¿Se puede vivir en santidad después de pecar?

[Mar creciendo]

Mi vida afectiva ha sido díficil, en mi infancia no hubo una figura paterna, mi sueño simpre fue tener una verdadera familia
y cuando crecí me enamore de un hombre el cual me traicionó y se casó con otra mujer, lo cual me destruyo, tarde años en depresión, yo cambié mucho, me amargué, tenía poca edad, me distancie de Dios, ya que no entendía que si yo no había "actuado mal" porque me pasaba eso que tanto le dolía a mi alma.
Apareció otro hombre el cual me trataba mal, pero yo estaba "perdida en mi misma", ya no era yo, aun no habia podido recuperarme.
Sin embargo me aferré a él, de una forma patológica, hacía mucho por que no se alejara de mi, pasando sobre mi misma, hasta que hubo un embarazo y no se quiso casar conmigo, aún cuando decia que "me quería". Yo tenía mucho miedo, no sabía que iba a hacer sola, no tenía forma de mantener al niño, yo quería darle un padre porque creo muy importante educar a un niño en matrimonio, pero ya no estaba en mis manos, y yo había provocado la situación al no estar casada y mantener relaciones, acepto mi responsabilidad y me arrepiento.
Y aunque nunca fue mi intención dañarlo, el miedo, la presión, la desilusión de ver que solo fui usada por el hombre que yo quería, el coraje y la desesperanza me hizo tomar una desición aún más equivocada, que fue el aborto, apenas eran días de embarazo, sin embargo cometí ese grave error.

Entré en una tristeza honda, pero el señor Dios me busco, me arrepiento mucho, hoy sé que no iba a estar sola con mi hijo, porque Dios estaría conmigo, pero eso lo sé ahora que ya pequé.

Tengo deseos de ayudar, hoy estoy a favor de la vida, ahora entiendo que la Castidad es un regalo inmenso que Dios nos da y las mujeres debemos tener dignidad de cuidarla.
Hoy sé que seguir sus mandamientos es lo que todo ser humano debería hacer. Vivir en obediciencia a Cristo y amarlo y adorarlo cada momento de la vida, creo que para eso fuimos creados.
Cuanto dolor nos ahorraríamos si fueramos obedientos a nuestro Creador.

Yo me he prometido vivir cumpliendo sus mandamientos, y deseo vivir en santidad, pienso que a Maria Magdalena se le dio una nueva oportunidad, y yo deseo seguir su ejemplo, me gustaría en mis sueños llegar a ser santa, pero no sé si estoy muy mancahada para eso.

Me gustaria si alguien me pudiera responder

1.- ¿Cómo puedo purificar mi alma?
2.- ¿Cómo puedo remediar mi mala acción? Sé que mi acción es irreparable, pero cómo podría rendirle un tributo de mi arrepentimiento al niño.
3.- ¿Aún aspiro a vivir en santidad? ¿Puedo compararme con Maria Magdalena,en cuestión de pecado, aun cuando los pecados son diferentes?
4.- ¿Cómo puedo superar la gran tristeza?

[javier-reyes-ruiz]

Hermana.

Primero que nada, debo decirte que: No estas sola, habemos muchos tratando de ser santos despues de caer horrorosamente en pecados. Que tu dolor es parte de la Purificacion de tu alma. El dolor que causa el pecado es hondo, terrible. Pero nada puede apartarnos del Amor de Dios, NADA! Y que estes compartiendo tu testimonio es prueba de ello, pues has cambiado. Mi primer consejo, busca un Sacerdote, recoge tu vida en una oracion, y ve a confesarte, confiesa todo, desde lo mas grande hasta lo que parezca minimo, pues la confesion arrepentida limpia y prepara el Alma.

Cuando yo regrese al Camino que mi Padre me indico, encontre esta oracion, un salmo del Rey David, que escribio justo despues de darse cuenta del pecado que cometio: http://biblia.catholic.net/home.php?opt ... ulo&id=853 ... Y creo que ese es el primer paso, reconocer el error, y pedir perdon.

Despues de esto, trabajar en Oracion. La oracion nos fortalece, por medio de ella nos volvemos mejores hombres y mujeres, por que nos acercamos a Dios. Marcos 14: 38 : "...Estén despiertos y oren para no caer en la tentación; pues el espíritu es animoso, pero la carne es débil..." Es mas, debemos orar tanto, con tanta pasion, hasta volvernos orantes, que nuestra vida entera sea un canto de alabanza a nuestro Padre.

Comulga, toma la comunion cada vez que puedas, como me dijo mi confesor, haz obras de caridad, no para tratar de reparar el daño que hiciste, sino para demostrarte, que ya no eres aquel /aquella, que cometio esos errores, pues has nacido de nuevo por el Espiritu.

En tanto a pecados, te recuerdo una hermosa parte del Evangelio: Juan 8: 3-11

03 Los escribas y los fariseos le trajeron a una mujer que había sido sorprendida en adulterio y, poniéndola en medio de todos,
04 dijeron a Jesús: «Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio.
05 Moisés, en la Ley, nos ordenó apedrear a esta clase de mujeres. Y tú, ¿qué dices?».
06 Decían esto para ponerlo a prueba, a fin de poder acusarlo. Pero Jesús, inclinándose, comenzó a escribir en el suelo con el dedo.
07 Como insistían, se enderezó y les dijo: «El que no tenga pecado, que arroje la primera piedra».
08 E inclinándose nuevamente, siguió escribiendo en el suelo.
09 Al oír estas palabras, todos se retiraron, uno tras otro, comenzando por los más ancianos. Jesús quedó solo con la mujer, que permanecía allí,
10 e incorporándose, le preguntó: «Mujer, ¿dónde están tus acusadores? ¿Alguien te ha condenado?».
11 Ella le respondió: «Nadie, Señor». «Yo tampoco te condeno, le dijo Jesús. Vete, no peques más en adelante».


