¿Cómo discernir en las páginas web?

[emiliogf]

El discernimiento en las páginas web es una cuestión muy complicada. Primero porque no hay ningún tipo de censura y por tanto todo contenido puede ser divulgado en Internet. Pero además hay diversos contenidos en los que el discernimiento debe ser entrenado.

- Si hay pornografía, es lógico que no se está en la página adecuada.

- Si se trata de páginas de explícitos enemigos de la Iglesia (masones, esotéricos, gnósticos, New Age, etc) toda información religiosa que divulguen será anticatólica, y por tanto hay que estar muy precavidos, sobre todo de no asociarse a esas páginas

- Si se trata de los medios de comunicación en general, los mismos no son explícitamente anticatólicos, pero aplican un relativismo sobre la Verdad rebajándola a una mera opinión. Ahí hay que tener más cuidado aun.

- Si se trata de páginas de otros cultos no cristianos, inmediatamente se percibe otra cosmovisión, que no es cristiana y que hast apuede ser anticristiana. Sobre todo el peligro de algunas sectas que pueden captar adherentes.

- Si se trata de cultos cristianos no católicos, también hay que tener mucho cuidado, porque si bien citan la Biblia, lo hacen desde una "libre interpretación" y apartados del Magisterio, por lo cual corren grave riesgo de difundir más errores que verdades. Y también algunos son explícitamente anticatólicos.

- Si se trata de páginas católicas, ¡también hay que tener cuidado! Porque cualquiera puede abrir una página y difundir herejías sin ser apercibido siquiera...

- En las mismas páginas católicas, aun en las más seguras, pueden existir algunos errores

¿Qué actitud tomar? ¿Cómo aplicar el discernimiento? Sobre todo porque hay cuestiones que hasta pueden ser sutilezas engañosas...

[Ariel]

¿Qué actitud tomar? ¿Cómo aplicar el discernimiento?

La respuesta es simple. Si uno se guía por lo que enseña la Iglesia, es fácil determinar si lo que se le lee corresponde o no con la fe católica.

Bendiciones.

[dalmiant]

Te cuento que hace poco un amigo me manda una página muy completa, con muchas "revelaciones de María a lo largo del mundo". Yo para mí todas las páginas son culpables hasta que demuestren lo contrario y me puse a investigar...

Al principio parecía todo muy bien, ponían en la parte superior mensajes del Papa, homilías, etc. Entonces se me ocurre buscar en el texto "Benedicto XVI" y lo pongo: aparecen frases del tipo "el Papa toma medidas que son consideradas demasiado conservadoras" "respecto a la contracepción y el fin de la vida muchos fieles no están de acuerdo con el Papa" y AJÁ!! ahí descubrí que esa página no era segura, ya que no es fiel al magisterio de la Iglesia.

Hay palabras "clave" que buscar, del tipo: Benedicto XVI, anticoncepción, vida, eutanasia, homosexualidad, liturgia, latín, etc.

Bendiciones

[emiliogf]

Si bien es cierto lo que decís en general, no lo es en particular.

Hay muchas personas que son engañadas por Internet, y hay "sutilezas" que son difíciles y encima sobre las cuales acaba no existiendo acuerdo convirtiendo en válidas ciertas posturas opuestas en tanto no haya pronunciamiento del Papa sobre la materia.

Hay temas que parecen tontos y que tienen extrema gravedad, y otros que son de extrema gravedad y se hacen aparecer como naderías, como intrascendencias. Y es ahí donde muchas personas pueden quedar confundidas...

[Viriato]

Sobre uno de los puntos, para las páginas católicas es importante lo que ya ha sido dicho: ver si son fieles al magisterio. En esa línea hay un documento que no recuerdo con precisión que invita a esas páginas a autodeclararse, es decir, a presentarse a las autoridades (supongo que al párroco o, en casos que lo ameriten, al obispo) para ver si de verdad actúan según la fe de la Iglesia y como miembros vivos de la misma.

