El Cántico espritual de J. de la Cruz y María

Espiritualidad (Vida y escritos de Santos) Se publicarán vidas y obras de santos para el diálogo y sobre todo para el aprendizaje espiritual en nuestro camino a la santidad. Leemos las Sagradas Escrituras a través de los santos, contamos con la santidad de estos hombres como autoridad. ¡Qué poco que se leen las obras de los santos! Este foro será una gran oportunidad para estimular la lectura de los escritos de los hombres más grandes que han vivido en este destierro

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Re: El Cántico espritual de J. de la Cruz y María

Notapor agustin sanchez diaz » Vie Feb 15, 2013 5:51 am

14-Febrero-2013

Canción XXXIII- No quieras despreciarme

“No quieras despreciarme, / que si color moreno en mí hallaste, / ya bien puedes mirarme, / después que me miraste, / que gracia y hermosura en mí dejaste”.

“La mirada de Dios cuatro bienes hace en el alma: limpiarla, agraciarla, enriquecerla y alumbrarla”…Dios nunca más se acuerda de la fealdad y el pecado que antes tenía”…ni por ello le deja de hacer más mercedes…pero no conviene al alma echar en olvido sus pecados…para no presumir…..agradecer…. más confiar para más recibir…,¿cuanto mayores mercedes podrá esperar?....atribuyéndose a sí su miseria, y al Amado todos los bienes que posee… y toma ánimo y osadía para pedirle la continuación de la divina unión.”
…”Aunque ella sea de bajo precio y no merezca alguna estima merece ser estimada por las prendas y precio que de su Amado tiene….atrévese y dícele que ya no la quiera tener en poco ni despreciarla….porque si antes merecía esto por la fealdad de su culpa y bajeza de su naturaleza….después que Él la miró la primera vez, en que la arreó con su gracia y vistió con hermosura, que bien la puede ya mirar la segunda y más veces, aumentándole la gracia y hermosura”.
“No quieras despreciarme” - “no quieras tenerme ya en poco”. - “que si color moreno en mí hallaste” - “antes que me miraras hallaste en mí fealdad de culpas e imperfecciones”, -“Ya bien puedes mirarme, - después que me miraste”. -“quitando de mí ese color moreno… - ya puedes mirarme más veces… - porque “también me hiciste más digna de ver, pues con tu visita de amor - gracia y hermosura en mí dejaste”.
“Ella está con él engrandecida y honrada… y la va comunicando siempre en todos los afectos y obras de ella más amor y honra de Dios… y esto da a entender la esposa a las hijas de Jerusalén…diciendo: Morena soy… pero soy hermosa; por tanto me ha amado el Rey, porque aunque soy morena de mío, por lo cual no las merecía, ya soy hecha hermosa de él, por haberme él mirado, y por eso me ha amado…”
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La primera mirada amorosa y complaciente de Dios, fue al principio, antes de la existencia del mundo, como la de cualquier padre y madre cuando antes de tener a su hijo piensan en aderezar la estancia o habitación para el ser tan querido que esperan y la adornan con tanta ilusión y cariño que es como un nidito, estancia esencial de bello colorido de amor y ternura, siendo lo más bello del sentimiento y la obra minuciosa y metódica de ilusión que nace como forzada por el instinto, por el sentimiento, es decir, del amor. Y en esto, el hombre y los animales grandes o pequeños, salvajes o domésticos, derrochan con sus hijos el más fino e incomprensible instinto afectuosísimo, que es amor, porque solo hacen imitar y reflejar a Dios que preparaba un mundo fantástico lleno de maravillas detalladísimas y complicadísimas cuasi infinito en detalles y combinaciones de fuego, tierra, mar y aire, hechas, creadas como fuesen por amor para sus hijos, pero a lo Divino, obra fantástica no aprehensible totalmente por la mente humana.
Y así exclama el salmista (8): “le has hecho poco menos que un dios, de gloria y esplendor lo has coronado, le has dado poder sobre las obras de tus manos, todo lo has sometido a sus pies”, aunque con sola la razón no podemos abarcar toda la esencia creativa que nace de una sabiduría y amor infinitos. Y de aquí el misterio , la Fe.
Y en ese Edén da el título y grandeza de Rey a sus hijos, a los que encomiendan fuesen descubriendo y gozando lentamente tantas maravillas, durante millones de años. Considerándonos Dios como una unidad en el tiempo que como todo ser vivo nace débil y a través de la duración de la vida, va, (sí, durante millones de años, a lo Divino), creciendo y conociendo el Reino creativo del Padre, y todo el amor de padres y madres, hombres y mujeres, animales hembras y machos, todos amorosos por razón o por instinto, solo son un reflejo de aquel amor de Dios creativo, una continuación concreativa de la imagen y amor de Dios, el hombre y seres vivos, que estropeó para desgracia del hombre el Mal, que existe porque lo padecemos, contra Dios Padre, que al fin, hasta nos envía a su propio Hijo para que usemos nuestro regalo divino de la libertad según sus mandatos y no según las pasiones que nacidas del Mal nos hacen des-graciados, es decir, nos quitan la gracia de la amistad y amor a Dios al querer ser como Dios o dioses falsos anulando al Creador.
“El Señor Dios, dio al hombre este mandamiento: Puedes comer de todos los árboles del jardín pero del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás, porque el día en que comas, morirás”. (Gn.2.16-17). Pero la serpiente, el Mal, nos dice: no moriréis. Antes bien, Dios sabe que en el momento en que comáis se abrirán vuestros ojos y seréis como dioses (Gn.3.4-5). El dilema lo resuelve ya el gran don de nuestra libertad.
En el amor estamos hechos todo ser viviente de una u otra forma a imagen de Dios, instinto, inteligencia y amor, donde ni siquiera el beso y caricias de amor al hijo puede explicar ese algo más profundo del sentimiento concreativo de un nuevo ser. Te sientes tan complaciente y deleitoso junto a Dios al tener en tus brazos a tu hijo, o en la fiera a su cría, porque sabemos los humanos que has intervenido en procrear a ese hijo a la vida y con alma racional que, no es materia y por ello solo la puede poner Dios.
Hay quienes renuncian a este tipo de maternidad o paternidad para dedicar su vida solo al servicio de Dios. Es una Gracia inconmensurable servir solo a tan gran Señor y ayudar a los hermanos a reconocer y servir, como enviados del Padre, a tan gran Señor.

En el paradigma de Adán, nombre genérico para designar al hombre, se condensa la historia de toda la humanidad. Su drama es el de todos los hombres. Todos somos Adán, el heredero de ese Adán de las Escrituras soy yo, eres tú.

Pero el paraíso perdido por el pecado, es como una imagen del paraíso recuperado por la gracia de Dios mediante la redención del Hijo, su nueva mirada al hombre como dice Pablo (Efe. 1- 7-8) “Por Él, por medio de su sangre, obtenemos el rescate, el perdón de los pecados. Según la riqueza de su gracia derrochó en nosotros toda clase de sabiduría y prudencia, y así la esposa dice: “ya bien puedes mirarme, después que me miraste de nuevo al Redimirme.

¿Pero cuanto ha costado a Dios, a su Hijo, “mirarnos”, adquirir para todos el perdón de cuanta rebelión y trasgresión ha existido y se acumulará hasta el fin de los tiempos?
Desde que el Verbo se encarna hasta cuando Jesús dice: todo está consumado, ¿qué ha tenido que padecer meritoriamente para conseguir ofrecer a la Justicia Divina el pago justo de tanta iniquidad de toda la Humanidad?

Cierto que el mérito de Cristo es de valor infinito, pero el pecado es tan numeroso como las arenas del mar, y la ofensa ha sido, es y será contra una dignidad Infinita que se compadece al mismo tiempo del mal que nos hacemos a nosotros mismos. Es la Divinidad Creadora, a quien no pocos le insultan y hasta maldicen. ¿Pero por qué? Jesús lo dice: a mi me aborrece el mundo porque le echo en cara que sus acciones son malas. (Jun. 7. 7)

Pero Jesús es la nueva mirada de Dios, una nueva y fantástica interna y espiritual creación de amor. Jesús cruza su mirada con Pedro después de haberle negado…y tal fue aquella mirada que a Pedro se le hacen surcos en la cara de tanto llorarla.
Jesús miró a lo ojos de Judas y qué le dejaría impreso de misericordia en ella que termina desesperado ahorcándose, desgraciado, en lugar de llorar como Pedro.
Jesús en el Huerto va a ver a sus discípulos buscando algún consuelo humano y los encuentra dormidos. Ellos aquí no le miraron. Antes, sí, los miró cuando los encontró arreglando las redes y abandonando a estas le siguieron y después andan ansiosos de verle resucitado y le adoran diciéndole, Señor mío y Dios mío.
Jesús mirando a la Samaritana junto al pozo le dice: el que bebe de esta agua vuelve a tener sed…y su mirada le hace decir: Señor, dame de esa agua.
Jesús miró al joven rico y este perdió la oferta tal vez de llegar a ser uno de sus Apóstoles.
Y es que como dice J. de la Cruz cuando al alma también le mira “la mirada de Dios cuatro bienes hace en el alma: “limpiarla”, como el sembrador prepara su campo quitándole las hierbas secas: Bautismo, Eucaristía (Sacramento esencial de Perdón, Redención) y Penitencia. Donde recibimos y fortalecemos las virtudes Teologales y Cardinales ayudándonos a practicar la Obras corporales y Espirituales de Misericordia, según vimos en el Capítulo 30.
“Agraciarla”, arándola, labrándola para que la luz la purifique y el aire del Espíritu la ventee: Dones y Frutos del Espíritu Santo que Dios pone a disposición de nuestra voluntad, ya reseñados en el capítulo 31.
“ Enriquecerla” con los abonos que le ayuden a su fertilización y sobre todo depositando Dios en ella el tesoro misterioso de la semilla divina: El Cuerpo de Cristo glorificado, la Eucaristía, cuya semilla eucarística producirá sus frutos según queramos ser buena tierra o pedregal, mirando de cerca los ojos de Jesús.
Y “alumbrarla” con las aguas y el sol de su Palabra o Buena Nueva que la hagan renacer hasta llegar a ser esos campos de granadas espigas y con todas las virtudes y dones dirán: “buscando mis amores, iré por esos montes y riberas”. “De flores y esmeraldas, en las frescas mañanas escogidas, haremos las guirnaldas, en tu amor florecidas”.

Porque Jesús, por ser el cordero de Dios que quita el pecado del mundo, es el sembrador y la semilla que además riega y solea con su propia agua y sangre, nuestras almas.
Pero no olvidemos que también dice (Jun. 5, 22-29): El Padre no juzga a nadie, sino que encomienda al Hijo la tarea de juzgar. Pues como el Padre posee vida en sí, así hace que el Hijo posea vida en sí. Puesto que es el Hijo del Hombre, le ha confiado el poder de juzgar. Los que obraron bien resucitarán para vivir, los que obraron mal resucitarán para ser juzgados.

La Biblia nos narra una serie de pecados-tipo: El de la primera pareja humana; el de Caín; el de la degeneración del diluvio; el de los constructores de la Torre de Babel; el de Israel durante su estancia en el Sinaí; el pecado de idolatría de Salomón: Salomón tuvo setecientas mujeres que pervirtieron su corazón…ellas le extraviaron su corazón hacia dioses extranjeros.( 1Ry. 11-3-4). ¿Nuestros numerosos pecados?
Todos estamos sometidos también al reino del Mal: “¿cómo puede ser puro un hombre? ¿Cómo puede ser justo el nacido de mujer? (Job. 15.14), lo que confirma Pablo (Rom.3 9-10) Tanto los judíos como los paganos, están bajo pecado, como dice la Escritura: no hay justo, ni siquiera uno, no hay ni un cuerdo…todos descarriados.
Un nuevo Diluvio no era suficiente, se necesitaba algo más universal espectacular , profundo y vital para la regeneración del mundo. El mar de tu sangre nos purifica y el agua salida de tu costado nos lava.
El pecado acarrea al hombre desastrosas consecuencias, sujeción a bajos instintos, sufrimientos de todo tipo, la muerte y en última instancia la exclusión del reino de Dios.
Pero Pablo hablando de Jesús, referente al Padre nos manifiesta: “no conocía pecado, le hizo pecado en lugar nuestro, para que nosotros seamos en él justicia de Dios” (2 Cr.5. 21), Y así nos habla Jesús: “porque esta es mi sangre de la nueva alianza, que será derramada por todos para remisión de los pecados” (Mat. 27 y ss.) Y Juan en su segunda carta (v.2) termina de confirmarnos el inmenso beneficio de amor que nos ha dado Jesús a todos: “El se ofrece en expiación por nuestros pecados, y no solo por los nuestros sino por los de todo el mundo. Y así todos…ahora son justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención de Cristo Jesús ( (Rom.3.24)

El alma enamorada de la belleza de Dios y que llega a la dulce hondura de la contemplación, vuelve al jardín del Edén que es ya Árbol de Cruz pero en Monte Tabor de resurrección, porque estas almas no solo agradecen a Dios su redención, sino que experimentan que ese Dios se enamora de ellas y les da hasta la sabiduría del bien: “tomad y comed”, y ella ya vive de su amor y, solo para su Amor. Y dicen: “Ya bien puedes mirarme, / después que me miraste” y te me diste en alimento.

Y con J- de la Cruz podemos expresarnos: Aquesta eterna fonte está escondida / en ese vivo Pan por darnos vida. / aunque es de noche. / Aquí se está llamando a las criaturas, / y de esta agua se hartan, aunque a oscuras, / aunque es de noche. / Aquesta viva fuente, que deseo, / en este pan de vida, yo la veo. / aunque es de noche.

Solo María, mirándola asociada a esa redención del Hijo por cuyos méritos fue Inmaculada, concebida hasta sin pecado original, ya puede decir a Dios: ya que sin color moreno me hallaste porque tú de ello me privaste / ya bien puedes mirarme, / después que me miraste, / que gracia y hermosura en mí dejaste”.
María por ser la Madre de Dios es lo más bello, después de Jesús, a los ojos del Padre. Y no olvidemos que es nuestra Madre. Por ello yo añado con orgullo, al final de la Letanía, bellísimo ramo de alabanzas que los hijos traen ala Madre, esta consoladora realidad: Reina de la paz y Reina y Madre mía, ruega por nosotros para que seamos dignos a los ojos de Dios, porque solo con mirarme tu hijo, estar en Gracia, gracia y hermosura nos dejó. “aunque es de noche” y no se ve ni se palpa por los sentidos. Pero no quiero ser esclavo de mi razón limitada. Gracias, Señor, por la Fe que me regalas para ir desde la materia, más allá de la materia y mirarme en tus ojos divinos.
agustin sanchez diaz
 
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Re: El Cántico espritual de J. de la Cruz y María

Notapor asandy » Jue Feb 28, 2013 1:45 pm

1-Marzo-2013

Canción XXXIV
La blanca palomica / al arca con el ramo se ha tornado, / y ya la tortolita / al socio deseado / en las riberas verdes ha hallado”.

“la esposa “ Canta la buena dicha que ha tenido en hallar a su esposo en esta unión…y da a entender el cumplimiento y deseos suyos y deleite y refrigerio que en él posee”, y así dice:

“la blanca palomica”
…por la blancura y limpieza que ha recibido de la gracia que ha hallado en Dios”…porque así como la paloma que salió del arca de Noé se volvió a ella con un ramo…en señal de la misericordia de Dios en la cesación de las aguas… así esta tal alma que salió del arca de la omnipotencia de Dios…andando por las aguas del diluvio de los pecados…vuelve al arca del pecho de su creador”.

“Y ya la tortolica / al socio deseado / en las riberas verdes ha hallado”.
“Es de saber que de tortolica se escribe, que cuando no halla al consorte, ni se asienta en ramo verde ni bebe el agua clara, ni fría ni se pone debajo de sombra, ni junta con otras aves…con el esposo ya goza de todo esto…porque ha de querer carecer de todo deleite…no queriendo reposar en nada, gimiendo por la soledad de todas las cosas hasta hallar a su esposo”…Y…antes de que llegase a este estado anduvo…buscando al amado como la tortolilla, no hallando ni queriendo hallar consuelo ni refrigerio sino solo en él”…y el esposo canta aquí “ que ya la tortolita, al socio deseado en las riberas verdes ha hallado”… ya se sienta en ramo verde, deleitándose en su amado; ya bebe el agua clara de subida contemplación y sabiduría de Dios; y se pone debajo de la sombra de su amparo y favor…y como en el Cantar dice: Debajo de la sombra de aquel que había deseado me asenté, y su fruto es dulce a mi garganta”.
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Si la Magdalena ha llegado a sentir, ver, gozar y contemplar la gloria de la gozosa resurrección del que amaba su alma, buscando al amado como la tortolilla, ¿qué ha sucedido en el alma de Pedro y Juan al llegar al sepulcro? Han renacido por la resurrección como Pedro escribirá después: “Dios, Padre…nos ha hecho renacer de nuevo mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos a una vida, a una herencia incorruptible. ( I Ptr. 1-4) Las “riberas verdes halladas”.
Los Apóstoles al morir Jesús se quedan como la “tortolica”, desamparados, sin rama donde sujetarse, impacientes en la soledad sin su Maestro, “socio amado”, esperando que les llegue el ramo de oliva de una nueva esperanza, deseando encontrar de nuevo las riberas verdes como el pueblo de Israel esperó cuarenta años para ver la tierra prometida. Y es que los caminos de Dios no son a veces nuestros caminos.
Aquella carta de Pedro ha atraído el interés de cuantos han mirado su fe con seriedad, porque describe la acción de Dios y el ser específico del cristiano: “Jesucristo al que amáis y en el que creéis sin haberlo visto; por el que os alegráis con un gozo inenarrable”. (v.8) Y ello porque: “elegidos por designio de Dios Padre para ser santificados por el Espíritu para obedecer a Jesucristo y ser purificados con su sangre” (v.2).

Es algo que me pregunto con frecuencia, ¿cuanto afirma la Palabra de Dios, es solo para un grupito muy reducido de cristianos o es para todo el pueblo de Dios? No hay duda, es para todo el Pueblo: Y así el Primer mandamiento obliga a cualquier cristiano a amar a Dios sobre todas las cosas, con todo el corazón. “Acercaos a él como piedra viva…disponeos como piedras vivientes, a ser edificados en casa espiritual y sacerdocio santo” (I Ptr. 2. 4-5). “Poned toda vuestra esperanza en la gracia…no viváis conforme a las pasiones…antes al contrario, sed santos en toda vuestra vida…comportaos respetuosamente mientras estáis de paso en este mundo” (1. 13-17). “Amaos entrañablemente unos a otros, como quien ha nacido de nuevo” (v.22-23).”Pues todo mortal es hierba, toda su gloria como flor del campo. La hierba se seca, la flor se marchita, pero la palabra del Señor permanece para siempre” (v.24)
¿Qué cristiano que frecuenta la Eucaristía en todas las Naciones no siente estos sentimientos de no vivir según las pasiones sino según la gracia y el amor de Dios junto a Cristo?
Ese es el pueblo santo, esta es ya la santidad adquirida por la sangre de Cristo, o ¿tan escaso fruto se ha conseguido de la redención universal?

J. de Cruz nos describe a todos así: “la blanca palomica”…por la blancura y limpieza que ha recibido de la gracia que ha hallado en Dios”…porque así como la paloma que salió del arca de Noé se volvió a ella con un ramo…en señal de la misericordia de Dios en la cesación de las aguas… así esta tal alma que salió del arca de la omnipotencia de Dios…andando por las aguas del diluvio de los pecados…vuelve al arca del pecho de su creador”.
Por ello cantamos: ¡Qué alegría, vamos a la casa del Señor! Te conocimos, Señor, al partir el pan.
Pedro nos dice a todos: “Vosotros sois linaje escogido, sacerdocio real, nación consagrada, pueblo de su propiedad, para anunciar las grandezas del que os ha llamado de las tinieblas a la luz maravillosa” (I Ptr. 2.9) “Comportaos como hombres libres, pero sin usar la libertad como pretexto para encubrir la malicia, sino obrando como siervos de Dios” (v.16) revestidos de Jesús.

¿Quien de los que recibimos el pan no quiere ser así? Por poco que sintamos sabemos que “él, que llevó en su propio cuerpo nuestros pecados sobre la cruz para que, muertos para el pecado, vivamos para la justicia, porque por sus heridas hemos sido curados. Pues erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al pastor y guardián de vuestras almas” (v.24-25) Es decir, no solo Jesús viene sino que nosotros debemos volver al Pastor.
Lo importante no es el adorno exterior…sino el interior, que radica en la integridad de un alma dulce y apacible, eso es lo que tiene valor ante Dios ( I Ptr. 3-4) Es decir, que ni lo que percibo por los sentidos es fundamental para esa integridad del alma, y necesitamos de tu voz, de tu Palabra, para que así, aún a través de ellos, pueda buscarte y verte a ti en todas las cosas.
“Vivid todos unidos en armonía. Sed compasivos, fraternales, misericordiosos, humildes, no devolváis mal por mal ni injuria por injuria” (3. 8-9). ¿Todo un programa de santidad para todos los bautizados y almas en gracia de Dios que le aman, porque él nos hace pueblo de su propiedad que ha vuelto al Arca sagrada por el ventanal de su pecho?
Cuando el Sacerdote nos dice: la bendición de Dios descienda sobre vosotros, ¿si Dios no nos ha perdonado en ese Sacramento de la reconciliación, Sacramento de amor y de unión, como voy a recibir su bendición?
Podéis ir en paz: ¿Si Tú, Dios mío, no haces las paces conmigo en este Sacramento de la Redención, de qué paz se habla aunque la haya hecho yo con mis hermanos presentes? ¿Aquí eres tu el único que no perdona? ¿No es este el Sacramento real de tus méritos y nuestra reconciliación?
Pedro prosigue señalándonos los hoy llamados grados de santidad: “El que está dispuesto a sufrir en su carne, ha roto con el pecado” (4.1) Esta es nuestra Vía purgativa: donde el alma se libera de sus pasiones y se purifica de sus pecados.
Más adelante en su segunda carta nos dice: “debéis esforzaros en añadir a vuestra fe virtud, a la virtud ciencia, a la ciencia templanza, a la templanza paciencia, a la paciencia piedad, a la piedad cariño fraterno, pues si estas virtudes se encuentran en vosotros y van en aumento, no permaneceréis ociosos y estériles en el conocimiento de nuestro Señor Jesucristo”. Es decir, la Vía iluminativa alimentada con la práctica de las virtudes cristianas y la oración.
Y este crecimiento espiritual culmina en su finalidad última: “Hemos entrado en posesión de las más ricas y preciosas promesas para hacernos así partícipes de la naturaleza divina” (II Ptr.14) Es la Vía contemplativa, participando de esa naturaleza por el bautismo y la participación penitencial en la Eucaristía: por él, con él y en él.

