LA MEDALLA MILAGROSA, LA CAPILLA DE LA CALLE BAC (PARIS – FRANCIA)Al número 140 de la Calle Bac en París se puede llegar por Metro (estaciones: Sèvres Babylone o Rue du Bac) o por bus (números: 39, 63, 70, 84, 87, 94).
La capilla pertenece a la Orden de las Hermanas de la Caridad fundada por San Vicente de Paul, y es un importante sitio de peregrinación. La Virgen ahí se apareció a en 1830 a Santa Catalina Labouré
Este es uno de los mayores centros de peregrinación. En esta capilla, la Virgen María se apareció en 1830 a una novicia de las Hijas de la Caridad, Santa Catalina Labouré, para dar al mundo una medalla (1806-1876), la medalla milagrosa.
Este sencillo objeto, a todos destinado sin distinción, recopila, por su rico simbolismo, los misterios de la fe cristiana.
Cuando estalla en París, en febrero de 1832, una terrible epidemia de cólera que va a causar más de 20.000 muertes, las Hermanas empiezan a distribuir las primeras medallas. Se multiplican las curaciones así como las protecciones y conversiones. Es un verdadero maremoto. El pueblo de París califica la medalla de “milagrosa”.
HISTORIALa Compañía de las Hijas de la Caridad, fundada en 1633, fue la obra maestra común de San Vicente y de Santa Luisa. Se desarrolló la Compañía en el mundo entero, siendo fiel a su vocación. Cuando, un día del año 1830, llegó a la calle del Bac, para ser novicia, una joven borgoñona de 24 años…
A las apariciones de la Virgen Santísima a Catalina Labouré y a la difusión de la medalla milagrosa siguió un extraordinario aumento de vocaciones, tanto para las Hijas de la Caridad como para los Padres de la Misión. El fervor creció más que nunca.
A lo largo de los años, la Compañía siguió cumpliendo su servicio respetando el espíritu de los fundadores: humildad, sencillez, caridad.
La antigua capilla del Sagrado Corazón en la Casa Madre de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, Rue du Bac, se ha convertido en Capilla de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, pues allí se manifestó la Virgen María a Catalina Labouré el año 1830. La «medalla» que la Virgen confió a Catalina no ha cesado de difundirse desde 1832. Pronto dieron los parisinos el apelativo de «milagrosa» a esta medalla, por los años en que hacían estragos las epidemias.
El 23 de julio de 1880 se establece la festividad de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa, fijada para el 27 de noviembre, a los cincuenta años de su revelación. El año 1897, de conformidad con León XIII, el cardenal Richard procedía coronar la estatua de la Virgen María.
Hasta 1930 se comprueba una presencia continua de fieles, de París esencialmente, los cuales acuden a la capilla siempre que se les hace accesible. Allí rezan, bien individualmente, o bien uniéndose a las Hermanas que recitan el rosario. No pueden, empero, asistir de manera normal a los oficios de una comunidad entonces muy numerosa, que llena ella sola la capilla.
Ocasionalmente, las Hermanas de diversas casas de París, llevaban la juventud a la capilla. La asistencia aumentaba bastante entre el 27 de noviembre y el 8 de diciembre, con motivo de celebrase la novena.
En 1930 se celebró el centenario de las apariciones, señalado ante todo por la Peregrinación Internacional de las Hijas de María, que inaugura una era de grandes peregrinaciones. En efecto, desde aquel año, una serie de peregrinaciones se añaden a la presencia continua de bastantes personas, las horas que permanece abierta la capilla, y a la considerable afluencia por razón de la novena, del 27 de noviembre al 8 de diciembre: Hermanas de las casas de París siguen llevando a sus jóvenes; de Francia y de Europa llegan grupos de Hijas de María; se ven asimismo peregrinaciones de «profesionales», así una de conductores de autobús, otra del Bon Marché, otra de los vascos de París; peregrinaciones parroquiales, con los niños de primera comunión de París y su misa de acción de gracias. Este movimiento continúa hasta 1940. En el recuerdo de los testigos de esta época, se alcanzó la cima de la participación en 1930 con la peregrinación de las Hijas de María.