También es bueno recordar que hay un documento de estudio en el Vaticano sobre el tema que se espera salga a finales de año.

Sobre las otras páginas, puede haber de todo, incluso alguna página de un grupo claramente anticatólico que de vez en cuando publique algo bueno, alguno dirá que por "casualidad", pero puede haber otros motivos.

[Orsonb]

Si tienes una buena formación, saca lo bueno y deja el resto. Pero la buena formación es una excepción, lamentablemente.

En el resto, tendrás que guiarte por lo que gente con buena formación pueda decir.

[siempremaria]

Personalmente pienso bien antes de pasar un enlace a alguna persona, no vaya a ser que, aun mandándole algo bueno, resulte que dándose una vuelta por la web encuentre cosas contraproducentes.

En Cristo y María.

[josé miguel arráiz]

¿Qué actitud tomar? ¿Cómo aplicar el discernimiento?

La respuesta es simple. Si uno se guía por lo que enseña la Iglesia, es fácil determinar si lo que se le lee corresponde o no con la fe católica.

Bendiciones.

Tan simple como eso. Estoy de acuerdo con Ariel.

[emiliogf]

Puedo decir en general, que sí.

¿Por qué digo en general? Porque no siempre se da. En lo que es muy notorio y evidente, es fácil darse cuenta. Si dicen que Jesús es un extraterrestre, o cosas semejantes, si deforman mucho el Catecismo básico, podemos darnos cuenta fácilmente de los errores. Pero no siempre es así.

Y digo que no siempre es así, porque hay cuestiones en que personas con mucho conocimiento tienen debates y discusiones con muchos fundamentos, y no se ponen de acuerdo. Y es ahí donde surgen los problemas.

Por ejemplo, si uno piensa en la Infalibilidad del Papa, uno sabe que se trata del Papa en sí, no de los Obispos en general, ni de un Concilio, y que la autoridad de un Concilio la otorga el Papa. Si me dicen que un Concilio no goza de infalibilidad Papal sin el Papa, debo reconocerlo. Además, si busco información en cuanto al diverso valor de los documentos de la Iglesia en cuanto a su autoridad, también hay una cuestión sutil. Si al buscar el tema en Internet que en principio es simple, nos topamos con una nota extensa (que la transcribo más abajo para no insertar el link), ¿cómo aplicamos el discernimiento? ¿Es toda verdadera? ¿Es toda falsa?

Transcribo la nota hallada, para que me expliquen en la práctica cómo se aplica el discernimiento:

"Un Concilio también puede cometer errores"

Respuesta a las críticas de "Avvenire" y de "L'Osservatore Romano"
Roberto de Mattei

