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Buenas tardes estimados hermanos:

En las distintas charlas y reuniones de sacerdotes con sus fieles, se comenta que nadie nos puede o nos debe quitar la dignidad.

Reflexionando sobre este particular y meditando los Evangelios sobre la vida de Jesús, llego a la conclusión personal de que también Jesús defendía su dignidad como hombre HASTA QUE LE LLEGO EL MOMENTO de sufrir el Calvario.

Yo, a título particular, reconozco que intento también defender mi dignidad como persona, pero al no tener un discernimiento claro respecto de si el Señor quiere que me deje humillar o no, me entran dudas, hasta el punto de no saber si estoy pecando de orgullo. Como ejemplo particular, he estado haciendo un apostolado en la cárcel, y al no tener coche, hacía esfuerzos para irme en coche con el sacerdote que salía de su parroquia. Después de esperarle a que terminara su tarea, me dejaba "cerca" de mi casa para que me diera tiempo de almorzar con mi mujer. En la última ocasión, salimos más tarde de lo normal, me dice que me va a dejar en su parroquia porque él tiene prisa y no le importa mi situación. Esto resumido. Me he despedido cortésmente, no le ha importado mucho que digamos y estoy tranquilo. ¿Qué opináis? Gracias

Estimado en Cristo enriman:

Ofender la dignidad de la persona es algo muchísimo más profundo y complejo que no poder completarle un favor.
Para fines prácticos, es tratar a la persona como un objeto o un animal.
Poder ayudar menos a un amigo dejándolo en la parroquia en vez de más cerca de su casa porque tiene uno algún otro compromiso que atender difícilmente calificaría como algo así ¿no te parece?
Que el cambio de planes te haya causado un inconveniente y quizá hasta un altercado con tu esposa, se podría entender, pero definitivamente NO estamos hablando de una humillación u ofensa a la dignidad... de donde podríamos pensar que pudiera estar por ahí involucrado un orgullo al que le vendría bien fomentar un poco más la auténtica humildad ¿no crees?

Que Dios te bendiga.