La primera Carta de Juan, escrito también contradictorio, como las cartas de Pedro, pertenecen a los Libros sagrados, y en ella Juan nos enseña: 1) a no pecar por exigencia de “filiación divina”.2) La oración nos impulsa a la permanencia en las verdades fundamentales y 3) a la certeza de poseer la vida porque no solo nos llamamos hijos de Dios, sino que lo somos. Es decir, traza el camino cristiano de la purificación, el alimento espiritual y todo para conseguir la vida por filiación divina; teniendo todo como base el valor expiatorio de su muerte donde Juan se basa para nuestra exigencia ético moral, puesto que al decir que Dios es la luz, nos lleva a vivir en la luz, al presumir del conocimiento de Cristo celeste nos lleva a convivir en correspondencia con él luchando siempre con nuestra condición pecadora.

Para Juan, en su primera Carta que es un testimonio del amor a los hermanos, la base es “la palabra de la vida…damos testimonio de ella y os anunciamos la vida eterna que estaba junto al Padre”. (1.v. 1-2) Dios es luz y en él no hay tinieblas…la sangre de Jesús, su Hijo, nos purifica” (1.v.7 ) y su mirada, si queremos verla, nos ilumina, nos inunda .
Jesús es el ramo de olivo, la palabra, el signo de vida traída a nuestra arca y nos anuncia que la vida eterna está junto al Padre que es luz con la que se acaban las tinieblas sobre nuestras almas como las aguas terminaron de cubrir la tierra, y que han brotado otras riberas verdes regadas por las aguas cristalinas de la fuente divina de su costado que nos purifica para nuestro verdadero deleite y refrigerio de flores y frutos del espíritu.

“No améis al mundo y lo que hay en él…las pasiones carnales, el ansia de las cosas y la arrogancia, no provienen del Padre, sino del mundo. (2.v 15-16) Haced que la unción que habéis recibido de él permanezca…la unción…enseña todas las cosas. (2.v.27) Mirad qué gran amor…al hacer que nos llamemos hijos de Dios y lo seamos de verdad. (3. V.1)

Y así, el alma ya se sienta en ramo verde, árbol verde porque se llama a sí mismo Cristo camino del calvario. Y de su dolor, la cruz para el mundo leño seco, para nosotros único árbol de vida, podamos deleitarnos mediante la unción que hemos recibido en él, viviendo y conociendo el sentido de todas las cosas, y así ya beber el agua clara de la vida contemplando sus ojos que son sabiduría. Y como en el Cantar, dice: debajo de la sombra de aquel que había deseado me asenté, y su fruto es dulce a mi garganta”. A la sombra de su Cruz árbol del nuevo Paraíso, todo cristiano está al pie de la Cruz con esperanza de resurrección vivido y sentido de muy diversas formas.

Dios es amor, y el que está en el amor está en Dios y Dios en él. (4.v.16) Nosotros amamos porque nos amó él primero. (4.v. 18-19)
El que cree que Jesús es el mesías, ha nacido de Dios. (5.v.1) ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el hijo de Dios? El que tiene al Hijo, tiene la vida. (5.v. 12) Guardaos de los falsos dioses. (5. V.21).

La gran prueba de amor a Dios, su termómetro visible no está solo en el gozo espiritual y alta contemplación, porque San Juan así nos lo dice: Si alguno dice que ama a Dios y odia a su hermano, es un persona ue dice mentiras. El que no ama a su hermano, al que ve, no puede amar a Dios, al que no ve. Este es el mandamiento que hemos recibido de él: el que ame a Dios, ame también a su hermano. (4.v. 20-21) porque todos vamos en la misma Arca.

Y así Juan de la C, nos dice: Palacio para la esposa / hecho en gran sabiduría ; / el cual en dos aposentos / alto y bajo dividiría. / El bajo de diferencias / infinitas componía ; / mas el alto hermoseaba / de admirable pedrería.
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Re: El Cántico espritual de J. de la Cruz y María

Notapor agustin sanchez diaz » Vie Mar 15, 2013 12:59 pm

15-Marzo-2013

Canción XXXV.

“En soledad vivía, / y en soledad ha puesto ya su nido, / y en soledad la guía / a solas su querido, / también en soledad de amor herido”.

“El esposo… muestra holgarse de que esa soledad que ya tiene el alma sea ya de veras guiada y movida por el esposo, la cual antes no podía ser, por no haber ella puesto su nido en soledad, esto es, alcanzado hábito perfecto y quietud de soledad”…Y no solo dice que él ya la guía en esa soledad, sino que a solas lo hace él mismo, comunicándose a ella sin otros medios…estando él también como ella está enamorada de él, herido de amor de ella en esa soledad y libertad de espíritu…y porque ama él mucho esa soledad, y así dice:

“En soledad vivía”
“porque el alma que desea a Dios de ninguna cosa la compañía le hace consuelo….antes hasta hallarle todo le hace y causa más soledad”.

“Y en soledad ha puesto ya su nido”
La soledad en que antes vivía era querer carecer por su esposo de todos los bienes del mundo…lo cual es aquí significado por el nido, el cual significa descanso y reposo…en esa soledad….porque no estaba perfecta, en ella ha puesto su descanso y refrigerio, por haberla adquirido perfectamente en Dios”.

“Y en soledad la guía”
“En esa soledad que el alma tiene de todas las cosas en que está sola con Dios, él la guía y mueve y levanta a las cosas divinas… “su entendimiento…porque ya está solo y desnudo de otras contrarias inteligencias… su voluntad… que ya está sola y libre de otras afecciones…su memoria llena de divinas noticias…y vacía de otras imaginaciones y fantasías.” “inmediatamente se las emplea Dios en lo invisible y divino, y es Dios el que la guía en esta soledad”.

“A solas su querida”
“No solo la guía…él mismo a solas es el que obra en ella…en esta unión del alma con Dios en matrimonio espiritual”…comunicarse por sí solo no ya por medio de ángeles…

“También en soledad de amor herido”
“Porque en haberse el alma quedado a solas de todas las cosas se enamora él de ella…como ella se enamoró de él en soledad, quedándose en ella herida de amor de él…él también herido de amor de ella, en soledad que por él tiene, él solo la guía a solas, entregándose a sí mismo, cumpliéndole sus deseos, lo cual él no hiciera en ella si no la hubiera hallado en soledad”.

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Este matrimonio espiritual, aún para los profetas bíblicos, como veremos, significa la alianza entre Dios e Israel, hoy entre Cristo y su Iglesia, entre Dios y el alma, entre Cristo-Divinidad y el creyente, y nos quiere enseñar una unión tan íntima y profunda que para expresarla no encuentran otra imagen mejor que la del matrimonio. Y así Isaías (62.5): Como un joven se casa con su novia, así tu constructor se casará contigo, y como el esposo se recrea en la esposa, así tu Dios se recreará en ti.
Del mismo modo a través de Ezequiel Dios habla a Israel, a su Iglesia, al alma: “Yo pasé junto a ti y te vi. Estabas ya en la edad del amor; entonces extendí el vuelo de mi manto sobre ti y recubrí tu desnudez, luego presté juramento, me uní en alianza contigo, dice el Señor Dios, y tu fuiste mía. (Ez.16. 8)… Te vestí con vestidos recamados, te dí zapatos de cuero fino, te ceñí de lino y te cubrí de sedas. Te adorné con joyas, puse brazaletes en tus muñecas y un collar en tu cuello, puse un anillo en tu nariz, pendientes en tus orejas, y una espléndida corona en tu cabeza…brillabas así de oro y de plata… (Ez..16 10-13)

Todo nos viene a revelar que Dios Divino es el esposo fiel y el alma que se hace merecedora de tantos dones queda llena de las riquezas del espíritu con sus virtudes adquiridas, a las que añade Dios sus Dones porque se ha quedado en soledad de todas las demás cosas, y así forman Dios y ella una unión tan íntima que esa unión solo es comparable al matrimonio espiritual, convivencia feliz: Dos en mutuo amor.

Esa soledad, apartada del mundanal ruido, plena de ansias de Dios, la vemos en el relato que nos hace Lucas (24. 36-43) y Juan (20.19-29) sobre el aislamiento y soledad de los Discípulos esperando con vivas ansias gozar por ellos mismos la resurrección.
Los dos de Emaús huidos de la Jerusalén alborotada, ruidosa y agitada vuelven a la nueva Jerusalén para contar que han reconocido a Jesús resucitado cuando partía el pan. Y se dirigen a donde sabían que los demás están escondidos, según nos relata Juan, aislados del mundo, en soledad, asustados, sí, aún atormentados, pero reunidos y en constante dialogo entre ellos con esperanza ante lo relatado por la Magdalena, Pedro y Juan que habían ido al sepulcro. Y en esa soledad tenían su entendimiento exclusivamente puesto en las “inteligencias divinas, porque ya están solos y desnudos de otras contrarias y peregrinas inteligencias que no sean la divinidad de Jesús que saben ya que ha resucitado. Su voluntad también ya está predispuesta, ansiosa y entregada al amor de Dios en Jesús. Su memoria llena de divinos recuerdos de su convivencia con el Maestro y comienzan y quieren ya entender y comprender tan divinas enseñanzas. Es decir, que nadie como el alma de cada uno de ellos han dado cumplimiento a estos versos de J. de la Cruz:
“En soledad vivía, / y en soledad ha puesto ya su nido, / y en soledad la guía / a solas su querido, / también en soledad de amor herido”.
Porque olvidados ya de todas las cosas del mundo, desnudos de lo temporal, de sus redes de pesca y aún de sus familias, ya solo la esperanza y el amor a Jesús llena el vacío total para todo el futuro de sus vidas.
Y permitidme que repita aquí, aplicado a ellos, lo que J. de la Cruz dice del alma: Y en“soledad la guía”. “En esa soledad que el alma tiene de todas las cosas en que está
sola con Dios, él la guía y mueve y levanta a las cosas divinas…su entendimiento
…porque ya está solo y desnudo de otras contrarias inteligencias… su voluntad… que ya está sola y libre de otras afecciones…su memoria llena de divinas noticias…y vacía de otras imaginaciones y fantasías.” “inmediatamente se las emplea Dios en lo invisible y divino, y es Dios el que la guía en esta soledad”
Y así podemos ver en el símbolo de esposo de Isaías y de Ezequiel, cómo aquí el alma de los discípulos espera los dones del esposo para que entre ambos surgiese la unión íntima, la entrega devota y profunda tan deseada que les llega por la aparición de Jesús a los de Emaús que les va a dejar heridos, sellados, anillados con él en el mismo amor de Dios. Y para esa transformación no tenemos los humanos otra figura más perfecta que nos describa esta unión de Dios y el alma como el matrimonio: el amor en la con-vivencia.
Y así:
“El esposo… muestra holgarse de que esa soledad que ya tiene el alma sea ya de veras guiada y movida por el esposo, la cual antes no podía ser, por no haber ella puesto su nido en soledad. Los Apóstoles habían seguido a Jesús dejadas las redes, pero hasta ahora no habían puesto su nido en soledad. Solos, sin Jesús se habían quedado despojados de todo y se anidan juntos al calor de la espera de su llegada para que los aliente y de nuevo los cubra con su manto divino.

“El alma que desea a Dios, de ninguna cosa la compañía le hace consuelo”, ni trabajo ni otras amistades, ni siquiera sus pensamientos naturales y cuotidianos. Estaban absortos, solos en la esperanza de encontrarse con Jesús. Estaban con divina ansiedad en soledad.

“En esa soledad…toda alma a solas con Dios… él la guía y mueve y levanta a las cosas divinas… en su entendimiento, en su voluntad y en su memoria. Y así “inmediatamente se las emplea Dios en lo invisible y divino”.
Juan nos lo describe cómo días después: “estando los Apóstoles con las puertas cerradas”, solo con un ventanal en el alma abierto a la divinidad, llegó Jesús, se puso en medio y les dijo: La paz esté con vosotros…Los discípulos se llenaron de alegría, y su soledad, su vacío de todas las cosas del mundo queda plenamente lleno con la presencia de lo que ya solo amaban y esperaban. Y los colma de regalos como Dios hizo con Israel su esposa.
Y en su subida al cielo Jesús les dice: Como el Padre me envió a mí, así os envío yo a vosotros….Recibid el Espíritu Santo, pero esperad aún más en soledad hasta que llegue la plenitud de cuanto yo os he enseñado y entonces yo os pueda decir: me uní en alianza contigo, dice el Señor Dios, y tu fuiste mía. (Ez.16. 8)

Y así él mismo a solas es el que obra en ellos…como en toda unión del alma con Dios…y a ello le llaman las mismas Sagradas Escrituras, matrimonio espiritual… Y así en el Evangelio Jesús nos dice: el que a vosotros oye a mi me oye, en fiel reflejo de la unión íntima que él tiene con ellos y con el Padre: el Padre y yo somos una misma cosa. El que me ve a mí ve al Padre. El que a vosotros desprecia a mí me desprecia. ¡Que sean uno como Tú y Yo somos uno! Porque os he hecho uno en mi vida divina por amor.
El mismo amor del Padre que me engendró desde la eternidad en Él es el mismo con el que yo os elevo a participar de la misma vida Trinitaria en Dios a través del Espíritu Santo.
Y tras este ideal, esta divina realidad, muchas almas se han refugiado en los desiertos, otras se aíslan en los Monasterios, otras se consagran al servicio de Dios en calles y plazas públicas para llevar este mensaje a los hermanos para da cumplimiento al Id y enseñad….esta gran Nueva.
¡Oh Señor, que felices podemos ser! ¿Dónde iremos sin Tí si eres el único que tienes Palabras de Vida Eterna?
Y es que Dios se enamora del alma como quiere que el alma se enamore de él, y se aman, se miran, se complacen el uno en el otro, los dos se quedan llagados y hasta el silencio es sonoro amar como entre los esposos callados y más cuando se ausenta el amado.
Trae tu dedo aquí y mira mis manos, y Tomás se entrega totalmente herido ante Jesús herido por amor, y ante su Dios cae a sus pies diciendo: Señor mío y Dios mío. A los dos los ha herido el amor… lo cual él no hiciera en Tomás, ni en cualquier alma, si no la hubiera hallado en soledad y ansiedad de lo divino.

Pero nadie como María puede entonar con tanta plenitud de dones esta alabanza: Proclama mi al alma la grandeza del Señor, mi espíritu festeja a Dios mi salvador, porque se ha fijado en la humildad de su esclava….su misericordia con sus fieles continúa de generación en generación….y ensalza a los humildes, colma de bienes a los hambrientos… Socorre a Israel, su siervo... (Lc. 1, 46 y ss.) Y notemos cómo María” sale de su casa apresuradamente a la serranía, admirada, sí, turbada ante lo que Dios quería de ella, y abandona cuanto le rodeaba buscando en casa de su parienta lo anunciado por el Ángel: tu parienta Isabel también ha concebido. Y allí María escucha las palabras de Isabel: ¡Dichosa tú que creíste, porque se cumplirá lo que el Señor te anunció!”. Es una similitud de los de Emaús que “apartándose” ven que Jesús cumplirá lo que les había prometido, y vuelven a los Apóstoles escondidos, huidos en soledad que reciben el mensaje de que se cumplirá lo que el Señor les anunció.

María, recibida la gran noticia de la encarnación de Dios en ella, es la perfecta fidelidad del símbolo de Israel, de la Iglesia y del alma que más arriba así expresaba Ezequiel: “Yo pasé junto a ti y te vi. Estabas ya en la edad del amor; entonces extendí el vuelo de mi manto sobre ti y recubrí tu desnudez, luego presté juramento, me uní en alianza contigo, dice el Señor Dios, y tu fuiste mía”, esposa de Dios (Ezq.-16-8). Porque se ha fijado en la humilde condición de su esclava, en soledad de todas las cosas del mundo, y por ello Dios puso en ella su blando y primoroso nido, hecho en el sonoro silencio para el mismo Dios rodeado de los Ángeles que le adoraban en el seno tan Sagrado de María.
Y así Juan de la Cruz en sus Romances, que aplico aquí a los Apóstoles, canta: “Con esta buena esperanza / que de arriba les venía, / el tedio de sus trabajos / más leve se les hacía. / Por lo cual con oraciones, / con suspiros y agonía, / con lágrimas y gemidos / le rogaban noche y día / que ya se determinase / a les dar su compañía /…acaba Señor; / al que has de enviar envía…. / la esperanza larga / y el deseo que crecía / de gozarse con su Esposo, / continuo les afligía…”

No solo a los Apóstoles, sino que es aplicable al alma que solo a Dios ansía en las serranías de sus Noviciados, en sus Monasterios, en las Misiones, en la vida sacramental matrimonial concreadora de los hijos de Dios, en la convivencia Eucarística Parroquial, la Familia de Dios.
Y así, para todos, convertido Cristo en pan para darnos el abrazo íntimo de su amor, solo por estar en gracia de Dios, teniendo a nuestra voluntad aumentar la riqueza espiritual.
¡Tú y yo, Jesús, Señor y Dios mío, somos uno en Ti, uno con el Padre y uno con el Espíritu Santo, “aunque sea de noche” para mis sentidos. Por ello decimos: Con Cristo, por Cristo y en Cristo.
Pero hasta Pedro se hundía dejada la barca andando sobre las aguas… Sálvame, Señor.
agustin sanchez diaz
 
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Re: El Cántico espritual de J. de la Cruz y María

Notapor agustin sanchez diaz » Mié Abr 03, 2013 7:41 am

3-4-2013

Canción XXXVI

“Gocémonos, amado, / y vámonos a ver en tu hermosura / al monte o al collado, / do mana el agua pura, / entremos más adentro en la espesura”.

“Ya que está hecha la perfecta unión de amor”…el alma pide tres cosas: quiere recibir el gozo y sabor del amor…desea hacerse semejante al amado….y escudriñar y saber las cosas y secretos del mismo amado”

“Gocémonos, amado”.
“es a saber, en la comunicación de dulzura de amor, no solo en lo que ya tenemos…mas en la que redunda en el ejercicio de amar afectiva y actualmente…interiormente con la voluntad en actos de afición…exteriormente haciendo obras…en servicio del amado, porque eso tiene el amor donde hizo asiento, que siempre se quiere andar saboreando en sus gozos y dulzuras”, y así dice luego:

“Y vámonos a ver en tu hermosura”
“Esto es, que seamos semejantes en tu hermosura…de manera que mirando el uno al otro, se parezca en ti, en tu hermosura…y seré yo tú en tu hermosura, y serás tú yo en tu hermosura, porque tu hermosura misma será mi hermosura”.

“Al monte o al collado”
“La noticia matinal… que es conocimiento en el Verbo divino, que aquí entiende por el monte, porque el Verbo es altísima sabiduría esencial de Dios…o vespertina, que es sabiduría de Dios en sus criaturas…la cual aquí es significada por el collado”

“Do mana el agua pura”
“Llama agua pura, al entendimiento, limpia y desnuda de accidentes y fantasías y clara sin tinieblas de ignorancia…y cuanto más ama, más adentro de ellas apetece entrar”

“entremos más adentro en la espesura”
“ de tus maravillosas obras y profundos juicios, cuya multitud es tanta…que se puede llamar espesura….que no solo la podemos llamar espesa, más aún cuajada, según lo dice David: El monte de Dios es monte grueso y monte cuajado”.
---

Juan de la Cruz distingue entre sabiduría esencial el Verbo y sabiduría vespertina que es sabiduría de Dios en sus criaturas. Es decir, que Dios en su esencia misteriosa por eterna y por infinita sabiduría y ciencia, se nos muestra por sus obras en la milagrosa y perfectísima creación, y además, por la Palabra y el Espíritu en su Hijo que haciéndose visible con su naturaleza humana nos dice: El que me ha visto a mí ha visto al Padre… Creedme yo estoy en el Padre y el Padre en mí. ( Ju.14. 8-11), pero exige la fe, pues la esencia divina no puede ser contemplada por los sentidos a no ser que se revista de formas corpóreas realizando obras divinas visibles, y así increpa a los que no creían: si no me creéis, creed por las obras que hago… Pero en su esencia divina no es figura ni tiene forma ni principio ni fin, es, Dios. Y no solo aquí como Dios no se hizo visible con plena divinidad sino que también allí en la eternidad tampoco podrá ser aprehendido totalmente porque dejaría de ser infinito. Pero si este mundo creado y al fin caduco, es tan bello, inmenso, variadísimo y misterioso que escudriña admirada la mente humana, ¿cómo será aquel Reino de Dios que para enseñarnos el camino el mismo Cristo, el Hijo de Dios muere en su batalla para llevarnos a él? No rehusó ni la Cruz ignominiosa para llevarnos a su Reino no solo con la Sabiduría esencial en el Verbo en sí, sino con sabiduría vespertina que está en sus criaturas creadas por él.
La esencia divina es llamada por el Espíritu Santo, Palabra : En el principio existía aquel que es la Palabra, y aquel que es la Palabra estaba con Dios y era Dios (Jn.1.1)
Y esa Sabiduría o Palabra con la que se hizo todo y nada ha sido hecho sin él, es la que aspira como un Príncipe enamorado a conseguir enamorar a nuestra alma para que sea su templo, su esposa, aunque para ello le cueste la muerte frente a sus enemigos. Más el Príncipe resucitará para festejar su ansiado matrimonio, unión espiritual con el Alma a quien adorna con numerosos dones sobrenaturales y naturales junto a las más fieles promesas de un Reino espiritual al final del camino, porque mi total Reino no es de este mundo.
Y “Ya que está hecha la perfecta unión de amor”…en el interior, en el espíritu, el alma pide tres cosas: Quiere recibir el gozo y sabor del amor…Desea hacerse semejante al amado….y Escudriñar y saber las cosas y secretos del mismo amado”, y así lo manifiesta: ( Sal.42. 1-2 “Mi alma tiene sed de Dios. Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?”
Porque el alma a pesar de sus gozos, desea escudriñar los secretos de esa esencia divina porque sabe que la sabiduría está en todo, es para todo y aún más, para todos, y que todo debe ser hecho con la sabiduría de Dios y nada sin esa sabiduría, porque al alcanzar esta nueva etapa en su amor, dice: “Gocémonos, amado, / y vámonos a ver en tu hermosura”. Y aquí conviene también recordar el canto de la esposa: Mi amado las montañas / los valles solitarios nemerosos / las ínsulas extrañas, / los ríos nemerosos, / el silbo de los aires amorosos….Mil gracias derramando, / pasó por estos sotos con presura / y yéndolos mirando, / con sola su figura / vestidos los dejó de su hermosura.

