Saludos Felipe!
Dios nos perdona a todos por igual, pues todos hemos sido amados y concebidos con idéntico deseo ante sus ojos. Nos ama de manera personal, pero no diferente de cómo ama a nuestros hermanos.
Dios es eterno presente. A Él no le importa el pecado de una manera acusadora de nuestra humanidad, sino como un medio para que vuelvas tus ojos a Él y le reconozcas.
Si tus pecados fueron debidamente confesados y cumpliste la penitencia que el sacerdote te dio, ten
por seguro que han sido perdonados. Él es todo Amor y Misericordia. No dudes de ello.
Tu pasado no te define. Tú, hoy y ahora, eres distinto de aquel joven que eras en la adolescencia, ¿o ese joven vino a escribir en los foros para pedir ayuda a sus hermanos? No,
has sido tú, solamente tú, aquí y ahora.
Revélale estos pensamientos al sacerdote en tu próxima confesión, verás que él va a allanar tus dudas. Piensa que a él, más que a nadie puedes contarle todo, pues es Cristo quien te escucha verdaderamente.
Arriba el ánimo
lo importante es haber encontrado a Dios, y seguirle día a día, pasito a pasito!
Dios te bendiga, y María Nuestra Santísima Madre te cubra con su manto.