La moral del vago
Somos muchos y nos negamos a ver nuestro pecado. En cada momento de nuestra vida nos enfrentamos ante la necesidad de tomar una acción y llevar adelante una gestión que la lógica nos pide, pero son tantas las veces que controlamos nuestra conciencia pensado que todo seguirá igual si dejamos esta obligación para otro o para más adelante. En ese momento de pereza y quietud ponemos en marcha toda nuestra falta de moral en una actitud de decidía, de irresponsabilidad, de ocio, inmoralidad.
Recordemos que el Señor nos ha dado gratuitamente todo lo que somos y en especial nuestra capacidad motora iluminada por la conciencia y el mandamiento del amor. Ese mandamiento que nos obliga a amar la vida, las cosas y las obligaciones que se cruzan en nuestro camino. Dejar de lado una obligación es inmoral y en ello ofendemos a Dios y desobedecemos el mandamiento del amor.
Eduquemos nuestra conciencia de manera que sea capaz de vencer siempre la pereza y estar dispuestos siempre a servir, con amor, con alegría, y en paz.