotros en conocimiento y llevar el mensaje a nuestra familia y a otros a quien tengamos la oportunidad de evangelizar.
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Re: Tema 8. Razones contra el divorcio

Notapor profehumberto1 » Dom Mar 25, 2012 3:42 pm

1) ¿Cómo argumentarías que el divorcio no es la mejor solución para las crisis matrimoniales? ¿Qué otras soluciones propondrías a los interesados?A mi modo de ver sería cuestión de separarse un tiempo para pensar mejor las cosas, pero no cortar de tajo la relación matrimonial. Es bien sabido que la meditación ayuda a resolver los conflictos. Creo que al volverse a encontrar y comentar lo meditado ayudará a hacer más fuerte la relación.
2) ¿Por qué es igualmente absurdo hablar de "ex-mujer" o de "ex-marido" que de "ex-hijo"?En efecto, como recuerdan los juristas expertos en Derecho Canónico, la indisolubilidad del matrimonio se deriva de la naturaleza del vínculo matrimonial. El matrimonio es un contrato por el que los contrayentes se convierten en una caro (una sola carne). Es preciso explicar a quienes se preparan para el matrimonio que, al casarse, se obligan libremente a contraer un vínculo tan indisoluble como el que liga, por naturaleza, a padres e hijos. Del mismo modo que yo no puedo dejar de ser hijo de mi padre, tampoco puede una persona casada dejar de ser esposo o esposa del otro cónyuge vivo. En el fondo, es un contrasentido que una mujer, por ejemplo, se refiera a su esposo vivo diciendo: “mi ex-marido”, como es absurdo hablar de “mi ex-hijo” o de “mi ex-madre”.
El matrimonio tiene dos fines: la mutua ayuda entre los cónyuges y la procreación. Habría que mostrar que el divorcio no sólo es nocivo para los hijos, sino también para los propios cónyuges. El éxito del matrimonio depende de la capacidad de comunicar y de amar de verdad.
3) ¿Por qué hacen tanto daño en una sociedad las leyes que facilitan el divorcio?Porque evitan hablar de la indisolubilidad del matrimonio y se limitan a hablar de las conveniencias personales del divorciado o divorciada sin tomar en cuenta el daño material, social y amoroso que van a causar a los hijos y a la misma pareja.
4) ¿Se te ocurre alguna sugerencia para mejorar este curso de catequesis?Me gusto mucho el curso, pero creo que se debería profundizar un poco más sobre los temas y a veces ser más claros sin tantas palabras filósofas, además de agregar nuevos temas. Pero felicidades fue un gran avance para mí ya que lo comenté con mi esposa y hemos reflexionado sobre ello.
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Re: Tema 8. Razones contra el divorcio

Notapor Thelma Delgado » Dom Mar 25, 2012 4:12 pm

1) ¿Cómo argumentarías que el divorcio no es la mejor solución para las crisis matrimoniales? ¿Qué otras soluciones propondrías a los interesados?
Dios dice en su palabra: "y se serán una sola carne", con ello entiendo que todo lo que uno hace al otro, se lo hace así mismo, aunque no se quiera aceptar, a la larga se ven los resultados. Es mejor reencontrarse con uno mismo, y esto lo hacemos a traves de Dios.

2) ¿Por qué es igualmente absurdo hablar de "ex-mujer" o de "ex-marido" que de "ex-hijo"?
Por que estos vinculos son mucho mas grandes, asi como es absurdo hablar de ex hijos, el vinculon matrimonial permanece en el tiempo, por que es una promesa hecha ante Dios. Siento que cuando uno de los conyuges usa el termino "ex", reina más e egoismo en el corazon de la persona, y que por un poco de ignorancia y otro tanto de soberbia no se quiere llegar a entender la magnitud de la promesa hecha ante Dios.

3) ¿Por qué hacen tanto daño en una sociedad las leyes que facilitan el divorcio?
La sociedad trabaja no para la union y estabilidad de las parejas.

