por +++_++ » Mar Feb 28, 2012 7:15 am
Vale la pena realmente frecuentar los sacramentos?
Sì Vale la pena frecuentar los sacramentos.
¿por qué?
Porque por medio de los Sacramentos se nos confiere una gracia salvìfica capaz de curar las heridas de nuestros pecados, purificàndonos poniendo en orden el desbarajuste interior causado por el pecado. ; pues los Sacramentos son signos eficaces que nos transmiten la Gracia Divina que contienen. Fueron instituidos por Cristo y confiados a la Iglesia . Los ritos visibles bajo los cuales son celebrados, significan y realizan las gracias propias de cada sacramento y dan fruto en quienes los reciben con las disposiciones requeridas». Como afirma el Catecismo de la Iglesia Católica, los sacramentos «son eficaces porque en ellos actúa Cristo mismo, tienen una eficacia infalible». Asì que la eficacia del Sacramento no sufre alteraciòn debido al estado de gracia del Sacerdote que administra el Sacramento; aunque sì ayuda mucho si los celebra con gran devociòn .
¿El ser humano es capaz de querer amar, saber amar y poder amar como Dios ama?
El hombre ha sido creado para amar como Cristo ama, pero el pecado se lo impide, El egoísmo que más impide el amor verdadero es la soberbia. En la raíz de todo mal moral, hay siempre tres posibles causas entremezcladas: mala voluntad (no querer), ignorancia (no saber), e incapacidad (no poder).
¿Qué necesita para lograrlo?
Necesita que la Gracia Divina cure su incapacidad. La Gracia Santificante es el don del Espíritu Santo obtenido por Cristo en la Cruz., un don sobrenatural que, al transformarnos interiormente, nos capacita para amar como Cristo ama. Para llevar a cabo esa misteriosa transformación, el Espíritu Santo opera en nosotros de modo progresivo tres efectos conjuntos: ilumina nuestro entendimiento para comprender el Amor de Dios, inflama nuestra voluntad para encendernos en deseos de corresponderle, y purifica nuestro corazón para conformar nuestros afectos con los de Cristo.
Hay que estar conscientes de que la transformaciòn interior es necesaria y que se irà dando en un proceso que durarà toda nuestra vida..Por tanto; mencionaremos algunos aspectos que hay que tener siempre presentes :
- para progresar en el amor, hacen falta querer, saber y poder. No basta con proponérselo.Y como en la raíz de todo mal moral, hay siempre tres posibles causas entremezcladas: mala voluntad (no querer), ignorancia (no saber), e incapacidad (no poder), para poder vencer en esas peleas que nos superan, conviene indagar las causas más profundas, remover cimientos, operar sobre nuestros sentimientos de fondo.
- Hace falta también un aprendizaje y una capacitación. Ante todo, necesitamos aprender a amar. El hombre se perfecciona en la medida en que integra todos sus recursos con el fin de amar cada vez más y mejor, si lo logra, vive en armonía con Dios, consigo mismo y con los demás. El desamor, en cambio, surte el efecto contrario; según Juan Pablo II, el pecado «aleja al hombre de Dios, lo aleja de sí mismo y de los demás.
- Hay que purificarse, el hombre para purificase, debe desandar el camino equivocado, poniendo orden en el desbarajuste interior causado por el pecado. Vale la pena, pues de ello depende nuestra felicidad. Además, si queremos ir al Cielo, tarde o temprano, aquí o en el Purgatorio, nos tendremos que purificar. Para ello, necesitamos una profunda conversión interior al calor de la gracia divina y de nuestra buena voluntad.
- Hay que confesarse.- Cuanto más conscientes somos de nuestras incapacidades y de nuestras heridas, mejor entendemos que la perfección del amor no es posible sin una especial ayuda divina. Cuanto más conscientes seamos de las profundas raíces de nuestras heridas interiores, mejor entendemos la necesidad de esa gracia divina que sana y por qué la Iglesia recomienda la confesión frecuente, aunque no haya pecados mortales, como medio de curar nuestras incapacidades.
-Cristo no se limita a enseñarnos a amar. Nos ofrece también una gracia que nos capacita para amar como Él ama. En la Última Cena, «mandamiento nos pidió que nos amásemos unos a otros como Él nos ha amado Sin la ayuda de la gracia, el ejemplo de Cristo sería inimitable.
Necesitamos, como escribe Juan Pablo II, esa «fuerza que transforma interiormente al hombre»15, ese don del Espíritu Santo que «transforma el mundo humano desde dentro, desde el interior de los corazones y de las conciencias»16..
- La santidad, como perfección de amor, no es posible sin la ayudade la Gracia divina. Salvación viene de salud: para salvar hay que sanar,.la gracia cura nuestra incapacidad de amar bien -de modo libre, desprendido y desinteresado-, y nos eleva a la dignidad de hijos de Dios
* CRISTO ES, A LA VEZ MODELO Y FUENTE DE AMOR PERFECTO. . Nos enseña a amar y, mediante esa gracia que nos cura y dignifica, nos capacita para amar como Él ama. Existe una estrecha relación entre ser amado, amarse a sí mismo y amar a los demás. Por una parte, ver que alguien me ama, favorece mi autoestima.- .El desarrollo de mi capacidad afectiva depende del amor de Dios.-Para poder amar a los demás, con sus cualidades y defectos, debo aprender a amarme a mí mismo tal como soy, . Y para poder amarme así a mí mismo, necesito descubrir el Amor misericordioso de mi Padre Dios
.- Para avanzar por el camino de vida cristiana, precisamos una honda conversiòn interior: tenemos que abandonarnos confiadamente en el Amor del Señor.
A medida que avanzamos en este curso de eneñanza, siento que se và poniendo màs interesante.
Gracias,
Hasta la pròxima.
Marìa Dolores.