Porque el mismo Dios se conoce a sí mismo por su Sabiduría y por ello la escritura dice que “Yo, la Sabiduría derramé los ríos…Y Cristo, sabiduría de Dios, es fuente de sabiduría para nosotros. “¿Quién conoció tu designio, si tu no le diste la sabiduría y enviaste desde los cielos tu santo espíritu?” (Sap. 9. 17)

“Al monte o al collado”, “entiende por el monte porque el Verbo es altísima sabiduría esencial de Dios…o vespertina, que es sabiduría de Dios en sus criaturas…la cual aquí es significada por el collado” y por ello debemos entender con sabiduría este lenguaje de Job:12: 7: “interroga a las bestias, y te instruirán, a los pájaros del cielo, y te informarán, a los reptiles de la tierra, y te enseñarán, a los peces del mar, y te explicarán.
¿Quién no sabe, entre todos ellos, que todo esto lo hizo la mano del Señor?
Él tiene en su mano la vida de todo viviente y el espíritu de todo ser humano.
¿Acaso el oído no discierne las palabras como el paladar gusta los alimentos?
En los cabellos blancos está la sabiduría y en la edad avanzada, la inteligencia.
Pero con Dios están la sabiduría y el poder, a él pertenecen el consejo y la inteligencia.
Si él destruye, nadie reconstruye; si aprisiona, nadie puede abrir.
Si él retiene las aguas, hay sequía; si las suelta, inundan la tierra.
Con él están la fuerza y la prudencia, a él pertenecen el que yerra y el que hace errar”

Todo este lenguaje, al alma que ha llegado a este estado, le resulta lo más simple y natural, y le causa gozo porque entre ese Dios Sabiduría y ella hay un gran amor, el alma ve a Dios en todo y, Dios se pone todo y en todo a su disposición aderezándolo como un regalo amoroso organizando con primorosos detalles desde cada partícula del universo y sus perfecciones a través de leyes universales inmutables y repetidas en cada ser en una evolutiva perfección, siempre creadora, que le hacen presente desde el principio hasta el fin de los tiempos. Y en todo ve el milagro, ya todo es un milagro preciosamente mimado por Dios para el alma amada que encuentra en todo la sabiduría de su Amado. Todo cuanto existe lo hizo su Amado de la nada. Y comprende que sin él nada se hizo, y por eso el alma se pregunta “¿Quién conoció tu designio, si tú no le diste la sabiduría?”

“Do mana agua pura”. Y aquella sabiduría en el mismo Cristo nos dice: Mi Padre me ha confiado todas las cosas, nadie conoce perfectamente al Hijo, sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera manifestar.(Mat. 11. 27).
Y hasta nos descubre la divina realidad del misterio trinitario.: …bautizando en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. (Mt.28. 19) Yo soy la fuente de agua viva dice a la samaritana.

El Verbo humanizado en Jesús es la parte de la sabiduría divina que era necesaria al hombre, porque con Jesús no tenemos la total y plena sabiduría de Dios, sino la que era necesario revelar para la salvación, y así la Escritura nos habla: Sap.10.8: “Mas la sabiduría a sus servidores los libró de sus trabajos. Ella guió por senderos rectos al justo…le mostró el reino de Dios y le dio conocimiento de las cosas santas….multiplicó el fruto de sus trabajos”
El alma enamorada comprende y vive esta máxima santa: Vanidad de vanidades, todo es vanidad.( Qohélet. 1.1) Toda voluntad, pensamiento, deseo y acción sin Jesús no da fruto, y así recuerda que “al amanecer estaba Jesús en la orilla. Pero los discípulos no sabían que era Jesús. Jesús les dijo: Muchachos, ¿tenéis algo que comer? Le contestaron, no. El les dijo: echad la red al lado derecho de la barca y encontraréis; la echaron y no podían sacarla por la cantidad de peces” (Jn. 21. 4-6)

Por ello Pablo reconociendo el misterio de Dios aún con Jesús entre nosotros, en Rom. 11 dice: ¡qué profundidad de riqueza, de sabiduría y de ciencia la de Dios! ¡Qué incomprensibles sus decisiones y qué irrastreables sus caminos”! Porque Jesús nos enseña que él es el camino, es nuestro amigo, es el que hasta muere por amor a nosotros para hacernos partícipes de su Sabiduría. Venid a mí…nos dice, y echad la red mientras meditáis el Salmo. 136: “El hizo los cielos con sabiduría, porque es eterno su amor... El afirmó la tierra sobre las aguas, porque es eterno su amor. El hizo las lumbreras grandes, porque es eterno su amor; el sol para presidir el día, porque es eterno su amor; la luna y las estrellas para presidir la noche, porque es eterno su amor…El se acordó de nosotros en nuestra humillación, porque es eterno su amor”.
Y así los cielos, la tierra, las lumbreras, el sol, la luna y las estrellas son expresiones en lenguaje de Dios, regalos de amor, su obra milagrosa, palabras de Dios a las que une su Palabra Divina y ya humana del Verbo Encarnado que nos enseña a leer ese inmenso libro de Dios con dos capítulos: la Creación y su Palabra que es luz.
Él, Jesús, que solicita nuestra amistad, es la Imagen visible de Dios invisible conforme a cuya Imagen todo fue hecho (Col 1,15) Dios Sabiduría está visible en las cosas creadas, son propias solo de Dios. Esta sabiduría no es una falsa especulación, sino totalmente razonable, como el artista que siente complacencia de su obra real para que sea contemplada por otros que vean su estilo creativo. “Bendice alma mía al Señor y no olvides sus beneficios”(Sal 103) La sensatez vale más que los corales y ninguna joya se le puede comparar” (Prov. 8, 30). Dios es el artífice digno de admiración.
“entremos más adentro en la espesura”) ¿Pues si a duras penas conjeturamos lo que ocurre en la tierra, y con trabajo descubrimos lo que tenemos entre las manos o allá en el universo, ¿quien rastreará lo que hay en los cielos y aún mas allá de estos en el Reino de Dios? ¿Quien conoció tu designio, si tú no le diste la sabiduría?
Siracida 24. “La sabiduría se alaba a sí misma y se gloría en medio de los suyos. En la asamblea del altísimo abre su boca y se gloría en presencia de su corte celestial. Yo salí de la boca del Altísimo y cubrí la tierra como una niebla. Habité las alturas, y mi trono fue columna de nube. Sola recorrí el círculo celeste y por las profundidades del abismo me paseé. En las olas del mar, en toda la tierra, en todo el pueblo y nación yo imperé. En todos ellos busqué el reposo y en qué territorio instalarme…en la ciudad amada establecí mi residencia…en el pueblo glorioso eché raíces…crecí como el cedro del Líbano,..Como palmera de Engadi… cual brote de rosa de Jericó… como olivo….como el cinamomo y el espliego he dado mi aroma…como mirra escogida…como gálbano, onix y estacte…como perfume de incienso…como vid eché hermosos sarmientos y mis flores dan frutos de gloria y de riqueza, Venid a mí los que me deseáis y saciaos de mis frutos... Porque mi recuerdo es más dulce que la miel y poseerme más dulce que el panal….y los que me beban quedarán de mí sedientos”
De las cosas creadas nos elevamos al amor del Creador sin tener límites de ese gozo, y tendremos cuanto queramos cada uno, vaciándonos de nosotros y llenándonos de sus dones como una esposa que solo es feliz junto a su esposo, sin él nada merece el vivir y solo con su compañía lo tiene todo.
Encarnándose reparó al hombre, (Col 1,20) “Saliendo de la gloria del Padre, vino al valle de nuestra miseria (Jn 16,28) con un ímpetu de amor (Isa 59, 19) y repartiendo gracias (Ef 4,) Siendo verdadero y natural Hijo de Dios, nos introduce en la gloria de la herencia paterna (Hebr 2,10).
Y todo bautizado está llamado a esta amistad amorosa que le lleva hasta la insondable filiación divina en la misma vida Trinitaria. Pero nadie como María, Madre de la Palabra, Madre de la Sabiduría visible a través de su propio hijo, gozó del misterio del Espíritu. Siento verdadera devoción ver a María, con toda su sencillez y naturalidad, conviviendo con estos misterios que a nosotros nos parece hemos de fruñir la frente y cerrar los ojos para intuirlos, cuando están al alcance de nuestros mismos sentidos como el niño con ingenuidad sabe que todo es suyo porque es de su padre. Pero el pecado cegó nuestro convivir transcendente que hemos de recuperar cada uno.
J. de la Cruz, nos recuerda: “una esposa que te ame, / mi Hijo darte quería. / que por tu valor merezca / tener nuestra compañía, / y comer pan a una mesa, / del mismo que yo comía, / porque conozca los bienes / que en tal Hijo yo tenía, / y congracie conmigo / de tu gracia y lozanía.
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Re: El Cántico espritual de J. de la Cruz y María

Notapor agustin sanchez diaz » Mar Abr 16, 2013 4:50 am

16-Abril-2013

Canción XXXVII
“Y luego a las subidas / cavernas de la piedra nos iremos, / que están bien escondidas, / y allí nos entraremos, / y el mosto de granadas gustaremos”.

“Después de haber entrado más adentro…irán a conocer los subidos misterios de Dios y hombre que están más subidos en sabiduría escondidos en Dios…y gozarán y gustarán ella y el esposo el sabor que causa el conocimiento de ellos…como son justicia, misericordia, sabiduría etc.

“Y luego a las subidas / cavernas de la piedra nos iremos”
La piedra que aquí dice es Cristo… las subidas cavernas son los subidos y altos misterios en sabiduría de Dios que hay en Cristo por la unión hipostática de la naturaleza humana con el Verbo, y la respondencia que hay de la unión de los hombres en estas…subidas por la alteza de misterios, cavernas, por la hondura y profundidad de la sabiduría de ellos…y tiene muchos senos de juicios suyos ocultos de predestinación y presciencia, por lo cual dice:

“Que están bien escondidas”
“tanto que por más misterios y maravillas que han descubiertos los santos Doctores y entendido las almas…les quedó todo lo más por decir, y aún por entender…Cristo es como una abundante mina con muchos senos de tesoros…van en cada seno hallando nuevas venas de nuevas riquezas…y como dice Pablo en Cristo moran todos los tesoros y sabiduría de Dios escondidos…

“Y allí nos entraremos”
“en aquellas noticias de misterios divinos…nos entraremos…ella y el amado…esta obra no la hace ella, sino el esposo con ella... en este estado de matrimonio espiritual…no hace el alma obra ninguna a solas sin Dios.

“Y el mosto de granadas gustaremos”
“Las granadas significan los divinos misterios de Cristo y altos juicios de Dios…así como las granadas tienen muchos granicos,…así cada virtud y atributo y misterios y juicio de Dios contiene en sí gran multitud de granos de efectos y ordenaciones maravillosas de Dios…Y anotamos la figura circular o esférica de la granada, porque cada granada entendemos aquí por una virtud y atributo de Dios…el cual atributo o virtud de Dios es el mismo Dios…significado por la figura circular o esférica, porque no tiene principio ni fin…
El mosto que dice que gustarán…es la fruición…y el deleite de amor de Dios que gusta en ellas… de muchos granos de las granadas un solo mosto sale, así…sale y redunda una sola fruición y deleite de amor, para el alma, el cual ella ofrece a Dios con gran ternura de voluntad.”
----
“Los once discípulos marcharon a Galilea, al monte que Jesús les había indicado.
Y al verle le adoraron.”
Sobre un monte, Jesús resucitado proclama su autoridad y así manda a sus discípulos a evangelizar a todas las gentes, y promete que estará con nosotros hasta el fin del mundo.
Sube al Padre, es decir, se despide de los suyos pues Dios no está solo arriba sino en todas partes y allí mismo fue recibido como Rey, por el Padre, los Santos y toda la corte celestial. Y así la divinidad de Jesús puede decir plenamente al Cuerpo y al Alma de Cristo, simbolizándonos a toda la Humanidad purificada y ascendida a los cielos en él: Y luego a las subidas / cavernas de la piedra nos iremos, / que están bien escondidas, / y allí nos entraremos, / y el mosto de granadas gustaremos”.
El Monte de la Ascensión es lo que anticipadamente comienza a gustar el alma que llega a esta alta santidad en su vida espiritual diaria, pero antes ha debido pasar por otros montes como en el que hizo la multiplicación del pan y los peces símbolo de que cuanto él toca queda transformado en dones y maravillas espirituales en riqueza abundante. Él es necesario como el agua, tan vital como el pan.

Y así Isaías 13. 2, puede proclamar: Levantad bandera sobre un santo monte, alzad la voz a ellos, alzad la mano para que entren por puertas de príncipe. Vosotros todos los moradores del mundo y habitantes de la tierra, cuando se levante bandera en los montes, mirad, y cuando se toque trompeta, escuchad (Is. 16. 4)
Ya tenemos levantada la bandera sobre el monte que viene a nosotros, y por ello a él elevamos los ojos porque escuchamos su llamada y acudimos hoy junto a su Altar-Monte, que es donde Dios obra sus maravillas, y en busca de ellas subimos con alegría a la Casa del Señor y allí a las subidas cavernas de la roca nos iremos para buscar cada vez más riquezas, todas sus riquezas condensadas en tan sublime misterio; en un altar, su monte, donde se guardan no las Tablas sino al Supremo Legislador.

Todo altar, Dios, es un monte y así “Moisés edificó un altar, y lo llamó Señor.” (Ex. 17:15)
“Grande es el Señor y digno de alabanza, en la ciudad de nuestro Dios, su santo monte. Hermosa altura, alegría del mundo”. (Sl. 48. 2).
Y así, al subir Jesús en un monte al Padre con nuestra naturaleza humana, en ella vamos todos; y al bajar hoy a nuestro altar jamás alma alguna podrá sentirse más alta que en ese abrazo de Dios en nuestro común pan sobre su Altar. Y en ningún otro lugar podremos gustar escondidos tan subidos y altos misterios de sabiduría, amor, justicia, perdón, piedad y ciencia divina. Pero hemos de cavar para encontrar, descubrir y contemplar la sabiduría de la arquitectura de ese Altar-Templo de Dios en Cristo, done encontraremos esas salas de oro del Amor, esos zafiros de la Justicia, y esas pedrerías del Perdón junto a la piedad gozosa cual Perla junto a los ríos cristalinos de la Ciencia Divina anticipada.
Ya el Sinaí es un símbolo de este Monte altar, Tierra sagrada, Dios nos entrega a cada uno su Palabra en llama de amor escrita con su sangre en nuestra alma. Pues este Altar, como en el Simbólico Monte señalado a Abraham para su sacrificio, aquí encontramos no a un cordero sino al Cordero silencioso del mismo Hijo de Dios, que saliendo por el camino hacia nosotros desde la casa del Padre, como Isaac, sabía que había de ser levantado inmolado y glorificado en nuestro Altar, cada día, entre nosotros, para la salvación gozosa.
Y como el arca de Noé amaramos, salvados, no en el monte Aralat sino en el nuevo Sión... “yo he puesto mi rey sobre Sión, mi Santo Monte...Yo publicaré el decreto, Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú”. ( Sl.12. 6-7) “Yo te engendré hoy”, cada día, para que Tú y tu mérito en ese Altar, en cada pueblo, para todo el que quiera subir a él, sea Ara Santa, Salón regio lleno de luz donde celebremos nuestra Divina Unión de Amor.
Y por ello cuando subimos a este Monte-altar, elevado y soleado por el Sol divino, ya en la nueva Jerusalén, el Cuerpo de Cristo, ciudad de paz, somos engendrados como hijos, y si hijos, como dice Pablo, herederos. Y cuando el alma santa descubre la profundidad de estos misterios, solo quiere permanecer allí como en el Tabor, con el solo deseo de escudriñar saboreando toda la infinita sabiduría de su amado.
Jesús nos afirma: “Y yo, cuando sea levantado de la tierra, a todos los atraeré hacia mí”. (Jn. 12. 32), Sobre tu altar eres elevado cada día, Señor, atráeme como un imán para que tras palpar la puerta abierta de tu costado, como Tomás, encuentre el Paraíso, Y luego a las subidas / cavernas de la piedra nos iremos, / que están bien escondidas, / y allí nos entraremos, /. Y en esta subida, el alma santa, goza con el mismo Dios en su reino de paz y amor, con la vida más dinámica, rica y variada, siempre en descubrimiento constante de la esencia divina, bella, viva, perfecta, movida e inacabable en tan altos y subidos misterios de sabiduría, que hizo el mundo visible, solo como una imagen de la exhuberancia del Reino de Dios, donde lo terreno será desechado porque solo ha sido una señal de lo que es Dios en si. Es viento, es luz, aroma, canto de aves, cristalinas fuentes, nido amoroso, montañas y valles divinos, convirtiendo esta Ara-Altar o Salón Regio en anticipo de tu reino pleno.
Y así Abdías (1.16-17) pudo profetizar: “De la manera que vosotros bebisteis en mi santo monte, beberán, todos los gentiles de continuo; beberán, y engullirán, y serán como si no hubieran sido. Mas en el Monte de Sión habrá salvamento, y será santidad, y la casa de Jacob poseerá sus posesiones.”
“Padre, quiero que los que me confiaste estén conmigo para que contemplen mi gloria; la que me diste, porque me amaste antes de la creación del mundo,(Jn.17,24).
Tu, Señor, eres nuestro aliento y por ello nuestra vida, tu Vida por la cual renunciamos a todo cuanto nos impida subir y darnos el abrazo de paz, pues tu eres el que más amas y el que más das, conduciéndome por el gozo de tus jardines de este mundo al de bellezas vivas infinitas.
Más esto no quiere decir que todas las almas quieren profundizar en los misterios de la sabiduría divina, o que la sola voluntad del alma lo haga posible, y menos para el mayor grado de santidad. Y por ello J. de la Cruz nos trae estos versos:: “Y luego a las subidas cavernas de la piedra nos iremos, / que están bien escondidas”.
Y por ello las hemos de buscar porque están escondidas en la vida interior.
Un misterio es algo revelado a nuestro entendimiento, pero que no comprendemos plenamente o no deseamos entenderlo con sinceridad. Por de ello S, Agustín, oraba así: «Tú eres grande, Señor, y muy digno de alabanza (...). Nos has hecho para ti y nuestro corazón está inquieto mientras no descansa en ti»
Y esta es la situación del estado de las almas que han llegado a ese matrimonio espiritual y desean ardientemente adentrarse más en ese mar vivo e infinito del amor de Dios.
Dios es un misterio que nos ha sido revelado por los profetas, libros sagrados y por el Propio Hijo de Dios, y con la muerte de sus Apóstoles termina la revelación. Pero eso no quiere decir que todos comprendamos de igual modo lo “revelado”, o que el alma santa en su comunicación amorosa con Dios, quiera siempre descubrir, según su voluntad cada día con más profundidad y vivencia esos misterios, a los cuales solo Dios nos puede conducir ante nuestra deseo de poseerlos.
Los santos y cualquiera de nosotros tiene un único camino para conocer el misterio de Dios: Subir a la Roca, al monte, que es Cristo y, caminar por las subidas cavernas que son los subidos y altos misterios en sabiduría de Dios que hay en él por la unión hipostática de la naturaleza humana con el Verbo, y así:
1) Descubrir cual es el designio de Dios para el hombre. Dios, ha creado por voluntad amorosa al hombre para hacerle partícipe de su vida bienaventurada, si el hombre quiere.
2). - Saber por qué late en el hombre el deseo de Dios. Aunque el Mal, para no pocos, con su ponzoña venenosa lo encubra.
3). Saber que con solo recibir el bautismo y algunos otros sacramentos no podremos, sin especial interés amoroso, gustar de ese amor pleno que Dios siempre nos ofrece.
4) Porque no basta con conocer y creer en Cristo, sino adentrarnos en esas cavernas o minas múltiples, propias de su Sabiduría. Llegados a la Roca: al Misterio de su Encarnación, y Redención, a su monte de sabiduría, a nuestro Altar, muchas almas no se quedan con ello satisfechas, y buscan en esas minas infinitas nuevos ríos de agua, vetas de perlas, plata y oro, que son símbolos de virtudes de otras más sublimes valoraciones.
Y encuentran en ese eco de su abandono de todo, en su desprendimiento y soledad, que están en pleno corazón de Dios, y entonces allí acampan con su Dios en un cielo gozoso, donde después de haber entrado más adentro…seguirá conociendo los subidos misterios de las colinas y valles del mundo y del Reino de Dios.
San Agustín comienza la búsqueda de la verdad de una manera casi desesperada. Ya a los diecinueve años se pasó al racionalismo y rechazó la fe en nombre de la razón. Sin embargo, poco a poco va descubriendo que la razón y la fe no se oponen, y tanto meditaba sobre el misterio de Dios que aquel niño le dijo que era más fácil meter toda el agua del mar en un agujerito de arena que comprender todos los misterios de Dios.
Y Jeremías 10,9 nos describe que “apareció en los querubines la figura de una mano humana debajo de sus alas. Y miré, y he aquí cuatro ruedas junto a los querubines, junto a cada querubín una rueda; y el aspecto de las ruedas era como el de piedra de Tarsis.
Cuanto al parecer de ellas, las cuatro eran de una forma, como si estuviera una en medio de la otra”. Y es que Dios siempre tiene en sus cavernas, en su esencia, sabiduría oculta que nos hacen ver a un Ser admirable e inagotable de misterios infinitos.

¿Qué alma ha llegado a la cumbre de cuanto es posible conocer de Dios? Plenamente nadie puede abarcar o a aprehender a Dios, pero María, su sencilla y humilde Madre, sí ha recibido en su alma, solamente ella, cuanto es posible de santidad que Dios pueda dar a toda la creación. Era su Madre, y la hizo…Madre de Dios, a lo Divino. Resultado que el amor de las madres es el más comprensivo, constante, paciente y parecido al amor de Dios. Son fuente de vida limpia y cristalina.¿ Si casa uno hubiese podido hacer a su madre teniendo poderes infinitos, ¿cómo la habríamos hecho, y mira que ya son lo más hermoso de la Creación? Pero no son Madre de Dios.