4) ¿Se te ocurre alguna sugerencia para mejorar este curso de catequesis?
Me parce super interesante, la verdad de parece una uena herramienta, solo que por casualidad me entere. Talvez, se necesitaria mayor difusiondel curso.
Thelma Delgado
 
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Re: Tema 8. Razones contra el divorcio

Notapor Pak-o » Dom Mar 25, 2012 6:27 pm

Participación en el foro:

1) ¿Cómo argumentarías que el divorcio no es la mejor solución para las crisis matrimoniales? ¿Qué otras soluciones propondrías a los interesados?

“El capullo es a la Mariposa, como los Problemas a los Cónyuges”, después de pasar por “tremendas dificultades, la Mariposa surge fortalecida del capullo, débil, frágil y enferma surgiría, si de cualquier otra manera se le “ayudará” a dejar más rápido el mencionado capullo. Todos los problemas de los cónyuges tienen solución, el divorcio es eso un problema agregado al Matrimonio, no una solución.

El Divorcio, es un Sofisma, al que recurren los más incautos para seguir cometiendo nuevos errores, desafortunadamente, es un argumento creado por un “tuerto” para convertirse en guía de “ciegos”. Existen tantas soluciones para salvar a un Matrimonio, como argumentos en contra del mismo, tenga cada uno de los Cónyuges.

Solo basta que cada uno acepte la responsabilidad que lo llevo a querer recurrir a la Falacia del Divorcio. Separación temporal, Sesiones terapéuticas individuales, Sesiones terapéuticas en pareja, Sesiones terapéuticas en Familia, Sesiones de Catecismo Básico, Comprobaciones de Teoría de lo Absurdo respecto de su comportamiento dentro del Matrimonio, Análisis de lo que pierde y deja de ganar, vs lo que “piensa” cualquier cónyuge que podría ganar. Son algunos de los Temas que propondría como solución a los interesados en divorciarse.

2) ¿Por qué es igualmente absurdo hablar de "ex-mujer" o de "ex-marido" que de "ex-hijo"?

Porque la sociedad sabe de la “responsabilidad”, que adquieren el hombre y la mujer cuando “libremente” deciden casarse, independientemente de las creencias religiosas de dicha sociedad, dan una “entidad” legal a los frutos (hijos) de esa unión y nunca los dejarían desprotegidos (no en una sociedad con el mínimo de valores morales).

Desafortunadamente, los términos “ex”, respecto a los cónyuges, son desde hace tiempo, “aceptados”, por la sociedad que gracias a Dios no concibe emplear aún el término “ex-hijos”, pues el día que lo haga, se dará cuenta que ha estado caminando por la ilegalidad y la inmoralidad. Sin duda ese día lo absurdo de nuestra sociedad, recibirá nuevamente la Luz que lo llevará al camino de la Verdad.

3) ¿Por qué hacen tanto daño en una sociedad las leyes que facilitan el divorcio?

Porque están “destruyendo” el vinculo en que se fundamente dicha “sociedad”, la Familia, sin Familia no habrá “sociedad”, sino “individuos”, sin vínculos de pertenecer a…entonces tendremos tantas “sociedades” como “individuos” conformen las comunidades. Dejaremos de existir pues seremos cadenas con eslabones débiles, nunca habrá un vínculo que la fortalezca tanto como la fortalece la Familia.

Las Leyes que facilitan el Divorcio, facilitan la extinción de la Familia.

4) ¿Se te ocurre alguna sugerencia para mejorar este curso de catequesis?

Pienso que si se agregaran audios o videos dejarían un poco más de enseñanza, ya que no todos aprendemos solamente “leyendo”, algunos necesitamos “sentir” lo que se nos expone, o algún comentario en particular sobre nuestras respuestas de participación en el Foro.

Me parecen muy “acartonadas” las felicitaciones por las respuestas dadas en cada sesión. Más bien me parece un modo diplomático de no inhibir nuestro entusiasmo para continuar en el Curso, En Jn. 6, cuando nuestro Señor Jesucristo habló acerca de “comer” su Carne y “beber” su Sangre, muchos lo dejaron por hablarles tan sinceramente, pero Él se limito a continuar con la misión que el Padre le había encomendado, lejos de buscar el no “herir” con la verdad, le reafirmo la Verdad.

