¿La gente con Fe está contenta con el mundo tal como es?

[david1982913]

He leido en un foro de internet que se dice que: la gente con fe está contenta del mundo tal como es.

Yo creo que es muy contradictorio. Porqué la falta de fe es precisamente lo que hace que el mundo sea como es. Si hubiera más fe y más espiritualidad el mundo sería muy diferente de como es actualmente. Sería un mundo mucho más justo, más libre, más igualitario, más pacífico, más espiritual,...

Si una persona está contenta con el mundo tal como es solo puede ser por tres motivos: o es una persona necia e ignorante no conoce o no entiende como es realmente el mundo; o es una persona muy mentirosa; o es una persona cruel, malvada e injusta.

¿Qué pensias vosotros? ¿Creeis que hay mucha gente que tiene fe que está contenta con el mundo tal como es? ¿Puede ser eso cierto? ¿Puede una persona con fe estar contenta con el mundo tal como es actualmente? Supongo que habría que precisar qué fe tiene estas personas, a qué religión pertenecen.

[tralalá]

¿Sabés lo que me parece estimado DAVID por no nombrarte con otro nick?

Me parece que te dispersás demasiado preguntando cosas que tienen algo que ver, por aquí y por allá.
Así resulta dificilísimo darte respuestas coherentes.
¿Me entendés?

[david1982913]

¿Sabés lo que me parece estimado DAVID por no nombrarte con otro nick?

Me parece que te dispersás demasiado preguntando cosas que tienen algo que ver, por aquí y por allá.
Así resulta dificilísimo darte respuestas coherentes.
¿Me entendés?

¿Lo que quieres decir es que soy monótono con mis temas? ¿Qué muchas de las cosas que escrivo están relacionadas?

¿Es esto?

Lo siento de verdad!! Es que hay temas que creo que son de gran importancia y me tienen muy inquieto, angustiado y desasosegado. Son cosas que claman al cielo. Me interesa mucho tratarlos a través de internet con gente de fe, pero la lástima es que no consigo encontrar a gente abierta y tolerante. Quizás me haya equivocado de foro. Quizás debería buscar contactos en cristianos de mi pais, donde quizás haya más tolerancia e ideas sociales más avanzadas. Pero es muy difícil encontrarlos. No conozco ningún foro de cristianos de mi pais.

¿Qué pensais del tema que he planteado? ¿Creeis que puede ser cierto?

[tralalá]

Pienso que es muy personal.
Tanto gente con fe como sin fe puede, desde diversas perspectivas, estar contenta o no, con el mundo.

[eduarod]

Estimado en Cristo david:

Matizando un poco el comentario de la hermana tralalá, lo que pasa es que por "el mundo" se pueden entender muchísimas cosas. E igualmente por "estar contento". Para comenzar, por "el mundo" se puede entender nuestro planeta, o nuestro universo, y todas las cosas bellas y portentosas que hay en el mismo. Por tanto, uno puede pensar que, el mundo en sí, es un lugar muy bello, de tal suerte que esté contento con el mundo en sí tal cual es, si bien piense tal vez que vale la pena trabajar por conservar esa belleza y crear condiciones que permitan a todos disfrutarla.
Asi mismo, y hablando ya del mundo no como lo que encontramos en la naturaleza, sino como nuestra sociedad, etc. alguien puede pensar que ciertamente tiene problemas y defectos, pero igualmente gente buena y generosa, de modo que, cuando se le pregunta "'¿te gusta el mundo tal cual es?", lo que entiende es si le gusta el mundo real en el que esa bondad existe y se puede manifestar, o si le gustaría fugarse en la imaginación a un mundo irreal, muy armónico, muy bonito, pero inexistente. Entonces alguien puede decir que está contento y prefiere vivir en el mundo real donde puede hacer cosas por los demás, que fugarse en la imaginación, o en una vida cómoda y despreocupada a otra realidad que ignora el sufrimiento del mundo real.
Por supuesto que también se puede entender la pregunta en el sentido en el que creo que la haces de si están de acuerdo que el mundo, tal como es, es decir, con sus sufrimientos e injusticias, es el mundo mejor que puede existir, o al menos un mundo tan bueno como se podría esperar de tal suerte que no hay necesidad de buscar un mundo mejor. A lo que, evidentemente, cualquier verdadero hombre de Fé no puede responder de manera afirmativa.