En 1940, la capilla se abre al público durante más tiempo: en la comunidad son menos numerosas las Hermanas, a muchas de las cuales la guerra impone el éxodo. En adelante pueden tomar parte en las funciones los fieles de París, como también el personal militar del servicio de ambulancias, instalado en aquellos locales. Prosiguen las peregrinaciones de niños de las escuelas de París, estén o no dirigidas por Hermanas.
Las peregrinaciones internacionales son un ulterior aporte entre 1944 y 1935: vienen de Alemania, Inglaterra, América… Las hay que suman cuatro centenares de personas.
En 1953 comienza la Novena Perpetua, que tiene lugar en la capilla cuatro veces todos los martes. A ella asisten muchos parisinos. La capilla está abarrotada en la misa vespertina. Entre el 27 de noviembre y el 8 de diciembre, la afluencia es tan caudalosa, que para entrar deben formarse colas.
Se observará la sustancial modificación operada a raíz del Concilio: a los actos de la Novena seguirá la celebración eucarística, cuya idea es unir a la eucaristía la devoción mariana, “Venid al pie de este altar”.
Hoy, las Hijas de la Caridad están presentes en 91 países de los cinco continentes, sobre todo en los más pobres. Son aproximadamente 20 000 en el mundo. En Europa, son 13 000. En Francia, 1 000.
LA CAPILLAEn París ¿quizás haya visitado ya Notre-Dame, el Sacré-Coeur, Notre-Dame des Victoires o alguna que otra de sus innumerables iglesias?
Pero ¿sabe usted que aquí mismo un santuario mariano atrae a millares de peregrinos venidos del mundo entero?
Aquí, en esta capilla, en pleno centro de la ciudad, reinan el silencio y el recogimiento, el fervor, la confianza y el agradecimiento. Se siente en ella un ambiente de juventud, la eterna juventud de la que está sin pecado, la Inmaculada…
Aquí, será acogido por un equipo constituido por Sacerdotes, Hermanas, Laicos de todas las nacionalidades.
Aquí, en esta capilla, la Virgen María ha estado “en carne y hueso” según las propias palabras de Santa Catalina Labouré…
Imágenes:
Esta es la Casa Madre de las Hijas de la Caridad. Con ellas, con su historia, nos sentimos vinculados.
LAS APARICIONESEl cielo bajó a la tierra…Desde julio hasta diciembre de 1830 sor Catalina, joven novicia de la Hijas de la Caridad, recibe el inmenso favor de conversar tres veces con la Virgen María.
En los meses precedentes, Catalina fue favorecida con otras apariciones.
San Vicente de Paúl le enseñó su corazón. Estando en oración en la capilla, Catalina vio tres días seguidos, el corazón de San Vicente de Paúl de tres colores distintos. Se le apareció primero blanco, color de paz; luego, rojo, color de fuego; por último, negro, señal de las desgracias que iban a caer sobre Francia y París en particular.
Poco después, Catalina vio a Cristo presente en la Eucaristía, más allá de las apariencias del pan.
« Ví a Nuestro Señor en el Santísimo Sacramento, durante todo el tiempo de mi seminario, excepto todas las veces en que dudé. »
El 6 de junio, fiesta de la Santísima Trinidad, se le apareció Cristo como Rey crucificado, despojado de todos sus atributos.
LA MEDALLAEn esta capilla escogida por Dios, la Virgen María en persona ha venido a revelar su identidad por medio de un objeto pequeño, una medalla, destinada a todos sin distinción!
La identidad de María era tema de controversias entre teólogos desde los primeros tiempos de la Iglesia. En 431, el Concilio de Efeso había proclamado el primer dogma mariano: María es madre de Dios. Desde 1830, la invocación.
« Oh María, sin pecado concebida, ruega por nosotros que recurrimos a ti » que se levanta hacia el cielo, mil y mil veces repetida por miles de almas cristianas en todo el mundo a petición de la Madre de Dios, va a producir su efecto.
