Buenas, vengo aquí porque estoy muy desesperado, no puedo controlarme a mí mismo y muchas veces pienso que lo mío no tiene solución y yo soy un condenado al Infierno en potencia. Verán, yo soy alguien muy orgulloso, soberbio, lujurioso, avaricioso, ¡homosexual! (eso sí, nunca he tenido relaciones, es sólo que estoy inclinado) y en fin, muchas cosas más, casi un demonio vaya. Y yo quiero ser humilde, puro, casto, heterosexual, en fin, quiero ser santo pero no puedo ¿por qué? porque de nacimiento soy lo que soy y no me puedo controlar, he rezado, he recibido Sacramentos, en fin, que me dan hasta ganas de saltar por la ventana y por fin encontrarme a Dios, porque aquí me siento abandonado por Él y quiero sentir su voz, no se qué hacer, me dicen siempre: "reza y se pasa", "habla con Dios", "ve a Misa", etc, pero desgraciadamente esto no es tan sencillo, tengo unos impulsos sexuales incontrolables, una maldad igual de incontrolable (por dentro, de pensamiento, no es que sea un tonto que se las anda criticando, maltratando o eso), vamos, que mi voluntad está en el pecado, y ahí está el problema, uno sólo peca si quiere, y yo quiero, pero no quiero, es decir, parece que tengo una voluntad mala que oprime todo el deseo de ser bueno, y por ello parece que ando "obligado" a pecar, parece que Dios me ha abandonado a la inmundicia como sale en las Escrituras. Cierto es que he tenido mis etapas de rezar mucho y eso, y entonces podía vencer mi mala voluntad, pero siempre acabo cayendo, y cada vez caigo más pronto y con tentaciones fortísimas, a veces me he puesto a rezar en la tentación, pero era tan tan fuerte que ninguna oración servía y caía, con su correspondiente arrepentimiento luego, porque después de la tentación es como que se me abren los ojos y me repugna lo que he hecho. Ahora estoy en una de esas etapas de mayor relación con Dios, pero hoy han vuelto esas tentaciones fuertes y mañana vendrá la fortísima (si no es mañana, pasado), lo se porque siempre pasa igual, parece como un plan organizado contra mí, me viene la tibieza, luego deseos malos, luego sueños impuros, luego tentaciones fuertes, luego empizo a perder la Fe y luego ya la traca final donde caigo, y después surgen dos caminos, uno en el que me arrepiento y vuelvo a la vida espiritual, y otro en el que me hundo en el pecado y caigo cada vez más bajo, gracias a Dios el primer camino es el que ando escogiendo en las últimas veces que he caído.
En fin, no escribo más porque esto me parece demasiado y me estoy liando hasta yo, querría saber vuestros consejos para que salga de este círculo vicioso que llevo recorriendo años, y agradecería sus oraciones.