Pero el punto, respecto a la afirmación en si misma, es que entiendas que es importante entender el contexto en que originalmente se hizo la afirmación para poder entender si es algo como los primeros casos que cité, y que NO implica estar de acuerdo con la injusticia; o si se trata en realidad de una falsa afirmación o una falacia con la que ningún verdadero hombre de Fé podría estar de acuerdo.

En cualquier caso, y hablando más universalmente, NINGÚN verdadero hombre de Fé puede estar de acuerdo con que este es el mejor mundo que puede existir, o puede estar contento en el sentido de que este mundo está bien y no hay que buscar o hacer nada más. Pues debemos recordar que el cristiano vive como proyectado hacia adelante, sabiendo que este mundo, incluso el natural con todas sus bondades y portentos, no es sino algo transitorio y temporal, algo que pasará y que no es sino el débil reflejo de lo que el verdadero cristiano Espera por las promesas de Su Señor. Sabemos y Esperamos lo que ha de venir ante lo cual, todo lo que tiene y es este mundo, incluso lo mejor y más bello, es poca cosa. Sabemos, así mismo, que en este mundo el egoismo tiene un lugar para actuar (a veces muy amplio) y que eso redunda en sufrimientos e injusticias inaceptables ante los que los hijos de Dios simplemente no pueden cegarse o voltear la cara. Pero que en ese otro mundo que esperamos las cosas NO serán así, pues el egoismo no tendrá ya lugar. Y todo el que no lo entienda simplemente no podrá estar ahí.

Ahora bien, sin que eso signifique que el verdadero hombre de Fé acepte o esté de acuerdo en modo alguno con esa injusticia, el verdadero hombre de Fé SI PUEDE vivir contento en este mundo, NO ignorando el sufrimiento de los demás, por supuesto, sino porque tiene la conciencia y la esperanza clara de que esto NO ES lo definitivo, de que el odio y el egoismo de este mundo NO TIENEN la última palabra. Sino porque vive enteramente en la Esperanza y la Certeza de lo que ha de venir y la Alegría profunda que esa Esperanza produce. Para entender bien en qué sentido y de qué forma se dice esto y no confundirlo con una actitud de tibieza ante el dolor y la injusticia, creo que este testimonio que el Santo Padre Benedicto XVI nos ha transmitido mediante su Encíclica Spe Salvi servirá para aclarar muy bien las cosas:

37. Volvamos a nuestro tema. Podemos tratar de limitar el sufrimiento, luchar contra él, pero no podemos suprimirlo. Precisamente cuando los hombres, intentando evitar toda dolencia, tratan de alejarse de todo lo que podría significar aflicción, cuando quieren ahorrarse la fatiga y el dolor de la verdad, del amor y del bien, caen en una vida vacía en la que quizás ya no existe el dolor, pero en la que la oscura sensación de la falta de sentido y de la soledad es mucho mayor aún. Lo que cura al hombre no es esquivar el sufrimiento y huir ante el dolor, sino la capacidad de aceptar la tribulación, madurar en ella y encontrar en ella un sentido mediante la unión con Cristo, que ha sufrido con amor infinito. En este contexto, quisiera citar algunas frases de una carta del mártir vietnamita Pablo Le-Bao-Thin († 1857) en las que resalta esta transformación del sufrimiento mediante la fuerza de la esperanza que proviene de la fe. « Yo, Pablo, encarcelado por el nombre de Cristo, os quiero explicar las tribulaciones en que me veo sumergido cada día, para que, enfervorizados en el amor de Dios, alabéis conmigo al Señor, porque es eterna su misericordia (cf. Sal 136 [135]). Esta cárcel es un verdadero infierno: a los crueles suplicios de toda clase, como son grillos, cadenas de hierro y ataduras, hay que añadir el odio, las venganzas, las calumnias, palabras indecentes, peleas, actos perversos, juramentos injustos, maldiciones y, finalmente, angustias y tristeza. Pero Dios, que en otro tiempo libró a los tres jóvenes del horno de fuego, está siempre conmigo y me libra de las tribulaciones y las convierte en dulzura, porque es eterna su misericordia. En medio de estos tormentos, que aterrorizarían a cualquiera, por la gracia de Dios estoy lleno de gozo y alegría, porque no estoy solo, sino que Cristo está conmigo[...]. ¿Cómo resistir este espectáculo, viendo cada día cómo los emperadores, los mandarines y sus cortesanos blasfeman tu santo nombre, Señor, que te sientas sobre los querubines y serafines? (cf. Sal 80 [79],2). ¡Mira, tu cruz es pisoteada por los paganos! ¿Dónde está tu gloria? Al ver todo esto, prefiero, encendido en tu amor, morir descuartizado, en testimonio de tu amor. Muestra, Señor, tu poder, sálvame y dame tu apoyo, para que la fuerza se manifieste en mi debilidad y sea glorificada ante los gentiles [...]. Queridos hermanos al escuchar todo esto, llenos de alegría, tenéis que dar gracias incesantes a Dios, de quien procede todo bien; bendecid conmigo al Señor, porque es eterna su misericordia [...]. Os escribo todo esto para que se unan vuestra fe y la mía. En medio de esta tempestad echo el ancla hasta el trono de Dios, esperanza viva de mi corazón... »[28]. Ésta es una carta « desde el infierno ». Se expresa todo el horror de un campo de concentración en el cual, a los tormentos por parte de los tiranos, se añade el desencadenarse del mal en las víctimas mismas que, de este modo, se convierten incluso en nuevos instrumentos de la crueldad de los torturadores. Es una carta desde el « infierno », pero en ella se hace realidad la exclamación del Salmo: « Si escalo el cielo, allí estás tú; si me acuesto en el abismo, allí te encuentro... Si digo: ‘‘Que al menos la tiniebla me encubra ...'', ni la tiniebla es oscura para ti, la noche es clara como el día » (Sal 139 [138] 8-12; cf. Sal 23[22], 4). Cristo ha descendido al « infierno » y así está cerca de quien ha sido arrojado allí, transformando por medio de Él las tinieblas en luz. El sufrimiento y los tormentos son terribles y casi insoportables. Sin embargo, ha surgido la estrella de la esperanza, el ancla del corazón llega hasta el trono de Dios. No se desata el mal en el hombre, sino que vence la luz: el sufrimiento –sin dejar de ser sufrimiento– se convierte a pesar de todo en canto de alabanza.
CARTA ENCÍCLICA SPE SALVI
DEL SUMO PONTÍFICE BENEDICTO XVI
SOBRE LA ESPERANZA CRISTIANA

Que Dios te bendiga.

[tralalá]

"'¿te gusta el mundo tal cual es?", lo que entiende es si le gusta el mundo real en el que esa bondad existe y se puede manifestar, o si le gustaría fugarse en la imaginación a un mundo irreal, muy armónico, muy bonito, pero inexistente.
Que Dios te bendiga.

Pues una vez le pregunté a papá porque nos veía tan pero, tan poco.
Respondió que nos quería mucho pero, prefería pensarnos en su imaginación, que vernos.
Me resultó doloroso. Lo peor es que soy también bastante así, de evadirme de la realidad.
A veces al mundo no lo veo más allá que mi propia familia o el foro. Tralalá