Esta parte siempre me conmueve, nada mas que con la ternura que Jesus trata a los pecadores, debemos entender que la Ofensa que esta mujer cometio fue nada menos que a El, pues el pecado es una ofensa a Dios, contrariando lo que nos pide hacer. Y nada menos que el Creador del Universo, la verdad del mundo, le dice: "Yo tampoco te condeno..." Eso, es el Amor que sana tooooodas las heridas, todas y cada una.

Despues, de todo, siempre nos queda la tisteza, yo todavia tengo ataques de tristeza cuando recuerdo lo que pase, lo que hice, cuando paso por lugares que me recuerdan mi vieja vida, cuando pienso que mi pecado puede perseguirme y vencerme. Es en estos momentos, cuando le digo a mi Padre: "Ven y consuelame, que sin vos, no soy nadie."

Y recuerdo este pasaje que me da fuerzas: Romanos, 8. v37


¿Quién podrá entonces separarnos del amor de Cristo? ¿Las tribulaciones, las angustias, la persecución, el hambre, la desnudez, los peligros, la espada?
36 Como dice la Escritura: Por tu causa somos entregados continuamente a la muerte; se nos considera como a ovejas destinadas al matadero.
37 Pero en todo esto obtenemos una amplia victoria, gracias a aquel que nos amó.
38 Porque tengo la certeza de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los principados, ni lo presente ni lo futuro, ni los poderes espirituales,
39 ni lo alto ni lo profundo, ni ninguna otra criatura podrá separarnos jamás del amor de Dios, manifestado en Cristo Jesús, nuestro Señor.

Y este Salmo, Salmo 91: http://biblia.catholic.net/home.php?opt ... ulo&id=991

Y solo me resta, decirte que, Dios siempre sale al encuentro de sus hijos que regresan, sus hijos prodigos, sus ovejas perdidas, El que es el Padre, el Buen Pastor, El, que te ama tanto. Y que hoy te dice: "Soy yo, no tengas miedo." "Ve y no peques mas."

Todas la Bendiciones para vos. Exitos. Animo. Fuerza.

Abrazos en Cristo Jesus.

[Mar creciendo]

Hermano cuando leí tu respuesta, lo primero que me paso es que me solté a llorar, creo que a los dos nos tocó Dios. Que maravilloso es el Señor Nuestro Dios, tan infinitamente amoroso, que va en busca de sus ovejas, porque es el buen pastor. Nos tocó nuestro corazón, haciendo un corazón que lo ame, es curioso que el pecado nos ha llevado a amarlo tanto. Tan maravilloso es Dios que de las peores acciones humanas puede hacer cosas maravillosas.

Me parece muy bonito cuando dices que recoja mi vida en una oración, es lo único que me mantiene, porque el pecado es más grande que mis fuerzas y solo la oración me mantiene. Y todos tus consejos los tomaré en cuenta, la oración que me proporcionas es muy reconfortante.

Aveces como tú siento que me puede ganar la tristeza, el pecado atormenta mi alma, se acaban mis fuerzas y a mi alma se mete una tristeza inmensa, por mi pecado y la soledad, solo Dios me puede rescatar, y solo la Virgen me puede amparar, me da gusto saber que aunque hemos llevado una vida que no nos orgullece estamos tratando de sobreponernos al pecado.

Cuenta conmigo por si en algún momento te sientes mal, me puedes escribir y asi apoyarnos.

Me resta decir que confiemos en la Misericordia de Dios, no se tú, pero es muy bella la corona de la Divina Misericordia.

Te comparto una oración que quizá conozcas:

ORACIÓN DE SAN IGNACIO

Alma de Cristo, santíficame.
Cuerpo de Cristo, sálvame.
Sangre de Cristo, embriágame.
Agua del costado de Cristo, lávame.
Pasión de Cristo, confórtame.
Oh buen Jesús, óyeme.
Dentro de tus llagas, escóndeme.
No permitas que me aparte de ti.
Del maligno enemigo defiéndeme.
En la hora de mi muerte, llámame
y mándame ir a ti
para que con tus santos te alabe
por los siglos de los siglos. Amén

Dios te bendiga.

[eagleheart]

Siempre que respires, puedes llegar a la Santidad, como varios Santos que en algún momento llevaron vida de pecadores. Te recomiendo este libro, si lo puedes conseguir:

http://www.casadellibro.com/libro-los-d ... 668/286621

Salu2. Paz y Bien.

[javier-reyes-ruiz]

Hermana.

Me alegra saber que las palabras que el Espíritu me inspiro te sirven.
Gracias por tu ofrecimiento. Y te recuerdo una vez mas: ANIMO, mi confesor me dice: Alegría hombre, que la tristeza deja entrar el pecado en el corazón de los hombres.
FUERZA, VALOR que no se nos dio un Espíritu de cobardía, sino de valentía.

Estaremos en contacto.

Abrazos.