El discurso de Benedicto XVI a la curia romana, el 22 de diciembre del 2005, ha abierto un debate sobre el Concilio Vaticano II del que son expresiones recientes los libros de mons. Brunero Gherardini y el importante congreso de los Franciscanos de la Inmaculada, desarrollado en Roma del 16 al 18 de diciembre del 2010, aparte de mi estudio, "El Concilio Vaticano II. Una historia jamás escrita" (Lindau, Turín 2010).
La invitación del Papa a interpretar los documentos del Vaticano II según una “hermenéutica de la continuidad” de hecho ha dado un decisivo estímulo para el debate sobre el Concilio de manera diferente a como lo ha hecho la "escuela de Bolonia", que lo ha presentado en términos de fractura y discontinuidad con dos milenios de tradición de la Iglesia.
Habría esperado que nuestros aportes, movidos únicamente por un sincero deseo de responder al llamado del Santo Padre, fueran acogidos si no con entusiasmo, al menos con interés, que fueran científicamente discutidos y no rechazados a priori. En lo que respecta a mi libro, por ejemplo, me habría esperado una seria discusión histórica en las revistas especializadas.
En cambio, en los diarios ligados a las instituciones católicas me responden Massimo Introvigne, integrante del Estudio legal Jacobacci Asociados, sociólogo de las minorías religiosas, hoy representante del gobierno italiano ante la OCSE, y el arzobispo Agostino Marchetto, 30 años de carrera diplomática sobre los hombros, y además, en primera fila por casi diez años en la defensa de los migrantes, los gitanos, clandestinos, como secretario para la pastoral de los migrantes.
Ni mons. Marchetto, ni el dr. Intovigne, a pesar de sus méritos eclesiásticos o profesionales, han tenido el tiempo de ir a bibliotecas o archivos históricos; ninguno de los dos es historiador de profesión. Y ambos, en sus artículos, publicados respectivamente en "Avvenire" del 1 de diciembre del 2010 y en "L'Osservatore Romano" del 14 de abril del 2011, rechazan mi libro desde un punto de vista histórico, sino ideológico.
Introvigne define mi libro “una auténtica suma de las tesis anticonciliaristas”, que “lamentablemente vuelve a proponer, una vez más, la hermenéutica de la ruptura que Benedicto XVI denuncia como dañosa". Marchetto, lo define una historia "ideológica", "de tendencia extremista", "polarizada y de parte" como la orquestada por la escuela de Bolonia, si bien de signo contrario.
La crítica de Marchetto e Introvigne parece tener una sola finalidad: cerrar anticipadamente el debate que Benedicto XVI ha abierto e invitado a desarrollar. [...]
Yo creo, al contrario, que se puede discutir del Concilio Vaticano II, en el plano histórico, de la misma manera como han discutido siempre los historiadores de la Iglesia.
Dirigiéndose a ellos, en el 1889, León XIII escribía que "aquellos que la estudian no deben nunca perder de vista que ella encierra un conjunto de hechos dogmáticos, que se imponen a la fe, y que ninguno puede poner en duda […]. No obstante, ya que es la Iglesia, que prosigue en medio de los hombres la vida del Verbo Encarnado, se compone de un elemento divino y de un elemento humano, este último debe ser expuesto por maestros y estudiado por los discípulos con gran probidad. Como dice en el libro de Job: "¿Acaso Dios tiene necesidad de nuestras mentiras?" (Job 13, 7).
"El historiador de la Iglesia - prosigue León XIII - será más eficaz en hacer resaltar su origen divino, superior a todo concepto de orden puramente terrestre y natural, en la medida que más haya sido leal en no disimular nada de los sufrimientos que los errores de sus hijos, y a veces también de sus ministros, han causado en el curso de los siglos a esta Esposa de Cristo. Estudiada así, la historia de la Iglesia también por sí sola constituye una magnífica y convincente demostración de la verdad y de la discontinuidad del cristianismo".
La Iglesia es indefectible y sin embargo, en su parte humana, puede cometer errores y estos errores, estos sufrimientos, pueden ser provocados, dice León XIII, por sus hijos y también por sus ministros. Pero ello no disminuye la grandeza e indefectibilidad de la Iglesia. La Iglesia, dijo León XIII, abriendo a los estudiosos los archivos vaticanos, no teme la verdad.
Una verdad que el historiador busca en el plano de los hechos, mientras el teólogo la busca en el de los principios: pero no existe una verdad histórica que se pueda oponer a una verdad teológica. Hay una única verdad, que es Cristo mismo, fundador y cabeza del Cuerpo Místico que es la Iglesia; y la verdad sobre la Iglesia es la verdad sobre Cristo y de Cristo, en el encuentro con Él, que es siempre el mismo, ayer, hoy y siempre.