El 8 de diciembre de 1854, Pío IX proclama el dogma de la Inmaculada Concepción: por una gracia especial que ya le venía de la muerte de su Hijo, María fue concebida sin pecado.
Cuatro años más tarde, en 1858, las apariciones de Lourdes van a confirmar a Bernadette Soubirous el privilegio de la madre de Dios.
Corazón Inmaculado, María fue la primera rescatada por los méritos de Jesucristo. Es luz para nuestra tierra. Todos estamos destinados, como ella, a la felicidad eterna.
Una medalla milagrosa…¿por qué?…¿luminosa, cómo?…¿y dolorosa?
ORACIÓN DE JUAN PABLO II EN LA CAPILLA« ¡Oh María, sin pecado concebida! ruega por nosotros que recurrimos a Ti »
¡Oh María, sin pecado concebida! Ruega por nosotros que recurrimos a Ti. Ésta es, oh María, la oración que inspiraste a Santa Catalina Labouré en este mismo lugar, hace ciento cincuenta años. Y esta invocación, grabada ahora en la Medalla, la pronunciarán en adelante ¡tantos fieles en el mundo entero![ … ]
¡Bendita tú eres entre todas las mujeres!
Has sido íntimamente asociada a toda la obra de nuestra Redención, asociada a la Cruz de nuestro Salvador: tu corazón fue traspasado junto a su Corazón.
Y ahora, en la gloria de tu Hijo, no cesas de interceder por nosotros, pobres pecadores. Velas por la Iglesia, de la que eres la Madre. Velas por cada uno de tus hijos, y alcanzas de Dios, para cada uno de nosotros, todas las gracias que simbolizan los rayos de luz que emergen de tus manos abiertas, con la sola condición de que nos atrevamos a pedírtelas, de que nos acerquemos a Ti con la confianza, la osadía, la sencillez de un niño.
Y así, nos llevas sin cesar hacia tu divino Hijo.
Juan Pablo II (1980)
EVOLUCIÓN DE LA CAPILLALa capilla de Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa es a la vez lugar de oración, centro pastoral, y meta de peregrinaciones.
LUGAR DE ORACIÓN PARA LA GENTE Lo es la capilla por cierto desde 1897, o al menos desde los primeros años del siglo XX. En la actualidad suman entre cinco y seis mil las personas que pasan a diario por la capilla. Se ve a los fieles habituales de la región parisina, pero también a forasteros, que acuden para orar individualmente. Esa misma es más o menos la asistencia de los martes. El tránsito incesante de fieles, llegados del mundo entero, señala a esta corriente, formada por tantos como oran en el santuario ante la Virgen María. Hay que contar asimismo el buen número de sacerdotes que siempre han venido para celebrar aquí la eucaristía.
Desde hace una treintena de años se ve aumentar en progresión a visitantes de las Antillas, de la Isla Reunión, de la India, de África, de Asia Suroriental – esencialmente vietnamitas –. El contingente de personas de color es muy importante y constituye tal vez la mitad de los peregrinos. La afluencia ostenta gran mezcla, y en ella están representadas todas las categorías socio-profesionales. Pero integran la mayoría personas sencillas. En conjunto se trata, cualquiera sea el origen social o étnico, de gente con una fe simple que se plasma en formas clásicas. No hay, en su mayor parte, una actitud de bloqueo ante una evolución progresiva, o ante los cambios que tal vez han de efectuase. Precisa estar atentos a las diferencias de cultura y de aproximación religiosa. En particular, la manera de expresarse los antillanos, refleja toda una formación recibida en su país, la cual podría sorprender.
Desde la reapertura de la capilla el 11 de junio de 1980, concluida la magna obra que se había hecho necesaria, es de notar un ascenso y un rejuvenecimiento en el número de hombres, como nunca antes se alcanzó. Sin embargo, las mujeres siguen siendo más numerosas.