[DRB]

Yo creo que si hay arrepentimiento, humildad, fe y amor a Dios se puede purificar el almas de todos los pecados y vivir en santidad. La santidad es precisamente la capacidad sentir un arrepentimiento, una humildad, una fe y un amor a Dios tan grandes, intensos, profundos y ardientes que todas los pecados, impurezas y suciedades de nuestra alma nos sean eliminados. La santidad es la capacidad de acercarse tanto a Dios que todos los pecados que nuestro cuerpo nos haya podido hacer cometer nos sean perdonados y eliminados.

Voy a planetar otras preguntas parecidas:

¿Se puede pecar después de conseguir vivir en santidad? ¿Es la santidad una protección segura contra el pecado?
¿Qué nivel de santidad es necesaria para vivir sin pecados ni perturbaciones de ningún tipo?

[Mar creciendo]

Eagleheart: Gracias por la recomendación del libro, ya leí la reseña, es decir que aunque hayas cometido un pecado mortal queda la oportunidad de ser santo?
Es decir que cuando se hace la Confesión de un pecado mortal, éste queda borrado totalmente? Yo pensé que quedaba la mancha de las consecuencias del pecado y que eso impedía llegar a ser santo.

Javier: Tienes razon en lo que dices, gracias de nuevo, seguimos en contacto, que estés muy bien.

[Mar creciendo]

DRB:

Respecto a las preguntas que planteaste:
¿Se puede pecar después de conseguir vivir en santidad? ¿Es la santidad una protección segura contra el pecado?
¿Qué nivel de santidad es necesaria para vivir sin pecados ni perturbaciones de ningún tipo?

Yo pienso que al tener la voluntad dispuesta a vivir en santidad, es más díficil que dejes entrar el pecado a tu vida, sin embargo, creo que las tentaciones pueden ser mayores, porque el enemigo estará dispuesto a tratar de impedir el rumbo.

La verdad es que sería bueno que alguien más contestará a estas preguntas con mayor conocimiento del tema.

[maria bravo]

Hola Mar Creciendo

Cuando confesamos un pecado alcanzamos la misericordia de Dios y el perdón por el pecado, pero es importante repararlo, la reparación puede hacerse con oraciones, sacrificios, limosnas. Yo creo que una gran manera de reparar ese pecado y también de sanarte (además de la oración y la vida de gracia, que son la fuente y el fundamento de nuestra vida) puede ser colaborar en una institución que atienda a mujeres que tienen intenciones de abortar dándoles acompañamiento, apoyo y orientación para que puedan tener a sus hijitos.

Tu experiencia es dolorosa pero puede ser muy valiosa para muchas mujeres, la mayoría de ellas jovencitas, que están pasando por esa crisis de abandono y soledad con un embarazo inesperado. Yo creo que si trabajaras compartiendo tu experiencia con ellas y salvando la vida de esos pequeñitos encontrarías la paz y la reparación, y lograrías perdonarte a tí misma, también harías algo maravilloso por esas mujeres que en el momento no encuentran salida y cren que con un aborto solucionarían algunos de sus problemas.

Saludos

[maria bravo]

Te recomiendo que leas la vida de Bernard Nathanson para que veas qué grande y maravillosa es la misericordia de Dios

http://www.aciprensa.com/aborto/nathanson.htm

Bernard Nathanson fue un médico abortista arrepentido de su pasado y converso al catolicismo, se presentaba a sí mismo como "un asesino de masas". "Soy el responsable de la muerte de 75.000 niños inocentes". Desarrolló una intensa actividad, dictando conferencias, celebrando encuentros con políticos y gobernantes de todo el país, presionándoles para lograr que fuese ampliada la ley del aborto.

Llegó incluso a abortar a su propio hijo. "A mitad de los sesenta dejé encinta a una mujer que me quería mucho". (...) Ella quería seguir adelante con el embarazo pero él se negó. " Ella no quería abortar pero yo la persuadí. Puesto que yo era uno de los expertos en el tema, yo mismo realizaría el aborto, le expliqué. Y así lo hice"."Quería el mejor abortista, y ése era yo: lo hice y así ejecuté a mi propio hijo, fríamente, sin sentimiento, otro procedimiento quirúrgico más para mí".

A la llegada de los ultrasonidos pudo ver en qué consistía en realidad el aborto y dejó de practicarlos, declaró que el aborto era terminar con una vida humana. Las críticas en su contra y amenazas que sufrió fueron muchas, pero a partir de ese momento se convirtió en un gran luchador por la vida.

Llegó a declarar: "A principios de los 80 yo tenía dinero, propiedades, bodegas, tres matrimonios fracasados, un hijo trastornado y 75.000 víctimas. Negaba que hubiese otra vida, pero sabía que la había. Deprimido, pensaba en el suicidio."

Finalmente alcanzó la paz al encontrarse con Cristo y se bautizó. Su testimonio ha sido una luz de esperanza y una muestra del amor y la misericordia de Dios

Saludos

[javier-reyes-ruiz]

Hermana Mia...

La Misericordia de Dios es infinita:

Colosenses 2: 13-14:

13 Ustedes estaban muertos a causa de sus pecados y de la incircuncisión de su carne, pero Cristo los hizo revivir con él, perdonando todas nuestras faltas.
14 El canceló el acta de condenación que nos era contraria, con todas sus cláusulas, y la hizo desaparecer clavándola en la cruz.

A partir de Ahi! nace la oportunidad de Ser Santos, es por Gracia que somos salvos, no por merecimiento.

Abrazos!