Mi libro nace de un profundo amor a la Iglesia, a su magisterio y a sus instituciones, "in primis" al papado. Y mi amor por el papado quiere ser tan grande que no se detenga en el actual Papa, Benedicto XVI, a quien me siento profundamente ligado, sino que busca detrás del hombre la institución que él representa. Es un amor que quiere abrazar con este Papa a todos los Papas en su continuidad histórica e ideal, porque el Papa para un católico no es un hombre, es una institución de más de dos milenios; no es aquel Papa, sino el papado, es la serie ininterrumpida de los vicarios de Cristo, desde san Pedro a pontífice reinante.
Y bien, no hay mejor modo de expresar la propia adhesión al Papa y a la Iglesia que el de servir, en todos los campos, a la verdad, porque no existe ninguna verdad, histórica, científica, política, filosófica que pueda jamás ser impugnada contra la Iglesia.
No debemos, pues, temer decir la verdad sobre el Concilio Vaticano II, vigésimo primero de la historia de la Iglesia. Subrayo esto, "vigésimo primero". El Concilio Vaticano II no fue ni el primero ni el último Concilio en la historia de la Iglesia: fue un punto, fue un momento de la historia de la Iglesia.
En la historia de la Iglesia ha habido veintiún Concilios, hoy considerados ecuménicos. Algunos de estos Concilios son inolvidables: el primero, el de Nicea, que definió nuestro "Credo", luego el Concilio de Trento, el Concilio Vaticano I. Hoy se olvidan otros Concilios, lo que no significa que no hayan sido Concilios auténticos, supremas expresiones del magisterio de la Iglesia.
Pero un Concilio entra en la historia por los documentos que produce. En el siglo XVI hubo dos Concilios: el V Concilio Lateranense (1512-1517) y el Concilio de Trento. La única definición dogmática del quinto Concilio Lateranense fue aquella según la cual el alma humana individual es inmortal; el Lateranense fue bajo ciertos aspectos un Concilio fallido: porque no consiguió lanzar la gran reforma de la que tenía necesidad la Iglesia, y tampoco pudo prever y detener la pseudo-reforma que estalló, con las 95 tesis de Lutero, precisamente en el año en el que el Concilio se concluía. Todos recuerdan el gran Concilio de Trento; pocos recuerdan el V Concilio Lateranense; quizá se recuerde el IV Concilio, que definió que "fuera de la Iglesia católica no hay salvación": una verdad que entró a ser parte de la infalible Tradición de la Iglesia.
Los Concilios pueden promulgar dogmas, verdades, decretos, cánones, que son emanados del Concilio, pero que no son el Concilio. Mientras el dogma formula una verdad, que una vez formulada trasciende - por decir así - la historia, los Concilios nacen y mueren en la historia. El Concilio es diferente a sus decisiones. Las decisiones del concilio si son infaliblemente promulgadas entran a ser parte de la Tradición.
Ningún Concilio, ni siquiera el de Trento o el Vaticano I, y menos aún el Vaticano II, es más que la Tradición. Benedicto afirma que los documentos del Concilio Vaticano II se deben leer en su continuidad con la Tradición de la Iglesia. La Tradición no es un evento, no es una parte, es el todo. La Tradición es como la Sagrada Escritura: una fuente de Revelación, divinamente asistida por el Espíritu Santo.
Es carente de sentido lógico, antes que teológico querer oponer, como hacen algunos, la Tradición y el magisterio llamado "viviente", como si la Tradición fuese el pasado y el Magisterio viviente fuese el presente. La Tradición es el magisterio presente, pasado y, podríamos decir, futuro.
El magisterio de la Iglesia no es el fruto de la voluntad definitoria del Papa y de los obispos, sino que depende, y no puede ser separado de la Tradición. Antes del Magisterio de la Iglesia está la Tradición, antes de la Tradición está la Revelación y antes de la Revelación el Revelador, que es Cristo.
Se me ha echado en cara que descuido los documentos del Concilio o que los interpreto en clave de discontinuidad con la Tradición de la Iglesia. No es verdad ni la primera ni la segunda afirmación. La interpretación de los documentos del Concilio no me toca ni a mí ni a ningún aspirante a intérprete del Concilio, sino le toca al magisterio de la Iglesia, y al magisterio me atengo yo. Lo que yo narro son los hechos, lo que reconstruyo es el contexto histórico en el que aquellos documentos vieron la luz.
Y afirmo que los hechos, el evento, el contexto histórico, tuvieron un influjo en la historia de la Iglesia no menor del magisterio conciliar y postconciliar: se pusieron ellos mismos como magisterio paralelo, condicionando los hechos.