Juan de la C, termina así su romance 3: Mucho te agradezco; Padre, / el Hijo le respondía; / a la esposa que me dieres, / yo mi claridad daría, / para que por ella vea / cuanto mi Padre valía, / y cómo el ser que poseo, / de su ser lo recibía. / Reclinarla he yo en mi brazo, / y en tu amor se abrasaría, / y con eterno deleite / tu bondad sublimaría.
agustin sanchez diaz
 
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Re: El Cántico espritual de J. de la Cruz y María

Notapor agustin sanchez diaz » Mié May 01, 2013 2:23 am

1-Mayo-2013

Canción XXXVIII

“Allí me mostrarías / aquello que mi alma pretendía, / y luego me darías / allí tú, vida mía, / aquello que me diste el otro día”

“Que allí la mostraría…en aquella transformación de noticias…lo que su alma pretendía….amar a su esposo como él se ama….y que también le daría la limpieza y pureza que en el estado original le dio…y en el día del bautismo.

“allí me mostrarías aquello que mi alma pretendía”
…la igualdad de amor….porque el amante no puede estar satisfecho si no siente que ama cuanto es amado…ve el alma la inmensidad del amor con que Dios la ama…no quiere ella amarle menos…perfectamente…pero no puede el alma venir a esta igualdad…si no es en transformación total de su voluntad con la de Dios…en que tal manera se unan…que se hace de dos una.
No dice el alma allí me darías…sino allí me mostrarías…esto es, la muestra a amarle como él se ama…Dios amando primero nos muestra a amar pura y enteramente como él nos ama.”

“Y luego me darías / allí tú, vida mía, / aquello que me diste el otro día”.
“Llamado el otro día el estado de la justicia original…o el día del bautismo en que el alma recibió pureza y limpieza total…como habemos dicho hasta esa pureza y limpieza llega el alma en ese estado de perfección”.

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¿Puede el alma llegar a amar a Dios como Dio se ama? El sentido común nos dice que lo finito nunca puede ser infinito absoluto, pero a pesar de ello el mismo Cristo nos dice: “vosotros sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto, (Mt. 5. 48)
Si Dios en su esencia es inconmensurable, es porque supera como ser infinito nuestro pensamiento y supera aún a nuestra imaginación, pero por otra parte, al ser infinito tiene capacidad infinita de recibir nuestro amor que será junto al Cristo Dios y hombre, para una eternidad.
Dios es como un río al que se le une una gota de agua y, ya forman esas gotas con el río un solo caudal, y así la gota es también río con una cooperación en común misión: Dar vida, y esto lleva consigo el amor con proyección infinita. Y así, hasta los seres vivientes sin un alma racional y espiritual como la nuestra, pero con alma y sentimientos admirables, son a veces observantes fidelísimos más que los humanos de las leyes naturales inscritas por el Creador de dar vida, concrear con amor. Y contemplamos admirados cómo se muestran amorosos entre parejas y más con sus hijuelos, siendo imagen de Dios que transmiten vida con carantoñas, mimos y arrumacos muy visibles, que confirman que dan vida con aquel sentimiento que por qué no va a ser aquello que en nosotros es el amor. Y ese amor entre las aves y las fieras es también imagen Dios. Ellos también son gota que ensancha en su naturaleza el río de la vida. Nosotros, en la cúspide de la creación con proyección de transcendencia en vida sobrenatural, (¿los demás seres vivos tienen también un alma inmortal? Nosotros, somos receptores de inteligencia superior pero el espíritu lo puede crear solo Dios, solos ni siquiera podemos en la vida del espíritu hacer nada en el caudal del río sobrenatural de la Vida de la Gracia y, por ello Jesús dice: Sin mí nada podéis hacer. Y así con él, en él y por él podemos ofrecer a Dios hasta un culto, una ofrenda de valor infinito, es decir, unido nuestro amor al de Jesús, (que sean uno en mí,) con él y en él podemos amar a Dios como él se ama. Pero, en el plano natural, tanto para seres racionales como irracionales sin referencia consciente de Dios, todo amor en todo ser viviente es transmisor de vida, es, imagen Dios, nace de Dios porque de Dios nace toda vida, natural y sobrenatural, y, este es un triunfo universal y fantástico de Dios a pesar de la rebeldía del hombre, que si este ama, de manera especial, consciente y racional, es porque actúa conforme y unido a la única y necesaria fuente legislada de Amor: Cristo- Dios. Triunfo silencioso pero real y fantástico del Creador en toda su gran obra del que no nos hacemos suficientemente conscientes y gozosos los creyentes. Dios no es un fracasado, somos nosotros los insensatos por falta de reflexión, por ignorancia o por odio y desprecio a la única fuente del Amor que es creativo-redentivo y nos quiere llevar a su misma Vida Trinitaria por toda la eternidad, y allí seremos uno en Cristo: Dios y hombre, en el Amor a Dios, partícipes en la Vida Trinitaria. ¡Qué grandeza!
Por ello se nos manda: Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas, y de este modo el amor que le tenemos a él se une al amor que él, Dios y hombre, por exigencia de su esencia humana y divina, perfectísima en todo, se tiene a sí mismo y al Padre que es perfección infinita a la que por sabia esencia ama y que nos ofrece, y por torpeza no todos aceptamos llegar a ese panal de dulzura que lo llamamos y es el Matrimonio Espiritual que no es otra cosa que ser engendrados en Cristo, nacer de nuevo, al modo como él lo fue en el Padre. ¡Que sean uno en mí!
Dios nos pide que seamos como él: “Dí a toda la comunidad de los israelitas: Sed santos, porque yo, el Señor, vuestro Dios, soy santo. (Lev.19.2) Y Pedro, consecuente nos confirma: “Conforme a la santidad del que os llamó, sed santos en todo vuestro proceder, porque escrito está. Sed santos, porque Santo soy Yo. (1Pe.1-16)
Que “seáis perfectos y cumplidos, sin faltar en cosa alguna” nos dice Santiago. (1. 4).
Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios (Mt.5.8). Y ver a Dios, es mirarlo y, mirar a la perfección infinita, unidos como en símbolo matrimonial, nos obliga aún racionalmente a amar y unirnos a aquella perfección. Es el misterio del amor.
Tú, Señor, bendices al que es justo, como un escudo lo protege tu favor. (Sl. 5.13)
El Señor odia la conducta perversa y ama a quien obra con justicia (Pro. 15. 9) porque él es el Esposo.

Nada más parecido, semejante a Dios, que la inocencia del estado original antes de la caída de Adán y el estado de pura inocencia del alma después del Bautismo. Salimos de las manos de Dios como seres perfectos. ¿Después qué nos sucedió y cómo? Pero Dios no fue el que rompió con el hombre sino este con Dios porque usamos y seguimos haciendo mal uso del gran don de la libertad, porque a nuestro egoísmo le estorbó y le sigue estorbando Dios. Quisimos y, queremos igualmente hoy ser Dios, apartándonos de Dios, no nos conformamos con ser solo su imagen, unida por Cristo a Dios, y así Adán fue ayer, es hoy, Adán somos todos. Adán inocente en el Paraíso y, nosotros inocentes en nuestra infancia. Adán expulsado por rebeldía, y la pérdida de nuestra inocencia, es el fin de nuestro Paraíso.
Pero “tanto amó Dios al mundo que dio a su hijo único, para que quien crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna, Pues Dios no envió a su hijo al mundo para condenar al mundo sino para que el mundo se salve por él. El que cree en él no será condenado; pero el que no cree ya está condenado, porque no ha creído en el Hijo Único de Dios” (Jn. 3. 14-18) Dios no condena, es nuestra libertad la que elige previamente nuestro destino.

Los cobardes, los infieles, los abominables, los homicidas los fornicadores los idólatras y todos los embusteros tendrán su parte en el estanque, que arde con fuego. (AP.21.8) lugar al que nos lleva nuestra infidelidad del amor si ni siquiera le pedimos perdón.
¿Pero quienes son estos? Los que gustan de su ignorancia, los que desprecian lo sobrenatural, los insolidarios, los que se hacen esclavos de sus pasiones y de sus pensamientos erráticos convirtiéndolos en sus ídolos. Son cuantos en su interior andan a oscuras tropezando e hiriendo a otros y a sí mismos por no encender la Luz.
Porque el que camina con el Señor y se deja conducir por Él, experimenta progresivamente un sentimiento de libertad en la luz, y su corazón no se reduce, no se ahoga, sino al contrario, se dilata y «respira» continuamente más. Dios es el amor infinito, y en Él no hay nada de estrecho ni reducido, sino que todo es ancho y amplio. El alma que camina con Dios se siente libre, siente que no tiene nada que temer, sino que, al contrario, todo le está sometido porque todo concurre a su bien tanto en las circunstancias favorables como en las desfavorables. El alma dispuesta plenamente al Amor siente que todo le pertenece porque es hija de Dios, nada puede limitarla porque Dios le pertenece. Vence las condiciones adversas porque es libre y hace todo lo que quiere, porque lo que quiere es amar, y eso está siempre en su poder. El alma en este estadio de santidad se siente libre, pero no todos queremos, por torpeza llegar a esta libertad gozosa.

¿No hemos creado un dios a nuestro modo ruin, dios de las batallas, de los castigos, de la venganza, de la ira, del poderoso, de las riquezas, de los trajes de plata y oro, de los milagros espectaculares como si la Naturaleza y la Encarnación no fuesen un milagro inexplicable soberbio y grandioso…. donde Dios ha dejado su hermosura?
Muéstrame tus caminos, Señor, enséñame tus sendas, guíame en tu verdad, enséñame. (Sl.23.5)

¿Podemos volver a la inocencia original y a la santidad recibida en el Bautismo?
Sí, hay almas que lo consiguen de una forma permanente, ya en alta perfección y, otras que en ciertos momentos se sienten así de felices. Además, en el mundo son imagen aún inocente de Dios cuantos siguen en la infancia y, si a esta belleza le añadimos la de los bautizados aún inocentes, entonces podemos saber, aunque no palpar, que la imagen de Dios es como él la creó, y que la llena de gracia después por la redención. Y así puede exclamar: “Allí me mostrarías / aquello que mi alma pretendía, / y luego me darías / allí tú, vida mía, / aquello que me diste el otro día”.

Si ante el Altar, al sentarnos para la Cena en la Mesa del Señor. en ese acto esencialmente penitencial, sentimos de verdad que Cristo nos lava no los pies sino el alma vistiéndola con la túnica blanca de su abrazo de perdón, y escuchamos sus palabras “ Vosotros estáis limpios por las palabras que os he hablado”, y si en nuestro interior vivimos cada parte que recitamos del Sacramento de reconciliación y comunión, hemos recobrado la inocencia original y la santidad del bautismo, que no es más que estar en gracia de Dios, sintiendo de verdad el Salmo 50: Dios tenga misericordia y perdone nuestros pecados de los que ni el justo, dada la fragilidad, se ve libre.
“Tenme piedad, oh Dios, según tu amor, / por tu inmensa ternura borra mi delito, lávame a fondo de mi culpa, / y de mi pecado purifícame.
Pues mi delito yo lo reconozco, / mi pecado sin cesar está ante mí; contra Ti, contra Ti solo he pecado, / lo malo a tus ojos cometí….
Mas Tú amas la verdad en lo íntimo del ser, / y en lo secreto me enseñas la sabiduría. Rocíame con el hisopo, y seré limpio, / lávame, y quedaré más blanco que la nieve.
Devuélveme el son del gozo y la alegría, / …Retira tu faz de mis pecados, / borra todas mis culpas. Crea en mí, oh Dios, un puro corazón, / un espíritu dentro de mí renueva; no me rechaces lejos de tu rostro, / no retires de mí tu santo espíritu.
Vuélveme la alegría de tu salvación, / y en espíritu generoso afiánzame; enseñaré a los rebeldes tus caminos, / y los pecadores volverán a Ti.
Líbrame de la sangre, Dios, Dios de mi salvación, y aclamará mi lengua tu justicia; / abre, Señor, mis labios, y publicará mi boca tu alabanza. / Pues no te agrada el sacrificio, si ofrezco un holocausto no lo aceptas. / El sacrificio a Dios es un espíritu contrito; un corazón contrito y humillado, oh Dios, no lo desprecias”. (Sal.50)
Yo pecador….me confieso….son los santos los que mejor comprenden y sienten esta súplica.
Dios siempre transciende al mundo y a la Historia, porque es EL QUE ES. Y si Dios es Amor, y ha condensado su Amor Redentor en su especialísimo Sacramento EUCARISTICO, ese Sacramento es de Comunión, de Unión, de Contacto porque es de Misericordia y Perdón. Dios habría fracasado y sería en él una contradicción esencial, si invitándonos a esa Cena de Paz, en ella él mismo se negara a perdonar a quien tan reiterativamente pide su Perdón su Amor y su Pan. Dios obra a lo Dios y hace lo inconcebible: Hasta nos da a comer su propio cuerpo y a beber su propia sangre. Y cuando está renovando su Redención, ¿no perdona? Es patente el derroche a lo infinito de Dios en la creación y ¿no actúa a lo infinito de amor en la renovación de su sacrificio de Reconciliación? ¿Y no derrocha perdón en la renovación de su Cena devolviéndonos el estado limpio y la santidad que recibimos en el bautismo? “Allí me mostrarías / aquello que mi alma pretendía, / y luego me darías / allí tú, vida mía, / aquello que me diste el otro día”. Tomad y comed todos.
Aquí, María es Madre de la Divina Gracia, porque es Madre del Creador, Madre del Redentor, Madre Amable, Madre Admirable, Virgen poderosa, Virgen Fiel, Causa de nuestra alegría, Virgen Poderosa, Abogada nuestra.
Y por ello con J. de la Cruz podemos repetir:“Por una extraña manera / mil vuelos pasé de un vuelo. / porque esperanza de cielo / tanto alcanza cuanto espera; / / esperé solo este lance, / y en esperar no fui falto, / que fui tan alto, tan alto, / que le dí a la caza alcance”.
agustin sanchez diaz
 
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Re: El Cántico espritual de J. de la Cruz y María

Notapor agustin sanchez diaz » Mié May 15, 2013 4:17 am

15-Mayo-2013

Canción XXXIX

“El aspirar del aire / el canto de la dulce filomena, / el soto y su donaire, / en la noche serena / con llama que consume y no da pena”

Pone aquí cinco cosas que son todo lo que ella quiso dar a entender“….La primera es el aspirar del aire que es el amor…la segunda el canto de la filomena, que es la jubilación en alabanzas de Dios. La tercera es el soto y su donaire, que es el conocimiento de las criaturas. La cuarta es pura y subida contemplación. Y la quinta…es llama de suave transformación de amor en la posesión de todas estas cosas”

“El espíritu del aire”
“aspirar del aire es un delicadísimo toque y sentimiento de amor…en la comunicación del Espíritu Santo…para que ella aspire en Dios la misma aspiración de amor que el Padre aspira en el Hijo, y el Hijo en el Padre que es el mismo Espíritu Santo que a ella la aspiran”.

“El canto de la dulce filomena”
…Que es el ruiseñor que se oye en la primavera pasados ya los fríos y lluvias…amparada ya la esposa y libre de todas las turbaciones….purgada de imperfecciones…y nieblas naturales….siente la dulce voz del esposo…levántate amiga mía, paloma mía…ya ha pasado el invierno…la tortolíca se ha oído en nuestra tierra.

“El soto y su donaire”
“Entiende aquí a Dios con todas las criaturas que en él están…todas las criaturas celestes y terrestres tienen en Dios su raíz y su vida…El donaire del soto…es la gracia y sabiduría y donaire que Dios tiene, no solo en cada una sino la que hacen entre sí en la respondencia sabia y ordenada…lo cual es conocer en las criaturas por vía contemplativa, y así se sigue lo cuarto:

“En la noche serena”
“Esta noche es…la contemplación…que quiere decir sabiduría escondida y secreta de Dios…a oscuras de todo lo sensitivo y natural, enseña Dios ocultísima y secretísimamente al alma, sin ella saber cómo…es entender no entendiendo…recibe inteligencia sustancial, la cual le es dada sin algún oficio suyo activo.
Llama a esta contemplación noche…también serena…esta noche…está para la vista del entendimiento rasa y ajena de todas nubes…por lo cual…es noche serena para el espíritu

“con llama que consume y no da pena”
La cual llama se entiende aquí por el amor de Dios ya perfecto…para ser perfecto, ha de tener: que consuma y transforme al alma en Dios…y que no de pena…porque en la transformación del alma en ella hay conformidad y satisfacción de ambas partes…está el alma tan transformada y conforme con Dios, como el carbón encendido lo está con el fuego…que llegue a tal grado de perfección de amor, que la posea el fuego de amor…cumplida y suavemente…llama suave que la consumió acerca de todo….y la mudó en Dios”.

---
¿Cómo transformó Dios a los Apóstoles?
Al llegar el día de Pentecostés, estaban juntos en el mismo lugar, de repente un ruido del cielo, como de viento impetuoso, llenó toda la casa donde estaban. Se le aparecieron como lenguas de fuego, que se repartían y se posaban sobre cada uno de ellos. Todos quedaron llenos del Espíritu Santo…..Y en su discurso a los judíos Pedro dijo: se está cumpliendo lo que dijo el Profeta Joel, dice Dios: derramaré mi espíritu sobre todos los hombres ….Vosotros lo matasteis por mano de los paganos…pero David dice de él: Veía siempre al Señor en mi presencia…. así nunca tropiezo. Por eso se alegra mi corazón, se gozan mis entrañas, todo mi ser descansa bien seguro…. Me has enseñado el camino de la vida, me has llenado de gozo en tu presencia….
. …como lenguas de fuego, que se posaban sobre cada uno de ellos… porque la llama de fuego simboliza el amor ardiente; y por ello el Bautista decía: El os bautizará con Espíritu Santo y con fuego (Lc.3. 16) - El nos ha marcado con su sello y ha puesto en nuestros corazones el espíritu como prenda de salvación (2 Cort. 1.22). Somos propiedad de Dios no solo por creación sino por Redención mediante el bautismo y la Eucaristía compendio de su generoso Amor.
Juan de la Cruz nos trae aquí cinco cosas que son todo lo que el alma quiere dar a entender“….La primera es el aspirar del aire que es el amor…Aspiraron el viento del Espíritu Santo, así como un viento impetuoso, como Jesús lo había anunciado: Cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará. El Espíritu guía hasta la verdad completa si el alma, a imitación de los discípulos, sabe esperar, porque el esposo le dice: Todo lo que tiene el Padre es mío (Jn 16.15), y la esposa, que ha renunciado a todo por amor a Dios, se siente ya heredera de la inmensa riqueza de Dios. Por eso el alma obedece a Pablo: No apaguéis el Espíritu (Tes.5.19) porque Él me honrará a mí..(Jn.16.14), y el alma, toda alma consciente del amor de Dios, pide que sea santificado el nombre de su único amor: Dios. ¡Santificado sea tu nombre!
La segunda el canto de la filomena, que es la jubilación, (el júbilo) en alabanzas de Dios…la tortolíca se ha oído en nuestra tierra….es la voz del esposo….y ella también da su voz …con nuevo canto a Dios”. Una vez bautizado Jesús, salió del agua, y en esto los cielos se abrieron y Juan vio al Espíritu de Dios descender en forma de paloma y posarse sobre él. Y se oyó una voz del cielo: este es mi hijo amado, mi predilecto (Mt.3. 16-17)
Sí, sobre toda alma bautizada desciende la paloma como símbolo de que Dios pone su nido, expresión de dulce amor para que sobre ella, en ella y con ella dar calor y vida.
Es como el canto del ruiseñor ….siente la dulce voz del esposo, …levántate amiga mía, paloma mía…ya ha pasado el invierno…porque el alma, así de amorosa y amada, se embelesa reconociendo aquella voz como la Magdalena envuelta en el silencio de un sepulcro vacío, en sonoro y amoroso silencio íntimo.
La tercera es el soto y su donaire, que es el conocimiento de las criaturas que es conocer a Dios por vía contemplativa a través de todas las obras naturales y sobrenaturales que son de Dios y todas tienen y ofrecen una belleza de Dios, a todas las dejó vestidas de su hermosura, y todas juntas con el hombre son la imagen de Dios. Es la nueva visión y conocimiento de Dios que ha traído el Espíritu a los Apóstoles, más no solo para ellos como lo profetizó ya Joel, dice Dios: derramaré mi espíritu sobre todos los hombres….Y lo confirma Pablo: la esperanza no nos defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo (Rom.5.5)
La cuarta es pura y subida contemplación. Por eso se alegra mi corazón, se gozan mis entrañas, todo mi ser descansa bien seguro. Me has enseñado el camino de la vida, me has llenado de gozo en tu presencia….y como un orfebre me pides entrega, que te deje hacer para cincelar en mí tu figura divina, porque nada son ni el que planta ni el que riega, sino Dios, que hace crecer. (1 Cor.3.7).
Y la quinta…es llama de suave transformación de amor en la posesión de todas estas obras, que no son más que presagio, que anhela el alma, porque Jesús dice…donde yo estaré estaréis vosotros….y esto en el alma santa ya empieza a ser una realidad. El Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os lo enseñará todo y os recordará todo lo que yo os he dicho. (Jn. 14.26) ¿Jesús habla solo para los Apóstoles? No, nos habla a todos: Por medio de Cristo os ha enriquecido en todo, dice Pablo. (1 Cor.1.5) Esteban el primer mártir lleno del Espíritu Santo, con los ojos fijos en el cielo, vio la gloria de Dios (He. 7. 55), como lo ven no solo los mártires a través de la Historia sino que hoy es igual para todo el que con fe y amor tiene esa gloria de Dios como más valiosa que la misma vida.
Y todo está confirmado por Pedro: que lleno del Espíritu Santo decía a los judíos ante la curación de un enfermo: éste se encuentra sano en virtud del nombre de Jesucristo…él es la piedra, que vosotros, los constructores, habéis desechado y que ha venido a ser la piedra angular (H.4.8).
Resistencia del mundo, también hoy, aún ante los mismos milagros que no son necesarios para creer en Jesús por ser Palabra de Sabiduría.
La venida del Espíritu Santo hoy no es tan espectacular, pero entonces lo fue por el momento necesario para la confirmación de los Apóstoles cimientos del cristianismo. Pero hoy, como ayer, este Espíritu es el que mueve toda evangelización y santificación personal, porque sigue enseñándonos cuanto Jesús nos había revelado, ya que si Jesús ha venido a salvar a todos, el Espíritu es la llama viva de nuestra fe, de todos los hombres a través de la Historia cristiana y todo cristiano siente esa llama muchas veces durante su vida.
De tal forma es esto cierto que cada uno tenemos nuestra convivencia con él, y a cada uno se nos encomienda un ministerio y en esa convivencia personal no hay jerarquías externas en cuanto al grado de unir nuestra voluntad a la voluntad de Dios, que es la santidad, es para lo que vino Jesús, sin distinción, ese grado o diferencia solo depende de la voluntad de cada creyente. Los que se dejan guiar por el Espíritu Santo son hijos de Dios…que nos hace exclamar ¡Abba! Padre….Y si somos hijos, somos también herederos de Dios (Rm- 8.15), y cada uno recibiremos mayor o menor herencia porque esta está supeditada, por la justicia divina, solo al grado de amor a Dios y al prójimo para los que tenemos fe; y para los que no hayan tenido nuestra fe, por el cumplimiento espiritual de cada cultura. Porque Dios quiere que todos los hombres se salven.
Pero para los que aceptamos a Cristo debemos estar agradecidos porque esa llamada a todos, sea en nosotros una realidad de fe, y no olvidar que: El que nos ha hecho para este destino es Dios, y como garantía nos ha dado su Espíritu (Rm-55). Y en este destino el Espíritu está siempre en venida constante: bautismo, confirmación, penitencia, eucaristía, matrimonio, orden Sacerdotal y unción de enfermos, oración y contemplación. Toda nuestra vida es aspirar el aire de su venida., y ¿en qué grado? cuanto queramos. El amor a Dios no tiene límites.
Porque como en María: el Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del altísimo te cubrirá con su sombra. (Lc. 1. 35)- Y lo que nace de ese matrimonio espiritual del alma con Dios es la unión y contemplación amorosa, y si queremos plena, para hacernos uno en el hijo como en ese cielo de contemplación de Maria, porque el deseo de Jesús para María y para nosotros, es amor sin límites: Que sean uno en mí. Es la máxima santidad a que todos somos llamados, y podamos decir con Pablo: ¿Quién conoció el pensamiento del Señor…? Nosotros poseemos el pensamiento de Cristo. (1Cor. 2-16) y su corazón, y con él late el alma santa en deseos de poseer a Dios .
Y así J. de la Cruz nos cantará: Oh, llama de amor viva, / que tiernamente hieres / de mi alma en el más profundo centro, / Pues ya no eres esquiva, / acaba ya si quieres, / rompe la tela de este dulce encuentro.
agustin sanchez diaz
 