[Mar creciendo]

Hola MARIA BRAVO:

Te agradezco por tomarte el tiempo para ayudarme con tus comentarios. Tienes razón creo que la reparación es indispensable, y estoy dispuesta a ayudar a mujeres en las condiciones que yo estuve, también creo que la mujer es la que más lleva el peso de la responsabilidad cuando hay más involucrados y eso daña más.
Creo en la misericordia de Dios, sé que el perdona, el problema es que yo no me he podido perdonar, desearía no haber hecho lo que hice, las circunstancias en las que se vive en esos momentos influyen en una mala desición.
No imagino lo que el dr debió haber sentido,y sufrido, yo solo lo hice una vez y ha sido terrible.
De nuevo muchas gracias, espero algún día poder superarlo.

[Mar creciendo]

Javier:
De nuevo tienes razón, jajaja, todo se debe a la gracia de Dios, sino no se que hariamos los pecadores, es bueno tener la esperanza.

[eduarod]

Estimada en Cristo Mar Creciendo:

Desde luego que es posible ser santo después de ser pecador; de hecho, algunos de los más grandes santos de la Iglesia (me refiero a santos de la talla de San Agustín o San Francisco, y bueno, ya tú misma citaste a Santa María Magdalena) antes de su conversión fueron GRANDES pecadores; vamos, para que te des idea, San Agustín que es uno de los más grandes obispos, teólogos, considerado Padre y Doctor de la Iglesia; en su juventud se metía hasta con mujeres casadas, y tuvo un hijo (Adeodato) con una mujer en una unión ilegítima... hijo que, curiosamente, luego se convirtió y se bautizó junto con él.
En fin, como puedes ver, una vida de pecado en nada interfiere con alcanzar los más altos grados de santidad. En realidad puede ser justamente lo contrario:

Un fariseo invitó a Jesús a comer con él. Jesús entró en la casa y se sentó a la mesa.
Entonces una mujer pecadora que vivía en la ciudad, al enterarse de que Jesús estaba comiendo en casa del fariseo, se presentó con un frasco de perfume.
Y colocándose detrás de él, se puso a llorar a sus pies y comenzó a bañarlos con sus lágrimas; los secaba con sus cabellos, los cubría de besos y los ungía con perfume.
Al ver esto, el fariseo que lo había invitado pensó: «Si este hombre fuera profeta, sabría quién es la mujer que lo toca y lo que ella es: ¡una pecadora!»
Pero Jesús le dijo: «Simón, tengo algo que decirte». «Di, Maestro!, respondió él.
«Un prestamista tenía dos deudores: uno le debía quinientos denarios, el otro cincuenta.
Como no tenían con qué pagar, perdonó a ambos la deuda. ¿Cuál de los dos amará más?».
Simón contestó: «Pienso que aquel a quien perdonó más». Jesús le dijo: «Has juzgado bien».
Y volviéndose hacia la mujer, dijo de Simón: «¿Ves a esta mujer? Entré en tu casa y tú no derramaste agua sobre mis pies; en cambio, ella los bañó con sus lágrimas y los secó con sus cabellos.
Tú no me besaste; ella, en cambio, desde que entré, no cesó de besar mis pies.
Tú no ungiste mi cabeza; ella derramó perfume sobre mis pies.
Por eso te digo que sus pecados, sus numerosos pecados, le han sido perdonados porque ha demostrado mucho amor. Pero aquel a quien se le perdona poco, demuestra poco amor».
Después dijo a la mujer: «Tus pecados te son perdonados».
Los invitados pensaron: «¿Quién es este hombre, que llega hasta perdonar los pecados?».
Pero Jesús dijo a la mujer: «Tu fe te ha salvado, vete en paz».
San Lucas 7, 36-50

Como puedes ver, al que mucho se le perdona, mucho ama. Y a ti Dios te ha perdonado mucho, por consiguiente, lejos de estar marcada para siempre con un sello de ignominia que te impida ser santa, al igual que San Agustín estás más bien en posición de amar mucho a Quien tanto te ha perdonado, y, por consiguiente, en posición de alcanzar la más alta santidad.

Ahora bien, es comprensible que te angustie en particular el caso de tu chiquito, y todo lo que eso representa, sabiendo esto, el Beato Juan Pablo II con profundo amor paterno, dedicó especialmente estas palabras a las mujeres que se encuentran en tu situación:

Una reflexión especial quisiera tener para vosotras, mujeres que habéis recurrido al aborto. La Iglesia sabe cuántos condicionamientos pueden haber influido en vuestra decisión, y no duda de que en muchos casos se ha tratado de una decisión dolorosa e incluso dramática. Probablemente la herida aún no ha cicatrizado en vuestro interior. Es verdad que lo sucedido fue y sigue siendo profundamente injusto. Sin embargo, no os dejéis vencer por el desánimo y no abandonéis la esperanza. Antes bien, comprended lo ocurrido e interpretadlo en su verdad. Si aún no lo habéis hecho, abríos con humildad y confianza al arrepentimiento: el Padre de toda misericordia os espera para ofreceros su perdón y su paz en el sacramento de la Reconciliación. Podéis confiar con esperanza a vuestro hijo a este mismo Padre y a su misericordia. Ayudadas por el consejo y la cercanía de personas amigas y competentes, podréis estar con vuestro doloroso testimonio entre los defensores más elocuentes del derecho de todos a la vida. Por medio de vuestro compromiso por la vida, coronado eventualmente con el nacimiento de nuevas criaturas y expresado con la acogida y la atención hacia quien está más necesitado de cercanía, seréis artífices de un nuevo modo de mirar la vida del hombre.
Ioannes Paulus PP. II
Evangelium vitae
sobre el Valor y el Caracter Inviolable de la Vida Humana