Afirmo que en el plano histórico el post-Concilio no se puede explicar sin el Concilio, así como el Concilio no se puede explicar sin el pre-Concilio, porque en la historia cada efecto tiene una causa y lo que ocurre se encuadra en un proceso, que frecuentemente es inclusive plurisecular y toca no sólo el campo de las ideas, sino el de la mentalidad y las costumbres.
No niego con ello la suprema autoridad del Concilio y la autenticidad y validez de sus actos. Pero ello no significa infalibilidad. La Iglesia es ciertamente infalible, pero no son infalibles todas las expresiones de sus representantes, incluso los supremos; y no es necesariamente ni santo, ni infalible un Concilio: porque si es verdad que el Espíritu Santo no deja nunca de asistirlo es también verdad que es necesario corresponder a la gracia del Espíritu Santo, que no produce automáticamente ni santidad, ni infalibilidad. Si es verdad que todo Concilio puede ejercitar, en unión con el Papa, un magisterio infalible, un Concilio puede también renunciar a ejercitar ese magisterio, para ponerse en un plano totalmente pastoral y, en este plano, cometer errores como sucede, según me parece, cuando el Concilio Vaticano II omite condenar el comunismo.
El Concilio Vaticano II, no lo olvidemos, no fue un Concilio dogmático, sino pastoral, lo que no significa que estuvo privado de magisterio, sino que su magisterio puede ser considerado definitivo e infalible sólo cuando repropone, y explicita, como frecuentemente lo hace, verdades ya definidas por el magisterio ordinario y extraordinario de la Iglesia.
Pero el problema que a mí me interesa no es la discusión sobre los textos del Concilio; dejo esta exégesis a los teólogos, y ante todo al Papa. El problema que me interesa, como miembro de la Iglesia, es entender las raíces históricas de la crisis que atravesamos. Raíces remotas, porque la crisis que atravesamos es plurisecular, pero también cercana, porque la crisis, actual se remonta antes que al sesenta y ocho, a la época del Concilio Vaticano II, que no son necesariamente los 16 documentos que son sus conclusiones, sino las palabras, los gestos, las omisiones, durante y después del Concilio, de los padres conciliares y, por otra parte, el magisterio paralelo, sobre todo mediático, que se colocó junto al magisterio auténtico del Papa y de los obispos. Y como no se puede separar el post-Concilio del Concilio, igualmente no se puede separar el Concilio del pre-Concilio, porque la crisis no nace el 11 de octubre de 1962, cuando el Concilio se abrió, sino que fermenta en los pontificados anteriores, incluido el de Pío XII.
Se me acusa de estar contra Pío XII, hacia el quien tengo suma admiración, sobre todo por cuanto se refiere a su monumental "corpus" doctrinal. Pero no soy el postulador de su causa de beatificación, soy un historiador y como tal no puedo negar que Pío XII haya sufrido por parte de ciertos colaboradores suyos una influencia negativa en algunos campos, como el litúrgico o exegético. No se puede negar que su encíclica "Humani generis", que considero un documento excelente, sea carente de la fuerza teorética y práctica de la "Pascendi" de san Pío X. Podemos decirlo y permanecer infatigables defensores del primado romano y grandes admiradores de Pío XII, porque la Iglesia no tiene miedo de la verdad y el amor a la verdad nace de la santa libertad de los hijos de Dios (Rom 8, 21). De otro modo no comprenderíamos la vida tempestuosa de la Iglesia en el curso de los siglos hasta nuestros días.
No hay tempestad, mediática o cruenta, que nos asuste, porque la Iglesia está siempre de pie en las tempestades: las herejías, los escándalos, las revoluciones no la han sacudido ni han detenido su marcha en la historia.
Y un gran historiador de la Iglesia que no tuvo temor de decir la verdad, Ludwig von Pastor, escribe como conclusión de su "Historia de los Papas", estas las palabras que hago mías:
“La roca de Pedro supera las tempestades de todos los siglos. El hecho más grande, más inconcebible en la historia de la Iglesia de Cristo es que las edades de su más profunda humillación son al mismo tiempo las de su más grande energía y fuerza invencible, que muerte y tumba no son para ella signos del fin, sino símbolos de la resurrección, que las catacumbas de la edad primitiva como las persecuciones anticristianas de la edad contemporánea no pueden redundar para ella sino en gloria. […] Cristo, de hecho, camina aún hoy con Pedro sobre las olas oscilantes y por tanto vale también para los sucesores éste la siguiente palabra: ‘tu es Petrus et super hanc petram aedificabo Ecclesiam meam, et portae inferi non praevalebunt adversum eam’”.