Doy Gracias al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, por haberme permitido iniciar y concluir este Curso que tanta falta me hacía, agradezco también al Sitio Web de Catholic Net, por ponerlo a nuestra disposición de una manera tan accesible. Agradezco también a nuestro ponente por compartirnos su sabiduría, así como a todos los que hicieron posible este Proyecto que abona directamente con el entendimiento del Plan Salvífico que el Señor tiene para cada uno de nosotros.
Pak-o
 
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Re: Tema 8. Razones contra el divorcio

Notapor Heladio Gabriel » Dom Mar 25, 2012 7:03 pm

1) ¿Cómo argumentarías que el divorcio no es la mejor solución para las crisis matrimoniales? ¿Qué otras soluciones propondrías a los interesados?
El pasado 14 de febrero tuve el don de Dios de poder celebrar mis 25 años de matrimonio y no me queda duda que no hay una receta mágica que pueda dar respuesta a tan inquietante problema que menoscaba poco a poco nuestros hogares y nuestra Iglesia militante, sin embargo, una pieza clave para resolver muchos de los problemas matrimoniales, es sin duda la comunicación profunda y amorosa, que aunada con una sincera y bien entendida humildad pueden construir matrimonios sólidos.
Por supuesto que el divorcio no es la solución. A quienes conozco en esa situación argumentaron en su momento diversos discursos desgastados y sin fundamento alguno y he visto como su vida se ha ido contaminando y apagando espiritualmente. De ahí que una de los argumentos bien fundados que propongo es la comunicación sincera y humilde. Venerarse y entregarse totalmente a la pareja. Abrirse a la presencia amorosa de Dios en nuestra vida.

2) ¿Por qué es igualmente absurdo hablar de "ex-mujer" o de "ex-marido" que de "ex-hijo"?
Sencillo, el matrimonio es indisoluble. No lo termina ni la ley humana, ni el capricho, ni la necedad o incapacidad de comunicación y entrega humanas.

3) ¿Por qué hacen tanto daño en una sociedad las leyes que facilitan el divorcio?
Destruyen los cimientos de todo sociedad y de la Iglesia militante misma: la familia. Promueven la cultura de la muerte y la violencia.

4) ¿Se te ocurre alguna sugerencia para mejorar este curso de catequesis?
Demasiado breve, ya que mi ignoracia es grande, por lo que sugiero crear una segunda parte. Darle continuidad a este maravilloso esfuerzo. Es un curso que debe aprovechar los medios actuales para darle una mayor difusión.
Es lamentable que no todos los textos de referencia aludidos se encuentran en América y en especial en México, pero celebro la calidad humana del Padre Michel y pido a Dios que le retribuya al ciento por uno este maravilloso esfuerzo.
Heladio Gabriel
 
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Re: Tema 8. Razones contra el divorcio