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Re: El Cántico espritual de J. de la Cruz y María

Notapor agustin sanchez diaz » Lun Jun 03, 2013 3:42 am

3-Junio-2013

Ultima Canción, XL.
“Que nadie lo miraba / Aminadab tampoco parecía, / y el cerco sosegaba, / y la caballería / a vista de las aguas desaparecía”.
“el alma pone al amado delante cuatro disposiciones o conveniencias…estar ya su alma desasida y ajenada de todas las cosas…estar ya vencida y ahuyentando el demonio…tener ya sujetadas las pasiones del alma y apetitos naturales y espirituales…estar ya reformada la parte sensitiva conforme a la espiritual…diciendo que
“nadie la miraba”. “Mi alma está tan sola y desasida…de todas las cosas de arriba y de abajo y tan adentrada en el recogimiento contigo…tan lejos de ellas, quedan muy atrás de vista perdidas,” pero
“Amidalab tampoco parecía”. El cual…en las Escrituras Divinas significa el demonio, adversario del alma, esposa…el cual la combatía con su innumerable munición de tentaciones…porque no se entrase en esta fortaleza y escondrijo del recogimiento interior con el amado.”
“y el cerco sosegaba”. “Por cerco entiende las pasiones y apetitos del alma…que también está ya sosegado…pues así… no deje de hacerle las mercedes que le ha pedido…pues el dicho cerco no puede ya impedir la paz interior”
“y la caballería, / a vista de las aguas desparecía”. “Por aguas entiende aquí los bienes y deleites espirituales….Por la caballería entiende las potencias de la parte sensitiva así interiores como exteriores…que ella con sus potencias y fuerzas naturales se recogen a participar y gozar en su manera de las grandezas espirituales…No dice que la caballería descendía a gustar las aguas, sino a vista de ellas…porque esta parte sensitiva no puede …esencialmente gozar los bienes espirituales…sino por cierta redundancia del espíritu, reciben la recreación y deleite de ellos…Y dice que descendían para dar a entender que descienden y bajan de sus operaciones naturales”
--
Hay almas que llegan a este estado de santidad, que llegan a estas grandezas espirituales. Pero ¿quién es Santo?
En la Biblia el término Santo designa el misterio del ser divino, infinitamente perfecto, distinto de las criaturas y sin posibilidad de impureza humana. -Yo soy el Señor, que os he sacado de Egipto, para ser vuestro Dios, vosotros seréis santos, porque yo soy santo- (Lv 11.45)
El nombre de Santo es privilegio exclusivo de Dios… Y así a través de Oseas. (11.9) nos dice: Yo soy Dios, no un hombre, en medio de ti yo soy el Santo y no me gusta destruir. Por ello Jesús nos afirma: -Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve. Dios quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento pleno de la verdad.-
Y aunque solo Dios es Santo, es un misterio que se comunica a las personas y las cosas para que participen del ser divino y, perteneciendo a Dios, son y pueden llamarse por esta razón, santas. Ya he dicho anteriormente que Dios al no poder repetirse a sí mismo, al querer comunicar su vida, por amor, crea por un lado un mundo invisible de características distintas a las nuestras: el llamado de los ángeles, con su vida propia y excelencias , pero que son vida, y si es vida no es algo extático, sino en dimensiones de movimiento y actividades muy diversas y plenas de gozo, paz, conocimientos y actividades no al alcance de nuestra razón; y son más felices y activos que cuanto en este otro mundo material creado, el nuestro, podemos gozar y desarrollar la vida. Por eso nuestro estar aquí, no es tan perfecto y vital como aquel, pero sí ha dejado Dios en cada cosa creada un rastro de su esencia divina de manera especial en el alma humana. Así en Isaías (6.3) hace mención de Ángeles y la tierra: Los serafines cantan: -Santo, Santo, Santo Señor todopoderoso- y nos recuerdan a las demás criaturas,- la tierra está llena de tu gloria-.
Pero al no ser este vida eterna sino para merecer la eternidad feliz, Juan de la Cruz pone en esta canción la actitud que debemos tener con relación a todas las cosas y desear como el alma santa llegar a esta meta: “estar el alma desasida y ajenada de todas las cosas…estar ya vencida y ahuyentando el demonio…tener ya sujetadas las pasiones del alma y apetitos naturales y espirituales…estar ya reformada la parte sensitiva conforme a la espiritual”…
Actitud que de una u otra forma, con mayor o menor perfección, es necesaria para nuestra -ascensión- a esa Patria definitiva a la que caminamos ricos o pobres espiritualmente según podamos repetir: “mi alma está tan sola y desasida…de todas las cosas de arriba y de abajo y tan adentrada en el recogimiento contigo…
Satanás intenta por todos lo medios influir en el alma para que “no se entre en esta fortaleza y escondrijo del recogimiento interior con el amado;” y aún lo intentó con Jesús, y el Maestro nos da el ejemplo de cómo debemos actuar: - Retírate Satanás, porque está escrito: Al Señor tu Dios adorarás y a él solo servirás- (Mt. 4 10) Y aquí el alma, aprendida la enseñanza de Jesús, ya puede decir : “Amidalab tampoco parecía” porque el alma tiene tan sujetas ya al Amado todas sus potencias que el demonio, adversario del alma, la había combatido con su innumerable munición de tentaciones…pero si actuamos como en Jesús, se repite la huida: Entonces el diablo le dejó.(v.11)
Pero no todos estamos así de enamorados de Dios, y se repite lo que nos dice Baruc (4.7): -Pues irritasteis a vuestro creador, ofreciendo sacrificios a los demonios y no a Dios -; pues no dar todo a Dios es dar, ceder, dejarnos convencer por Amidalab. Y así, al menos en parte nos dice el profeta: Olvidasteis al Dios eterno, (v.8) el que os sustentó, y afligisteis a Jerusalén, la que os crió-.
Jesús es el esposo de la Iglesia, su Jerusalén, donde nos da a comer dones para la eternidad, y como esposo amantísimo en la Eucaristía se da él mismo en un abrazo del que podemos salir si le amamos ardientemente, convertidos como un uno en él, y todo solo depende de nosotros. Pero, a pesar de nuestra falta de amor, de entrega total, “ - el Señor saldrá en defensa de su pueblo, tendrá misericordia --"… setenta veces siete. Y a pesar de haber sacrificado también al demonio y no todo a Dios (Dr. 32. 17) el Señor por medio de Moisés nos dice: -Descienda como la lluvia mi enseñanza, caiga como el rocío mi cantar, como llovizna sobre el césped, como chubasco sobre el verde.- (v.3)
Así oímos a Jesús: Padre Santo, guarda con tu poder a los que me has confiado, para que sean, como nosotros, una sola cosa ( Jn.17.11). No ruego solo por ellos, sino también por los que crean en mí a través de su palabra (v.20) – para que vean mi gloria- (v.24).
Mas a pesar de que muchos no quieran, o no queramos esforzarnos en renacer de nuevo plenamente como el alma santa de esta canción, que ya es una meta de gozo en la cercana gloria de Jesús, a pesar de ello, le cantamos en la Eucaristía, Sacramento de unión: Quisiera - volar, volar con alas blancas, salpicadas de luz, en dirección al Alba. Volar y sentir en las alas la caricia del Sol en la mañana, - porque su presencia, la del Dios amor, es un cerco sosegado que nos ayuda a que el otro cerco de las pasiones se sosiegue para que él pueda hacer a nuestra alma las mercedes que le ha pedido como dice el alma en esta canción.
Por ello también cantamos: Padre, sáciame esta hambre, con gran ansia espero de Ti. No dejes vacía mi alma, que de hambrienta no puedo vivir.
Y como al principio de estos comentarios, María, la Singularísima, es modelo de cómo alcanzar el amor a Dios, ahora recordemos que al dirigirnos a ella con el Ave María, estamos repitiendo las palabras de un Ángel enviado por Dios y reverente ante ella.
Y así la S. Congregación de Ritos en decreto de 1 de Junio de 1884. decía: “”La Iglesia venera con más eminente veneración, por encima de todos los demás Santos, a la Reina y Señora de los Ángeles, a la que por su cualidad de Madre de Dios le es debida no una dulía cualquiera, sino la hiperdulía”. Porque no solo es la Madre de Dios sino del Cuerpo Místico de Cristo y como por medio de ella nos llegó el Redentor la convierte en Corredentora ante el Padre.
Dios te salve, le dice el Ángel, porque nadie hay tan perfecta y santa como tu ante el Altísimo, ni todos los ángeles del cielo somos tan dignos como tu.
El Culto Mariano no es como la adoración a Dios, porque no se quita a Dios el Culto que se le debe, sino que ella es el modelo del Culto que todos debemos dar a Dios. Y fue inmune a diferencia de todos los demás, porque su apetito sensitivo estuvo sujeto a la razón y a Dios, es decir, que en ella no existió, como en nosotros, la concupiscencia, verdadera anarquía de las potencias del alma y de los apetitos sensitivos.
“Lo que ató la virgen Eva con su incredulidad, lo desató la Virgen María con su fe” (S. Irineo)
Y si J. de la Cruz entiende aquí por aguas los bienes y deleites espirituales, ¿quien más llena de gracia y quien pudo gozar y deleitarse más que ella en su unión y amor a su hijo Dios escondido en su seno, portándole con la mayor serenidad , humildad y sencillez ?
Ruega por nosotros Santa Madre de Dios para que podamos entender sencillamente las Canciones del alma en la íntima unión con Dios: ¡Oh llama de amor viva, / que tiernamente hieres / de mi alma en el más profundo centro! / Pues ya no eres esquiva, / acaba ya si quieres, / rompe la tela de este dulce encuentro. /
¡Oh cauterio suave, / ¡Oh regalada llaga ! / ¡oh mano blanda, oh toque delicado, / que a vida eterna sabe, / y toda deuda paga! / Matando, muerte en vida la has trocado.
¡Oh lámpara de fuego, / en cuyos resplandores, / las profundas cavernas del sentido, / que estaba oscuro y ciego, / con extraños primores / calor y luz dan junto a su Querido!
¡Cuan manso y amoroso / recuerdas en mi seno, / donde secretamente solo moras: / y en tu aspirar sabroso / de bien y gloria lleno, / cuan delicadamente me enamoras!
Señor, quisiera tener voluntad para decirte: hágase, también en mí, según tu palabra. Pero tú sabes que después del monte Tabor viene la noche del monte de los olivos y en ella tengo necesidad de tu misericordia infinita.
Pero tú sabes que te amo.
Amén.
agustin sanchez diaz
 
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Re: El Cántico espritual de J. de la Cruz y María

Notapor agustin sanchez diaz » Jue Sep 19, 2013 12:09 pm

19-Septiembre 2013
Nota, ya en recuperación creo, de una enfermedad, envío este comentario, porque quiero ver en él el camino que comentaba Juan de la Cruz. Es el único porque el CAMINO solo es Cristo, lo ande un místico o un asceta.
Salmo 119. Este largísimo salmo es una meditación sapiencial centrada en la Ley. Debemos poner a Cristo donde leemos la Ley o sus sinónimos, porque Él es la ratificación de las promesas divinas ya que la gran enseñanza/revelación de Dios (Torá) es Jesús, como lo confirma en el salmo anterior 118 v. 21 y ss.: “Te doy gracias Señor porque me respondiste y fuiste mi salvación. La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo ha hecho y nos pareció un milagro.
Este es el día en que actuó el Señor. ¡vamos a festejarlo y a celebrarlo! ¡Sálvanos, por favor, Señor! Por favor danos éxito, Señor. Bendito en nombre del Señor el que viene. Os bendecimos desde la casa del Señor. El Señor es Dios, el nos ilumina. Ordenad una procesión con ramos hasta los ángulos del altar. Tú eres mi Dios, te doy gracias, Dios mío, yo te ensalzo. Dad gracias al Señor por que es bueno, porque es eterna su misericordia.”
Y tanto amó Dios al hombre que le envía a su propio Hijo que tiene unicidad con el Padre en cuanto a naturaleza y así: “el Padre es lo mismo que el Hijo, el Hijo lo mismo que es el Padre, el Padre y el Hijo lo mismo que el Espíritu Santo, es decir, un solo Dios por naturaleza. “ A causa de esta unidad el Padre está todo en el Hijo, todo en el Espíritu Santo; el Hijo está todo en el Padre, todo en el Espíritu Santo; el Espíritu Santo está todo en el Padre, todo en el Hijo. (No olvidar que estamos en un plano divino en el uso de esas palabras y conceptos como he publicado en San Alberto Magno: La partícula de Dios.)
---
El Camino Espiritual de San Juan de la Cruz es la experiencia íntima de un místico que paso a paso hace de estas vivencias que terminan haciendo al alma la Esposa del Hijo que viene en nombre del Padre, y así oímos a Jesús: Padre Santo, guarda con tu poder a los que me has confiado, para que sean, como nosotros, una sola cosa (Jn.17.11). Y nos lo decía porque su misericordia es eterna, y el alma llena de amor llega a “estar ya vencida y ahuyentando el demonio…tener ya sujetadas las pasiones del alma y apetitos naturales y espirituales…estar ya reformada la parte sensitiva conforme a la espiritual…como expresa Juan de la Cruz, diciendo que
“Amidalab tampoco parecía”. El cual…en las Escrituras Divinas significa el demonio, adversario del alma Esposa…el cual la combatía con su innumerable munición de tentaciones…porque no se entrase en esta fortaleza y escondrijo del recogimiento interior con el amado.”Aunque todos sabemos que son tres nuestros enemigos que aquí compendia solo en el demonio: y lo son mundo, demonio y carne.
Pascal comenzaba su jornada con una estrofa de este salmo, que está en el mismo centro, (como un corazón) de los demás libros de la Biblia y que cada estrofa lleva una letra del alfabeto hebreo hasta completarlo haciendo así que todo el vocabulario humano está al servicio de amor. De Cristo nosotros decimos que es el alfa y omega del alfabeto griego, es lo mismo, por ello el simbolismo es universal y completo.
Uno mas otro, ya seríamos dos y….


Salmo 119.
1: Dichosos los de conducta intachable,
que siguen la voluntad del Señor.
2: Dichosos los que guardan sus preceptos
y lo buscan de todo corazón.
3: Que no cometen iniquidad,
y siguen sus caminos.
4: Tú mandaste que tus decretos
se observen exactamente.
5: Ojalá estén firmes mis caminos
para cumplir tus órdenes.
6: Entonces no quedaré defraudado
al fijarme en tus mandatos.
7: Te daré gracias con sincero corazón
cuando aprenda tus justos mandamientos.
8: He de guardar tus normas:
¡No me abandones del todo,
oh Dios grande e inmortal!

9: ¿Cómo limpiará un joven su senda?
—Observando tu consigna.
10: Te busco de todo corazón:
no me desvíes de tus mandatos.
11: Guardo en el corazón tu promesa
para no pecar contra ti.
12: ¡Bendito eres, Señor!,
enséñame tus normas.
13: Mis labios recitarán
todo lo que manda tu boca.
14: En el camino de tus preceptos disfruto
más que con cualquier fortuna.
15: Voy a meditar tus decretos
y a fijarme en tus sendas.
16: Tus órdenes son mi delicia:
no me olvido de tu palabra.

17: Cuida de tu siervo y viviré
para cumplir tu palabra.
18: Despeja mis ojos y contemplaré
las maravillas de tu ley.
19: Soy peregrino en la tierra:
no me ocultes tus mandatos.
20: Mi aliento se consume deseando
continuamente tus mandamientos.
21: Has increpado a los arrogantes:
¡malditos los que se desvían de tus mandatos!
22: Retira de mí afrenta y desprecio,
porque guardo tus preceptos.
23: Aunque unos nobles se sienten a criticarme,
tu siervo medita tus órdenes.
24: También tus preceptos son mi delicia,
son mis consejeros.
25: Mi aliento está pegado al polvo:
dame vida por tu palabra.
26: Te conté mis andanzas y me respondiste:
enséñame tus estatutos.
27: Instrúyeme en la dirección de tus decretos,
y meditaré tus maravillas.
28: Mi aliento desfallece de pena:
confórtame con tu palabra.
29: Aparta de mí el camino falso
y dame la gracia de tu voluntad.
30: He escogido el camino seguro
disponiendo tus mandamientos.
31: Me adhiero a tus preceptos,
Señor, no me defraudes.
32: Por el camino de tus mandatos correré
cuando me ensanches el corazón.

33: Enséñame, Señor,
el camino de tus estatutos
y lo seguiré puntualmente.

34: Enséñame a cumplir tu voluntad
y a observarla de todo corazón.
35: Encamíname por la senda de tus mandatos,
porque la quiero.
36: Inclina mi corazón a tus preceptos
y no al lucro.
37: Aparta mis ojos de miradas vacías,
en tu camino dame vida.
38: Cumple a tu siervo la promesa
que hiciste a tus fieles.
39: Apártame la afrenta que temo;
tus mandamientos son buenos.
40: Mira cómo ansío tus decretos;
con tu justicia dame vida.

41: Y que me llegue tu misericordia, Señor,
tu salvación, según tu promesa,
42: y podré responder al que me ultraja
que confío en tu palabra.
43: No apartes de mi boca la palabra auténtica
–oh Dios, grande e inmortal–,
que espero en tus mandamientos.
44: Quiero cumplir continuamente tu voluntad,
por siempre jamás.
45: Y seguiré un camino ancho
porque busco tus decretos.

46: Y hablaré de tus preceptos ante reyes
sin sentir vergüenza.
47: Y serán mi delicia tus mandatos
que tanto amo.
48: Y alzaré las palmas
hacia ti
y meditaré tus normas.
49: Recuerda la palabra que diste a tu siervo,
de la que hiciste mi esperanza.
50: Éste es mi consuelo en la aflicción:
que tu promesa me da vida.
51: Unos insolentes me insultan gravemente
–oh Dios, grande e inmortal–,
yo no me aparto de tu voluntad.
52: Recordando tus antiguos mandamientos,
Señor, quedé consolado.
53: Me domina la indignación
por los malvados que abandonan tu ley.
54: Tus normas eran mi música
en casa extranjera.
55: De noche pronuncio tu Nombre, Señor,
y velando, tu voluntad.
56: Ésta ha sido mi tarea:
he observado tus decretos.

57: Mi porción es el Señor. He resuelto
observar tus consignas.
58: Te aplaco de todo corazón;
apiádate de mí según tu promesa.
59: He calculado mi camino
para volver mis pasos a tus preceptos.
60: Me di prisa, no di largas,
para observar tus mandatos.
61: Los lazos de los malvados me envolvían;
no olvidé tu ley.
62: A media noche
me levanto para darte gracias
por tus justos mandamientos.
63: Me junto con todos tus fieles
que guardan tus decretos.
64: De tu bondad, Señor, está llena la tierra:
enséñame tus normas.
65: Trataste bien a tu siervo,
Señor, según tu palabra.
66: Enséñame a discernir y entender,
porque me fío de tus mandatos.
67: Antes del escarmiento yo no lo advertía,
pero ahora cumplo tu instrucción.
68: Bueno eres tú y haces el bien:
enséñame tus normas.
69: Me embadurnan de calumnias unos insolentes;
yo guardo de todo corazón tus decretos.
70: Su corazón es espeso como grasa;
yo me deleito en tu voluntad.
71: Bien me estuvo el escarmiento:
así aprendí tus órdenes.
72: Más vale para mí la ley de tu boca
que mil monedas de oro y plata.

73: Tus manos me hicieron y me afirmaron:
instrúyeme para que aprenda tus mandatos.
74: Tus fieles
verán con alegría
que he esperado en tu palabra.
75: Reconozco, Señor,
que tus mandamientos son justos,
que con razón me afligiste.
76: Sea tu misericordia mi consuelo
como lo prometiste a tu siervo.
77: Que me alcance tu compasión, y viviré,
porque tu ley es mi delicia.
78: Que fracasen los insolentes
cuando me desprestigian con mentiras;
yo meditaré tus decretos.
79: Vuelvan a mí tus fieles
que hacen caso de tus preceptos.

80: Que mi corazón se perfeccione
con tus normas, y así no fracasaré.
81: Mi aliento se consume por tu salvación,
espero en tu palabra.
82: Mis ojos se consumen por tu promesa:
¿cuándo me consolarás?
83: Cuando estaba como un odre ahumado,
no olvidaba tus normas.
84: ¿Cuántos años le quedan a tu siervo?,
¿cuándo harás justicia de mis perseguidores?
85: Me cavan fosas unos insolentes
que no se ajustan a tu ley.
86: Todos tus mandatos son legítimos;
sin razón me persiguen, socórreme.
87: Casi dieron conmigo en la tumba,
pero yo no abandoné tus decretos.
88: Según tu misericordia dame vida
y guardaré la instrucción de tu boca.