Como puedes ver, en la Cruz de Cristo NADA se pierde realmente, y por eso para los que se aferran a Ella, NADA se pierde irremediablemente o para siempre; esa es la Grandeza y el Inestimable Don de esa Cruz, en Ella TODO tiene una solución ETERNA, en Ella renace la Esperanza; por eso esa Cruz es nuestra Victoria, y por eso los cristianos nos identificamos con Ella y la usamos como nuestro símbolo.
El mundo no lo entiende y no falta quien considera una actitud enferma y morbosa la de identificarse con lo que era en realidad un instrumento de tortura y muerte; pero para el que ha sentido el Perdón que Dios nos ha regalado en esa Cruz, no queda otra opción sino aferrarse a Ella y abrazarla con todo el amor que el corazón sea capaz de dar.

Que Dios te bendiga.

[eduarod]

Estimada en Cristo Mar creciendo:

Bueno, ya en los mensajes anteriores de un servidor y de otros hermanos se han venido respondiendo las preguntas que hiciste, pero aún así es bueno puntualizar las respuestas:

...
Me gustaria si alguien me pudiera responder

1.- ¿Cómo puedo purificar mi alma?

Antes que nada, con la Confesión Sacramental si no la has realizado aún. Y bueno, luego, respondiendo con amor agradecido el Amor que Dios te ha dado en el Perdón que te fue regalado en la Cruz:

Difícilmente se encuentra alguien que dé su vida por un hombre justo; tal vez alguno sea capaz de morir por un bienhechor.
Pero la prueba de que Dios nos ama es que Cristo murió por nosotros cuando todavía éramos pecadores
Romanos 5, 7-8

Ahora bien:

2.- ¿Cómo puedo remediar mi mala acción? Sé que mi acción es irreparable, pero cómo podría rendirle un tributo de mi arrepentimiento al niño.

Y claro, a Jesús, que es Dios, no hay nada que le puedas dar que no tenga ya Él, por eso Él mismo ha querido recibir lo que puedas dar en la persona de los que tienen menos que tú, porque Él también les ama a ellos y quiere resolver sus problemas por medio de ti:

Entonces el Rey dirá a los que tenga a su derecha: "Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo, porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron; desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver".
Los justos le responderán: "Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; sediento, y te dimos de beber?
¿Cuándo te vimos de paso, y te alojamos; desnudo, y te vestimos?
¿Cuándo te vimos enfermo o preso, y fuimos a verte?".
Y el Rey les responderá: "Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo".
San Mateo 25, 34-40

Si, Jesús también está esperando tu ayuda en esas mujeres que se encuentran en situaciones difíciles como las que tú tuviste, y es así que, como te lo dijo la hermana María Bravo y el Beato Juan Pablo II en su texto especialmente dirigido a tí te recomendó, tú puedes agradecer mucho a Jesús.

Ahora bien, recuerda que en la Cruz de Cristo NADA está perdido, como te dijo también el Santo Padre, abandona y confía a tu chiquito a la Infinita Misericordia de Dios, y en Él lo que sucedió NO ES IRREPARABLE, pues Dios puede arreglar las cosas de forma mucho más grandiosa de lo que los humanos podemos hacer o esperar en este mundo.
Espera pues en Dios que tu hijo podrá estar esperándote en la Vida Eterna, la Vida Verdadera, feliz de tu conversión, feliz del amor que en Dios mismo le estarás dando todo este tiempo, feliz del Amor de Dios que con tu amor reflejarás hacia otros, feliz de poder compartir contigo el Amor de Dios para siempre.

3.- ¿Aún aspiro a vivir en santidad? ¿Puedo compararme con Maria Magdalena,en cuestión de pecado, aun cuando los pecados son diferentes?

Si, ya vimos que lo que importa no es la naturaleza del pecado, sino el Amor y el Perdón de Dios, y el agradecimiento con el que la persona perdonada se vuelca en amor hacia Dios y hacia aquellos que aún necesitan recibir ese mismo Amor.

4.- ¿Cómo puedo superar la gran tristeza?

Espero que todo lo anterior te haya ayudado en eso.

Que Dios te bendiga.

[eduarod]

Estimado en Cristo DRB:

Sobre tus preguntas:

...

Voy a planetar otras preguntas parecidas:

¿Se puede pecar después de conseguir vivir en santidad?

SI, si se puede. Evidentemente NO ES COMÚN, pero SI se puede. En tanto estemos en este mundo, no tenemos nada asegurado, por lo que, como lo recomienda el Evangelio, SIEMPRE debemos velar.
Incluso la sabiduría popular tiene un refrán al respecto: "El que de santo cae, hasta demonio no para". Lo que quiere decir que si hemos alcanzado un alto grado de perfección espiritual, y nos descuidamos, y por vanidad (que puede surgir por auto-considerarse muy santo y bueno) o por otra razón nos dejamos tentar y caemos en pecado, entonces suele ocurrir que la persona "pierda completamente la brújula", pierda el sentido de todo lo bueno que venía haciendo, y, por el contrario, comience a sentirse alienado u oprimido por la vida "de restricciones" que tenía, de modo que tal persona tiende a abandonar completamente todo lo que antes la motivava, no siendo raro que abandone la Fé e incluso caiga en un insensato ateismo.

¿Es la santidad una protección segura contra el pecado?