Notapor MA SOCORRO A REYES L » Dom Mar 25, 2012 8:51 pm

1) ¿Cómo argumentarías que el divorcio no es la mejor solución para las crisis matrimoniales? ¿Qué otras soluciones propondrías a los interesados?
Puede que la Iglesia Católica sea la única que defiende incondicionalmente la indisolubilidad del vínculo matrimonial, esto es, que sólo la muerte puede disolver el vínculo que un hombre y una mujer han contraído válidamente y hace algunos decenios el matrimonio civil también era «hasta que la muerte nos separe» porque la ley civil se inspiraba en la ley natural. Y según la ética natural, el divorcio es un mal moral para todo ser humano, sin embargo, vivimos en un ambiente sin compromiso y sin responsabilidad en el que el matrinmonio puede romperse si el hombre y la mujer argumenta tener diferencias irreconciliables, es trabajo arduo como todos Iglesia el que tenemos para rescatar esta ética moral y sacramento de la Iglesia Catpilica,
2) ¿Por qué es igualmente absurdo hablar de "ex-mujer" o de "ex-marido" que de "ex-hijo"?
Bueno, si todo se ve desde un vaso medio lleno o a medio llenar, es natural que dentro de una cultura light, la persona humana prefiera no tener compromisos ni responsabilidad y tratar de olvidarse y en muchas ocasiones llegar al olvido de que la concepcion y un hijo son una responsabilidad y que todos somos hijos de Dios y que tenemos que tener una correspondencia moral y ética porque somos semejantes a Dios, Nuestro Señor.
3) ¿Por qué hacen tanto daño en una sociedad las leyes que facilitan el divorcio?
Porque en una sociedad en que las leyes facilitan el divorcio se ha perdido el respeto individual hacia la persona humana, se maneja masificación, no existe importancia en lo que representa la individualidad de la persona humana como un ser único e irrepetible.
4) ¿Se te ocurre alguna sugerencia para mejorar este curso de catequesis?
Que dios, Nuestro Señor ilumne al P.Michel Esparza para continuar en la evangelización a través de la redes sociales.
MA SOCORRO A REYES L
 
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Re: Tema 8. Razones contra el divorcio

Notapor cesar gonzales » Dom Mar 25, 2012 9:32 pm

Un saludo a todos los hermanos en Cristo Jesús :D :D :D
1) ¿Cómo argumentarías que el divorcio no es la mejor solución para las crisis matrimoniales? ¿Qué otras soluciones propondrías a los interesados?
En cada matrimonio hay dificultades porque somos personas imperfectas y el divorcio no es la mejor solución, la solución es buscar a un buen asesor matrimonial —médico, psicólogo o sacerdote— capaz de ofrecer los consejos y las terapias pertinentes. El deterioro de un matrimonio siempre es paulatino. Cuanto antes se tomen medidas, mejor. Por desgracia, la gente suele pensar que no necesita formarse en este terreno, como si uno naciera sabiendo ya cómo se lleva bien una relación matrimonial.
2) ¿Por qué es igualmente absurdo hablar de "ex-mujer" o de "ex-marido" que de "ex-hijo"?
Cuando recibimos el sacramento del matrimonio hacemos un compromiso que adquieren los contrayentes es realmente espectacular. Acostumbro a decirlo en la celebración de una boda. Los contrayentes prometen, ni más ni menos, que seguirán siendo fieles en todas las circunstancias, exceptuada la muerte. Ni la enfermedad, ni siquiera la infidelidad del otro cónyuge, puede hacer que dejen de ser marido y mujer. el sacramento del matrimonio tenemos que tener un crecimiento espiritual.
Es preciso explicar a quienes se preparan para el matrimonio que, al casarse, se obligan libremente a contraer un vínculo tan indisoluble como el que liga, por naturaleza, a padres e hijos. Del mismo modo que yo no puedo dejar de ser hijo de mi padre, tampoco puede una persona casada dejar de ser esposo o esposa del otro cónyuge vivo. En el fondo, es un contrasentido que una mujer, por ejemplo, se refiera a su esposo vivo diciendo: “mi ex-marido”, como es absurdo hablar de “mi ex-hijo” o de “mi ex-madre.
3) ¿Por qué hacen tanto daño en una sociedad las leyes que facilitan el divorcio?
Porque abren una puerta de escape a la responsabilidad que se comprometieron en el altar como consecuencia dañan a su familia,esposa e hijos porque hacen falta hoy en día modelos de fidelidad matrimonial.
¡Qué importante es fomentar un clima social que apoye el compromiso matrimonial!
4) ¿Se te ocurre alguna sugerencia para mejorar este curso de catequesis?
No tengo sugerencias, Quiero agradecer a Dios y a ustedes hermanos por enfocarnos mejor en la fe de nuestra iglesia católica.
Que la bendición de Dios padre y la virgen María este con ustedes me despido con un fuerte abrazo desde Arequipa
:D :D :D :D
cesar gonzales
 
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