por eduarod » Mar Feb 23, 2016 1:01 pm
Estimado en Cristo master123:
Es perfectamente legítimo buscar una vida sana y saludable en la que pueda uno servir a Dios en paz, y también lo es pedirle eso al Señor. Pero hay que recordar también que la verdadera salud y felicidad está en el entregarse a otros como Cristo se Entregó por nosotros, y que, en este mundo, ese camino del amor no está exento de sufrimientos y sacrificios.
Así pues, por supuesto que te recomiendo ser caritativo, pero también muy realista: pues si bien nadie está exento de cometer una verdadera tontería de vez en cuando, y aunque uno debe también responsabilizarse por las consecuencias de esos errores, también es bueno sentir en esas situaciones difíciles el apoyo de la mano amiga de los que nos quieren; por otra parte, tantos cambios de opinión y actitud en tan poco tiempo no es el signo típico que uno esperaría ver de una persona de convicciones profundas.
Al respecto recuerda también que el fin primario del Sagrado Matrimonio NO ES el fin unitivo, ya que, aún cuando el fin unitivo es un fin y un bien en sí mismo, en el Sagrado Matrimonio está esencialmente SUBORDINADO al fin procreador. En otras palabras y para que lo tengas bien claro: los esposos están llamados a establecer una unión firme y estable sostenida en su amor mutuo, pero esa la vocación a esa unión NO se agota en sí misma, sino, como TODA vocación cristiana, es un LLAMADO DE DIOS al SERVICIO DE LA VIDA. En el caso concreto de los esposos ese servicio a la vida se realiza a través de la procreación y educación de los hijos. La unión de los esposos SIRVE para ser reflejo del Amor Infinito de la Santísima Trinidad de modo que, por medio de esa unión, los hijos que Dios se sirva poner al cuidado de esa pareja (ya sea por procreación natural o por adopción) puedan reconocer en el amor y unión estables de sus padres el SIGNO del Amor Trinitario de Dios por el cual han sido creados. Y para que, en el cuidado que les proporcionan sus padres, los hijos puedan reconocer el SIGNO del Cuidado que Dios Mismo Tiene de ellos.
Es POR ESO, y no por un romanticismo idealista, que en el Sagrado Matrimonio lo último en lo que uno debe pensar es en sí mismo. Pero en lo que SI DEBE pensar uno, y CON TODA SERIEDAD, es en el bien que recibirán (o no) esos hijos para los cuales es que existe esa institución.
Que Dios te bendiga.