Pues de la pregunta anterior es claro que no es un protección infalible. Pero, si se considera la auténtica santidad en su verdadera naturaleza, que no se circunscribe a hacer actos buenos con heroismo, sino que consiste, sobre todo, en responder con agradecimiento al Amor de Dios que se entregó por nosotros entregándose igualmente a Él en el amor, pues entonces es claro que el que ama NO abandonará fácilmente al Ser amado. En ese sentido la santidad SI es una cierta protección bastante efectiva contra el pecado, pero NO, insisto, es una protección segura o infalible. Lo que pasa es que el corazón humano herido por el pecado es voluble, y así, justo como hay personas que se casan con otras amándolas de verdad, pero luego, por egoismo u otras razones similares, dejan de amar a esa otra persona por que su amor interfiere con el amor egoista que se quieren tener, así también el que se enamora de Dios puede dar un vuelco y de pronto encontrar demasiado "estorboso" ese amor que no le deja auto-satisfacerse tanto como quisiera. Y entonces esa persona abandonará todo lo que antes amaba y podrá caer en la más inmunda miseria. Es por ello que, con la Gracia de Dios, debemos velar especialmente contra toda tentación que nos quiera mover a vanidad, soberbia, egoismo y vanagloria.

¿Qué nivel de santidad es necesaria para vivir sin pecados ni perturbaciones de ningún tipo?

Eso no es posible en este mundo (salvo que uno fuera Jesús o la Santísima Virgen, pero ellos ya están en el Cielo y nosotros no somos ellos, sino humildes pecadores). Recordemos el caso de San Pablo:

Conozco a un discípulo de Cristo que hace catorce años –no sé si con el cuerpo o fuera de él, ¡Dios lo sabe!– fue arrebatado al tercer cielo.
Y sé que este hombre –no sé si con el cuerpo o fuera de él, ¡Dios lo sabe!– fue arrebatado al paraíso, y oyó palabras inefables que el hombre es incapaz de repetir.
De ese hombre podría jactarme, pero en cuanto a mí, sólo me glorío de mis debilidades.
Si quisiera gloriarme, no sería un necio, porque diría la verdad; pero me abstengo de hacerlo, para que nadie se forme de mí una idea superior a lo que ve o me oye decir.
Y para que la grandeza de las revelaciones no me envanezca, tengo una espina clavada en mi carne, un ángel de Satanás que me hiere.
Tres veces pedí al Señor que me librara, pero él me respondió: «Te basta mi gracia, porque mi poder triunfa en la debilidad». Más bien, me gloriaré de todo corazón en mi debilidad, para que resida en mí el poder de Cristo.
Por eso, me complazco en mis debilidades, en los oprobios, en las privaciones, en las persecuciones y en las angustias soportadas por amor de Cristo; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte.
II Corintios 12, 2-10

Que Dios te bendiga

[Mar creciendo]

HERMANO EN CRISTO EDUARDO:

Estoy muy agradecida por tus respuestas, que he releído, porque hay mucho que guardar en el corazón, porque realmente me has hecho comprender de una forma muy clara y precisa y se queda en mi alma.
La forma en como puntualizaste las preguntas con claros ejemplos me ha hecho entender y sentir mucha esperanza.

Tienes razón, sé que Dios me ha perdonado mucho,y mi vida no alcanzaría para demostrarle mi gratitud, en verdad deseo poder ser un buen instrumento de ayuda a los más necesitados por el sufrimiento.

Es de mucho consuelo que me compartas que en la Cruz de Cristo nada está perdido, y que todo tiene solución eterna. Deseo con toda mi alma que el niño esté bien, sé que no hay mejor lugar que con Dios, solo espero que algún día pueda decirle a mi hijo, mi amor por él , demostrarle mi arrepentimiento y perdirle perdón por esa desición de mi pasado que cambió todo, y alejo lo que mas amaba y que ahora me doy cuenta.

Es muy doloroso, pero entender que hay un camino de esperanza para vivir en santidad es un gran consuelo.
Sé que tendré que aprender a vivir con esto y solo Jesús me puede ayudar a seguir, porque ya todo lo veo muy distinto, hoy pienso muy diferente a antes de ésta desición tan triste, y como lo veo hoy, el quitarle una oportunidad de nada menos que la vida, es un sufrimiento que me destroza. Pero sé que tengo que levantarme para cumplir un buen próposito.

Las respuestas que das a DRB, me parecen muy enriquecedoras, y espero que pueda servir para motivar a alguien más a aspirar a la Santidad.

Dios te acompañe siempre!

[javier-reyes-ruiz]

Gracias Eduardo.

Tus respuestas me son de gran ayuda. Sobre todo, la parte en que hablas de mantener la Llama de la Santidad encendida. Es muy dificil. Las tentaciones del mundo se vuelven mas intensas cuando uno quiere alejarse de ellas.

Ahora quisiera yo hacer preguntas:

¿Que pasa con las consecuencias del pecado que ya cometimos? Cuando se perdonan los pecados, entiendo que ante Dios deja de existir esa mancha, pero hay ocasiones en las que el recuerdo de lo que cometimos regresa para estorbarnos y el temor a las consecuencias tambien. Pienso que puede ser una ilusion, pero en verdad: ¿Hemos de temer?

Gracias.

Abrazos en Cristo Jesus +

[eduarod]

Gracias Eduardo.

Tus respuestas me son de gran ayuda. Sobre todo, la parte en que hablas de mantener la Llama de la Santidad encendida. Es muy dificil. Las tentaciones del mundo se vuelven mas intensas cuando uno quiere alejarse de ellas.

