Este es el comunicado oficial:
"Esta mañana, 29 de septiembre de 1978, hacia las cinco y media, el secretario particular del Papa, no habiendo encontrado al Santo Padre en la capilla, como de costumbre, le ha buscado en su habitación y le ha encontrado muerto en la cama, con la luz encendida, como si aún leyera. El médico, Dr. Renato Buzzonetti, que acudió inmediatamente, ha constatado su muerte, acaecida probablemente hacia las 23 horas del día anterior a causa de un infarto agudo de miocardio".
Yo me quedo conque al paso de los años de las declaraciones oficiales ya sabemos que hay una parte que no es verdad. No fue el secretario el que encontró el cuerpo, sino la monja. El secretario mintió. Y resulta que ese secretario está luego descubierto por haber convertido a la Iglesia de Irlanda en una sede de pederastas. Primera en la frente.
Luego siguen más cosas, como que nadie que muere de un infarto queda como si aún continuara leyendo. El no querer hacer autopsia y demás declaraciones médicas arrojam muchas sombras sobre este comunicado.
Y finalmente tenemos que no son "anticatólicos" los que escriben estos libros, sino también sacerdotes profundamente preocupados por lo que ha pasado y por dilucidar la verdad histórica. Como es el caso del sacerdote Jesús Lopez Saez, al que no se puede calificar de anticatólico.
Por tanto, nada hay de que escandalizarse y mucho en lo que aplicar la prudencia y el discernimiento. Para un católico el que un Papa sea asesinado dentro de su curia no es nada nuevo ni asombroso, pues ha ocurrido varias veces.