89: Tu palabra, Señor, en el cielo
está firme por siempre.
90: De generación en generación tu fidelidad:
afirmaste la tierra y permanece.
91: Por tu disposición permanecen hasta hoy;
el universo está a tu servicio.
92: Si tu voluntad no fuera mi delicia,
habría perecido en mi aflicción.
93: Jamás olvidaré tus decretos,
pues con ellos me diste vida.
94: Tuyo soy, sálvame,
que yo consulto tus decretos.
95: Los malvados me acechan para perderme,
yo meditaba tus preceptos.
96: He visto el término de todo lo acabado;
tu mandato se dilata sin término.

97: ¡Cómo amo tu voluntad!,
todo el día la estoy meditando.
98: Tus mandatos me hacen
más hábil que mis enemigos,
siempre van conmigo.
99: Soy más docto que todos mis maestros,
porque medito tus preceptos.
100: Soy más sagaz que los ancianos
porque observo tus decretos.
101: Cohíbo mis pies de todo mal camino,
para observar tu palabra.
102: No me aparto de tus mandamientos
porque tú me has instruido.
103: ¡Qué dulce es tu promesa al paladar!,
más que miel a la boca.
104: Reflexiono sobre tus decretos,
por eso detesto toda senda falsa.
105: Tu palabra es lámpara para mis pasos,
luz en mi senda.
106: He jurado, y lo cumpliré,
observar tus justos mandamientos.
107: Me siento gravemente afligido:
dame vida, Señor, por tu palabra.
108: Acepta, Señor, mi oferta generosa
y enséñame tus mandamientos.
109: Continuamente arriesgo la vida,
pero no olvido tu voluntad.
110: Los malvados me ponen trampas:
yo no me desvío de tus decretos.
111: Tus preceptos son mi herencia perpetua,
son el gozo de mi corazón.
112: Incliné mi corazón a cumplir tus normas
siempre y cabalmente.

113: Detesto a los que se han desgajado
y amo tu voluntad.
114: Tú eres mi refugio y mi escudo:
en tu palabra espero.

115: Apartaos, perversos, de mí,
y guardaré los mandatos de mi Dios.
116: Sostenme con tu promesa y viviré,
no dejes frustrarse mi esperanza.
117: Dame apoyo y estaré a salvo
y me fijaré continuamente en tus normas.
118: A los que se desvían
de tus normas los tasas
como mentira y engaño.
119: Valoras como escoria
a los malvados,
por eso amo tus preceptos.
120: Se me erizan los pelos con tu terror
y me asustan tus mandamientos.

121: Practico la justicia y el derecho:
no me entregues a mis opresores.
122: Sal fiador por tu siervo
para que no me opriman los insolentes.
123: Se me consumen los ojos por tu salvación,
por tu promesa de justicia.
124: Trata a tu siervo con misericordia
y enséñame tus normas.
125: Soy tu siervo, instrúyeme,
y comprenderé tus preceptos.
126: Es hora de actuar, Señor,
han quebrantado tu ley.
127: Por eso
amo tus mandatos
más que el oro más puro.
128: Por eso sigo
derecho tus normas
y detesto toda senda engañosa.

129: Admirables son tus preceptos:
por eso los observa mi alma.
130: La explicación de tu palabra ilumina,
instruye a los inexpertos.
131: Abro bien la boca para respirar
con ansia de tus mandatos.
132: Vuélvete a mí con piedad,
como sueles con los que aman tu Nombre.
133: Afirma mis pasos con tu promesa,
no me entregues en poder de maldad alguna.
134: Líbrame de la opresión humana,
y guardaré tus decretos.
135: Muestra a tu siervo tu rostro radiante,
enséñame tus normas.
136: Arroyos descienden de mis ojos
por los que no guardan tu ley.

137: Justo eres tú, Señor,
recto es tu mandamiento.
138: Has prescrito preceptos justos,
sumamente estables.
139: Me consumo de celo
porque mis enemigos olvidan tus palabras.
140: Tu promesa es acrisolada
y tu siervo la ama.
141: Soy pequeño y despreciado,
pero no olvido tus decretos.
142: Tu justicia es justa por siempre,
tu voluntad es auténtica.
143: Me asaltan
angustia y aprieto;
tus mandatos son mi delicia.
144: Tus preceptos son justos por siempre;
instrúyeme y viviré.
119,145: Clamo de todo corazón,
respóndeme, Señor,
guardaré tus normas.
146: Te llamo, sálvame,
y observaré tus preceptos.
147: Me adelanto a la aurora y pido auxilio
aguardando tus palabras.
148: Mis ojos se adelantan a las velas
meditando tu promesa.
149: Escucha mi voz por tu misericordia,
dame vida, Señor, como es tu norma.
150: Se acercan los que persiguen infamias
y de tu ley se alejan.
151: Cerca estás tú, Señor,
y todos tus mandatos son auténticos.
152: Hace tiempo comprendí que has establecido
tus preceptos para siempre.

153: Mira mi aflicción y líbrame,
pues no olvido tu voluntad.
154: Defiende mi causa y rescátame,
por tu promesa dame vida.
155: Lejos queda de los malvados la salvación,
pues no consultan tus normas.
156: Grande es tu compasión, Señor,
dame vida según tu norma.
157: Muchos son
los enemigos que me persiguen,
yo no me aparto de tus preceptos.
158: Viendo a los renegados sentía asco,
porque no observan tus instrucciones.
159: Mira cómo amo tus decretos;
Señor, por tu misericordia dame vida.
160: El compendio de tu palabra es la verdad,
es eterno tu justo mandamiento.

161: Unos príncipes me persiguen sin motivo;
mi corazón tiembla por tus palabras.
162: Yo me alegro de tu promesa,
como el que encuentra rico botín.
163: Detesto y aborrezco la mentira,
amo tu voluntad.
164: Siete veces al día te alabo
por tus justos mandamientos.
165: Mucha paz tienen los que aman tu ley,
nada los hace tropezar.
166: Aguardo tu salvación, Señor,
y cumplo tus mandatos.
167: Mi alma guarda tus preceptos,
los ama intensamente.
168: Guardo tus preceptos y decretos,
tienes presentes todos mis caminos.

169: Llegue mi clamor a tu presencia, Señor,
instrúyeme con tu palabra.
170: Que mi súplica llegue a tu presencia:
líbrame según tu promesa.
171: De mis labios brota la alabanza,
porque me enseñaste tus normas.
172: Entona mi lengua tu promesa
porque todos tus mandatos son legítimos.
173: Que tu mano me auxilie,
pues escojo tus decretos.
174: Ansío tu salvación, Señor,
tu voluntad es mi delicia.
175: Viva mi alma para alabarte;
tu mandamiento me auxiliará.
176: Me extravié como oveja descarriada:
busca a tu siervo,
que no olvida tus mandatos.

(Tengo reservados los derechos de autor, pero si alguien cree que esto es publicable no tiene más que enviarme un mensaje y contaría con mi aprobación concertada, a asanchezdiaz@telefónica, net.
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Re: El Cántico espritual de J. de la Cruz y María

Notapor tralalá » Jue Sep 19, 2013 12:49 pm

Te extrañé. Siento que hayas estado enfermo y aún recuperándote. Fue parte de tu historia de salvación que continúa.
Claro que es una obra publicable esta tuya. Pero ¿por qué editorial? ¿cuándo? ¿cómo? No lo sé.
A veces he utilizado breves fragmentos para el mismo foro.
No lo volveré a hacer sin avisarte.
DIOS te bendiga.
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Re: El Cántico espritual de J. de la Cruz y María

Notapor agustin sanchez diaz » Jue Sep 19, 2013 5:39 pm

19-Septiembre-2013
Estimada Tralará::
Referente a mi escrito anterior sobre el salmo 119 después de mi enfermedad, dices que “a veces has utilizado breves fragmentos para el mismo foro. No lo volveré a hacer sin avisarte”.
No se trata en absoluto de eso. Y en cuanto a la publicación solo me lamento de no poder publicar en alguna Editorial algunos de mis escritos, porque primero, no los considero literaria ni espiritualmente aptos para ello, y segundo, que no dispongo de medios económicos. Pero sí aceptaría, que otro los puliese y viese el modo de Editarlos.
A tí te ocurre como a mí, vivimos el salmo 117.vs. 17-18 que dice: “ No he de morir, viviré, para contar las hazañas del Señor. Me escarmentó, me escarmentó el Señor, pero no me entregó a la muerte.”
Aprovecho esta respuesta para aclarar lo que dicen algunos comentaristas sobre el salmo 119: “las repeticiones son inevitables. El artificio literario forzará algunas estrofas. Encontraremos expresiones tópicas, presentes en otros salmos; pero también pasajes de gran belleza literaria y alta inspiración poética.
Un saludo afectuoso.
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Re: El Cántico espritual de J. de la Cruz y María

Notapor tralalá » Jue Sep 19, 2013 6:11 pm

Agustín:
Pensé que te referías al trabajo que nos fuiste entregando "El cántico espiritual de Juan de la Cruz y María".
Me parece maravilloso y no me animaría a corregir cosa alguna.
Acá también sale caro publicar. Por unas pocas poesías tampoco busqué otras alternativas.
Ojalá que se te dé. Que puedas hacerlo y si no DIOS sabe y todo lo endereza para nuestro bien.
No me acuerdo si te di la dirección de mi blog.
http://detantoentinta.blogspot.com
Muchas gracias. Tralalá
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Re: El Cántico espritual de J. de la Cruz y María

Notapor agustin sanchez diaz » Vie Sep 20, 2013 4:47 am

TRALARÁ . GRACIAS.TODO ACLARADO. que el celo de la gloria de Dios no nos lleve a acaparar todas las intervenciones.
Un saludo afectuoso.
agustin sanchez diaz
 
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Re: El Cántico espritual de J. de la Cruz y María

Notapor agustin sanchez diaz » Mar Oct 01, 2013 5:58 am

1-Octubre-2013

JOB, JUAN DE LA CRUZ Y EL PAPA FRANCISCO ¿Partícula de Dios?

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Job 24
1)- ¿Por qué el Todopoderoso no señala plazos para que sus amigos puedan presenciar sus intervenciones?
2)- Los malvados mueven los linderos, roban rebaños y los apacientan.
3)- Se llevan el asno del huérfano y toman en prenda el buey de la viuda,
4)- Echan del camino a los pobres y los miserables tienen que esconderse
5)- como onagros del desierto salen a su tarea, madrugan para hacer presa, el páramo ofrece alimento a sus crías.
6)- cosechan en campo ajeno y buscan en el huerto del rico
7) pasan la noche desnudos, sin ropa con que taparse del frío,
8)- los cala el aguacero de los montes y, a falta de refugio, se pegan a las rocas.
9) Los malvados arrancan del pecho al huérfano y toman en prenda al hijo del pobre.
10)- Andan desnudos por falta de ropa; cargan gavillas y pasan hambre;
11)- exprimen aceite en el molino, pisan en el lagar, y pasan sed.
12)- En la ciudad gimen los moribundos y piden socorro a los heridos y Dios no hace caso a su súplica.
13)- Otros son rebeldes a la luz, no conocen sus caminos ni se acostumbran a sus sendas.
14)- al alba se levanta el asesino para matar al pobre y al indigente; de noche ronda el ladrón. A oscuras penetra en las casas
15)- El adúltero acecha el crepúsculo diciéndose: Nadie me verá, y se emboza la cara.
16)- Durante el día se encierran, no quieren nada con la luz;
17)- la mañana es oscura para ellos, acostumbrados a los miedos de las tinieblas
Job toma el tema de la injusticia social. Describe el trabajo de los malvados oprimiendo a los débiles y desvalidos. Continúa con una larga descripción de la lucha de los pobres por la supervivencia.
Hoy nos encontramos ante ese problema que se repite diariamente en nuestras calles. Estamos ante una especie de reflexión sapiencial sobre los dos caminos, el de la luz y el de las tinieblas, día y noche, creer o no creer, y este no creer trastorna el orden natural de las cosas preestablecido por el Creador.
Pero en estas circunstancias está también lo más noble creado, la “inteligencia en el hombre”, ahí está la imagen de Dios, pero a veces desviada, desfigurada, malignizada: “El Señor Dios tomó al hombre y lo colocó en el jardín del Edén, para que lo guardara y lo cultivara”. Y en primer lugar sujeto a su Divinidad justa y amorosa. Y es que Dios creó, pero pide al hombre que le siga ayudando en su creación, conservando, vigilando, cuidando, manteniendo, estudiando y descubriendo las maravillas que hay en cada cosa mineral o gaseosa, vida animal, vegetal y aún cósmica tan perfectísimamente ordenadas, pero sobre todo en su creación maestra: El hombre, tratándonos unos a otros con el respeto que exige ser su imagen.
No solo en el hombre nos dejó como un diccionario casi infinito su Palabra, el orden, con una grandeza y belleza que nos admira al descubrir la maravilla no solo del ser humano sino de cada cosa creada tan complicada y ordenadísima. Y en todo lo que es vida encontramos esa relación, desde la vida de una bacteria o de cómo la araña fabrica sus variadísimas telas de seda; de la simetría de una colmena con tan sublimidad geométrica y organización laboral; la transformación de una oruga en aterciopelada mariposa de tan variados coloridos; y de cómo en nuestro cuerpo llevamos más gérmenes que habitantes puede haber en el mundo, y así hasta el Cosmos aún apenas conocido. Poco apoco vamos descubriendo ese diccionario en esos como mundos diversos creados para nuestro uso y disfrute o conocimiento intelectual, para que así alabemos a su Hacedor. Y cada día más en progreso, vamos mezclando con demostraciones científicas mezcladas con no pocas teorías o interpretaciones que pueden ser o no ser reales, por lo que tenemos tener presente que la Iglesia que no es la encargada de la ciencia dice, que fe y razón verdaderas siempre coinciden, aunque la ciencia nada puede demostrar de la naturaleza divina. La FE, la Revelación la complementa según disposición de Dios y la existencia del Verbo hecho carne así nos lo enseña.
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Los que por gracia de Dios tenemos el inmenso regalo de la fe, podemos recurrir también a Juan de la Cruz como hace Job en el primer versículo,- ¿Por qué el Todopoderoso no señala plazos para que sus amigos puedan presenciar sus intervenciones? ¿Donde está Dios? ¿Por qué no bajó de la Cruz demostrando así que era el Hijo de Dios? Por una gran razón, nos habría privado de la libertad. Como lo haría hoy si pedimos un gran signo aparatoso y universal.
Dice Juan: “¿A donde te escondiste, / amado, y me dejaste con gemido? / Como el ciervo huiste, / habiéndome herido, / salí tras ti, clamando, y eras ido. “
“No quieras despreciarme, que si color moreno en mi hallaste, (el pecado) ya bien puedes mirarme, después que me miraste, (la redención) que gracia y hermosura en mi dejaste”. Y Juan reconoce ese universal signo: “Mil gracias derramando, pasó por estos sotos con presura, y yéndolos mirando, con solo su figura vestidos los dejó de su hermosura”. (Todo el Cosmos es el diccionario de Dios))
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Y como parte de testimonio de la actualidad, hoy, trascribo la emboscada maligna hecha al entonces Cardenal Bergoglio, cuando de otra entrevista actual la prensa nos resalta a toda plana que el Papa dijo que nunca había sido de derechas…

Entrevista o emboscada hecha al Cardenal Bergoglio, hoy Francisco I
- Empieza a circular la trascripción de una entrevista que le hicieron al entonces cardenal Bergoglio en Argentina. En realidad fue una emboscada ejecutada por el periodista Chris Mathews de MSNBC.
Pero Bergolio termina acribillando a Mathews de tal forma que MSNBC nunca la pasó al aire (publicó). Mathews, al darse cuenta que su plan fallaba, archivó el video. Un estudiante de Notre Dame que cumplía su servicio social en MSNBC, la sustrajo y la entregó a su profesor.
El plato fuerte de la entrevista es su debate acerca de la pobreza.
El intercambio se inicia cuando el periodista trata de emboscar al cardenal, preguntándole que opinaba sobre la pobreza en el mundo.

El Cardenal responde:

“Primero en Europa y ahora en América, algunos políticos se han dedicado a endeudar a la gente creando un ambiente de dependencia.
¿Para qué? Para incrementar su poder. Son grandes expertos creando pobreza y nadie los cuestiona. Yo lucho por combatir esa pobreza.
La pobreza se ha convertido en una condición natural y ello es malo. Mi tarea es evitar el agravamiento de tal condición. Las ideologías que fabrican pobreza deben ser denunciadas. La educación es la gran solución al problema. Debemos enseñar a la gente cómo salvar su alma, pero enseñando a evitar la pobreza y no permitir que el gobierno los conduzca a ese penoso estado".
Mathews ofendido pregunta:
... ¿Usted culpa al gobierno?

“Culpo a los políticos que buscan sus propios intereses. Tu y tus amigos son socialistas. Ustedes y sus políticas son la causa de 70 años de miseria, y eso tiene a muchos países al borde del colapso. Creen en la redistribución que es una de las razones de la pobreza. Ustedes quieren nacionalizar el universo para controlar todas las actividades humanas. Ustedes destruyen el incentivo del hombre para, inclusive, hacerse cargo de su familia, un crimen contra la naturaleza y contra Dios. Esta ideología crea más pobres que todas las corporaciones que ustedes etiquetan como diabólicas.”

Replica Mathews: Nunca había escuchado algo así de un cardenal.
“La gente dominada por socialistas necesita saber que no tenemos que ser pobres"

Ataca Mathews... ¿Y América Latina? ¿Quiere borrar el progreso logrado?
“El imperio de la dependencia creado por Hugo Chávez, con falsas promesas, mintiendo para que se arrodillen ante su gobierno. Dándoles peces sin permitirles pescar. Si en América Latina alguien aprende a pescar, es castigado y sus peces confiscados por los socialistas. La libertad es castigada.
Tú hablas de progreso y yo de pobreza. Temo por América Latina. Toda la región está controlada por un bloque de regímenes socialistas como Cuba, Argentina, Ecuador, Bolivia, Venezuela, Nicaragua. ¿Quién los salvará de esa tiranía?”

Acusa Mathews: Usted es capitalista.
"Si pensar que el capital es necesario para construir fabricas, escuelas, hospitales, iglesias tal vez lo sea. ¿Tú te opones a este proceso?”
- Por supuesto que no, pero ¿no piensa que el capital es arrebatado de la gente por corporaciones abusivas?
-“No, yo pienso que la gente, a través de sus opciones económicas, decide qué parte de su capital irá para esos proyectos. La utilización del capital debe ser voluntaria. Solo cuando los políticos confiscan ese capital para construir obras del gobierno, alimentar la burocracia, surge un grave problema. El capital invertido de forma voluntaria es legitimo, pero el que se invierte a base de coerción, es ilegitimo.”

Sus ideas son radicales, afirma el periodista.
“No, hace años Khrushchev hizo una advertencia: ‘No debemos esperar que los americanos abracen el comunismo, pero podemos asistir a sus líderes electos con inyecciones de socialismo hasta que, al despertar, se den cuenta que se embarcaron en el comunismo’ Esto está sucediendo en estos momentos en al antiguo bastión de la libertad. ¿Cómo los EU puede salvar a América Latina si ellos se han convertido en esclavos de su gobierno?”

Mathews afirma: Yo no puedo digerir todo esto.
El Cardenal responde:
“Te ves muy enojado, la verdad puede ser dolorosa. Ustedes han creado el estado de bienestar que es solo respuesta a las necesidades de los pobres creados por la política. El estado interventor absuelve a la sociedad de su responsabilidad. Las familias escapan de su deber con el falso estado asistencialista, inclusive las iglesias. La gente ya no practica la caridad y ve a los pobres como problema del gobierno. Para la iglesia ya no hay pobres que ayudar, los han empobrecido permanentemente y son ahora propiedad de los políticos. Y algo que me irrita profundamente es la incapacidad de los medios para observar el problema sin analizar cuál es la causa. A la gente la empobrecen para que luego vote por quienes los hundieron en la pobreza.”
Si logramos propagar éste pensamiento, tendríamos esperanza que las cosas cambien para mejor.
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Y nuestra prensa dice pomposamente: “el Papa ha dicho que nunca ha sido de derechas”. ¿De izquierdas?
Pero el hoy “Pedro” sabe que como “el Padre es lo mismo que el Hijo, el Hijo lo mismo que es el Padre, el Padre y el Hijo lo mismo que el Espíritu Santo, es decir, un solo Dios por naturaleza, nosotros, no por naturaleza sino por Gracia- Regalo, no podemos olvidar las palabras de Cristo: que sean uno en nosotros. Y esto se da en la Esposa de Cristo, la Iglesia, que nos diviniza en Él. Y así el Espíritu nos engendra con su propia vida, como hizo a través del Ángel con María. Somos Cuerpo de Cristo dice Pablo y no solo de Cristo como dice S. Agustín, “somos Cristo”.
¡Qué desgracia para el que renuncia a Cristo y más si oprime al creyente como en el Capítulo mencionado de Job. Y aún más grave es que los cristianos seamos a veces los malvados descritos por Job.

El Papa ni es de izquierdas ni de derechas, y al comenzar la Eucaristía también dice: yo me confieso pecador, pero con Juan de la Cruz vemos que siente: “Mi alma está desasida, de toda cosa criada, y sobre sí levantada, y en una sabrosa vida, solo en su Dios arrimada. Por eso ya se dirá la cosa que más estimo, que mi alma se ve ya sin arrimo y con arrimo”.
Lo que ha demostrado el Papa Francisco y nos lo quiere enseñar, amando siempre la sencilla pobreza y buscando con “arrimo” a Dios, no a izquierdas ni a derechas, y sin que los creyentes seamos los opresores de los débiles como describe Job.
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agustin sanchez diaz
 
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Re: El Cántico espritual de J. de la Cruz y María

Notapor agustin sanchez diaz » Jue Oct 03, 2013 4:01 am

Estamos , ahora mismo en el día 3 de Octubre 2013-10,41 h. am.
Yo nunca me levanto antes de las 8,30 am.
¿Cómo el útimo mensaje pude enviarlo a las 5,58 am? En España es de noche aún.
No tiene mayor importancia pero cambia el orden de aparición de lo publicado.
En este mismo momento han desaparecido las fechas de emisión de les escritos enviados.
agustin sanchez diaz
 
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Re: El Cántico espritual de J. de la Cruz y María

Notapor agustin sanchez diaz » Mar Oct 15, 2013 4:24 am

LA EUCARISTÍA SACRAMENTO PENITENCIAL para conseguir escalar ese Camino que nos ha descrito Juan de la Cruz

Breve síntesis
UN OASIS INTERIOR EN MI DESIERTO

El perdón de los pecados ante Dios, ¿Tema para el siguiente Concilio?
La Eucaristía Sacramento Penitencial, aún aceptada hoy plenamente por mí la ley canónica y litúrgica de la Iglesia sobre la confesión. Pero la Eucaristía en sí ¿no es más aún que una absolución colectiva que la Iglesia admite?