Hay una obra de Santa Teresa de Avila que se llama "Moradas del Castillo Interior", en esa obra, Santa Teresa compara la vida espiritual con un castillo de habitaciones transparentes, en donde, en el centro, hay una gran Luz (que es la Luz de Cristo que está en lo más profundo de nuestro ser). Santa Teresa habla de cómo, cuando una persona está en las habitaciones más externas, la luz es tenue, pero no por las paredes de las habitaciones intermedias, que son transparentes, sino porque dice que esas habitaciones están llenas de "sabandijas" que no nos quieren dejar ver la luz para que no caminemos hacia ella. Si a la persona entonces no le llama mucho la atención la Luz, las "sabandijas" se están tranquilas. Pero si la persona da señales de querer acercarse a la Luz, entonces las "sabandijas" se alborotan y tratan de bloquear más la Luz para que la persona no la vea y no se sienta atraida por ella, y a la vez tratan de bloquearle el paso, hacerle difícil el camino, e incluso tratan de jalar a la persona para que no avance. La persona puede entonces, o rendirse y olivdarse de la Luz, o seguir caminando hacia ella, lo que las "sabandijas" en realidad no pueden impedir. Conforme se avanza, nos dice Santa Teresa, hay menos "sabandijas" y la Luz entonces es mucho más clara y difícil de opacar, por lo que la persona podrá caminar hacia ella cada vez más segura y con menos obstáculos.
Esto tiene que ver con las preguntas que ya hemos respondido: es muy difícil que alguien que haya avanzado significativamente ya en un camino de verdadera santidad lo abandone (aunque ya señalamos que no es del todo imposible), sin embargo, mucho más común es que, al comenzar un camino de auténtica santidad, donde en realidad se está todavía en las habitaciones más externas, donde hay todavía bastantes "sabandijas", lo que mueva a la persona sea un pequeño "claro" por el que, entre las "sabandijas", la persona alcance a ver la Luz y se decida a caminar hacia ella. Pero entonces, cuando las "sabandijas" se alborotan, obstaculizan y tratan de bloquear la Luz, es donde la persona más fácilmente se puede perder, pensando que la Luz en verdad no existe, que lo que vió fue un reflejo de quién sabe qué, etc. Y entonces desista, dejándose llevar por las "sabandijas" hacia la inmundicia.
Si, ciertamente las pocas "sabandijas" que logran estar más adentro son más fuertes que las de afuera, y las pruebas que tienen que pasar los santos no son poca cosa, por eso no es del todo imposible que alguno abandone incluso ahí; pero ahí la Luz es ya tan brillante, que los esfuerzos de las "sabandijas" están virtualmente condenados al fracaso. Y típicamente más sirven para fortalecer e incrementar la santidad, para mejor renunciar a esa debilidad y egoismo remanentes, que para realmente desviar el camino.
Pero es preciso insistir mucho en que no es imposible perderse, porque la mayor parte de la gente que cree ya estar dentro no lo está todavía, sino meramente ha visto la Luz por un huequito que dejaron las "sabandijas" un momento, y es muy fácil que deje de verla pronto.
Esa insistencia entonces no es tanto para el que ya está verdaderamente adentro, que sabe lo que le costó estar ahí, que sabe los peligros que existen, que sabe que se ponen más duros y que por experiencia que no se puede confiar y debe velar, pero que igualmente ya tiene su objetivo fijo y claro en la Luz que no deja de ver. Sino esa insistencia es más para el que va comenzando, quien fácilmente puede creerse más adelante de lo que de verdad está, y puede entonces tontamente confiarse en donde es aún muy fácil confundirle.

Por eso caminemos firmes, no con exceso de confianza, sino animados por la experiencia de nuestros hermanos, como Santa Teresa, que SI han logrado llegar más adentro, y que nos cuentan cómo adentro no deja ya uno de ver la Luz, por fuertes que sean los golpes de las "sabandijas" internas.

Ahora quisiera yo hacer preguntas:

¿Que pasa con las consecuencias del pecado que ya cometimos? Cuando se perdonan los pecados, entiendo que ante Dios deja de existir esa mancha, pero hay ocasiones en las que el recuerdo de lo que cometimos regresa para estorbarnos y el temor a las consecuencias tambien. Pienso que puede ser una ilusion, pero en verdad: ¿Hemos de temer?

Gracias.

