Un año para fructificar
En el mes de Octubre tendrá el comienzo “El año de la fe” conforme lo ha señalado S.S. Benedicto XVI. Un año donde podremos actualizarnos tanto en nuestras convicciones como cristiano como en nuestros conocimientos, con lo que será una buena oportunidad para revisar y ajustar la educación de nuestra conciencia y de los valores morales que la iglesia nos enseña. Un año en el que podríamos encontrar nuevos caminos para intervenir en los ambientes de una sociedad empobrecida y carente de valores. Un año donde la luz de la Fe, será la guía de nuestros andar como hijos de Dios. Una oportunidad maravillosa para actualizarnos en nuestra formación, para repasar el contenido de nuestra fe, para exteriorizar al mandamiento del amor y llevar al mundo que nos rodea un mensaje de amor, de esperanza, con la palabra de Dios como guía y como objetivo.
El Santo Padre ha aconsejado varias maneras de vivir este año fortaleciendo nuestra formación y revisando nuestra vida como cristianos, señalando que seguir el camino que marca el CIC. Podría ser una de los tantos métodos de actualización y de formación. Muchos somos los que creemos saber lo suficiente de lo que CIC. nos enseña pero cuando tenemos una duda nuestra memoria es flaca y debemos recurrir a él para superar el momento, razones como estas sobran para inclinarnos a hacer una lectura pausada y medita del CIC. Poniendo énfasis en guardar todo ese rico contenido que la iglesia nos ofrece.
Muchos son los medios para enriquecernos en este año y muchas las necesidades de ponernos en marcha y mas son las necesidades de una sociedad que vive con los ojos cerrados a las perspectivas que Dios a puestos en sus manos. Por nuestro bien y por las necesidades espirituales de los que nos rodean es fundamental que hagamos el firme propósito de activar nuestra fe y muestra actitud de cristianos en un año como este. Los valores morales, la necesidad de vivir las bienaventuranzas y de anteponer a todo en mandamiento del amor, podría ser el objetivo del años que comenzamos. Que el Señor nos ilumine y nos sostenga en este caminar como hijos de Dios.