Para abordar este tema con amplitud, que la requiere para ver las razones de lo que expone la Iglesia, hay que entender varias cosas, empezando por la naturaleza del Matrimonio:
1.- Hombre y mujer los creó
Dios crea al ser humano de tal manera que sea capaz de conocerlo y amarlo (y por este amor, amar todo lo que Dios ama, en un debido orden), y de vivir en comunidad. Para esta convivencia, ha querido Dios hacer partícipe al hombre de su labor creadora: haciéndolo capaz de propagar la especie humana. Por lo tanto, la sexualidad tiene su razón de ser en orden al bien común.
Dos son los principios que constituyen el Matrimonio, la transmisión de la vida y la unión de los cónyuges. De la Encíclica Casti Connubii, del Papa Pío XI, sobre el Matrimonio Cristiano:
- 6. La prole, por lo tanto, ocupa el primer lugar entre los bienes del matrimonio. Y por cierto que el mismo Creador del linaje humano, que quiso benignamente valerse de los hombres como de cooperadores en la propagación de la vida, lo enseñó así cuando, al instituir el matrimonio en el paraíso, dijo a nuestros primeros padres, y por ellos a todos los futuros cónyuges: Creced y multiplicaos y llenad la tierra[13].
Lo cual también bellamente deduce San Agustín de las palabras del apóstol San Pablo a Timoteo[14], cuando dice: «Que se celebre el matrimonio con el fin de engendrar, lo testifica así el Apóstol: "Quiero —dice— que los jóvenes se casen". Y como se le preguntara: "¿Con qué fin?, añade en seguida: Para que procreen hijos, para que sean madres de familia"»[15].
- Hay, pues, tanto en el mismo matrimonio como en el uso del derecho matrimonial, fines secundarios -verbigracia, el auxilio mutuo, el fomento del amor recíproco y la sedación de la concupiscencia-, cuya consecución en manera alguna está vedada a los esposos, siempre que quede a salvo la naturaleza intrínseca del acto y, por ende, su subordinación al fin primario.
2.- El matrimonio constituye un Sacramento
Entendiendo en el orden natural que el matrimonio es la unión entre varón y mujer, de mutuo consentimiento, de manera indisoluble, para vivir los fines arriba dichos, como Sacramento llega a más. Tomado del Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica:
- 341. ¿Qué novedad aporta Cristo al Matrimonio?
Jesucristo no sólo restablece el orden original del Matrimonio querido por Dios, sino que otorga la gracia para vivirlo en su nueva dignidad de sacramento, que es el signo del amor esponsal hacia la Iglesia: «Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo ama a la Iglesia» (Ef 5, 25)
Conociendo las dos dimensiones, en lo natural y en lo sobrenatural, del Matrimonio, conociendo cuál es la Voluntad de Dios, comprendemos que:
- Toda acción que atente contra los principios fundamentales y santidad del matrimonio, son pecado.
4.- La vivencia de las virtudes: la Castidad
La Castidad es una virtud derivada de la Virtud cardinal de la Templanza, que se encarga de la regulación de la sexualidad. Vivir en Castidad significa vivir la sexualidad conforme al propio estado y conforme a la recta razón. La abstinencia para los no casados y el uso conforme a la naturaleza en los casados.
Un texto de un Santo sobre lo maravilloso que es vivir la Castidad:
- Es digna de ser amada la belleza de la castidad, cuyo paladeo es más dulce que el de la carne, pues la castidad encierra un fruto muy suave y es la belleza sin mancha de los Santos. La castidad ilumina la mente y da salud al cuerpo (San Isidoro, Sobre el bien supremo, II, 1, 9).
Estos vicios constituyen pecado.