El “Memorial” o Santo Sacrificio Eucarístico, es el compendio y la realidad diaria de la venida de Dios en Jesús, “los pasos de Yahvé Dios” para proseguir, hoy, la búsqueda del hombre. “La palabra que oís no es mía, sino del Padre, que me ha enviado”. Y así, este Memorial, es también de un modo personal y cercano el dialogo de amistad del Padre y del Espíritu Santo con el hombre, porque “yo estoy en el Padre y el Padre en mí”. Habiendo unicidad de naturaleza divina en las tres Personas y así la Evangelización es conversación de un solo Dios en su voz ministerial. “Dios bajó y llamó a Adán (y baja hoy en Cristo Sacerdocio) diciéndole: ¿Donde estás?” “y que llegue, según el salmista, tu misericordia, Señor, tu salvación, según tu promesa”, de la que ya nosotros podemos gozar porque con Cristo llegó su misericordia y su salvación.
La Eucaristía es Sacramento de unidad porque es comenzada simbiosis de la vida Trinitaria: “Yo en ellos, tú en mi, para que sea consumada la unidad”.
Este Memorial lo es también de la Encarnación: “Oh, venerada dignidad del Sacerdote, en cuyas manos el Hijo de Dios como en el seno de María se encarna”, dice San Agustín.
Aquí, ya, cada día, se hace pan para que se realice en cada uno de nosotros una mística encarnación, real y nueva unión con tan divino alimento de su real presencia, y aunque de modo distinto al de su encarnación en el seno de María, es el mismo cuerpo asumido por la segunda Persona de la Trinidad, Dios, que al haberlo recibido de María, también presta ella en la comunión ese Cuerpo ya glorificado. Cristo ha querido, en tan divino banquete, que la Madre esté presente dándonos alimento espiritual con el Cuerpo de Cristo resucitado que es humanidad recibida de María. Y no solo somos de Cristo, sino somos Cristo, como dice San Agustín.
El Memorial, es además, la plenitud de su muerte en la Cruz con sentido penitencial, porque el hombre en su historia, queriendo ser como Dios, desprecia y aún da muerte no solo a los criados: Profetas e Iglesia, sino al mismo Hijo enviado del Padre, consiguiendo contradictoriamente con ello, satisfacer así por nosotros, devolviéndonos con su muerte, (que es la mayor tragedia humana porque es Dios quien está en la Cruz), no la ira de Dios sino la amistad con el Padre. Siendo así este Memorial un “misterio” del Enviado por amor. “Este cáliz es la nueva alianza en mi sangre, que es derramada por vosotros”.
“Padre perdónalos, porque no saben lo que hacen”. ¡Y sigue perseguido!
Es en consecuencia este Memorial el Sacramento constante de la búsqueda del hombre por Dios para el perdón, con la actuación personal de Cristo Pontífice con el que colabora su Sacerdote y el Pueblo, siendo así “todos” ante el Padre, “uno en él”; su Cuerpo, su Asamblea, su Iglesia, compendio de la unión creativa y redentora. Todo fue creado y redimido en Él.
Es este Sacramento así el compendio de todo el amor creativo y de la Mesianidad.
También el Bautismo, - que como todo Sacramento toma gracias concretas del Sacramento de la Redención, es el Sacramento perenne y real de aquel perdón como anticipada resurrección. “El bautismo, dice Pedro, también a vosotros os salva...que es prenda de buena conciencia para con Dios mediante la resurrección de Jesucristo”. (I Pt. 3,21).
“Creo en un solo bautismo para el perdón de los pecados”.
El bautismo es la arquitectura primorosa vivencial de un templo íntimo para habitáculo de Dios creador y redentor. Pero el Sacramento de la Redención -Eucaristía es el árbol, todos los demás Sacramentos son sus ramas.
Dios nos perdonó a todos en la Cruz, (hoy real Memorial Sacramental) y ahora por el bautismo como base esencial, y con el poder de la Iglesia del perdón de los pecados posteriores, hace Cristo “actual” aquel dialogo personal de perdón.
¿Pero, en la repetición Sacramental de la redención y resurrección, verdadero sacrificio aunque aquí incruento, “él bautizará en el Espíritu Santo”, (Mt. 3. 11) y os dará de lo mío, no hace con su presencia divina que este Memorial sea en sí la fuente, razón y real comunión de su amistad? Sería negar su propia esencia, porque el Padre lo envía para que esté siempre con nosotros, Vendremos a él y habitaremos en él (Jn. 14-23)

Todo cristiano, de una forma aparentemente simple y según interés, puede recorrer en este “Memorial” cuanto Santa Teresa o S. Juan de la Cruz exponen como místicos o especialistas elevadísimos en el “camino espiritual”. Y aunque así recorrido no esté al alcance de todos, tu venida diaria, Señor, tú y yo en amoroso encuentro, es tan simple y al alcance de tu pueblo, que en él, si quiero, en tí y por tí, puedo llegar a participar de la Vida Divina del Padre, porque el amor, elevado a Sacramento Eucarístico, no sería realmente amor, tu búsqueda diaria del hombre, si no es aquí tu abrazo ansiado de reconciliación. Nuestro encuentro en la Eucaristía es la esencia de tu venida anunciada por tus Profetas y mantenida por tu Iglesia.
La Misa es tu institución Sacramental donde siempre brota “tu nuevo mandamiento”: que os améis como yo os he amado.
Sacramento de amistad, Sacramento básico de perdón donde el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo cada día repiten su venida.
agustin sanchez diaz
 
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Re: El Cántico espritual de J. de la Cruz y María

Notapor agustin sanchez diaz » Lun Oct 28, 2013 3:30 am

LA EUCARISTIA SACRAMENTO PENITENCIAL….
28-Octubre-2013
-I-
Es profundo y en ciertas circunstancias inexplicable el respeto de Dios hacia nuestra libertad, el silencio de Dios, porque así libremente o, nos alejamos de él o, libremente volvemos a su Casa.
Pero para los que rezamos el Credo, compendio de nuestra fe, al decir: “Creo en Dios Padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra”, estamos aceptando que el primer mensaje de Dios escrito en las galaxias, en nuestras montañas, en los mares, en las plantas y en los animales, es para que el hombre, cúspide de la obra del Hacedor, siga reconociendo universalmente lo que el Libro de la Sabiduría nos dice: “El me dio el verdadero conocimiento de las cosas, para conocer la constitución del universo y las propiedades de los elementos” (Sab.7,17) “Por la grandeza y hermosura de las criaturas, se deja ver, por analogía, su Hacedor” (Sab.13,5). “Para nosotros no hay más que un Dios Padre, de quien todo procede”. (1 Cor.8, 9)” Por la fe conocemos que los mundos han sido dispuestos por la palabra de Dios” (Heb. 11,3)
Por ello, y aún ante tantos avances de la ciencia o sus teorías, ninguna de ellas podrá negar, que de una u otra forma, alguien fue el hacedor que nos dejó bien visible su mensaje, y por ello Juan de la Cruz dice: Viendo “en todas las criaturas un rastro del paso de Dios por el cual se rastrea su grandeza”.

Pero sin hacernos silencios, en la Casa del Padre en nuestro diario vivir, imitando a Dios, ni nos encontraremos a nosotros mismos, ni a Dios, ni a la verdadera libertad. La selva de ruidos impide la claridad.
En este mundo cósmico “La felicidad se encuentra en la capacidad de cada uno de buscar los momentos de reflexión” “La razón por la cual no tenemos ratos de silencio en estas vidas programadas, tiene que ver con la necesidad de los políticos y de los poderes en general, de que la gente no tenga tiempo para pensar, sumergiéndolos en ocupaciones que ellos creen importantes. Es un truco de esta sociedad consumista. La sociedad actual necesita la prisa, el ruido es necesario para mantenerla. Si la gente se pusiera a pensar, a meditar, posiblemente muchos renegarían de su vida y de su trabajo. Y es que el silencio, definitivamente, nos acerca a las verdades últimas de la vida” (Juan Manuel de Prada).
Y así también lo expresa R. Pastor: “La soledad del individuo en particular - de suyo tan fecunda en resultados - es un lujo extraordinario”
Dios nos hizo su semejanza limitada: “inteligentes, libres y, amor sosegado”.
Por ello, “El que quiera que me siga”. (Y desde el origen del mundo, fuese este como fuese, ante Dios, somos libres). Dios no nos determina, nos acompaña y si queremos nos ayuda en nuestro mutuo insonoro afecto. “Me levantaré e iré a la casa de mi padre”, dice nostálgico y arrepentido, en su destierro, el hijo pródigo.
¡Qué alegría, vamos a la casa del Señor!, cantamos muchos hoy.
Y porque queremos abandonar las bellotas y los cerdos: Noche oscura, desamor, alejamiento ruidoso, el alma como el hijo pródigo en su intimidad, puede repetir siempre con Juan de la Cruz:
En una noche oscura...salí sin ser notada.
¿Acaso en este primer paso, en nuestra oscura intimidad, cualquier cristiano no canta cada semana con Juan de la Cruz: “la dichosa suerte y ventura que tuvo en salir...” hacia la morada de silencio sonoro del Padre, por Cristo “camino”en la Eucaristía?
¿No es un esfuerzo constante como Cristo exige en sus parábolas, un velar y no dormir, que cada semana nos levantemos “vigilantes” (setenta veces siete) para subir a la Casa del Padre encendidas las lámparas de la fe y la esperanza?
A Jerusalén suben las tribus, las tribus del Señor

¿Y solo subimos para oír? ¿Y el Padre no nos abraza? ¿Y el Espíritu no nos santifica? ¿No estamos en la renovación real y verdadera de su perdón y abrazo de amistad para reconocernos como hijos y herederos? ¿Este rito Sacramental no es más que una ceremonia solo externamente testimonial? ¿No es una plenitud bautismal donde el Padre viene con el Hijo que redime y con el Espíritu Santo que nos da la Gracia?
- II -
A la llegada a la Casa, cansados de miserias espirituales y materiales y, también con nuestra grandeza de ser “semejanza, vida e inteligencia inmortal de Dios”, procedemos no como nuestro símbolo Adán, ya que decimos humildemente al Padre: “He pecado contra ti”
Padre, ten piedad.
Cristo, ten piedad.
Espíritu Santo, ten piedad.
Yo pecador me confieso...que he pecado de pensamiento, palabra, obra y omisión...por mi culpa, ruego a santa María, a los Ángeles, a los Santos y a todos mis hermanos...intercedan por mí. ¿No es esto un acto de arrepentimiento y Conversión Sacramental personal y aún público, que es la esencia institucional y fin del Sacramento de la Redención y ante el Sacerdote “actuante en persona de Cristo” (Pio XI), poder también judicial de Cristo?
Ante nuestra confesión, llegados a la Casa del Padre con nuestra fe plena, sólo falta ya la respuesta: el abrazo paternal y filial de las tres Divinas Personas, ya que esperaban y deseaban ardientemente nuestro regreso, y, el Hijo lo festeja con el banquete eucarístico con pan divino Trinitario. Cenamos con el mismo Dios.
¿Es el “Hijo pródigo” nuestra subida cada semana a la Casa del Padre una parábola, aquí sin esta esencial transcendencia de encuentro, dialogo y amistad en la sacramentalidad del perdón y purificación por el Amor?
¿El mundo cristiano no necesita un fuerte aldabonazo de apertura en su conciencia, ante la presencia real de Cristo en la Eucaristía para frenar el rechazo a la anticultura espiritual de un Dios lejano, cada día más determinante como un Cristo solo estructurado y legalista, aún en el Sacramento de los Sacramentos?
“Cuando aún estaba lejos, viole el padre, y, compadecido, corrió a él y se arrojó a su cuello y lo cubrió de besos.
Porque como dice Cabodevilla: “mientras el arrepentimiento anda a su lento paso, la misericordia corre, vuela, precipita las etapas, anticipa el perdón, manda delante, como un heraldo, la alegría”.¿Lo palpamos así?
¡Qué alegría, vamos a la casa del Señor!
Y así el Sacerdote, Vicario de Cristo, Palabra de Dios en el Sacramento de la fe, elevando su oración a Dios nos dice: “Dios tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna”. ¿Y el amoroso recibimiento del Señor está lejano de su gozo, de su felicidad y de la nuestra al perdonarnos y sentirnos perdonados en su abrazo? ¿O, aquí Dios no perdona?
¿Y no es conveniente que esa súplica del Sacerdote sea considerada (¿acaso no lo es ante Dios?) como una absolución de perdón haciendo realidad y verdad ese abrazo tan deseado por el Padre? ¿Incoherencia estructural?

¿Porque, esta participación con nuestra presencia voluntaria en el Sacramento del amor de nada nos sirve, resultando que la ley suspende y condiciona ¿o no? momentáneamente, la plena misericordia del Padre en el “Gran Sacramento penitencial de abrazo de la unidad” para cuantos allí presentes reiteramos en Cuerpo de Cristo y ante el Padre, mil veces perdón? ¿Y si participo de la Cena organizada por el Padre porque su hijo “se había perdido y ha sido hallado”, y no me confieso después, ley de la Iglesia aceptada, esto es un sacrilegio y Dios me retira después su amor y rompe, Él, la unión? ¿Intrusión de una ley entre la misericordia de Dios y la intimidad del hombre? (Con toda humildad, ¿no me es permitido hacer esta piadosa consideración?)
¡Padre, perdónalos! ¿Perdónalos porque yo he cargado con su pecado, y ellos están en mí? ¿No establecemos, a veces, la mayor inestabilidad e inseguridad nada menos que en el Sacramento de la comunión de las relaciones amistosas entre Dios y nosotros tan deseada desde la ruptura original?
¿Acaso el Padre del hijo pródigo no superó los legalismos del hermano mayor que le habrían impedido abrazar al hijo que vuelve, siendo cada uno de nosotros parte del cuerpo de Aquel Hijo que vuelve al Padre cargado con nuestras miserias en la Cruz de las que se hizo responsable, y nos hace uno en El y nos presenta en El con una súplica de perdón? ¿En su Cena y Cruz, si asisto con amor, el Padre no perdona ni a su propio Hijo en mí y que repite aquí: “Padre perdónalos?
¿A su amor más que de madre, lo regulamos por leyes estando él presente? En Jesús Eucaristía soy pródigo llagado que vuelvo al Padre en Cuerpo de Cristo.
¡Padre perdónalos y confírmales tu perdón con la palabra sagrada de absolución que tiene mi Sacerdote que ahí soy yo visible rodeado de mis amigos, mi Cuerpo, los (¿pocos?) que creen en mi palabra! ¿Además de ser pocos, una ley les impide mi “tomad y comed todos de este pan? “Dióles poder de ser hijos de Dios a aquellos que creen (se hacen uno con amor) en su nombre”.
“Pronto, traed la túnica más rica y vestídsela, poned un anillo en su mano”. Están en mi Hijo, son mi Hijo
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Re: El Cántico espritual de J. de la Cruz y María

Notapor agustin sanchez diaz » Sab Nov 16, 2013 5:37 am

16-Noviembre-2013

Por ello el Padre nos recibe y con ansias de dialogo con su hijo hallado nos habla con su Verbo. Es la Palabra de Dios que nos inunda de su luz: “esta es la luz verdadera que ilumina a todo hombre”.
Y como los discípulos de Emaús, en su noche-alejamiento, sentimos, de una u otra forma en lo más profundo de nuestra torpeza, (en una aplicación muy personal) con Juan de la Cruz:
En la noche dichosa
en secreto, que nadie me veía
ni yo miraba cosa
sin otra luz y guía
sino la luz que en el corazón ardía.
Porque aquella voz, como al partir el pan, me repite también en su “Memorial”: “Vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado”.
Y…su palabra “me guiaba / más cierta que la luz del medio día”
¿Pero de nada sirve porque su Palabra que en el corazón arde, que al corazón anima y ya es gracia que presupone “limpieza” en el mayor acto Sacramental, es menos que una ley inferior al amor infinito del Padre? ¿La ley hace incompleta, para el creyente, en el Sacramento del encuentro, la más bella y significativa parábola del hijo que en Él vuelve a Dios?
- IV -
Dejada nuestra carga de impurezas (noche-desamor) y queriendo agradecer a Dios la purificación que su “palabra” nos asegura: “estáis limpios por la palabra que os he hablado”, “ si no te lavo, (ahora) no tienes parte conmigo”, y bañados en sus aguas-palabra, perfumados y revestidos ya de su propio Hijo en su Cuerpo, presurosos le “ofrecemos” un regalo, lo que tenemos: pan y vino, (luces de gracias y sombras de nuestras miserias), símbolo de nuestra vida y naturaleza humana con el deseo de que en su Sacramento re reconciliación nos los cambie, unidos a Él mismo en dones sobrenaturales de su inmortal resurrección.

¿Pero un Padre que tiene hambre y sed del hijo no va a recibir un obsequio de este que vuelve revestido de su Cristo, si no le precede otra sentencia además de la propia y previa confesión para el lavatorio del alma, como en su Cena, y ante la autoridad judicial de su Iglesia que es Él en su Sacerdocio visible en el Memorial de su Redención?
- V -
Y es tanta nuestra satisfacción, purificados por su palabra en este Sacramento de los Sacramentos, que no queremos estar solos en el agradecimiento, y nos unimos, volvemos como los de Emaús a todos los ángeles y creyentes de todos los tiempos, resonando por los espacios del Cosmos y cielo nuestro canto:
Santo, Santo, Santo, es el Señor, Dios del universo, llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.
¿Pero de nada nos sirve tan general y universal alabanza porque, en Dios no hay misericordia ante el clamor liderado por su propio Hijo, cabeza de su Cuerpo, precisamente en el Sacramento de penitencia de él por mí para que tengamos la amistad de Dios, haciendo así imposible el perdón definitivo del pecado junto al mismo Cristo?
¿O, dejamos vacío y sin este sentido de redención la conmemoración de su Cena y Cruz, donde El, hoy, también está presente con necesaria presencia Trinitaria?
-VI -
Y Cristo resucitado, queriendo estar aún con su Cuerpo entre nosotros, ante nuestra reverencia y expectación, desciende hoy de la derecha del Padre y entra en la Asamblea como ante Tomás, quedando oculto, pero visible a mi fe tras una túnica blanca como el pan y una púrpura como de rojo vino.
Porque para conseguir la unión con cada uno de sus invitados a la Cena, ha convertido al pan en su Cuerpo y al vino en su Sangre para el abrazo paterno, signo visible de su comunicación - comunión - con el hombre.
Y así el Verbo habita en nosotros, y se hace unidad de nuevo con el hombre para seguir suplicando al Padre durante nuestro caminar, esperando el día del gozo en su resurrección partiendo ya el pan en la eternidad.
“¡Este pan es mi cuerpo, tomad y comed”! Es, alimento de transcendencia durante el camino.
Pero tan fantástico acontecimiento, renovada mística Encarnación, panidivinificación de Dios, amasando con su Vida y mi harina (yo ofrenda) un pan de plena vida, ¿de nada me sirve si no me someto antes a un tribunal además de a este Sacramento que comienza por un acto penitencial que es una renovación bautismal, ya consciente, donde él, como en ningún otro Sacramento se hace presencia en mi ofrenda - yo?
Él y yo revestidos con la misma túnica. ¡”Uno” en el pan! Y en ese abrazo, ¿Cristo no me perdona?
¿Y cómo se hace uno en mi pan, mi símbolo? ¿Y ni siquiera a mí me abraza? Jesús desea ardientemente que se haga realidad: “Yo en ellos, Tú en mí, para que sea consumada la unidad”.
El amor como en nosotros y en Dios en grado infinito sobrepasa las estructuras humanas. Lo contrario no es Amor. ¿Yo como padre, necesito un juez para perdonar y olvidar las ofensas de mi hijo?
Un padre, y sobre todo Dios, para dar el pan que es él y algo mío que él acepta en un Sacramento, ¿necesita además otra ley? ¿Es Cristo en su mensaje un entramado de leyes o de amor?
Su “Memorial” en nuestro altar, es el acto que sobrecoge a los mismos Ángeles. Es el acto redentor en Jerusalén y su Cena, y por ello, ¿Cristo no purifica con su palabra, presencia y sangre a los que están allí presentes, completando aun con nuestro sufrimiento, en este valle de lágrimas, lo que falta a su pasión, gimiendo junto a su Cruz y pidiendo clavados en la nuestra como el buen ladrón, su misericordia?
Creo que sólo el que no quiera asistir, es decir, volver del desamor, o no lo pida, o no lo sienta, no alcanzará la promesa de Cristo. Como en su Cena y Cruz, siempre hoy.
Y cada uno en esto queda ante su Dios. Pero entre ley y amor, aunque baste el temor en la confesión, siempre es más perfecto el amor. Aún es así entre los hombres que con una satisfacción solo amistosa, se perdonan. ¿El AMOR entre nosotros exige siempre un juicio? ¿No podríamos decir que es como su esencial contradicción? “Una sola nueva ley os doy, que os améis como yo os he amado”. Un acto de amor, sin duda alguna, es una conversión hacia Dios y los hermanos. Yo pecador me con-vierto a Dios...Ruego a mis hermanos...Mi paz te doy.
¿Acaso el que se confiesa personalmente cumple para el perdón más requisitos íntimos y profundos, estando aquí en vivencia personal con Cristo y la Trinidad, y ante su Sacerdote, Ministro del perdón, reconociendo aún públicamente “nuestra culpa” en el “Sacramento Institucional de redención del pecado”?
agustin sanchez diaz
 
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Re: El Cántico espritual de J. de la Cruz y María

Notapor agustin sanchez diaz » Mié Dic 04, 2013 4:18 am

4-Diciembre-2013

LA EUCARISTÍA SACRAMENTO PENITENCIAL para conseguir escalar ese Camino Espiritual que nos describen los místicos como Juan de la Cruz hasta llegar al matrimonio espiritual entre Cristo y el alma.
La Eucaristía Sacramento Penitencial, aún aceptada hoy plenamente por mí la ley canónica y litúrgica de la Iglesia sobre la confesión. Pero la Eucaristía en sí ¿no es más aún que una absolución colectiva que la Iglesia admite?

