Buenos días, estoy muy contenta de tener un nuevo trabajo, que además es completamente vocacional, soy farmacéutica y me encanta ayudar a enfermos y ancianos. Hace poco que conseguí un puesto con excelentes condiciones además de un contrato indefinido, mi único problema es que me llevo bien con todos excepto con mi compañera de turno. Es la primera vez que me encuentro en semejante situación y ya no sé muy bien que hacer. Ella también es católica, alardea de que va cada domingo a misa y de que es cristiana, pero luego tiene actitudes con los ancianos que no me gustan nada, no tiene paciencia y les contesta mal. A mí me trata como si fuera su empleada y por encima del hombro, no me trata como a un igual, cosa que me choca bastante teniendo en cuenta que tengo además de los mismos estudios que ella, otros complementarios, muchos años de experiencia y que es dos años menor que yo. En mi primer o segundo día de trabajo me metió tal bronca con un error que me dio el lector de tarjetas que hasta una clienta me defendió diciendo que yo lo había hecho bien y que era la máquina la que había fallado. Cada vez que cometo un error, los típicos errores de cuando uno cambia de trabajo, lo repite hasta la saciedad y no pierde oportunidad de señalar mis fallos delante de los clientes. Cosa que creo que no favorece al negocio para nada. Hasta el momento siempre he actuado con humildad, he reconocido siempre mis errores, los he corregido, no me he escondido delante de la responsabilidad. Siempre intento ser amable con ella, y cuando hace un buen trabajo se lo digo, a diferencia de ella que cada vez que tengo éxito en algo dice algo negativo. Incluso cuando he recibido obsequios que no iba a utilizar, se los he ofrecido para que se lo de a su familia, no soy una persona acaparadora, soy más de dar que de recibir.
Si lo miramos desde el plano personal, debo decir que ella hace poco ha roto con su novio e intento ponerme en su lugar: entra una compañera nueva, con más estudios, más experiencia, mejor dominio de los idiomas, felizmente casada con un hombre también católico (su ex-novio no lo era y no parecía respetar mucho sus creencias) y que resulta que la supera en lo que era su punto fuerte, las ventas de dermocosmética. Si lo miro así, puedo entender que de forma inconsciente lleve a actuar conmigo de esta forma. Y estoy segura de que si ella contara su historia, sería completamente distinta a la mía.
He venido a pedir consejo, ¿cómo debo abordar esta situación? Sigo siendo amable con ella, ¿poniendo la mejilla? Porque ayer ya no pude más y hubo un momento que me tuve que defender delante de un tema, en la trastienda y sin clientes de por medio. Tuve la sensación de que se había salido con la suya, porque yo le contesté tajante y hoy, lo pienso, y creo que no debería haberlo hecho así. Que me hizo perder la calma que hasta el momento había conseguido mantener siempre. No me atrevo a hablar con mi jefe porque creo que la tiene en bastante estima, pues la deja llamar por teléfono móvil/whatsapp en su horario e incluso comer cuando tiene un horario de entrada en el que tendría que venir comida de casa.
¿Algún consejo? ¿Alguna lectura que me recomendéis? Gracias