5.- Los pecados contra el Matrimonio
Esta es la parte más extensa. Con la noción básica de que todo pecado es desobediencia a la amorosa Voluntad de Dios, un rechazo de su Ley y desprecio del mismo Dios, pasamos a analizar los pecados contra el sexto Mandamiento de la siguiente manera, partiendo de lo que nos dice Santo Tomás de Aquino comentando una cita de Gálatas:
- Gálatas 5, 19:
"Y manifiestas son las obras de la carne, las cuales son: fornicación, impureza, impudicia, lujuria"
- "de los cuales dos pertenecen al acto carnal de la lujuria, a saber, la fornicación, que ocurre cuando se llega el libertino a la libertina, o bien en cuanto al natural uso de la lujuria; y la impureza, en cuanto al uso contra natura. Ningún fornicador o impuro, etc. (Ef 5,5). Quienes todavía no han hecho penitencia de la impureza y fornicación y deshonestidad, etc. (2Co .12,21)."
a) Fornicación: Ocurre cuando se llega el liertino a la libertina, o bien en cuanto al natural uso de la lujuria.
b) Impureza: En cuanto al uso contra natura.
Así, con lo que nos dice el Doctor Angélico, podemos englobar estos pecados en los dos tipos ya mencionados, conforme a la naturaleza y contra la naturaleza. También en esquema.
a) Conforme a la naturaleza, entre un varón y una mujer:
- - Fornicación simple: Atenta contra el bien del matrimonio y la educación de los hijos, como nos dice Santo Tomás. Si de ella se sigue una prole educada es por accidente y no añade nada bueno al acto. Es el más leve de los pecados que se conocen como de lujuria completa. Dependiendo de las agravantes, salen otro tipo de pecados.
- Concubinato: Que es la fornicación continuada, siendo más grave por la voluntad de permanecer en pecado.
- Prostitución: Cuando se hace por beneficio económico.
- Adulterio: Siendo uno casado. Si ambos son casados, es adulterio doble.
- Incesto: Hecho con alguien con quien se tiene lazos de consanguineidad.
- Sacrilegio: Si se hace con una persona consagrada.
- Violación: Si se hace con violencia y sin consentimient de la otra persona.
- Estupro: Si se hace con una virgen por medio de engaños, para deflorarla.
- Pederastia: Si se hace con alguien que no ha llegado a la pubertad.
- - Onanismo: Coitus interruptus o alterado con medios artificiales. Aquí entran los preservativos y demás medios de anticoncepción.
- Sodomía: Coito en vaso no lícito. Normalmente en el ano o en la boca. Si es entre personas del mismo sexo se llama homosexualidad. Una agravante que se puede añadir es la del uso de un algún instrumento, por ejemplo, en el caso de dos mujeres.
- Bestialidad: Coito con un ser de otra especie distinta a la humana. Normalmente animales. Entra aquí también el coito entre demonios y hombres si se diera, d elo cual habla Santo Tomás, haciendo referencia a lo que seconoce como íncubus y súcubus.
La masturbación, por su parte, entre en el esquema de los pecados de impureza, siendo también más grave que la fornicación simple, pues consiste en un abuso del cuerpo, que no es conforme al uso natural de la sexualidad, buscando el placer sexual en sí mismo, ignorando los dos principios del Matrimonio. Casos más graves lo son como la necrofilia, que es igualmente la estimulación de los genitales pero en este caso con un cadáver (no con una persona).
Clásico es el texto de Santa Catalina de Siena en el que se denuncian los pecados de la masturbación (también llamado inmundicia) y el uso contra la naturaleza:
- "Habrás de saber, carísima Hija, que requiero tanta pureza en ustedes y en ellos para este Sacramento, cuanta es posible a un hombre en esta vida. (...)Te digo esto para que veas cuánta pureza exijo de ustedes y de ellos en este Sacramento, y singularmente de ellos; pero lo hacen al contrario, porque van todos sucios e inmundos a este misterio, y no tanto de la inmundicia, a la que por fragilidad están inclinados naturalmente, aunque la razón cuando quiere, y el libre albedrío, puede refrenar esta inclinacion; mas estos miserables no solamente no refrenan tal tendencia, sino que hacen algo mucho peor y caen en el vicio contra la naturaleza. Son ciegos y estúpidos, cuya inteligencia obnubilada no percibe la bajeza en la que viven. Me desagrada este último pecado, pues soy la Pureza Eterna. Me es tan abominable que solamente por su causa hice desaparecer cinco ciudades. Mi Justicia no consigue soportarlo más.