CENTRO PASTORALSe pone el acento en la oración mariana de intercesión y en la de acción de gracias. Desde 1953, fuera de las funciones específicas de los martes, hay todos los días: 1) al menos tres celebraciones eucarísticas; 2) hora santa mariana, con rosario y, para concluir, adoración del Santísimo; 3) vísperas con la comunidad. Están además, cada semana, las eucaristías dominicales en conexión con las parroquias bajo una perspectiva eclesial. Observemos a este efecto, que nos hemos encuadrado en la pastoral de la diócesis de París y que tomamos parte en las reuniones programadas.
Se ha constituido un equipo de animación pastoral que integran cinco sacerdotes, una decena de confesores, tres Hermanas con dedicación total, y un buen número de seglares benévolos, más otras Hermanas que, sin dejar el oficio de su comunidad, participan en actividades repartidas por ramos: 1) buena acogida de personas y grupos; 2) presentación de montajes audiovisuales, etc.; 3) varios recibimientos; 4) servicio de sacristía; 5) medallas; 6) la entrada, el pasaje, la portería… Más específicamente, hemos creado un espacio vicenciano, el cual permite presentar gratamente, en su diversidad, a la Familia Vicenciana.
META DE PEREGRINACIONES Proceden en la actualidad de todos los países. Frente a este fenómeno de mundialización, buscamos una respuesta que cualifique la buena acogida como mariana y vicenciana, en un espíritu de colaboración fraterna, donde todos se sientan partícipes de una misma misión al servicio del mensaje proclamado en este lugar. Para señalar bien nuestra vertebración en los movimientos de la Iglesia, somos miembros de la Asociación de Rectores de Santuario (ARS); de la Asociación de Obras Marianas (AOM); y de la Asociación Nacional de Directores Diocesanos de Peregrinaciones (ANDDP).
Como meta de peregrinaciones, recibe actualmente la capilla, por término medio, a una docena de peregrinaciones por semana. Vienen de todos los rincones de Francia y de todas las partes del mundo. En cuanto a Francia, llegan centros docentes, niños de la catequesis, scouts, y aun grupos de personas mayores (Vie Montante). Las peregrinaciones internacionales son a menudo grupos que van a Lourdes y pasan por París. En ellas hallamos asimismo a personas de todas las edades. Y pese a su condición de «viaje al extranjero», no se les nota mucha mentalidad de «turistas», sino que nos encontramos con gente deseosa de orar.
Otra observación: si en algún momento ha podido hablarse de declive en la piedad mariana, ésta no se deja percibir en la capilla de rue du Bac. El éxito de la novena, lanzada en 1953 por el P. Henrion y continuada por sus sucesores, demuestra responder a un ansia profunda del pueblo de Dios, que quiere a María presente en su vivir. De cualquier modo, estamos frente a un movimiento muy regular de participación constante. Y hoy podemos asegurar que, desde la reapertura de la capilla y la visita de Juan Pablo II, el 31 de mayo de 1980, hay un número creciente de peregrinaciones, algunas de las cuales culminaron en acontecimientos de excepción, así las Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ) el año 1997, cuando llegaban diariamente de 30.000 a 50.000 y más jóvenes, con motivo de las grandes fiestas marianas, tal la Asunción el 15 de agosto.
ACTUALES PERSPECTIVAS PASTORALES Partiendo de la realidad, hacemos las observaciones que siguen:
•El conjunto de las personas que frecuentan la capilla proviene de la que suele llamarse «religión popular».
•Su expresión religiosa es la del catolicismo en su forma tradicional.
•Debemos tener en cuenta la aproximación religiosa peculiar de los antillanos, reunioneses, africanos y demás.
•Advertimos la presencia de cierto número de jóvenes, sin mucha formación doctrinal, pero que manifiestan gran apetito espiritual.