Abrazos en Cristo Jesus +

No, no es una ilusión.
Debemos recordar que el pecado tiene dos componentes: la culpa y la pena. La culpa es la responsabilidad en sí, es la intención, es lo que va revestido de malicia y es lo principal de lo que nos arrepentimos y que Dios nos perdona inmediatamente en el Sacramento de la Reconciliación.
Pero aparte está el tema de la pena, que es el daño objetivo que hemos causado en el mundo a causa del mal que hemos cometido.
Se suele comparar el asunto con un niño que en su casa desobedece la orden de no jugar con una pelota cerca de las ventanas y rompe un vidrio al golpearlo con la pelota.
De entrada está la culpa, la responsabilidad de haber hecho el acto malo, de haber desobedecido, etc., el regaño a causa de ello, el castigo de recoger la pelota en tanto el niño no aprenda a usarla responsablemente, etc. Pero viene el arrepentimiento, el propósito de ahora si obedecer, el compromiso de no vovler a jugar ahí, etc. De donde viene el perdón de la culpa, y se puede retirar el castigo y devolver la pelota al niño para que pueda volver a jugar con ella donde si sea sensato hacerlo.
Pero, en todo eso, nadie ha reparado el vidrio, el vidrio sigue roto y no por quitarle la pelota al niño, porque este pida perdón o por devolverle la pelota se va a reparar mágicamente el vidrio. Esa es la pena.
Ahora bien, el vidrio lo pueden mandar reparar los padres sin que el niño tenga la menor participación o molestia al respecto, o bien de algún modo pueden los padres hacer que el niño participe en la reparación. Si no es cambiándolo en sí, porque es peligroso, pues se puede cortar con los pedazos o romper el nuevo vidrio al no saber o poder manipularlo apropiadamente, si tal vez contribuyendo con un pequeño trabajo a "pagar" (p.ej. ayudando a barrer los pedazos, lavando los platos de la cocina, etc.) parte del nuevo vidrio.
No se trata de que el niño necesariamente trabaje tanto como para pagar completamente el vidrio. Sino que entienda precisamente que no todo es la desobediencia y el perdón de la misma, sino que esa desobediencia tuvo consecuencias objetivas que ahora hay que arreglar.
Por eso, si bien Dios podría perdonar la pena tal y como perdona la culpa, de manera inmediata e instantánea, si bien Dios podría corregir el mal que causamos con nuestro pecado de manera directa e inmediata, justo como los padres podrían reparar el vidrio sin decirle y molestar en nada al niño. Lo mejor no es que sea así. Sino lo mejor es que nosotros, no como castigo, sino como medio de aprendizaje, como un medio que nos ayude a ver el daño que la malicia de nuestro pecado causa de modo que quedemos invitados a no repetirlo, participemos también en la reparación del daño objetivo que hemos causado. Por eso Dios nos pide hacer cosas para repara la pena.
La primera cosa que de entrada nos pide, es el cumplimiento de la penitencia que impone el sacerdote en el Sacramento de la Reconciliación. Las acciones y oraciones que constituyen la penitencia tienen precisamente ese fin: que por acciones buenas contribuyamos a reparar el daño que hemos hecho. Pero debemos tomar en cuenta que esas oraciones y otras acciones de reparación, comparativamente al mal que hemos causado, son como barrer los pedazos. No arreglan el vidrio aún. Y entonces, como parte de "sentir las consecuencias para aprender a evitar el mal" los padres también pueden dejar que el niño sienta el frío que hace en la habitación donde se rompió el vidrio a caus de que este no está. De la misma manera, Dios puede permitir que sintamos algunas de las consecuencias de nuestro pecado antes de sanar Él mismo definitivamente la situación.
Entonces, para hablar con la verdad, es necesario decir que no es imposible que "nos alcancen" las consecuencias de nuestro pecado en algún momento dado. No necesariamente debe ocurrir, y en muchas ocasiones y circunstancias no ocurre. Pero puede pasar.
Sin embargo, no debemos olvidar que, si eso ocurre, es porque Dios lo permite para nuestro aprendizaje. Por tanto, no sería adecuado un temor a que algo asi suceda. Como si fuera una especie de "venganza ineviable del destino que viene a cobrarse"; sino más bien debemos entender que el hecho de que eso pueda suceder, no es sino una posibilidad que Dios, en su Providencia, deja abierta para mejor ayudarnos a entender la malicia de nuestro pecado, el daño que por medio de ese pecado causamos, y que podamos entonces alejarnos más de ese pecado en lo sucesivo. Es decir, no se trataría sino un acto más de la Misericordia de Dios. Puede ser algo relativamente sencillo, "suave", fácil de manejar, de resolver, de entender y de agradecer. Pero puede ser algo también que nos parezca muy duro y difícil de manejar y de comprender. No sabemos que será, Pero lo importante es que no podemos adelantarnos, ni mucho menos debemos temer. Sino debemos confiar plenamente en que Dios sabe qué es lo que necesitamos sentir para en lo sucesivamente hacer las cosas de verdad mejor, y que no nos pedirá, ni más de lo que sea necesario, ni más de lo que, con su ayuda, podamos manejar o soportar; sabiendo que, al final, no nos quedará sino ese bien que Dios quiso para nosotros.
Y, sobre todo, debemos recordar que pagar el vidrio completo está completamente fuera de nuestro alcance, eso JAMÁS Dios nos lo pedirá, por lo que, podemos estar ABSOLUTAMENTE seguros, lo que Dios nos pida "recibir" no nos lo pedirá a nosotros solos, sino Él ya en su Cruz pagó, por mucho, la parte principal del trabajo y del precio que habia que pagar. Lo que nos deja a nosotros, por ligero o pesado que nos pueda llegar a parecer, es en realidad una parte mínima de lo que había que hacer para reparar el daño. Y entonces, al otra cosa que es importantísimo que recordemos, es que, si nosotros estamos pagando una pequeña parte, y Él la parte principal, eso quiere decir que Él está SIEMPRE a nuestro lado en esas que pueden parecernos a nosotros circunstancias difíciles. Es principalmente por esto último que NUNCA debemos de temer cualquier posible consecuencia, porque Cristo ha vencido y está junto a nosotros.

Que Dios te bendiga.

[javier-reyes-ruiz]

Estimado Eduardo.

Gracias por tu explicacion clara y sencilla, me reconforta mucho, de hecho, hace unos dias, en medio de una reflexion que hacia, me di cuenta de lo que explicabas. Que viniendo lo que sea, El siempre estara conmigo y mi vida entera esta guardada en sus manos.

Nuevamente, Gracias y Bendiciones.