Ese pecado, sin embargo, no Me desagrada solamente a Mí. Es insoportable a los propios demonios, que son tenidos por patrones por aquellos infelices ministros. Los demonios no toleran ese pecado. No porque desean la virtud, por su origen angélico, recusan ver tan hediondo vicio. Ellos tiran las flechas envenenadas de concupiscencia, pero se dan la vuelta en el momento en el que el pecado es cometido".
Como ha quedado dicho, la finalidad primaria del Matrimonio (siendo su don más excelente) es la transmisión de la vida; esto no queda libre de dificultades, como son las económicas o de salud, y en atención a los principios morales ya expuestos, la Iglesia enseña en la Encíclica Humanae Vitae qué sí y qué no está permitido.
a) Los anticonceptivos artificiales: Quedan prohibidos por su razón de atentar contra el uso natural de la sexualidad.
b) Métodos naturales: Quedan permitidos en las circunstancias que la Encíclica marca, teniendo en cuenta lo siguiente: en el acto conyugal hay 3 voluntades implicadas, que son las de los cónyuges que realizan el acto y la Voluntad de Dios manifiesta en los organismos mismos, siendo así que incluso está prohibida la esterilización en personas consagradas.
Ahora, además la razón dada por el uso conforme a naturaleza, los métodos naturalesson moralmente aceptables si los cónyuges tienen en mente y en consideración la Voluntad de Dios, si les quiere conceder otro hijo. Así, una persona que acuda a los métodos naturales, abierta a la vida, y aceptando gustosamente lo que Dios disponga, hace un acto de virtud, contrario a aquel que se opone a lo que Dios disponga.
Este es el centro de lo que es la paternidad responsable, de la HumanaeVitae:
- En relación con las condiciones físicas, económicas, psicológicas y sociales, la paternidad responsable se pone en práctica ya sea con la deliberación ponderada y generosa de tener una familia numerosa ya sea con la decisión, tomada por graves motivos y en el respeto de la ley moral, de evitar un nuevo nacimiento durante algún tiempo o por tiempo indefinido.
Me gustaría dejar esto enmarcado hermosamente por el siguiente texto del libro de Tobías, que nos muestra el comportamiento ejemplar de un Matrimonio ante Dios:
- Tobías 8, 4-8:
Se levantó Tobías del estrado y dijo: “Levántate, hermana; vamos a orar para que el Señor tenga misericordia de nosotros.” Y comenzó Tobías, diciendo: “Bendito eres, Dios de nuestros padres, y bendito por los siglos tu nombre, santo, glorioso. Bendígante los cielos y todas las criaturas. Tú hiciste a Adán y le diste por ayuda y auxilio a Eva, su mujer; de ellos nació todo el linaje humano. Tú dijiste: No es bueno que el hombre esté solo; hagámosle una ayuda semejante a él." Ahora, pues, Señor, no llevado de la pasión sensual, sino del amor de tu Ley, recibo a esta mi hermana por mujer. Ten misericordia de mí y de ella y concédenos a ambos larga vida.”
Ella respondió: “Amén.”
Cabe mencionar siempre algo que normalmente de deja de lado y es la Gracia. La Gracia es el don sobrenatural que Dios nos da gratuitamente en orden a la Salvación.
En todos los Sacramentos se da, aunque de diferente manera. En el caso del Matrimonio, Dios concederá siempre a los de buena voluntad, la Gracia necesaria para poder cumplir con sus propios deberes (i.e. guardar la fidelidad conyugal, trabajar por el bien de la familia); ese es el verdadero remedio contra la concupiscencia que algunos mencionan, no solo el desfogue en el uso de la sexualidad.