Roma, 5 de mayo de 2011
R. de Mattei, "Il Concilio Vaticano II. Una storia mai scritta", Lindau, Torino, 2011, pp.632, euro 38,00.

[josé miguel arráiz]

En el artículo que comentas yo encuentro varios errores fundamentales, pero entrar a analizarlos sería salir del tema del post, que no trata ciertamente del Concilio Vaticano II. Brevemente señalaré que aunque es obvio que el Magisterio Ordinario no sea infalible, en lo que la polémica que suscita el CVII es irrelevante pues:

1) Se le debe obsequio religioso a todo el Magisterio de la Iglesia, tanto ordinario como extraordinario, tal como sostiene la Ad Tuendam Fidem

2) Ya el Papa y el Magisterio de la Iglesia una y otra vez ha reafirmado lo sostenido por el Concilio sobre todo en los puntos que el lefebvrismo, sedevacantismo y otras tendencias tradicionalistas discuten.

Pero allí lo dejo porque esto es un off-topic.

[emiliogf]

Lo que digo, y veo que estamos coincidiendo, es que si bien hay cierta páginas cuyo contenido es claramente inmoral o anticatólico (pornografía, o herejías expresadas de modo flagrante, o directo ataque a la Iglesia Católica), hay otras cuyo contenido es más complejo, son expresadas de modo docto, y por tanto muchas veces la razón de personas preparadas no logran discernimiento.

He traído un ejemplo. En el ejemplo, imagino que hay afirmaciones verdaderas. ¿Cómo discernir?
La afirmación descalificadora general, puede afectar las afirmaciones verdaderas que un escrito contiene.

Es decir, que es "simple" como se decía al principio, no es tan así.

Lo mismo sucede con ciertos medios de comunicación radiales a escala nacional en Argentina, donde se difunden bajo apariencia de "católicas" posturas relativizantes, psicologicistas, que rebajan el contenido Sobrenatural a la mera naturaleza humana... y ¡tanta gente se "alimenta" de eso! ¡tanta gente que escucha acaba creyendo que la Fe tiene un fundamento meramente humano! ¿Cómo explicar a la gente que se transmite una herejía por una radio que las difunde bajo el rótulo de "católica" y al amparo de una red internacional?

Es muy difícil el discernimiento, me parece. Pero a lo que voy de modo concreto es: ¿cómo se ejerce el discernimiento? ¿Cómo distinguir? Si una persona no está debidamente formada ¿cómo hace para discernir? ¿Alcanza el simple Catecismo para ir respondiendo punto a punto cada una de las cuestiones?

[mar azul]

"El Simple Catecismo "?'????
Que feo suena esto ............

[josé miguel arráiz]

...Es muy difícil el discernimiento, me parece. Pero a lo que voy de modo concreto es: ¿cómo se ejerce el discernimiento? ¿Cómo distinguir? Si una persona no está debidamente formada ¿cómo hace para discernir? ¿Alcanza el simple Catecismo para ir respondiendo punto a punto cada una de las cuestiones?