•Aunque encontramos a veces actitudes que delatan formalismo o aun superstición, estamos ciertos de que, en su mayoría, esta gente ora de verdad, y muchos viven una fe ilustrada y comprometida. Nos acontecerá el ser cada vez menos interpelados por una minoría que reacciona contra la pastoral actual; en cambio comprobamos que la inmensa mayoría de los participantes es resueltamente fiel al Concilio, y pide sólo tomar parte en la vida de la capilla – por ej., ofreciéndose a hacer las lecturas, la colecta, asumir ciertos servicios (así el de las medallas, o bien el recibimiento en el pasaje y, desde hace un año, manejar del Internet de la capilla.
•Vemos cómo es la capilla un lugar al que vienen muchos para presentar a Cristo y a Nuestras Señora sus penas, sus dificultades; un lugar al que vienen buscando la paz. Y como adondequiera ella descendió para traernos un mensaje, María conduce la multitud a su Hijo, en un movimiento de conversión y de aproximación a la eucaristía.
En un recinto acomodado para ese efecto, al fondo de la capilla, un sacerdote permanece a disposición de los fieles que quieran acercarse al sacramento de la reconciliación: son cientos las personas lo reciben cada día.
Se celebran al menos tres misas diarias, y los martes hasta cinco, sin contar las que se dicen en diversas lenguas a grupos de peregrinos. Se patentiza ahí el estrecho lazo que existe entre la devoción mariana y la participación eucarística – más de 550.000 sagradas formas se distribuyen todos los años, cantidad que fácilmente se multiplica por cuatro, según experimentados criterios, para que equivalga a la de entradas en la capilla –.
Lejos de decaer, la piedad mariana demuestra ahí su dinamismo, y aun resulta enriquecida, efectuando aquello para lo que está hecha: llevar más y más hacia Cristo.
CON MARIA, CENTRADOS EN CRISTO
Intentamos, pues, realizar una pastoral resueltamente centrada en Cristo, de pleno acuerdo con una devoción mariana auténtica y con el mensaje de Nuestra Señora en la rue du Bac: «Venid al pie de este altar», la M y la Cruz, los dos corazones… Este acento cristológico se manifiesta de modo particular en las celebraciones eucarísticas, parte integral de las funciones del martes. Pero cuidamos además de ilustrar doctrinalmente el lazo entre María y su Hijo, cualquiera sea la función celebrada: rosario, hora santa, etc… Fieles a la Iglesia, al último Concilio, a la enseñanza del Papa Juan Pablo II, nos proponemos practicar una pastoral exenta de proyectos intempestivos, si bien conforme a las orientaciones dadas y a las posibilidades que se brindan en relación con la liturgia.
Y EN LA IGLESIA
En ese mismo espíritu, procuramos efectuar una pastoral que sea verdaderamente eclesial: nos adherimos con intensidad a los grandes momentos de la vida de la iglesia universal, de la iglesia local, o simplemente de la parroquia. No queremos rehacer un refugio espiritual que prometa falsas seguridades, una “capillita” encerrada en sí misma.
Procuramos suministrar esclarecimiento doctrinal en relación con la vida cristiana en nuestras distintas intervenciones. Así, las homilías de los domingos tienen como punto de mira un ahondamiento del sentido de la Palabra de Dios. Y lo mismo cuando se trata del mensaje de Nuestra Señora, mensaje de fe, de esperanza y de caridad, que enfocamos en las conferencias o instrucciones a los jóvenes, en nuestra página web o bien en los paneles y vídeos mostrados a los peregrinos.
Intentamos efectuar una pastoral realista y constructiva. Mejor que atacar sistemáticamente lo, en apariencia, imperfecto y aun desviado, procuramos partir de los aspectos positivos, atentos a esclarecer y enderezar, cuando sea preciso.
FRENTE AL INMEDIATO 2004
Nuestro tema para el año será «Ave María, testigo de la fe». La Virgen María nos invita a que asumamos en nuestra vida la fe transmitida a nosotros como precioso bien. La queremos particularmente dinámica este año, en la perspectiva de la semana de Todos los Santos 2004, cuando París reciba al Congreso Misionero Internacional, para la nueva evangelización de Europa.
IMAGENES CUERPO DE SANTA CATALINA Y CAPILLA
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