Confiados en Dios, todo es posible.
7.- En caso de enfermedades graves
"Aquí es donde se separan los hombres de los niños", dice alguna frase y viene muy a cuento. Este punto, derivado de cierta manera del anterior, es bien importante.
Todo cristiano está llamado a la vivencia en grado heroico de las virtudes cristianas (o sea, a ser Santos); como eso solo es posible por la Gracia de Dios, vemos que:
- De nuestras fuerzas, nada podemos.
- Por la Gracia de Dios, podemos llegar a alturas muy grandes en la Santidad, según su Vuluntad y nuestra buna disposición.
Lo digo porque una cuestión que a veces se toca en estos temas, es el de las enfermedades. ¿Es lícito usar preservativo si mi pareja tiene SIDA o si un embarazo pone en riesgo la vida de la mujer? Pues no, pero veamos más a detalle. En primer lugar, jamás es lícito hacer un mal, por pequeño que sea, para lograr un bien. Además, el bien sobrenatural (en este caso, la Gracia, y la fidelidad a la misma) es siempre mayor al bien sobrenatural.
En segundo lugar, ya hemos visto, iluminados por Santo Tomás de Aquino, qué cosas desvirtúan el acto sexual, y hemos ampliado dando los ejemplos de pecados (dicho sea de paso, en tiempos de Santo Tomás ya existían preservativos rudimentarios para evitar la concepción, así como enfermedades de transmisión sexual, así que contemplaba estos casos).
Continuando con la cuestión, suponiendo que ella está en riesgo de morir si se embaraza, pues en justicia, el marido no le puede pedir el débito conyugal porque peligra ella, y hay que abstenerse. Ahora, si este está en peligro de pecar mortalmente debido a esta siuación, ella, en el roden de la Caridad, podría ofrecerle el uso del Matrimonio para que el otro no peque. Eso sería un acto heroico propio de aquel que da la vida por los que ama; y también heroico sería él si ante este ofrecimiento, decide que mejor se sigan absteniendo, aprovechando el impulso de la Gracia.
Así Dios los prservaría del pecado, en una ayuda mutua de santificaicón. Pero creo que estas cosas no se ven, de vivir cristianamente hasta las últimas consecuencias (casos hay de madres que deciden tener a sus hijos aunque les cueste la vida, con apoyo de su marido).
Ya los débiles buscarán la manera de torear la cuestión.
Mesografía
Poco más se puede añadir, y este texto no pretende ser muy extenso, pero para mayor profundidad en los temas, recomiendo la lectura de lo siguiente:
- Catecismo Mayor de San Pío X, Catecismo de la Iglesia Católica, Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica, en los apartados de los Mandamientos y los Sacramentos:
http://www.mercaba.org/PIO%20X/catecismo_mayor_00.htm
http://www.vatican.va/archive/catechism ... ex_sp.html
http://www.vatican.va/archive/compendiu ... cc_sp.html
- Sobre los Mandamientos 6° y 9°:
http://www.mercaba.org/TEOLOGIA/compendio_17.htm
- Encíclicas Humanae Vitae y Casti Connubi:
http://www.vatican.va/holy_father/paul_ ... ae_sp.html
http://www.vatican.va/holy_father/pius_ ... ii_sp.html
- Más recomendable es la oración continua (sobre todo frente al Sagrario), acudir a los Sacramentos y ponerse en las manos de Dios.
Y reitero que esto es un esbozo y una mirada muy ligera a estos temas, tengamos siempre presente la rectitud de intención, el amor a Dios y a lo que ha dispuesto y nos enseña a través de la Santa Iglesia. La Virgen María, modelo de Virtud, Pureza y entrega total a Dios, intercedapor nosotros y nos cubra con su manto.
Salu2. Paz y Bien.