Si una persona no está debidamente formada, debe formarse.

Para formarse debe estudiar la enseñanza del Magisterio de la Iglesia.

Y para esto lo primero que yo recomendaría sería estudiar el Catecismo de la Iglesia Católica, el cual me parece el mejor compendio de doctrina católica para este propósito y sumamente completo.

Ahora, otras personas ya podrán recomendar otra cosa, yo me limito a esto en lo que se refiere a la pregunta del post.

[miles_dei]

Si una persona no está debidamente formada ¿cómo hace para discernir?

Preguntando a los que están formados y tomando consejo de ellos como ordena la virtud de la prudencia. Es sencillo y simple.

[emiliogf]

1- Me he referido al "simple Catecismo" como el que se recibe en la Primera Comunión. El texto Catecismo de la Iglesia Católica no es accesible a personas que compartiendo la misma Fe no tienen una vocación de tipo intelectual. Por otra parte, hay sacerdotes que dan la Comunión a chicos basándose en la existencia de un solo principio: "Dios es Amor", considerando esto suficiente (ni siquiera saber que la Comunión es el Cuerpo y Sangre de NSJC).

2- El tema no carece de importancia, porque el avance de sectas y del materialismo (gramsciano y de la Escuela de Frankfurt) busca minar la Fe de las personas "simples", a la vez que ganar a personas "complejas". Es decir, buscan deformar la piedad popular para convertirla en algo que no es católico.

3- Cuando hay Obispos que no se ponen de acuerdo... Si San Pablo, teniendo razón, no estuvo de acuerdo con San Pedro hasta que San Pedro reconoció las razones de San Pablo... ¿cómo hacemos los feligreses estando en esta situación de haber sido evangelizados por uno o por otro antes de que llegaran a establecer para siempre la cuestión de la judaización del cristianismo de la mano de San Pedro? Y la pregunta es por el discernimiento ante la multitud de voces, y el caso histórico y bíblico que doy es para aplicarlo a la actualidad sin poner nombres. Porque si se preguntara a "los que saben", ya sea San Pablo o San Pedro sobre una misma cuestión, se habrían obtenido respuestas diversas ¡y entre los mismos Apóstoles, uno de loscuales era la Roca de Cristo para construir Su Iglesia!

[miles_dei]

Porque si se preguntara a "los que saben", ya sea San Pablo o San Pedro sobre una misma cuestión, se habrían obtenido respuestas diversas ¡y entre los mismos Apóstoles, uno de loscuales era la Roca de Cristo para construir Su Iglesia!

En lo esencial se habría obtenido la misma respuesta, en lo contingente puede que no. Por eso no es solo preguntar, sino tomar consejo, como indica la virtud de la prudencia y es propio del cristiano que da la primacía a la gracia y no a la industria humana..

"Lo propio de la criatura racional es moverse a la acción a través de la indagación de la razón, y a esa indagación la llamamos consejo. En consecuencia, el Espíritu Santo mueve a la criatura racional por medio del consejo, y por eso está incluido entre los dones del Espíritu Santo." (Santo Tomás)

Y es que en los cristianos, aparte de ser una ayuda a la virtud que practican las criaturas racionales, el consejo es además un don del Espíritu Santo que Dios da a sus criaturas para moverlas al bien sobrenatural. Por eso es necesario no sólo el preguntar, sino el ser honestos ante Dios y fieles a su gracia en la vida interior y pedir a Dios el don de saber discernir lo bueno de lo malo. "Recibir de Dios el consejo sobre lo que debe hacerse en las cosas necesarias para la salvación es común a todos los santos." (Santo Tomás)

Rezar y meditar el Salmo 13 en la oración cuando nos angustia un problema, es un buen comienzo donde claramente se busca el consuelo para el alma que busca consejo en la misericordia de Dios. Compárenlo con lo que dice Santo Tomás: El consejo se ocupa propiamente de las cosas útiles para el fin. Por eso al consejo deben corresponder de modo especial las cosas más útiles para el fin. Entre ellas está la misericordia, a tenor de las palabras del Apóstol: La piedad es útil para todo (1 Tim 4,8). Por eso la bienaventuranza de la misericordia debe corresponder de manera especial al don de consejo, no como eficiente del mismo, sino como dirigente.