- VII -
Por otro lado quedo sorprendido ante una ley, que los administradores como en aquella parábola, pudiendo rebajar las deudas con su Señor (astucia alabada por Cristo) sirva aquí para multiplicar por miríadas las ofensas contra Dios por no asistir cada semana al acto redentor, (tal vez, dada nuestra apatía la ley era necesaria), pero que es y debe de hacerse ver como un acto penitencial que culmina en un íntimo abrazo de perdón, (el hijo que libremente vuelve) y no una legal coacción que multiplica los pecados para que a Cristo le resulte más pesada su Cruz. “El que quiera que me siga”
¿Que será menor el número de asistentes...? pues pocos de sus discípulos asistieron a su muerte al pie de Cruz. Y además, ¿compensa ese mayor número ante la gravedad de un solo pecado grave, de millones de pecados graves? ¿Por qué a Cristo lo legalizamos más y más con nuestras estructuras, obligándole a cargar con más peso en su Cruz en lugar de intentar ser su Cirineo? ¿No debemos intentar hacer más fácil la salvación basándola en el Amor, todo amor es Dios, que es más exigente que la ley y más conforme a la esencia de Dios que aquí se hace nada menos que Sacramento amoroso? Además, ¿el que cree en Cristo, y de algún modo le ama, no se salva; como el que no cree de buena voluntad y ama a sus hermanos; como el que usa otro lenguaje - su cultura religiosa- buscando a Dios en dioses para hablar y relacionarse con el único Absoluto que es el único Dios, tampoco se salva? ¿Judíos, cristianos y mahometanos, no adoramos al mismo Dios? ¿Por qué no nos damos ya la paz? ¿Cómo juzgará Dios a los que precedieron a Cristo y a los que después siguen “de buena voluntad” adorando a un Absoluto Ser Supremo que representan de mil formas y diversas estructuras religiosas? Y aunque Cristo es muy exigente para que se crea en él porque es la única Verdad, ¿Como será juzgado cada hombre ante la Santísima Trinidad?
- VIII -

Y, subiendo el camino, creemos formar ya “por él, con él y en él” un uno, como él pedía al Padre. Yo en él y él en mí mutuamente Cirineos. Y ante esa unidad, él y nosotros, nadando nosotros contra corriente, el libre desamor, (todos somos hoy Adán), nos sentimos empujados a revelarnos contra Dios, pero proclamamos la más bella expresión de paz, gozo y unión en este nuestro destierro y valle de lágrimas: su oración; y por ello, no sólo los cristianos sino toda la humanidad con él y en él, todo fue creado y redimido en él, como si fuésemos él, siendo él, y en una sola Cruz y voz, en la de El y en la nuestra, también con María y todos los santos en nuestros labios, los cristianos en nombre de todo el universo, decimos: Padre nuestro. Porque él entre nosotros es nuestro hermano, y nosotros, todo hombre en él (aunque no crean en él o no vayan a su Templo) somos de él, y el que quiera libremente además sacramentalmente puede participar ya aquí por adopción de su naturaleza divina como él participa de la nuestra. Es su oferta eucarística. Al decir Padre nuestro, somos todo el mundo.
Por razones de común naturaleza somos más inicialmente hermanos por aquella naturaleza que por razones de filiación maternal o de bautismo. Dios nos ve con su Amor creativo universal, aún antes que con nuestras estructuras eclesiales y sacramentales. ¿Toda la creación no es el más suntuoso Templo adornado de flores y de brillantes estrellas habitado por el Padre? Todo lo bueno en las religiones, todo amor en el hombre y seres vivos, toda la belleza de las flores y frutos, son Cristo oculto en nuestro destierro, que nos pide la fe, y por ello debemos, tenemos la obligación de evangelizar para que todos lleguen a conocer esta Revelación: que todos vamos al Padre a través de Cristo.
A quien vestimos y visten, a quien damos o dan de comer es el Cristo desconocido
¿Pero, aquí en su Cena, de nada me sirve tan magnifica unidad, no en el cumplimiento de un código de leyes, sino en su amor paterno creativo y redentor? ¿Yo presto mi ofrenda, entrega y unidad, Dios la acepta y no me da su amor al que preceda su perdón?
¿Qué ley puede impedir en la Eucaristía que siendo yo, mi pan-símbolo, uno en ese pan con el Hijo, no sea el Padre, uno en mí?
¿Debemos privar a Cristo y a nosotros de este consuelo y triunfo? ¿No será aún más amplio el número de adoradores de Dios que lo que nos presentan unas estadísticas humanas? En nuestras múltiples relaciones amorosas en todo lo humano, ¿necesitamos para la amistad estar inscritos previamente en unas estadísticas? ¿Y en Dios, el Absoluto que es misterio de infinita amistad y comprensión, sí? ¿No hay algo más anterior y más universal en Dios Padre que su Iglesia institucional, aunque sea esta ya, el nuevo y aún ardientemente querido por Cristo, único camino?
- IX -
“Los cuatro vivientes y los veinticuatro ancianos cayeron delante del Cordero, teniendo cada uno su cítara y copas de oro llenas de perfumes, que son las oraciones de todos los santos. Y era su número de miríadas de miríadas, y de millares de millares”. (Apocalipsis)
“Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros, Cordero de Dios danos la paz”.


Y todos, festivos, nos damos la paz, su paz que es ya “gracia” anti-desamor que pasa de unos a otros porque somos un solo Cuerpo o comunidad-iglesia allí viviente, árbol de Cristo, como sarmientos unidos a la Vid por los que corre la savia de la amistad.
¿Pero esa paz o reconciliación, si es sincera, sirve sólo entre los hombres y no ante Dios? ¿Allí hago la amistad con todos menos con el AMOR? ¿Nos perdonamos todos comunicándonos la “gracia” de su paz, y el Padre, a nosotros que somos Cuerpo de Cristo, es precisamente el único que aquí, en el Sacramento de redención, Sacramento del Amor, no perdona, no nos da su paz?
¡Padre, perdónalos!, y Cristo hace así que este Sacramento sea esencialmente el de la comunión y reconciliación de Dios con los hombres. Todo el que come este pan, ya ha comenzado la vida eterna. Comamos cada semana de él para tener las lámparas encendidas.
- X -
“No soy digno de que entres en mi casa, pero una Palabra tuya bastará para sanarme”.
Tú, aquí nos dices: “tomad y comed todos, y nosotros te cantamos: No podemos caminar, sedientos bajo el sol, danos siempre vino y pan, tu cuerpo y sangre, Señor.
¿Pero de nada nos sirve ni a Tí ni a nosotros ante el Padre si no nos sometemos unitariamente a un juez cuando aquí estamos ante tu Sacerdote, ante Ti Sacerdocio, y somos en Tí testigos en la fe, testigos de tu Cena, redención y resurrección?
“Su presencia en el mundo, dice Kierkegaad, no se convertirá jamás en un hecho del pasado, en un hecho cada vez más pasado. Porque, mientras exista un creyente, será, como creyente, contemporáneo de Jesús”.
¿Esta Cena, tu pan y tu vino, medicina divina, es sólo para los sanos? ¿Y por qué tú dijiste que has venido para los enfermos... y ahora resulta que aquí, en tu Cruz, te exigen que para dar el Padre su perdón y el pan, tu misericordia se someta a otro trámite legal cuando estoy asistiendo a tu Sacramento Penitencial y, ante tu Ministro, “otro Cristo” visible de perdón?

¡Tengo sed!.....- Nosotros de tí, también, Señor. Somos uno, estamos en tu Cruz, No podemos caminar sedientos...
“Vosotros estáis purificados por las palabras que os he hablado”.
Ante la ley, tus palabras en esta tu Cena solo son válidas ante tí y ante mí, por eso al fin, Señor, una palabra tuya basta para sanarme, porque para abrazarme a tu cuerpo, para reconciliarme contigo ¿no puedo hacerlo como aquel buen ladrón, o como el pródigo de tu parábola, o como el incrédulo Tomás y el acobardado Pedro, estando además en presencia de tu Vicario Sacerdotal? O, ¿para qué vienes, para qué me buscas tú personalmente?
Y aunque mandaste al ciego a lavarse a la piscina, y repudias al que no toma de tu propia casa túnica de bodas ¿no eres tú la fuente de aguas vivas que emanan de tu costado ahora y aquí en tu Cruz, ante la que yo gimo implorando abrazarme a tus pies para lavarme, calmar la sed, tuya y mía, y darte mi consuelo, estando limpio, revestido ya de tí, en una sola túnica en nuestro pan y vino?
Hoy el pueblo va creyendo más en tu palabra de amor que en la ley, y como enfermo que te necesita se acerca a tocar tus vestiduras, especies Sacramentales, y tú como ante la hemorroisa, alabas su fe y lo despides en paz a pesar del intento de “impedimento” de tus discípulos.
Si eres el Amor, aquí ante tu Cruz, a tu paso junto a mí en tu Sacramento, sobran los legalismos porque tú les transciendes con tu “misericordia” en real y repetida Encarnación, Cena y Redención.

Tú, aquí en tu Cruz no eres ley, tú, aquí en tu Cruz eres... el Perdón. Porque ¿qué haces Tú clavado sangrando y yo a tu lado implorando que te acuerdes de mí cuando estés en tu reino? O, ¿el Santo Sacrificio no es esencialmente la comunicación de tu amor si te pido perdón con amor, aunque mi fe sea, a veces, tan titubeante como la de tus Apóstoles junto a tí?
- XI -
Es verdad que también has dicho. “A quienes perdonéis sus pecados les serán perdonados y a quienes se los retengáis, le serán retenidos”. Y en consecuencia que “para obtener el perdón de los pecados es menester acudir de alguna manera al poder que la Iglesia tiene para perdonarlos”, (según enseña el C. Vaticano)
Pero acaso tu “Memorial” ¿no es el Sacramento de tu penitencia, al que yo me uno con una confesión pública: yo pecador me confieso a Dios... y tu Vicario Sacerdote, tu Iglesia, tu voz Sacramental, tu poder visible de perdón, dice: Dios tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados... y tú exclamas: Padre perdónalos? ¿O aquí no lo dices?
¿Es todo esto un acto intranscendente? ¿Esta Sacramentalidad solo es una ceremonia piadosa? ¿No condenaste el farisaísmo que es la hipocresía ritualizada que centra la santidad en el extremado cumplimiento de las leyes, cuando si hay amor hay perdón, aún entre los hombres, y la ley no tiene ya aplicación? ¿No has dado tú una sola ley, la del Amor?
¿No te damos aquí el consuelo que no tuviste allí, siendo este “aquí” aquel allí, al que yo me uno aunque sea con fe tenue por la repetición semanal, pero me uno a tu plenitud de amor al Padre celebrado con un Banquete Eucarístico, donde Tu suples mis deficiencias ante Él?
¿Sólo en la confesión eres Sacramento de amor que perdona a pesar de mi siempre débil propósito de enmienda, y no aquí en tu Sacramento de Redención que es donde el Padre da su abrazo porque el perdón, en Tí, está ahora y aquí, siempre consumándose?
Además, ¿es tan fácil cometer con plenitud un pecado mortal?
¿La redención solo es perdón del pecado, o, también, mediante ello, esencialmente, como en este Sacramento, es recobrar el dialogo de amistad con el Padre como queremos Tu y yo en este momento?
Si recupero ese dialogo amoroso, previo “lavatorio en esta tu Cena”, ¿el Padre no perdona?
¿Si al pie de tu Cruz te hubiese manifestado mi amor, me habrías mandado a tus discípulos para que me perdonasen? ¿El padre del hijo pródigo envió a su hijo a un juez para recobrar al hijo?
¿Acaso estamos ante un Sacramento más para una gracia particular concreta, o ante el Sacramento de los demás Sacramentos, fuente y raíz de todos ellos?
¿Las cosas que se nos dicen en la liturgia de tu “Memorial”: paz, perdón, amor, unión, sólo son así como metáforas de tu amor, de tu perdón, de tu paz y de tu redención? ¿No tienen valor real y sí es tu Memorial verdadero y tu Cena renovada de plena ternura?
“El Señor esté con vosotros. Y con tu espíritu”. ¿Sólo son palabras? ¿Sólo palabras?
Creo, Señor, que el poder de la redención y el perdón de los pecados, la esencia de tu misión, está en este Sacramento Eucarístico primariamente ministerio memorial de tu búsqueda, donde siempre repites: Padre perdónalos. Y siendo la confesión un Sacramento sublime, ¿no será para ciertos pecados muy públicos: (idolatría, homicidio, adulterio); para recibirte fuera del Sacramento de tu Memorial; para alcanzar una mayor perfección; para una constancia personal y visible de tu perdón..... y para la hora de la muerte ya que no puedo ir a tu Casa? ¿No hacían algo así en los primeros siglos de tu reino? ¿Quien se confesaba entonces?


En los evangelios, según Orígenes, se perdona el pecado: Por el bautismo, por el martirio, por la limosna, por la confesión a los hermanos, por la conversión, por la caridad y en séptimo lugar por la laboriosa y dura penitencia con lágrimas no avergonzándose de manifestar su pecado a un Sacerdote del Señor. ¿No se dan en la Eucaristía estas circunstancias?
Lo más extraño es que una ley esté regulando el amor de mi hermano Cristo en su Cena y sangrante en la Cruz, hoy Memorial, siendo el acto “singularísimo” de su presencia para mi “conversión y caridad”, y que por ello comienza con un lavatorio penitencial de confesión ante tu Vicario el Sacerdote y los hermanos, renovando mi compromiso bautismal y dando una limosna como símbolo de querer cumplir tu mandato: amaos como yo os he amado.
Tú gran y mi gran Sacramento de encuentro y reconciliación.

Este es un dialogo Sacramental Tuyo con el hombre. ¿Y hablar, abrazarme contigo en el Sacramento de redención con amor, no es perdón? Aquí mi corazón desea ser con menor o mayor fervor, amor filial de Dios y amor de madre para los hermanos.
agustin sanchez diaz
 
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Re: El Cántico espritual de J. de la Cruz y María

Notapor agustin sanchez diaz » Dom Dic 15, 2013 7:55 am

LA EUCARITÍA SACRAMENTO PENITENCIAL (continuación)
16-Diciembre-2013

-XII-
“La bendición de Dios descienda sobre vosotros” nos dices tú a través de tu vicario el Sacerdote. ¿Pero, cómo me va a bendecir Dios si entré en pecado y salgo sin el perdón?
“Podéis ir en paz”. ¿De que paz se habla si contigo no me he reconciliado y sí con mis otros hermanos?
Señor, tú no puedes ser así, porque yo que sólo tengo una centellita del amor infinito que tienes tú, perdono a mis hijos sólo con que me extiendan sus brazos.
Por eso yo ante tí y en tí, que eres, no amor sino el Amor, más exigente que la ley, repito íntimamente con Juan de la Cruz ante tu noche oscura y sangrante de redención:
! Oh noche que guiaste!,
¡Oh noche amable más que el alborada!
¡Oh noche que juntaste
Amado con amada,
amada en el Amado transformada

Porque tú me asumes, en la noche de tu Cena, en mi pan y vino, mi símbolo, transformándote tú en mí y yo en tí aun antes de recibirte yo. Y así, como enamorado, no sólo me puedo fundir abrazándonos en nuestro “común pan”, sino que hasta te puedo comer y beber porque tú me lo pides. “Tomad y comed. Tomad y bebed” para que en ese pan ya seamos todos los hombres uno en Ti, y en Tí unidos al Padre. Yo, hoy, unido a todos los creyentes pasados, presentes y futuros participo del más grandioso concierto y al más numeroso espectáculo de fiesta y amor. ¡Embriágame de esta música y amor, Señor!

Porque esto es tu locura de amor, nuestra locura de amor. Amor divino, el más sublime amor. La más sublime conversión, la culminación de recobrar tu dialogo conmigo para festejarlo desde aquí a más allá de los límites del Cosmos entre los farolillos de las galaxias y los columpios de los asteroides.
¿Donde estás, Adán? Estoy en el Cuerpo de “tu Cristo”, Señor.
Y no por repetida y sin la vehemencia de los primeros encuentros como en el amor de los esposos prolongado en el largo tiempo, yo también quiero repetir, a mi modo, con Juan de la Cruz y como hizo tu discípulo Juan:
Quedéme y olvidéme
el rostro recliné sobre el amado,
cesó todo y dejéme
dejando mi cuidado
entre las azucenas olvidado[/i]
En tu “Memorial”, Señor, está mi más plena “elevación y consuelo”, porque aunque sin un sensible apercibimiento, es real, eres tú, que hasta me devuelves mi visita a tu Casa haciéndome tu propio aposento-templo, que Tú previamente has “purificado por las palabras que nos has dicho” para que yo pueda reclinar mi cabeza sobre tu pecho.
Y así:
En mi pecho florido,
que entero para él sólo se guardaba,
allí quedó dormido,
y yo le regalaba,
y el ventalle de cedros aire daba.

¿Cómo Señor después de esta transformación, transfiguración ante los Ángeles, tú en mi Tabor-pecho florido, puedo olvidar ya la brisa perfumada de tu presencia? ¿No ves que como tus Apóstoles en su barca te despierto en mí “dormido” ante mis vendavales, Señor? ¿Necesito estar siempre en el Monte Tabor de amores traspasado? No, porque tengo que bajar a los llanos solitarios y pedregales de la vida.
Haz por ello que sea realidad “silenciosamente apercibida” cada día el canto de la esposa:
Buscando mis amores,
iré por esos montes y riberas,
ni cogeré las flores,
ni temeré la fieras,
y pasaré los fuertes y fronteras.

Señor, que tus representantes me enseñen a vivir así tu camino espiritual o “Memorial”, porque es real, y sólo falta vivir con sensible gozo la unidad en tu propia Vida Divina en mi propia vida diaria y humana entre flores y fieras sobrepasando nuestras lindes y fronteras. Y solo es necesario que me ayudes a sentirlo, quererlo y vivirlo en libertad para que esta realidad se haga “vida” en mí, como dice el Salmo 119,v.80: “que mi corazón se perfeccione con tus normas, y así no fracasaré” Y además, hazme comprender que todo cuanto es vida, bien, felicidad y alegría, eres Tú, mi Dios, y nada de ello será destruido definitivamente porque en la Trinidad tendrá su plenitud, está aún como incompleta por así decirlo hasta que sea consumada la unidad al fín de los tiempos de “todo lo que es vida y belleza” en el Padre y en el Espíritu a través del Hijo.”Vino a los suyos” nos dice Juan. ¿No será también Tu Reino conocer plena y conscientemente toda tu inmensa creación como solo una antesala, un peldaño de lo que es tu Reino sorprendente infinito y eterno? ¿Qué será “tu Cielo” si este que escudriñamos y aún tan desconocido por el hombre, pero tan bello, es sorprendente y ordenadísimo?
Toda la hermosura de las cosas está impregnada del amor de Dios a su Hijo que para nosotros, fueron creadas con su Palabra y son su palabra, permanecen en su Palabra, son Palabra de Dios. Por ello ante una flor, ante la espuma de un acaudalado río que se hace voz en el acantilado, ante el canto de las aves en la alameda y en las moreras, ante el silencio de una noche de plena luna, en la llanura del desierto y del mar, oímos un silencio impregnado de admiración - es el silencio sonoro de la voz amorosa - en misteriosa quietud de Dios Padre a nosotros en su Hijo - canción de cuna como de amor materno - que sólo se oye en la calma de los sentidos - porque el Padre hace que acune a su Hijo todo el universo como infinito - que es un espacio que es un cielo – incrustado de materia, un carrusel inconmensurable, y todo es un don de la Palabra, de la vida en crecimiento.
Yo quiero escuchar esa voz, y unir la mía a ese fantástico y sonoro concierto – porque a toda esa musicalidad,- soy invitado en libertad a participar,- y de aquí la existencia humana se decide frente a Jesús o contra Él, fe o incredulidad.
Quisiera como Juan de la Cruz, en mi simple comienzo del camino, verle y cantarle:
Mi amado las montañas
Los valles solitarios nemerosos,
Las ínsulas extrañas,
Los ríos sonorosos,
El silbo de los aires amorosos.

Todo está en Cristo, y en un nuevo orden, Cristo y todo con Él y con Él, será la unidad victoriosa. Sólo Dios es Dios, y Dios no cambia su proyecto final ante nuestra rebelión, porque es el más perfecto, el más bello y necesario, para lo que nos ha dotado de la vida con su gran don: nuestra consciente y responsable libertad. ¿Cómo los hombres de ciencia se pierden en la NADA como si de ella saliese este complicado, ordenadísimo y bello mundo?
Dios no pudo hacer un mundo mejor, lo habría hecho. Nuestra libertad lo cambió. Su creación es un regalo a su Hijo que se vio obligado a venir para su reconstrucción y solo su Encarnación es por sí el más bello don aunque no hubiese existido la Cruz.
En Tí, toda la creación es unidad, y en tu Memorial además somos los dos, ya, unidad eucarística de amor.
Una espiga dorada por el sol, / el racimo que corta el viñador, / se convierten ahora en pan y vino de amor / en el cuerpo y la sangre del Señor. / Un molino, la vida, nos tritura con dolor. / Dios nos hace eucaristía en el amor.
Y así, ¿no me elevas tanto que me haces “uno” también con las tres Divinas Personas?
¿Hay una meta más allá en el peregrinar del hombre? ¡Señor, no debía merecer vivir porque no llego a comprender plenamente tu misterio transcendente!
Que gran triunfo para Cristo si de su Sacramento Memorial Penitencial, millones de personas salen cada semana, porque el amor transciende a una ley, transformados en tu Cuerpo, unidos a Tí en unidad y esperanza sonora, transformados en tu templo como en María...Y allí quedó dormido… en real y verdadero sonoro silencio.
Quiero hacer de mi vivir una melodía, como en Juan de la Cruz según Fr. Miguel Márquez, donde el “cantor y las canciones nacían del silencio desnudo, del callado amor”.
Y no olvidemos que estamos dando al Padre un regalo de valor infinito. No somos tan pobres Contigo en nuestro desierto ante el Padre. No es miserable el hombre en tí, Señor, si eres oasis oculto y silencioso vino de nuestra interior aunque polvorienta bodega y fruto de harina de nuestros trigales. Tú y yo fundidos en uno.
Y al verte estos días en tu pesebre, todos acudimos con admiración, felicitándonos, yo lo hago aquí para todos, porque nos ha nacido el Salvador. ¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!!

Duerme mi niño querido- duerme mi vida y mi bien.
Duerme mi Dios escondido- duerme a mi dulce vaivén.
Duerme mientras te canto- duerme en mis brazos bebé.
Duerme mientras te arrullo- duerme en portal de Belén.
agustin sanchez diaz
 
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