[mar azul]

Claro , claro , como yo soy catequista de adultos y me manejo con el Catecismo de la Iglesia Catolica , me llamo la atencion el comentario.

[Angy_29]

Preguntando a los que están formados y tomando consejo de ellos como ordena la virtud de la prudencia. Es sencillo y simple.

Gracias por el consejo señor Miles, me ha quedado claro como el agua.

[emiliogf]

En lo esencial se habría obtenido la misma respuesta, en lo contingente puede que no. Por eso no es solo preguntar, sino tomar consejo, como indica la virtud de la prudencia y es propio del cristiano que da la primacía a la gracia y no a la industria humana.. [/i]

¿Estás diciendo, Miles, que a la misma pregunta en medio de la disidencia, a San Pedro o a San Pablo, habría obtenido la misma respuesta en lo esencial pero distinta en "lo contingente" ¿Era "contingente" lo que empezó a predicar San Pedro, o afectaba a la integridad de la Fe? ¿Debían circuncidarse y seguir ritos judíos los que se convertían al cristianismo?

Disiento con la respuesta. Considero que habría tenido respuestas diversas.
Si hipotéticamente en el mundo no hubiese tentaciones, ni pecados, ni Pecado Original, así no fuese solamente para los católicos, podría aceptar la respuesta de que el Espiritu Santo iluminará siempre y otorgará el Don de Consejo a quien pregunta y a quien aconesja, además de un espectacular don de discernimiento, para que los laicos jamás se confundieran ni cometiesen pecado mortal ni venial alguno, es más, que ni defectos tendrían. Pero eso es una hipótesis que niega el Pecado Original y sus efectos, aun en los bautizados.

La realidad es muy otra: golpean a la puerta los miembros de una secta, comienza un diálogo y ellos vuelven reiteradamente al domicilio para conversar. Por ejemplo, dicen que Dios no es omnipresente, y pretenden sustentar esa idea de la secta con la misma Biblia. La persona lee la Biblia, y desde su razón asiente en algo lo que dicen los integrantes de la secta, y de ahí va aceptando cada vez más otros principios hasta caer completamente en sus redes.

O hay páginas de Internet en que gracias al juicio propio (que es un pecado) muchos incautos caen.

Y surge otro problema: ¿es un exobispo que llega a la presidencia de un país latinoamericano una autoridad para preguntarle? Teóricamente, por su cúmulo de conocimientos uno debe afirmar que al menos más que otros debe saber... y más tratándose de un exobispo...

¿Puede un Obispo contradecir a otro? En lo esencial no, se afirma. Pero en la realidad veo que hay disidencias en lo esencial, y no quiero dar ejemplos, que si hacen falta los busco y los pongo a disposición en tanto la moderación acepte la posibilidad. De lo contrario, basta con enumerar la simple hipótesis intelectual.

¿O acaso nadie sabe por qué se van muchos católicos a las sectas?

[mar azul]

Los verdaderos catolicos , aquellos que estan con DIOS y en DIOS formados correctamente no se van a ninguna secta , pueden tener crisis de fe , pero de ahi a irse con charlatanes hay mucha distancia .
Y los que estamos bien formados y eso no significa ser un teologos , debemos transmitir y formar , evangelizar y eso se hace poco , porque lleva tiempo que uno debe dedicar para trabajar para la Iglesia , para DIOS , para nuestros hermanos .
Guiados por tantos buenos sacerdotes que debemos destacar que hay y dejar de exagerar las noticias cuando alguno de ellos cae en falta .